lunes, 4 de abril de 2022

NIETZSCHE: EL ESPÍRITU ENLOQUECIDO DE LA MODERNIDAD

 NIETZSCHE: EL ESPÍRITU ENLOQUECIDO DE LA MODERNIDAD

Gustavo Flores Quelopana



Esta documentada biografía nos muestra perturbadoramente la relación existente entre genio y locura en Nietzsche. No hay duda que existe un vínculo desde su primera obra, donde proclama lo apolíneo y lo dionisíaco, hasta su último periodo donde habla y se siente un Dioniso encarnado. Es muy sintomático que conforme se va acentuando su delirante etapa sifilomaniaca y psicopática hable de Dioniso como deidad, del Superhombre, el eterno retorno, renuncia definitiva de la metafísica, la muerte de Dios, asunción de la nada, lo real como interpretación, la bestia rubia, el Anticristo y la transvalorización de todos los valores. Nietzsche por parte de padre y madre tuvo familiares con alteraciones mentales. Su propio padre murió demente. No es que sus ideas sean propias de un loco y sean pura locura, pero expresan muy bien el espíritu enloquecido de la modernidad prometeica y secularizada. La crisis nihilista que Nietzsche advierte es de advenimiento del "último hombre", pero en vez de que insurja el superhombre lo que viene es una época tan antihumana como jamás vista, con sus dos guerras mundiales, el Holocausto, las explosiones atómicas sobre Japón y otras perlas. El hombre sin Dios y sin religión se reveló como un verdadero monstruo que destruye la propia civilización. Y esto no alcanzaría a ver Nietzsche. Esa debilidad de su pensamiento fue aprovechada por el fascismo nazi y, hoy, por el transhumanismo. La dolorosa lección que nos deja es que el hombre no está en el mundo para volverse superhombre. Al contrario, esa consigna daña su propia humanidad. 

MAQUIAVELO: UN POLÍTICO FUNCIONALISTA

 

UN POLÍTICO FUNCIONALISTA
Gustavo Flores Quelopana

Al leer esta interesante biografía de Maquiavelo es inevitable hacerse la pregunta siguiente: ¿Cómo un ferviente republicano y devoto cristiano pudo escribir una obra para príncipes, que es una oda a la maldad? En primer lugar, hay que recordar que su otra obra política fue "Discursos sobre la primera década de Tito Livio" que estuvo dedicada al imperio de la ley, a la libertad y a la vida republicana. O sea, su obra "El Príncipe" hay que leerla complementándola con esta otra. Y en segundo lugar, su primera obra política -El Príncipe- no es un vademécum de moral. De modo que la respuesta que sobre estas bases surge, es que pensó con un realismo inusitado en base a su experiencia diplomática, para ofrecer una teoría del poder muy pragmática, ajena a las consideraciones trascendentes ético-cristianas. En una palabra, Maquiavelo tuvo muy presente el problema del Bien y del Mal en la política, pero lo valoró con criterios terrenalistas, inmanentes, seculares, muy propio del espíritu renacentista del Cinquecento. Su mentalidad en política fue funcionalista y no sustancialista. Su crudo realismo contrasta con los utopistas Moro, Campanella y F. Bacon. Y es que el alma del hombre del Renacimiento italiano se hallaba violentamente desgajada entre el cielo y la tierra, lo sagrado y lo profano, la obediencia y la libertad. Esa contradicción existencial es expresada en el alma renacentista de Maquiavelo.