martes, 30 de abril de 2024

FILOSOFÍA DE LA MEDICINA COMO EPISTEMO-FILOSOFÍA MÉDICA

 FILOSOFÍA DE LA MEDICINA COMO EPISTEMO-FILOSOFÍA MÉDICA

CHRISTIAN JIMÉNEZ CÁCEDA- Médico/URP




¿Qué explica a la filosofía de la medicina? Una respuesta podría ser obtenida mediante el siguiente razonamiento.
Flores Quelopana (2021) nos enseña que, si es ser humano, entonces filosofa y, si filosofa, entonces existe una organización "onto-ética" de carácter trascendental que lo fundamenta y posibilita. Así las cosas, aceptando que el ser humano puede laborar y elaborar filosofía de la medicina y que la filosofía de la medicina es un tipo de filosofía, concluimos que la filosofía de la medicina se explica por una armadura "onto-ética" fundamental y posibilitadora, tal como es descrita por Flores Quelopana en su obra titulada "Filosofía como onto ética" (2021).
Sin embargo, este razonamiento por mí esbozado podría configurar falacia de accidente al no descartar que las particularidades del antecedente pueden modificar las formulaciones del consecuente. Es por esto por lo que no podemos afirmar la validez del razonamiento donde una "estructura ontológica que es ética" (Flores Quelopana, 2021, p.6) sea explicación de la filosofía de la medicina.
Tenemos, pues, un problema pendiente de resolución: la explicación de la filosofía de la medicina. ¿Qué significa preguntar por “la explicación de la filosofía de la medicina”? Empecemos diciendo que la expresión “filosofía de la medicina” será entendida con claridad cuando sepamos (con semejante claridad) qué significa “filosofía de la no-medicina”.
La vaguedad, como vemos, está a la orden del día en cuanto al término “filosofía” y en cuanto al término “medicina”. Sin embargo, estoy seguro de que no tendremos dudas en considerar problemas tales como el conocimiento diagnóstico, la ética médica o la ontología de las enfermedades como pertenecientes a una labor llamada “filosofía de la medicina” y a ese ámbito indubitable es al cual nos referiremos en este texto.
Por otro lado, “explicación” será entendida como las condiciones necesarias para la existencia de esta “filosofía de la medicina”. Nótese que doy por sentado que no sólo un enfermo o un médico, sino todo ser humano es capaz de laborar y elaborar filosofía de la medicina.
Las condiciones de existencia de la filosofía de la medicina tendrán que expresarse, en uno o varios enunciados, que sean consecuente “C” de la siguiente implicación: “Si la filosofía de la medicina existe, entonces se cumple C”. ¿Cómo es, entonces, esa explicación de la filosofía de la medicina?
Bueno, ¿la explicación que buscamos, no debiera apelar a un “argumento trascendental” como el que JL Austin (1961) describió (y rechazó) en su obra titulada “Are there a priori concepts?” Dicho argumento, aplicado a este caso, tendría el siguiente modelo:
P1: Los productos filosóficos de la medicina son perceptiblemente diferentes; pero todas comparten, como notamos, el nombre “filosofía de la medicina”.
P2: Nótese que a diferentes productos o elementos los estamos llamando con el mismo nombre "filosofía de la medicina”. Conclusión: Debe de haber algo común, esencial; pero no perceptible por los sentidos que es tal “filosofía de la medicina”.
De aquí, en este caso, podríamos tomar como cierta la siguiente implicación: Si la filosofía de la medicina es esencialmente imperceptible por los sentidos, entonces sus causas y condiciones también lo son. Reitero, sin embargo, que este “argumento trascendental” es calificado por JL Austin (1961) como erróneo, lo que nos persuade a no emplearlo en el presente texto.
¿Cómo entonces arribamos a tal explicación?
1. Dirigiéndonos al campo epistemológico: Siguiendo los planteamientos de Miró Quesada (1944, pp. 133-135), consideremos a la Medicina como una disciplina con determinados objetos de conocimiento y determinadas condiciones de conocimiento, denominadas estas últimas por Miró Quesada (1944, pp. 134) como “’dato epistemológico’”.
2. Reemplacemos “filosofía” por “conocimiento filosófico”. Habrá quien lance el certero dardo sobre mi formulación arguyendo que incurriré en falacia ignoratio elenchi, ya que encontraré la explicación perfecta, pero para el concepto equivocado. Debo decir, empero, que me resulta difícil hablar de filosofía y negar, a un tiempo, que ésta sea conocimiento. Es así que la empresa a que me refiero no es teoría del diagnóstico clínico o alguna teoría que permita el tratamiento de alguna enfermedad. Tampoco me refiero a una teoría sobre la ontología de las enfermedades o sobre la ética médica. Aquí me tengo que referir a una Teoría del Conocimiento Filosófico, cuyo objeto de conocimiento es el conjunto de condiciones de ese conocimiento. La Teoría del Conocimiento Filosófico Médico y su objeto son elementos definitorios de la Filosofía de la Medicina (o Conocimiento Filosófico Médico).
3. Bertrand Russell nos da una luz sobre la relación Ciencia y Metafísica (y Mística) (1914). La Metafísica, enseña Russell, es la empresa de apreciar global ente al mundo por medio del pensamiento y cuyos acicates son la Mística y la Ciencia.
4. Podemos ensayar una respuesta en este punto: Siendo que la Medicina existe y la Medicina es una Ciencia, entonces la Medicina impulsa a la Metafísica (aplicando la Teoría de Russell (1914)). Luego, si la Metafísica resultante es parte del Conocimiento Filosófico de la Medicina, y (por el punto número 2. líneas arriba) ese Conocimiento Filosófico Médico es entendido en términos de la Teoría del Conocimiento Filosófico Médico, entonces los objetos de estudio de tal teoría son las condiciones necesarias para el origen y existencia de la filosofía de la medicina. El presente texto es mi primer ensayo sobre el punto. Que el apreciado lector no dude que futuros esfuerzos me llevarán a mejorar o reencauzar mis presentes ideas.

