ÉXTASIS Y REALISMO
METAFÍSICO
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
Si el ser es lo puramente fáctico y empírico,
entonces lo vivenciado en el éxtasis místico no es más que un fenómeno
subjetivo-psicológico de la mente sin ninguna significación en la realidad. Más,
si el ser está vinculado a las verdades inmutables, eternas y trascendentes,
entonces el éxtasis místico es relación real y efectiva con la fuente divina
del ser.
Como se ve no es cosa nada fácil ni sencilla hablar
del éxtasis y de Dios, más aun en los tiempos actuales donde el hombre se halla
preso del nihilismo, el escepticismo, el materialismo, el ateísmo práctico y el
esoterismo. Pero resulta valioso intentarlo debido a que el horizonte postmetafísico
va dejando un sabor salobre y una atmósfera gris que inunda de hastío la vida
misma, de indiferente disgregación y de nefasta disolución. Todo lo cual
desafía enfrentarlo.
El presente espíritu declinante comienza con la
propia filosofía moderna en sus dos vertientes principales: racionalismo y
empirismo. El racionalismo que hace de lo subjetivo lo único seguro, y el
empirismo que convierte lo fáctico en lo puramente válido. La pérdida de Dios
llega a un nuevo nivel con el criticismo kantiano, donde lo divino se extravía
en la razón especulativa y se declara imposible la prueba ontológica. Este
proceso de autocratización del hombre autónomo no puede ser detenido ni por el
idealismo alemán. Es cierto que con Hegel la metafísica cobra vigor, pero al
borrar la distinción entre Dios y Mundo se hace inevitable el naufragio de la
trascendencia.
Por tanto, de Occam a Hegel asistimos a la pleamar
del nominalismo donde las esencias no son realidades sino conceptos. Este
movimiento ascendente del apartamiento de Dios entra a su segunda etapa con el
positivismo y después de la muerte de Hegel. Se trata de un hastío por la
filosofía, es un periodo dominado por las ciencias naturales, la metafísica se
torna insoportable y el imperativo categórico es atenerse a las cosas. Un nuevo
remanso metafísico lo protagonizan las filosofías de la vida, especialmente
Kierkegaard, hasta arribar a la vuelta de la tradición metafísica con Bolzano,
Rosmini, Brentano, hasta culminar –pasando por Dilthey, Bergson y Blondel- en
Husserl.
Pero con la fenomenología sucede algo parecido de
lo sucedido con el hegelianismo. Husserl después de distinguir bien entre el
acto de pensar (noesis) y el contenido del pensar (noema) enfilándose hacia una
filosofía de la esencia, se desvía del camino y no se arriesga más allá de la conciencia.
Así, la filosofía fenomenológica de la esencia fracasará en una pura intuición
inmanente del Yo puro. Esto significa que en realidad Husserl sucumbió al
empirismo y no pudo superar a Kant retrocediendo hasta Hume. No se atrevió a
derribar el subjetivismo y se quedó atrapado en el yo puro de la conciencia
trascendental equivalente al nirvana de los ascetas indios.
Tampoco fue muy distinto el derrotero de sus
mejores discípulos. Scheler se inicia con un deslumbrante personalismo ético
que reconoce la autonomía del valor, pero su ataque al relativismo no es capaz
de superar el olvido de Dios al retrotraerse en una etapa final hacia un
panteísmo evolucionista, donde lo divino está uncido al poder cósmico de lo
demoníaco. A Heidegger tampoco le va mejor. Ser y tiempo permanecen siempre en
el plano de la subjetividad trascendental, se muestra impotente para superar el
inmanentismo moderno. Y su trayectoria filosófica culmina permaneciendo
atrapado en la metafísica voluntarista de la mística alemana. El
antiesencialismo de Heidegger se muestra desenfadadamente al buscar el ser en
sí más allá de toda esencia.
