LA FILOSOFIA ESTUVO, ESTA Y ESTARÁ EN TODAS
PARTES
Ricardo Mauricio Agreda Rojas- UNSA/Arequipa
¿POR QUÉ FILOSOFAMOS? Que un libro comience con una
pregunta tan llamativa lo hace, desde el comienzo, un captador de atención.
Gustavo Flores Quelopana inicia su libro ¿Por qué filosofamos? El misterio
de la filosofía con una interesante pregunta.
Este texto que fue publicado el presente año por la
Editorial IIPCIAL, en Lima, Perú está dirigido, desde su inicio, a explicar que
la filosofía no es un patrimonio de una sola cultura, sino que la filosofía es
propia de todas las culturas, y que al estar presente en todas ellas el
filosofar se vuelve polimórfico y multívoco.
Gustavo Flores Quelopana divide su libro en cuatro
partes. 1. ¿Del mito al logos? La idea de que la filosofía se origina en
Grecia es muy común. Sin embargo, hay que entender que lo que en Grecia se
origina es la palabra filosofía, que etimológicamente quiere decir amor por la
sabiduría. Esta actividad que persigue el conocimiento, el questionamiento, la
inquietud, etc. parte del asombro que tiene el hombre del mundo.
Entendiendo esto, se vuelve imposible sostener que solo
los hombres griegos pudieron asombrarse de su entorno y que otras
civilizaciones hayan prescindido de aquello. El asombro no es griego, el
asombro es humano. Que la palabra filosofía haya existido en Grecia no quiere
decir que no haya estado presente en otros lugares. Que en Grecia, la filosofía
se haya dedicado a romper con el mito no quiere decir que todas las sociedades
hayan tenido que dedicarse a lo mismo.
Para Flores, la filosofía de Grecia desconoce el mito y
es logocrática. Esta es una forma de filosofar. Por otro lado, hay sociedades
que basan sus pensamientos y explicaciones en el mito. Esta es otra forma de
filosofar y la denomina mitocrática. Siguiendo estos argumentos podríamos decir
que otras civilizaciones también tendrían otras formas de filosofar respecto a
las condiciones de sus sociedades. Cada forma de filosofar podría contener
incluso principios lógicos diferentes. Todo esto volvería a la filosofía en
multívoca y polimórfica.
2. Ruptura mítica andina entre lo ontológico
y lo histórico. El filosofar mitocrático contiene muchas
reflexiones teleológicas, existenciales, causales, etc. estos pensares pueden
ser encontrados por ejemplo en las concepciones de divinidades que tuvieron las
culturas prehispánicas.
En este punto, Flores se percata que, a diferencia de las
culturas occidentales, la religión precolombina fue distinta. Esta, en primer
lugar, no fue ni monoteísta ni panteísta sino henoteísta. Esto quiere decir que
existían varios dioses, pero había un dios supremo.
Flores recalca que un dios supremo no significa un dios
absoluto. Incluso se puede observar que en varias culturas precolombinas existe
esta parafernalia de divinidades como huacas, apus, dioses que tienen
características parecidas, etc. Sin embargo, no existe en ninguna parte
histórica precolombina en la que exista solo un dios.
Que existan varios dioses o varias religiones desemboca
en reflexiones sobre el origen y atributos de estos dioses o los fundamentos de
estas religiones. Esto es el filosofar mitocrático.
Pero ¿cómo comprobar este filosofar con un lenguaje o una
escritura? Con respecto al lenguaje Flores argumenta que la lengua quechua
alberga la posibilidad de formar preguntas filosóficas. Con respecto a lo
segundo, declara que la inexistencia de la escritura en el quechua no es freno
para entender el filosofar antiguo.
La música o la pintura son lenguajes indirectos y que
pueden tener más sentido que el signo escrito. Así, todas las culturas pueden
filosofar con algún lenguaje incluso, y esto es interesante, el hombre del
paleolítico puede tener una forma de filosofar solo por su condición humana.
3. Del mito al filósofo primitivo. Si aceptamos que hay varias formas de filosofar y que estas están
presentes en la diversidad de las culturas que existieron entonces, tenemos que
abandonar la idea eurocéntrica en donde solo Grecia es la medida posible de
toda la filosofía.
Podríamos entender que quizá en otros lugares no se
preocupaban si hacían o no filosofía, sino que simplemente la hacían. Teniendo
esto en claro, Flores comienza a retrotraer el pensamiento filosófico a tiempos
anteriores de las grandes civilizaciones.
