viernes, 20 de diciembre de 2024

VISITA SOBRENATURAL DE UN PERRO

 

VISITA SOBRENATURAL DE UN PERRO

Gustavo Flores Quelopana


Este episodio personal que se relaciona con el fallecimiento de mi esposa nunca lo he contado. Pero precisamente teniendo contacto últimamente con información sobre la relación del perro y demás animales con lo sobrenatural, viene a mi mente el episodio real que voy a relatarles.

Era un fin de semana, no recuerdo si sábado o domingo, de la tercera semana del mes de junio del año 2007, y regresando de comprar algo, que no recuerdo qué, como alrededor de las 9 de la mañana abro la puerta de la fachada de la casa para ingresar a mi departamento y aparece súbito un hermoso perro blanco de raza labrador retriever, sin collar, pero limpio y tranquilo.

Pasando por mis piernas subió las escaleras piso por piso hasta llegar sólo al mío. Yo me quedé sorprendido. Era como una visita que sabía a dónde iba y a quién buscaba. Abrí la puerta de mi departamento y el perro ingresó como conociendo a dónde quería llegar. No fue menos mi sorpresa cuando mis hijos y yo lo vimos ingresar a la habitación donde descansaba mi esposa por su frágil estado de salud.

Se le acercó directamente a ella que se encontraba postrada, la olisqueó en varias partes de su cuerpo, mi esposa se alegró porque de niña y joven siempre tuvo perros en su huerto de Sayán y cuando estuvo conmigo criamos una hermosa perra llamada Princesa.

Mis hijos me miraron como diciendo de dónde salió el lindo can, yo simplemente dije que se metió conmigo, subió solo y llegó también solo hacia tu mamá. Terminada su breve visita y llamándolo con un pan en la mano lo fui conduciendo por las escaleras hasta la salida del edificio y simplemente se fue sin hacer caso al pan que le ofrecía.

Mi querida esposa fallecía una semana después, un 30 de junio de ese mismo año. Y desde entonces no he podido dejar de pensar en la relación de los perros y demás animales con lo sobrenatural.

No puedo ocultar que tras esta visita canina de inmediato vino a mi mente los perros de la cultura chincha, donde aparecen como símbolos de protección y guía espiritual, animales místicos que acompañan y ayudan en el viaje al más allá. También vino a mi mente las historias que contaba mi esposa sobre sueños en que los perros asisten con agua que llevan en sus orejas para que el difunto pueda atravesar el mundo de la muerte.

Este escrito que emprendo también fue motivado por el video que acabo de ver sobre “El perro de Garabandal” en Refugio Zavala. Allí se relata del papel del perro como un ángel de la guarda. Y ahora veo que los perros han estado asociados con el misticismo y sobrenatural desde muy antiguo. En la cultura egipcia eran guías espirituales de las almas en el inframundo. Entre los celtas eran considerados guardianes de los reinos espirituales. En el folklore japonés los perros son llamados “inugamis”, y traen buena o mala suerte según cómo sean tratados. En las tradiciones occidentales los sobrenaturales perros negros son guardianes en la puerta del infierno. El ejemplo más famoso es entre los griegos Cerbero, perro de tres cabezas que guarda las puertas del Hades o reino de los muertos.

En el cristianismo los animales que tienen significados simbólicos y sobrenaturales son: Cordero, León, Paloma, Serpiente, Pez y Águila. En cambio, el perro no tiene significado sobrenatural prominente. Muchas veces son asociados a la impureza y comportamiento no santo.

Pero hubo santos destacados que fueron amigos de los animales. San Francisco de Asís, que incluso calmó e hizo un trato con un fiero lobo; San Juan Bosco, que era seguido por un perro negro que lo protegía; San José de Cupertino, levitaba y las ovejas lo escuchaban con atención mientras rezaba; San Antonio María Claret, que cuando rezaba las aves se le acercaban para escucharlo; San Martín de Porres, que hacía comer en un mismo plato a perro, pericote y gato; San Francisco Javier, en una tormenta lanzó su crucifijo al mar y cuando llegó a la playa se sorprendió al ver que un cangrejo sostenía su crucifijo entre sus pinzas; San Pio de Pietrelcina, que cuando consagraba la hostia los pájaros dejaban de cantar. 