Este periodo de mayor ahondamiento de Dios y la
trascendencia culmina en la logística del positivismo lógico. Inspirado en
Aristóteles, los estoicos, la baja Edad Media, Leibniz y Lulio con su arte
combinatoria o aritmética de conceptos, la logística se explaya como puro
formalismo y funcionalismo de las significaciones, tomadas en sentido lógico
sin tener en cuenta los objetos significados. Es pura técnica combinatoria sin
relación con el ser. Es pura relación intralógica sintáctica. Así la verdad
queda reducida a pura convención.
La tesis básica del neopositivismo, según la cual
la percepción sensible es la única fuente de conocimiento, conducía a la negación
de todo esencialismo, de toda trascendencia y metafísica. Pero ya sabemos que
el neopositivismo se refutó a sí mismo al admitir que no hay datos puros, en
todo dato hay interpretación o están presentes elementos (unidad, diversidad,
semejanza, totalidad, etc.) que no pueden provenir de la experiencia. Ya el
padre Copleston puso el último clavo en el ataúd positivista subrayando que la
filosofía analítica sólo busca designar y ni penetrar en el objeto.
Pero la emergencia del nihilismo vuelve a la carga
en una tercera etapa a partir del estructuralismo, el postestructuralismo, la
semiótica, hasta culminar en la filosofía pragmatista de Rorty y el
postmodernismo de Vattimo. Aquí el ataque a la trascendencia y a todo lo divino
será más profundo. Se declara la verdad, la ciencia y la razón como
metarrelatos. La ontología fuerte no existe. Solamente se vive en el imperio de
lo efímero. Deleuze, Barthes, Baudrillard, Lacan, Lyotard, Derrida, Foucault,
Rorty, Quine, Davidson y Vattimo, son partidario de un logos nihilista que
reemplaza el ser por el evento. Herederos del nominalismo y del empirismo a
través de Nietzsche, disuelven la realidad en la interpretación. El juego
sofístico del logos posmoderno contamina toda la cultura y a su vez es
resultado de un nominalismo brutal, apoteosis de la voluntad de poder, ciego a
los valores, al ser y a Dios.
Pero como no abrazo una visión fatalista, pesimista
e ineluctable de la historia, y menos me adhiero al nominalismo formalista de
ninguna especie, entonces me pregunto si es posible que la filosofía recupere
su horizonte metafísico, el único que realmente le da profundidad y sentido, y
pueda retornar verdaderamente al ser, la trascendencia, la esencia y
existencia.
Esta vía solamente puede ser transitada con coherencia
por la filosofía realista que rompa con la metafísica inmanentista del
cientismo y empirismo matematizante. Nicolai Hartmann es identificado con el
realismo crítico, pero en realidad quedó prisionero del positivismo. Pues al
concebir la determinación finalista como la determinación causal física
estrechó el horizonte de lo finalístico a lo inmanente. La peor consecuencia lo
tuvo en el terreno ético, como buen protestante exageró la antinomia de la
libertad sin comprender que la libertad humana es relativa y no absoluta. Nunca
pudo comprender que no hay tal exclusión con la libertad divina.
La principal lección que se extrae del caso de N. Hartmann
es que el realismo crítico no puede limitar su ontología al positivismo sino
que si se quiere hacer una verdadera metafísica que interpreta la esencia de
las cosas y el ser debe reconocer la evidencia primaria que las cosas son, lo
ontológico determina lo epistemológico, el ser rebasa el pensar, el pensar es
falible y autocorregible. Pues el ser no se agota en la dimensión inmanente y
sobrepasa a ésta en la trascendencia eterna.
Este camino del realismo crítico fue transitado por
un grupo de pensadores que venían de las ciencias naturales y que con una
metafísica inductiva supieron abandonar el neokantismo dominante a fines del
siglo diecinueve y comienzos del veinte. O. Külpe (1862-1915), H. Driesch
(1867-1941), E. Becher (1882-1929) y A. Wenzl (1887-1967), a la explicación
mecanicista de la vida opusieron una filosofía natural de Dios basada en lo
entelequial (Driesch, Wenzl), lo hetero-teleológico (Becher). La idea común
central consiste en que el cosmos es un proceso anímico entelequial ascendente,
que expone el orden ideal de lo real, lo cual se ordena en grados de libertad.
