OVNI: MITOIDE ENCUBRIDOR DE CARRERA ARMAMENTISTA
(Continuación)
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
13
FENÓMENO
OVNI E IMPACTO ET
Son siete las fuentes de las que se amamanta todo el debate
del fenómeno ovni, a saber:
1. Búsqueda de vida inteligente en el espacio
2. Astrobiología
3. Exoplanetología
4. Proyectos negros de carrera
armamentista
5. Fenómenos atmosféricos
6. Cultura popular
7. Fraudes humanos y del
Maligno
En los últimos setenta años de investigación científica se
han formado tres fuentes principales que reavivan la discusión sobre el
fenómeno ovni: la búsqueda vida inteligente en el espacio exterior, la
astrobiología y la exoplanetología. Si a
ello tuviéramos que añadir la incesante investigación aviónica-tecnológica,
entonces se tendría una cuarta fuente a incluir: los proyectos negros de la
carrera armamentista. Además, como se ha mencionado antes, existe una quinta
fuente, a saber: la meteorología, que aun no logra una explicación
satisfactoria de los rayos globulares o esfera luminosa de irregular movimiento
y velocidad. No obstante, en la polémica sobre el fenómeno ovni también
interviene muy activamente una sexta fuente: la cultura popular, que con sus
hipótesis alienígenas vinculan el fenómeno ovni con la existencia de
extraterrestres (ET). A partir de todos estos elementos se suman disciplinas en
formación: como la exobiología y la exopolítica, las cuales son una buena dosis
de ficción aunado con elementos científicos. La teología desde hace unos años,
específicamente la católica del Vaticano, con la pretensión de no quedar
rezagada y de ponerse a la vanguardia, ha promovido opiniones favorables a la
posible existencia de seres inteligentes no terrestres.
Como vemos se trata de toda una ola informe donde no se
distingue un claro perfil sobre el fenómeno ovni. Muchas veces de la prudencia
científica se da un brusco salto al entusiasmo afirmativo sobre la existencia
de ET avanzados. A qué obedece tal comportamiento actual. No obstante, antes de
dilucidar esta pregunta, hay que apreciar que a partir de todo este amasijo del
presente, ya se dilucida sobre el impacto
de la vida extraterrestre en nosotros. En esta parte me baso en el reporte
preparado por mi amigo y exopolítico Giorgio Piacenza, perteneciente al Foundation for Research on Extraterrestrial
Encounter (FREE), sobre el Simposio de Astrobiología de la NASA, Instituto
SETI y la Biblioteca del Congreso respecto a “Prepararnos para el Impacto Social de un posible descubrimiento de vida
extraterrestre microbiana, compleja o inteligente”, celebrado el 18 y 19 de
setiembre de 2014. A continuación presentaré muy sucintamente la posición de
cada expositor, seguido de un breve comentario personal que refleje un
sintético análisis de cada postura. Como veremos hay presencia de científicos,
filósofos y teólogos, donde la gran parte comparte la convicción ET.
- PREVENCIÓN TEMPRANA
Steven
Dick (ex historiador de la NASA y director del estudio NASA de Astrobiología en
la Biblioteca del Congreso). Si encontramos vida extraterrestre hay que
prepararnos política y culturalmente. Acciones tempranas preventivas son
importantes. Pero los primeros contactos no tienen por qué ser destructivos:
Caso del Almirante de la china Ming ZHENG HEH.
Dick es un científico que da, injustificadamente en mi
parecer, un paso más allá de Carl Sagan para mostrarse creyente en la
inteligencia extraterrestre, por lo menos es optimista en nuestra posibilidad
de encontrarlos. Lo cual no deja de ser asombroso, en tanto que ni siquiera se
ha podido confirmar vida microbiana fuera del sistema solar y ya está hablando
de extraterrestres. Con esta postura deja atrás todo escepticismo y prudencia
científica para creer en un contacto pacífico. Su ingenuidad tiene que ver poco
con la ciencia y más con un deseo lindante con lo religioso. No explica qué se
haría con los contactos destructivos y no pacíficos. A la vista se nota que es
otra víctima más de la pandemia y del negocio ufolátrico. Su tesón por
demostrar vida inteligente extraterrestre tiene que ver con la opinión y no con la evidencia. La evidencia dice todo lo contrario, esto es, que
estamos solos en el universo.