REFERENCIAS
1. Flores, G. (2021). Filosofía como onto-ética. Fondo Editorial del Instituto de Investigaciones para la Paz, Cultura e Integración de América Latina (IIPCIAL).
2. Austin, J. L. (1961). Are there a priori concepts? En J. O. Urmson & G. J. Warnock (Eds.), Philosophical papers (pp. 1-22). Oxford University Press. (Trabajo originalmente publicado en 1939)
3. Miró Quesada, F. (1944). El problema de la Trascendencia noseológicamente considerado. Archivos de la Sociedad Peruana de Filosofía, 2, 129-140.
4. Russell, B. (1914). Mysticism and logic. The Hibbert Journal, 12 (Oct. 1913-Jul. 1914), 780-803.

LA TARDE DEL CRISTIANISMO

 LA TARDE DEL CRISTIANISMO



Ayer antes del mediodía y en medio de una mañana soleada, me reuní con el ilustre Padre Johan Leuridan Huys en el salón de recepción del Convento de Santo Domingo en Lima, del cual es su Prior. 

El motivo fue la compra de su parte de mis dos últimos libros -Ciber Deus y Contra Nosotros-. A pesar de pasar los noventa años de edad es una persona lúcida, un gran lector, un interesante pensador, con la que mantener una tertulia siempre es de provecho intelectual y espiritual. Comenzamos hablando de su salud para luego pasar a preocupantes temas de nuestro tiempo. 

Entre los temas centrales destacaron tres, a saber, la ausencia de las vocaciones sacerdotales, la acelerada descristianización de la cultura occidental y el peligro de un Armagedón nuclear. A una pregunta mía - ¿Se está desespiritualizando el mundo? - respondió "¿Cuál espíritu, si lo que vemos es pura corrupción?".

Sin duda, la degradación de la moral humana ha tocado fondo. La inversión de los valores de tufo neonietzscheano está a la moda y el sentido de la vida luce extraviado. Y gran parte de la conversación se desenvolvió glosando un libro que el Padre estaba leyendo: La Tarde del cristianismo del sociólogo Tomás Halík. La verdad es que conversación me dejó conturbado por las provisorias conclusiones a las que se llegó.

La tarde del cristianismo es un libro que inspirado en la metáfora de Jung sostiene que el cristianismo atraviesa por su momento del atardecer, el más serio desafío del cambio de época y si no tiene valor para transformarse sucumbirá. En pleno declive de la modernidad y evitando el relativismo posmoderno el cristianismo maduro debe comprometerse con el ecumenismo reflexivo de la fraternidad universal a la insta el Papa Francisco. 

Pero tal renovación dice Halik no ha de venir de los concilios, los sínodos, los teólogos, sino de la actividad de los laicos. En este punto el padre Leuridan manifiesta con mucha razón su discrepancia al considerar que el sociólogo Halik subestima el papel de la filosofía, la metafísica y la teología en dicha tarea, lo cual coincido. Halik estaría preconizando una riesgosa desintelectualización de la fe.