Si existe un filosofar mitocrático ¿por qué no podría
existir un filosofar antes de lo mitocrático? Para Flores el filosofar existe
también en el hombre prehistórico y está presente en actividades como los
enterramientos, el arte y la industria lítica. Estas actividades tienen
fundamentos ontológicos y metafísicos que estarían vinculadas con su entorno
natural y social e incluso con un entorno espiritual y sobrenatural.
Este filosofar es el chamanismo y Flores lo denomina
mitomórfico. En este chamanismo las ideas como alma, espíritu, vida después de
la muerte, etc. surgen como guía o forma de vivir y se han encontrado en
diferentes lugares como África, Asia, América o Australia.
Flores sigue el camino regresivo histórico y añade que,
bajo estos argumentos no eurocéntricos, incluso los primeros homínidos tienen
una forma de filosofar. Para ellos el mundo natural está lleno de espíritus
poderosos y su evolución con armas, materiales, fuego, relación con otros
homínidos, obtención de lenguajes, es una forma de entender que tenían una
percepción activa. A este filosofar Flores lo denomina numinocrático.
Con todo esto, esclarecemos que la premisa donde es
Grecia el origen de la filosofía es falsa y que el asombro que es el origen de
filosofar no pertenece solo a Europa si no a cada cultura y cada humano.
Asimilar esto es captar que existen muchas formas de
filosofar y que no hay una filosofía mejor que otra filosofía, sino que hay
filosofías distintas y que cada una surge en diferentes lugares, diferentes
tiempos y para alcanzar diferentes fundamentos. Al final de todo, la filosofía
es polimórfica y multívoca.
4. Dimensión ontológica del filosofar. Y a todo esto entonces ¿Por qué filosofamos? Gustavo Flores Quelopana
culmina el último capítulo de su libro explicando que filosofamos porque somo
humanos; filosofamos porque podemos asombrarnos; filosofamos porque tenemos
conciencia de nosotros mismos, conciencia del mundo y conciencia teologal,
filosofamos porque es nuestra condición ontológica.
Sin embargo, aunque esté en nuestra condición humana
filosofar es claro que no todos filosofamos y esto se debe a que esta actividad
merece tiempo, educación y formación.
Por mi parte siempre he tenido aversión a los términos
filosofía andina y/o filosofía no occidental y no porque crea que solo existe
un filosofar europeo que nació en Grecia sino porque querer demostrar que
existió una filosofía mucho antes que los griegos en otros lugares sin tener un
sustento documentario de ese filosofar es entrar a un debate prácticamente sin
salida. Para mí el humano es científico y filósofo por naturaleza porque quiere
relacionarse con el mundo y quiere preguntarse sobre sus fundamentos.
En todas las culturas el hombre se ha asombrado por la
naturaleza, la ha transformado y se ha preguntado sobre ella. En todas las
actividades la filosofía siempre está presente. Puede ser, por ejemplo,
precientífica, científica y postcientifica porque siempre está en constante
movimiento con cualquier actividad y es por ella que dicha actividad puede
evolucionar.
La filosofía no solo está presente en la ciencia sino
también en el arte, en la música, en el lenguaje, etc. la filosofía es parte
del que hacer humano. Volviendo al porqué de mi aversión a los términos mostrados
anteriormente esta se debe a que querer demostrar que hubo una filosofía
andina, latina, no occidental, etc. es como querer llamar la atención a una
filosofía procedente de Europa, es como decir — mira Europa yo también hice,
hago o haré filosofía —.
Según mi percepción la filosofía se debe hacer sin más,
este incesante estudio, cuestionamiento, inquietud, evolución, etc. debe
hacerse sin más. Me gusta mucho la idea del buen filósofo y amigo Flores
Quelopana de encontrar diferentes tipos de filosofar a lo largo de la historia.
Aunque muchas veces entre filósofos no podemos ponernos
de acuerdo en muchos temas, su libro me hizo dudar de varias cuestiones que
tenía por reparadas y si este no es el objetivo de un buen libro de filosofía
entonces no sé lo que es.
La filosofía te tiene que sacar de tus casillas, te tiene
que mantener en movimiento, quizá con esto podría añadir que la filosofía es
multívoca, polimórfica y dinámica.
He disfrutado mucho su texto y terminándolo me dejó con
una pregunta interesante en la boca. Si podemos encontrar diferentes tipos de
filosofar a lo largo de la historia humana desde los primeros homínidos hasta
los humanos actuales ¿Podría acaso en futuro las máquinas filosofar?
Y hablo de las máquinas que serán la siguiente evolución del
ser humano no de las que actualmente son instrumento humano. Seguramente esta
reflexión podría dar una conversación muy larga en algún lugar o en algún
momento, pero por el momento me siento alegre de haber leído y recomiendo
adentrarse en ¿Porque filosofamos? El misterio de la filosofía de
Gustavo Flores Quelopana.