- INTELIGENCIA DIALOGANTE
Seth
Shostak (astrónomo, uno de los directores del Instituto SETI), SETI se enfoca en
la búsqueda de vida inteligente con capacidad de diálogo. Quizás las
civilizaciones inteligentes se convierten en máquinas y no hallemos vida
inteligente orgánica. Ya no podemos ocultarnos pues hemos estado transmitiendo
radialmente por más de 70 años. No hay que confundir astrobiología con SETI. El
primero trata mayormente de microbios; el segundo de vida inteligente.
Shostak, como científico de SETI, busca ser más prudente en
su postura al hablar de inteligencia artificial, pero no explica que la misma
tuvo que ser inventada por una inteligencia biológica. En otras palabras,
hablar de inteligencia artificial extraterrestre no lo exime de plantearse la
existencia de su contrapartida natural. Con lo cual volvemos a lo mismo de la
cuestión: qué justifica creer en una vida inteligente biológica extrasolar. No
hay ninguna evidencia al respecto y él lo sabe perfectamente. Pero, por lo
visto, la susodicha inteligencia alienígena no sería nada dialogante; pues ya
son más de setenta años enviando mensajes sin respuestas y tampoco se acomiden
a dar una prueba de su realidad transmitiendo telepáticamente la solución a
algún problema matemático o científico irresuelto por los humanos. La
“inteligencia dialogante” de Shostak sería más un desiderátum y un buen deseo
que una realidad. Cada día SETI da más la impresión de tratar de justificar su
presupuesto, ser parte de un lobby ufolátrico, y defender supuestos
incomprobables, en vez de abordar seriamente un problema científico.
Representaría la rama decadente de la ciencia actual.
- IMPACTO SILENCIOSO
Clement
Vidal (filósofo). Podría haber un “impacto silencioso” de descubrir
extraterrestres que no se comunican abiertamente. Las revoluciones científicas
tomaron mucho tiempo y el impacto del descubrimiento de ETI podría ser como el
descubrimiento de la agricultura, no como el descubrimiento de América. Pueden
ser nueve dimensiones del impacto: Intención Comunicativa, Distancia, Complejidad
del mensaje, Tamaño, Estado de Vida, Influencia en nosotros, Nuestro
conocimiento de ellos, su conocimiento de Nosotros, su Intención. Los ETI
silenciosos podrían ser microbianos, genético, o corporales y avanzados. Las
noticias silenciosas: El impacto podría ser difuso a través de muchos años. La
absorción silenciosa del impacto: Preparándonos para un amplio rango de
escenarios.
Aquí sobre el filósofo Vidal no se sabe si está coqueteando
con la teoría de la panspermia o la hipótesis extraterrestre. En todo caso el
“impacto silencioso” juega con la teoría de la invasión y elude problemas
filosóficos más agudos y profundos, por ejemplo, determinar el problema del
estatus ontológico de posible seres alienígenas.
- SUPERAR ANTROPOCENTRISMO
Iris
Fry (filósofa, epistemóloga). En astrobiología se usan las premisas
copernicanas y darwiniana. El estudio científico dependió de superar el
razonamiento limitado a lo teológico. La pluralidad de mundos y la exclusividad
de la humanidad en nuestro mundo ambos se promovieron por razones teológicas.
Aún hoy existe la hipótesis científica de la Tierra Poco Frecuente.
Aquí la filósofa Fry se plantea la superación del antropocentrismo
como requisito para entendernos con la posible vida alienígena. Lo cual suena
plausible, pero el antropocentrismo teológico que cuestiona se asienta sobre
bases materialistas y naturalistas que terminan viendo al hombre como un
homínido pensante, sin trascendencia ni espíritu. Y con ello otra especie
inteligente tendría el camino listo para demolernos.
- ORGANISMOS COLECTIVOS
Dirk
Schulze –Makuch (geólogo, filósofo) – El “Panorama de la Vida” La vida podría
existir en formas mucho más amplias de las que normalmente reconocemos. Podría
haber organismos que tomen decisiones colectivamente.
