EL MARXISMO DE MARIÁTEGUI
Gustavo Flores Quelopana
Sobrevilla (1938-2014/ 75 años) escribe el presente libro en el 2005 a los 67 años. En él arriba a la conclusión que el marxismo de Mariátegui es un mero instrumento metódico. Abrazó el Materialismo histórico pero no abrazó el materialismo dialéctico. Ello equivale a sostener que no consideró al marxismo como una teoría real.
Con esto el Amauta queda al filo del terreno revisionista y reformista pequeñoburgués, un intelectual voluntarista y romántico. Pero el propio Amauta se encargó de decir que era "marxista convicto y confeso".
Por tanto, ¿Quién se equivoca? A mi parecer es Sobrevilla el que yerra. El propio Mariátegui habría rechazado ser considerado solamente como un marxista metódico, porque consideraba al marxismo como una filosofía que había formulado una teoría real para la transformación del mundo. Sólo que trató de adaptarla a nuestra sociedad precapitalista.
Que apreciara a Sorel a Nietzsche a Freud, Croce y Gobetti, el mito y lo religioso, no lo convierte automáticamente en un marxista occidental -como cree Sobrevilla- y que mantuviera discrepancias con el leninismo tampoco lo aparta del marxismo ortodoxo. Que no asumiera el materialismo dialéctico no lo vuelve en un heterodoxo. Si no asunción del materialismo dialéctico no se relaciona con motivos doctrinarios, y, ello, a pesar de que considerara al hombre como un animal metafísico.
El marxismo creador de Mariátegui está más allá de ortodoxias y heterodoxias, porque fue el primero que pensó el marxismo para la realidad latinoamericana. Eso no lo vuelve ortodoxo ni heterodoxo, simplemente un marxista latinoamericano a lo Aricó, un marxista andino a lo Antonio Melis.
Por ello, Sobrevilla simplifica excesivamente el debate sobre el marxismo del Amauta ubicándolo en la disyuntiva "ortodoxia-heterodoxia". Mientras para el colombiano Francisco Posada JCM no es marxista porque excluyó el materialismo dialéctico, para Sobrevilla lo es en sentido heterodoxo a pesar de tal exclusión.
Mariátegui no es meramente un "marxista occidental" como sostiene Sobrevilla, es un marxista que piensa para una América Latina andina. Ahí reside su originalidad y creatividad. A pesar que Víctor Andrés Belaunde lo trató de pensador "anatópico", el Amauta no es tal cosa. Eso sería como llamar anatópico a Belaunde por ser cristiano. Lo cual es absurdo.
Por eso el debate sobre el marxismo del Amauta está más allá de la dicotomía "ortodoxia-heterodoxia", y sí está, más bien, más acá de un marxismo vernáculo y nativo. Esto es importante subrayarlo porque de eso depende que el marxismo salga de su infradesarrollo teórico en nuestros lares.