CIBERGEDON
Gustavo
Flores Quelopana
Past-President
de la Sociedad Peruana de Filosofia
TESTIMONIOS
José
Antonio Mazzotti
Gustavo Flores Quelopana nos introduce a
un mundo donde las múltiples posibilidades que brindan la tecnología y la
inteligencia artificial (IA) incluyen la destrucción de la raza humana. Desde
una mirada filosófica, el desarrollo material de nuestra especie siembra las
semillas de su propio exterminio y se muerde la cola, en una especie de
tragicomedia de proporciones apocalípticas. El tópico no es nuevo y nos remite
al sistema Skynet de la saga de Terminator: la IA toma conciencia de que
la especie humana es el peor enemigo del planeta y de todas las otras formas de
vida. La IA concluye así, y con lógico rigor, que la humanidad debe ser
exterminada al igual que un virus. (Sin necesidad de llegar a la ficción, la
especie humana se ha encargado de extinguir al 60% de las otras especies
animales en los últimos cuarenta años y protagoniza el devastador efecto del
Antropoceno sobre la vida del planeta; por lo tanto, sí que es una verdadera
amenaza). Esta novela constituye un elocuente llamado de atención a los
problemas urgentes que vivimos y que, al ritmo en que vamos, solamente se
agravará en las décadas venideras. Su lectura produce escalofríos.
Director, Revista de
Crítica Literaria Latinoamericana
Boston, EEUU
Hugo
Chacón Málaga
Gustavo Flores Quelopana, es un filósofo
de frondosa producción bibliográfica. Sus valiosas reflexiones se orientan a discernir, en
última instancia, sobre el destino del hombre, compresión de lo divino, la
pérdida de la fe, el nihilismo, el tiempo, la finitud, la trascendencia de la
vida, orígenes y destino de nuestra sociedad. En sus últimos escritos se
observa su interés en profundizar sobre la decrepitud de la civilización
occidental y sus posibilidades de corregir sus grandes desaciertos. En este
último contexto se sitúa la novela Cibergedón. Su importancia radica en
acercarnos a un compendio de su obra a través de diálogos y situaciones
apuradas por signos irreparables de exterminio de toda forma de vida sobre la
tierra. Errores humanos y cibernéticos han provocado el holocausto que obliga a
desconcertadas voces a discutir las razones de tal hecatombe. En esta
inclasificable novela sin personajes, terreno ya abonado por el estadounidense
David Markson o la rusa-francesa Nathalie Sarraute, que en buena cuenta es
tributaria de la escuela literaria nouveau roman o nueva novela, que recusa la
novela tradicional haciéndola más introspectiva y resultado de flujos de
conciencia, el autor reflexiona sobre el oscuro destino del ser humano si no
corrige sus decisiones y, lo que es más importante, los fundamentos filosóficos
que sostienen la civilización imperante.
Hay que destacar que la novela, fiel a sus razones, utiliza diálogos,
reflexiones, citas, pensamiento autobiográfico e inclusive poesía para lograr
sus propósitos de impresionar a sus lectores sobre la inminencia de un desastre
mundial que todos debemos evitar.
Novelista, filósofo y
ensayista
Pablo
Quintanilla
Nuestro autor es un filósofo prolífico
sobre temas relacionados con el sentido de la vida humana, los dilemas éticos
contemporáneos, el lugar de la religión en el mundo actual y el nihilismo,
entre otros. Su novela nos sorprende al abordar muchos temas filosóficos. Es una
pieza de ciencia ficción en la que la raza humana se encuentra al borde de su
propio exterminio, como consecuencia de un uso errado del conocimiento y la
tecnología, pero también de un comportamiento ético discutible. Con largos
parlamentos, casi ensayística, los diversos personajes reflexionan acerca de la
condición del ser humano, su sentido y lugar en un mundo cada vez más vacío.
