TENDENCIAS ACTUALES DE LA FILOSOFÍA PERUANA
Y SU ESPÍRITU
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
El Instituto de Investigación de la Facultad de Humanidades a través de
su directora la Licenciada Carmela López Capillo, el Decano de dicha Facultad
el Dr. Lorgio Guibovich del Carpio y la coordinación del amigo catedrático y
connotado intelectual Augusto Ruíz Zevallos, me han invitado a la presente
Conferencia Magistral para disertar sobre la “Historia del Pensamiento Filosófico Peruano. Tendencias Actuales”. Ante
tan elevado encargo, alcanzaré a señalar en reconcentradas ideas, algunas
convicciones que he adquirido en mis reflexiones.
La presente disertación no
tiene como objetivo una enumeración puntillosa de autores y obras, esta valiosa
tarea excede nuestro objetivo y es abordada con pulcritud por quienes se
dedican a la historia de la filosofía
. Tampoco compartimos la
opinión que sostiene que en el Perú se desarrollan todas las corrientes y todas
las tendencias de la filosofía contemporánea
. Menos aun coincidimos con
quienes piensan que por nuestro espíritu servil no hemos tenido filosofía
original y nos la hemos pasado imitando a España, Francia, Inglaterra, Alemania
y Norteamérica
.
En segundo lugar está el problema sobre aquello que
llamamos “actual”. La “actualidad” misma puede tener diversos parámetros de
referencia y en todo caso parece urgir un pronunciamiento no reiterativo sobre
lo ya conocido. Así resulta un recurso fácil repetir la conocida clasificación
de las corrientes actuales de la filosofía peruana en: fenomenología y existencialismo,
marxismo, filosofía analítica y filosofía de la liberación. Esta es la fórmula
acomodaticia de repetir los autores conocidos y consagrados.
Más bien lo actual exige dar cuenta del horizonte
más reciente y novedoso en donde han brotado nuevas tendencias y sus autores,
en muchos casos, son aun desconocidos, como: la filosofía conformacional
(Víctor Baltodano Azabache), filosofía de lo cívico (Julio Rivera Dávalos),
filosofía de la anamnesis (Víctor Samuel Rivera), filosofía estético-antropológica (Luis Solari Reinoso), filosofía de la conservación y de la destrucción (Fidel Gutiérrez Vivanco), filosofía andina (Víctor Mazzi,
Luis Enrique Alvizuri, Víctor Díaz Guzmán, María Flores Gutiérrez), la ética
del ser (Miguel Polo Santillán), la filosofía perennialista (Francisco Reluz
Barturén), la filosofía intercontextual (José Herrera Díaz), la filosofía
mitocrática (Gustavo Flores Quelopana), las cuales corren paralelas como brotes
nuevos junto a las vetustas corrientes de la analítica, el marxismo y la
liberación. Incluso muchas de estas novedades pueden verse naciendo de la
corriente liberacionista misma.
La filosofía
conformacional de Víctor Baltodano Azabache. Doctor en ciencia de la
educación, Magister en Historia de la Filosofía, docente de Posgrado en la
Universidad nacional de Trujillo y fundador del Instituto de Investigación de
la Filosofía Conformacional. Ha formulado en dos libros recientes (Filosofía de las ciencias, 2010; y Filosofía conformacional, 2013) una
filosofía conformacional, que desde un idealismo subjetivo plantea que no hay
hechos sin conceptos, la mente modela el mundo, signos y existencias no existen
al margen del concepto, la cosa en sí no existe, hay que eliminarla. A partir
de este nominalismo epistémico del conceptualismo puro, que destierra toda
metafísica, se propone impulsar una ciencia y tecnología propia para el Tercer
Mundo.
La ética del
ser de Miguel Polo Santillán. Catedrático en la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía y principal
protagonista en el campo de los debates éticos de la filosofía como indagación
sobre la praxis. Fecundo autor y entre lo más destacado de su producción
encontramos: Ética y crisis moral; Ética:
modo de vida, comunidad y ecología; Los lenguajes de la ética; Indagaciones
sobre el sentido de la vida. Polo ha centrado su atención en el Ethos como estancia propia de nuestro
ser, hasta pensar que la ética es en realidad ontología. En esto tiene una
postura parecida a Heidegger y a Hans Jonas.