Su forma de expresión en condicional está más allá de la
ciencia y más acá de la ciencia ficción. Pero otras formas de vida más allá de
lo normal no son una posibilidad, sino una realidad. En la Tierra ya conocemos
los seres extremófilos, y de poco sirve científicamente trasladar con la
imaginación dichos seres al espacio sin antes demostrar geológicamente que hay
otros lugares siderales con las condiciones ideales para ello. Muchos
astrofísicos ya han cuestionado la posibilidad de existencia de vida microbiana
incluso fuera del sistema solar. En consecuencia, hablar de otras formas de
vida extremófilas fuera de nuestro sistema solar es aventurar un juicio que la
astrobiología más prudente cuestiona y rechaza.
- INTELIGENCIA BIOLÓGICA
Lori
Marino (bio-psicóloga). También hablemos del “Panorama de la Inteligencia”. No
hemos definido bien lo que es inteligencia. Tiene que ver cómo un individuo
procesa información. Creemos que la inteligencia humana es superior basado en
lo que conocemos en la Tierra. Todas las neuronas se parecen desde hace 600 millones
de años. Varias especies se reconocen en el espejo y pueden utilizar
herramientas. Hay una continuidad biológica en cuanto la inteligencia. La
inteligencia es una característica inherente a la vida en la Tierra; una
continuidad, no un abrupto cambio cualitativo.
Marino debió incidir que demostrar la continuidad biológica
de la inteligencia en seres galácticos es el quid de la cuestión. Pero no es
posible hablar de inteligencia fuera del sistema solar mientras no se reciba
contestación a los mensajes enviados desde la Tierra. Pero es dudoso que dicha
continuidad biológica se permita en las condiciones sumamente hostiles del
cosmos.
- BIOLOGÍA UNIVERSAL
Carlos
Mariscal (biólogo). Solo tenemos como punto de comparación la vida en la
Tierra. Una muestra limitada. N = 1. Estamos en un estado de provincialismo
biológico. Deberíamos desarrollar una biología universal cuyas generalizaciones
no dependan de hechos contingentes al planeta Tierra. El ADN no es
necesariamente universal.
Reclamar una biología universal sobre la base de seres
microbianos no comprobados en el universo no tiene sentido, y Carlos Mariscal
lo sabe.
- CULTURALISMO UNIVERSAL
John
Traphagan (antropólogo). ¿Qué es una civilización? Proyectamos darwinismo
social hacia los extraterrestres basados en ideas etnocéntricas sobre el
progreso humano en el tiempo. A veces imaginamos a las inteligencias ET como
altruistas, progresivos, y de una civilización unitaria pero esto sería un
constructo euro-americano.
Traphagan sugiere un culturalismo universal que nos facilite
el camine para entender otras civilizaciones extraterrestres. Preguntamos,
cuáles. Es la repetición del mismo desvarío fantasioso y alucinante.
- UNIVERSO POST-INTELIGENTE
Mark
Lupisella (biólogo, físico, filósofo, NASA). El cambio cultural nos está
moviendo más allá de la evolución biológica. Las aspiraciones normativas
(éticas) podrían ser o no ser perseguidas por inteligencias extraterrestres.
Podrá existir un “universo post inteligente” en el que los valores son más
importantes que las necesidades materiales? ¿Variarán mucho los valores entre
los extraterrestres?
Lupisella habla de un universo post-inteligente donde los
valores sean más importantes que las necesidades materiales. Esto es casi como
imaginar que los extraterrestres han dejado muy atrás el capitalismo y hayan
logrado el comunismo. Con la imaginación Lupisella traslada una utopía social
hacia los alienígenas, y con ello retroalimenta las esperanzas de una salvación
terrestre llegada desde el espacio. Aquí encontramos un ejemplo protagonizado
por un hombre de ciencia y filósofo de ansias mesiánicas de la humanidad.
- BIOÉTICA CÓSMICA
Carol
Clelland (filósofa) y Espeth Wilson (ciencias políticas). ¿Serían considerados
como animales no humanos? ¿Podemos ir más allá de nuestras premisas
antropocéntricas? La astrobiología es una nueva frontera para la bioética.