Para empezar, podemos preguntarnos ¿Qué cosa es captar el signo de los tiempos -que son de franco ateísmo, relativismo y nihilismo- para responder a la cultura y sociedad de nuestro tiempo? Ante semejantes desafíos no es posible dar una respuesta coherente con un mero movimiento laico, como cree Halik, y es necesario echar mano a profundidad en la filosofía. La filosofía no es la solución y nunca lo fue, pero su indagación permite atisbar nuevos caminos y respuestas. El problema de fondo de nuestro tiempo no lo percibe el sociólogo Halik, a saber, la imagen del mundo moderna antiesencialista y antimetafísica ya no tiene salida, ha fracasado y está sucumbiendo. Y como no ve esto claro, entonces se distrae con el laicismo, al cual sobrevalora.

A la sociedad nihilista y pragmática de nuestro tiempo es insuficiente darle otra respuesta del mismo tipo. La contestación debe ser confrontacional e integral, teórica y práctica, lo cual no evitará la descristianización de la cultura del occidente liberal, ni el arrollador avance del pragmatismo universal, pero tiene el mérito de desenmascararla. Y aquí recién podemos reparar en lo más preocupante. 

Ahora bien, en lo que sigue me aparto de Halik para seguir mis propias reflexiones. Estamos en el año 2024 y ante los acontecimientos mundiales ya para nadie es un secreto que pende sobre nuestras cabezas la espada de Damocles de un Armagedón nuclear. Es como si la élite mundial haya perdido la cabeza y lleva a la humanidad hacia el despeñadero de un camino sin retorno. 

La verdad es que ya desde hace más de una década la élite imperialista imponía su agenda abiertamente anticristiana y en nombre de la libertad con la ideología de género, el matrimonio homosexual, la eutanasia, la eugenesia, al aborto, el libre consumo de drogas, la disolución de la familia tradicional, el transhumanismo, y otras reformas constitucionales, que en el fondo representan la desmalignización del mal y la malignización del bien. En una palabra, asistimos en la tarde del cristianismo a la instauración mundial de la Satanocracia global.

Pero lo más preocupante es que la Satanocracia global no sólo impulsa la descristianización constitucional del mundo -donde hablar contra la agenda de la élite mundial puede significar cárcel y multas-, sino que coincide con el deterioro del medio ambiente, terremotos, vulcanismo, tormentas, guerras, hasta límites apocalípticos. Llamo satanocracia a aquel periodo profetizado en el Apocalipsis en el que Dios permite una mayor manifestación del demonio, sino también donde hay una mayor acción pecadora del hombre por propia voluntad.

A propósito, esto nos recuerda la profecía de los Papas en Garabandal: "Sólo quedan cuatro Papas". Al morir Juan XXIII se supo que la Virgen de Garabandal reveló que faltarían cinco Papas antes del Final de los Tiempos (Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI). Juan Pablo I no cuenta por la brevedad de su papado. Y cuando muriera Benedicto entramos a los últimos tiempos, y el Papa actual no entra en la serie de los últimos Papas porque está inserto en los últimos tiempos, cuyo comienzo sería el 22 de diciembre del 2022. Es decir, ya estaríamos en el Final de los Tiempos y la Gran Tribulación, con el signo característico de la apostasía generalizada (negación del demonio, lo cual implica la negación del pecado). El Final de los Tiempos se corresponde con el Juicio de las Naciones. La escatología cristiana distingue tres juicios escatológicos: El Juicio de Israel -con su destrucción en el año 70-, el Juicio de las Naciones -siglo XXI-, y el Juicio Final -Fin del Mundo-. Se sospecha que el Juicio de las Naciones o el Fin de los Tiempos se ha retrasado por intercesión de la Virgen María desde la década del 60 en el siglo veinte. Ahora bien, es curioso que la operación militar de Rusia en Ucrania comenzó en 2022, un 24 de febrero.

En realidad, el hombre no debe temer al demonio sino sólo a Dios. La gracia del Creador y Salvador nos protege de la malignidad de Satanás, y éste sólo actúa limitadamente bajo su permiso. Por eso hay que entender que gran parte del mal que padece el hombre proviene de su propia acción, antes que de la tentación del demonio. Si el demonio no hubiese existido el hombre por su propia mala acción hubiese incurrido en mal porque el alma humana también es fuente de tentaciones. De ahí que el bien sea fruto del libre albedrío guiado por la virtud. El libre ejercicio de la virtud nos libra del mal. Pero la virtud moral no basta y a ésta vienen a asistirla las virtudes teologales -fe, esperanza y caridad-. Lo que nos permite comprender la limitación de la acción humana. La gracia divina no sustituye la naturaleza humana, sólo contribuye a perfeccionarla. Al hombre común Dios lo protege del demonio, pero en el caso de los santos permite un mayor enfrentamiento porque es parte de la noche de la espiritualidad - la Subida al Monte Carmelo lo llama San Juan de la Cruz - en la que su fe y virtud mística sale fortalecida. 

