martes, 9 de mayo de 2017

RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA POSMODERNIDAD

PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE GUSTAVO FLORES QUELOPANA:

“RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA POSTMODERNIDAD”

Por: Aurelio Miní Sánchez
 Racionalidad y metafísica para la postmodernidad

REIVINDICACIÓN DE LA LECTURA Y DE LA ESCRITURA

A estas alturas, mi participación en esta presentación tiene ya visos de “deuda personal”: pues, desde hace ya un buen tiempo, he venido leyendo con mucha atención las últimas publicaciones del autor sobre el tema que hoy nos convoca y creo que –con este último libro- hay ya suficiente material acumulado como para hacer una primera aproximación y evaluación. Para lo que, al estilo de “Viaje al centro de la tierra”, habrá que hacer un esfuerzo por captar el núcleo especulativo de sus planteamientos como nudo entrelazado de un conjunto de temas “centrales”.

Empezaré diciendo que existe un prejuicio “socializante” según el cual, el “diálogo” es siempre una conversación que pre-supone un “encuentro” en persona que debe desembocar necesariamente en “con-frontación”, en una “lucha de posiciones” que tiene como último fin el que “gane” la posición propia y que la posición contraria quede “derrotada” en público. El único problema de esta dinámica “polémica” es que -generalmente- termina convertida en una una “guerrita” en la que nadie parece tener interés en “escuchar” propiamente -es decir, atentamente- a  la otra posición a ver si en ella hay algo que “venga al caso”, algo que “tenga que ver” con el asunto. Es decir, a nadie le interesa verdaderamente el tema más que como un pretexto, como una “arena” de coliseo romano en donde dejar claramente establecida la validez de su “opinión” y la indigencia de la ajena.

Así es como -influenciado por procedimientos y objetivos ideológicos- el debate -que debería ser de ideas - empieza a “de-valuarse” hasta quedar convertido en una mera “discusión” de opiniones personales enunciadas a la manera “revelaciones” para los están ya “iniciados” en los “misterios”; “discurso” en el que se da por supuesta una “sin-tonía” mística con el auditorio y la ex-posición termina siendo una enumeración de “ejemplos”, una casuística  que -aparentemente- demuestra que todo está tan claro que ya no queda nada por explicar puesto que se pre-supone gratuitamente un acuerdo previo en la interpretación correcta y “única” de los hechos que -necesariamente- habrá que “aceptar” bajo pena de quedar moral e intelectualmente “descalificado”.

En estos casos, lo único que ocurre es que cada uno de los participantes -que de antemano se pone una armadura y viene con la intención de “descabezar” al otro- queda aún más impermeabilizado contra cualquier otro planteamiento que no sea el suyo. Me parece que esta situación se debe a un falso predominio de la expresión oral sobre la escrita, de lo colectivo sobre lo individual y de lo aplicado sobre lo especulativo: Al parecer, cualquiera puede abrir la boca para expresar sus opiniones sin orden ni concierto y tratar de convencer -usando el antiguo recurso retórico- más por el “gesto escénico”, por la fuerza de la impresión de la convicción propia que su “apasionamiento” transmite que por la coherencia de su razonamiento.

Pero, puesto que no pretendo ser político –esto es, retórico- ni, mucho menos, aspirante a gurú de una nueva secta secular, no me interesa usar un discurso pretendidamente racional para enmascarar mis prejuicios  ni apelar a las “pasiones” de la multitud. Tampoco creo que el pensamiento especulativo sea un asunto “popular” – es decir, superficial o ligero- o susceptible de ser “popularizado” –es decir, simplificado y banalizado-: existen cosas que son difíciles y que no todos pueden alcanzar a menos que se tomen el trabajo necesario para acceder a ellas.
       
Desde un punto de vista especulativo, uno puede perfectamente entrar en diálogo por escrito con los pensadores -sea que estén vivos o muertos, presentes o ausentes- en la medida en que “nos dicen algo” que “viene al caso” de lo que nos interesa o preocupa de manera que esta ex-posición –lo siento mucho- está hecha exclusivamente para aquellos que ya están pensando seriamente en este asunto y que no lo han descartado fácilmente como una malintencionada “invención” porque lo consideran realmente existente y, por lo tanto, relevante. Es por eso que, de un tiempo a esta parte, prefiero leer a escuchar y prefiero escribir a hablar por la sencilla razón de que esas actividades pre-suponen –por ambas partes- más trabajo y porque esa mayor elaboración requiere una mayor inversión de tiempo y esfuerzo que tienden a evitar la superficialidad en el análisis y el apresuramiento al momento de emitir conclusiones.

En la medida en que este trabajo ha sido hecho más para ser leído que escuchado, lo “excluyente” de esta ponencia se dará sólo en la medida en que nos auto-excluyamos del tema de que se trata. Es cierto que nadie está obligado a perder su precioso tiempo -de acuerdo con los positivistas lógicos- con temas “metafísicos” sobre los que ya se ha decidido previamente que son tonterías sin sentido (nonsenses) o palabrería vacía; así que –consecuentemente- no los voy a obligar a escuchar lo que tengo que decir sobre este libro pero sí invito cordialmente a todos aquellos que tengan un genuino interés en el pensamiento a leerlo en el Foro Abierto de la Página Web de la Red Filosófica Peruana. 

Para describir de manera sencilla lo que me propongo hacer en lo que sigue, usaré una metáfora culinaria: Imaginemos que los tres títulos antes mencionados son tres pescados que hay que freír para ser servidos con una salsa de escabeche. Lo primero que hay que hacer para obtener la “carnecita”, será cortar y separar la cabeza, el espinazo y la cola con el fin de obtener los “filetes”. Por cierto que este procedimiento hará que “desaparezca” el pescado en su forma reconocible por todos, pero la “concentración” en lo esencial y la discriminación de lo secundario hará posible que “despachemos” más rápidamente todo el asunto; aún así, de todas maneras habrá que tener especial cuidado con las espinas grandes y pequeñas que podamos encontrar.

Desde un punto de vista estrictamente especulativo, me parece que lo “central” de la propuesta de Flores Quelopana es que parte de la constatación del carácter real y no ilusorio del problema específicamente occidental de la “Modernidad” y del lugar del “in-dividuo” dentro de ella; esto quiere decir que, en mi opinión, lo “rescatable” de su posición es el hecho de que no considere esta realidad actual como un “pseudo-problema”, resistiéndose a aceptarlo como fenómeno realmente existente o, peor aún, negándolo como tal al considerarlo como la malévola invención de un grupo de conspiradores (al estilo de la conspiración judía mundial con la que alucinan los arios de la “minoría blanca”): ésa es la “carnecita”.

Lo “accesorio” y, por lo tanto, prescindible dentro de este enfoque será, por lo tanto: la problemática propuesta de una metafísica espiritualista conjugada con la esperanza de signo cristiano en una “utopía” socialista impulsada por una concepción de la filosofía como “aplicada”, rezago de su pasado marxista: con todo esto, que estamos dejando conscientemente de lado, todavía es posible preparar un “caldo de cabeza” de considerable poder, “chilcano” que, en la medida de lo posible, evitaremos consumir.

 

Al hacer esto, estoy renunciando de entrada a la posibilidad de una exposición integral del “pensamiento” del autor con la intención de –a través de esta “infidelidad”- resaltar más bien su contribución al planteamiento del tema de la Modernidad que, a pesar de reclamar a gritos un cuidadoso tratamiento especulativo estricto, es sistemáticamente menospreciado, distorsionado y descuidado por causa de prejuicios ideológicos.

COMENTARIOS AL TEXTO: “NEOHUMANISMO METAFÍSICO POSTMODERNO”

Con ocasión de la presentación del último libro de Gustavo Flores Quelopana: RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA POSTMODERNIDAD –y, a sugerencia del propio autor- quisiera, a partir del penúltimo ensayo titulado “Neohumanismo metafísico postmoderno”, remitirme a otros ensayos del mismo libro y a ensayos de otros dos libros publicados con anterioridad [LA BARBARIE CIVILIZADA. Ensayos filosóficos sobre la cosificación social (1998) y HUMANISMO DE LA POSTMODERNIDAD (2000)] siguiendo el hilo conductor del “eje” conceptual: “Humanismo y Modernidad”.
Este trabajo no es más que un ejercicio de pensamiento, un intento de comprensión acompañado de un enjuiciamiento crítico de las principales propuestas del Libro materia de la presentación a partir de las propias “intenciones” esbozadas en la “Nota Preliminar” del Comité Editorial, en la que se nos dice que el Autor:

“... nos ofrece la presente investigación, cuyos méritos se funden es tres motivaciones: (1) la crítica de la racionalidad de la civilización tecnológica y del cientismo filosófico que sacrifica el carácter irremplazable del hombre e impone una cultura de la increencia sin horizonte trascendente y espiritual, (2) la crítica de la metafísica subjetiva de la modernidad y la preconizacióbn de una metafísica posmoderna realista que sirva de base para la jerarquía de los valores y posibilite la moralidad misma, y (3) la búsqueda de un modelo de civilización no represiva, consumista y nihilizadora; lo cual, corre parejo con la reconstrucción de una nueva racionalidad que él llama 'neohumanismo metafísico postmoderno'.” [i]

Vamos a tener en cuenta este triple hilo conductor especialmente en el momento en que mostremos el carácter problemático de los pre-supuestos especulativos -tanto de la crítica como de la propuesta- y se hagan patentes las discrepancias entre los propósitos iniciales y los resultados finales. En lo posible, me atendré a un punto de vista estrictamente especulativo, libre de la contaminación de los pre-juicios que propugnan la “necesidad” de que la filosofía sea necesariamente “aplicada” a la búsqueda de “soluciones” o “alternativas”. Con la ventaja que da la concentración en lo esencial y el apartamiento de lo secundario, intentaré mostrar algunos de los principales “cruces” que pueden llegar a convertirse en “corto-circuitos” en esta “instalación”.   