Sostiene que la modernidad aisló al individuo dejando que inventara nominalistamente
sus propios valores. Preconiza basar la moral en el ser para descubrir los
valores en lo inmanente en vez de en una oculta metafísica de lo trascendente.
Piensa que esto es posible mediante la autognosis o la vida atenta a lo que es.
En suma, se trata de recuperar el absoluto en lo inmanente para emprender una
visión holística desde el “conócete a ti mismo”. Al respecto se puede afirmar que
su énfasis en una metafísica de lo inmanente, como vía para recuperar lo absoluto
en la ética, lo coloca en un difícil equilibrio donde está de acuerdo con el
sesgo anti-trascendentalista de la modernidad pero al mismo tiempo rechaza su
relativismo, subjetivismo y nominalismo.
La filosofía
de lo cívico y de lo hímnico de Julio César Rivera Dávalos. Licenciado en
Economía, contador y auditor, con estudios privados de filosofía. En sus obras El poder de un Símbolo Patrio (2008) y La nueva clave de la simbología hímnica
(2014) ha desarrollado una filosofía hímnica y una filosofía de lo cívico. Al
respecto hay que señalar que sus investigaciones encajan en la disciplina
filosófica de indagación sobre la praxis. Las otras cuatro disciplinas, como
sabemos, son: indagación sobre el conocimiento, sobre el hombre, sobre la
naturaleza y sobre la filosofía misma. En la indagación filosófica sobre la
praxis hay temas: axiología, ética, estética, filosofía del Derecho, político-social, de la religión, la técnica y
el trabajo. El mérito de Rivera Dávalos es haber descubierto dos nuevos temas:
lo hímnico y lo cívico. En este sentido, su filosofía
de lo hímnico descubre que todo himno patrio obedece a leyes a priori a las
cuales se conforma la experiencia comunitaria, a saber: la dialéctica de
oposición sin conciliación, la colisión de los principios (temporalidad,
intangibilidad y solidaridad), y la esencia dialógica. Y su filosofía de lo cívico hace el hallazgo
que la emocionalidad ético-cívica es la esencia del símbolo hímnico. A partir
de este análisis epistémico realista de lo hímnico y lo cívico se propone
contribuir al cambio de mentalidad de la conciencia nacional desde la sumisión
y el servilismo al amor a la libertad y el desarrollo nacional.
La filosofía
de la anamnesis de Víctor Samuel Rivera. Doctor en filosofía, Magister en Historia de la
Filosofía y Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía desde 1992. Es autor de
los libros: Antenor Orrego, dos ensayos
de hermenéutica política; La demencia de la modernidad; Cosmopolitas y soberanistas. Ha planteado
en diversos artículos y algunos libros una hermenéutica crítica-analógica y un
saber rememorante aplicado a la historia del pensamiento peruano, critica a la
modernidad como una patología narcisista, de clara tendencia antiliberal y
contrailustrada y efectúa una crítica severa a la civilización tecnológica. Se
integra al proyecto del pensar rememorante de Gianni Vattimo. Samuel Rivera
constituye la presencia más destacada del pensamiento posmoderno en el medio
local. Y en este sentido es susceptible a las críticas que se le han dirigido a
esta corriente de pensamiento. No obstante su posmodernismo es original, porque
si bien rechaza la pretensión a una verdad absoluta sin embargo eso no
significa la negación de otras realidades. Por eso no es un mero realista, dado
que en la base de su pensamiento hay una decidida afirmación prelógica de lo
real. En otras palabras, su contingentacionismo no excluye lo espiritual ni el
mundo ideal. Es una apropiación real-maravillosa y muy latinoamericana de lo
posmoderno.
