Memorias. El poder la ilusión (Axiara editions, EEUU, 2024) es un ladrillezco libro que atemoriza con sus 660 páginas, pero una vez embarcado en él se corre raudo por sus páginas gracias a una pluma ligera, entretenida e imaginativa. Así me ocurrió cuando ya al segundo día estaba terminando de leerlo. Obviamente que para salir del sortilegio de su realismo imaginativo tuve que tomarme un café bien cargado. Y así se lo escribí por WhatsApp. Cosa que le produjo hilaridad.
A Lenin pertenece la frase: "Salvo el poder todo es ilusión". Eduardo González Viaña la complemente en este libro con otra suya: "La ilusión [literaria] tiene su propio poder". Efectivamente, en sus páginas se constata cómo con el poder de la ilusión también se construye un mundo justo y pleno de amor.
Su realismo alucinado, como lo llama su amigo de la Universidad de Sevilla, José Camacho Delgado, es la alusión a la dimensión ilusoria que tiene la antropología humana. El hombre no sólo vive de lo real, sino también de sus sueños e ilusiones.
Su persona ha vivido la mitad de su vida en el extranjero, defendiendo en la literatura la causa del inmigrante -por lo cual ha recibido reconocimientos-, galardonado con el Premio Juan Rulfo, pero su mayor distinción es haber recuperado su conexión con su Patria escribiendo tres novelas de antología sobre Ramón Castilla, el Inca Garcilaso y Arguedas.
Su alma nunca dejó de ser revolucionaria, admirador de La Puente Uceda y su lucha guerrillera, y adherente insobornable de la causa de los pobres y desposeídos por la injusticia social. Hoy octogenario nos hace este obsequio literario que queda como testimonio de una vida que con la pluma defendió las causas nobles de la humanidad.