lunes, 12 de diciembre de 2016

ÉXTASIS Y REALISMO METAFÍSICO

ÉXTASIS Y REALISMO METAFÍSICO
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
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Si el ser es lo puramente fáctico y empírico, entonces lo vivenciado en el éxtasis místico no es más que un fenómeno subjetivo-psicológico de la mente sin ninguna significación en la realidad. Más, si el ser está vinculado a las verdades inmutables, eternas y trascendentes, entonces el éxtasis místico es relación real y efectiva con la fuente divina del ser.

Como se ve no es cosa nada fácil ni sencilla hablar del éxtasis y de Dios, más aun en los tiempos actuales donde el hombre se halla preso del nihilismo, el escepticismo, el materialismo, el ateísmo práctico y el esoterismo. Pero resulta valioso intentarlo debido a que el horizonte postmetafísico va dejando un sabor salobre y una atmósfera gris que inunda de hastío la vida misma, de indiferente disgregación y de nefasta disolución. Todo lo cual desafía enfrentarlo.

El presente espíritu declinante comienza con la propia filosofía moderna en sus dos vertientes principales: racionalismo y empirismo. El racionalismo que hace de lo subjetivo lo único seguro, y el empirismo que convierte lo fáctico en lo puramente válido. La pérdida de Dios llega a un nuevo nivel con el criticismo kantiano, donde lo divino se extravía en la razón especulativa y se declara imposible la prueba ontológica. Este proceso de autocratización del hombre autónomo no puede ser detenido ni por el idealismo alemán. Es cierto que con Hegel la metafísica cobra vigor, pero al borrar la distinción entre Dios y Mundo se hace inevitable el naufragio de la trascendencia.

Por tanto, de Occam a Hegel asistimos a la pleamar del nominalismo donde las esencias no son realidades sino conceptos. Este movimiento ascendente del apartamiento de Dios entra a su segunda etapa con el positivismo y después de la muerte de Hegel. Se trata de un hastío por la filosofía, es un periodo dominado por las ciencias naturales, la metafísica se torna insoportable y el imperativo categórico es atenerse a las cosas. Un nuevo remanso metafísico lo protagonizan las filosofías de la vida, especialmente Kierkegaard, hasta arribar a la vuelta de la tradición metafísica con Bolzano, Rosmini, Brentano, hasta culminar –pasando por Dilthey, Bergson y Blondel- en Husserl.

Pero con la fenomenología sucede algo parecido de lo sucedido con el hegelianismo. Husserl después de distinguir bien entre el acto de pensar (noesis) y el contenido del pensar (noema) enfilándose hacia una filosofía de la esencia, se desvía del camino y no se arriesga más allá de la conciencia. Así, la filosofía fenomenológica de la esencia fracasará en una pura intuición inmanente del Yo puro. Esto significa que en realidad Husserl sucumbió al empirismo y no pudo superar a Kant retrocediendo hasta Hume. No se atrevió a derribar el subjetivismo y se quedó atrapado en el yo puro de la conciencia trascendental equivalente al nirvana de los ascetas indios.

Tampoco fue muy distinto el derrotero de sus mejores discípulos. Scheler se inicia con un deslumbrante personalismo ético que reconoce la autonomía del valor, pero su ataque al relativismo no es capaz de superar el olvido de Dios al retrotraerse en una etapa final hacia un panteísmo evolucionista, donde lo divino está uncido al poder cósmico de lo demoníaco. A Heidegger tampoco le va mejor. Ser y tiempo permanecen siempre en el plano de la subjetividad trascendental, se muestra impotente para superar el inmanentismo moderno. Y su trayectoria filosófica culmina permaneciendo atrapado en la metafísica voluntarista de la mística alemana. El antiesencialismo de Heidegger se muestra desenfadadamente al buscar el ser en sí más allá de toda esencia.

Este periodo de mayor ahondamiento de Dios y la trascendencia culmina en la logística del positivismo lógico. Inspirado en Aristóteles, los estoicos, la baja Edad Media, Leibniz y Lulio con su arte combinatoria o aritmética de conceptos, la logística se explaya como puro formalismo y funcionalismo de las significaciones, tomadas en sentido lógico sin tener en cuenta los objetos significados. Es pura técnica combinatoria sin relación con el ser. Es pura relación intralógica sintáctica. Así la verdad queda reducida a pura convención.

La tesis básica del neopositivismo, según la cual la percepción sensible es la única fuente de conocimiento, conducía a la negación de todo esencialismo, de toda trascendencia y metafísica. Pero ya sabemos que el neopositivismo se refutó a sí mismo al admitir que no hay datos puros, en todo dato hay interpretación o están presentes elementos (unidad, diversidad, semejanza, totalidad, etc.) que no pueden provenir de la experiencia. Ya el padre Copleston puso el último clavo en el ataúd positivista subrayando que la filosofía analítica sólo busca designar y ni penetrar en el objeto.

