LA SILOGÍSTICA
UFOLÓGICA EN LA CRISIS DEL LOGOS HUMANO
La exclusión del principio del tercero excluido en la ufología
platillista
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
I
El
presente escrito tiene por objeto investigar las leyes básicas de las
operaciones intelectuales de los ufólogos platillistas mediante los cuales
realizan sus razonamientos; expresar estas leyes en el lenguaje lógico y, sobre
esta base, si es necesario, afirmar el platillismo como falacia lógica. Toda
esta investigación no tiene como objetivo desestimar el problema de la
existencia de la vida inteligente extraterrestre. Al contrario, escépticos y
creyentes debemos estar unidos y dejar de vernos como enemigos en el estudio de
tan importante tema por las repercusiones metafísicas, teológicas, físicas y
éticas que implica. Por consiguiente, las líneas que siguen deben ser asumidas
como reparos metodológicos en vías de un tratamiento más riguroso sobre el
mentado tema.
Aristóteles
consideró a la lógica como la nueva ciencia creada por él, planteó la teoría
del razonamiento, concepto, juicio, demostración, leyes de la lógica y
subterfugios sofísticos. Fue su análisis del arte oratorio lo que le permitió
crear la lógica con el fin de desarmar para siempre a los sofistas. Y sostuvo
que el tercio excluido es inaplicable a acontecimientos contingentes. Sin
embargo, admite una contingencia, pues no todas las cosas son o tienen lugar
por necesidad. Pero como no explica la relación de esta ley con lo contingente,
da un vasto espacio para diversas interpretaciones. Se le considera antecesor
del intuicionismo lógico. Ahora bien, podemos interrogarnos si es el
razonamiento platillista (postura que liga el fenómeno ovni a la existencia de
extraterrestres) la nueva versión sofística en nuestra era tecnológica.
II
El
primer experimento lógico que haremos será empleando, como el estoico Crisipo
de Soli (281/277-208/205 a.n.e.), la universalidad de la ley de tercio excluido como fundamento de la lógica bivalente. Como
Crisipo –de extraordinaria fecundidad con su afán de superar a Epicuro y
corregir a Aristóteles- vamos a pensar que en los razonamientos se tratan de la
relaciones entre cosas concretas reales y no entre conceptos. Con ello vamos a reducir con Crisipo todos los
razonamientos a cinco tipos básicos de silogismos, incluidos dos modos del
silogismo hipotético:
1.
Si hay a, hay b Si hay ovnis,
hay extraterrestres
Hay a
ahora hay ovnis
Luego, hay b luego hay
extraterrestres
2.
Si hay a, hay b Si ahora hay
ovnis, hay extraterrestres
No hay b No
hay extraterrestres
Luego tampoco hay a ahora no hay ovnis
Los
razonamientos disyuntivos también tienen según Crisipo, dos modos:
1.
O hay a, o hay b
O hay ovnis, o hay extraterrestres
Hay a
hay ovnis
Luego no hay b
Luego, no hay extraterrestres
2.
o hay a, o hay b
O hay ovnis o hay extraterrestres
No hay b no
hay extraterrestres
Luego hay a
Luego, hay ovnis
El
silogismo conjuntivo tiene, en Crisipo, la forma:
1.
a y b no pueden estar juntos
Ovnis y extraterrestres no se dan a la vez
a
está
ovnis aparecen
Luego no está b
Luego, los extraterrestres no existen
Desde
Crisipo la lógica bivalente clásica adquiere derecho a existir (recordemos que
para Aristóteles la ley del tercero excluido sólo se suponía de forma inevidente).
Con Crisipo el estoicismo aceptaba la ley del tercio excluido y el determinismo
para los futuros acontecimientos contingentes. Lo peculiar de la doctrina
lógica de Crisipo es que ocupa un lugar de consideración el problema de la universalidad de la ley de tercero excluido,
ligado íntimamente con el determinismo del destino
de la doctrina filosófica del estoicismo. Crisipo no se limitó a destacar la
exigencia de la necesidad, sino que la fundamentó lógicamente. El principio del
tercero excluido se convirtió en la piedra angular de la lógica estoica, que
dice: cada proposición o es verdadera o es falsa. Esta doctrina lógica determinista fue objeto de burlas
y ataques. Ya el historiador griego Plutarco ironizaba: “Crisipo ve la utilidad
de los chinches en que no nos permiten dormir demasiado, y los ratones nos
obligan a guardar mejor los bienes”.
De
cualquier forma, dentro de los cinco tipos básicos de razonamientos
considerados por Crisipo sólo el silogismo
hipotético en su primer modo da un resultado favorable a los platillistas. Pero
como se sabe la Hipótesis es un
razonamiento supuesto sobre los nexos regulares en los fenómenos. La hipótesis
no se reduce a una sola forma de pensamiento –concepto, juicio o razonamiento-, sino que incluye todas. Según el
grado de universalidad se distinguen entre hipótesis generales, particulares y singulares. La hipótesis general es un supuesto científico sobre las causas de los
fenómenos (p. ej., la Hipótesis de que la causa de los ovnis son los
extraterrestres, puede ser una hipótesis general). En el caso de confirmación, la hipótesis general se
convierte en teoría científica, pero en el caso de los platillistas esto aun no
ha sucedido, quedando todos sus argumentos en el plano de lo especulativo. La hipótesis particular es un supuesto
científico sobre las causas de una clase de objetos observados (p. ej., las
hipótesis sobre los ovnis como máquinas inteligentes). La hipótesis singular es un
supuesto científico sobre las causas de fenómenos concretos (p. ej., las hipótesis
sobre el avistamiento de un supuesto ovni en Miraflores, Lima-Perú, el 11 de
febrero del 2015).
III
Las
hipótesis de trabajo son empleadas en
la ciencia y en otras actividades al comienzo del estudio del fenómeno, los cuales
no tienen como finalidad revelar sus causas. Pero el caso es que en el modo de
razonar del platillismo se cruza la frontera hipotética y lo no confirmado se
convierte en supuesta causa explicativa. Aquí es necesario recordar que los modos de confirmación de las hipótesis
se dividen en directos e indirectos.
El modo directo consiste en descubrir
el supuesto objeto que causó el fenómeno (p. ej., capturar una nave
extraterrestre como causante del fenómeno ovni, lo cual hasta hoy no hay prueba
contundente alguna). El modo indirecto
de confirmación de la hipótesis consiste en refutar todas las hipótesis o
versiones falsas, por lo cual se razona la autenticidad de la suposición (p.
ej., descartar que el fenómeno ovni es de origen natural o humano y confirmar
la autenticidad de su origen extraterrestre). Al emplear este método es
necesario enumerar todas las hipótesis y refutar todas hipótesis falsas, cosa
que no han hecho en absoluto los ufólogos platillistas o que lo efectúan de
modo muy incompleto.