Como tendrán ocasión de apreciar, si llegan a hacer el esfuerzo que se requiere, “descender” hasta el texto y los problemas que plantea -esto es, “tomarlo en serio”- no significa necesariamente “estar de acuerdo” y, menos aún, ser “complaciente” con los puntos que ameritan crítica pero tampoco impedirá reconocer todo aquello que corresponda a la realidad de los hechos y que, por eso mismo, no puede ser dejado de lado por el simple decreto voluntarista de no aceptarlos como válidos.


1. PRECISIÓN TERMINOLÓGICA: MODERNIDAD “INICIAL”, “INTERMEDIA” Y “TARDÍA”

“El humanismo secular ateo y materialista constituye el humanismo dominante y característico del mundo contemporáneo, mundo contemporáneo en el que se entrecruzan las vertientes históricas de la modernidad tardía y la postmodernidad.” [ii]

Confieso que siempre he tenido dificultades no con el concepto -que me parece constatar una realidad susceptible de ser descrita fenomenológicamente- sino con el término Post-Modernidad que me parece apresurado y excesivo para dar cuenta de un evento histórico (geschichtliche Er-eignis) que ha llegado a “aclararse” apenas hace 200 años pues me parece que no se puede decir nada de-fin-itivo acerca de él porque es un evento que aún está “en curso”. Muchas de las interminables discusiones “bizantinas” acerca de cómo es posible que en algunas partes haya terminado ya lo que en otras aún no empieza, son el indeseable resultado de esta exageración terminológica; razón por la cual, voy a renunciar de entrada a utilizarlo y -más bien- me replegaré cautamente al uso del sustantivo Modernidad complementado con el adjetivo: “intermedia”; dejando abierta así la posibilidad de que alguien utilice el adjetivo “tardía” si llega a creerlo necesario aunque, de entrada, tomo saludable distancia también de los esquemas triádicos sean éstos “trinitarios” o “dialécticos”. Pues lo único que parece estar claro es que estamos es la “segunda fase” de un fenómeno pendular que, sin romper del todo con los presupuestos del movimiento anterior introduce una “resaca” dentro de la “ola” creando “remolinos” y “turbulencias” que nos dan como resultado la actual apariencia de “confusión”.  


2. MODERNIDAD “INTERMEDIA”: ÉPOCA DE LA TECNO-LÓGICA DEVENIDA MUNDO-VISIÓN “PLANETARIA”.

El texto tiene una estructura del tipo: “síntoma-diagnóstico-receta”. Desde ahora aviso que me voy a concentrar en resaltar lo central que es el diagnóstico de la Actualidad considerada como producto del desenvolvimiento histórico (geschichtliche Ent-falt-ung) -esto es, ideológico-material- de una socio-cultura particular conocida como “occidental”. El texto parte de la constatación de una situación considerada como negativa desde un punto de vista determinado:

“El hombre de la cultura técnica no es inmoral sino amoral, anético, porque se conduce valorando a los demás seres humanos con el mismo criterio con que valoramos a las máquinas, apreciándolos según la utilidad que reportan a la sociedad.” [iii]

Efectivamente, la utilidad parece ser el único criterio universalmente imperante proveniente de la moderna “razón instrumental”, común por igual a “utópicos” e  “integrados”: lo principal son los fines, una vez que los fines (cualquiera que éstos sean) están claros, no debe haber nada que se interponga entre nosotros y su realización; lo cual, implica utilizar todos los medios a nuestro alcance juzgándolos única -o al menos, principalmente- desde el punto de vista -inmanente al eje central e hilo conductor: “medio-fin”- de su eficacia, de su efectividad para hacer realidad nuestros “sueños”. Esta clara idea -que nuestros prejuicios aún nos impiden aceptar abiertamente como parte integrante de la realidad política a pesar de que hace ya mucho forma parte central de la “praxis” política moderna y contemporánea de “reaccionarios” y “revolucionarios” por igual- es el vergonzante legado de Maquiavelo, uno de los pensadores que -junto con Galileo y Copérnico en el ámbito de lo físico y más tarde Darwin en el ámbito de lo biológico- abre la Modernidad a la posibilidad de una moderna “ciencia” de lo político aún por delinear con un discurso que desmitifica los “motivos del lobo” y desenmascara las coartadas altruistas con las que tradicionalmente se ha enmascarado retóricamente la Política Real desde que fue fundada en Grecia por los Sofistas, transmitida a todo el mundo mediterráneo antiguo por el Helenismo alejandrino y cuyos alumnos más aplicados fueron los Romanos que nos legaron -a través del modelo del así llamado “Estado Vaticano” -que ahora no es más que un cascarón vacío- las líneas básicas de lo que recién a partir del siglo XIX en Europa será nuestro actual concepto de Estado-Nación convertido en ideal “planetario” en la medida en que, por primera vez, el “mundo” conocido coincide geográficamente con el “planeta”, situación verdaderamente inédita y “digna de ser pensada” (denkwürdig) por quien aspire a ser pensador (Denker).

Todo lo cual tal vez explique las razones por las que –siguiendo esta tendencia de la civilización occidental, resultado innegable de todo este desenvolvimiento previo- en el siglo XX se llegó a una rabiosa “Estadolatría”: a una orto-doxia y a una orto-praxis cuasi-religiosas –apoyadas, paradójicamente, sobre bases “científicas”- que postulaban al Estado como remedio “universal”, esto es, “católico”.

“Lo que está destruyendo a la civilización contemporánea no es en sí mismo la ciencia que debe seguir desarrollándose para bien de la humanidad, es más bien esa mentalidad pragmática y utilitarista que vuelve incomprensible la Otredad. Toda relación humana se vuelve impersonal, se convierte en una relación de medios.” [iv]

Me parece que es ambiguo -o, por lo menos, problemático- hablar de una “destrucción” de la civilización considerada en un sentido negativo dentro de un contexto “decadente” por definición como es el de “Occidente”, cuya paradójica marcha “progresiva” parece hasta ahora haber sido básicamente “destructiva” (y tampoco parecen haber indicios de que esta tendencia se revierta, al menos dentro del actual “sistema de cosas”, como suelen decir apocalípticamente los “Testigos de Jehová”); a diferencia de la trayectoria de otras civilizaciones menos “destructivas” pero también menos “progresivas”. Lo que muestra que no se termina de aceptar -por prejuicios lógicos y “éticos” provenientes de esquemas conceptuales pre-modernos- el carácter paradójico de nuestra civilización en el que el “progreso”, el “avance” o la marcha “hacia adelante” es directamente proporcional a la “destrucción”, abandono y readaptación o reconversión de lo ya “existente” considerado como “herencia” recibida por parte de una tradición que –luego de un inicial  período de “resistencia”- tiene que ser finalmente abandonada de manera primero parcial y luego total configurando así una clara tendencia a la “uni-dimensionalidad” civilizatoria ya anotada por pensadores como Marcuse.

La Tecno-Ciencia Moderna es parte de esta paradójica marcha “destructivo-constructiva” de “Occidente” y la “mentalidad pragmática y utilitarista” constituye el origen, el núcleo y el motor de una “ciencia” que, en tanto antónoma, no está dispuesta –en principio- a admitir directivas ideológicas (religiosas o políticas) exteriores al criterio de “máxima eficacia” con tendencia a la exclusión de cualquier otra consideración por la sencilla razón de que la relación que se establece entre el medio y el fin en función del máximo rendimiento es la de una lógica inmanente con tendencia a la cerrazón y la exclusión que termina “sellándose” herméticamente contra las intervenciones “exteriores”. Dentro de este esquema de “Primacía del Medio” la aludida “reducción a ser-medio” se convierte –en todos los campos de la praxis- en el procedimiento “normal” (en el doble sentido de “natural” y “normativo”).

En lo que refiere a los “fines”, a estas alturas yo también -¿por qué no?- diré una perogrullada: el “bien de la humanidad” -considerado como un fin- no es algo que pueda ser determinado “científicamente” por la “Ciencia” de acuerdo con la constitución especulativa de la Tecno-Ciencia moderna instaurada por Kant en la “Crítica de la Razón Pura”, según la cual, el “Reino de los Fines” queda, por definición, fuera del campo de los fenómenos y, por lo tanto, fuera de la “Ciencia” entendida “a la moderna”. El “bien de la humanidad” -considerado como un “fin” deseable- es algo que se postula anterioridad y exterioridad a la Tecno-Ciencia a partir de criterios religiosos, políticos y estéticos que no son necesariamente “utilitarios”, es decir, “científicos” y que se le “imponen” como tarea a una “ciencia” considerada de manera “natural” y aproblemática como “medio” para lograr otros fines distintos de los que la Tecno-Ciencia misma ya tiene; con lo que entramos en la “boca del lobo” de uno de los problemas menos aparentes pero especulativamente más decisivos de la Modernidad:

¿En que medida la “Ciencia” –entendida “modernamente”, esto es, como Tecno-Ciencia- puede “servir”, esto es, “ser útil” para lograr fines distintos a los que ella misma ya tiene?, esto es, ¿En qué medida cualquier consecución de fines que adopte a la Tecno-Ciencia como “instrumento” -esto es, imponiéndole arbitrariamente fines exteriores y decididos previamente- está destinada a ser “distorsionada” y “desviada” de su trayectoria por la presión interior de los fines propios de la Tecno-Ciencia aparentemente inerte? ¿En qué medida la Modernidad “realmente existente” es un vector resultante de la aplicación de dos fuerzas: por un lado, la presión voluntarista del Sujeto moderno para imponer fines  “trascendentes” a la Tecno-Ciencia y, por otro, los propios fines inmanentes de ésta, sistemáticamente negados por aquél?   


