EL CONCEPTO EUROCÉNTRICO DE FILOSOFÍA
NO DEFINE A LA FILOSOFÍA MISMA
Gustavo Flores Quelopana
Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía
§ 1. El concepto tradicional filosofía
El concepto
tradicional de filosofía es aquel que la concibe como un producto típico de la
tradición occidental, que surge en las colonias griegas del Asia Menor, y más
precisamente en la Jonia, con manifestaciones bien definidas de un pensamiento
que se propone una explicación de la naturaleza y la vida sobre bases
racionales.
Tampoco
esta definición tiene dificultades en admitir que la cuna de esta reflexión es
ese pasado religioso, las antiguas mitologías y la conciencia mística, conocida
más comúnmente como pensamiento prefilosófico o pensamiento mítico.
Por
cierto que en su seno reconocen que hay una mudanza de actitudes, un paso de
una forma de pensar a otra, y que se trata de un concepto que no se libra
todavía de una cierta ambigüedad y parece por esencia llamado a estar en
constante mutación.
Incluso
se reconoce sin dificultad encontrar en el Oriente, especialmente en la China y
la India, formas de actividad espiritual que son análogas con la reflexión
filosófica griega y que influyeron sin duda en ésta. Pero como el concepto es
una creación de la cultura griega se prefiere restringir la categoría de filosofía a la tradición occidental. Se
considera siempre riesgoso aplicar categorías de una cultura a otra.
Cuando
se hace referencia a la razón en otras culturas no se tiene temor en reconocer
su presencia en otros orbes culturales, pero al mismo tiempo se señala que
nunca se pasó de cierto límite que no les permitió constituir el pensamiento
racional. En este sentido los griegos fueron los primeros en usar la razón de
manera sistemática para lograr el conocimiento de la realidad. Lo cual no es
obstáculo para admitir que no hay acuerdo unánime sobre lo que significa el
término “razón” pero por consenso se atribuye a los griegos los antecesores
inmediatos del conocimiento racional por excelencia.
Se
señala que una de las grandes diferencias que existe entre el concepto griego
de razón y el concepto hindú es que mientras para el primero lo que no es
comunicable no es racional, para los segundos la razón nos revela conocimientos
inefables.
También
se admite que si el mito era considerado como el fundamento último que permitía
comprender el origen y estructura de la realidad, con los griegos el nuevo
fundamento será la razón, cuyo análisis permitía descubrir lo permanente tras
lo transitorio.
Sin
embargo, el concepto tradicional de filosofía que es el canónico enseñado en la
academia, no refleja toda la complejidad de la misma. O dicho de otro modo, el
concepto tradicional de filosofía tiene un sesgo eurocéntrico que no se condice
con toda la complejidad de la filosofía misma.
Así, por
ejemplo, Nicola Abbagnano en su Diccionario
de filosofía distingue tres significados históricamente dados: 1. Con
relación a la naturaleza o validez del saber al que la filosofía hace
referencia, 2. En relación a la naturaleza del fin al cual se dirige la
filosofía, y 3. En relación a la naturaleza del procedimiento usado por la
filosofía. Según la primera alternativa se ofrecen dos soluciones diversas y
contrapuestas: una afirma el origen divino del saber, y la otra su origen
humano. La que afirma el origen divino es la más antigua, la más frecuente en
el mundo y la prevaleciente en las filosofías no occidentales. Según esta
solución se trata de un saber revelado u obtenido por iluminación divina, no accesible
a los mortales comunes, y que encuentra en la tradición límites que no le
permiten destruir las creencias establecidas. En el mundo occidental esta forma
de filosofía ha tomado el nombre de escolástica, pero ha estado presente desde
las sectas filosófico-religiosas del siglo II a.c., las doctrinas de Filón de
Alejandría, los neoplatónicos, la filosofía islámica, la filosofía judaica, la
patrística, la escolástica hasta el
existencialismo cristiano.
Ahora
bien, en relación a la naturaleza del fin al cual se dirige la filosofía,
señala Abbagnano que dos son las interpretaciones:
a. es contemplativa y
constituye una forma de vida o saber de salvación,
b. es activa o instrumento
de modificación o saber de dominio.
La primera se condice con la filosofía oriental,
mientras que la segunda lo hace con la filosofía occidental. Y por último, en
relación con el procedimiento usado caben dos alternativas: a)filosofías sintéticas o creadoras, y b)filosofías analíticas. Las primeras producen
conceptualmente su objeto, sin reconocer límites en este procedimiento de
construcción, tiene la pretensión de valer como conocimiento divino, propia de
la filosofía oriental pero también presente en el idealismo romántico alemán.
En realidad es propia de todas las filosofías que tiene a Dios como objeto de
su investigación y que consideran el mismo como coincidente con el conocimiento
de Dios. Las segundas reconocen la existencia de datos y describen y analizan
estos mismos, tiene la pretensión de saber como conocimiento controlado por sus
resultados, propia de la filosofía occidental pero que está presente en todas
las filosofías que conceden a la experiencia un lugar privilegiado.
De manera
que la filosofía no sólo es concebida de origen humano, un saber de dominio y
analítico, como es predominantemente la filosofía occidental, sino que también se
presenta como un saber de origen divino, un saber de salvación y sintética,
como se presenta en la filosofía no occidental.
Es
decir, del análisis de Abbagnano se concluye que la filosofía por la naturaleza
y validez de su saber, por su finalidad y por su metodología, no es
necesariamente de origen griego, sino que existe otra paralela interpretación
de la filosofía que no es obligadamente eurocéntrica. Y esto es muy importante
de subrayar porque permite poner énfasis en la comprensión del hecho de que
tanto la filosofía como término y
como origen no puede ser restringido
necesariamente a Grecia, sino que una heurística equilibrada permite librarla
de etnocentrismos trasnochados, esquemáticos, sesgados y unilaterales.
En
una palabra, el concepto de filosofía no se identifica con el concepto
eurocéntrico del mismo, el cual es una aberración tardía del racionalismo
decimonónico o, más bien, parece ser más el último estertor de un rigor mortis que se adviene al rancio
racionalismo con pretensiones ilustradas.
Lima, Salamanca 09 de junio 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.