PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE
GUSTAVO FLORES QUELOPANA:
“RACIONALIDAD Y METAFÍSICA
PARA LA POSTMODERNIDAD”
Por: Aurelio Miní Sánchez
REIVINDICACIÓN DE LA LECTURA Y DE LA ESCRITURA
A estas alturas, mi participación en esta
presentación tiene ya visos de “deuda personal”: pues, desde hace ya un buen
tiempo, he venido leyendo con mucha atención las últimas publicaciones del
autor sobre el tema que hoy nos convoca y creo que –con este último libro- hay
ya suficiente material acumulado como para hacer una primera aproximación y
evaluación. Para lo que, al estilo de “Viaje al centro de la tierra”, habrá que
hacer un esfuerzo por captar el núcleo especulativo de sus planteamientos como
nudo entrelazado de un conjunto de temas “centrales”.
Empezaré
diciendo que existe un prejuicio “socializante” según el cual, el “diálogo” es siempre una conversación que pre-supone un
“encuentro” en persona que debe desembocar necesariamente en “con-frontación”,
en una “lucha de posiciones” que tiene como último fin el que “gane” la
posición propia y que la posición contraria quede “derrotada” en
público. El único problema de esta dinámica “polémica” es que
-generalmente- termina convertida en una una “guerrita” en la que nadie parece
tener interés en “escuchar” propiamente -es decir, atentamente- a la otra posición a ver si en ella hay algo
que “venga al caso”, algo que “tenga que ver” con el asunto. Es decir, a nadie
le interesa verdaderamente el tema
más que como un pretexto, como una
“arena” de coliseo romano en donde dejar claramente establecida la validez de
su “opinión” y la indigencia de la ajena.
Así
es como -influenciado por procedimientos y objetivos ideológicos- el debate
-que debería ser de ideas - empieza a “de-valuarse” hasta quedar convertido en
una mera “discusión” de opiniones personales enunciadas a la manera
“revelaciones” para los están ya “iniciados” en los “misterios”; “discurso” en
el que se da por supuesta una “sin-tonía” mística con el auditorio y la
ex-posición termina siendo una enumeración de “ejemplos”, una casuística que -aparentemente- demuestra que todo está
tan claro que ya no queda nada por explicar puesto que se pre-supone
gratuitamente un acuerdo previo en la interpretación correcta y “única” de los
hechos que -necesariamente- habrá que “aceptar” bajo pena de quedar moral e
intelectualmente “descalificado”.
En
estos casos, lo único que ocurre es que cada uno de los participantes -que de
antemano se pone una armadura y viene con la intención de “descabezar” al otro-
queda aún más impermeabilizado contra cualquier otro planteamiento que no sea
el suyo. Me parece que esta situación se debe a un falso predominio de
la expresión oral sobre la escrita, de lo colectivo sobre lo individual y de lo
aplicado sobre lo especulativo: Al parecer, cualquiera puede abrir la boca para
expresar sus opiniones sin orden ni concierto y tratar de convencer -usando el
antiguo recurso retórico- más por el “gesto escénico”, por la fuerza de la
impresión de la convicción propia que su “apasionamiento” transmite que por la
coherencia de su razonamiento.
Pero,
puesto que no pretendo ser político –esto es, retórico- ni, mucho
menos, aspirante a gurú de una nueva secta secular, no me interesa usar un
discurso pretendidamente racional para enmascarar mis prejuicios ni apelar a las “pasiones” de la multitud.
Tampoco creo que el pensamiento especulativo sea un asunto “popular” – es
decir, superficial o ligero- o susceptible de ser “popularizado” –es decir,
simplificado y banalizado-: existen cosas que son difíciles y que no todos
pueden alcanzar a menos que se tomen el trabajo necesario para acceder a
ellas.
Desde
un punto de vista especulativo, uno
puede perfectamente entrar en diálogo por
escrito con los pensadores -sea que estén vivos o muertos, presentes o
ausentes- en la medida en que “nos dicen algo” que “viene al caso” de lo
que nos interesa o preocupa de manera que esta ex-posición –lo siento mucho-
está hecha exclusivamente para
aquellos que ya están pensando
seriamente en este asunto y que no lo han descartado fácilmente como una
malintencionada “invención” porque lo consideran realmente existente y, por lo
tanto, relevante. Es por eso que, de un tiempo a esta parte, prefiero leer a
escuchar y prefiero escribir a hablar por la sencilla razón de que esas
actividades pre-suponen –por ambas partes- más trabajo y porque esa mayor
elaboración requiere una mayor inversión de tiempo y esfuerzo que
tienden a evitar la superficialidad en el análisis y el apresuramiento al
momento de emitir conclusiones.
En
la medida en que este trabajo ha sido hecho más para ser leído que escuchado,
lo “excluyente” de esta ponencia se dará sólo en la medida en que nos
auto-excluyamos del tema de que se
trata. Es cierto que nadie está obligado a perder su precioso tiempo -de
acuerdo con los positivistas lógicos- con temas “metafísicos” sobre los que ya
se ha decidido previamente que son tonterías sin sentido (nonsenses) o
palabrería vacía; así que –consecuentemente- no los voy a obligar a escuchar
lo que tengo que decir sobre este libro pero sí invito cordialmente a todos
aquellos que tengan un genuino interés en el pensamiento a leerlo en el
Foro Abierto de la Página Web de la Red Filosófica Peruana.
Para
describir de manera sencilla lo que me propongo hacer en lo que sigue, usaré
una metáfora culinaria: Imaginemos que los tres títulos antes mencionados son
tres pescados que hay que freír para ser servidos con una salsa de escabeche.
Lo primero que hay que hacer para obtener la “carnecita”, será cortar y separar
la cabeza, el espinazo y la cola con el fin de obtener los “filetes”. Por
cierto que este procedimiento hará que “desaparezca” el pescado en su forma
reconocible por todos, pero la “concentración” en lo esencial y la
discriminación de lo secundario hará posible que “despachemos” más rápidamente
todo el asunto; aún así, de todas maneras habrá que tener especial cuidado con
las espinas grandes y pequeñas que podamos encontrar.
Desde
un punto de vista estrictamente especulativo,
me parece que lo “central” de la propuesta de Flores Quelopana es que parte de
la constatación del carácter real y
no ilusorio del problema específicamente occidental de la “Modernidad” y del
lugar del “in-dividuo” dentro de ella; esto quiere decir que, en mi opinión, lo
“rescatable” de su posición es el hecho de que no considere esta realidad
actual como un “pseudo-problema”,
resistiéndose a aceptarlo como fenómeno
realmente existente o, peor aún, negándolo como tal al considerarlo como la
malévola invención de un grupo de conspiradores (al estilo de la conspiración
judía mundial con la que alucinan los arios de la “minoría blanca”): ésa es la
“carnecita”.
Lo
“accesorio” y, por lo tanto, prescindible dentro de este enfoque será, por lo
tanto: la problemática propuesta de una metafísica espiritualista
conjugada con la esperanza de signo cristiano en una “utopía” socialista
impulsada por una concepción de la filosofía como “aplicada”, rezago de su
pasado marxista: con todo esto, que estamos dejando conscientemente de lado,
todavía es posible preparar un “caldo de cabeza” de considerable poder,
“chilcano” que, en la medida de lo posible, evitaremos consumir.
Al
hacer esto, estoy renunciando de entrada a la posibilidad de una exposición
integral del “pensamiento” del autor con la intención de –a través de esta
“infidelidad”- resaltar más bien su contribución al planteamiento del tema de la Modernidad que, a pesar de
reclamar a gritos un cuidadoso tratamiento especulativo estricto, es
sistemáticamente menospreciado, distorsionado y descuidado por causa de
prejuicios ideológicos.
