lunes, 21 de agosto de 2017

CHAMANISMO Y POLITEISMO POSMODERNO

CHAMANISMO Y POLITEISMO POSMODERNO  
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
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Filosóficamente el politeísmo no es inconciliable con la filosofía, porque distingue entre la divinidad y Dios. Y el problema capital que plantea es si esta separación entre Dios y su esencia es legítima y por qué cobra auge en medio de la cultura posmoderna. Por lo demás, el politeísmo experimenta un revival con el auge del irracionalismo y el socavamiento en la razón en la cultura posmoderna. El retorno de los brujos,  esoterismo, espiritismo, cábala, alquimia, satanismo,  astrología, cartomancia y quiromancia conocen un auge sin precedentes. Estos cultos ocultistas, paracientíficos y terapéuticos, que Max Weber llamaba “cultos emocionales”, no son un retorno a Dios sino al paganismo politeísta. La ancestral práctica espiritual del chamanismo también participa de este revival.

I. Origen del politeísmo.
Históricamente insurge en un número reducido de pueblos, llegados a un nivel cultural, con organización social diferenciada y estructuras políticas definidas (la India védica, el Japón anterior al budismo, Irán anterior a Zaratustra, Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma, los pueblos germanos, en culturas meso y suramericanas anteriores a la conquista y en algunas pocas culturas de África occidental y de Polinesia). Esto muestra que es un fenómeno religioso reciente y posterior al chamanismo. Mientras el chamanismo es una religión de integración cósmica, el politeísmo es una religión de servicio. De ahí, la tendencia a proponer teorías históricas para explicar su desarrollo:

A) Enfoques Evolucionistas.-
- Hume (Historia natural de la religión, 1757) y J. Rousseau (Émile, 1762), propusieron el politeísmo como primera forma de religión de la que se derivaría el monoteísmo intolerante y persecutorio.  Actualmente esta concepción es cuestionada al concebirse el politeísmo como parte de las religiones de servicio que viene a continuación de la religión de integración.
- E. Garrie, sitúa el politeísmo entre el polidemonismo y el monoteísmo. Esta clasificación ubicaría a las religiones integración bajo la égida del polidemonismo, lo cual no es falso pero tampoco exacto. Las religiones de integración también conocen entes angelicales buenos.
- K. Goldammer propone una serie evolutiva que abarca: polidemonismo, politeísmo, henoteísmo y monoteísmo. Interesante división, pero que conserva el mismo inconveniente de Garrie. Sería mejor decir: poli espiritualismo, politeísmo, henoteísmo y monoteísmo.

B) Enfoque Degradacionista.-
- Voltaire en el artículo “Religión” de su Diccionario filosófico (1764) propone al monoteísmo como primer estadio religioso. Enfoque que no se condice con la historia de las religiones.
- La escuela de historia de las religiones de Viena, siguiendo a W. Schmidt propone un proceso evolutivo del monoteísmo al politeísmo como una «degradación». Esta consideración es forzada. Lo que se constata es que el politeísmo original proviene del poli espiritualismo, y el politeísmo degradado es derivado del monoteísmo. Así, no todo politeísmo es una degradación del monoteísmo.

C) Enfoque Estructuralista y Fenomenológico
- G. van der Leew, R. Pettazzoni, sostienen que los datos históricos no justifican el evolucionismo religioso y que el politeísmo no es un momento histórico anterior al monoteísmo y sustituido por él, sino una forma religiosa independiente, una manifestación del fenómeno religioso, una estructura religiosa que debe ser estudiada como tal. Este enfoque resulta de una exageración de los elementos estructurales sincrónicos sobre los diacrónicos. La historia de las religiones evidencia que el monoteísmo adviene luego del politeísmo.

II. Rasgos principales del politeísmo

Combinando la consideración estructural y fenomenológica con la histórica, podemos señalar como rasgos principales del politeísmo:
- Forma religiosa con una representación «teísta» de la realidad superior, que distingue entre el poder superior encarnado en espíritus, antepasados,  genios, fantasmas, y los dioses como encarnaciones más precisas de esos poderes, dotadas de una mayor distancia en relación con la naturaleza, de perfiles personales y de una posibilidad de influencia sobre la vida de los hombres que entran en relación con ellos.
- Lo más característico es su rasgo sobrehumano y la condición de «totalmente otro» de la realidad, como afirmó R. Otto, pertenecen a otro orden de realidad, esta distinción es la inmortalidad.
- En algunos politeísmos, los dioses no son considerados eternos ni omnipotentes, estando lejos de la configuración monoteísta del mundo superior.
- Su representación «teísta» del orden de lo superior adquiere contornos cosmomórfico, zoomórfico o teriomórfico, fitomórfico, dendromórfico y antropomórfico.
- Pluralidad de las figuras divinas ordenadas por genealogías y jerarquías (unos ochocientos mil kami en el shintoismo; 3.339 que se amplían hasta números ilimitados en el vedismo, parejas de dioses, tríadas, eneadas o una innumerable plebs deorum). En algunos casos se establece la monarquía de un dios supremo.
- Rasgo característico es su accesibilidad al hombre y su disposición para ejercer relación de protección y patronazgo para cada función de la vida humana. San Agustín señala que esto lleva al “deseo frenético de tener muchos dioses” y que no sean más que «epítetos cúlticos» de una misma divinidad.
- No todas las figuras divinas tienen el mismo grado de precisión. Existen dei certi y dei incerti y esta incertidumbre repercute sobre la posibilidad de invocación a los mismos.
- Todo esto parece haber conducido con frecuencia a diferentes formas de monolatría o de henoteísmo.
- Las religiones politeístas han desarrollado grandes sistemas de mitologías, con complejas y confusas teogonías y cosmogonías.