Ahora bien, para que el panorama apocalíptico mundial coincida con la profecía del Apocalipsis sólo faltaría el asteroide Apofis. Pero aún ante la ausencia de este último, que según la Nasa no se descarta la aparición de asteroides repentinos, la desgobernanza mundial, el orden jurídico internacional hecho trizas, y el acostumbramiento de blandir armas nucleares como amenaza entre países, hace pensar que nos hallamos en el Final de los Tiempos.

¿Pero realmente hay Satanocracia global? ¿No están las iglesias del mundo europeo vacías o convertidas en Museos? ¿No es el anatemizado Putin el que ha dicho que Rusia representa el occidente cristiano rechazando la pervertida agenda globalista? ¿No es la absurda guerra en Ucrania la imposición del complejo industrial norteamericano que se frota las manos al desmantelar la integración euroasiática y sacar adelante sus nefandos negocios armamentísticos? ¿No le ha seguido los mismos pasos China a Rusia al desmantelar la ideología de género, a pesar de la existencia de la iglesia patriótica? ¿Acaso el mundo musulmán, en el reciente genocida ataque sionista contra Gaza, no ha demostrado que priman sus intereses económicos sobre la solidaridad confesional? 

El mundo está en los actuales momentos sentado por los cuatro costados sobre un polvorín y en peligro de estallar. Lo más preocupante es que todo indica que una re-eleccion del guerrerista Biden asegurará el estallido de un Armagedón nuclear a más tardar el 2025. Las condiciones objetivas y subjetivas están dadas y el pronóstico no es bueno.

Según los teólogos hay que distinguir entre el Final de los Tiempos y el Fin del Mundo. Cuando la Bestia alce su cabeza con el Anticristo vendrá una serie de plagas y pestes que culminará con el Armagedón. Todo este tiempo de purificación del mal constituye el Final de los Tiempos y, por los signos que vemos, es lo que esta generación vivirá. Pero el Enemigo tras su derrota será encadenado y vendrá el milenio de paz de Cristo. Tras todo lo cual recién llegará el Fin del mundo con el Juicio Final. El triunfo final del Bien y de Cristo está asegurada.

El tiempo escatológico comprende la Creación, la Caída, la Redención y el Juicio. En otras palabras, entre la Redención y el Juicio ocurre el Fin de los Tiempos y el Fin del Mundo. En ese trance del tiempo escatológico nos encontramos. Estas distinciones no tendrán ninguna relevancia para la mentalidad secularizada de la decadente modernidad tardía, pero sólo una visión integral, inmanente y trascendente permite entender los azarosos tiempos actuales.

No hay duda, la guerra la inició Putin, pero la provocó Occidente. ¿Todas las guerras son condenables? Si respondemos positivamente entonces la guerra contra Hitler estuvo mal, las guerras independentistas y las guerras de liberación también. En el Cielo hubo guerra entre los ángeles de la luz y los ángeles de la oscuridad. Y en el Final de los Tiempos está profetizado la guerra del Armagedón, donde el demonio será vencido. Por tanto, toda guerra es un mal, pero en algunos casos un mal necesario para acabar con un mal mayor.


domingo, 28 de abril de 2024

COMENTARIO DEL DR. JAVIER SOLÍS SALCEDO (UNT)

 


UN GRAN TRABAJO PARA DESENMASCARAR LAS DIABÓLICAS PARODIAS DE LA NEW AGE: LOS EXTRATERRESTRES
Dr. Javier Solís Salcedo- UNT*
Nuestro ilustre amigo y hermano, Dr. Gustavo Flores Quelopana, filósofo y escritor, acaba de publicar su libro: "Contra Nosotros. Ufología como Demonología" (Lima: Editorial IIPCIAL, 2024, 312 páginas).
Antes de comentar brevemente su nuevo libro debo señalar que los trabajos del Dr. Gustavo Flores Quelopana, que conozco, se distinguen por su gran seriedad y rigor intelectual. Son muestras de una inclaudicable búsqueda de sentidos y certezas más que de vanas loas a los fuegos artificiales de la modernidad.

En este su nuevo libro muestra como mucha gente se ha dejado embaucar por las falsas pruebas y razonamientos que giran en torno a un mito creado por la sociedad tecno-científica occidental. Esta ficción modernista sostiene que: "los creadores, civilizadores y hasta salvadores de la humanidad provienen de las estrellas".