COMENTARIOS
AL TEXTO: “NEOHUMANISMO
METAFÍSICO POSTMODERNO”
Con
ocasión de la presentación del último libro de Gustavo Flores Quelopana: RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA
POSTMODERNIDAD –y, a sugerencia del propio autor- quisiera, a partir del
penúltimo ensayo titulado “Neohumanismo metafísico postmoderno”, remitirme a
otros ensayos del mismo libro y a ensayos de otros dos libros publicados con
anterioridad [LA BARBARIE CIVILIZADA. Ensayos filosóficos sobre la cosificación
social (1998) y HUMANISMO DE LA POSTMODERNIDAD (2000)] siguiendo el hilo
conductor del “eje” conceptual: “Humanismo
y Modernidad”.
Este trabajo no es más que un ejercicio de pensamiento,
un intento de comprensión acompañado de un enjuiciamiento crítico de las
principales propuestas del Libro materia de la presentación a partir de las
propias “intenciones” esbozadas en la “Nota Preliminar” del Comité Editorial,
en la que se nos dice que el Autor:
“... nos ofrece la presente
investigación, cuyos méritos se funden es tres motivaciones: (1) la
crítica de la racionalidad de la civilización tecnológica y del cientismo
filosófico que sacrifica el carácter irremplazable del hombre e impone una
cultura de la increencia sin horizonte trascendente y espiritual, (2) la
crítica de la metafísica subjetiva de la modernidad y la preconizacióbn
de una metafísica posmoderna realista que sirva de base para la jerarquía
de los valores y posibilite la moralidad misma, y (3) la búsqueda de un modelo
de civilización no represiva, consumista y nihilizadora; lo cual, corre
parejo con la reconstrucción de una nueva racionalidad que él llama 'neohumanismo
metafísico postmoderno'.” [i]
Vamos a tener en cuenta este triple hilo conductor
especialmente en el momento en que mostremos el carácter problemático de los
pre-supuestos especulativos -tanto de la crítica como de la propuesta- y se
hagan patentes las discrepancias entre los propósitos iniciales y los
resultados finales. En lo posible, me atendré a un punto de vista estrictamente
especulativo, libre de la contaminación de los pre-juicios que propugnan la
“necesidad” de que la filosofía sea necesariamente “aplicada” a la búsqueda de
“soluciones” o “alternativas”. Con la ventaja que da la concentración en lo
esencial y el apartamiento de lo secundario, intentaré mostrar algunos de los
principales “cruces” que pueden llegar a convertirse en “corto-circuitos” en
esta “instalación”.
Como tendrán ocasión de apreciar, si llegan a hacer
el esfuerzo que se requiere, “descender” hasta el texto y los problemas que
plantea -esto es, “tomarlo en serio”- no significa necesariamente “estar de
acuerdo” y, menos aún, ser “complaciente” con los puntos que ameritan crítica
pero tampoco impedirá reconocer todo aquello que corresponda a la realidad de
los hechos y que, por eso mismo, no puede ser dejado de lado por el simple
decreto voluntarista de no aceptarlos como válidos.
1.
PRECISIÓN TERMINOLÓGICA: MODERNIDAD “INICIAL”, “INTERMEDIA” Y “TARDÍA”
“El
humanismo secular ateo y materialista constituye el humanismo dominante y
característico del mundo contemporáneo, mundo contemporáneo en el que se
entrecruzan las vertientes históricas de la modernidad tardía y la postmodernidad.”
[ii]
Confieso
que siempre he tenido dificultades no con el concepto -que me
parece constatar una realidad susceptible de ser descrita
fenomenológicamente- sino con el término Post-Modernidad que me parece apresurado y excesivo para dar cuenta
de un evento histórico (geschichtliche
Er-eignis) que ha llegado a
“aclararse” apenas hace 200 años pues me parece que no se puede decir nada de-fin-itivo acerca de él porque es un evento que aún está “en curso”.
Muchas de las interminables discusiones “bizantinas” acerca de cómo es posible
que en algunas partes haya terminado ya lo que en otras aún no empieza, son el
indeseable resultado de esta exageración terminológica; razón por la cual, voy
a renunciar de entrada a utilizarlo y -más bien- me replegaré cautamente al uso
del sustantivo Modernidad complementado con el adjetivo: “intermedia”; dejando abierta así la
posibilidad de que alguien utilice el adjetivo “tardía” si llega a creerlo necesario aunque, de entrada, tomo
saludable distancia también de los esquemas triádicos sean éstos
“trinitarios” o “dialécticos”. Pues lo único que parece estar claro es que
estamos es la “segunda fase” de un fenómeno pendular que, sin romper del todo
con los presupuestos del movimiento anterior introduce una “resaca” dentro de
la “ola” creando “remolinos” y “turbulencias” que nos dan como resultado
la actual apariencia de “confusión”.
2. MODERNIDAD “INTERMEDIA”: ÉPOCA DE LA TECNO-LÓGICA DEVENIDA MUNDO-VISIÓN
“PLANETARIA”.
El texto tiene una estructura del tipo:
“síntoma-diagnóstico-receta”. Desde ahora aviso que me voy a concentrar en
resaltar lo central que es el diagnóstico de la Actualidad considerada como producto del desenvolvimiento
histórico (geschichtliche Ent-falt-ung) -esto es,
ideológico-material- de una socio-cultura particular conocida como
“occidental”. El texto parte de la constatación de una situación
considerada como negativa desde un punto de vista determinado:
“El
hombre de la cultura técnica no es inmoral sino amoral, anético, porque se
conduce valorando a los demás seres humanos con el mismo criterio con
que valoramos a las máquinas, apreciándolos según la utilidad que reportan a la sociedad.” [iii]
Efectivamente,
la utilidad parece ser el único
criterio universalmente imperante proveniente de la moderna “razón instrumental”,
común por igual a “utópicos” e
“integrados”: lo principal son los fines, una vez que los fines
(cualquiera que éstos sean) están claros, no debe haber nada que se
interponga entre nosotros y su realización; lo cual, implica utilizar todos
los medios a nuestro alcance juzgándolos única -o al menos,
principalmente- desde el punto de vista -inmanente al eje central e hilo
conductor: “medio-fin”- de su eficacia, de su efectividad para hacer
realidad nuestros “sueños”. Esta clara idea
-que nuestros prejuicios aún nos impiden aceptar abiertamente como parte
integrante de la realidad política a pesar de que hace ya mucho forma parte
central de la “praxis” política moderna y contemporánea de “reaccionarios” y
“revolucionarios” por igual- es el vergonzante legado de Maquiavelo, uno de los pensadores que -junto con Galileo y
Copérnico en el ámbito de lo físico y más tarde Darwin en el ámbito de lo
biológico- abre la Modernidad a la
posibilidad de una moderna “ciencia” de lo político aún por delinear con
un discurso que desmitifica los “motivos del lobo” y desenmascara las coartadas
altruistas con las que tradicionalmente se ha enmascarado retóricamente la Política
Real desde que fue fundada en Grecia por los Sofistas, transmitida a
todo el mundo mediterráneo antiguo por el Helenismo alejandrino y cuyos
alumnos más aplicados fueron los Romanos que nos legaron -a través del modelo
del así llamado “Estado Vaticano” -que ahora no es más que un cascarón vacío-
las líneas básicas de lo que recién a partir del siglo XIX en Europa
será nuestro actual concepto de Estado-Nación convertido en ideal “planetario”
en la medida en que, por primera vez, el “mundo” conocido coincide
geográficamente con el “planeta”, situación verdaderamente inédita y “digna de
ser pensada” (denkwürdig) por quien
aspire a ser pensador (Denker).