3.  EL HUMANISMO “MODERNO”, PROCESO DE ILUSTRACIÓN Y SECULARIZACIÓN, CULMINA EN EL ATEÍSMO, ÚLTIMA FASE DEL HUMANISMO.


El humanismo “moderno”, la “época” del “ser humano” en tanto “individuo”, tiene su expresión más acabada en el así llamado “ateísmo”. El Ateísmo -hasta ahora última fase del Humanismo “Moderno”, entendido como un proceso de secularización de “lenta duración”- es uno de los fenómenos más característicos de la civilización occidental en el actual estadio de su desenvolvimiento:

“Podemos distinguir -entre los variopintos ateísmos- al ateísmo neurótico, cuya represión de lo religioso da lugar a la neurosis y, por el contrario, confirma que -en estos casos- lo religioso es parte de la salud psíquica, el ateísmo racionalista, que racionaliza la vida afectiva y cree en la absoluta autonomía de la razón, el ateísmo existencialista, con su característico rechazo mórbido de lo religioso que deriva hacia un amoralismo y un escepticismo, el ateísmo ético, que propone un ideal moral bastante elevado derivando hacia un nihilismo que niega todo valor, y el ateísmo práctico del creyente, que acepta la existencia de Dios pero su conducta es sórdida, materialista y supersticiosa. En suma, existirían tres formas de ateísmo, a saber, el neurótico, el teorético y el práctico. Los teoréticos oponen un ideal antropológico o político o derivan hacia el nihilismo, y el práctico típicamente del creyente de conducta inconsecuente.” [v]

La “lógica” de este ateísmo neurótico es la que ha llevado in-conscientemente a las diversas Ideo-lógicas fundamentalistas políticas “racional y científicamente fundadas” que han imperado en el siglo XX: es decir, a la debacle de los mitos religiosos tradicionales que cumplían un claro rol “regulador” se “responde” con la propuesta de mitos racionales “construidos” voluntarístamente con el fin de que reemplacen en sus funciones a los anteriores y que son opuestos a ellos de manera maniquea con la coartada de que los mitos “racionales” son los mitos “buenos” destinados a vencer y a imperar y los “religiosos” son los mitos “malos” destinados a ser vencidos y a desaparecer en función de un “progreso” que lleva necesariamente “del Mito al Logos”, de la Fantasía a la Razón entendida, al decir de Freud, como “el fin de las ilusiones” infantiles y el paso a la madurez del adulto consciente y, por lo tanto, “dueño de sí mismo”. 

“El ateísmo neurótico demuestra –contra lo afirmado por Freud pero no contra el psicoanálisis mismo- que lo religioso es una necesidad psíquica del hombre sano, que el hombre no es sólo impulsividad inconsciente sino también espiritualidad inconsciente, y en ella se descubre una religiosidad raigal que implica la presencia ignorada de Dios.” [vi]

Efectivamente, cuando Jung plantea a lo religioso como una necesidad psíquica “no prescindible” (y cuya negación puede originar trastornos neuróticos individuales o colectivos análogos a los de la represión de cualquier otra “pulsión” psíquica) lo hace dentro de los límites establecidos por Kant a la “Ciencia” Moderna, esto es, negándose tajantemente a dar el “salto mortal” onto-teo-lógico, teo-metafísico, de la física a la meta-física: por principio y por método debemos decir que la constatación del fenómeno religioso no puede arrastrarnos a afirmar la “existencia” de “entes” espirituales (como, por ejemplo, ángeles o demonios) porque, de hacerlo, dejamos automáticamente el ámbito de lo fenoménico-científico y pasamos a la esfera de lo nouménico-teológico. Éste es el pre-supuesto fundamental de la disciplina moderna llamada Fenomenología de la Religión, Religiones Comparadas o “Ciencia de la Religión” (Religionswissenschaft).  

La Teología está fuera del campo de los fenómenos, esto es, fuera del campo de la Tecno-Ciencia. Al margen de nuestras creencias, aquellos que asumimos como herencia el “programa” de la Ilustración Moderna estamos obligados a ser agnósticos, esto es, a no pronunciarnos acerca de la existencia o inexistencia metafísica de seres trascendentes del tipo “Dios”, “Diablo”, “ángeles” o “demonios”. La “trascendencia” tiene que ver más bien con el efecto –fenomenológicamente constatable- de algunas “ideas” que aún siendo “no-materiales” tienen un impacto sobre la realidad.

“El racionalismo crítico ha insistido en que el hombre no puede vivir sin un fondo de irracionalismo (...). Por nuestra parte, pensamos que -justamente- este fondo irracional de la razón es su más rica posesión y da sentido a las certidumbres metafísicas, éticas y estéticas.” [vii]

Efectivamente, un racionalismo consciente de sus propios límites como el moderno planteado por Kant tiene que re-conocer y aceptar lo que está fuera de sus límites de allí que, tal como estamos viendo, la In-superabilidad del Mito como “base” nos lleva a la necesidad de “crear” o “construir” mitos “racionales” para poder reemplazar a los “religiosos” que han dejado de “servir” para crear “cosmos” en el “caos” de lo político a través de la “columna vertebral” que -para una sociedad- constituye una “escala de valores”.

En lo que toca al tema del sentido del conocimiento me remito a los análisis fenomenológicos de Heidegger en “Ser y Tiempo” en los que muestra el carácter derivado del “conocimiento” a partir del esquema abstracto “Sujeto-Objeto”, posterior a una original “situación” concreta en un “mundo” en el que ya nos encontramos y que “comprendemos” de manera no-teorética mucho antes o al margen de que nuestra “relación” con este mundo -del que somos parte y que es parte de nosotros- sea una relación “de conocimiento”.    

“En otros términos, el verdadero humanismo no puede estar en una teoría del hombre que siga otorgando el predominio unilateral a la Razón sino que debe basarse en la coordinación de su razón, emoción, sentimiento e instinto. Cualquier predominio unilateral es peligroso. La modernidad se manifestó como la tiranía de la Razón y desembocó en razón instrumental, la postmodernidad amenaza con la tiranía de lo instintivo, ninguna de ellas es garantía de superación de la crisis de la Razón. Se requiere de un postmodernismo crítico que sea capaz de realizar la síntesis entre razón, instinto, emoción y sentimiento. Sólo una superación dialéctica sería capaz de realizar esto plasmándolo en una nueva teoría de la razón y de la experiencia humana. El no haberlo hecho ha contribuido a la corrupción lógica del hombre actual, el cual ya no dialoga: más bien se sume en el caos alógico del slogan de masas y de las máquinas que destilan un homo videns despersonalizado y funcional. ” [viii]

Imperio de la “Consigna”, (“líneas” dentro de un partido ) nos lleva a un resultado paradójico: a la renuncia “racional” a la Razón.


4. PUESTO DEL “SER HUMANO” EN TANTO “INDIVIDUO” EN LA MODERNIDAD “INTERMEDIA”: PROBLEMA ESPECÍFICO DEL “OCCIDENTE” PLANETARIZADO.

“Los excesos inmanentistas y positivistas del humanismo secular tan característicos de la modernidad en crisis se reflejan en el ateísmo actual que destila una hemorragia de subjetividad que mitologiza a la humanidad y que culmina reemplazando lo Absoluto trascendente por una nihilista multiplicidad de mónadas. Aquí es palpable la necesidad de / abandonar el modelo del para mí que exagera el papel de lo racional para reconocer la importancia de la afectividad, el sentimiento y lo instintivo y ver desde ahí que el hombre es un ser con vocación de trascendencia[ix]

A partir de la Modernidad, tanto el “individualismo” como el “colectivismo” son las versiones extremas de la Subjetividad considerada como fundamento metafísico inmanente común tanto al Liberalismo como a su opuesto “dialéctico”: el Socialismo. Efectivamente, el Absoluto trascendente de la metafísica antigua ha sido asumido por la onto-teo-lógica que sirve de base especulativa a la ideo-lógica del Cristianismo, base en la cual, se han sedimentado como “capas” o “estratos” las anteriores oposiciones “dialécticas” entre el Bien y el Mal como principios metafísicamente trascendentes del Zoroastrismo y el Dualismo platónico entre Razón y Pasión reinterpretado gnósticamente en términos de la oposición entre cuerpo material (pasional) y alma espiritual (racional) [pneumáticos y X] entendido amante como y  ha sido reemplazado en la Modernidad –como queda meridianamente claro a partir de la idea del Sujeto “absoluto” de Hegel-  por un Absoluto inmanente.

Trascendencia: Kant: El pensamiento lineal-progresivo con su rígido esquema de “Mito reemplazado por la Razón” no está en capacidad de reconocer el fenómeno contemporáneo del planteamiento de nuevos Mitos por parte de la misma Razón supuestamente encargada de “superarlos dialécticamente” dinámica que queda tan bien camuflada bajo la “consigna” dogmática de “racionalidad” y “cientificidad” que enmascara y convierte a la Historia que se genera a partir de allí en un carnaval trágico.

Algo a lo que el “materialismo dialéctico” jamás llegará porque se lo impiden sus prejuicios metafísicos materialistas que ven al “idealismo” como la más grave de todas las herejías: una Teoría o, aún mejor, una Fenomenología de las Ideologías a partir de algo elemental: la realidad de las ideas.   