Por tanto, es falso el poderío de lo inferior sobre lo superior (Scheler,
Hartmann). El factor anímico supraindividual que dirige el ser es Dios. Dios es
la voluntad y la representación que dirige la entelequia universal. En estas
filosofías naturales de Dios el ser es entelequial.
Pero tampoco es rigurosamente necesario seguir el
camino de la metafísica inductiva para establecer una filosofía de índole
realista. Es ínsita a la filosofía tener abierta todos los caminos
metodológicos para arribar al horizonte de la trascendencia. Para ello sólo
basta asumir un realismo crítico sin ninguna estrechez positivista.
En este sentido la explicación y vivencia mística
es compatible con la metafísica inductiva y la metafísica clásica. No siendo
ella, en primer lugar, ni metafísica ni teología es, sin embargo, relación con
el Dios vivo. Pero siendo el éxtasis la unidad del alma con la fuente de vida
supraindividual ésta nos exige reconocer una idea precisa de lo divino. A
saber, Dios es la fuente ejemplar de todo ser y ese Dios es el Dios creador del
teísmo cristiano
Pero por qué no podría ser un dios ordenador o un
dios deísta o un dios panteísta. Porque Dios es perfección y la realidad más
perfecta de Dios es la del Dios creador, providente y trascendente. Esta
consideración de Dios críticamente madura y bien fundada penetra por gracia nuestra
voluntad y ayuda al libre albedrío en la relación unitiva llamada éxtasis místico.
En suma, la cumbre del éxtasis místico se encuentra
en el Dios cristiano y la justificación filosófica de esta relación se halla en
el realismo crítico como punto de partida.
Lima, Salamanca 12 de Diciembre del 2016
Estasi e realismo metafisico
Gustavo Flores Quelopana
Società peruviana di Filosofia
Se l'essere è puramente fattuale ed empirica,
quindi sperimentato l'estasi mistica non è altro che un fenomeno
soggettivo-psicologico della mente senza alcun significato nella realtà.
Inoltre, se uno è legato alle verità immutabili, eterne e trascendenti, poi
l'estasi mistica è rapporto reale ed efficace con la fonte divina dell'essere.
Come si vede non è altro discorso facile o semplice
di estasi e di Dio, a maggior ragione in tempi moderni in cui l'uomo è
prigioniero del nichilismo, lo scetticismo, il materialismo, ateismo pratico ed
esoterismo. Ma provate è prezioso perché l'orizzonte postmetafisica lascia un
sapore salato e un'atmosfera grigia che pervade la vita stanco, indifferente
disgregazione nefasto e dissoluzione. Tutto ciò affrontare le sfide.
Questo spirito declino inizia con la filosofia
moderna nei suoi due aspetti principali proprio: razionalismo ed empirismo. Il
razionalismo si assicura che tutte le soggettività, e l'empirismo che lo rende
puramente fattuale come valido. La perdita di Dio raggiunge un nuovo livello
con la critica kantiana, dove il divino si perde nella ragione speculativa e la
prova ontologica è dichiarata impossibile. Questo processo di auto
autocratización uomo non può essere arrestato o dall'idealismo tedesco. E 'vero
che Hegel la metafisica è rinvigorito, ma per offuscare la distinzione tra Dio
e il naufragio mondo della trascendenza diventa inevitabile.