III Explicación Cultural.

- Para F. Engels, G. Dumézil, A. Brelich: mero reflejo de determinadas infraestructuras socio-políticas y económicas.  
- Según R.J. Zwi Werblowsky: el conjunto de infraestructuras no son la causa sino sólo el humus que lo condiciona.
- Algunas «revalorizaciones» del politeísmo insertas en las actuales apologías del paganismo (W. Fr. Otto en relación con los dioses de Grecia y por A. Daniélou en relación con el politeísmo hindú) se basan en descalificaciones del monoteísmo.
- La consideración fenomenológica evita la valoración del fenómeno politeísta y estima que el politeísmo puede reaparecer en determinadas formas monoteístas bajo la forma de ángeles, santos u otros mediadores.

IV Problema Filosófico.

C) Exponentes
- Aristóteles es politeísta al distinguir claramente entre Dios y su esencia.
- En Leibniz su dios plotiniano depende de la esencia divina.
- Hume piensa que el monoteísmo es resultado de la adulación a la divinidad.
- Renouvier, James y Bergson insistieron en la superioridad del politeísmo.
- Max Weber estimó que el Politeísmo resulta de la lucha entre distintas esferas de valores en la cual no se impone un solo valor. Así, el mundo empírico no llega al monoteísmo sino que se detiene en el Politeísmo.
- En Heidegger se da un supraser del cual se derivaría incluso el ser de los dioses.
- Considero que el Politeísmo es resultado del debilitamiento del poder del chamán, la censura moral de apelar a demonios y la necesidad de sustituirlo con la devoción a varias deidades.

D) El problema metafísico
- El problema ontológico metafísico fundamental del Politeísmo es que si la esencia divina da lugar a los dioses, entonces no se trata de una creación fruto del amor y la voluntad sino de una emanación natural que necesita irradiar dicha esencia divina.
- De este modo una esencia divina que no necesita nada ni a nadie, no ama a nadie, ni mira a alguno, y está aislado en sí mismo (llámese Inteligencia en Aristóteles, o lo Uno en Plotino) nunca podrá ser superior a un principio divino omnipotente, omnisciente y omnisapiente, que ama y procede a voluntad y con inteligencia.
- De manera que el Politeísmo con su pluralidad, hipóstasis y jerarquías resulta ontológica y metafísicamente inconsistente ante el monoteísmo donde toda la creación y no la emanación es obra libre de la iniciativa divina guiada por el amor. Es por ello que la idea de Dios en el monoteísmo es metafísicamente más compleja con la idea de creatum ex nihilo. Mientras que el politeísmo y el henoteísmo aun se mueven dentro del presupuesto metafísico del nihil ex nihilo.
E) El revival del paganismo
- La actual apología y auge del politeísmo pagano se da en el marco de la cultura posmoderna (hedonista, relativista y nihilista).
- En medio de la fragilidad del sujeto posmoderno la experiencia religiosa regresiona hacia la fragmentación politeísta de la divinidad.
- El revival del paganismo posmoderno, en el que se inscribe la apología del politeísmo, maltrata el misterio en el esoterismo, multiplicación de dioses y expresa la tiranía descontrolada del sentimiento religioso.
- Con el politeísmo el juega a ser dios mediante la instrumentalización de una religión por retribución. Retribución que también está poderosamente presente en el chamanismo.
- El revival del politeísmo posmoderno es parte de la desaparición civilizacional de Dios y del afán humano por su propia perfectibilidad infinita en plena era del auge robótico y de la era de la apostasía generalizada.
- El chamanismo como religión poli espiritualista que recurre a distintas divinidades intermedias para obtener retribución, también es parte del revival politeísta pagano y de la degradación religiosa del culto monoteísta en la presente era secularizada de la increencia.


21 de Agosto del 2017