“Pero, ésta sana  necesidad humana por lo trascendente se desvía hacia el ocultismo y el esoterismo. El retorno al paganismo es una constante de la cultura occidental cuyos vasos comunicantes con el Oriente son históricos e innegables. De  allí que el racionalismo de la modernidad tuvo que coexistir con manifestaciones no sólo religiosas sino también esotéricas que se constituía en tradición cultural no hegemónica. En la actualidad postmoderna es impresionante la cantidad de astrólogos y pitonisos que inundan especialmente los países del primer mundo. El retorno de los nuevos cultos está asociado con la crisis de la Razón y la búsqueda angustiada de soluciones mesiánicas y carismáticas en épocas de decadencia espiritual y moral. La sed de Dios de la Edad Media fue sustituída por la sed de las grandes utopías sociales de la Modernidad y, tras el desencanto producido por éstas, es reemplazada por la sed en lo insólito e increíble de lo postmodernno.” [x]

“New Age” (Nueva Era) – Sectas “destructivas” – Sincretismos – Cultos Seculares -
Divinización de las Utopías y de los sujetos colectivos e individuales encargados de real-izarlas –
Aceleración del Des-encanto: Dinámica propia de las Ideo-lógicas: Cristianismo - Comunismo

“Pero, si  existe una nota comun entre los diversos ateísmos, es el de conducirse como si no existiese una realidad trascendente de lo empírico y material. Y ésta nota está relacionada con su peculiar nexo con lo afectivo. Así,  el ateísmo racionalista lo racionaliza, el existencialista lo rechaza, el ateísmo ético lo sublima, el ateísmo marxista lo somete y el ateísmo práctico del creyente lo ritualiza. Es como si el fracaso de la civilización moderna se expresara en la desintegración de la racionalidad humanística que depositó todas sus esperanzas en el uso unilateral de la razón. En realidad, cuestionar este elemento central del humanismo secular no significa defender necesariamente un antihumanismo ni acabar con la fe en el hombre; más bien, deberíamos preguntarnos hasta qué punto este humanismo antropocéntrico es cómplice de la creciente deshumanización de la sociedad actual. La desintegración de la racionalidad humanística se manifiesta mejor en que el antropocentrismo degeneró en antropotecnia o arte de la manipulación humana que va paulatinamente sustituyendo a la verdadera antropología. Por ello, es necesario insistir en que la reestructuración humanista es reeestructuración del logos humano.” [xi]

Kant: Trascendencia
Evasión secular
¿Qué significa “fracaso” dentro del proceso de una “civilización”?
NO al Maniqueísmo “dialéctico”
Paradoja: humanismo antropocéntrico - deshumanización
Antropotecnia: ¿“Modernización” de la antigua Retórica?
¿Qué es “logos”? Por fin una pregunta verdaderamente “filosófica”


5. ETAPAS DEL PROCESO DE ILUSTRACIÓN Y SECULARIZACIÓN EN EL HUMANISMO “MODERNO”

“La desintegración de la racionalidad humanística tiene tres etapas: el humanismo prometeico del Renacimiento que, tras el redescubrimiento de los logros artísticos, científicos y filosóficos de Grecia y Roma, produjo la reafirmación de la importancia del hombre ante Dios; el humanismo fáustico de la Ilustración, con sus más significativos escritores, científicos y artistas que simbolizan al hombre que se lanza a la conquista del mundo y se siente tan igual y hasta con más poder que la propia divinidad; y el humanismo luciferino de la Revolución Industrial que convierte al hombre en un dios inmanente, que se basta a sí mismo y que, muy lejos de sentirse ligado a la divinidad, niega la divinidad misma y pisotea lo humano, su antropocentrismo simboliza al hombre que se adueña del mundo pero que se pierde así mismo. Pero la racionalidad humanística -que tantas esperanzas había despertado con sus ideales de libertad, fraternidad e igualdad- se pervirtió en racionalidad opresiva del hombre mismo, el antropocentrismo objetivista, inmanetista, secularista y naturalista vació al hombre de todo sentido, lo anemizó espiritusalmente y lo expuso al desvarío moral de una cultura horizontal sin trascendencia. ” [xii]


Efectivamente, verdadero “problema” -

Un Dios sólo puede ser destronado por otro, sea que tenga o no “conciencia” del papel que está jugando
Un esclarecimiento de la relación entre las nociones modernas de “Sujeto” e “In-dividuo” tendría que resaltar
el carácter del in-dividuo moderno, fundado en el  “autosuficiente” cogito cartesiano, autosuficiencia que llevará más tarde a las ideas de “libre examen” de la Reforma y a las ideas de la ilustrada “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” del individuo definido curiosamente en los mismos términos que el Estado (esto es, en términos de soberanía e independencia) y que desembocan en la actual noción de “Derechos Humanos” y que forman parte “natural” de la mundo-visión contemporánea
 ¿hasta qué punto no es una Traducción al lenguaje secular del “programa” del judeo-cristianismo: conquista del mundo (Gén. ), libertad, igualdad, fraternidad y hasta el vagamente de-sacralizado concepto actual de “solidaridad”? 

6. FUNDAMENTALISMO(S): ALIENACIÓN PSÍQUICA DE LA “POST”-MODERNIDAD

Modernidad: “Alienación” especulativa, religiosa, económica y política

Alienación “especulativa” en Hegel: Siguiendo la consigna: “la Sustancia se vuelve Sujeto”, en el “Sistema” esbozado por primera vez en la “Fenomenología del Espíritu” se introduce la novedad moderna de la “conciencia de sí” (el “ego cogito” cartesiano) en la metafísica clásica-escolástica llega -a través de una serie de “desconocimientos”- a la noción de Sujeto “absoluto”, en la medida en que la Realidad misma en su totalidad adquiere conciencia y, con ello, conquista o “construye” su auto-fundamentación en términos clásicos (recuérdese la definición aristotélica de Dios) incluyendo ahora el tema central de la “experiencia”.

Alienación “religiosa” en Feuerbach: Dios es una proyección de las mejores cualidades del Hombre encarnadas en una Super-Persona a la que se le atribuye una existencia metafísica y que, en virtud de una mitología dogmática, pasa por ser no sólo el creador del sujeto humano que lo ideó sino de todo lo existente; co lo que se consuma la “alienación”, la “en-ajenación” esto es, la atribución de las propias cualidades a otro y la posterior subordinación a esto que es concebido como “extraño” a pesar de que, en el fondo, es una expresión de lo propio.

Alienación “económica” en Marx: el Hombre expresa su esencia de manera “práctica” a través del trabajo. En la medida que alguien se apropia de ese trabajo, está robando la “esencia” del hombre. Y, en la medida en que por definición el capital es “trabajo acumulado”, el Hombre queda en-ajenado, alienado y a merced del poder que él mismo ha contribuído a “crear” pero que ahora –como algo que le es extraño- lo esclaviza. Esta Alienación, este “robo del alma”, es visto como una “posesión” demoníaca llevada a cabo por el irracional afán de riqueza. El dinero es el “mal” personificado, el “diablo”  que requiere de un poderoso “exorcismo” llamado “Revolución” que, como cualquier “milagro” que se respete, sigue la lógica de lo “imposible”...

Esta alienación económica lleva irremediablemente a una alienación política: En la medida en que las condiciones económicas de producción (infra-estructura) determinan la concepción política (super-estructura), la ideo-logía dominante en una sociedad es siempre la de la clase dominante (la que tiene el poder sobre los medios de producción).

“POST”-Modernidad: Alienación política, psíquica y psiquiátrica (fundamentalismos)

La actual Alienación “política” como proyección invertida, asegura el equilibrio psíquico individual y colectivo. Para la actual alienación “psíquica”: lo real es lo que se piensa, imagina o desea con pasión –y, por eso mismo, susceptible de ser real-izable-; no lo despreciado realmente existente que, en realidad, no merece existir.

Se pierde la relación “medio-fin” propia de la política: lo des-proporcionado (des-quiciado) de las actuales acciones “políticas”, es que no se dirigen a la consecusión de objetivos propiamente políticos -es decir, realmente alcanzables en la realidad- sino metafísicos. Se proponen “cambiar el mundo”, son apocalípticos en el sentido en que la realidad tiene para ellos un carácter esencialmente “corrupto”, “prostituido”, “babilónico” que debe ser destruido para dar paso a una realidad “transfigurada”, de inocente pureza finalmente recuperada.

Por eso reemplazan a la realidad por la “visión” (Ap. 21:1-5) de un mundo absolutamente distinto del realmente existente en el que este puritanismo “metafísico” se real-iza como puritanismo político dentro de una concepción sustancial maniquea: los “Hijos de la Luz” serán siempre inocentes y “puros”, hagan lo que hagan; así, su muerte sea por el martirio o en “guerra santa” (¿hay alguna diferencia?) nunca se lamentará lo suficiente. Por otro lado, los “Hijos de la Oscuridad” serán siempre culpables y “corruptos”, hagan lo que hagan; así, su muerte como parte de la “acción” nunca será lamentable. A menos que se arrepientan de sus “errores” –es decir, de lo que son- y se “arrepientan” y se “conviertan” .  

Alienación “psíquica”: Negación voluntarista, no dialéctica: no es necesario que exista realmente algo opuesto: basta que yo piense que existe o que es posible una realidad distinta a la realmente existente para que ésta última quede “negada” en la medida en que la idea que está en mi mente es considerada fuente de una nueva praxis moral y política 

Marxismo Moderno: La Política se vuelve “Religión”, ¿Cristianización de la Política?
“Sendero Luminoso” = ¿Avanzadilla “Post”-Moderna ANTES de la Caída del Muro?
¿Marxismo Post-moderno?, ¿La Religión se vuelve “Política”?, ¿Musulmanización de la Política?