En
una palabra, los modos de razonamiento de Crisipo nos llevan hacia la necesidad
de la confirmación del razonamiento
hipotético platillista, en el caso de que el silogismo hipotético se convierta
en explicación científica. Pero el caso es que el platillismo hasta hoy se
muestra impotente de confirmación alguna de su hipótesis central, a saber,
confirmar la existencia de extraterrestres; y así todo queda en la ficción. La
hipótesis es una etapa necesaria del conocimiento, todas las leyes y teorías
científicas pasaron por la fase de la hipótesis. Y la hipótesis platillista
tendrá que pasar por el filtro de la confirmación para abandonar el feudo de la
pseudociencia.
Ahora
bien, para honrar la historia del pensamiento lógico hay que reconocer que
después de Crisipo se considera al filósofo árabe Avicena, representante del
aristotelismo oriental, como el descubridor de los llamados silogismos hipotéticos (compuestos de
una premisa categórica y una hipótetica). Los aportes de Avicena (silogismo apagógico o ad absurdum, teoría del juicio, su doctrina
de la inducción y la analogía) fueron de consideración en la difusión de los
conocimientos lógicos en Oriente. A diferencia de Aristóteles, para quien lo
primordial era el aspecto ontológico y
la división según los grados del ser, para Avicena lo fundamental en el
análisis de la modalidad de los juicios es su aspecto lógico, es decir, el grado de veracidad del juicio. Con ello se
abría la consideración nominalista y moderna de que una posibilidad lógica no
equivale a una posibilidad real. Consideración, por lo demás, muy útil para
apreciar cómo en la era tecnológica la sofística platillista hace uso de una
silogística en la que se toma la posibilidad lógica como posibilidad real.
IV
El
segundo experimento lo haremos tomando en cuenta la nueva línea lógico-semántica
abierta por Bolzano (1781-1848). Lógico, matemático y sacerdote checo es
considerado el segundo lógico después de Aristóteles, anticipó muchas ideas de
Cantor y de la moderna lógica neoclásica, en particular, la lógica modal, defendió la existencia de
la abstracción del infinito actual y es
el precedente inmediato de la lógica matemática. Por defender el socialismo
utópico se le prohibió por orden del emperador austríaco trabajar en
instituciones públicas y publicar sus trabajos. Sus ideas filosóficas
representan un desarrollo del idealismo objetivo de Platón. Pensaba que todas
las lógicas anteriores examinaban lo pensado solamente como entes reflexionados
por el hombre y nadie lo estudiaba como entes
ideales y verdades en sí. Para Bolzano los entes ideales son totalmente
independientes del sujeto cognoscente, ni siquiera dependen de Dios, pues,
según él, Dios no los creó, aunque como ser omnisapiente conoce todas las
proposiciones, entes ideales y verdades en sí. Su concepción de los entes ideales
ejercería una influencia decisiva en Brentano y Husserl.
Bolzano
se propuso una lógica nueva, capaz de servir a los hombres en la construcción
de cualquier ciencia concreta. Más la Lógica
nueva debía investigar, así mismo, el mecanismo de descubrimiento de nuevas
verdades. Al arte de descubrimiento lo llamó heurística. Actualmente la heurística se desarrolla en la
metodología de la ciencia como en los estudios sobre la inteligencia
artificial. Entre sus aportes descubrió el sentido del empleo de variables en
la lógica, precisó el contenido semántico de muchos tipos de relaciones
lógicas, amplió las posibilidades del análisis deductivo, precisó los
postulados básicos de la teoría de la deducción, sentó las bases de la
semiótica, anticipó la solución del problema de la implicación fuerte e
introdujo por primera vez una definición rigurosa de la secuencia lógico en el sentido lógico-semántico. Este último
aporte es considerado como un logro de trascendencia histórica que lo hace
clásico en la lógica.
Otro
creador de la lógica matemática es
George Boole (1815-1864). Lógico y matemático irlandés, científico autodidacta,
celebrado por Russell y Brouwer, formuló la lógica
del cálculo y el álgebra del pensamiento, estimuló el logicismo y la reducción de la matemática a la lógica. Sus aportes
fueron perfeccionados por el lógico escocés A. De Morgan (1806-1871), el lógico
inglés Jevons (1835-1882), el lógico y lingüística estadounidense Peirce
(1839-1914) y el lógico alemán E. Schröder (1841-1902). Las ideas de Boole
estimularon poderosamente el desarrollo del logicismo
y fue la principal arma de sus partidarios en los intentos de reducir la
matemáticas a la lógica.
Hito
importante en el desarrollo de la nueva lógica fue el matemático alemán Cantor
(1845-1918). Creador de la teoría de los conjuntos, basado en un platonismo
matemático distingue tres sentidos del infinito: Dios, creación y abstracción
matemática. La noción de conjunto
infinitos acabados existentes en un mundo matemático supraobjetivo sienta
la base ontológica para el uso ilimitado del tercio excluido, que por extensión haría imposible los sofismas
platillistas. Pero la paradoja de
Russell asestó un golpe durísimo a la teoría de conjuntos, lo mismo hicieron
otras paradojas (de Richard, la de Grelling, etc.). Se debilitó la confianza en
la teoría de conjuntos que afectó a la lógica clásica y hasta hoy no se supera
la tercera crisis de fundamentos de la matemática, crisis que promovió la
aparición del logicismo, formalismo e intuicionismo, y por supuesto que la
circunstancia de las paradojas es aprovechada por la ufología platillista que
habla de nueva lógica del complemento, integrativa y holística. Palabras
rimbombantes que en el fondo sólo buscan justificar una neosilogística
hipotética de la era tecnológica.
También,
en el debate de la nueva lógica es imprescindible referirse a L. E. J. Brouwer
(1881-1966), hombre de vasta cultura enciclopédica y que aduce en sus obras
numerosos pasajes de la filosofía de la India, es considerado uno de los
principales matemáticos y lógicos del siglo veinte. Contrario al platonismo
lógico de Bolzano, cuyos adeptos suponen que los objetos lógicos y matemáticos
existen realmente en un mundo de ideas. Desarrolló una concepción original
llamada intuicionismo. Inicialmente
fue pensada para eliminar las paradojas de la teoría de conjuntos y superar las
limitaciones del logicismo y el formalismo. Pero el significado
revolucionario para la ciencia moderna fue mayor. Su concepción fundamentó el pluralismo de las teorías matemáticas.
Después de él se puede hablar de las matemáticas
clásicas (apoyadas en las teorías de conjuntos) y de las matemáticas de los intuicionistas que
tienen sus objetos propios.
De
este modo fundamenta así mismo el pluralismo
lógico y muestra que al lado de la lógica
bivalente clásica existe la lógica
intuicionista y la lógica
constructiva. Concluyó que la tradicional lógica bivalente aristotélica no
era la única base del pensamiento matemático del hombre –algo similar hemos
sostenido nosotros cuando afirmamos la existencia de la filosofía mitocrática y que la filosofía griega no es la única
forma de toda filosofía posible, o dicho de otra manera, que la estructura
lógica de la filosofía griega no es la única base del pensamiento filosófico
del hombre-.
