FILOSOFÍA
DEL CALUMNIAR
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
Calumniad con audacia,
algo siempre quedará
F. Bacon
I. EL PROBLEMA FILOSÓFICO
DE LA CALUMNIA
El problema
filosófico de la Calumnia va más allá del problema moral de ser una mentira que
nace de la envidia para dañar la reputación ajena, o del problema sociológico
de ser la orientación social deformada de individuos o grupos que niega la
superioridad individual o grupal determinada, o del problema psicológico de una
personalidad llena de frustración pulsional que logra una satisfacción sádica
dañando mediante la mentira la reputación del Otro. Todo esto es consecuencia
de algo más fundamental.
El problema
filosófico de la Calumnia estriba en que no se basa en el resentimiento moral
ante la eterna jerarquía de los valores, sino que consiste en la falsa
atribución ontológica de la existencia objetiva de un vicio en vez de un valor.
En el fondo es un problema metafísico. La Calumnia no niega ni falsifica el
sentido del juicio de valor, sino que sobre la base de la aceptación de su
existencia objetiva falsifica la verdad para dañar la nombradía del prójimo. El
calumniador no pone lo malo en lugar de lo bueno, es más mostrenco y se limita
a enlodar lo bueno con lo malo.
II. LA CALUMNIA
Y SUS COMPONENTES
Es frecuente
decir que las más crueles mentiras suelen decirse en silencio, atendiendo a que
las mentiras del corazón comienzan en la cara. Pero hay un género de mentira
especialmente cruel que suele decirse no en silencio, sino a las espaldas o a sotta voce (baja voz). Y éstas componen
la Calumnia. La Calumnia tiene varios componentes (ignorancia, sospecha, odio
rencor, envidia, perfidia, impostura, inocencia, injusticia y verdad), pero de
entre todos resalta la Mentira.
El renacentista
Sandro Botticelli –basado en uno de los Diálogos de Luciano- pinta en 1495 “La
Calumnia de Apeles”. Es un tema alegórico que incluye diversas figuras: el “rey
Midas”, con orejas de burro sentado en su trono escucha los consejos de
“Ignorancia” y “Sospecha”; el “Juez malo”, ante él se encuentran ”Odio, “Rencor”
o “Envidia” que conducen a una joven: ”Calumnia “ con apariencia dulce pero que
toma a “Víctima” de los cabellos y la destroza; en su mano izquierda porta una
antorcha que simboliza cómo la calumnia se extiende del mismo modo que el
fuego. Completan el cuadro dos compañeras inseparables de Calumnia, “Impostura”
y “Perfidia”, que arrastra a “Inocencia” (o Víctima) seguida por “Penitencia” o
“Arrepentimiento”, que dirige su mirada a la “Verdad”. Al final resplandece la
“Verdad” desnuda, que se cubre el sexo con su cabellera y la mano izquierda, y
con el brazo derecho elevado pareciera invocar a los dioses para que reparen la
injusticia.
Con razón dice
el DRAE (1992) “Calumniar es una acción por la cual a un sujeto se imputa falsamente
y con malicia algo -sean palabras, actos, intenciones- para causarle daño”. De
modo, que -como en la pintura de Botticelli- el calumniar implica: el
calumniador; la calumnia; el calumniado o la Inocencia; la mentira; su
contraparte la verdad; la necesidad del castigo; la sospecha; la ignorancia; la
envidia; y la mentira.
III. LA INTERPRETACIÓN
SOCIOLÓGICA Y PSICOLÓGICA
Puede una gota de lodo sobre un diamante caer;
puede también de este modo su fulgor obscurecer;
pero aunque el diamante todo se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno no perderá ni un instante,
y ha de ser siempre diamante por más que lo manche el cieno.
Rubén Darío (1881-1885)
El vocablo
“calumnia” (derivado de latín: calumnia-ae) significa “acusación o imputación
grave y falsa hecha contra alguien”; o “imponer o levantar falso testimonio”,
“falacia”. Asimismo, queda relacionado semánticamente con “falta de respeto o
consideración cometida con una persona o cosa particularmente respetable –al
modo de una como una desconsideración”-, “censura”, “chisme”.
Sociológicamente
la ley judeo-cristiana y la ley penal castigan la calumnia. La primera prohíbe
tanto el falso testimonio contra el prójimo (8º mandamiento Ex, 20,16) como el
codiciar algo de otro (10º mandamiento, Ex.20, 17). El código penal cuando
analiza los Delitos contra el honor y dice acerca de la calumnia en el artículo
suele decir: “Injuria es la acción o expresión que lesiona la dignidad de otra
persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación”. Así se
alienta a vivir en la verdad, desechando la mentira, la malicia, el engaño, la
hipocresía y toda clase de maledicencias.
La calumnia
ataca a la verdad (mentira), a la justicia (hiere el buen nombre ajeno), al
amor y respeto debido al prójimo; mata o hiere a un sujeto frente a la sociedad
porque enloda su reputación. Mediante la calumnia el calumniador se defiende
contra su propia sensación de ineptitud e inseguridad. La calumnia rechaza la
unidad con el “otro”, nos aparta y nos deja en soledad, o bien nos une al grupo
de los que se identifican con esa posición. Al calumniador le cuesta reconocer
las cualidades del otro, tiene mucho de mediocridad dentro de sí, y ve en las
cualidades del Otro una mella a su propia autoestima.