¿Cómo cambiarán nuestros conceptos al encontrar vida inteligente? ¿Son los
extraterrestres agentes morales o “pacientes morales” que merecen consideración
moral pero que no necesariamente son responsables. Las teorías éticas que
tenemos son antropocéntricas. Podrían haber seres inteligentes solitarios o muy
sociales pero sin tecnologías como nosotros o con sistemas de comunicación muy
distintos. Es importante reconocer el
pluralismo y una ética secular no basada en la religión. Necesidad de proteger cosmovisiones
teológicas.
La filósofa Clelland junto con Wilson no se arredra, y
defienden la necesidad de una bioética cósmica no antropocéntrica. Pero desde
su misma base no se preguntan por qué otras especies más inteligentes y
avanzadas que nosotros no impidieron matanzas como la I y II Guerra Mundial. Si
la humanidad estuviera en la hipotética condición lo hubiera hecho por piedad y
normatividad.
- INTELIGENCIA ALIENÍGENA
ARTIFICIAL
Constance
Bertka (geóloga y ministro universalista). La “super inteligencia alienígena”
que se muda de lo biológico hacia la Inteligencia Artificial. ¿Tendría un
alienígeno computacional experiencias personales? Podríamos hablar de BISAS
(extraterrestres super inteligentes biológicamente inspirados) que en su
estructura artificial imiten a lo biológico, con metas finales, como su supervivencia.
Lo que habla Bertka es más un tema terrícola que
extraterrícola. Los avances en cibernética son tan agigantados que se prevé que
pronto entraremos a una era posthumana, donde chips del tamaño de una molécula
puedan almacenar memoria y dar peligrosamente a las máquinas capacidad de tomar
decisiones autónomas. Lo que hace la ministra universalista es trasladar sin
sentido crítico dicha situación a seres alienígenas.
- PLURALISMO SALVÍFICO
Guy
Consolmagno (astrónomo del Vaticano, jesuita). ¿Quién puede afirmar que todas
las historias de salvación son las mismas? Podría haber una manifestación
distinta del Logos a diferentes seres conscientes inteligentes, con capacidad
de equivocarse, de amar, de odiar, y por lo tanto con necesidad de algún tipo
de redención. ¿Si nos topáramos con una raza que nunca pecó, cómo sabremos que
tienen la libertad de elegir entre lo bueno y lo malo? Sí bautizaría a un
extraterrestre inteligente si este lo pidiera teniendo en común que nos podemos
relacionar, amistar. ¿Estamos dispuestos a aceptar a otros seres inteligentes
en el universo?
El jesuita Consolmagno es, sin embargo, el que llega más
lejos que todos al replantear la teología de la Redención. No se da cuenta que
al proponer la posibilidad de varias historias de la salvación convierte a
Cristo en astronauta salvífico de todas las especies inteligentes del universo.
El punto de quiebre del pluralismo salvífico es la reedición hasta el infinito
del acto redentor de Cristo, lo cual carece de sustento incluso lógico. El
desvarío tiene su origen en tratar de adaptar una verdad de fe a las fantasías
de la ufolatría. Su descaminamiento es abismal.
- ANTROPOCÉNTRISMO TEOLÓGICO
Robin
Lovin (teólogo metodista). El
antropocentrismo que afecta a la astrobiología también afecta a la teología. El
concepto de la “imagen de Dios” es la base de la idea teológica de la dignidad
humana (cristianismo, judaísmo e islamismo). Dios no puede ser reducido a la
imagen del hombre. La vida misma tiene dignidad. El mandato bíblico de tener
dominio sobre las criaturas de la Tierra no se extiende a otros mundos,
civilizaciones y formas de vida.
El pastor metodista Lovin es consecuente con su fe
protestante de fraternidad universal con todos los creyentes. Sobre esa base
cabalga contra el antropocentrismo teológico y cuestiona el concepto del hombre
como “imagen de Dios”. Es parte de la estrategia de las teologías ufolátricas y
hace toda clase de modificaciones del dogma para adaptarlas al credo
extraterrestre. Por lo demás, no es casual que el protestantismo se caracterice
por una racionalización de los dogmas del cristianismo y la relativización del
misterio. Y como Weber explicó no se siente incómodo en el seno del capitalismo
mismo.
- ASTROBIOLOGÍA SIN NOVEDAD
Jane Maienschein (bióloga,
directora Center for Biology & Society). La Astrobiología no era considerada “científica” en
1966. Pero las ideas de la “hoja de ruta” de la NASA en 1999 siguen iguales. Podrían
haber especies invasivas.