Fue
el primero en darse cuenta que los modos de deducciones lógicas dependen
sustancialmente de los objetos a que se apliquen, de que las leyes de la lógica
tradicional (p. ej., la del tercio excluido), elaboradas en el examen de los
conjuntos finitos, pierden su sentido habitual en su aplicación a conjuntos infinitos. Por lo que la ley del tercero excluido como
instrumento para descubrir la verdad debe ser rechazada en las operaciones con
conjuntos infinitos. Este primer resquebrajamiento de la lógica bivalente trata
de ser explotada por el razonamiento platillista para justificar sus
afirmaciones contradictorias, pero para ello se ven obligados a omitir un punto
esencial del intuicionismo, a saber, que dicho cuestionamiento del tercero
incluido sólo se refiere a conjuntos infinitos más no a conjunto finitos, como
supuestamente lo serían los ovnis.
Además,
otro aporte suyo es cuestionar la correlación entre pensamiento, lenguaje y lógica. Para Brouwer el lenguaje no es un medio seguro contra la
tergiversación del pensamiento humano, reconoce que la matemática intuicionista
es actividad interna sin lenguaje del pensamiento, pero reconoce que el
lenguaje es necesario para fijar los resultados del pensamiento. En su opinión,
la lógica clásica es solamente una imitación mecánica del lenguaje matemático y
sus deficiencias se extienden automáticamente a la lógica. Lenguaje y lógica
surgen después de las matemáticas, por lo cual las mismas no dependen de la
lógica.
En
suma, las ideas de la lógica intuicionista de Brouwer, como contrapeso a las
matemáticas plurales, puede considerarse matemática de objetos inacabados, muy útil a los creadores de ordenadores y de la
inteligencia artificial, y además asentada en principios distintos de la lógica
bivalente tradicional. Pero de ninguna forma sirven para ser contrabandeadas
por los subterfugios sofísticos de la ufología platillista.
V
Después
de esta concisa exposición de la nueva línea lógico-semántica del desarrollo
lógico lo que se observa en la presente era tecnológica en la argumentación
lógica de los defensores del platillismo es el abuso hermenéutico de la nueva lógica y del pluralismo lógico. Por
ejemplo, hablan sin el menor empacho de hermanos mayores, seres extraterrestres
intergalácticos, viajes interdimensionales, razas alienígenas, portales
cuánticos, confederación galáctica interestelar, experimentos genéticos aliens,
abundancia de vida en el universo, cronones, etc., etc. Y cuando se les
pregunta por el fundamento lógico de tales razonamientos arguyen palabras como
holismo, complementariedad, indeterminación, meditación de contacto, etc. Y con
todo este arsenal de palabras esotéricas y pseudocientíficas lo único que hacen
es acopiar ideas que no cumplen ni con el principio
de no contradicción ni del tercero incluido,
además de no tender a algo real. Su divorcio con los hechos observados no es
responsabilidad de la nueva lógica, sino de una neosilogística sofística de carácter hipotética, que quiere hacerse
pasar como confirmada y contrastable.
Por
ello, ratificamos que la argumentación platillista pertenece a la nueva
silogística sofística de la era tecnológica, donde se desestima el mundo
experimentable y se limita a una coherencia lógica interna que tiene que ver
más con lo psicológico y lo cultural que con lo ontológico y real, con gurús
carismáticos que ejercen un dominio mental sobre gente manipulable y
desorientada. Por eso se trata de una fe profana invulnerable tanto a la fe
sobrenatural como a la razón. Pero no se trata solamente de una psicopatología individual
sino de una más amplia de carácter social. Más la sociedad psicopática tiende a
generar no mitos sino mitoides en un era hiperracionalista y tecnologizada, y
su mecanismo lógico es lo que más intriga.
Desde
el punto de vista lógico, el dogma platillista se asienta en la no universalidad del principio del tercero
excluido, a lo que se le quiere dar un toque indeterminista y cuántico, lo
cual puede considerarse como un fenómeno del
mismo orden en la historia de la civilización, donde se dio la fe en la
racionalidad de pi o en la rotación
de la bóveda celeste en torno a la Tierra. Las causas de la vitalidad tan
prolongada de este dogma platillista en plena era tecnológica son: Primero, la falta evidente de
contradicción de principio para un juicio singular arbitrario; segundo, la legitimidad práctica de toda
la lógica no clásica para un vasto grupo de fenómenos microfísicos y tecnológicos
introducidos en la vida diaria. Este último hecho impresionó tanto que la
actividad del pensamiento la consideró no sólo útil y muy arraigada, sino
también apriorística.
En
otras palabras, la exclusión del
principio del tercero excluido, tan promovido desde la física cuántica, ha
permitido a la sofística platillista toda clase de licencias racionales en el
macromundo. Y así, en el mundo posmoderno la frontera entre lo verdadero y lo
falso se ha vuelto nubosa, oscura e indistinguible. Ya Jan Lukasiewicz, lógico
polaco (1878-1956), señaló sobre los comentarios de Duns Escoto de los tratados
de Aristóteles, un axioma llamado la ley de Escoto: “De la mentira se infiere
cualquier cosa”. Y eso es lo que se observa inferir en labios de los carismáticos
gurús platillistas.
De
manera que la imposibilidad de los platillistas de demostrar práctica y
teóricamente sus asertos asesta un golpe mortal a los mitoides generados en la
modernidad, ante todo a la filosofía irracionalista de la posmodernidad. En
realidad, cualquier enfoque platillista basado en los seguros principios
lógicos clásicos o no clásicos no logran demostrar la no contradicción de sus
afirmaciones. Esto significa que la ufología platillista debe renunciar
irrevocablemente a las pretensiones de autenticidad o significación absoluta de
sus resultados. La situación se agrava con la imposibilidad de demostrar su no
contradicción en la práctica, pues
cuanto dicen los platillistas resulta absurdo ya que nadie puede garantizar que
en el futuro no surjan nuevas contradicciones teóricas y prácticas. De suceder
esto reiteradamente todo el platillismo se reduciría a cenizas, como pareció
ocurrir a fines de los años 1990 y el 2012 con los fraudes del autor de “Yo
visité Ganimedes”, la civilización ummita y los escándalos de la iglesia de la
Cienciología.
VI
A
estas alturas uno se siente tentado a formular teoremas a la manera de Kurt Gödel,
pero si éste pudo hacerlo ante el logicismo fue porque poseía un sistema formal.
En cambio, las proposiciones formalmente insolubles del platillismo carecen de
sistema formal expreso, pero tienen un sistema
formal implícito. Por ejemplo, la argumentación contactista es uno de sus baluartes y, sin embargo, en tal sistema
existe el problema que sus afirmaciones son simplemente indemostrables e
irrefutables en el marco de dicho sistema. Así se trata de un sistema de
axiomas que no permite abarcar su demostrabilidad
ni autenticidad. La autenticidad de
tales afirmaciones solo puede ser constatada mediante razonamientos no formales.
