Las recientes declaraciones de David Grusch y compañía ante el Congreso norteamericano no añadió nada nuevo, a pesar de que los entusiastas platillistas quieran hacer creer lo contrario. En pocas palabras lo que dijo fue lo siguiente: "Hay cuerpos biológicos recuperados no humanos, pero se lo dijeron de oídas, él nunca los vio". El resto de las declaraciones fueron testimonios de avistamientos ovnis.
En suma, puras palabras, ninguna evidencia concreta. Esto hace sospechar que se utiliza el tema de los ovnis como distracción de la opinión pública para ocultar dos cosas: 1. la estrepitosa derrota militar del apoyo yanqui y de la OTAN a Ucrania, y 2. la calamitosa situación económica y social interna en los Estados Unidos. En otras palabras, lo único nuevo que se añadió fue otra especulación más sobre los cuerpos alienígenas ocultados.
No negamos que existan los ovnis y que sean reales, pero lejos de ser seres del espacio son seres espirituales demoníacos, por toda una serie de comportamientos que lo he analizado en mi reciente libro UFOLOGÍA: EL GRAN FRAUDE. Allí explico que el fenómeno ovni tiene un doble origen: demoniaco y militar. Demoníaco porque sólo seres espirituales pueden no sujetarse a las leyes de la física. Y militar porque es una coartada del Pentágono para desarrollar armas secretas encubriéndolo con el mito de seres espaciales.
Por ello, lo dicho por Grusch son puras fantasías que responden a las directivas del Pentágono. Pero el relato de sus avistamientos es real, pero no se trata de tecnología extraterrestre, sino de demonios.