Pero la emergencia del nihilismo vuelve a la carga en una tercera etapa a partir del estructuralismo, el postestructuralismo, la semiótica, hasta culminar en la filosofía pragmatista de Rorty y el postmodernismo de Vattimo. Aquí el ataque a la trascendencia y a todo lo divino será más profundo. Se declara la verdad, la ciencia y la razón como metarrelatos. La ontología fuerte no existe. Solamente se vive en el imperio de lo efímero. Deleuze, Barthes, Baudrillard, Lacan, Lyotard, Derrida, Foucault, Rorty, Quine, Davidson y Vattimo, son partidario de un logos nihilista que reemplaza el ser por el evento. Herederos del nominalismo y del empirismo a través de Nietzsche, disuelven la realidad en la interpretación. El juego sofístico del logos posmoderno contamina toda la cultura y a su vez es resultado de un nominalismo brutal, apoteosis de la voluntad de poder, ciego a los valores, al ser y a Dios.

Pero como no abrazo una visión fatalista, pesimista e ineluctable de la historia, y menos me adhiero al nominalismo formalista de ninguna especie, entonces me pregunto si es posible que la filosofía recupere su horizonte metafísico, el único que realmente le da profundidad y sentido, y pueda retornar verdaderamente al ser, la trascendencia, la esencia y existencia.

Esta vía solamente puede ser transitada con coherencia por la filosofía realista que rompa con la metafísica inmanentista del cientismo y empirismo matematizante. Nicolai Hartmann es identificado con el realismo crítico, pero en realidad quedó prisionero del positivismo. Pues al concebir la determinación finalista como la determinación causal física estrechó el horizonte de lo finalístico a lo inmanente. La peor consecuencia lo tuvo en el terreno ético, como buen protestante exageró la antinomia de la libertad sin comprender que la libertad humana es relativa y no absoluta. Nunca pudo comprender que no hay tal exclusión con la libertad divina.

La principal lección que se extrae del caso de N. Hartmann es que el realismo crítico no puede limitar su ontología al positivismo sino que si se quiere hacer una verdadera metafísica que interpreta la esencia de las cosas y el ser debe reconocer la evidencia primaria que las cosas son, lo ontológico determina lo epistemológico, el ser rebasa el pensar, el pensar es falible y autocorregible. Pues el ser no se agota en la dimensión inmanente y sobrepasa a ésta en la trascendencia eterna.

Este camino del realismo crítico fue transitado por un grupo de pensadores que venían de las ciencias naturales y que con una metafísica inductiva supieron abandonar el neokantismo dominante a fines del siglo diecinueve y comienzos del veinte. O. Külpe (1862-1915), H. Driesch (1867-1941), E. Becher (1882-1929) y A. Wenzl (1887-1967), a la explicación mecanicista de la vida opusieron una filosofía natural de Dios basada en lo entelequial (Driesch, Wenzl), lo hetero-teleológico (Becher). La idea común central consiste en que el cosmos es un proceso anímico entelequial ascendente, que expone el orden ideal de lo real, lo cual se ordena en grados de libertad. Por tanto, es falso el poderío de lo inferior sobre lo superior (Scheler, Hartmann). El factor anímico supraindividual que dirige el ser es Dios. Dios es la voluntad y la representación que dirige la entelequia universal. En estas filosofías naturales de Dios el ser es entelequial.

Pero tampoco es rigurosamente necesario seguir el camino de la metafísica inductiva para establecer una filosofía de índole realista. Es ínsita a la filosofía tener abierta todos los caminos metodológicos para arribar al horizonte de la trascendencia. Para ello sólo basta asumir un realismo crítico sin ninguna estrechez positivista.

En este sentido la explicación y vivencia mística es compatible con la metafísica inductiva y la metafísica clásica. No siendo ella, en primer lugar, ni metafísica ni teología es, sin embargo, relación con el Dios vivo. Pero siendo el éxtasis la unidad del alma con la fuente de vida supraindividual ésta nos exige reconocer una idea precisa de lo divino. A saber, Dios es la fuente ejemplar de todo ser y ese Dios es el Dios creador del teísmo cristiano  

Pero por qué no podría ser un dios ordenador o un dios deísta o un dios panteísta. Porque Dios es perfección y la realidad más perfecta de Dios es la del Dios creador, providente y trascendente. Esta consideración de Dios críticamente madura y bien fundada penetra por gracia nuestra voluntad y ayuda al libre albedrío en la relación unitiva llamada éxtasis místico.

En suma, la cumbre del éxtasis místico se encuentra en el Dios cristiano y la justificación filosófica de esta relación se halla en el realismo crítico como punto de partida.