Los mitologemas vehiculados por la oralidad (mitos, leyendas, cuentos-enseñanzas, dichos, etc.), o que son expresados en pinturas rupestres, murales, tejidos, etc., o que se encuentran en piezas ceramológicas, etc., en los que se señalan "a hombres-dioses venidos de la Pléyades", "a dioses provenientes de las estrellas", "los dioses celebraron consejo en el Cielo", "los sabios llegaron procedentes de la estrella Orión", etc., son tomados literalmente.
Al respecto de éstos milenarios mitologemas, los ufólogos, una banda de modernistas new age de imaginación fértil, creyendo saber más que los Guardianes de los Pueblos Indígenas Originarios, señalan de que éstos muestran la presencia de extraterrestres que descendieron otrora para traernos su tecnología avanzada.

Éstos sabihondos de pacotilla no se imaginan que los susodichos mitologemas se refieren a la irrupción (conocidos como "hierofanías") de arquetipos celestes. Por ejemplo, no es literal que la realeza medieval tuviera "sangre azul". Es decir, la sangre de la realeza era de color roja no "azul" (como creen los pro-reptilianos). Es una metáfora para decir que la autoridad y poder de la realeza era de origen y procedía del Cielo *a través del Espíritu Santo representado por una Palomita blanca que desciende del "cielo azul"). Que es una manera simbólica de referirse a los estados superiores o celestiales del Ser (ésta es la doctrina del "logos spermatikos", y es el fundamento del derecho divino europeo).

Según Flores Quelopana esta mórbida creencia modernista es tragedia y signo que atañe no sólo a la incontrolable crisis de las sociedades contemporáneas, sino también a su profunda degradación espiritual (si aún se puede llamar "espiritualidad" a las parodias modernistas del llamado "fenómeno religioso").

A propósito de ésta obvia degradación, que trasciende el marco de la religiosidad, Flores Quelopana llama fuerte la atención de algo que pocos han reparado: la similitud de las representaciones de los "seres extraterrestres" y la imaginería demonológica cristiana. En efecto no puede ser "casual".

Al respecto de la tesis de Flores Quelopana, debo señalar que hace una treintena de años leí sorprendido una tesis similar. Ésta fue sostenida por el ensayista francés Jean Robin, en su poco conocido libro: "Objetos voladores no identificados o la gran parodia" (1979).

En éste libro Robin se esfuerza por demostrar que los ovnis constituyen una pseudo-religión, en la que desgraciadamente cree la mayoría de la población mundial, y que ésta "es parte de la última fase, la pseudoespiritualidad de la humanidad". Robin también afirma que los llamados extraterrestres eran producto de la manipulación de una contra-élite mundial y que las fotos, imágenes, dibujos, etc., que se tienen de los supuestos extraterrestres en realidad son de seres provenientes del lnframundo, conocidos en casi todo el planeta desde hace milenios bajo diferentes nombres: "duendes", "gnomos", "muquies", "chullachaquis". etc.

Esta es una asimilación demonológica en la que concuerdan Jean Robin y Gustavo Flores Quelopana. Es más, el trabajo de este último explicita mejor que el primero la evidente diablería que se oculta tras la inocente tesis ufológica

* Javier Solís Salcedo. Historiador profesional, docente e investigador universitario, escritor y apapäk de la Nación Muchik.

CONTRA NOSOTROS UFOLOGÍA COMO DEMONOLOGÍA (Nuevo libro)

 

NUEVO LIBRO
"CONTRA NOSOTROS. UFOLOGÍA COMO DEMONOLOGÍA"
Autor: Gustavo Flores Quelopana
Editorial(es): IIPCIAL
Lugar de publicación: Lima
Año de edición: 2024
Número de páginas: 312

Por dos razones esta obra no tiene parangón en la reflexión y análisis del fenómeno Ovni: 1. por llevar adelante el primer examen filosófico-teológico completo (teológico, metafísico, fenomenológico, lógico, culturológico y geopolítico) y 2. por exponer con solidez la tesis demonológica y militar al mismo tiempo.

Entre la abundantísima literatura ufológica existente -ficción, esotérica, conspiranoica, científica- la presente obra del filósofo Flores Quelopana se distingue por su seriedad científica y rigor metodológico. Por ende, su conclusión escéptica será bien recibida por las mentes serenas que no se dejan seducir por las falsas pruebas y razonamientos.