De
modo que arribamos a un teorema sobre la insuficiencia
del sistema de axiomas implícitos en la ufología platillista porque no
permite abarcar las verdades contenidas en él. Un segundo teorema se une al
primero, porque es imposible demostrar la no contradicción del sistema formal
platillista por medios del propio sistema. Estos teoremas de insuficiencia
deberían provocar pesadillas en las almas ufológicas y conducirlos a la
renuncia irrevocable de sus pretensiones de autenticidad, a no ser porque
constituye un verdadero blindaje inexpugnable a todo razonamiento su espíritu
esotérico y sectario, cuando no pecuniario. En una palabra, es evidente que en
el razonamiento ufológico platillista no coinciden la autenticidad y la
demostrabilidad.
Por
otro lado, es verdad que no puede pensarse concluido ni definitivo construir
otro sistema formal más potente para demostrar la no contradicción del primer
sistema. Pero para demostrar la no contradicción del segundo sistema será
necesario otro mejor y así ad infinitum.
Lo cual es absurdo. De tal modo que el proceso de demostración de la no
contradicción no puede considerarse concluido y realizable por lo métodos
finitos.
Es
cierto que Hegel reclama la necesidad de comprender la lógica en un sentido más
profundo que en el sentido de la ciencia del pensamiento netamente formal y en
su lugar postula la lógica dialéctica.
Para ello entendía la ciencia sobre la contradicción
dialéctica como fuerza motriz del desarrollo de todos los procesos, la cual
hay que distinguir con precisión de la contradicción lógico formal, cuya
inadmisibilidad en el pensamiento estipula la ley de no contradicción. Para Hegel la dialéctica de la razón puede
juntar y oponer principios contrarios pero no es capaz de sintetizarlos,
muestras de tal dialéctica son las antinomias kantianas y el principio de
complemento en la moderna física cuántica. La síntesis de contrarios es
factible sobre la base de integridad de las partes de la unidad contradictoria
de cada una de las partes contrarias de la contradicción dialéctica. Por eso es
posible la flexibilidad universal de los conceptos, los cuales junto con las
categorías son los peldaños del pensamiento que se autodetermina. Esto
significa la subordinación de la lógica formal a la lógica dialéctica.
Justamente
la lógica paraconsistente es un nuevo
enfoque en el análisis de las contradicciones. Su creador Newton Da Costa
señalaba que la dialéctica no admite crítica desde el punto de vista de la
lógica (Valor filosófico de la lógica paraconsistente. En: Ciencias filosóficas. M., 1982, n° 4, p.124). Es posible que la
lógica dialéctica como lógica no tenga gran valor, pero sus observaciones e
ideas son de gran valor para el lógico tradicionalista.
VII
Ahora
bien, se puede pensar que la lógica dialéctica hegeliana puede ser útil al
razonamiento ufológico platillista por cuanto ve los conceptos y categorías
como peldaños del pensamiento
autodeterminante, y así el contactismo sería una de las síntesis de los
contrarios. Sin embargo, esto no es cierto porque la lógica dialéctica no
suprime la ley de no contradicción
aunque critica la ley del tercero
incluido y hace valer la ley de la
contradicción sin confundir lo posible con lo real. Si la lógica dialéctica
no incluyera la ley formal de no contradicción, entonces sería válido confundir
el fenómeno ovni con máquinas de seres extraterrestres e inferir fórmulas como
que cualquier luz de comportamiento extraño en el cielo representa la flota
intergaláctica interdimensional, pero al respecto la total falta de evidencia
científica hace posible no incurrir en tal contradicción. Para evitar incidir
en tales desatinos solo hay que añadir a la ley de no contradicción, a
contrapelo de la lógica hegeliana, la ley del tercero incluido.
También
es vano que dicha ufología se haga ilusiones con la lógica intuicionista, porque fue justamente el lógico y matemático
holandés Arend Heyting (1898-1980), discípulo de Brouwer, quien se encargó de
proporcionar a la lógica intuicionista una sólida base formal y evitar así la
imputaciones de que el intuicionismo lógico era contradictorio y que ella
permitía inferir fórmulas tipo 1 = 0 (similar a las aseveraciones sin sustento
científico de los platillistas sobre que el universo está lleno de vida y que
no podemos ser los únicos seres inteligentes en el cosmos).
A
estas alturas quitar a los platillistas su supresión de la ley del tercero
incluido es lo mismo que arrebatarles su creencia en seres inteligentes
extraterrestres o prohibir a los astrónomos el uso del telescopio. La
prohibición de la ley del tercero incluido casi equivale a la renuncia total de
una explicación científica para un fenómeno del macromundo –como son los
fenómenos ovnis-. Es cierto que en los procesos creadores no se tiene por qué
seguir a pie juntillas la ley del tercero incluso. Así, en la expresión
estética y en las obras de arte se da la posibilidad de la imposibilidad, la
realidad de la irrealidad y no se tiene que cumplir la ley del tercero excluido.
Pero
ello no es óbice para que el sentido común trafique con la evidencia de lo
directamente observado y el dogmatismo de las creencias en uso haciendo pasar
lo imaginario o lo aparente como lo real. Es cierto que el propio pensamiento
científico rebasa los límites de la lógica en la inspiración, la intuición y la
imaginación. P. ej., tenemos el conocido experimento mental de Einstein sobre
los relojes. La ciencia se apoya en fenómenos no abarcados por la lógica pero
lo grandes descubrimientos luego se desarrollan por vía rigurosamente lógica.
La intuición y la inspiración no guardan relación ni con el concepto, ni con la
palabra, ni con el razonamiento discursivo en su origen, pero después son formuladas
lógicamente.
Ni
siquiera Hilbert, gran enemigo del intuicionismo de Brouwer, negaba el papel de
la intuición en el conocimiento matemático ni científico. Solamente los
logicistas –enemigos irreconciliables de la intuición- como Russell, declaraban
que la intuición era un aspecto desarrollado del instinto, presente en los
niños, ignorantes y con más fuerza en los perros. Bunge considera a la
intuición como el basurero del intelecto humano. Pero al final el logicismo y
el positivismo lógico fracasan y se ven en apuros cuando buscan caracterizar el
mecanismo de creación científica prescindiendo de la intuición. Poincaré fue
más incisivo y destacó que en las matemáticas no se pueden obtener nuevos
resultados sólo mediante la lógica y que necesaria también la intuición.
Incluso gracias a la intuición Poincaré pudo promover las ideas básicas de la
topología.