Così, Occam Hegel ha partecipato alla marea del
nominalismo dove essenze non sono realtà, ma concetti. Questo movimento verso
l'alto della lontananza da Dio entra nella sua seconda fase con il positivismo
e dopo la morte di Hegel. Si tratta di una avversione per la filosofia, è
dominato dal periodo di scienze naturali, la metafisica diventa insopportabile
e l'imperativo categorico è quello di attenersi alle cose. Una nuova stella
nelle filosofie metafisiche ristagno della vita, in particolare Kierkegaard,
arrivando a cavallo della tradizione metafisica con Bolzano, Rosmini, Brentano,
culminando by-passando Dilthey, Bergson e Blondel in Husserl.
Ma con la fenomenologia succede qualcosa di simile
a quello che è successo con hegelismo. Husserl dopo chiara distinzione tra
l'atto del pensiero (Noesis) e il contenuto del pensiero (Noema) enfilándose ad
una filosofia di essenza, devia dalla strada e non rischiare di là della
coscienza. Così, la filosofia fenomenologica della immanente essenza fallire in
una pura intuizione di puro Sé. Ciò significa che Husserl effettivamente ceduto
alla empirismo e Kant non poteva superare Hume backup. Non ha il coraggio di
abbattere il soggettivismo ed è stato catturato nella pura coscienza
trascendentale equivalente a Nirvana Indian mi asceti.
E non era molto diverso nel corso dei suoi migliori
discepoli. Scheler inizia con un personalismo etico abbagliante che riconosce
l'autonomia di valore, ma suo relativismo attacco non è in grado di superare la
dimenticanza di Dio a ritornare in un ultimo passo verso un panteismo evolutivo
in cui il divino è aggiogato al potere cosmico del demoniaco. Heidegger non
farà meglio. Essere e tempo rimane sempre nel piano della soggettività
trascendentale, è impotente a superare l'immanentismo moderno. E la sua
carriera filosofica finisce rimasi intrappolato nella metafisica volontaristica
della mistica tedesca. Il antiessentialism Heidegger mostra quando si cerca
sfacciatamente l'essere stesso al di là dell'essenza.
Questo periodo di maggiore approfondimento
trascendenza di Dio e culmina nella logistica del positivismo logico. Ispirato
da Aristotele, gli stoici, alla fine del Medioevo, di Leibniz e Lully con
l'arte combinatoria o concetti aritmetici, logistica espande il formalismo come
pura e funzionalità di significati, presa in senso logico a prescindere degli
oggetti significati. E 'la tecnica combinatoria puro, senza relazione
all'essere. Si tratta di pura intralógica relazione sintattica. Così la verità
è ridotta a pura convenzione.
La tesi di fondo del positivismo, secondo cui
percezione sensoriale è l'unica fonte di conoscenza, che porta alla negazione
di ogni essenzialismo, di ogni trascendenza e della metafisica. Ma sappiamo che
il neopositivismo si è confutata da ammettere che non ci sono dati grezzi,
tutti i dati sono senza interpretazione o elementi presenti (l'unità, la
diversità, la somiglianza, tutto, ecc), che non può venire da esperienza. Padre
Copleston e mettere l'ultimo chiodo nella bara di filosofia positivista
analitica sottolineando che cerca solo per designare e non penetrano l'oggetto.
Ma l'emergere del nichilismo torna alla carica in
una terza fase dallo strutturalismo, il post-strutturalismo, semiotica, si
conclude con la filosofia pragmatista di Rorty e Vattimo postmodernismo. Qui
l'attacco sul significato e tutto il divino si approfondirà. la verità, la
scienza e la ragione come metarrelatos è dichiarato. Il forte ontologia non
esiste. Solo in cui vive l'impero dell'effimero. Deleuze, Barthes, Baudrillard,
Lacan, Lyotard, Derrida, Foucault, Rorty, Quine, Davidson e Vattimo sono a
favore di un logos nichiliste che sostituisce essendo dall'evento. Eredi del
nominalismo e l'empirismo attraverso Nietzsche, la realtà si dissolvono in
interpretazione. gioco Sophistic di loghi postmoderna contamina tutta la
cultura e, a sua volta è il risultato di un nominalismo brutale, apoteosi della
volontà di potenza, cieca ai valori, essere e Dio.