El hombre de nuestro tiempo tiene mermada su fe en el Dios trascendente. Y en su avasallante materialismo moderno busca depositar su fe en inexistentes seres galácticos que vendrán a salvarlo. Esa es su tragedia y signo de un extravío que atañe no sólo a la crisis de la razón, sino a la crisis de su espiritualidad. Cosa que es explotada en el contexto de una guerra preternatural muy antigua y ante lo cual nos asiste la gracia divina.

Contenido. -

Primera Parte
OVNI: MITOIDE ENCUBRIDOR DE LA CARRERA ARMAMENTISTA
EN LA ERA TECNOLÓGICA
¿Puede el hombre seguir siendo el centro metafísico-moral del cosmos?
Agradecimientos
Prefacio
A.
TEOLOGÍA Y FILOSOFÍA UFOLÓGICA
Capítulo I
Observaciones teológicas sobre los extraterrestres
Una respuesta al libro de T. F. O´Meara “Vast Universe”
A. D I O S
Cuestión 1: Sobre el amor de Dios, la redención y los ET
Artículo 1
Si el amor de Dios se extiende a otras civilizaciones cósmicas
Artículo 2
Si los ET no crucificaron al Redentor
Artículo 3
Si los ET no disminuyen a Jesucristo
B. C R E A C I Ó N
Cuestión 2: Universo, inteligencia y libre albedrío
Artículo 1
Si la inmensidad del Universo justifica la existencia de ET
Artículo 2
Si los ET tienen inteligencia y libre albedrío
C. Á N G E L E S
Cuestión 3: Si los ET son ángeles
Artículo 1
Si los ET son ángeles
Artículo 2
Si los ET son mensajeros divinos
D. JESUCRISTO
Cuestión 4: Sobre el Verbo Encarnado y los ET
Artículo 1
Si la encarnación de Jesucristo justifica la existencia de ET
Artículo 2
Si se justifican otras encarnaciones del Verbo Divino
E. R E V E L A C I Ó N
Cuestión 5: Biblia, Religión y ET
Artículo 1
La Biblia no es aplicable a los ET
Artículo 2
Si los ET tienen sus propias búsquedas religiosas
Conclusión Final
Capítulo II
La filosofía y los ovnis
B.
INTERPRETACIÓN ÓNTICO-ONTOLÓGICO DEL FENÓMENO OVNI
Capítulo III
El problema de la realidad ovni
1. Idealismo-Realismo Ovni
2. El ser del objeto y ser-objeto
3. La conciencia ovni
4. Ovni: objeto trascendente
5. La existencia ovni no determina su realidad
6. Existencia relativa del fenómeno ovni
7. La realidad del objeto ovni
8. Identidad equívoca y falsa realidad ovni
9. La vivencia de la realidad ovni

C.
UFOLOGÍA CIENTÍFICA Y UFOLATRÍA
Capítulo IV
ET: posibilidad y realidad
10. Fenómeno Ovni y civilizaciones ET
11. La paradoja de Fermi y la ausencia de evidencia ET
12. Fenómeno ovni y exoplanetología

D.
CULTUROLOGÍA UFOLÓGICA
Capítulo V
UFO: Mitoide secular
13. Fenómeno Ovni e impacto ET
14. Mitoide Ovni y transhumanismo

Conclusión
Bibliografía

Segunda Parte
UFOLOFÍA COMO SIGNO DE LA CRISIS
DEL PENSAMIENTO MODERNO
Prefacio
1. Silogística ufológica en la crisis del logos moderno
2. Falacias platillistas y la crisis del pensar actual
3. Escala Kardashov e imaginación
4. Panenteísmo de ufología platillista
5. Nominalismo y ufología
6. Los demonios de siempre
7. Probabilidad y vida inteligente en el cosmos
8. Platillismo como delirio del pensamiento
9. Los platillistas en su laberinto
10. La teología ufológica no es cuestión de fe

Tercera Parte
UFOLOGÍA: EL GRAN FRAUDE
Prólogo
1. Demonios y no extraterrestres
2. Abducidos, mutilaciones
3. Agroglifos y contactismo
4. Nueva religión
5. Ufología y esoterismo
6. Ufolatría y posesión diabólica
7. Falacias ufológicas
8. Ufología y decadencia civilizatoria
Conclusión
Bibliografía & Fuentes

Cuarta Parte
SOBRE EL INFINITO UNIVERSO Y LA SOLEDAD CÓSMICA
Prefacio
Diálogo primero
Diálogo Segundo
Diálogo tercero
Diálogo cuarto
Diálogo quinto
Diálogo sexto
Diálogo séptimo
Diálogo octavo
Diálogo noveno
Diálogo décimo

Bibliografía

miércoles, 24 de abril de 2024

LA FILOSOFIA ESTUVO, ESTA Y ESTARÁ EN TODAS PARTES

 

LA FILOSOFIA ESTUVO, ESTA Y ESTARÁ EN TODAS PARTES

Ricardo Mauricio Agreda Rojas- UNSA/Arequipa


 


¿POR QUÉ FILOSOFAMOS? Que un libro comience con una pregunta tan llamativa lo hace, desde el comienzo, un captador de atención. Gustavo Flores Quelopana inicia su libro ¿Por qué filosofamos? El misterio de la filosofía con una interesante pregunta.