Modernidad = Clara distinción entre los campos:
Política (Racional)               Religión (Irracional):

Post-Modernidad = Confusión racionalmente “fundamentada”
Retorno al elemento “semita” que forma parte de la base de nuestra civilización:

“Derecha” política               Fundamentalismo (Literalismo) Católico, Protestante
“Izquierda” política              Fundamentalismo (Literalismo) Judío, Musulmán

No es sólo que surjan movimientos irracionales, lo más sorprendente es que la racionalidad de la ciencia se proponga “conscientemente” como “programa” la subordinación a la irracionalidad de la religión y termine justificando racionalmente la irracionalidad sólo porque ésta aparece como “funcional” dentro del esquema de sus particulares creencias políticas. Paradójicamente, los cientificistas muestran una culpable voluntad se auto-sometimiento -y hasta de auto-aniquilamiento- a manos de los fanáticos religiosos irracionalistas a quienes consideran “superiores” por su disposición al martirio que es visto como “consecuencia” con su “pensamiento”.

Post-Modernidad =            
Auto-Aniquilación de la Política: Teo-cracia (Fundamentalismo)
Negación de la Religión: U-topía

Paradoja: Tendencia hacia el fundamentalismo religioso reaccionario como alternativa “política” –y, a veces, especulativa- progresista

Búsqueda de la “pureza” in-contaminada a través de in-dispensables “baños de sangre”

El elemento “judío” del Cristianismo es visto como lo propiamente “revolucionario” y “progresista”
El elemento “profético” del Marxismo puesto en conección con el elemento “profético” del Judaísmo presente en el Antiguo Testamento dando como resultado la Teología de la “Liberación”

 

 

7. “AN-ÉTICA” DEL HUMANISMO “MODERNO”: RESULTADO “REALMENTE EXISTENTE” DE LA VICTORIA DE LA CONCEPCIÓN DE “CIENCIA” MODERNA SOBRE LA CONCEPCIÓN DE “CIENCIA”ANTIGUA Y SUPERVIVENCIA ILUSORIA Y DES-FASADA DE ESTE ANTAGONISMO A NIVEL DEL DISCURSO IDEO-LÓGICO COMO CONFLICTO PRESUNTAMENTE “NO RESUELTO”


“Ahora bien,  una de las características más evidentes de la desintegración de la racionalidad humanística es la contradicción existente entre la esencia misma de la ciencia y la tecnología y la esencia de la cultura. La ciencia y la tecnología tienen como ideal la supresión de todo punto de vista particular, su idea de conocimiento objetivo prescribe la desvinculación con todo aquello que no dependa del control racional. La cultura -por el contrario- tiene como ideal una interpretación que permite que el ser humano se encuentre en el mundo y a sí mismo como ser humano, debe ofrecer un arraigo y unos fines, debe permitirle orientarse individual y colectivamente. Por ello, mientras la cultura arraiga, la ciencia ofrece un distanciamiento. Lo ético va más lejos de la ontología formal objetivista para recoger en sí las particularidades de las existencias en la búsqueda de una realización efectiva de la libertad. La relación originaria con el ser no se consigue mediante la totalidad objetiva de la ciencia y tecnología que es un encuentro con lo Otro sino mediante lo ético como la dimensión de la ontología vital y del encuentro con el Otro. La ciencia está basada en una relación de objetividad y divorciado de lo ético que es una relación de subjetividad.” [xiii]

Contraposición maniquea entre lo “Científico” (di-solvente, des-integrador) y lo “Humanístico” (uni-ficante, integrador):
Ciencia antigua:
Esquema unitarista: Predominio de lo público (político) sobre lo privado que prácticamente no existe, al menos en teoría. 
Ciencia Moderna: Tecno-Ciencia
Resultado de 10 siglos de Cristianismo: introducción del concepto de “persona”: surgimiento del “fuero interno” definido en términos “estatales” de soberanía irrestricta

“La cultura está llamada a sacar de la ciencia y de la técnica los conocimientos y los instrumentos más eficaces en los que podrá apoyarse pero debe recuperar el protagonismo proporcionado por un ideal, que le hace poner en movimiento, y unas finalidades, como medios para alcanzar las nuevas exigencias constitutivas. Por ejemplo, la cultura cristiana medieval proporcionó un ideal universal a la cultura occidental. Pero hoy vivimos en medio de una cultura utilitarista y del pragmatismo amoral destilada pasivamente de la dinámica de la racionalidad científico-técnica. La cultura contemporánea ya no es cristiana sino es la más secularista que haya existido nunca. Aunque para ser justos, el afán de lucro desmedido y desconsiderado del gigantesco capitalismo que alienta a la humanidad moderna no se deriva únicamente de la técnica moderna sino también de la institución de la Bolsa, nacida del espíritu judío, del debilitamiento del sentimiento religioso en los pueblos cristianos, y el aflojamiento acelerado de la moral y de las buenas costumbres. ” [xiv]

Cómo utilizar “eficazmente” a la Tecno-Ciencia para fines distintos a los que ella misma ya tiene?
Escapismo Edad Media-Estado Proletario, Tomismo-Stalinismo,   
Edad Media Acelerada Reemplazar “religioso” por “revolucionario” y tendremos un aproximado del discurso
Carácter problemático de la Tecno-Ciencia como “instrumento” para otros fines distintos de los de ella considerados ”superiores”

“Si -en los años treinta- los Nacionalismos reaccionarios con sus ideales autárquicos y el Comunismo con sus ideales cosmopolitas de revolución mundial de solidaridad internacional de los trabajadores, representaron el intento de deshacer la síntesis medieval aún sobreviviente en el debilitado ideal de la cultura cristiana; en la actualidad, la globalización neoliberal deshace por completo dicho ideal porque con sus objetivos cosmopolitas de economía mundial y de hegemonía monopólica de las megaempresas, mediante su imposición supratotalitaria, culmina a escala global con la subordinación de la cultura a la economía. ” [xv]

subordinación de la cultura a la economía (técno-lógica)

“La cultura actual ha perdido su substrato religioso, ha achatado su universo moral y ha vaciado al hombre en un inmanentismo naturalista y horizontal. La cultura de hoy -con la ciencia- ha ganado en extensión pero ha perdido profundidad. Pareciera que el hombre necesitara vivir religiosamente lo profano para que no se le agoste el alma. El no hacerlo ha conspirado contra su propio ser dotado no sólo de razón sino también de sentimiento, emoción e instinto. La cultura de la increencia puede hacer a la civilización más operativa, eficaz y funcional pero no más humana, porque los principios economicistas son útiles para las máquinas pero no para los hombre. No se trata de alentar un ideal cultural opuesto a la secularización, que lo entendemos como el dominio legítimo del hombre sobre la naturaleza, sino de estar alertas contra el secularismo o la cultura horizontal sin trascendencia que mutila la realidad humana y termina desintegrando al racionalidad humanística.” [xvi]

Secularización – ¿sacralización de las ideo-lógicas, después de la de-sacralización de las religiones tradicionales? ¡oh sorpresa! – Requisitos de la concepción “moderna” – espiritualismo -

“revoluciones” en el siglo XX son primariamente “espirituales”, es decir, “religiosas”: implican un cambio de mentalidad, en la manera de entender el mundo y, al igual que el cristianismo, oponen a la moral y a las leyes de la sociedad realmente existente otras leyes y otra moral que corresponden a una sociedad que, al menos inicialmente, no existe más que en sus cabezas, esto es como “ideal”. Entonces, a pesar de no tener una existencia “material”, empiezan a influenciar sobre la realidad material.  
La dinámica pendular de las ideo-lógicas ha determinado hasta ahora que sistemas con predominio de lo “infra-estructural” y con “supra-estructura” heredada tradicionalmente y en vías de disolución sean jaqueados por “sistemas” con predominio voluntarista de lo “supra-estructural” y con “infra-estructura” heredada tradicionalmente, lo cual revela que siempre se parte con un cierto nivel de “des-fase” entre “estructuras” que necesariamente se tendrá que ampliar hasta constituir una brecha insalvable.

“La época que se cierra señala el fracaso del más grande de los experimentos que la humanidad haya contemplado jamás y que fue realizada por la civilización secular, a saber, el menosprecio y negación de la necesidad religiosa del hombre. Desprecio en el que se dieron la mano tanto la sociedad comunista, declaradamente antirreligiosa, como la sociedad capitalista, con su teoría educacional tendente a crear mentalidades democráticas, declaradamente irreligiosa. Al parecer, es necesario el retorno de la sociedad a sus principios espirituales, como substrato que repotencia y da sentido a la cultura.” [xvii]

En ese sentido, toda “revolución” –sea religiosa o secular- siempre está “retornando” a una situación considerada “original”, “pura”, “natural”, “humana”: llámese “Edad de Oro”, “Paraíso Terrenal” o “Comunismo Primitivo”
La dinámica del pensamiento es: no se trata de ir a algo absolutamente nuevo sino de “re-tornar” a algo que desde la situación de decadencia en la que estamos venmos como algo totalmente distinto pero que, en realidad, constituye nuestra esencia más original a la que es un imperativo regresar, dejando de lado la “perversión” impuesta por la “actualidad”.
  “más grande de los experimentos” secular tiene su antecedente más lejano en el exitoso “experimento” cristiano que fue el primero que oponiéndose a la concepción objetivista-realista de la antigüedad introdujo el nuevo concepto subjetivista-idealista que han heredado los “modernos”: primero, de que el mundo podía “cambiar sustancialmente”, es decir, era susceptible de una trans-formación metafísica y ser total y absolutamente “distinto” de lo que era esencialmente y de lo que había sido históricamente y; segundo, que ese cambio o transformación es el resultado o efecto de la acción humana demiúrgica, es decir,  “creadora” de mundo a partir de una “materia” previamente dada acción orientada por el modelo ideal asumido como “más real” que la realidad, como “forma” y que se aplica “voluntarístamente” y en contra de la realidad considerada como materia inerte y maleable
Todos estos esquemas abstractos suelen terminar habitualmente por la “némesis”, por la “venganza” de la “materia”, sea -literalmente- la “carne” para los Cristianos o su correlato “espiritual” a la medida de los “modernos”: la “irracionalidad”.