Todo
lo cual tal vez explique las razones por las que –siguiendo esta tendencia
de la civilización occidental, resultado innegable de todo este
desenvolvimiento previo- en el siglo XX se llegó a una rabiosa “Estadolatría”:
a una orto-doxia y a una orto-praxis cuasi-religiosas –apoyadas,
paradójicamente, sobre bases “científicas”- que postulaban al Estado como
remedio “universal”, esto es, “católico”.
“Lo
que está destruyendo a la civilización contemporánea no es en sí
mismo la ciencia que debe seguir desarrollándose para bien
de la humanidad, es más bien esa mentalidad pragmática y utilitarista
que vuelve incomprensible la Otredad. Toda relación humana se vuelve
impersonal, se convierte en una relación de medios.” [iv]
Me
parece que es ambiguo -o, por lo menos, problemático- hablar de una
“destrucción” de la civilización considerada en un sentido negativo dentro de
un contexto “decadente” por definición como es el de “Occidente”, cuya paradójica
marcha “progresiva” parece hasta ahora haber sido básicamente “destructiva” (y
tampoco parecen haber indicios de que esta tendencia se revierta, al menos
dentro del actual “sistema de cosas”, como suelen decir apocalípticamente los
“Testigos de Jehová”); a diferencia de la trayectoria de otras civilizaciones
menos “destructivas” pero también menos “progresivas”. Lo que muestra que no se
termina de aceptar -por prejuicios lógicos y “éticos” provenientes de esquemas
conceptuales pre-modernos- el carácter paradójico de nuestra
civilización en el que el “progreso”, el “avance” o la marcha “hacia adelante”
es directamente proporcional a la “destrucción”, abandono y readaptación
o reconversión de lo ya “existente” considerado como “herencia” recibida por
parte de una tradición que –luego de un inicial
período de “resistencia”- tiene que ser finalmente abandonada de manera
primero parcial y luego total configurando así una clara tendencia a la
“uni-dimensionalidad” civilizatoria ya anotada por pensadores como Marcuse.
La
Tecno-Ciencia Moderna es
parte de esta paradójica marcha “destructivo-constructiva” de “Occidente” y la
“mentalidad pragmática y utilitarista” constituye el origen, el núcleo y
el motor de una “ciencia” que, en tanto antónoma, no está dispuesta –en
principio- a admitir directivas ideológicas (religiosas o políticas) exteriores
al criterio de “máxima eficacia” con tendencia a la exclusión de cualquier otra
consideración por la sencilla razón de que la relación que se establece entre
el medio y el fin en función del máximo rendimiento es la de una lógica
inmanente con tendencia a la cerrazón y la exclusión que termina “sellándose”
herméticamente contra las intervenciones “exteriores”. Dentro de este esquema
de “Primacía del Medio” la aludida “reducción a ser-medio” se convierte –en
todos los campos de la praxis- en el procedimiento “normal” (en el doble
sentido de “natural” y “normativo”).
En
lo que refiere a los “fines”, a estas alturas yo también -¿por qué no?- diré
una perogrullada: el “bien de la humanidad” -considerado como un fin- no
es algo que pueda ser determinado “científicamente” por la “Ciencia” de acuerdo
con la constitución especulativa de
la Tecno-Ciencia moderna instaurada
por Kant en la “Crítica de la Razón Pura”, según la cual, el “Reino de los Fines”
queda, por definición, fuera del
campo de los fenómenos y, por lo tanto, fuera
de la “Ciencia” entendida “a la moderna”. El “bien de la humanidad”
-considerado como un “fin” deseable- es algo que se postula anterioridad y exterioridad a la Tecno-Ciencia a partir
de criterios religiosos, políticos y estéticos que no son necesariamente
“utilitarios”, es decir, “científicos” y que se le “imponen” como tarea a una
“ciencia” considerada de manera “natural” y aproblemática como “medio” para
lograr otros fines distintos de los
que la Tecno-Ciencia misma ya tiene;
con lo que entramos en la “boca del lobo” de uno de los problemas menos
aparentes pero especulativamente más decisivos de la Modernidad:
¿En
que medida la “Ciencia” –entendida “modernamente”, esto es, como Tecno-Ciencia-
puede “servir”, esto es, “ser útil” para lograr fines distintos a los que ella
misma ya tiene?, esto es, ¿En qué medida cualquier consecución de fines que
adopte a la Tecno-Ciencia como “instrumento” -esto es, imponiéndole arbitrariamente
fines exteriores y decididos previamente- está destinada a ser “distorsionada”
y “desviada” de su trayectoria por la presión interior de los fines propios de la Tecno-Ciencia
aparentemente inerte? ¿En qué medida la Modernidad “realmente existente” es un
vector resultante de la aplicación de dos fuerzas: por un lado, la presión
voluntarista del Sujeto moderno para imponer fines “trascendentes” a la Tecno-Ciencia y, por
otro, los propios fines inmanentes de ésta, sistemáticamente negados por
aquél?
3. EL HUMANISMO
“MODERNO”, PROCESO DE ILUSTRACIÓN Y SECULARIZACIÓN, CULMINA EN EL ATEÍSMO,
ÚLTIMA FASE DEL HUMANISMO.
El
humanismo “moderno”, la “época” del “ser humano” en tanto “individuo”, tiene su
expresión más acabada en el así llamado “ateísmo”. El Ateísmo -hasta ahora
última fase del Humanismo “Moderno”, entendido como un proceso de
secularización de “lenta duración”- es uno de los fenómenos más característicos
de la civilización occidental en el actual estadio de su desenvolvimiento:
“Podemos
distinguir -entre los variopintos ateísmos- al ateísmo neurótico, cuya represión de lo religioso da
lugar a la neurosis y, por el contrario, confirma que -en estos casos- lo
religioso es parte de la salud psíquica, el ateísmo racionalista,
que racionaliza la vida afectiva y cree en la absoluta autonomía de la razón,
el ateísmo existencialista, con su característico rechazo mórbido de lo
religioso que deriva hacia un amoralismo y un escepticismo, el ateísmo ético,
que propone un ideal moral bastante elevado derivando hacia un nihilismo que
niega todo valor, y el ateísmo práctico del creyente, que acepta la
existencia de Dios pero su conducta es sórdida, materialista y supersticiosa.
En suma, existirían tres formas de ateísmo, a saber, el neurótico,
el teorético y el práctico. Los teoréticos oponen un ideal
antropológico o político o derivan hacia el nihilismo, y el práctico
típicamente del creyente de conducta inconsecuente.” [v]
La
“lógica” de este ateísmo neurótico es la que ha llevado in-conscientemente a las
diversas Ideo-lógicas fundamentalistas políticas “racional y científicamente
fundadas” que han imperado en el siglo XX: es decir, a la debacle de los mitos
religiosos tradicionales que cumplían un claro rol “regulador” se “responde”
con la propuesta de mitos racionales “construidos” voluntarístamente con el fin
de que reemplacen en sus funciones a
los anteriores y que son opuestos a ellos de manera maniquea con la coartada de
que los mitos “racionales” son los mitos “buenos” destinados a vencer y a imperar
y los “religiosos” son los mitos “malos” destinados a ser vencidos y a
desaparecer en función de un “progreso” que lleva necesariamente “del Mito al
Logos”, de la Fantasía a la Razón entendida, al decir de Freud, como “el fin de
las ilusiones” infantiles y el paso a la madurez del adulto consciente y, por
lo tanto, “dueño de sí mismo”.