Es
decir, es inevitable recurrir a la intuición tanto en la fase de descubrimiento
como en la de demostración, pero esto no significa que no tengamos que
desarrollar el descubrimiento por vía discursiva y lógica. En cambio la
ufología platillista se limita a poner todo el peso de su argumentación en la
intuición del sentido común y en la evidencia de lo directamente observado,
ignorando que el silogismo hipotético tiene que ser formulado lógicamente y
confirmado para llegar a integrarse al acervo del conocimiento humano. En el
fondo se trata del irrefrenable vicio irracionalista de parasitar en el
fenómeno intuitivo.
Cuánta
razón tenía Russell cuando sostenía que muchas proposiciones evidentes resultan
ser falsas. Y esto es cierto. Ni la intuición puede sustituir a la lógica ni la
lógica a la intuición, no son métodos sustituibles. Pero así como no se puede
vivir con puras conjeturas y destellos tampoco se lo puede hacer con puras
demostraciones. La propia vida humana es una combinación de intuición y lógica,
destello y deducción, y el conocimiento avanza de la misma forma. De este modo
cuando el platillismo se mantiene al nivel solamente de las intuiciones de lo
directamente observado parece llevar una vida de ensoñación e inevidencia
cognoscitiva. Es cierto que los teoremas de insuficiencia de Gödel han señalado
con precisión los límites de razón discursiva, pero ello no significa la autonomía
completa de la razón intuitiva, pues ambas se complementan. De modo que el
platillista contactismo intuicionista
es en realidad el abuso de los teoremas de incompletud de Gödel.
VIII
Subsiste
también otra confusión de base en las conjeturas ufológicas platillistas y ésta
concierne en torno a la comprensión del término Inducción. Al respecto es necesario subrayar la diferencia
substancial entre la Inducción moderna y la Inducción clásica. La primera es
concebida como método del conocimiento científico de compleja y sustancial
operación que incluye la observación, el análisis, la selección del material,
la experimentación y otros medios. En cambio, la segunda la concibe como el
razonamiento de un conocimiento con menor grado de universalidad a un conocimiento
con mayor grado de universalidad, cuando de algunos casos particulares se pasa
a un juicio universal.
En
este contexto hay que destacar que no toda la ufología es platillista ni toda
la ufología platillista es la ufología. Existe una minúscula, pero seria,
postura ufológica que siguiendo el método inductivo no se precipita a concluir
la existencia de seres inteligentes de otras galaxias que nos visitan en ovnis,
pero junto a ésta se da la vertiente esotérica que hace uso y abuso del sentido
tradicional para efectuar inválidas conclusiones silogísticas y sofísticas.
P.
ej., las premisas “Todos los ovnis son máquinas interestelares, todas las
máquinas interestelares son de una civilización extraterrestre avanzada, todas
las civilizaciones extraterrestres avanzadas viajan hacia la Tierra, en
conclusión todos los ovnis vistos en la Tierra son de civilizaciones
extraterrestres avanzadas”. La conclusión podrá ser auténtica en sentido lógico
pero en sentido ontológico dicha conclusión es inauténtica, o sea ilusoria,
porque no tiene que ver con la realidad sino con la coherencia del razonamiento
formal. Estas abstracciones concomitantes con representaciones y conceptos
idealizados se producen cuando la relación entre el objeto real y el juicio es confusa
y muy indirecta. En este caso se da prioridad a la realizabilidad potencial (inacabada) sobre la realizabilidad actual (acabada), o sea a lo probable sobre lo real.
No decimos sobre lo existente porque
las ilusiones, espejismos y alucinaciones son también existentes pero no son
reales.
No
confundimos el esquema lógico de la neosilogística sofística platillista con el
conocimiento que pretender proporcionar, pues sus elucubraciones no
proporcionan conocimiento sino meramente hipótesis de trabajo. Por lo demás, la
lógica nos enseña cómo se debe pensar
pero no qué se debe pensar. En este
sentido compartimos la valoración escéptica de Kant frente a Leibniz respecto a
la lógica. Para Kant “nadie se atreverá a juzgar sobre objetos mediante la sola
lógica ni afirmar algo sobre ellos sin recoger de antemano datos ponderantes
aparte de la lógica” (Crítica de la Razón
Pura).
De
manera que con el razonamiento platillista está ocurriendo lo que Kant advertía
sobre el destino habitual de la razón, esto es, la especulación racional humana
acaba cuanto antes su edificio y sólo después investiga si sus fundamentos
están bien afirmados, al advertir que no lo están entonces busca toda clase de
pretextos (portales interdimensionales, principio cuántico del complemento,
etc.) para quedar contento de su solidez e incluso excusarse de hacer esa
prueba tardía y peligrosa.
En
otras palabras, el raciocinio ufológico platillista versa, en términos kantianos,
sobre el conocimiento puro pero no sobre el conocimiento empírico. Esto es, se tratan
de especulaciones independientes de la experiencia y la comprobación
científica. Y así han acumulado toneladas de páginas, material fílmico y
fotográfico cuya interpretación viola los principios de la metodología del
conocimiento científico. Y la principal idea a la que no corresponde ninguna
confirmación empírica es la de los extraterrestres.
Aquí
podemos aducir una comparación metafórica: Interpretamos el fenómeno ovni con
los anteojos extraterrestres. De manera que con estas gafas todo ovni se verá
extraterrestre. Lo que en realidad equivale a sostener en filosofía un idealismo objetivo, por cuanto su
doctrina de los extraterrestres concibe un número infinito de substancias
espirituales racionales más antiguas y avanzadas que la nuestra. En el fondo se
trata de obviar el paso de la confirmación
de la metodología científica, entonces ésta desaparece y sólo quedan
suposiciones que son tomadas como la verdad. Así, el método científico
desaparece y sólo quedan suposiciones, o sea renace la vieja idea kantiana de
que la razón dicta sus leyes a la naturaleza.
IX
Aquí
cabe hacer una precisión. Cuando confrontamos continuamente el fenómeno ovni y
su interpretación extraterrestre con el método científico no lo hacemos por
considerar idolátricamente las ciencias empíricas y desestimar otras clases de
ciencias, sino porque el fenómeno ovni se da físicamente y el análisis debe
empezar por la ratio physica,
precisamente porque como fenómeno observable debe sujetarse a la
experimentación. Esto no significa que no se den fenómenos observables que no
se sujeten a la experimentación (fenómenos parapsicológicos), pero en este caso
habría que decidir si su origen es subjetivo u objetivo. Si es subjetivo es una
creación de la mente, si es objetivo es casi como decir que mentes de otra
naturaleza crean estos fenómenos observables pero no sujetos a experimentación.
