lunes, 30 de mayo de 2022

NASA Y EL PENTÁGONO EN TEMA OVNI

 NASA SE UNE A LA BÚSQUEDA OVNI EN NUESTRO PLANETA



Este nuevo Comité de investigación del fenómeno OVNI está relacionado con la Reconfiguración del Orden Mundial. Veamos. Biden cae estrepitosamente en popularidad y resurge el tema OVNI. Se puede pensar que el tema ovni se vuelve a desempolvar de la agenda gubernamental estadounidense para ocultar la crisis económica, en medio de los desaciertos de las sanciones contra Rusia por su Operación militar especial en Ucrania, que están golpeando fuertemente a la economía norteamericana con un índice de inflación galopante, y en el que la UE se comporta como la sucursal de la política exterior norteamericana. En realidad con Biden se sufre de crisis económica, crisis alimentaria, crisis de liderazgo regional, y crisis energética. Desde Afganistán hasta la Cumbre de las Américas todo es un fracaso parea Biden. Es decir, se trataría de un operativo psicosocial para distraer la atención pública en la potencia del Norte. Algo de esto es cierto, pero -como veremos- hay otras razones de índole militar que hacen que el Pentágono encuentre este momento como la coyuntura precisa para atender el tema ovni. No obstante, cuando hablamos de preocupación armamentística estamos hablando del Complejo Industrial Militar (CIM) detrás de todo este alboroto en torno a los ovnis.

Lo real es que el avistamiento de ovnis por la Armada y la Fuerza Aérea estadounidense ha obligado a cambiar de actitud a nivel político. El Congreso estadounidense encargó al Departamento de Defensa investigar las amenazas que representan los objetos extraños en el espacio aéreo del país. Y el Departamento de Defensa incorpora a la NASA en el nuevo proyecto de investigación de los UAP (Fenómenos Anómalos Aéreos). Así los llaman ahora a los populares OVNIS.

Este nuevo grupo busca concentrarse en la búsqueda de respuestas sobre dichos objetos extraños pero ya no en el cosmos, sino en nuestro planeta. Las observaciones de la Tierra desde el espacio por la NASA son consideradas de gran valor por el Departamento de Defensa en el esfuerzo por esclarecer el misterio.

¿Qué son estos objetos voladores no identificados? Nadie lo sabe con certeza. Los únicos que no dudan de lo que son, son los dogmáticos ufolátricos platillistas que andan convencidos de que se trata de inteligencia extraterrestre que nos visitan. Los escépticos lo niegan y los agnósticos lo dudan.

Pero ahora ya no se trata de negar su existencia, sino de aclarar lo que son, en medio de la nueva guerra fría que existe entre las potencias. Y lo cierto es que políticos y militares estadounidenses aparentemente quieren descartar si se trata de una nueva arma de alguna potencia rival. 

Al parecer, durante ochenta años mientras se perfeccionaba la nueva tecnología preferían negar su existencia, pero ahora se pasa a una segunda etapa. Se trata de saber si alguien más en la Tierra posee dicha tecnología. Que hayan sido grabados sobre la bases militares y sobre flotas de barcos de guerra en el mar los susodichos ovnis, sería para el Pentágono razón suficiente para formar dicho comité de investigación junto con la NASA.

Aquí caben dos posibilidades: (1) que sea otra operación de encubrimiento, o (2) descubrir si dicha tecnología ya está en posesión de otra potencia en la Tierra. Lo primero supone que los mismos militares estadounidenses no tendrían que saber necesariamente que existe dicha tecnología super secreta, siendo probablemente de conocimiento sólo de la CIA. Y lo segundo implica que se tendría que afrontar una amenaza real para la seguridad del país. Las dos cosas son probables, aunque resulta mucha coincidencia que en el contexto de la guerra en Ucrania y la posibilidad de un enfrentamiento nuclear en las potencias, se decida investigar si es una amenaza para la seguridad nacional estadounidense. Por lo que todo parece indicar que se trata de la segunda posibilidad.

Esto hace pensar entre los suspicaces, como yo, que bien podría darse el caso de que quisieran saber si algún país más tiene esa nueva arma además de ellos. Y todo lo encubren con la versión de investigar UAP.

No deja de llamar la atención que los militares hayan pedido a la NASA todo lo que tienen sobre la presencia de dichos objetos en el espacio. Se estudia los diversos testimonios de astronautas y filmaciones diversas. Esto coincide con el afán militar de saber si alguna potencia rival tiene armas antisatélites en el espacio. Lo cual es de importancia estratégica, dado que destruir los satélites militares significaría enceguecer a los militares para el ataque y la defensa en caso de acciones misilísticas intercontinentales. EEUU admite que Rusia es la principal amenaza militar y China la amenaza económico-cibernética a su hegemonía global. Los misiles hipersónicos, misiles antisatélites y drones submarinos rusos no tienen parangón en el mundo, y el desarrollo económico chino sigue su avance arrollador. Además, China es la potencia que tiene más satélites en el espacio. Corea del Norte es vista como una amenaza nuclear y cibernética para sus bases militares en el Pacífico. La hegemonía norteamericana está en crisis y está perdiendo la competencia tecnológica, cibernética, económica y militar.

Ahora bien, ante este panorama resulta indispensable discernir si las otras potencias tienen armas ovnis. Otra cosa es discernir si se tratan de naves de no humanos. ¿Cuál es su interés por los humanos y sus bases militares? ¿Por qué el tema es asumido con discreción por potencias como China y Rusia? ¿Qué son esas flotillas de luces grabadas de noche en el cielo? ¿Tienen interés en nuestras armas de exterminio masivo? ¿Por qué no intervienen evitando guerras, proporcionando conocimiento y tecnología para superar nuestros problemas? ¿Son seres orgánicos o máquinas sin sentido moral? Si son seres racionales ¿qué sentido moral les impide ponerse en contacto? Si son máquinas ¿cuál es el objetivo de su observación? Por lo pronto todo esto queda en la penumbra. 