“El
ateísmo neurótico demuestra –contra lo afirmado por Freud pero no
contra el psicoanálisis mismo- que lo religioso es una necesidad
psíquica del hombre sano, que el hombre no es sólo impulsividad
inconsciente sino también espiritualidad inconsciente, y en ella se
descubre una religiosidad raigal que implica la presencia ignorada de
Dios.” [vi]
Efectivamente,
cuando Jung plantea a lo religioso
como una necesidad psíquica “no prescindible” (y cuya negación puede originar
trastornos neuróticos individuales o colectivos análogos a los de la represión
de cualquier otra “pulsión” psíquica) lo hace dentro de los límites
establecidos por Kant a la “Ciencia”
Moderna, esto es, negándose tajantemente a dar el “salto mortal”
onto-teo-lógico, teo-metafísico, de la física a la meta-física: por principio y
por método debemos decir que la constatación del fenómeno religioso no puede
arrastrarnos a afirmar la “existencia” de “entes” espirituales (como, por
ejemplo, ángeles o demonios) porque, de hacerlo, dejamos automáticamente el
ámbito de lo fenoménico-científico y pasamos a la esfera de lo nouménico-teológico.
Éste es el pre-supuesto fundamental de la disciplina moderna llamada Fenomenología
de la Religión, Religiones Comparadas o “Ciencia de la Religión”
(Religionswissenschaft).
La
Teología está fuera del campo de los fenómenos, esto es, fuera del campo de la
Tecno-Ciencia. Al margen de nuestras creencias, aquellos que asumimos como herencia
el “programa” de la Ilustración Moderna estamos obligados a ser agnósticos,
esto es, a no pronunciarnos acerca de la existencia o inexistencia
metafísica de seres trascendentes del tipo “Dios”, “Diablo”, “ángeles” o
“demonios”. La “trascendencia” tiene que ver más bien con el efecto
–fenomenológicamente constatable- de algunas “ideas” que aún siendo
“no-materiales” tienen un impacto sobre la realidad.
“El
racionalismo crítico ha insistido en que el hombre no puede vivir sin un
fondo de irracionalismo (...). Por nuestra parte, pensamos que
-justamente- este fondo irracional de la razón es su más rica posesión y
da sentido a las certidumbres metafísicas, éticas y estéticas.” [vii]
Efectivamente,
un racionalismo consciente de sus propios límites como el moderno
planteado por Kant tiene que re-conocer y aceptar lo que está fuera de sus
límites de allí que, tal como estamos viendo, la In-superabilidad del Mito como
“base” nos lleva a la necesidad de “crear” o “construir” mitos “racionales”
para poder reemplazar a los “religiosos” que han dejado de “servir” para crear
“cosmos” en el “caos” de lo político a través de la “columna vertebral” que
-para una sociedad- constituye una “escala de valores”.
En
lo que toca al tema del sentido del conocimiento me remito a los
análisis fenomenológicos de Heidegger en “Ser y Tiempo” en los que muestra el
carácter derivado del “conocimiento” a partir del esquema abstracto
“Sujeto-Objeto”, posterior a una original “situación” concreta en
un “mundo” en el que ya nos encontramos
y que “comprendemos” de manera no-teorética mucho antes o al margen de que
nuestra “relación” con este mundo -del que somos parte y que es parte de
nosotros- sea una relación “de conocimiento”.
“En
otros términos, el verdadero humanismo no puede estar en una teoría del hombre
que siga otorgando el predominio unilateral a la Razón sino que debe
basarse en la coordinación de su razón, emoción, sentimiento e instinto.
Cualquier predominio unilateral es peligroso. La modernidad se manifestó como
la tiranía de la Razón y desembocó en razón instrumental, la
postmodernidad amenaza con la tiranía de lo instintivo, ninguna de ellas
es garantía de superación de la crisis de la Razón. Se requiere de un
postmodernismo crítico que sea capaz de realizar la síntesis entre
razón, instinto, emoción y sentimiento. Sólo una superación dialéctica
sería capaz de realizar esto plasmándolo en una nueva teoría de la razón
y de la experiencia humana. El no haberlo hecho ha contribuido a la
corrupción lógica del hombre actual, el cual ya no dialoga: más bien se sume en
el caos alógico del slogan de masas y de las máquinas que destilan un homo videns despersonalizado y
funcional. ” [viii]
Imperio
de la “Consigna”, (“líneas” dentro de un partido ) nos lleva a un resultado
paradójico: a la renuncia “racional” a la Razón.
4.
PUESTO DEL “SER HUMANO” EN TANTO “INDIVIDUO” EN LA MODERNIDAD “INTERMEDIA”:
PROBLEMA ESPECÍFICO DEL “OCCIDENTE” PLANETARIZADO.
“Los
excesos inmanentistas y positivistas del humanismo secular tan
característicos de la modernidad en crisis se reflejan en el ateísmo
actual que destila una hemorragia de subjetividad que mitologiza a la
humanidad y que culmina reemplazando lo Absoluto trascendente por
una nihilista multiplicidad de mónadas. Aquí es palpable la necesidad de
/ abandonar el modelo del para mí que
exagera el papel de lo racional para reconocer la importancia de la
afectividad, el sentimiento y lo instintivo y ver desde ahí que el hombre es un
ser con vocación de trascendencia” [ix]
A partir de la Modernidad, tanto el “individualismo” como el “colectivismo”
son las versiones extremas de la Subjetividad
considerada como fundamento metafísico inmanente común tanto al
Liberalismo como a su opuesto “dialéctico”: el Socialismo. Efectivamente, el
Absoluto trascendente de la metafísica antigua ha sido asumido por la
onto-teo-lógica que sirve de base especulativa a la ideo-lógica del
Cristianismo, base en la cual, se han sedimentado como “capas” o “estratos” las
anteriores oposiciones “dialécticas” entre el Bien y el Mal como principios
metafísicamente trascendentes del Zoroastrismo y el Dualismo platónico entre
Razón y Pasión reinterpretado gnósticamente en términos de la oposición entre
cuerpo material (pasional) y alma espiritual (racional) [pneumáticos y X] entendido
amante como y ha sido reemplazado en la
Modernidad –como queda meridianamente claro a partir de la idea del Sujeto
“absoluto” de Hegel- por un Absoluto
inmanente.
Trascendencia: Kant: El pensamiento lineal-progresivo con su rígido esquema
de “Mito reemplazado por la Razón” no está en capacidad de reconocer el
fenómeno contemporáneo del planteamiento de nuevos Mitos por parte de la misma
Razón supuestamente encargada de “superarlos dialécticamente” dinámica que
queda tan bien camuflada bajo la “consigna” dogmática de “racionalidad” y
“cientificidad” que enmascara y convierte a la Historia que se genera a partir
de allí en un carnaval trágico.
Algo
a lo que el “materialismo dialéctico” jamás llegará porque se lo impiden sus
prejuicios metafísicos materialistas que ven al “idealismo” como la más grave
de todas las herejías: una Teoría o, aún mejor, una Fenomenología de las
Ideologías a partir de algo elemental: la realidad de las ideas.