Ahora
bien, volviendo al aspecto lógico hay que destacar que en el pensamiento de la
Ley del tercero excluido se supone una opción precisa por una de las dos alternativas
que se eliminan recíprocamente. O sea: cada proposición o es verdadera o es
falsa. Ya habíamos señalado sobre la lógica de los estoicos que el principio de
bivalencia era la piedra angular de la ley del tercero excluido. Pero en la
argumentación ufológica platillista se observa la violación de dicha ley (“sí”
o “no”). Así tenemos: Todos los ovnis no son extraterrestres, algunos ovnis son
extraterrestres, luego hay ovnis extraterrestres. Pero si cada proposición o es
verdadera o es falsa, entonces el ovni no puede ser y no ser al mismo
tiempo de origen extraterrestre. Ahora bien, es cierto que la Ley del tercero
excluido está limitado por la indeterminación
del conocimiento, o sea por el paso de objetos y de algunas de sus propiedades
a su contrario (p. ej., lo nuevo se convierte en viejo, la transitoriedad de la
moda, etc.). Y en tal transitoriedad surge la indeterminación, como también en
el carácter inexacto e incompleto del conocimiento humano.
X
Pero
también cabe preguntarse lo siguiente: Si las leyes lógicas (identidad, no
contradicción, tercio excluido, razón suficiente) funcionan de distinta forma
en el pensamiento logocrático
(imperio del concepto) y en el pensamiento
mitocrático (imperio del símbolo alegórico y mítico) como principios del
raciocinio correcto durante la demostración de los juicios e hipótesis falsos,
entonces porqué no puede funcionar también de modo diferente en el pensamiento
que juzga el fenómeno ovni. Es evidente que la violación de la forma de
funcionamiento de las leyes lógicas induce al error lógico impremeditado
(paralogismos) o consciente (sofisma), pero también se dan al enfrentarse
formas distintas de pensamiento. En este caso solamente un enfoque metalógico
puede dar cuenta del distinto funcionamiento de las leyes lógicas en un período
de la hegemonía del pensamiento mítico y en otro de hegemonía del pensamiento
conceptual.
La
pregunta que se impone es si puede la forma de pensar platillista ser una
renovada forma de pensar mitocrático, adosada con la lógica cuántica de la
incertidumbre y del complemento. En este caso si el estudio del fenómeno ovni
exige sobrepasar las formas conceptuales lógicas para pasar a una forma conceptual mántica y oracular
(como pretende el contactismo), entonces estamos ante un retorno a la forma de
sabiduría mítica, cuyo propósito de saber no es lógico (lo que la cosa “es”)
sino simbólico (lo que la cosa “quiere decir”). De ahí que no sea extraña la
forma de organización comunitaria, religiosa e iniciática que envuelve al
platillismo contactista.
El
contactismo se divorcia del cumplimiento de las leyes lógicas y del
razonamiento correcto logocrático para regresionar al mitocrático como una
reacción a una era racionalista, que reduce todo a la razón, aliena al hombre y
lo empobrece espiritualmente. Es una reacción contra el logos conceptual y una asunción del logos participativo. En este caso no hay duda que la Fe trasciende
a la lógica. Pero también hay formas regresivas de la fe. La fe puede ser un
camino de doble filo para quienes buscar recuperar la espiritualidad en plena
era atea, secular y materialista. En nuestro tiempo el paisaje anímico de la fe
luce debilitada por el exceso de racionalismo, pero también no toda apertura
hacia lo divino es una apertura hacia Dios y muchas veces es un renovado
retorno a un neopaganismo.
Es
muy significativo que el contactismo en su afán por sobrepasar el pensamiento
lógico retrocede en su fe más allá de las grandes religiones que veneran a Dios
(cristianismo, judaísmo, hinduismo, islamismo y budismo) y con ello no sólo
borran el hecho de que no todas las religiones o iglesias son equivalentes,
sino que instauran una nueva idolatría de los “hermanos mayores estelares”, la
cual impide penetrar en el misterio trinitario, sustituye la Revelación e imposibilita
la salvación. Ahora es consistente y comprensible la crítica que señala el
origen demonológico de tales creencias. Pero de cualquier forma es claro que si
bien la Religión nace del horizonte mítico no es lo mismo que el mito, y el
contactismo vacila en terreno religioso para deslizarse hacia el mito.
El
contactismo nace de una crisis común: la crisis del mito y de la razón a la
vez, es decir, nace de la crisis lógica
del logos mismo que delinean la crisis existencial del hombre contemporáneo.
Y bebe de dos fuentes, a saber, del logos
mítico y del logos holístico de
la nueva ciencia. El mito es uno de los modos del ser del logos. El hombre no
puede desprenderse del horizonte mítico, que es lenguaje participativo y
analógico, es un saber ver y oír por encima de la conceptuación, está abierto a
lo trascendente y sobrenatural. Da acceso al misterio o revelación natural y
permite –aunque no asegura- la revelación sobrenatural. El logos holístico de
la nueva ciencia está abierto al arte, la religión, el símbolo y a la
trascendencia. Es un movimiento de recuperación del logos de su integridad y
polivalencia. Representa también un reflujo del racionalismo porque la lógica
conceptual y discursiva conduce a un pensar metafórico. La física cuántica
demostró la certeza de la incertidumbre y refutó la determinación causal del
determinismo mecanicista.
De
modo que el contactismo platillista nace de la urgencia epocal de restaurar la
integridad del logos humano entre lo conceptual y lo participativo, la razón y
el mito, lo unívoco y lo multívoco, lo lógico y lo iniciático. En una palabra
nace de la fatiga de fe y de razón de
Occidente. El contactismo tiene el mérito de sumarse al movimiento de
búsqueda de iluminar la asunción de la integridad del logos humano, pero al
unilateralizarse en un neopaganismo que se parapeta en la revelación natural o
se fusiona en un confuso sincretismo religioso cuasi gnóstico, termina
derivando hacia un pseudo mito y en la alienación lógico científica que le dio
origen.
XI
En
relación con las limitaciones de la lógica tradicional para dar cuenta de un
pensar no conceptual podemos preguntarnos si la lógica paraconsistente puede ayudar a procesar los datos
contradictorios del fenómeno ovni. En primer lugar hay que decir que la lógica
paraconsistente muestra la posibilidad de existencia de teorías contradictorias,
o sea, en los sistemas de lógica paraconsistente el principio de no
contradicción carece de valor universal.
Como
se sabe, la lógica matemática o simbólica es la segunda etapa de desarrollo de
la lógica formal. Dentro de ella la lógica paraconsistente es una vertiente de
la moderna lógica matemática no clásica,
que tiene por base la tendencia a reflejar por medios lógicos los estados de
cambio o situaciones transitorias, intermedias o de incertidumbre que se
observan en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. En tales escenarios la
acción de dos leyes de la lógica bivalente –tercero
excluido y de no contradicción- es restringida o inaplicable del todo.
Aristóteles
ya señalaba que estas leyes carecían de valor universal, que en acontecimientos
contingentes futuros un juicio no es verdadero ni falso sino incierto, y que en tiempos diferentes
dos juicios contrarios pueden ser verdaderos (Física). Esto significa que debido a la indeterminación de los
intervalos y estados de un objeto en cambio, se requiere de una temporal
semántica paraconsistente que admita la veracidad de A como de no-A. En 1965
el matemático estadounidense Zadech ya había hablado de los conceptos
imprecisos, vagos y no rígidos. Pero sus precursores fueron N. Vasíliev y J.
