martes, 3 de junio de 2014

REFLEXIONES SOBRE EL PERU RUMBO AL BICENTENARIO

EL PERU RUMBO AL BICENTENARIO

Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
(Festival de las Humanidades-PUCP-La Cantuta/ Mayo 2014)

Agradezco esta invitación para particpar en la presente Mesa Redonda con tan insignes catedráticos y en un espacio de tiempo estrictamente fijado. El primer punto preocupante respecto al Perú rumbo al bicentenario es la desviación mercantilista de la educación universitaria. Me explico.

Una universidad que vive de espaldas a la idea de país, que ha perdido su espíritu humanístico y que se ha convertido en un mero apéndice del aparato económico del lucro, está incapacitada de llevar a la Nación hacia un destino superior.

Dicha desviación mercantilista universitaria es grave porque al operar sin una idea de país y comportarse simplemente como el proveedor de mano de obra calificada para el mercado lo que hace es envilecer el espíritu universitario, la cultura, la investigación y el espíritu humanístico que la debe presidir.  Su comportamiento mercadólatra fortalece la alienación económica y la cosificación humana, y lo que es más grave aun, deviene en cadena de reproducción de la pérdida de la identidad nacional.

Y este es el segundo punto. La conservación del espíritu anatópico en la vida universitaria, o sea el imperio de la imitación y modas extranjeras, debilitan el desarrollo y fortalecimiento de la conciencia nacional. La globalización neoliberal que idolatra el mercado y homogeniza el mundo necesita de suyo eliminar la conciencia nacional para mejor provecho de los negocios internacionales.

Esto tiene que ver con el actual crecimiento material del Perú, que ya lleva más de una década, pero que no va acompañado de un crecimiento espiritual. La historia ya ha demostrado que las civilizaciones que no supieron convertir su riqueza material en riqueza espiritual enfrentaron la inevitable decadencia. Por eso Roma nunca será superior a Grecia, y el Perú nunca será superior a su pasado precolombino si no sabemos convertir nuestra riqueza material en riqueza espiritual.

Pero para ello hace falta reconquistar nuestra autonomía intelectual, romper con el anatopismo ambiente como requisito indispensable para afrontar la crisis moral y espiritual que nos asedia. Para ello es indispensable subrayar que la riqueza material no es en un fin en sí mismo y sólo es un medio para el crecimiento espiritual.

Efectivamente, lo que nos hace falta es una renovación espiritual y rescatar la conciencia nacional. Ello significa responder con éxito a la hedonista globalización neoliberal y a la cultura relativista y nihilista de la posmodernidad. Hace falta la reacción de las élites pensantes, de los filósofos y pensadores, de los hombres guía. Pero justamente de lo que adolecemos hoy es de una abundancia de profesionales y de una carencia de maestros.

Pero nunca es tarde para reaccionar y revertir las cosas de un sistema que pone a las cosas sobre el hombre y lo único que asegura es la deshumanización creciente y la robotización galopante.

De nada le servirá al Perú llegar al bicentenrario sin plantearse estos problemas de fondo, sin responder qué tipo de país queremos, y sin responder a nuestra milenaria tradición e historia.

Muchas gracias