La filosofía
perennialista de Francisco Reluz Barturén. Licenciado en Filosofía,
Magister en docencia universitaria, docente en las universidades Cayetano
Heredia, Unife y Católica de Lambayeque, y Miembro de la Sociedad Internacional
de Filosofía Tomás de Aquino (SITA-Perú). Propone una filosofía perenne
entendida como la relación del continuo histórico de las ideas, donde desde los
enfoques del pasado devienen las corrientes actuales. En sus libros Epistemología y sentido de vida (2011) y
Filosofía que debe permanecer en la
educación actual (2008) aborda la temática epistemológica y educativa desde
una perspectiva antinominalista y antinaturalista. Su filosofía perenne es un
idealismo de dirección realista, que reacciona contra el decadente relativismo
cultural y el barbarismo científico. Su objetivo es desentrañar para lo
pedagógico y epistémico el valor de la metafísica realista de cuño tomista y lo
erróneo de hacer depender el sentido de los entes del universo del discurso
lógico-lingüístico. El sentido de la vida está dado porque conocer no es copiar
ni conceptualizar sino interpretar, porque la vida es de carácter metalógica.
La indagación sobre la filosofía misma tiene en
nuestra patria dos vertientes: una que investiga sobre la historia de la
filosofía y otra que lo hace en la filosofía de la filosofía. A la primera
pertenecen las clásicas historias de la filosofía, mientras que a la segunda
corresponden los estudios sobre la filosofía andina.
En lo que atañe a la historia de la filosofía nacional
cabe mencionar dos obras: Historia de la
filosofía en el Perú de Juan Huamaní Córdova de la Universidad San Luis
Gonzaga de Ica y que pone énfasis en la filosofía liberacionista, y la otra
obra es La Filosofía Entre Nosotros. 500
años de Filosofía en el Perú, de Augusto Castro de la PUCP, la cual pone
énfasis en el sesgo indigenista de nuestra reflexión filosófica.
Por su parte, la filosofía andina es una de las más novedosas y activas corrientes
que buscan desde diversas perspectivas la fundamentación de la filosofía precolombina,
la reconceptualización de lo filosófico y lo andino. En este movimiento
participan: el nativismo dialéctico de Juvenal Pacheco Farfán de la universidad
San Antonio de Abad, el nativismo hermenéutico de Víctor Mazzi Huaycucho de la
Universidad La Cantuta, el nativismo cosmogónico de Víctor Díaz Guzmán, el
nativismo liberacionista de Ladislao Cuéllar de San Marcos, el humanismo
ecológico andino de María Flores Gutiérrez de la Universidad San Cristóbal de
Huamanga, el comunitarismo antioccidental de Luis Enrique Alvizuri, el
comunitarismo idiomático de Odilón Guillén Fuentes, el culturalismo
intercultural de Rafayle y Pauccar, el nativismo ecológico de Máximo Grillo. La
filosofía andina es importante para la vida nacional porque contribuye a corregir
el anatopismo imperante, reconceptualizar el origen de la filosofía más
allá del esquema griego y profundizar en la meditación de la propia identidad.
Haber hecho esta enumeración muy incompleta de
tendencias recientes significa recién plantear el problema de fondo, a saber,
el de su significado y espíritu. La reflexión sobre las tendencias actuales de
la filosofía peruana indaga sobre lo que la caracteriza, a saber, un esfuerzo
de síntesis entre el movimiento liberacionista, la tradición moderna y el
movimiento nihilista posmoderno. Resolver el problema de nuestra identidad, la
reconceptualización de la filosofía, lo racional, el conocimiento de lo real,
la decolonialidad y la relación dialéctica entre cultura occidental y crisis
moral, es el leit motiv de la
filosofía peruana actual.
Cómo entender esta amalgama de tendencias
contrapuestas. Por un lado, el posmodernismo edifica una salida antirracional,
en donde el “nuevo hombre liberado” es un ser pasivo y sin proyectos. Por otro
lado, las teorías post-occidentales buscan reflexionar desde la especificidad
histórica y política de nuestras propias sociedades. Por su parte, las teorías
no-eurocéntricas reclaman una revalorización del pensamiento mítico en términos
filosóficos y al mismo tiempo una reconceptualización de la filosofía misma.