Profesor principal de Filosofía
en la PUCP
Luis
Enrique Alvizuri
A través de un tema de ciencia ficción ─que
se remonta al espíritu del Apocalipsis─ Flores Quelopana
expresa una temática que lo ronda desde mucho tiempo atrás y que tiene que ver
con el sentido de la vida humana y su destino. Mediante una exposición
eminentemente filosófica aborda todos los puntos de vista que intentan explicar
nuestra complejidad y nuestros actos que, para él, carecen de lógica y de
inteligencia. Sin decirlo cuestiona a la razón humana y la acusa de ser la
principal responsable del fracaso del hombre como especie (aunque propone como
tabla de salvación la real existencia del espíritu que es el único que se
salva). Es esta razón la que, en su máximo desarrollo, ha creado al “monstruo”,
a una entidad cibernética (de ahí el título) para quien es obvio que la
humanidad no merece vivir por sobrados motivos (su crueldad, su ignorancia, su
impiedad y muchos aspectos más). La obra entonces respira desazón,
desconcierto, pesimismo profundo y filosófico, donde solo la fe en la religión
es la única esperanza que nos queda (pues ni el amor sublime a la pareja logran
rescatarlo de su miseria). En realidad, estamos ante un filósofo que toma como
excusa una posible (y no descartable) circunstancia desgraciada para, sobre
ello, desplegar lo más posible las diversas posiciones que la filosofía puede
asumir para su análisis. Su importancia entonces radica en la manera y riqueza
de los argumentos que presenta, los cuales apelan a un profuso bagaje de ideas
provenientes de distintas fuentes y épocas. Ideal para todos aquellos que
buscan una reflexión más allá de lo evidente, Cibergedón nos muestra crudamente
lo superficial y anodina que es esta vida moderna y de la cual poco se puede
esperar.
Miembro de la Sociedad
Peruana de Filosofia, escritor
Presidente de la
Sociedad Internacional de Filosofia Andina
Rubén Quiroz Ávila
En fragmentos, como destellos de oscuridad
y de sobrevivencia, Flores Quelopana
anuncia un nuevo apocalipsis. Ante un mundo en agonía,
ebullición, decadencia, nadie se compadece de su próxima desaparición. Narrada
como astillas narrativas, con incisiones de negrura, con narrativa
patologizada, este abanico de visiones es, acaso, un signo de nuestros tiempos,
de nuestra manera de morir como colectivo. Es casi un testimonio de época"
Profesor Asociado, Departamento de Filosofía,
Editor
General, Revista Letras, UNMSM
Julio
César Rivera Dávalos
Estamos ante una novela corta
sorprendente en su forma y fondo. En su forma, porque es una narrativa sin
protagonistas principales. En el fondo, porque es un profundo análisis crítico
de la conciencia del hombre actual, sin Dios, materialista,
secularizado e inmanentista. Para ello toma
como referencias principales a la tradición oriental, la Biblia y todo
el pensamiento filosófico occidental. De modo que su novelística no está
desconectada de su ensayística. Pero lo mas misterioso es que mientras otros
grandes declinan en el ocaso de los tiempos, Flores Quelopana se yergue desde
lo más alto para señalar el peligro inminente que amenaza a la civilización
dominada por la razón instrumental y el pensamiento científico. La verdad es
que la filosofía no conoce géneros literarios que le estén vedados. El propio
Julián Marías se encarga de aclararlo en su conocida obra Ensayos de teoría. Platón, Moro, Campanella, Montaigne, Gracián, Rousseau,
Nietzsche, Unamuno, Russell, Sartre, Camus, son algunos de los pensadores que
lo testimonian. Son filósofos que escribieron novelas como prolongación de sus
meditaciones. Pero a contrapelo de Aldous Huxley, aquí no es la manipulación
del hombre por la ciencia la que lo llevará hacia aparente felicidad, sino, más
bien, a su exterminio. La inteligencia artificial, que es su propia creación,
será su Holocausto, su propio Auschwitz.
Realmente turbador. Así, nos encontramos ante una novela filosófica escrita por
el sugestivo pensador peruano Gustavo Flores Quelopana. Su tema no podía ser
menos actual: la Inteligencia Artificial y sus peligros. Ello le da pie para
desarrollar una serie de dilemas sobre el sentido de la existencia humana. Pero
lo que más impresiona es el hondo dramatismo de la trama novelesca. Una
civilización que naufraga por exceso de ciencia y carencia de principios
morales.
Presidente del
Instituto de la Mentalidad Nacional
Escritor y ensayista