Ma io non abbracciare una visione fatalista,
pessimista e ineludibile della storia, mi permetta di approvare la nominalismo
formalistica di qualsiasi tipo, allora mi chiedo se è possibile che la
filosofia ritrovare la sua orizzonte metafisico, l'unica che veramente dà
profondità e significato, e può tornare veramente essere, trascendenza, essenza
ed esistenza.
Questo percorso può essere percorsa solo da
filosofia costantemente realistico che rompe con la metafisica immanentista
dello scientismo e l'empirismo matematizzazione. Nicolai Hartmann si identifica
con realismo critico, ma in realtà era un prigioniero del positivismo. Per
concepire determinazione finalista come determinazione causale fisico scosso
l'orizzonte della finalistico per l'immanente. La peggiore conseguenza aveva
per motivi etici, come un buon protestante esagerato l'antinomia della libertà
senza capire che la libertà umana è relativo e non assoluto. Non avrebbe mai
potuto capire che non vi è alcuna esclusione tale libertà divina.
La principale lezione tratta dal caso di N.
Hartmann è che il realismo critico non può limitare il suo positivismo
ontologia, ma se si vuole fare una vera e propria metafisica che interpreta
l'essenza delle cose e dell'essere deve riconoscere l'evidenza principale che
le cose sono ciò che determina quanto ontologica epistemologica, essendo oltre
il pensiero, il pensiero è fallibile e auto-correzione. Benessere non si
esaurisce nella dimensione immanente e lo supera nella trascendenza eterna.
Questo modo di realismo critico è stato fatto
passare attraverso un gruppo di pensatori che è venuto dalle scienze naturali e
con una metafisica induttivi sapeva abbandonare la neokantismo dominante fine
del XIX e l'inizio del XX secolo. O. Külpe (1862-1915), H. Driesch (1867-1941),
E. Becher (1882-1929) e A. Wenzl (1887-1967), la spiegazione meccanicistica
della vita oppongono una filosofia naturale di Dio basato in entelequial
(Driesch, Wenzl), etero-teleologica (Becher). L'idea comune centrale è che il
cosmo è un processo mentale entelequial up che espone l'ideale del ordine
reale, che è organizzato in gradi di libertà. È quindi la potenza del doppio
fondo in alto (Scheler, Hartmann). Il fattore mentale sovraindividuale che
dirige essere è Dio. volontà e rappresentazione di Dio che dirige il tubo sogno
universale. In queste filosofie naturale di Dio essere è entelequial.
Ma non è strettamente necessario per seguire il
percorso della metafisica induttivi per stabilire una filosofia realistica
della natura. filosofia insita è quello di avere aperto tutti i percorsi
metodologici per arrivare all'orizzonte della trascendenza. È solo quanto basta
per prendere un realismo critico, senza ristrettezza positivista.
In questo senso la spiegazione e l'esperienza
mistica è compatibile con la metafisica induttivi e metafisica classica. Non
essere prima o metafisica o della teologia è, tuttavia, il rapporto con il Dio
vivente. Ma l'estasi di essere l'unità dell'anima con la fonte della vita
sovraindividuale questo ci impone di riconoscere il divino accurata un'idea.
Vale a dire, Dio è la fonte di ogni essere esemplare e che Dio è il Dio
creatore del teismo cristiano
Ma perché non poteva un computer o un dio deist dio
o un dio panteistico. Poiché Dio è perfetto e la realtà più perfetta di Dio è
il Dio creatore, provvidente e trascendente. Questa considerazione di Dio
criticamente maturo e la grazia fondato penetra la nostra volontà e la
connessione sarà di aiuto nel rapporto unitivo chiamato estasi mistica.
In breve, il vertice di estasi mistica è nel Dio
cristiano e la giustificazione filosofica di questo rapporto è realismo critico
come punto di partenza.
Lima, Salamanca 12 Dic 2016
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