Lima, Salamanca 12 de Diciembre del 2016




Estasi e realismo metafisico
Gustavo Flores Quelopana
Società peruviana di Filosofia

Se l'essere è puramente fattuale ed empirica, quindi sperimentato l'estasi mistica non è altro che un fenomeno soggettivo-psicologico della mente senza alcun significato nella realtà. Inoltre, se uno è legato alle verità immutabili, eterne e trascendenti, poi l'estasi mistica è rapporto reale ed efficace con la fonte divina dell'essere.

Come si vede non è altro discorso facile o semplice di estasi e di Dio, a maggior ragione in tempi moderni in cui l'uomo è prigioniero del nichilismo, lo scetticismo, il materialismo, ateismo pratico ed esoterismo. Ma provate è prezioso perché l'orizzonte postmetafisica lascia un sapore salato e un'atmosfera grigia che pervade la vita stanco, indifferente disgregazione nefasto e dissoluzione. Tutto ciò affrontare le sfide.

Questo spirito declino inizia con la filosofia moderna nei suoi due aspetti principali proprio: razionalismo ed empirismo. Il razionalismo si assicura che tutte le soggettività, e l'empirismo che lo rende puramente fattuale come valido. La perdita di Dio raggiunge un nuovo livello con la critica kantiana, dove il divino si perde nella ragione speculativa e la prova ontologica è dichiarata impossibile. Questo processo di auto autocratización uomo non può essere arrestato o dall'idealismo tedesco. E 'vero che Hegel la metafisica è rinvigorito, ma per offuscare la distinzione tra Dio e il naufragio mondo della trascendenza diventa inevitabile.

Così, Occam Hegel ha partecipato alla marea del nominalismo dove essenze non sono realtà, ma concetti. Questo movimento verso l'alto della lontananza da Dio entra nella sua seconda fase con il positivismo e dopo la morte di Hegel. Si tratta di una avversione per la filosofia, è dominato dal periodo di scienze naturali, la metafisica diventa insopportabile e l'imperativo categorico è quello di attenersi alle cose. Una nuova stella nelle filosofie metafisiche ristagno della vita, in particolare Kierkegaard, arrivando a cavallo della tradizione metafisica con Bolzano, Rosmini, Brentano, culminando by-passando Dilthey, Bergson e Blondel in Husserl.

Ma con la fenomenologia succede qualcosa di simile a quello che è successo con hegelismo. Husserl dopo chiara distinzione tra l'atto del pensiero (Noesis) e il contenuto del pensiero (Noema) enfilándose ad una filosofia di essenza, devia dalla strada e non rischiare di là della coscienza. Così, la filosofia fenomenologica della immanente essenza fallire in una pura intuizione di puro Sé. Ciò significa che Husserl effettivamente ceduto alla empirismo e Kant non poteva superare Hume backup. Non ha il coraggio di abbattere il soggettivismo ed è stato catturato nella pura coscienza trascendentale equivalente a Nirvana Indian mi asceti.

E non era molto diverso nel corso dei suoi migliori discepoli. Scheler inizia con un personalismo etico abbagliante che riconosce l'autonomia di valore, ma suo relativismo attacco non è in grado di superare la dimenticanza di Dio a ritornare in un ultimo passo verso un panteismo evolutivo in cui il divino è aggiogato al potere cosmico del demoniaco. Heidegger non farà meglio. Essere e tempo rimane sempre nel piano della soggettività trascendentale, è impotente a superare l'immanentismo moderno. E la sua carriera filosofica finisce rimasi intrappolato nella metafisica volontaristica della mistica tedesca. Il antiessentialism Heidegger mostra quando si cerca sfacciatamente l'essere stesso al di là dell'essenza.

Questo periodo di maggiore approfondimento trascendenza di Dio e culmina nella logistica del positivismo logico. Ispirato da Aristotele, gli stoici, alla fine del Medioevo, di Leibniz e Lully con l'arte combinatoria o concetti aritmetici, logistica espande il formalismo come pura e funzionalità di significati, presa in senso logico a prescindere degli oggetti significati. E 'la tecnica combinatoria puro, senza relazione all'essere. Si tratta di pura intralógica relazione sintattica. Così la verità è ridotta a pura convenzione.

La tesi di fondo del positivismo, secondo cui percezione sensoriale è l'unica fonte di conoscenza, che porta alla negazione di ogni essenzialismo, di ogni trascendenza e della metafisica. Ma sappiamo che il neopositivismo si è confutata da ammettere che non ci sono dati grezzi, tutti i dati sono senza interpretazione o elementi presenti (l'unità, la diversità, la somiglianza, tutto, ecc), che non può venire da esperienza. Padre Copleston e mettere l'ultimo chiodo nella bara di filosofia positivista analitica sottolineando che cerca solo per designare e non penetrano l'oggetto.

