¿IR MÁS ALLÁ O MÁS ADENTRO DE LA DEMOCRACIA?
Entrevista al filósofo Gustavo Flores Quelopana/28-11-20
A horas de su intervención en el Club Mundial de Filosofía
¿EXISTE LA “COSA” LLAMADA DEMOCRACIA?
Sí existe. Pero la "cosa" llamada
democracia ha perdido su propia esencia y está en crisis. Y esta pérdida es
irrecuperable porque el "control del pueblo" se reveló como un mito.
¿ES POSIBLE IR MÁS ALLÁ DE LA DEMOCRACIA?
Sí lo es. Y la primera en demostrarlo ha sido
el propio capitalismo en su etapa de neoliberalismo global. Contra los
intereses populares y ahondando el antagonismo entre representatividad y
participación democrática, desmontó el capitalismo de bienestar, desmanteló a
las clases medias, concentró la riqueza en la élite mundial e instauró un
totalitarismo intrademocrático de las megacorporaciones transnacionales
privadas.
¿LA DEMOCRACIA NO PIENSA?
La democracia no piensa. Es el mejor invento de
los grupos dominantes para pensar en lugar del demos o del pueblo. La
democracia es un ideal valioso que fracasa constantemente porque se subsume a
lo útil, lo instrumental y periférico del hombre.
¿CUÁL ES LA ESENCIA DEL PODER?
La esencia del poder en la lógica de la
modernidad no es servir sino dominar, por ello tiende a destruir el ideal
democrático y a hacerlo imposible en la práctica.
¿EN QUÉ CONSISTE LA CONSUMACIÓN ANTIDEMOCRÁTICA
DE LA DEMOCRACIA? La sustancia de la democracia aun está en plena consumación.
La cual implica la conculcación de las libertades individuales en pleno marco
democrático por el Estado y el totalitarismo de las megacorporaciones privadas
del hiperimperialismo.
¿DEMOCRACIA COMO MITOIDE?
La
democracia es un mitoide de la modernidad secularizada. Utiliza lo cuantitativo
para sofocar lo cualitativo. Al final no se desemboca hacia una oclocracia sino
hacia un totalitarismo intrademocrático de la élite dominante.
¿QUÉ ES IR MÁS ADENTRO DE LA DEMOCRACIA?
No se trata de ir "más allá" de la
democracia sino de ir "más adentro" de la democracia. Profundizar la
democracia significa ir al trasfondo del hombre para iluminar su inmanencia
unida con la trascendencia. Sólo así la democracia dejará de ser el abuso de lo
cuantitativo sobre lo cualitativo.