En primer lugar hay que reconocer que la filosofía
peruana como la filosofía latinoamericana es un reflexionar que se da unida a
la vida, a la literatura, al ensayo y a lo social. Esto es, si las filosofías
anglosajonas tienen un sesgo pragmático, la filosofía europea una fisonomía
hermenéutica y la filosofía oriental un cariz metafísico, la filosofía iberoamericana
tiene una expresión social. Es por eso que conviene tener presente la función
docente de los filósofos iberoamericanos. Entre nosotros los principios
políticos, económicos, teológicos y metafísicos han estado asociados con el
pensamiento social.
Y esta es una característica esencial de nuestra
reflexión filosófica. No es casual que en Iberoamérica y en el Perú tenga un
papel bastante notable y fecundo las corrientes liberacionistas. Es decir, la
filosofía de la liberación (ontologista, analéctica, historicista,
problemática, etc.) y la teología de la liberación, no son sino más que
expresiones que beben de la misma fuente del espíritu liberacionista de la filosofía peruana e hispanoamericana.
En otras palabras, la filosofía de la liberación ni la teología de la
liberación agotan la savia liberacionista
del filosofar latinoamericano.
Esta savia liberacionista del filosofar
latinoamericano es la que nos hacer ser profundamente ensayísticos y es la que
aflora en las diversas generaciones adscritas a las más diversas corrientes
filosóficas. En otras palabras, el filosofar peruano e iberoamericano tiene una
profunda vocación humanista y liberadora que impide que seamos el servil y fiel
remedo del magisterio europeo. Lo cual es notorio tanto en aquellos que
filosofan nuestra realidad -los llamados afirmativos-, como en los que
filosofan problemas universales o asuntivos.
Comparativamente se puede afirmar que así como China
y Japón están por debajo de la India respecto a la actividad especulativa, y
que el Oriente en su totalidad no se compara a Occidente en especulación, de
modo similar se puede afirmar que Iberoamérica se encuentra rezagada en cuanto
lo especulativo pero bastante avanzada en cuando indagación filosófica sobre la
praxis y últimamente en cuanto indagación sobre la filosofía misma.
Esto hace que en la filosofía peruana se dé una
preferencia por la intuición intelectual en vez de la razón. Es decir, en una
filosofía con apego por la reflexión sobre la praxis ocupa una posición
importante la intuición intelectual como instrumento metodológico para penetrar
más en la realidad humana. Unido a esto se encuentra que entre nosotros no han
prosperado ni hallado lugar estable ni el dualismo ni el pluralismo. En su lugar
se tiende a pensar en una única realidad fundamental como sostén de todo lo que
sucede.
Este monismo está construido sobre bases menos
raciones que en Occidente, y está vinculado a lo real maravilloso que infunde
el modo de pensar y sentir latinoamericano. De ahí que en la filosofía peruana
e hispanoamericana se tienda a pensar que detrás de la realidad pasajera existe
un trasfondo permanente. Modo de pensar que hunde sus raíces en lo ancestral
precolombino que tras estilizaciones geométricas y zoomórficas no se canta a la
muerte como en los egipcios sino a lo fluyente y permanente de la vida. Esto no
lleva a pensar que tras el espíritu liberacionista y humanista del filosofar
peruano y latinoamericano subyace un sentido cósmico de la movilidad universal
de un Absoluto dinámico.
Es decir, el espíritu humanista y liberacionista de
la filosofía peruana e iberoamericana no significa que sea meramente práctica y
sería una simplificación decir que persigue solamente un fin mundano. La mayor
preocupación por la sociedad, la justicia y la libertad no representa un
divorcio entre la realidad de este mundo y del otro mundo, puesto que la
intuición más profunda no limita la importancia de la vida a lo inmanente sino
que abarca también lo trascendente. No es pues únicamente lo social, sino
también la armonía con el universo lo que cuenta.
En una palabra, la creatividad filosófica peruana y
latinoamericana se manifiesta no tanto por expresarse en estilo ensayístico o
sistemático, en obras metafísicas, éticas, estéticas, analíticas, historia de
las ideas, de la liberación, de lo andino, etc., sino por hacerlo dentro de un espíritu liberador y humanista que
refleja una intuición metafísica de lo Absoluto
en vibración permanente.
Lima, Salamanca 18 de Setiembre del 2014