Ma l'emergere del nichilismo torna alla carica in una terza fase dallo strutturalismo, il post-strutturalismo, semiotica, si conclude con la filosofia pragmatista di Rorty e Vattimo postmodernismo. Qui l'attacco sul significato e tutto il divino si approfondirà. la verità, la scienza e la ragione come metarrelatos è dichiarato. Il forte ontologia non esiste. Solo in cui vive l'impero dell'effimero. Deleuze, Barthes, Baudrillard, Lacan, Lyotard, Derrida, Foucault, Rorty, Quine, Davidson e Vattimo sono a favore di un logos nichiliste che sostituisce essendo dall'evento. Eredi del nominalismo e l'empirismo attraverso Nietzsche, la realtà si dissolvono in interpretazione. gioco Sophistic di loghi postmoderna contamina tutta la cultura e, a sua volta è il risultato di un nominalismo brutale, apoteosi della volontà di potenza, cieca ai valori, essere e Dio.

Ma io non abbracciare una visione fatalista, pessimista e ineludibile della storia, mi permetta di approvare la nominalismo formalistica di qualsiasi tipo, allora mi chiedo se è possibile che la filosofia ritrovare la sua orizzonte metafisico, l'unica che veramente dà profondità e significato, e può tornare veramente essere, trascendenza, essenza ed esistenza.

Questo percorso può essere percorsa solo da filosofia costantemente realistico che rompe con la metafisica immanentista dello scientismo e l'empirismo matematizzazione. Nicolai Hartmann si identifica con realismo critico, ma in realtà era un prigioniero del positivismo. Per concepire determinazione finalista come determinazione causale fisico scosso l'orizzonte della finalistico per l'immanente. La peggiore conseguenza aveva per motivi etici, come un buon protestante esagerato l'antinomia della libertà senza capire che la libertà umana è relativo e non assoluto. Non avrebbe mai potuto capire che non vi è alcuna esclusione tale libertà divina.

La principale lezione tratta dal caso di N. Hartmann è che il realismo critico non può limitare il suo positivismo ontologia, ma se si vuole fare una vera e propria metafisica che interpreta l'essenza delle cose e dell'essere deve riconoscere l'evidenza principale che le cose sono ciò che determina quanto ontologica epistemologica, essendo oltre il pensiero, il pensiero è fallibile e auto-correzione. Benessere non si esaurisce nella dimensione immanente e lo supera nella trascendenza eterna.

Questo modo di realismo critico è stato fatto passare attraverso un gruppo di pensatori che è venuto dalle scienze naturali e con una metafisica induttivi sapeva abbandonare la neokantismo dominante fine del XIX e l'inizio del XX secolo. O. Külpe (1862-1915), H. Driesch (1867-1941), E. Becher (1882-1929) e A. Wenzl (1887-1967), la spiegazione meccanicistica della vita oppongono una filosofia naturale di Dio basato in entelequial (Driesch, Wenzl), etero-teleologica (Becher). L'idea comune centrale è che il cosmo è un processo mentale entelequial up che espone l'ideale del ordine reale, che è organizzato in gradi di libertà. È quindi la potenza del doppio fondo in alto (Scheler, Hartmann). Il fattore mentale sovraindividuale che dirige essere è Dio. volontà e rappresentazione di Dio che dirige il tubo sogno universale. In queste filosofie naturale di Dio essere è entelequial.

Ma non è strettamente necessario per seguire il percorso della metafisica induttivi per stabilire una filosofia realistica della natura. filosofia insita è quello di avere aperto tutti i percorsi metodologici per arrivare all'orizzonte della trascendenza. È solo quanto basta per prendere un realismo critico, senza ristrettezza positivista.

In questo senso la spiegazione e l'esperienza mistica è compatibile con la metafisica induttivi e metafisica classica. Non essere prima o metafisica o della teologia è, tuttavia, il rapporto con il Dio vivente. Ma l'estasi di essere l'unità dell'anima con la fonte della vita sovraindividuale questo ci impone di riconoscere il divino accurata un'idea. Vale a dire, Dio è la fonte di ogni essere esemplare e che Dio è il Dio creatore del teismo cristiano

Ma perché non poteva un computer o un dio deist dio o un dio panteistico. Poiché Dio è perfetto e la realtà più perfetta di Dio è il Dio creatore, provvidente e trascendente. Questa considerazione di Dio criticamente maturo e la grazia fondato penetra la nostra volontà e la connessione sarà di aiuto nel rapporto unitivo chiamato estasi mistica.

In breve, il vertice di estasi mistica è nel Dio cristiano e la giustificazione filosofica di questo rapporto è realismo critico come punto di partenza.

Lima, Salamanca 12 Dic 2016