Ateísmo “indiferentista” – “militantemente” anti-cristiano en particular y anti-religioso en general
“Extirpar” idolatrías con el fin de “plantar” otras

“El ateísmo contemporáneo mantuvo el concepto hegeliano de alienación. La idea hegeliana de que el hombre se aliena mientras no se reconoce como absoluto, autónomo y autárquico; parte del equívoco de la univocidad del ser, de su panteísmo que no comprende la existencia de Dios y que coloca las dos existencias en el mismo orden temporal. Con un punto de partida que afirma la univocidad del ser no se puede entender que un Dios trascendente no aliena a su criatura, la cual es libre -pero no absolutamente- y que, en consecuencia, el hombre no sólo es amo sino también siervo de muchas cosas mundanales pero –como criatura- es, sobre todo, siervo de lo trascendente.” [xviii]

Los dos esquemas metafísicos que fundamentan la Revolución y la Reacción se fundamentan en esta “univocidad del ser” lo que los diferencia es la tendencia hacia una fundamentación inmanente o trascendente: De acuerdo con esto, efectivamente: si para los modernos lo único que existe es la realidad de la Sustancia metafísica tradicional devenida Sujeto “cósmico e histórico”; entonces, este Sujeto “absoluto”, coincide –de acuerdo con la tradicional noción onto-teo-lógica- con “Dios” y se cancela especulativamente dentro de este esquema la posibilidad de un Dios trascendente.   

Univocidad de la moderna metafísica de la Subjetividad y de la metafísica “realista” objetivista clásica griega que -heredada por la teología cristiana (pensemos sólo en Santo Tomás y en Francisco Suárez)- se convierte, gracias a la “Escolástica”, en el punto de partida y suelo nutricio de la metafísica moderna: Descartes, Spinoza, Leibniz, Kant y sus “entenados” Fichte, Schelling y Hegel por el lado del predominio del  “entendimiento” y, en el siglo XIX, Schopenhauer y Nietzsche, por el lado del predominio de la “Voluntad” 

“En realidad, el ateísmo contemporáneo con su exigencia de divinización humana- es la descomposición del hegelianismo: el marxismo y el existencialismo sólo invirtieron a medias a Hegel. Una completa inversión hubiese roto con el panteísmo idealista, con la filosofía del sujeto autárquico y con el origen humano de la verdad; para asumir la diferenciación entre ser y ser conocido, y un realismo donde el mundo tiene un sentido que el hombre descubre pero que no lo incapacita para crear valor y sentido a la vez, y para superar el olvido del ser reemplazando el Yo único y soberano que elimina toda verdad extrahumana. Se impone así –en medio de la crisis de la razón moderna- un verdadero giro metafísico capaz de superar la contradicción entre lo divino y lo humano, lo trascendente y lo inmanente. Una nueva forma de pensar, una nueva racionalidad que nos acompañe en el presente conmocionado tránsito histórico, y éste puede depender de una nuevo punto de vista metafísico.” [xix]

Un error bastante difundido entre quienes se acercan al pensamiento especulativo desde una perspectiva “aplicada” es el mismo que el de los que conciben a la Tecno-Ciencia como “instrumento” es el de creer que la filosofía puede “servir” para fundamentar “racionalmente” una praxis decidida previamente de manera extra-racional, como “cantera” de materiales para construir catedrales o Kremlins; se exponen también a una mémesis, a una “venganza” del instrumento (en el mejor estilo del “aprendiz de brujo” al que se le “rebelan” las escobas que al comienzo iban a hacer su trabajo y que lo terminan barriendo a él)

Una confusión corriente y recurrente que he observado entre aquellos que se acercan desde una perspectiva “cristiana”, “espiritualista” o por lo menos, trascendentalista” a un verdadero pensador especulativo como el Heidegger de la primera época que es el que más se conoce; es la de identificar apresuradamente al “Dios” que están buscando con el “Ser”, que dentro de la perspectiva heideggeriana no es más que el “ente supremo”, puesto que una ontología que quiera dar cuenta efectivamente de todos los fenómenos tiene que dar cuenta también del “ser del Ser” y no sólo del “ser de los entes”. 
Ya en “Ser y Tiempo”, una obra central de su primer período, hay una “demolición” del Sujeto como fundamento que es la base de la Modernidad y una llamada de atención que nos despierta a “recordar” lo “olvidado” en medio de todo este proceso 

“Es verdad que marxistas y existencialistas podrían objetar que el ateísmo contemporáneo no es solamente una negación del inmanente Dios panteísta sino principalmente del Dios trascendente del teísmo y del Dios indiferente del Deísmo, es decir una negación de toda concepción de Dios. Pero no podrían negar que, al hacerlo, están derivando hacia el reconocimiento del hombre como absoluto, como un pequeño diosesillo creador del ser y la nada, ensoberbecido por el poderío que le ha conferido la técnica y convertido en una divinidad inmanente no menos alienante, inconsistente y absurda. Revelándose así que el ateísmo no es un humanismo sino un hominismo naturalista.” [xx]

Negación relativa-parcial o absoluta-total?
Todavía están dentro de la esfera de la metafísica de la subjetividad: en ese sentido son claramente “Modernos” y no se ve or ningún lado que sean “post-modernos”, es decir, algo distinto de lo metafísicamente vigente. 
“pequeño diosecillo”: “Demiurgo”. Cuando Marx “retorna” al Epicureísmo con el fin de “usarlo” como fundamento “racional” de su “teoría” no hace más que repetir el error que sus antepasados cristianos cometieron 20 siglos antes cuando “bautizaron” a Platón y Aristóteles a través de Plotino y Proclo quienes eran los pensadores vigentes en la época helenística cuando “nació” el Cristianismo como mundo-visión ideo-lógica que será posteriormente sistematizada teo-lógicamente.

¿Pascal?

TEXTOS

FLORES QUELOPANA, Gustavo. LA BARBARIE CIVILIZADA. Ensayos filosóficos sobre la cosificación social. Lima: IIPCIAL, 1998. [Humanismo integral y civilización creadora. Ciencia, política y felicidad humana]

FLORES QUELOPANA, Gustavo.  HUMANISMO DE LA POSTMODERNIDAD. Lima: IIPCIAL, 2000.

FLORES QUELOPANA, Gustavo. RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA POSTMODERNIDAD. Lima: IIPCIAL, 2001.


BIBLIOGRAFÍA


DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE TEOLOGÍA MORAL. Suplemento a la 3ª. Edición. Madrid: Ediciones Paulinas, 1978. [Antropología y Moral, Ciencia (quehacer de la), Ciencias morales (metodología), Cultura (y moral), Ética (fundamentación de la), Ética (sistemas de), Lenguaje ético, Marxismo (ética), Placer, Religión y moral.]

EAGLETON, Terry. Las ilusiones del posmodernismo. Buenos Aires; Barcelona; México: Editorial Paidós, 1998. (Espacios del Saber, 3)

NUOVO DIZIONARIO DI TEOLOGIA a cura di Giuseppe Barbaglio e Severino Dianich. Alba: Edizioni Paoline, 1977. [Antropologia, Ateismo, Dio, Escatologia, Mondo, Ortodossia, Ortoprassi, Politica, Progresso, Salvezza, Secolarizzazione, Speranza, Storia della salvezza, Umanesimo, Uomo.]

THE GREEK NEW TESTAMENT. Edited by Kurt Aland, Mathew Black, Bruce M. Metzger, Allen Wikgren. London: United Bible Societies, 1966.
  

NOTAS

Esquema Maniqueo : Mal “Absoluto” = Diablo

Apreciable en el Catolicismo a nivel de los medios a través de películas como “La Profecía” o “El Exorcista”.
Y, a nivel de mitos “contemporáneos”, el la “unánime” condena marxista del Nazismo como “irracionalista”, como si éste no tuviera –al igual que aquéllos- Ideo-logía, es decir, “fines” postulados a los que se intenta llegar por todos los “medios” a través de una “praxis” determinada.
  