Lukasiewicz. Como nuevo tipo de lógica lo elaboraron el lógico polaco S.
Jaskowski (1948) y el matemático brasileño Newton da Costa (1958).
La
lógica paraconsistente como muchos tipos de lógicas
no clásicas (modal, polivalentes) además de los valores veritativos de “verdad” y “falsedad” tiene el valor “indeterminado”.
Es decir, a diferencia de las lógicas clásica,
constructiva e intuicionista, la
lógica paraconsistente refleja situaciones no
rígidas de verdad o falsedad. Esto ha hecho que algunos lógicos, como el
alemán C. Wessel, no reconozcan ningún valor a la lógica paraconsistente.
Esta
predisposición de la lógica paraconsistente para dar cuenta de los conceptos no
rígidos, imprecisos, vagos y confusos, basados en la negación del valor
universal del principio de no contradicción, sirve no sólo para explicar el
modo de pensar del mito y del pensamiento ancestral, sino también de la
inteligencia artificial que requiere de valores polivalentes. En el caso de los
datos contradictorios del fenómeno ovni, ayuda a darle consistencia a sus
conceptos aunque sin valor probatorio. P. ej., la observación de una luz
lenticular en plena noche que se mantiene estacionaria por unos segundos en el
cielo y de la cual se desprenden luces esféricas que siguen una misma
trayectoria, para finalmente terminar desapareciendo súbitamente todo el
fenómeno lumínico, se puede dar cuenta de la existencia de un fenómeno real y
objetivo, se puede decir que no es una alucinación de la mente, pero no se
puede señalar con precisión en qué consiste dicho fenómeno. En este caso la
lógica paraconsistente no ayuda para sostener fehacientemente que se tratan de
naves extraterrestres.
XII
Lanzar
un ataque realista contra la silogística ufológica platillista no representa un
rechazo dogmático de la posibilidad de la existencia de la inteligencia
extraterrestre, sino que constituye una exigencia metodológica para que dicho
pensamiento no quede aislado en un problema meramente escolástico y más bien su
verdad objetiva se decida no tanto en la teoría y sí en el terreno práctico.
Existe
una correlación entre una metodología verdaderamente científica con la lógica;
así Parménides fue el primero en recurrir a la demostración y en entregar la
formulación ontológica de la ley de
identidad, Platón elaboró la doctrina de los conceptos, Aristóteles veía
una gran significación metodológica en los razonamientos deductivos, F. Bacon
en los razonamientos inductivos, Russell en la lógica formal, Brouwer en la
limitación de la ley del tercio excluso y en la aceptación de la abstracción
del infinito potencial de la lógica intuicionista. Es evidente que es necesaria
una teoría general que permita elegir cierta orientación metodológica en el
proceso del conocimiento, vinculando esta orientación con diversos sistemas
lógicos.
Ahora
bien, si el fenómeno ovni ofrece datos contradictorios que se plasman en
conceptos no rígidos, imprecisos, vagos y confusos, entonces para una mejor
definición de sus conceptos pueden servir los llamados métodos sustitutos (distinción, aclaración mediante ejemplos,
descripción, caracterización, conjugación de la descripción y la
caracterización). Los métodos sustitutos de la definición de conceptos permiten
caracterizar de modo emocional, figurado y conciso un objeto, contribuyendo a
comprender mejor la esencia del fenómeno.
P.
ej., tenemos la descripción siguiente: Existen algunas fotos de OVNIs
incuestionablemente auténticas. Algunas de las llamadas "fotografías de
OVNIs" son realmente fenómenos naturales (tales como nubes lenticulares y de
formas extrañas) o son agujeros de luz en la cámara o imperfecciones que fueron
introducidos cuando el rollo era desarrollado. Algunas fotos son engaños
deliberados realizados por gente que quiere creer que ha visto OVNIs por
cualquier número de razones tales como fama, dinero o para promover un punto de
vista religioso o filosófico.
Algunas
de las mejores fotos de OVNIs fueron tomadas en McMinnville, Oregón, en 1950;
en Rouen, Francia, en 1951. Existen también cintas de vídeo de OVNIs tomadas en
la región de Hudson Valley en Nueva York y en Bélgica. Estas fotos pueden ser
vistas en muchos libros sobre OVNIs disponibles en su biblioteca local. Las
fotos no son prueba suficiente de la existencia de los OVNIs pues ellas son
fácilmente trucadas.
Dado que no tenemos la certeza de que los
OVNIs sean naves espaciales, no podemos estar seguros de que seres de otros
planetas estén visitando la tierra.
En toda metodología es necesario insistir en la
comprobación de los resultados obtenidos, no obstante su aparente evidencia y
claridad intuitiva, por ello es necesario detectar la petitio principii de la ufología platillistas que da por sentado la
existencia de máquinas extraterrestres sin comprobación alguna. Por esta razón
la ufología no platillista es partidaria de reconocer, por un lado, la
significativa disminución de avistamientos y reportes ovnis y, por otro lado,
atribuirlas a percepciones erróneas de fenómenos naturales raros o desconocidos
o tecnología militar super secreta hecha por el hombre.
Esto equivale a afirmar que la ufología platillista
tiene predilección por los razonamientos
hipotéticos, mientras que la ufología no platillista se inclina por los razonamientos deductivos, inductivos y
analógicos. De esta forma, el escepticismo que practica la ufología no
platillista es solamente respecto a incurrir a la petitio principii de la ufología platillista, pero no en el sentido
de abstenerse de hacer afirmaciones o negaciones, como pretendía Sexto
Empírico.
Pero lo peculiar de los razonamientos hipotéticos de
la ufología platillista reside en el uso
sofístico de las leyes lógicas. Las infracciones notorias del razonamiento
sofístico fue caracterizado lapidariamente por el comediante ateniense
Aristófanes: mediante subterfugios y discursos torcidos son capaces los sofistas de responder con
cuántas patitas saltan las pulgas (Las
Nubes). Platón también denunció este arte de convertir la verdad en falacia
y confundir en contradicciones al oponente (El
sofista 268 c-d). Y Aristóteles señaló no sólo que era el arte de hacer
dinero con sabiduría aparente, sino que precisó sus métodos: palabras con
sentido variado, confusión de varias cuestiones en una, mezclar lo absoluto y
lo relativo, suplantación de la tesis, anticipación de la razón, etc. (Organon. Argumentos sofísticos y Errores lógicos).
Los sofistas obligaron a los pensadores griegos a
desarrollar minuciosamente la teoría de
la demostración y la lógica en
conjunto. Pues bien, este jinetear gracioso con los argumentos de la arena
dialéctica ha retornado con la ufología platillista, pero lejos de representar,
como en los griegos, flores suntuosas de un racionalismo juvenil y arrojado,
éstos personifican el agostamiento de un hiper-racionalismo provecto y cansado.