“Pero,
ésta sana necesidad humana por
lo trascendente se desvía hacia el ocultismo y el esoterismo. El retorno
al paganismo es una constante de la cultura occidental cuyos vasos
comunicantes con el Oriente son históricos e innegables. De allí que el racionalismo de la modernidad
tuvo que coexistir con manifestaciones no sólo religiosas sino también
esotéricas que se constituía en tradición cultural no hegemónica. En la
actualidad postmoderna es impresionante la cantidad de astrólogos y pitonisos
que inundan especialmente los países del primer mundo. El retorno de los nuevos
cultos está asociado con la crisis de la Razón y la búsqueda
angustiada de soluciones mesiánicas y carismáticas en épocas de
decadencia espiritual y moral. La sed de Dios de la Edad Media fue sustituída
por la sed de las grandes utopías sociales de la Modernidad y, tras el desencanto
producido por éstas, es reemplazada por la sed en lo insólito e increíble de lo
postmodernno.” [x]
“New
Age” (Nueva Era) – Sectas “destructivas” – Sincretismos – Cultos Seculares -
Divinización
de las Utopías y de los sujetos colectivos e individuales encargados de
real-izarlas –
Aceleración
del Des-encanto: Dinámica propia de las Ideo-lógicas: Cristianismo - Comunismo
“Pero,
si existe una nota comun entre
los diversos ateísmos, es el de conducirse como si no existiese una realidad
trascendente de lo empírico y material. Y ésta nota está relacionada con su
peculiar nexo con lo afectivo. Así,
el ateísmo racionalista lo racionaliza, el existencialista lo rechaza,
el ateísmo ético lo sublima, el ateísmo marxista lo somete y el
ateísmo práctico del creyente lo ritualiza. Es como si el fracaso de
la civilización moderna se expresara en la desintegración de la
racionalidad humanística que depositó todas sus esperanzas en el uso
unilateral de la razón. En realidad, cuestionar este elemento
central del humanismo secular no significa defender necesariamente un antihumanismo
ni acabar con la fe en el hombre; más bien, deberíamos preguntarnos hasta qué
punto este humanismo antropocéntrico es cómplice de la creciente deshumanización
de la sociedad actual. La desintegración de la racionalidad humanística
se manifiesta mejor en que el antropocentrismo degeneró en antropotecnia
o arte de la manipulación humana que va paulatinamente sustituyendo a la
verdadera antropología. Por ello, es necesario insistir en que la
reestructuración humanista es reeestructuración del logos humano.” [xi]
Kant:
Trascendencia
Evasión
secular
¿Qué significa “fracaso” dentro del proceso de una “civilización”?
NO
al Maniqueísmo “dialéctico”
Paradoja:
humanismo antropocéntrico - deshumanización
Antropotecnia:
¿“Modernización” de la antigua Retórica?
¿Qué
es “logos”? Por fin una pregunta verdaderamente “filosófica”
5.
ETAPAS DEL PROCESO DE ILUSTRACIÓN Y SECULARIZACIÓN EN EL HUMANISMO “MODERNO”
“La
desintegración de la racionalidad humanística tiene tres etapas: el humanismo prometeico del Renacimiento
que, tras el redescubrimiento de los logros artísticos, científicos y
filosóficos de Grecia y Roma, produjo la reafirmación de la importancia
del hombre ante Dios; el humanismo
fáustico de la Ilustración, con sus más significativos escritores,
científicos y artistas que simbolizan al hombre que se lanza a la conquista
del mundo y se siente tan igual y hasta con más poder que la
propia divinidad; y el humanismo
luciferino de la Revolución Industrial que convierte al hombre en un
dios inmanente, que se basta a sí mismo y que, muy lejos de
sentirse ligado a la divinidad, niega la divinidad misma y pisotea lo
humano, su antropocentrismo simboliza al hombre que se adueña del
mundo pero que se pierde así mismo. Pero la racionalidad humanística
-que tantas esperanzas había despertado con sus ideales de libertad,
fraternidad e igualdad- se pervirtió en racionalidad opresiva del
hombre mismo, el antropocentrismo objetivista, inmanetista, secularista y
naturalista vació al hombre de todo sentido, lo anemizó
espiritusalmente y lo expuso al desvarío moral de una cultura horizontal
sin trascendencia. ” [xii]
Efectivamente,
verdadero “problema” -
Un
Dios sólo puede ser destronado por otro, sea que tenga o no “conciencia” del
papel que está jugando
Un
esclarecimiento de la relación entre las nociones modernas de “Sujeto” e
“In-dividuo” tendría que resaltar
el
carácter del in-dividuo moderno, fundado en el
“autosuficiente” cogito
cartesiano, autosuficiencia que llevará más tarde a las ideas de “libre examen”
de la Reforma y a las ideas de la ilustrada “Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano” del individuo definido curiosamente en los mismos
términos que el Estado (esto es, en términos de soberanía e independencia) y
que desembocan en la actual noción de “Derechos Humanos” y que forman parte
“natural” de la mundo-visión contemporánea
¿hasta qué punto no es una Traducción al
lenguaje secular del “programa” del judeo-cristianismo: conquista del mundo
(Gén. ), libertad, igualdad, fraternidad y hasta el vagamente de-sacralizado
concepto actual de “solidaridad”?
6.
FUNDAMENTALISMO(S):
ALIENACIÓN PSÍQUICA DE LA “POST”-MODERNIDAD
Modernidad: “Alienación”
especulativa, religiosa, económica y política
Alienación
“especulativa” en Hegel: Siguiendo
la consigna: “la Sustancia se vuelve Sujeto”, en el “Sistema” esbozado por
primera vez en la “Fenomenología del Espíritu” se introduce la novedad moderna
de la “conciencia de sí” (el “ego cogito” cartesiano) en la metafísica
clásica-escolástica llega -a través de una serie de “desconocimientos”- a la
noción de Sujeto “absoluto”, en la medida en que la Realidad misma en su
totalidad adquiere conciencia y, con ello, conquista o “construye” su
auto-fundamentación en términos clásicos (recuérdese la definición aristotélica
de Dios) incluyendo ahora el tema central de la “experiencia”.
Alienación
“religiosa” en Feuerbach: Dios es
una proyección de las mejores cualidades del Hombre encarnadas en una
Super-Persona a la que se le atribuye una existencia metafísica y que, en
virtud de una mitología dogmática, pasa por ser no sólo el creador del sujeto
humano que lo ideó sino de todo lo existente; co lo que se consuma la
“alienación”, la “en-ajenación” esto es, la atribución de las propias
cualidades a otro y la posterior subordinación a esto que es concebido
como “extraño” a pesar de que, en el fondo, es una expresión de lo propio.
Alienación
“económica” en Marx:
el Hombre expresa su esencia de manera “práctica” a través del trabajo. En la
medida que alguien se apropia de ese trabajo, está robando la “esencia” del
hombre. Y, en la medida en que por definición el capital es “trabajo
acumulado”, el Hombre queda en-ajenado, alienado y a merced del poder que él
mismo ha contribuído a “crear” pero que ahora –como algo que le es extraño- lo
esclaviza. Esta Alienación, este “robo del alma”, es visto como una “posesión”
demoníaca llevada a cabo por el irracional afán de riqueza. El dinero es el
“mal” personificado, el “diablo” que
requiere de un poderoso “exorcismo” llamado “Revolución” que, como cualquier
“milagro” que se respete, sigue la lógica de lo “imposible”...
Esta alienación económica lleva
irremediablemente a una alienación política: En la medida en que las
condiciones económicas de producción (infra-estructura) determinan la
concepción política (super-estructura), la ideo-logía dominante en una sociedad
es siempre la de la clase dominante (la que tiene el poder sobre los medios de
producción).
“POST”-Modernidad: Alienación
política, psíquica y psiquiátrica (fundamentalismos)
La
actual Alienación “política” como proyección invertida, asegura el
equilibrio psíquico individual y colectivo. Para la actual alienación
“psíquica”: lo real
es lo que se piensa, imagina o desea con pasión –y, por eso mismo, susceptible de ser real-izable-; no lo despreciado realmente existente que, en
realidad, no merece existir.