Este Maniqueísmo esquemático -más propio de las fantasías infantiles- puede traducirse en términos del viejo cuento de Caperucita Roja (identificada con quien “cuenta el cuento”, siempre “el bueno de la película”) y el Lobo feroz (el odioso “enemigo”):

Caperucita: “Ángel”

Lobo: “Demonio”

Cristianos
Paganos – Herejes – Ateos – Indiferentes
Marxistas colectivistas
Racionalistas y “Científicos”
Individualistas pequeño-burgueses “decadentes” –
“Irracionalistas”: Cristianos en particular y “Espiritualistas” en general
Capitalistas individualistas
Marxistas colectivistas
Nazismo jerárquico y “espiritual” arraigado y “provinciano”
Comunismo materialista  y “Americanismo” “economicista”, ambos igualitarios, cosmopolitas,  internacionalistas y desarraigados  
Socialistas revolucionario
Internacionalistas “amplios”
Nazismo reaccionario
Nacionalistas “obtusos” y fanáticos fundamentalistas irracionales
                             

Emancipación-sujección (etimología): Disposición a soportar más privaciones y sometimientos que en el estadio previo no sólo a nivel personal sino también colectivo a condición de que se trate de una “buena causa” (totalitarismo “bueno”)

Invasión del fuero interno (Pablo: fe-obras) – No sólo se trata de “hacer” lo que uno debe sino de la pretensión de que las cosas se hagan con convicción, con convencimiento, con creencia, con fe. Persecusión de los Cristianos – Inquisición y Policías políticas:
Los Romanos les exigían a los Cristianos cumplir con los ritos debidos ante las estatuas del Emperador divinizado o de otros dioses a lo que los Cristianos se negaban porque no podía haber más que un solo Hombre-Dios y además, por tradición judía, estaban en contra de la “idolatría”, es decir, la adoración de ídolos porque tenían una concepción de Yahvé como un ser puramente espiritual.   


“Lo posmoderno, aunque hay varias formas de entenderlo, pone en tela de juicio la epistemología modernista basada en una distinción clara entre sujeto y objeto, ve la razón, la conciencia y la lógica sólo como una de las tantas visiones que podemos tener de la realidad, no la única ni superior ni exclusiva. / (...) al primado de la razón o logos de la modernidad le ha venido a suceder el primado de la voluntad de la posmodenidad.”
Ibid., pp. 32 / 33. (los subrayados son míos, A. M.)

Modernidad = Entendimiento) – “Post”-modernidad, ¿Voluntad?

1)    Sujeto = Hypokeimenon griego
2)    Persona = Trinidad Cristiana
3)    In-dividuo = Ciudadano moderno

MODERNIDAD

Modernidad Inicial:
1)    Renacimiento Italiano
2)    Humanismo Erasmiano
3)    Reforma Luterana
4)    Primera “Vuelta al Mundo”
5)    Revolución Industrial
6)    Ilustración – Enciclopedia
Modernidad Intermedia:
1)    1914 – “Gran Guerra”
2)    1989 – “Caída del Muro”
3)    ¿Globalización de Occidente?
4)    ¿Musulmanización de la Política?
Modernidad ¿Tardía?
1)    ¿?
¿Post-Modernidad?
1)    ¿?

Horkheimer: “Nostalgia de lo totalmente otro” = Real-ización, “perfecta consumación de la Justicia” = “Positivo” fantaseado del “Negativo” de la Realidad.

Interesante Juego de Lenguaje
Humanismo (propio) = Hominismo (im-propio)

“Carnales” – “Animales” – “Espirituales” (San Pablo)

“Carnales”: 1Cor 3:3 = F"D646@\ ; Rom 7:14 = FVD64<`H
1 Cor 15: 44 = “cuerpo psíquico” (animal, animado, “vivo”) - “cuerpo espiritual” 
Fä:" RLP46`< - Fä:" B<,L:"J46`<


Si las pretendidas “salidas” de la Post-Modernidad “recaen” en lo “post-moderno” debe ser porque la “fuerza de atracción” del proceso en curso impide escapar de la contaminada “atmósfera” con tan sólo proponérselo... Oponerse, resistir, parece ser inútil ante la falta de opciones viables hacia otra dirección aunque -voluntarísticamente- nos lo propongamos...
 
“Miedo a la Libertad” (Fromm) se convierte en una busqueda del sometimiento a una Autoridad que arbitrariamente “ordene” el caos y la confusión del mundo actual. Lo exagerado de la des-protección de la Modernidad “inicial” está llevando ahora -en la Modernidad “intermedia”- a una búsqueda desesperada de “seguridad a cualquier precio” y como lo único que se tiene es la libertad eso es lo primero que se hipoteca “racionalmente” a los nacientes Autoritarismos.


Esta Negación de la Libertad se corresponde con una Negación de la Responsabilidad:
La “Guerra Santa” convierte automáticamente al asesino en inocente - Retorno instantáneo a la “pureza” infantil, no contaminada por la corrupción de la sociedad – La Responsabilidad por las accones ya no es asumida por los individuos que las llevan a cabo –especialmente cuando son fechorías moralmente reprobables- y son -literalmente- “proyectadas” sobre otros –preferentemente las propias víctimas- que son los que “verdaderamente” tienen la culpa...
Paradoja: El responsable de lo que yo hago no soy yo mismo sino siempre “el otro” por hacer o dejar de hacer algo que yo considero que debería o no haber hecho.   

Escato-logía = Discurso sobre el “cierre”, la “Meta Final” de la historia del género humano
Futuro-logía = Discurso sobre la “apertura” en dirección a un “Por-Venir” visto como “deseable”

¿Materialismo = Eficientismo?

¿Me amas? Yo he hecho todo por ti. Sí, pero, ¿me amas? La pregunta no es si haces lo que debes hacer, si demuestras “con hechos” tu “compromiso” sino si “estás con-vencido”, entregado por completo a una causa.    

Esquema Materia-Forma: Evolución del concepto del Sujeto histórico-político colectivo Moderno: “Pueblo” (Romanticismo), “Proletariado” (Realismo), “Masa” (materia “inerte” de la Física).


Religiones y Políticas son “síntesis” no necesariamente “dialécticas” sino más bien “eclécticas” y “sincréticas”, algo “normal” dentro de las Ideo-lógicas

Ecuación “Ciencia-Felicidad” implica la consideración de la Sabiduría vital (sofía), el conocimiento racional entendido como “Ciencia” en un sentido antiguo (filo-sofía) como sumo “Bien”  

Carácter necesariamente problemático de las soluciones unilaterales se hace más visible desde un punto de vista especulativo.

Filosofía: Visión integrada que valora por igual todos elementos no los deja sueltos fuera del esquema.

Oposicion: Científico-Humanístico, ¿tiene posibilidades de síntesis?

Heterogeneidad de los pre-supuestos del “Conocimiento” Antiguo y Moderno.
Discontinuidad y Asimetría entre “Estructuras” conduce a brechas y abismos.

Por momentos, el autor ve claramente la distinción entre los dos tipos de conocimiento pero, también por momentos, pierde de vista  la distinción por el tiempo suficiente como para quedar enredado en una confusa telaraña.

Sincretismo: No es necesariamente “armonioso” y no excluye las “tensiones” internas que se manifiestan periódicamente bajo la forma de movimientos “heréticos”, “revisionostas” o “disidentes”.

La Ideo-lógica está más cerca de la Retórica y de la Política Real que de la lógica y de la ética.

Ontologías absolutistas: Reduccionismo Naturaleza-Espíritu
Monismo: Amplificación de un principio único conduce al Absolutismo ideo-lógico que se expresa en el Despotismo político.

Falsa Ecuación: Irracionalismo = Autoritarismo (tradición)

¿Humanismo metafísico realista = Marxismo post-moderno? ¿Síntesis im-posible?

Siguiendo la lídea de la Escuela de Frankfurt y otras aproximaciones heterodoxas que recuperan al “joven” Marx de los Manuscritos de 1844 y rechazando la “Escolástica” del “DiaMat” [Dialektische Materialismus]

Perspectiva “integrada”: No deja elementos sueltos fuera del esquema.

Y así como Benedetto Croce distinguía a comienzos del siglo XX entre lo “vivo y lo muerto en Hegel”, a saber, la dialéctica como método y su Filosofía Política; un Marxista “postmoderno” tendría que distinguir, a comienzos del siglo XXI entre lo “vivo y lo muerto en en Marxismo”, a saber, las posibilidades todavía rescatables de la dialéctica como método y la trayectoria histórica “realmente existente” de su real-ización...

Humanismo y Marxismo Postmoderno, pp. 29-36. Filosofía de la totalidad y Humanismo integral, pp. 37-49 Humanismo y utopía socialista, pp. 87-106. En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. HUMANISMO DE LA POSTMODERNIDAD (2000); Reconstrucción postmoderna de la utopía socialista, pp. 39-53. En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA POSTMODERNIDAD. Lima: IIPCIAL, 2001.       

La actual “globalización” de la civilización occidental está ya prefigurada en germen al inicio de la “planetarización” del “mundo” europeo a a partir del siglo XVI cuando empieza la expansión colonial que termina recién a mediados del siglo XX.

p. 43-44: Todo Socialismo es utópico, especialmente el así llamado “científico”

Hegel: “lo verdadero es el todo”: Todos los total-itarismos son, por ello y aunque les duela, hegelianos.  

1998:

“El bárbaro civilizado se contenta con la limitación del saber al aspecto técnico práctico, esto es un peligroso error espiritual que se limita a la cuestión del cómo sin plantearse la cuestión del por qué. Este dar la espalda a la vida del espíritu delinea una civilización que marcha hacia su irracionalidad total y hacia la desintegración de las relaciones humanas.”

“Decía Goethe que el hombre necesita de tres veneraciones: Veneración por lo que está sobre él, bajo él y junto a él. Pues bien, al hombre moderno le caracteriza la destrucción práctica de Dios, del prójimo y de las cosas.”

Humanismo Integral y civilización creadora. p. 41.  En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. LA BARBARIE CIVILIZADA. Ensayos filosóficos sobre la cosificación social (1998) (los subrayados son míos, A. M.)

“La vida humana es fundamentalmente una conjunción de tres elementos: lo ahistórico (lo biológico e instintivo), lo histórico (la vida social) y lo suprahistórico (religión y arte que le dan un sentido de la eternidad). Creer que sólo uno de estos elementos determina al hombre no sólo distorsiona la comprensión de su estructura ontológica fundamental sino que causa grandes daños en la historia de la vida humana. En el mundo cosificado actual, permanece la tendencia de mantener estos tres elementos de forma separada sin hacerlos converger en una refexión antropológica integrada. No se trata de desvalorizar la praxis y la historia en la vida humana sino de colocarla en su exacto lugar...”