La calumnia
puede darse también en la forma de chisme. El chisme es una noticia verdadera o
falsa que pretende indisponer a una persona contra otra: de allí su relación
etimológica con “cisma” o separación, desunión. Desde las categorías
psicoanalíticas el chisme puede considerarse como una elaboración maníaca ante
una situación traumática que el yo del sujeto no puede tramitar. Destaca su
carácter psicopático y envidioso.
IV. INTERPRETACIÓN
PSICOANALÍTICA
La historia que
ilustra bastante bien la calumnia es la de Juana de Arco, la adolescente
francesa de origen campesino que fue víctima de una de las peores calumnias de
la historia sin que el rey a quien había hecho coronar se ocupara de salvarla.
Durante la Guerra de los Cien Años, los ingleses no invadieron Francia debido a
la inspiración de Juana, quien lideró exitosamente el ejército francés y los
venció. Pero la Inquisición la procesó como bruja, hereje y por el delito de
usar vestimentas masculinas, cargando su nombre de injurias y quemándola viva
en Ruán un 30 de mayo de 1431. Los ingleses llegaron a afirmar que Juana de
Arco se vestía como hombre y era buen soldado porque tenía partes pudendas de
hombre y mujer a la vez (hermafrodita).
No hay duda que
la envidia como uno de los motores de la calumnia. Es decir, que aquel objeto
idealizado es deseado y temido, de allí que el sujeto vivencia la imposibilidad
de introducirlo en sí y queda expedita una vía: destruirlo. Un camino para ello
es la calumnia que cual hiel se retiene y en un momento se expande envenenando,
produciendo amargura, frustración. Así expresa el calumniador su envidia. Pero,
la envidia acompañada de celos, por su etimología, relacionados con el fuego y
la frustración pulsional constituyen otro ángulo para comprender la calumnia.
Freud en el Porvenir de una Ilusión observa cómo
tendemos con más facilidad a obedecer las prohibiciones culturales por la
fuerza de la compulsión externa, y con más facilidad nos satisfacemos dañando
mediante la mentira, el fraude, la calumnia toda vez que esto no conlleve un
castigo. Ultrajando y calumniando. Así exhibe su poder, se siente más seguro y
la víctima más desvalida. Pero cuando el amor al objeto, llega a una
identificación narcisista, recae el odio sobre este otro objeto y lo calumnia,
lo humilla, lo hace sufrir y logra así una satisfacción sádica. Así consigue,
de modo indirecto con el autocastigo, la venganza ante los objetos primarios y
logra por la enfermedad atormentar a los que ama.
La calumnia es
un instrumento de carácter sádico que utiliza el masoquista, aquel que está
seguro de la destrucción y desesperanza del propio yo y por tanto también de la
vacuidad del mundo. Se trata de formas melancólicas en el sentido de la
vivencia de vacío o destrucción del yo que resuelven la sobrevivencia mediante
el dominio sádico de los otros. El calumniador es un melancólico con tendencias
sádicas que transmite la verdad melancólica de que la vida no tiene sentido, y
sólo vive alimentándose del dolor que ocasiona con su sadismo destructivo. Su
historia infantil podría mostrar que ha sido víctima de crueldades que tramita
a su vez haciéndolas a otros.
V. SÍNTESIS
FILOSÓFICA
1. Las intrigas
que entreteje la acción de calumniar representa no una negación de una
jerarquía valorativa sino su falso empleo con el propósito de dañar el ser del
prójimo. Por eso la calumnia es un problema ontológico-metafísico.
2. La calumnia
es una acusación grave contra alguien para deshonrarlo, herir su honor, su buen
nombre. Es decir, para dañar una dimensión de su ser: su imagen pública. Nietzsche
que equivocadamente creyó que la moral se basa en el resentimiento en vez del
reconocimiento de la eterna jerarquía del valor, alabó la calumnia junto con la
lascivia y la crueldad. Pero la Calumnia suprema de la Modernidad –al entronizar
lo útil sobre el Espíritu- no es solamente contra el Valor objetivo del Bien, sino
contra el Ser mismo. El acto de existir y de ser es bueno, si fuera malo no
podría ser, por ello el mal no tiene ser sino que es defectivo respecto al ser.
3. Psicológicamente
la calumnia surge cuando un sujeto frustrado idealiza a un prójimo al cual desea
y teme; pero no puede aceptarlo y emprende la vía de la destrucción total
mediante el falso testimonio. Por ello la envidia está acompañada de celos por
el ser del Otro.
4. El carácter
sádico y masoquista del calumniador ratifica la naturaleza ontológica de su
propósito destructivo, pero en el fondo ello nace por la desesperanza en su
propio yo y de la vacuidad del mundo de su sentido vital. Es imposible vivir exclusivamente
alimentándose del dolor ajeno. El sadismo destructivo está condenado al fracaso.
Al ser víctima de crueldades infantiles busca destruir al prójimo que le
representa temor, admiración y poder.
5. La
destructividad que se propone el calumniador en el ser del Otro termina casi
siempre destruyendo su propio ser. La mentira no puede sostenerse siempre.
6. El ser del calumniador
al final de cuentas queda atrapado y no puede defenderse del enloquecimiento
moral y metafísico en que sucumbe su sadismo destructivo. En cambio el ser del
calumniado a la postre logra librarse de las manchas gratuitas para relumbrar
nuevamente en su ser.
Lima,
Salamanca 16 de diciembre 2015
Cualquier parecido con la realidad no creo que sea pura coincidencia...
ResponderEliminar