Se
pierde la relación “medio-fin” propia de la política: lo des-proporcionado
(des-quiciado) de las actuales acciones “políticas”, es que no se dirigen a la
consecusión de objetivos propiamente políticos -es decir, realmente alcanzables
en la realidad- sino metafísicos. Se proponen “cambiar el mundo”, son
apocalípticos en el sentido en que la realidad tiene para ellos un carácter
esencialmente “corrupto”, “prostituido”, “babilónico” que debe ser destruido
para dar paso a una realidad “transfigurada”, de inocente pureza finalmente
recuperada.
Por
eso reemplazan a la realidad por la “visión” (Ap. 21:1-5) de un mundo absolutamente distinto del realmente existente en el que este
puritanismo “metafísico” se real-iza como puritanismo político dentro de una concepción
sustancial maniquea: los “Hijos de la Luz” serán siempre inocentes y “puros”,
hagan lo que hagan; así, su muerte sea por el martirio o en “guerra santa”
(¿hay alguna diferencia?) nunca se lamentará lo suficiente. Por otro lado, los
“Hijos de la Oscuridad” serán siempre culpables y “corruptos”, hagan lo que
hagan; así, su muerte como parte de la “acción” nunca será lamentable. A menos
que se arrepientan de sus “errores” –es decir, de lo que son- y se “arrepientan” y se “conviertan” .
Alienación “psíquica”: Negación
voluntarista, no dialéctica: no es necesario que exista realmente algo opuesto:
basta que yo piense que existe o que es posible una realidad distinta a la realmente existente para que ésta
última quede “negada” en la medida en que la idea que está en mi mente es
considerada fuente de una nueva praxis moral y política
Marxismo Moderno: La Política se vuelve “Religión”, ¿Cristianización de la
Política?
“Sendero
Luminoso” = ¿Avanzadilla “Post”-Moderna ANTES de la Caída del Muro?
¿Marxismo
Post-moderno?, ¿La Religión se vuelve “Política”?, ¿Musulmanización de la Política?
Modernidad
= Clara distinción entre los campos:
Política
(Racional) Religión
(Irracional):
Post-Modernidad
= Confusión racionalmente “fundamentada”
Retorno
al elemento “semita” que forma parte de la base de nuestra civilización:
“Derecha”
política Fundamentalismo
(Literalismo) Católico, Protestante
“Izquierda”
política Fundamentalismo
(Literalismo) Judío, Musulmán
No es sólo que surjan movimientos irracionales, lo
más sorprendente es que la racionalidad de la ciencia se proponga “conscientemente”
como “programa” la subordinación a la irracionalidad de la religión y termine
justificando racionalmente la irracionalidad sólo porque ésta aparece como
“funcional” dentro del esquema de sus particulares creencias políticas.
Paradójicamente, los cientificistas muestran una culpable voluntad se
auto-sometimiento -y hasta de auto-aniquilamiento- a manos de los fanáticos
religiosos irracionalistas a quienes consideran “superiores” por su disposición
al martirio que es visto como “consecuencia” con su “pensamiento”.
Post-Modernidad
=
Auto-Aniquilación
de la Política: Teo-cracia (Fundamentalismo)
Negación
de la Religión: U-topía
Paradoja:
Tendencia hacia el fundamentalismo religioso reaccionario como alternativa
“política” –y, a veces, especulativa- progresista
Búsqueda
de la “pureza” in-contaminada a través de in-dispensables “baños de sangre”
El
elemento “judío” del Cristianismo es visto como lo propiamente “revolucionario”
y “progresista”
El
elemento “profético” del Marxismo puesto en conección con el elemento
“profético” del Judaísmo presente en el Antiguo Testamento dando como resultado
la Teología de la “Liberación”
7. “AN-ÉTICA” DEL
HUMANISMO “MODERNO”: RESULTADO “REALMENTE EXISTENTE” DE LA VICTORIA DE LA
CONCEPCIÓN DE “CIENCIA” MODERNA SOBRE LA CONCEPCIÓN DE “CIENCIA”ANTIGUA Y
SUPERVIVENCIA ILUSORIA Y DES-FASADA DE ESTE ANTAGONISMO A NIVEL DEL DISCURSO
IDEO-LÓGICO COMO CONFLICTO PRESUNTAMENTE “NO RESUELTO”
“Ahora
bien, una de las características más
evidentes de la desintegración de la racionalidad humanística es
la contradicción existente entre la esencia misma de la ciencia y la tecnología
y la esencia de la cultura. La ciencia y la tecnología tienen como ideal la supresión
de todo punto de vista particular, su idea de conocimiento objetivo
prescribe la desvinculación con todo aquello que no dependa del control
racional. La cultura -por el contrario- tiene como ideal una interpretación
que permite que el ser humano se encuentre en el mundo y a sí mismo como ser
humano, debe ofrecer un arraigo y unos fines, debe permitirle orientarse
individual y colectivamente. Por ello, mientras la cultura arraiga, la ciencia
ofrece un distanciamiento. Lo ético va más lejos de la ontología formal
objetivista para recoger en sí las particularidades de las existencias en la
búsqueda de una realización efectiva de la libertad. La relación originaria
con el ser no se consigue mediante la totalidad objetiva de la ciencia
y tecnología que es un encuentro con lo
Otro sino mediante lo ético como la dimensión de la ontología vital
y del encuentro con el Otro. La ciencia
está basada en una relación de objetividad y divorciado de lo ético
que es una relación de subjetividad.” [xiii]
Contraposición
maniquea entre lo “Científico” (di-solvente, des-integrador) y lo “Humanístico”
(uni-ficante, integrador):
Ciencia
antigua:
Esquema
unitarista: Predominio de lo público (político) sobre lo privado que
prácticamente no existe, al menos en teoría.
Ciencia
Moderna: Tecno-Ciencia
Resultado
de 10 siglos de Cristianismo: introducción del concepto de “persona”:
surgimiento del “fuero interno” definido en términos “estatales” de soberanía
irrestricta
“La
cultura está llamada a sacar de la ciencia y de la técnica
los conocimientos y los instrumentos más eficaces en los que
podrá apoyarse pero debe recuperar el protagonismo proporcionado por un ideal,
que le hace poner en movimiento, y unas finalidades, como medios para
alcanzar las nuevas exigencias constitutivas. Por ejemplo, la cultura cristiana
medieval proporcionó un ideal universal a la cultura occidental.
Pero hoy vivimos en medio de una cultura utilitarista y del pragmatismo
amoral destilada pasivamente de la dinámica de la racionalidad
científico-técnica. La cultura contemporánea ya no es cristiana sino es la
más secularista que haya existido nunca. Aunque para ser justos, el afán
de lucro desmedido y desconsiderado del gigantesco capitalismo que alienta
a la humanidad moderna no se deriva únicamente de la técnica moderna sino
también de la institución de la Bolsa, nacida del espíritu judío, del debilitamiento
del sentimiento religioso en los pueblos cristianos, y el aflojamiento
acelerado de la moral y de las buenas costumbres. ” [xiv]
Cómo
utilizar “eficazmente” a la Tecno-Ciencia para fines distintos a los que ella
misma ya tiene?
Escapismo
Edad Media-Estado Proletario, Tomismo-Stalinismo,
Edad
Media Acelerada Reemplazar “religioso” por “revolucionario” y tendremos un
aproximado del discurso
Carácter
problemático de la Tecno-Ciencia como “instrumento” para otros fines distintos
de los de ella considerados ”superiores”
“Si
-en los años treinta- los Nacionalismos reaccionarios con sus ideales
autárquicos y el Comunismo con sus ideales cosmopolitas de revolución
mundial de solidaridad internacional de los trabajadores,
representaron el intento de deshacer la síntesis medieval aún
sobreviviente en el debilitado ideal de la cultura cristiana; en la actualidad,
la globalización neoliberal deshace por completo dicho ideal
porque con sus objetivos cosmopolitas de economía mundial y de hegemonía
monopólica de las megaempresas, mediante su imposición supratotalitaria,
culmina a escala global con la subordinación de la cultura a la economía.