“El bárbaro civilizado lo que ha hecho es desentenderse del elemento suprahistórico, reprimir el ahistórico y distorsionar el histórico.”

Ibid., p. 43. (los subrayados son míos, A. M.)

“Habría entonces un pesimismo que está por el parecer de que el hombre no cambia, que su naturaleza persiste a través de los siglos y, junto a él, el optimismo de aquellos que apuestan por que las instituciones puedan cambiar al hombre, modificarlo, mejorarlo.”

Naturaleza-Cultura:

Ibid., p. 44. (los subrayados son míos, A. M.)

“El hombre es un micromundo de diversos estratos ontológicos por los cuales se convierte en un habitante de tres reinos: el mundo ideal (formal), el mundo real (empírico) y el mundo irreal (metafísico),...”

Ibid., p. 45. (los subrayados son míos, A. M.)

¿NEW AGE?
“La interpretación más radical de esta tendencia subjetivista concluye dando preeminencia a la sabiduría no conceptual, a al utópica revolución interior, a la irracionalista visión mágica del mundo, atribuyendo la responsabilidad de la crisis actual al conocimiento parcial de la ciencia, es decir, concluye en un / enfoque religioso, orientofílico, tecnofóbico, quietista y antiprogresista incapaz de solucionar los urgentes problemas del mundo contemporáneo –alimentos, energía, salud, viviendas, etc.-. En efecto, este retroceso a lo que Max Weber denomina cultura determinada por formas religiosas orientadas no al dominio del mundo (tradición hindú y judeo cristiana) sino a su rechazo o adaptación, esto es, la racionalidad oriental premoderna reivindicada simplemente para oponerla a la racionalidad instrumental de la civilización occidental resulta suicida e insuficiente. De esta manera, concebir a la racionalidad oriental como salvadora del hombre equivale a la liberación humana en el plano abstracto, impotente para revertir la crisis y provocar un efectivo cambio social.”

Ibid., p. 47 / 48 (los subrayados son míos, A. M.)

“Es imposible impulsar la gran causa de la civilización creadora sin el desarrollo universal de su supremo valor: el Hombre, y es imposible que el hombre rompa los marcos de la enajenación limitándose a un abordamiento puramente teórico sin trazar las vías prácticas revolucionarias para suprimirla.”

Ibid., p. 52. (los subrayados son míos, A. M.)

“El fracaso de los ideales comunistas y las promesas del capitalismo liberal ha revitalizado dos utopías fundamentalistas (una reaccionaria y otra revolucionaria) contrapuestas en la dirección (una cree detener el curso de la historia y la otra cree instaurar en cualquier momento un nuevo orden) pero coincidentes en la distorsión (sobrevaloración del factor político en contra de las fuerzas productivas).”

Ciencia, política y felicidad humana. Pp. 78 En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. LA BARBARIE CIVILIZADA. Ensayos filosóficos sobre la cosificación social (1998) (los subrayados son míos, A. M.)

“¿Puede el marxismo reconceptualizado servir de base teórica para un nuevo socialismo humanista y libertario que conduzca al hombre al ideal ilustrado de una vida feliz? Es evidente que la felicidad que se busca para el género humano no es aquella ficción de la sociedad perfecta...”

Ibid., p. 80. (los subrayados son míos, A. M.)

Fracasó tanto el individualismo atomista del liberalismo como el comunitarismo racionalista del socialismo. Ambos tergiversaron la realidad misma y, al hacerlo, no sólo traicionaron el espíritu de la ciencia moderna y la inspiración humanista de su ideario sino que se retrotrayeron arcaicamente al rígido y dogmático pensamiento especulativo. Esto es, la distorsión totalitaria del autoritarismo comunista como del consumismo capitalista y su fracaso en cuanto al ideal de la emancipación humana no sería ningún fin de lo moderno sino la necesidad de replantear el proyecto a partir de nuestra propia realidad. ”

Ibid.,p. 83. (los subrayados son míos, A. M.)

“El papel humanístico de la filosofía es innegable, pues se relaciona con los ideales sociales; gnoseológicamente, explora las posibilidades de la conciencia humana para dominar el mundo y, metodológicamente, explora las posibilidades para materializar en la práctica su saber. Las ideas por sí solas no pueden ejecutar nada pero, a su vez, no hay preeminencia total de la praxis sobre la teoría,. Así, la filosofía puede contribuir a replantear los términos que lleven a la aplicación de la ciencia y del pensar humanístico al bienestar moral y social del hombre, en conjunción con cambios políticos, educativos y morales. No se trata de convertir a la filosofía en una ancilla liberationis pero toda filosofía tiene una función liberadora sin la cual se descalifica a sí misma en un estéril torremarfilismo tecnicista y anatópico. ”

Ibid., p. 84. (los subrayados son míos, A. M.)

“Este espíritu está tan arraigado y circula en las venas de modo tan inconsciente que incluso hemos conocido profesores de marxismo que impartían su enseñanza obviando por entero el estudio del marxismo heterodoxo y su confrontación con el marxismo ortodoxo. Ello / sólo demuestra que el concepto de conocimiento que dominaba en ellos era el contemplativo, dogmático y especulativo en vez de activo, experimental y crítico. Los dialécticos degeneraron en metafísicos de santo y seña. Y es que la comprobación científica de la verdad impone una pesada carga de responsabilidad en la búsqueda, observación permanente, desarrollo de hipótesis, contrastación y verificación a fondo. Lo verdadero no se inventa en el vacío ni se impone a los individuos particulares sino que brota de lo concreto y específico y persuade con la demostración. Trátese de verdades científicas o humanísticas. ”

Ibid., p. 85 / 86. (los subrayados son míos, A. M.)

“¿Consistirá la tarea intelectual del siglo XXI en el establecimiento definitivo de la revolución científica y del humanismo en el terreno político, moral y social?”

Ibid., p. 86. (los subrayados son míos, A. M.)

“Lo auténticamente moderno está aún por nacer. El problema pendiente aún es moral, social y humano. Y su solución trasciende el dogma neoliberal y seudosocialista. Todo sistema especulativo de verdades sempiternas sólo conduce al dogma y al fanatismo; por lo cual, la revolución del mundo moral y social del hombre sólo es posible desarrollando -filosófica y políticamente- el criterio científico de verdad como proceso: práctica y experimentación opuesta a toda metafísica, teleología y verdad a priori. Es erróneo pensar que el hombre nuevo vaya a surgir de un nuevo catálogo de reglas morales –llámense éstas seculares o laicas-, esta falsa creencia es un rezago de la mentalidad / metafísica que prima aún en el mundo moral. Pero este vivir hipnotizado por leyes supremas y últimas también invade el terreno de la política donde se suele adoptar un lenguaje humanista pero que, en la realidad, las instituciones no han sido hechas para el hombre sino el hombre se halla subordinado a las instituciones.”

Ibid., p. 88 / 89. (los subrayados son míos, A. M.)

“Por tanto, la felicidad humana no depende de la idea que tenga el hombre de sí mismo, como algunos sostienen, sino que depende de la dialéctica misma, de la praxis histórica. Praxis que otrora sufrió el totalitarismo de la religión y, más recientemente, el de la ciencia; y de lo que se trata hoy es de recuperar un nuevo equilibrio entre el pensamiento científico y el pensamiento humanístico.”

Ibid., p. 90. (los subrayados son míos, A. M.)

2000:

“...hay fenómenos superestructurales que se independizan de lo económico...”

En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. Filosofía de la totalidad y Humanismo integral. P. 43. En:HUMANISMO DE LA POSTMODERNIDAD (2000)

Discontinuidad y Asimetría en las el avance de las Estructuras “superiores” e “inferiores”


Pueblo Libre, viernes 14 de Setiembre de 2001





[i] Neohumanismo metafísico postmoderno, p. 6. En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA POSTMODERNIDAD. Lima: IIPCIAL, 2001. (los subrayados son míos, A. M.)
[ii] Ibid., p. 137. (los subrayados son míos, A. M.)
[iii] Ibid., p. 133. (los subrayados son míos, A. M.)
[iv] Ibid., p. 134. (los subrayados son míos, A. M.)
[v] Ibid., p. 137. (los subrayados son míos, A.M.)
[vi] Ibid., p. 137. (los subrayados son míos, A. M.)
[vii] Ibid., p. 138. (los subrayados son míos, A. M.)
[viii] Ibid., p. 138. (los subrayados son míos, A. M.)
[ix] Ibid., p. 138 / 139. (los subrayados son míos, A. M.)
[x] Ibid., p. 139. (los subrayados son míos, A. M.)
[xi] Ibid., p. 139. (los subrayados son míos, A. M.)
[xii] Ibid. p. 140. (los subrayados son míos, A. M.)
[xiii] Ibid. p. 140. (los subrayados son míos, A. M.)
[xiv] Ibid., p. 141. (los subrayados son míos, A. M.)
[xv] Ibid., p. 141. (los subrayados son míos, A. M.)
[xvi] Ibid., p. 141. (los subrayados son míos, A. M.)
[xvii] Ibid., p. 143. (los subrayados son míos, A. M.)
[xviii] Ibid., p. 144. (los subrayados son míos, A. M.)
[xix] Ibid., p. 144. (los subrayados son míos, A. M.)
[xx] Ibid., p. 144. (los subrayados son míos, A. M.)

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