Se habla de "seres de luz", de "portales dimensionales", de "razas extraterrestres", "exobiología", exoplanetología, etc., pero nada es probado a favor de la tesis platillista. Todo permanece en el umbral de la ciencia ficción. Sin embargo, las luces extrañas se siguen viendo en el cielo, y con más frecuencia, por campesinos, citadinos y militares, que incluso registran el hecho con fotos o videos. Pero el misterio no se despeja. También el tema queda viciado por la gran cantidad de bromistas, editores de videos, farsantes, gurús y alucinados que explotan el tema con fines personales, financieros, turísticos o recreativos.

En buena cuenta, la NASA se incorpora al Grupo de trabajo del Departamento de Defensa para esclarecer los hechos. El interés militar por saber sobre dichos fenómenos es inocultable. Todo apunta a que el Pentágono sabe más de lo que dice, y lo que sabe es muy terrícola. Si dichos objetos voladores son estadounidenses resulta crucial saber si alguien más posee dicha tecnología (China o Rusia). Y si son estadounidenses puede ser el secreto militar y tecnológico mejor guardado hasta el presente. La existencia de innumerables Proyectos negros de la potencia del norte no permite descartar dicha posibilidad, y, al contrario, abona en su favor.

Sencillamente si otra potencia ya tiene dicha tecnología, ello obligaría a tomar medidas para dar un paso tecnológico más allá en la carrera armamentística para mantener la superioridad estratégica. Esto abonaría a favor de nuestra tesis de que los OVNIs son un mitoide en la carrera de armamentos. Incluso puede ser el caso que las potencias ya saben que tienen entre sí dicha tecnología, y sólo quieren confirmar hasta dónde han llegado en el perfeccionamiento de dicha tecnología. Las fotos y videos sobre naves triangulares volando por la noche sobre ciudades estadounidenses sería testimonio de lo que van logrando en el perfeccionamiento de dicha tecnología los norteamericanos. Y sobre los desconcertantes objetos que aparecen en el cielo sobrepasando el vuelo de aviones supersónicos e incluso desapareciendo en el mar sería la tecnología que más preocupa a los militares.

Y es aquí donde se puede ver con más claridad que detrás de la investigación del tema OVNI está el interés multimillonario del Complejo Industrial Militar, o sea del ala guerrerista de la élite mundial. Actualmente la cúpula que maneja la política mundial está dividida entre un ala guerrerista y un ala reformista. La guerrerista defiende la supremacía de las corporaciones sobre el Estado, y la reformista del Estado sobre las corporaciones. También puede ser visto como Soros versus Trump y Kissinger. El descubrimiento que otras potencias tengan la tecnología OVNI daría un impulso inusitado a los negocios oscuros para perfeccionar dicha tecnología en manos de las corporaciones guerreristas. En última instancia hay un interés corporativo por las ingentes sumas que implicaría un mayor desarrollo de la tecnología ovni. O sea, no les basta con haber catapultado el presupuesto en Defensa de los países europeos y que Alemania declare que gastará cien millones en armas. El CIM es un verdadero monstruo que devora recursos sin cesar y sin satisfacerse jamás.

Pero ante esta posibilidad más plausible, la imaginería platillista sigue especulando que dichos objetos son de civilizaciones cósmicas e incluso que somos nosotros venidos desde el futuro con portales dimensionales. A estas ficciones podríamos añadir otra: no son extraterrestres, ni nosotros venidos del futuro, sino otra especie de origen terrestre que alcanzó una supertecnología hace miles de años. Pero todas estas ideas son meras especulaciones. 

La alternativa explicativa tecnológica es la más a la mano en nuestro tiempo tecnológico, secular, inmanentista y descreído. Pero también puede ser visto con ojos no profanos, sino sagrados, teológicos, para admitir de que se trata de seres espirituales (ángeles y demonios). Si a Cristo, Lucifer intentó tentarlo en el desierto mostrándole todos los reinos y tesoros de la Tierra, también podría jugar con la imaginación humana mostrando cosas que no existen. También, si se presentaran ángeles en nuestro tiempo éstos serían interpretados como objetos luminosos en el cielo. ¿Permite acaso Dios, que la primera potencia del mundo sea confundida por el Enemigo, hasta el punto de sentirse insegura, confundida y amenazada por tales visiones platillistas? Puede ser, y sobre todo como castigo por abusar del derecho internacional hasta extremos inimaginables.

En síntesis, en mi opinión el interés renovado del Pentágono estriba en saber si alguna potencia más tiene dicha tecnología o si se trata simplemente de fenómenos atmosféricos o basura espacial, que no representa ninguna amenaza real a la supremacía militar estadounidense.  

En el contexto de la guerra híbrida en Ucrania donde estamos ad portas de una Tercera Guerra Mundial es necesario saber con qué tipo de armas secretas cuenta el enemigo. En un conflicto entre las grandes potencias tendrán que salir de los arsenales e intervenir todas las armas secretas. Pero el supuesto avión antigravedad o triángulo volador norteamericano no ha sido visto efectuando las complicadas acrobacias filmadas en los ovnis. De ahí que, antes de caer en el ridículo, sea necesario despejar la duda sobre a quién pertenece dichos ovnis. Sin duda que si dicho triángulo volador cumpliera todas las condiciones ya hubiese sido visto sobre Pekín o Moscú para cumplir misiones mortales, pero como no ha sido así, hace pensar que hay vacilaciones sobre dicho artefacto.