Este texto que fue publicado el presente año por la Editorial IIPCIAL, en Lima, Perú está dirigido, desde su inicio, a explicar que la filosofía no es un patrimonio de una sola cultura, sino que la filosofía es propia de todas las culturas, y que al estar presente en todas ellas el filosofar se vuelve polimórfico y multívoco.

Gustavo Flores Quelopana divide su libro en cuatro partes. 1. ¿Del mito al logos? La idea de que la filosofía se origina en Grecia es muy común. Sin embargo, hay que entender que lo que en Grecia se origina es la palabra filosofía, que etimológicamente quiere decir amor por la sabiduría. Esta actividad que persigue el conocimiento, el questionamiento, la inquietud, etc. parte del asombro que tiene el hombre del mundo.

Entendiendo esto, se vuelve imposible sostener que solo los hombres griegos pudieron asombrarse de su entorno y que otras civilizaciones hayan prescindido de aquello. El asombro no es griego, el asombro es humano. Que la palabra filosofía haya existido en Grecia no quiere decir que no haya estado presente en otros lugares. Que en Grecia, la filosofía se haya dedicado a romper con el mito no quiere decir que todas las sociedades hayan tenido que dedicarse a lo mismo.

Para Flores, la filosofía de Grecia desconoce el mito y es logocrática. Esta es una forma de filosofar. Por otro lado, hay sociedades que basan sus pensamientos y explicaciones en el mito. Esta es otra forma de filosofar y la denomina mitocrática. Siguiendo estos argumentos podríamos decir que otras civilizaciones también tendrían otras formas de filosofar respecto a las condiciones de sus sociedades. Cada forma de filosofar podría contener incluso principios lógicos diferentes. Todo esto volvería a la filosofía en multívoca y polimórfica.

2. Ruptura mítica andina entre lo ontológico y lo histórico. El filosofar mitocrático contiene muchas reflexiones teleológicas, existenciales, causales, etc. estos pensares pueden ser encontrados por ejemplo en las concepciones de divinidades que tuvieron las culturas prehispánicas.

En este punto, Flores se percata que, a diferencia de las culturas occidentales, la religión precolombina fue distinta. Esta, en primer lugar, no fue ni monoteísta ni panteísta sino henoteísta. Esto quiere decir que existían varios dioses, pero había un dios supremo.

Flores recalca que un dios supremo no significa un dios absoluto. Incluso se puede observar que en varias culturas precolombinas existe esta parafernalia de divinidades como huacas, apus, dioses que tienen características parecidas, etc. Sin embargo, no existe en ninguna parte histórica precolombina en la que exista solo un dios.

Que existan varios dioses o varias religiones desemboca en reflexiones sobre el origen y atributos de estos dioses o los fundamentos de estas religiones. Esto es el filosofar mitocrático.

Pero ¿cómo comprobar este filosofar con un lenguaje o una escritura? Con respecto al lenguaje Flores argumenta que la lengua quechua alberga la posibilidad de formar preguntas filosóficas. Con respecto a lo segundo, declara que la inexistencia de la escritura en el quechua no es freno para entender el filosofar antiguo.

La música o la pintura son lenguajes indirectos y que pueden tener más sentido que el signo escrito. Así, todas las culturas pueden filosofar con algún lenguaje incluso, y esto es interesante, el hombre del paleolítico puede tener una forma de filosofar solo por su condición humana.

3. Del mito al filósofo primitivo. Si aceptamos que hay varias formas de filosofar y que estas están presentes en la diversidad de las culturas que existieron entonces, tenemos que abandonar la idea eurocéntrica en donde solo Grecia es la medida posible de toda la filosofía.

Podríamos entender que quizá en otros lugares no se preocupaban si hacían o no filosofía, sino que simplemente la hacían. Teniendo esto en claro, Flores comienza a retrotraer el pensamiento filosófico a tiempos anteriores de las grandes civilizaciones.