Creo junto al padre Pio que los perros tienen un impacto directo en las bendiciones del hogar. Los animales y la espiritualidad están profundamente conectados. Reflejan el amor y la bondad divina. Son guardianes físicos y espirituales. Cómo tratamos a los perros dicen mucho de nuestra vida espiritual. Su propósito va más allá de lo terrenal. Con ellos se practican virtudes espirituales, nos alertan situaciones de peligro, incluso invisibles. En una palabra, nos conectan con lo sagrado, fortalecen la energía espiritual del hogar, son canales naturales de energías positivas. Nos enseñan a ser mejores personas. Gratitud y compasión inspiran los perros.

Por todo ello, creo que la visita del labrador retriever a mi esposa fue el anuncio espiritual de su despedida de este mundo y de su ayuda que se le iba a prestar en su viaje espiritual. No sólo se apareció a brindarle consuelo y alegría, sino que vino a avisar que estaría a su lado en el momento difícil de la muerte.

Un dato final, aquel perro no lo volví a ver en la pequeña urbanización donde vivo. ¿Lo volveré en vísperas de mi propia muerte? No lo sé, pero doy constancia de que fue una visita agradable y misteriosa.

Emma es el nombre de mi esposa. Es un nombre simple, elegante y universal en muchas culturas. Emmanuel en la Biblia simboliza la cercanía y presencia divina.

Concluyo con la Oración de Encomendación: “En tus manos, Padre de misericordia, encomiendo el alma de mi esposa Emma, con la firme esperanza de que resucitará con Cristo en el último día”.

IMPORTANCIA FILOSÓFICA DE CORINTIOS I

 

IMPORTANCIA FILOSÓFICA DE CORINTIOS I


Estamos ante una de las Cartas más inspiradas y profundas del apóstol Pablo. Su contenido fundamental gira en torno a la preeminencia del amor.

Mientras el amor griego o Eros es deseo, que sublimado puede acceder a la divinidad, el amor cristiano es ágape porque proviene de Dios hacia el hombre. En Eros el amor es un movimiento ascensional o anagógico hacia lo divino, mientras que en ágape el amor es un movimiento de descenso de Dios hacia el hombre.

La diferencia contiene una nota metafísica sustancial de alcance metafísico. La divinidad griega no ama porque no es creadora sino emanatista, pero se deja amar como participación ontológica; en cambio la divinidad cristiana es Amor y por ello viene en auxilio de su creación. En la divinidad griega el ser es por indiferente emanación, por el contrario, en la divinidad cristiana el ser es por amor. El reino de Dios es el poder el amor y por el amor es el ser.

Pablo había fundado la iglesia de Corinto, la cual era una ciudad portuaria con muchos esclavos, famosa por su libertinaje y su templo de Afrodita con un millar de prostitutas sagradas. Además, la iglesia de Corinto estaba afectada por disensiones internas (incesto, embriaguez, pleitos, negación de la resurrección de los muertos, sobreestimación del don de lenguas, etc.).

Ahora se entiende mejor el énfasis puesto por Pablo en la preeminencia del amor sobre la fe, la esperanza y el don de lenguas. También incide en la superioridad de la fe sobre la sabiduría de los sabios, la concepción del cuerpo como templo del Espíritu Santo, el consejo de que es bueno casarse, aunque es mejor permanecer soltero si se tiene el don de continencia, todo es lícito, pero no todo conviene, la mujer está bajo la autoridad del hombre, al amor es superior incluso a los dones que da el Espíritu Santo, y que los fornicadores, avaros, adúlteros, afeminados, homosexuales, borrachos, maldicientes, ni estafadores, heredarán el reino de Dios.

En suma, la condición fundamental de la vida cristiana es el amor al prójimo. Y este amor hace de la materia y del cuerpo algo digno y bueno. De modo que cuando se concibe que el amor es el principio del ser se está aludiendo al ser creado y finito, y diferenciándolo del ser infinito y absoluto que es Dios mismo. Se trata de una distinción ontológica basada en el sentido multívoco y no unívoco del ser. Y en el sentido multívoco del ser el ser finito “es” no por participación ontológica, como en los griegos, sino por comunicación ontológica de la misericordia divina a sus criaturas. Por eso mismo el Dios cristiano no es un frio principio absoluto e indiferente al cosmos, sino que es Padre, ser supremo, creador y sustentador del universo, existiendo en tres personas (Padre, Hijo -Jesucristo- y Espíritu Santo) y una sola sustancia.