El sofista platillista tiene un solo apoyo: su propia idea sobre efectivos
seres extraterrestres, que se constituye en creencia
que es su escudo y su lanza.
La sofistería platillista no puede apoyarse en la pluralidad de las lógicas porque ésta no
anula el núcleo constante y absolutamente necesario de sus leyes, ya sea
adoptado de forma parcial o total. P. ej., sin la ley de no contradicción es imposible distinguir la verdad de la
falsedad y sin ella la lógica deja de ser lógica. Pero es posible negar la
universalidad de la ley de no contradicción porque hipotéticamente es posible
que en mundos distintos no es necesario que tenga el mismo vigor.
Esto significa atentar contra el sanctasanctórum de la
lógica y de la ciencia clásica. Esto significa que la falsedad de un juicio
afirmativo deja abierta la posibilidad de la veracidad de un juicio negativo o
indiferente. La lógica intuicionista criticó la ley del tercio excluso y las lógicas no clásicas restringen o
declaran inaplicables las leyes tradicionales de la lógica clásica para dar
cuenta de situaciones imprecisas. El fenómeno ovni presenta una situación
imprecisa y la sofística platillista consiste en reconocer como verdadero un
enunciado que no corresponde al estado real de cosas.
Mientras Leibniz buscaba una gramática universal
promoviendo el uso de símbolos universales y el cálculo lógico; Wittgenstein
señalaba que el lenguaje natural tiene varias deficiencias (polisemia,
ambigüedad, etc.), por lo cual promovió un lenguaje lógicamente perfecto, cuyo
modelo era el lenguaje de la lógica matemática; y Norbert Wiener, creador de la
cibernética, afirmaba que la principal ventaja del hombre sobre la máquina era
el de poder “operar con conceptos imprecisos”, pero ello no era inaccesible
para la máquina (Dios y el robot. Un
comentario sobre ciertos puntos en que la cibernética tropieza con la religión,
p. 82).
Pero el caso es que los conceptos imprecisos de la mente humana no tienen que llevar
necesariamente a un pensamiento incorrecto y por ello se recurre a los
principios de la lógica clásica (situaciones precisas) y de la lógica no clásica
(situaciones imprecisas). En otras palabras, la exclusión del principio del tercero excluido
en el razonamiento ufológico platillista tiene que ver más con el pensamiento incorrecto que con los
conceptos imprecisos, de ahí que en sus razonamientos sofísticos no coinciden
la autenticidad y la demostrabilidad.
Aquí
hay que señalar que una cosa es la falsedad
y otra cosa es el error. El error es
un momento del proceso del conocimiento ligado a la búsqueda de la verdad. En
cambio la falsedad es el pensamiento lógicamente incorrecto, premeditado
(sofisma) o impremeditado (paralogismo). Es por ello que Aristóteles sostiene
que la falsedad puede representar tanto una invención
de lo que no hubo como una ocultación
de lo que hubo. Ni siquiera las lógicas polivalentes suprimen los valores
veritativos. Y en invención incurre
la sofística de la ufología platillista esotérica
(de los gurús) y en ocultación
incurre la ufología platillista
diversionista (programas militares secretos).
En
consecuencia, el platillismo ufológico (inventivo y de ocultación) incurre en falacias, o sea un tipo de razonamiento
incorrecto pero psicológicamente persuasivo. Hay dos tipos de falacias:
formales y no formales. Las formales
son formas de razonamiento aparentemente válido pero infringen el uso de las
leyes lógicas, y las no formales son
errores de razonamiento que se cometen por falta de atención en el tema o por
la ambigüedad en el uso del lenguaje. Las no formales se dividen en: Falacias
de atingencia (inatingente, ad hominem, ad ignorantiam, ad misericordiam, ad
populum, ad vericumdiam, causa falsa, pregunta compleja) y Falacias de
ambigüedad (el equívoco, el énfasis).
Ahora
bien, la ufología platillista (esotérica y de ocultación) incurre en tres tipos
de falacias nuevas: la Falacia del
Residuo (Existe un reducidísimo número de avistamientos ovnis inexplicados,
por tanto los extraterrestres existen), la Falacia
de la Diversidad (La vida es diversa, por tanto existen en el universo
otras formas de vida desconocidas e inexplicadas) y la Falacia de la Vastedad (El universo es vasto, por lo tanto existe
un enorme número de civilizaciones extraterrestres).
Si
las falacias no formales de atingencia y ambigüedad pertenecen al lenguaje común, en cambio las nuevas
falacias platillistas pertenecen al lenguaje
pseudocientífico ufológico. El lenguaje pseudocientífico platillista es un
tipo de razonamiento incorrecto que resulta persuasivo por manipular el
lenguaje informativo de la ciencia combinándolo con el lenguaje expresivo común.
Podemos
preguntarnos si la ufología teológica de los sacerdotes Corrado Balducci,
Consolmagno y O’Meara pertenece al platillismo ufológico inventivo e incurre en
tales falacias. Y nuestra respuesta
es afirmativa. Su diferencia con la ufología platillista esotérica solamente es
de grado pero no de sustancia, porque lejos de ser escéptica acepta sin
cuestionar el dogma extraterrestre.
Más
interesante es interrogar si las falacias del platillismo son falacias de
atingencia o de ambigüedad. Y nuestra respuesta es que son un caso especial de falacias de atingencia
porque se trata de un razonamiento erróneo basado no en la conexión psicológica,
sino en la combinación manipulada del lenguaje afirmativo de la ciencia y el
lenguaje expresivo común.
CONCLUSIÓN
Finalmente,
es posible sostener que si la lógica (tradicional o simbólica) es la ciencia
filosófica de las leyes y formas del pensamiento correcto como medio para la
cognición del mundo objetivo, entonces hay que hacer una consideración pentafronte
de la ufología platillista (creyente o diversionista): 1. En lo civilizacional es una búsqueda de la
reintegración del logos humano; 2. En lo cultural
es un efecto de la crisis del logos occidental; 3. En lo espiritual es refugio de una fe
neopagana; 4. En lo formal al
incurrir en razonamientos falsos y sofismas viola las reglas del raciocinio
correcto, no refleja la realidad y no contribuye al estudio de las
regularidades del mundo objetivo, y 5. En lo lingüístico las falacias del platillismo constituyen un lenguaje pseudocientífico ufológico, son
un caso especial de falacias de
atingencia, constituye un razonamiento erróneo basado en la combinación
manipulada del lenguaje informativo de
la ciencia y el lenguaje expresivo
común. Aristóteles mismo afirmó en su Poética que la poesía es más verdadera que la historia. Pero esta profunda verdad no se puede justificar con la lógica aristotélica que se limita a la veracidad o falsedad existenciales. Para ello se tiene que recurrir a la verdad figurada de la lógica de la metáfora. Por tanto, los ET son metáfora de una verdad figurada pero no de una verdad existencial.
Lima,
Salamanca 20 de Agosto 2015