Jane es la expositora más sincera
de todas y está a punto de aguarles la fiesta a todos con su afirmación de que
no hay razón para suponer que la astrobiología no deje de ser considerada
científica. Su tajante escepticismo sobre la astrobiología echa por tierra
todas las alegres especulaciones que van desde la preparación política y social
hasta terminar con el antropocentrismo teológico.
- PROTECCIÓN PLANETARIA
Margaret
Race (bióloga marina, SETI). Es importante considerar el impacto en nosotros y
por nosotros en ellos. En Washington hay un “oficial de protección planetaria”.
Los científicos de SETI y NASA están tratando de encontrar evidencias de vida de
muchas formas. Los astrobiólogos se
interesan en civilizaciones detectables tecnológicamente inteligentes, exoplanetas
habitables, vida microbial y más.
La
menuda preocupación de Race es la protección biológica planetaria. Entra con
mucha facilidad y sin pruebas en el tema del “impacto de nosotros y por
nosotros en ellos”. Al menos de los asteroides y meteoritos peligrosos se está
armando un catálogo, pero de naves extraterrestres no hay absolutamente nada.
La protección planetaria que plantea no examina cómo impacta el polvo estelar
que cae sobre el planeta.
- EXTRAÑO SILENCIO
Eric J. Chaisson (astrofísico,
radio astrónomo). ¿Por qué no hemos captado señales después de 50 años de
búsqueda? Quizás el “extraño silencio” nos está enviando una señal. Quizás
significa que primero debemos arreglar nuestros asuntos en la Tierra.
Incrementar el factor L de la ecuación de Drake. Quizás no los oímos porque
solo hay un breve periodo para adoptar el uso eficiente de energía de la
estrella madre y la mayoría no lo logra.
Chaisson
retruca la principal objeción del “extraño silencio” cósmico con el manido y
astuto argumento de que “no estamos preparados”. Este razonamiento suyo supone
la premisa de que nos conocen ya de sobra, pero sobre cómo y desde cuándo
guarda un sepulcral silencio. Este razonamiento anfibológico refleja más
chapucería que verdadero conocimiento.
17. NADA
CONOCIDO
Linda Billings (doctora
en comunicaciones). ¿Qué conocemos acerca de la vida extraterrestre? Nada. No
sabemos nada sobre los extraterrestres.
Por
último, Billings junto con la doctora Jane Maienschein comparten
excepcionalmente el rapto de sinceridad para afirmar que nada se sabe de
extraterrestres. Esta afirmación chocante en semejante contubernio ET resulta
disonante pero sincera y realista.
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Como
apreciamos en la breve recopilación sobre el posible impacto de la vida
microbiana o inteligente extraterrestre, existen argumentos escépticos,
prudentes y creyentes, pero es muy sintomático que no estén presentes los
planteamientos críticos. Esto pone en duda la imparcialidad de las posturas y
la cercanía a la apología de la vida extraterrestre, a pesar de la falta
rotunda de evidencias. Por ejemplo, la principal objeción a la panspermia es
que las bacterias no sobrevivirían a las condiciones extremas del cosmos. Y es
que hoy pululan encuentros pseudocientíficos sobre alienígenas para justificar
presupuestos oficiales.
Es
como si en el área de la astrobiología la ciencia se comportara con patrones no
científicos o precientíficos. En suma, los partidarios
científicos de la existencia de la inteligencia extraterrestre cometen la
falacia de petitio principii que
supone sin prueba el punto inicial. Por qué científicos e instituciones
gubernamentales se exponen a semejante papelón pseudocientífico. Tiene que
existir una razón muy poderosa y confidencial. Al parecer SETI cumple un
importante papel en los medios de comunicación de masas para mantener en la era
global, a la opinión pública mundial distraída en la expectativa del encuentro
extraterrestre, mientras que sus líderes se ocupan de tareas estratégicas más
prosaicas y realistas en la tierra, como es la de implantar su dominio
unipolar.
