lunes, 6 de diciembre de 2021

TRANSPARENCIA TOTALITARIA

TRANSPARENCIA TOTALITARIA

Gustavo Flores Quelopana



Byung Chul Han en este libro (2013) enfatiza que el neoliberalismo creó la norma cultural de la transparencia. El cual desembocó en un sistema totalitario de la apertura. En la sociedad de la transparencia todo queda expuesto, se trata de hipervisibilidad obscena. Eros es desplazado por lo pornográfico, que carece de misterio y encanto. Lo bello y sublime es violentado por el exhibicionismo. Todo se somete a la exposición mercantil del capitalismo. También le corresponde la dispersión y la aceleración. Impera lo narcisista y teatral, la información y la revelación pueril. Se instaura un control digital donde cada uno entrega voluntariamente su vida al panóptico global.

Libro revelador que demuestra cómo la modernidad tardocapitalista termina negando la realidad y disolviendo la subjetividad.

¿HIPERCULTURALIDAD O TRANSCULTURALIDAD?

¿HIPERCULTURALIDAD O TRANSCULTURALIDAD?

Gustavo Flores Quelopana



Byung Chul Han sostiene en su obra "Hiperculturalidad" que el mundo descentrado, desespacializado, desfactifizado, desteologizado, desabsolutizado, postidentitario, inestable, sin interioridad, sin alma y abierto de hoy, es mejor entendido mediante el concepto de Hiperculturalidad, en vez de interculturalidad, multiculturalidad, transculturalidad y cultura irónica de Rorty. El hiperculturalismo refleja al globalización que suprime los espacios culturales esencialistas, desmaterializa, elimina el aura de las cosas, a favor de los espacios heterogéneos que se superponen y se liberan normativamente.

Lo cuestionable en la terminología de Chul Han es que hiperculturalidad es un término que fuerza el sentido de cultura en la globalización tardocapitalista. Pues en ella, la cultura es aniquilada y no reforzada. De manera que lo que se vive hoy culturalmente no es una hiperculturalidad que aumente el ser, sino una transculturalidad que lo debilita hasta límites de la nada. Chul Han quiere llamar hiperculturalidad al debilitamiento de las ideas, la desaparición de toda profundidad y a la aniquilación del espíritu.

Cuando la esencia de la cosa dejó de ser "reflejar el mundo" para convertirse en un "dejarse vivir por el mundo", ha comenzado la hora no de la hiperculturalidad sino de la muerte de la cultura, de lo transcultural.

LA INTELIGENCIA DEL ESTÚPIDO

 LA INTELIGENCIA DEL ESTÚPIDO

Gustavo Flores Quelopana



Generalmente se ha pensado que los estúpidos carecen de inteligencia, y éstos no se han preocupado por defenderse. Eso es estúpido, siguen ocupados en sus cosas.

Sin embargo, para el sociólogo francés Cl. Rosset (1939-2018) la estupidez no es opuesta a la inteligencia. Todas las personas tienen algo de idiotez. Pero la estupidez no es opuesta a la inteligencia. Al contrario, no hay nada más inteligente que la inteligencia de los estúpidos. La inteligencia del estúpido es flexible, receptiva y prudente. Es la inteligencia de las masas, que tienen un papel conservador en la historia.

El estúpido no es un insensible, durmiente y momificado. Al contrario, está abierto con entusiasmo a todo lo nuevo. Ante ello la inteligencia de los genios aparece como más estúpida que la de la gente sencilla. Si la inteligencia es la capacidad de adaptación, entonces los estúpidos resultan ser más inteligentes porque son más adaptables.

En cambio, los filósofos tendrían vocación de imbéciles y hacen sacerdocio de insensatos, serían unos idiotas de remate. Se dejan matar como Sócrates, creen que lo verdadero está fuera de este mundo como Platón, se hacen preguntas insólitas como Descartes y exaltan la muerte como Heidegger. No le falta razón al hombre común cuando se ríe de ellos. No hay duda que la inteligencia tiene sus gradaciones y jerarquías, y que el pandemonio concurre cuando se ignora todo esto.

PSICOPOLÍTICA Y TECNOPOLÍTICA

PSICOPOLÍTICA Y TECNOPOLÍTICA

Gustavo Flores Quelopana



B-Ch. Han sostiene que la psicopolítica es la técnica de poder del capitalismo neoliberal, donde en vez de emplear el poder opresor se utiliza el poder seductor, logrando que los hombres se sometan libremente al entramado de la dominación. El hombre de hoy se cree libre y no se da cuenta que su propia libertad está siendo explotada mediante el Big data y el Big brother digital. La hipercomunicación se convierte en sistema de vigilancia y crisis de la libertad.

Todo lo cual es cierto, salvo por un detalle nada insignificante y, por el contrario, muy significativo y central. B-Ch. Han confunde capitalismo digital y capitalismo neoliberal, no advierte la mutación de éste último en capitalismo de la vigilancia, y por eso no repara que la psicopolítica corresponde al capitalismo neoliberal mientras que la tecnopolítica al capitalismo digital.

A este respecto es necesario distinguir entre motivación y seducción para diferenciar entre psicopolítica y tecnopolítica. Lo primero se implemente mediante una técnica psicológica puesta al servicio del capital especulativo, lo segundo es una técnica informática en función del capital digital. La barrera diferenciadora es tan delgada que se vuelve invisible en el marketing. En la motivación hay mezcla de idea, sentimiento y emoción, en el la seducción todo el peso recae en los mecanismos pre-reflexivos, emocionales e inconscientes. Pero el resultado es el mismo, a saber, abolir la libertad y manipular la conciencia.

El capitalismo neoliberal está viviendo sus últimos estertores simplemente porque administrar la economía como una casino especulativo y global llegó a su límite y no da para más. A la crisis del 2008, como manifestación del embudo a que había llegado en la tasa de ganancia, vino una nueva mutación hiperimperialista: el capitalismo digital. Ambas son mutaciones hiperimperialistas porque son manifestación del megacorporativismo privado. La diferencia estriba en que en el caso del neoliberalismo estuvo comandado por la élite financiera especulativa, mientras que el capitalismo digital es dirigido por la élite tecnológica de la Big data.

Efectivamente, la última y reciente mutación del hiperimperialismo se llama capitalismo digital. Y en ésta no prima la psicopolítica sino la tecnopolítica.