EL IRRACIONALISMO DE HITLER A BIDEN
Estamos en momentos de agonía del viejo orden y de alumbramiento de lo nuevo. Son momentos de inseguridad en que el fascismo irracionalista contemporáneo explota al máximo. Y actualmente lo hace bajo la rusófoba administración de Biden, de la decadente y desmoronada democracia norteamericana.
Desde Schopenhauer a Nietzsche, o sea en la fase del imperialismo colonialista, el conocimiento del mundo se volvió en interpretación del mundo. Se acentuó la subjetivación moderna del mundo. De Husserl a Heidegger y Gadamer, bajo la fase del imperialismo industrial, toda la realidad se volvió hermenéutica. Del existencialismo ateo y posestructuralismo francés al posmodernismo ítalo-galo, bajo la fase del imperialismo posindustrial, la realidad se volvió virtual. Y sin necesidad de exagerar el avance del cáncer nihilista bajo el signo del irracionalismo, en la fase del capitalismo digital y cibernético, la realidad se torna en constructo de bits y algoritmos virtuales. La trayectoria del irracionalismo llega a su cúspide con su característico ataque a la objetividad, la realidad, el ser y lo trascendente. Por eso vive engolfado en los predios del idealismo subjetivo, donde el pensamiento es incapaz de alcanzar la realidad.
La lección que el fascismo de Hitler dio al mundo tienen que sentirla agudamente los obligados a velar por una existencia racional, esto es, los filósofos. Pero a esta responsabilidad no han hecho honor los filósofos del Perú ni fuera de ella. Hay un buen contingente de ellos que creen que la filosofía es inofensiva o puramente académica, lo cual nunca lo creyó ni el propio neoliberalismo que logró desterrarla de la enseñanza escolar.
Mientras tanto, en las nuevas circunstancias del mundo de hoy seguimos avanzando por la senda de la Tercera Guerra Mundial imperialista. Y esto significa que el irracionalismo sigue desempeñando un papel central y dominante en el periodo de organización de la tercera conflagración mundial.
En otras palabras, el irracionalismo sigue formando la atmósfera filosófica de la nueva propaganda de guerra rusofóbica. El irracionalismo clásico de la época de Hitler ha cedido su lugar al irracionalismo actualizado de la época de Biden.
Toda una serie de elementos filosóficos siguen siendo predominantes en este irracionalismo (agnosticismo, relativismo, nihilismo, mitomanía, fake news, ideología de género, eutanasia, eugenesia, aborto, tanatopolítica, fe en los ovnis extraterrestres, racismo, libertinaje, hedonismo, etc.).
Pero lo que vemos es que, así como el irracionalismo adquirió fuerza demoníaca en la Alemania de Hitler, de modo similar hoy adquiere fuerza satánica en los Estados Unidos de Biden. No en vano Biden dirige sus principales esfuerzos en convertir la guerra en Ucrania en el polvorín de la Tercera Guerra Mundial. Lo que significa que el gran problema del desarrollo ascendente o destrucción de la razón es el quid en el que debaten las fuerzas del progreso y las de la reacción. El Apocalipsis nuclear sería el culmen del irracionalismo contemporáneo representado por el occidente liberal encabezado por Biden.
Se han hecho realidad en todo el mundo las palabras de Mefistófeles al angustiado Fausto:
Desprecia la ciencia y la razón,
la mayor fuerza en que descansa el hombre
y te tendré por entero a mi merced.