Es
cierto que los límites de la ciencia no son de orden empírico, a excepción los
de carácter tecnológico, sino de orden metaempírico. Es decir, que no está pensada
para responder sobre las cuestiones últimas y primeras. Esta característica de
la ciencia es a su vez su mayor gloria pero a su vez su mayor peligro, porque
no sólo es empleada por políticos inmorales con propósitos destructivos, sino,
también, por la chapucería pseudocientífica que emprende especulaciones arbitrarias
manipulando ideas científicas. Y esto, en los últimos tiempos, no sólo lo hemos
visto en las imposturas intelectuales del posmodernismo, con el relativismo
cultural y epistémico (Lacan, Kristeva, Irigaray, Latour, Baudrillard, Deleuze,
Guattari, Virilo, Prigogine), que dicen hacer ciencia sin prueba empírica
alguna; sino, también, con el tema ovni protagonizado por la ufología tanto de
científicos, escritores, neófitos y creyentes.
Efectivamente,
la falta clamorosa de pruebas, a pesar de las fotografías irrepetibles con
teléfonos móviles, convierte la ufología en ufolatría y, si no fuera por la
astrobiología y los programas de encubrimiento de proyectos negros en
armamentos, ya se hubiera extinguido. Algo más grave resultaría si es que el
tema ovni signifique el fin de la ciencia y el triunfo de uno de sus mitos. La
ciencia misma comete suicidio cuando su práctica se exime de proporcionar
pruebas empíricas ad doc. Y así vemos al Padre Funes del Observatorio Vaticano
ponderando artificiosamente que “es posible
la vida extraterrestre aunque no hay pruebas”. En otras palabras, si creer
es aceptar algo sin pruebas, entonces lo que pide es “creer” en los
extraterrestres. A ojos vistas la teología ufológica es la fatiga de la
teología misma.
Ante
todo este verdadero maremágnum del absurdo nos preguntamos no sólo de dónde
sale el enorme presupuesto para mantener viva esta creencia, sino cuál es su
verdadero propósito. Y a esta pregunta daremos respuesta más adelante cuando
abordemos el vínculo entre fenómeno ovni y el transhumanismo[1].
Pero
antes de terminar el presente acápite se debe reparar que un verdadero encuentro
sobre el posible “impacto” extraterrestre debieron dilucidar antes las siguientes interrogantes
que mantienen incoherente la conexión ovnis-ET:
1.- Por qué a
pesar de cuantiosos testimonios, presuntas imágenes y vídeos OVNI, no existe ni
una sola fotografía que muestre claramente una nave alienígena o un organismo
extraterrestre.
2.- Por qué tendría que haber
“contacto” si hasta las estrellas más cercanas
suponen un serio problema de tiempo: viajando a la mitad de la velocidad de la
luz se tardaría más de 16 años en ir y volver a la estrella Alfa
Centauri (la más
cercana), y otras estrellas lejanas, como Rigel, exigirían 1700 años solamente
de ida.
3.- Por qué
todos los gobiernos del mundo habrían conseguido ocultar completamente las
numerosas “presuntas pruebas” de tales “visitas” cuando, según los propios
ufólogos, han sucedido con “multitud de espectadores” o a la vista de varios
“lugares públicos”. Tal contradicción no tiene sentido.
4.- Por qué si estamos en los
confines de la galaxia tendrían que visitarnos a nosotros justamente decenas de “especies” extraterrestres
diferentes.
5.- Por qué si
nos visitan desde la antigüedad siguen la misma pauta de observación sin contactar.
6.- Por qué la
galáctica especie inteligente no envía sondas automáticas de observación.
7.- Por qué el
fenómeno de avistamiento no es homogéneo (la inmensa mayoría no ha visto
ninguno).
8.- Finalmente, por qué
los visitantes “permanecen” ocultos durante miles de años y “utilizan” al mismo
tiempo naves brillantes y llamativas.
En otras palabras, el orden lógico exige que antes de hablar
de posible “impacto” y “contacto” se examine por qué “no existe” categóricamente
ninguna prueba de la conexión ovnis-ET. Tema eludido por la red ufolátrica. Solamente
las pseudociencias, en el criterio de Popper, se caracterizan por hacer
afirmaciones infalsables. Ya Giordano Bruno había argumentado en el siglo
dieciséis que en un universo infinito donde las estrellas estén rodeadas de su
sistema planetario habría otros mundos como “nuestra tierra, con animales y
habitantes” [Del infinito universo y los
mundos, 1584] [2].