” [xv]
subordinación
de la cultura a la economía (técno-lógica)
“La
cultura actual ha perdido su substrato religioso, ha achatado su
universo moral y ha vaciado al hombre en un inmanentismo
naturalista y horizontal. La cultura de hoy -con la ciencia- ha ganado
en extensión pero ha perdido profundidad. Pareciera que el hombre
necesitara vivir religiosamente lo profano para que no se le agoste el
alma. El no hacerlo ha conspirado contra su propio ser dotado no sólo de
razón sino también de sentimiento, emoción e instinto. La cultura
de la increencia puede hacer a la civilización más operativa, eficaz
y funcional pero no más humana, porque los principios economicistas
son útiles para las máquinas pero no para los hombre. No se trata de alentar un
ideal cultural opuesto a la secularización, que lo entendemos como el dominio
legítimo del hombre sobre la naturaleza, sino de estar alertas contra el
secularismo o la cultura horizontal sin trascendencia que mutila la
realidad humana y termina desintegrando al racionalidad humanística.” [xvi]
Secularización
– ¿sacralización de las ideo-lógicas, después de la de-sacralización de las
religiones tradicionales? ¡oh sorpresa! – Requisitos de la concepción “moderna”
– espiritualismo -
“revoluciones”
en el siglo XX son primariamente “espirituales”, es decir, “religiosas”:
implican un cambio de mentalidad, en la manera de entender el mundo y, al igual
que el cristianismo, oponen a la moral y a las leyes de la sociedad realmente
existente otras leyes y otra moral que corresponden a una sociedad que, al
menos inicialmente, no existe más que en sus cabezas, esto es como “ideal”. Entonces,
a pesar de no tener una existencia “material”, empiezan a influenciar sobre la
realidad material.
La
dinámica pendular de las ideo-lógicas ha determinado hasta ahora que sistemas
con predominio de lo “infra-estructural” y con “supra-estructura” heredada
tradicionalmente y en vías de disolución sean jaqueados por “sistemas” con
predominio voluntarista de lo “supra-estructural” y con “infra-estructura”
heredada tradicionalmente, lo cual revela que siempre se parte con un cierto
nivel de “des-fase” entre “estructuras” que necesariamente se tendrá que
ampliar hasta constituir una brecha insalvable.
“La
época que se cierra señala el fracaso del más grande de los experimentos
que la humanidad haya contemplado jamás y que fue realizada por la civilización
secular, a saber, el menosprecio y negación de la necesidad
religiosa del hombre. Desprecio en el que se dieron la mano tanto la
sociedad comunista, declaradamente antirreligiosa, como la
sociedad capitalista, con su teoría educacional tendente a crear mentalidades
democráticas, declaradamente irreligiosa. Al parecer, es necesario el retorno
de la sociedad a sus principios espirituales, como substrato que
repotencia y da sentido a la cultura.” [xvii]
En
ese sentido, toda “revolución” –sea religiosa o secular- siempre está “retornando”
a una situación considerada “original”, “pura”, “natural”, “humana”: llámese
“Edad de Oro”, “Paraíso Terrenal” o “Comunismo Primitivo”
La
dinámica del pensamiento es: no se trata de ir a algo absolutamente nuevo sino
de “re-tornar” a algo que desde la situación de decadencia en la que estamos
venmos como algo totalmente distinto pero que, en realidad, constituye nuestra
esencia más original a la que es un imperativo regresar, dejando de lado la
“perversión” impuesta por la “actualidad”.
“más grande de los experimentos” secular
tiene su antecedente más lejano en el exitoso “experimento” cristiano que fue
el primero que oponiéndose a la concepción objetivista-realista de la
antigüedad introdujo el nuevo concepto subjetivista-idealista que han heredado
los “modernos”: primero, de que el mundo podía “cambiar sustancialmente”, es
decir, era susceptible de una trans-formación metafísica y ser total y
absolutamente “distinto” de lo que era esencialmente y de lo que había sido
históricamente y; segundo, que ese cambio o transformación es el resultado o
efecto de la acción humana demiúrgica, es decir, “creadora” de mundo a partir de una “materia”
previamente dada acción orientada por el modelo ideal asumido como “más real”
que la realidad, como “forma” y que se aplica “voluntarístamente” y en contra
de la realidad considerada como materia inerte y maleable
Todos
estos esquemas abstractos suelen terminar habitualmente por la “némesis”, por
la “venganza” de la “materia”, sea -literalmente- la “carne” para los
Cristianos o su correlato “espiritual” a la medida de los “modernos”: la
“irracionalidad”.
Ateísmo
“indiferentista” – “militantemente” anti-cristiano en particular y
anti-religioso en general
“Extirpar”
idolatrías con el fin de “plantar” otras
“El
ateísmo contemporáneo mantuvo el concepto hegeliano de alienación. La
idea hegeliana de que el hombre se aliena mientras no se reconoce como absoluto,
autónomo y autárquico; parte del equívoco de la univocidad del ser,
de su panteísmo que no comprende la existencia de Dios y que
coloca las dos existencias en el mismo orden temporal. Con un punto de
partida que afirma la univocidad del ser no se puede entender que un
Dios trascendente no aliena a su criatura, la cual es libre -pero no absolutamente-
y que, en consecuencia, el hombre no sólo es amo sino también siervo de muchas
cosas mundanales pero –como criatura- es, sobre todo, siervo de lo
trascendente.” [xviii]
Los
dos esquemas metafísicos que fundamentan la Revolución y la Reacción se
fundamentan en esta “univocidad del ser” lo que los diferencia es la
tendencia hacia una fundamentación inmanente o trascendente: De acuerdo con
esto, efectivamente: si para los modernos lo único que existe es la realidad de
la Sustancia metafísica tradicional devenida Sujeto “cósmico e histórico”;
entonces, este Sujeto “absoluto”, coincide –de acuerdo con la
tradicional noción onto-teo-lógica- con “Dios” y se cancela
especulativamente dentro de este esquema la posibilidad de un Dios
trascendente.
Univocidad
de la moderna metafísica de la Subjetividad y de la metafísica “realista”
objetivista clásica griega que -heredada por la teología cristiana (pensemos
sólo en Santo Tomás y en Francisco Suárez)- se convierte, gracias a la
“Escolástica”, en el punto de partida y suelo nutricio de la metafísica
moderna: Descartes, Spinoza, Leibniz, Kant y sus “entenados” Fichte, Schelling
y Hegel por el lado del predominio del
“entendimiento” y, en el siglo XIX, Schopenhauer y Nietzsche, por el
lado del predominio de la “Voluntad”
“En
realidad, el ateísmo contemporáneo con su exigencia de divinización
humana- es la descomposición del hegelianismo: el marxismo y el existencialismo
sólo invirtieron a medias a Hegel. Una completa inversión hubiese roto
con el panteísmo idealista, con la filosofía del sujeto autárquico y con
el origen humano de la verdad; para asumir la diferenciación entre ser y
ser conocido, y un realismo donde el mundo tiene un sentido que el
hombre descubre pero que no lo incapacita para crear valor y sentido a
la vez, y para superar el olvido del ser reemplazando el Yo único y
soberano que elimina toda verdad extrahumana. Se impone así –en medio de la
crisis de la razón moderna- un verdadero giro metafísico capaz de
superar la contradicción entre lo divino y lo humano, lo trascendente y lo
inmanente. Una nueva forma de pensar, una nueva racionalidad que
nos acompañe en el presente conmocionado tránsito histórico, y éste puede
depender de una nuevo punto de vista metafísico.” [xix]
Un
error bastante difundido entre quienes se acercan al pensamiento especulativo
desde una perspectiva “aplicada” es el mismo que el de los que conciben a la
Tecno-Ciencia como “instrumento” es el de creer que la filosofía puede “servir”
para fundamentar “racionalmente” una praxis decidida previamente de manera
extra-racional, como “cantera” de materiales para construir catedrales o
Kremlins; se exponen también a una mémesis, a una “venganza” del instrumento
(en el mejor estilo del “aprendiz de brujo” al que se le “rebelan” las escobas
que al comienzo iban a hacer su trabajo y que lo terminan barriendo a él)
Una confusión corriente y recurrente que he observado entre aquellos que se
acercan desde una perspectiva “cristiana”, “espiritualista” o por lo menos,
trascendentalista” a un verdadero pensador especulativo como el Heidegger de la
primera época que es el que más se conoce; es la de identificar apresuradamente
al “Dios” que están buscando con el “Ser”, que dentro de la perspectiva
heideggeriana no es más que el “ente supremo”, puesto que una ontología que
quiera dar cuenta efectivamente de todos los fenómenos tiene que dar cuenta
también del “ser del Ser” y no sólo del “ser de los entes”.