Si existe un filosofar mitocrático ¿por qué no podría existir un filosofar antes de lo mitocrático? Para Flores el filosofar existe también en el hombre prehistórico y está presente en actividades como los enterramientos, el arte y la industria lítica. Estas actividades tienen fundamentos ontológicos y metafísicos que estarían vinculadas con su entorno natural y social e incluso con un entorno espiritual y sobrenatural.

Este filosofar es el chamanismo y Flores lo denomina mitomórfico. En este chamanismo las ideas como alma, espíritu, vida después de la muerte, etc. surgen como guía o forma de vivir y se han encontrado en diferentes lugares como África, Asia, América o Australia.

Flores sigue el camino regresivo histórico y añade que, bajo estos argumentos no eurocéntricos, incluso los primeros homínidos tienen una forma de filosofar. Para ellos el mundo natural está lleno de espíritus poderosos y su evolución con armas, materiales, fuego, relación con otros homínidos, obtención de lenguajes, es una forma de entender que tenían una percepción activa. A este filosofar Flores lo denomina numinocrático.

Con todo esto, esclarecemos que la premisa donde es Grecia el origen de la filosofía es falsa y que el asombro que es el origen de filosofar no pertenece solo a Europa si no a cada cultura y cada humano.

Asimilar esto es captar que existen muchas formas de filosofar y que no hay una filosofía mejor que otra filosofía, sino que hay filosofías distintas y que cada una surge en diferentes lugares, diferentes tiempos y para alcanzar diferentes fundamentos. Al final de todo, la filosofía es polimórfica y multívoca.

4. Dimensión ontológica del filosofar. Y a todo esto entonces ¿Por qué filosofamos? Gustavo Flores Quelopana culmina el último capítulo de su libro explicando que filosofamos porque somo humanos; filosofamos porque podemos asombrarnos; filosofamos porque tenemos conciencia de nosotros mismos, conciencia del mundo y conciencia teologal, filosofamos porque es nuestra condición ontológica.

Sin embargo, aunque esté en nuestra condición humana filosofar es claro que no todos filosofamos y esto se debe a que esta actividad merece tiempo, educación y formación.

Por mi parte siempre he tenido aversión a los términos filosofía andina y/o filosofía no occidental y no porque crea que solo existe un filosofar europeo que nació en Grecia sino porque querer demostrar que existió una filosofía mucho antes que los griegos en otros lugares sin tener un sustento documentario de ese filosofar es entrar a un debate prácticamente sin salida. Para mí el humano es científico y filósofo por naturaleza porque quiere relacionarse con el mundo y quiere preguntarse sobre sus fundamentos.

En todas las culturas el hombre se ha asombrado por la naturaleza, la ha transformado y se ha preguntado sobre ella. En todas las actividades la filosofía siempre está presente. Puede ser, por ejemplo, precientífica, científica y postcientifica porque siempre está en constante movimiento con cualquier actividad y es por ella que dicha actividad puede evolucionar.

La filosofía no solo está presente en la ciencia sino también en el arte, en la música, en el lenguaje, etc. la filosofía es parte del que hacer humano. Volviendo al porqué de mi aversión a los términos mostrados anteriormente esta se debe a que querer demostrar que hubo una filosofía andina, latina, no occidental, etc. es como querer llamar la atención a una filosofía procedente de Europa, es como decir — mira Europa yo también hice, hago o haré filosofía —.

Según mi percepción la filosofía se debe hacer sin más, este incesante estudio, cuestionamiento, inquietud, evolución, etc. debe hacerse sin más. Me gusta mucho la idea del buen filósofo y amigo Flores Quelopana de encontrar diferentes tipos de filosofar a lo largo de la historia.

Aunque muchas veces entre filósofos no podemos ponernos de acuerdo en muchos temas, su libro me hizo dudar de varias cuestiones que tenía por reparadas y si este no es el objetivo de un buen libro de filosofía entonces no sé lo que es.

La filosofía te tiene que sacar de tus casillas, te tiene que mantener en movimiento, quizá con esto podría añadir que la filosofía es multívoca, polimórfica y dinámica.

He disfrutado mucho su texto y terminándolo me dejó con una pregunta interesante en la boca. Si podemos encontrar diferentes tipos de filosofar a lo largo de la historia humana desde los primeros homínidos hasta los humanos actuales ¿Podría acaso en futuro las máquinas filosofar?

Y hablo de las máquinas que serán la siguiente evolución del ser humano no de las que actualmente son instrumento humano. Seguramente esta reflexión podría dar una conversación muy larga en algún lugar o en algún momento, pero por el momento me siento alegre de haber leído y recomiendo adentrarse en ¿Porque filosofamos? El misterio de la filosofía de Gustavo Flores Quelopana.