Muy bien, pero en el umbral de la experimentación naciente estaba justificada la
validez del discurso de Bruno, la cual no reside más que en su coherencia
interna y en la filosofía, pero la cosmología actual se basa en la
experimentación y no puede basarse en la especulación. La infinitud de los
mundos de Giordano Bruno acabó siendo rehabilitada por el descubrimiento de
miles de millones de galaxias, pero no así su suposición de la existencia de
otros mundos como “nuestra tierra, con animales y habitantes”. Tampoco el
carácter del universo infinito se congracia con el modelo einsteiniano de un
universo finito aunque ilimitado. La exoplanetología pretende justificar su
entusiasmo no viendo esta verdad sobre Giordano Bruno.
Es cierto que
con el “principio de mediocridad” se puede seguir con el tema de la posibilidad
de vida extraterrestre sin abandonar el enfoque racional. Según este principio
la vida en el planeta Tierra no es un caso especial, y la vida como la
conocemos puede ser un ejemplo típico de lo que la vida sería en todas partes. Dicho principio de mediocridad es
conjetural incluso en sus predicciones de la posible vida extraterrestre: la evolución darwiniana sería universalmente válida, y
toda potencial criatura viviente debe sus características a un proceso de selección natural, tanto en la Tierra como en
cualquier otro lugar del universo. En la otra trinchera, a la que me adhiero,
están los que niegan que la tierra sea un caso mediocre y afirman la Hipótesis
de la Tierra especial, donde a la zona de estar libre de supernovas se añade
que ni siquiera la existencia de planetas extrasolares garantiza la existencia
las condiciones para la vida. Otra teoría sería la Panspermia, según la cual la
vida procede del espacio en forma de esporas viajando en meteoros y polvo
cósmico. Una variante suya afirma que la vida es originaria del sistema solar.
En suma, el
fenómeno OVNI después del Libro Azul fue empleado como una excelente
herramienta psicológica de diversionismo social para encubrir la galopante y
multimillonaria inversión de dinero de los contribuyentes en proyectos negros y
tecnología secreta, todos los cuales fueron encubiertos alentando su confusión
con ovnis.
Lima, 03 de Febrero 2015
[1] El
Transhumanismo es un movimiento cultural e intelectual que afirma la
posibilidad de alterar y mejorar la condición humana mediante la tecnología
disponible. Mientras unos lo consideran la idea antihumanista más peligrosa del
mundo (F. Fukuyama), otros estiman que es la aspiración más audaz de la
humanidad (Ronald Bayle). El término fue acuñado por el biólogo Julián Huxley
en 1957. Marvin Minsky la hizo crecer en los años 60 relacionando el ser humano
con la inteligencia artificial y actualmente aumenta bajo el ideal de acelerar
la evolución humana. En su mayoría son de espiritualidad no creyentes. Apoyan
la biotecnología, la tecnociencia, la nanotecnología, reprogenética, la
realidad virtual, ingeniería genética, la interfaz hombre-máquina en la
industria militar, transferencia mental y criónica. Activistas laicos y
teólogos cristianos han subrayado con razón el peligro de tomar el lugar de
Dios sobre la base de un conocimiento incompleto. No hay duda que el
Transhumanismo es parte de la trivialización de la realidad humana ante el
avance arrollador de la racionalidad instrumental científico-técnica.
[2] Este libro de Bruno es la coronación de su cosmología
y resulta sumamente interesante porque en él vemos la refutación de la
argumentación aristotélica de la imposibilidad del infinito actual y su
coincidencia con el infinitismo de los presocráticos. Efectivamente, la
posibilidad del infinito actual es uno de los conceptos claves de la ciencia
moderna. Hábilmente Bruno distingue entre “infinito-infinito” que no actúa ni
padece, y el “infinito-finito” que actúa y padece. Esta distinción anuncia la
que establece el panteísmo espinosista entre naturaleza-naturada y
naturaleza-naturante. Pero Bruno advierte que necesita ir más allá del
principio de no contradicción de la lógica aristotélica e invoca la tesis de la
coincidencia de los opuestos de Nicolás de Cusa. Sólo así cree posible pasar de
la infinitud de Dios a la explicación del universo.
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