Ya
en “Ser y Tiempo”, una obra central de su primer período, hay una “demolición”
del Sujeto como fundamento que es la base de la Modernidad y una llamada de
atención que nos despierta a “recordar” lo “olvidado” en medio de todo este
proceso
“Es
verdad que marxistas y existencialistas podrían objetar que el ateísmo
contemporáneo no es solamente una negación del inmanente Dios panteísta
sino principalmente del Dios trascendente del teísmo y del Dios
indiferente del Deísmo, es decir una negación de toda concepción de
Dios. Pero no podrían negar que, al hacerlo, están derivando hacia el
reconocimiento del hombre como absoluto, como un pequeño
diosesillo creador del ser y la nada, ensoberbecido por el poderío que le
ha conferido la técnica y convertido en una divinidad inmanente no menos
alienante, inconsistente y absurda. Revelándose así que el ateísmo no es un
humanismo sino un hominismo naturalista.” [xx]
Negación
relativa-parcial o absoluta-total?
Todavía
están dentro de la esfera de la metafísica de la subjetividad: en ese
sentido son claramente “Modernos” y no se ve or ningún lado que sean “post-modernos”,
es decir, algo distinto de lo metafísicamente vigente.
“pequeño
diosecillo”: “Demiurgo”. Cuando Marx “retorna” al Epicureísmo con el fin de
“usarlo” como fundamento “racional” de su “teoría” no hace más que repetir el
error que sus antepasados cristianos cometieron 20 siglos antes cuando
“bautizaron” a Platón y Aristóteles a través de Plotino y Proclo quienes eran
los pensadores vigentes en la época helenística cuando “nació” el Cristianismo
como mundo-visión ideo-lógica que será posteriormente sistematizada
teo-lógicamente.
¿Pascal?
TEXTOS
FLORES QUELOPANA, Gustavo. LA BARBARIE CIVILIZADA. Ensayos filosóficos
sobre la cosificación social. Lima: IIPCIAL, 1998. [Humanismo integral y
civilización creadora. Ciencia, política y felicidad humana]
FLORES QUELOPANA, Gustavo.
HUMANISMO DE LA POSTMODERNIDAD. Lima: IIPCIAL, 2000.
FLORES QUELOPANA, Gustavo. RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA
POSTMODERNIDAD. Lima: IIPCIAL, 2001.
BIBLIOGRAFÍA
DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE TEOLOGÍA MORAL. Suplemento a la 3ª.
Edición. Madrid: Ediciones Paulinas, 1978. [Antropología
y Moral, Ciencia (quehacer de la), Ciencias morales (metodología), Cultura (y
moral), Ética (fundamentación de la), Ética (sistemas de), Lenguaje ético,
Marxismo (ética), Placer, Religión y moral.]
EAGLETON, Terry. Las ilusiones del posmodernismo. Buenos Aires;
Barcelona; México: Editorial Paidós, 1998. (Espacios del Saber, 3)
NUOVO DIZIONARIO DI TEOLOGIA a cura di Giuseppe Barbaglio e Severino
Dianich. Alba: Edizioni Paoline, 1977. [Antropologia, Ateismo,
Dio, Escatologia, Mondo, Ortodossia, Ortoprassi, Politica, Progresso, Salvezza,
Secolarizzazione, Speranza, Storia della salvezza, Umanesimo, Uomo.]
THE GREEK NEW TESTAMENT. Edited by Kurt Aland, Mathew Black, Bruce M.
Metzger, Allen Wikgren. London: United Bible Societies, 1966.
NOTAS
Esquema
Maniqueo : Mal “Absoluto” = Diablo
Apreciable en el Catolicismo a nivel
de los medios a través de películas como “La Profecía” o “El Exorcista”.
Y, a nivel de mitos
“contemporáneos”, el la “unánime” condena marxista del Nazismo como
“irracionalista”, como si éste no tuviera –al igual que aquéllos- Ideo-logía,
es decir, “fines” postulados a los que se intenta llegar por todos los “medios”
a través de una “praxis” determinada.
Este Maniqueísmo esquemático -más propio de las fantasías infantiles-
puede traducirse en términos del viejo cuento de Caperucita Roja (identificada con quien “cuenta el cuento”, siempre
“el bueno de la película”) y el
Lobo feroz (el odioso “enemigo”):
Caperucita:
“Ángel”
|
Lobo: “Demonio”
|
Cristianos
|
Paganos – Herejes – Ateos –
Indiferentes
|
Marxistas colectivistas
Racionalistas y “Científicos”
|
Individualistas pequeño-burgueses
“decadentes” –
“Irracionalistas”: Cristianos en
particular y “Espiritualistas” en general
|
Capitalistas individualistas
|
Marxistas colectivistas
|
Nazismo jerárquico y “espiritual”
arraigado y “provinciano”
|
Comunismo materialista y “Americanismo” “economicista”, ambos igualitarios,
cosmopolitas, internacionalistas y
desarraigados
|
Socialistas revolucionario
Internacionalistas “amplios”
|
Nazismo reaccionario
Nacionalistas “obtusos” y
fanáticos fundamentalistas irracionales
|
Emancipación-sujección (etimología):
Disposición a soportar más privaciones y sometimientos que en el estadio previo
no sólo a nivel personal sino también colectivo a condición de que se trate de
una “buena causa” (totalitarismo “bueno”)
Invasión del fuero interno (Pablo:
fe-obras) – No sólo se trata de “hacer” lo que uno debe sino de la pretensión
de que las cosas se hagan con convicción, con convencimiento, con creencia, con
fe. Persecusión de los Cristianos – Inquisición y Policías políticas:
Los Romanos les exigían a los
Cristianos cumplir con los ritos debidos ante las estatuas del Emperador
divinizado o de otros dioses a lo que los Cristianos se negaban porque no podía
haber más que un solo Hombre-Dios y además, por tradición judía, estaban en
contra de la “idolatría”, es decir, la adoración de ídolos porque tenían una
concepción de Yahvé como un ser puramente espiritual.
“Lo posmoderno, aunque hay varias
formas de entenderlo, pone en tela de juicio la epistemología modernista
basada en una distinción clara entre sujeto y objeto, ve la razón, la conciencia
y la lógica sólo como una de las tantas visiones que podemos
tener de la realidad, no la única ni superior ni exclusiva.
/ (...) al primado de la razón o logos
de la modernidad le ha venido a suceder el primado de la voluntad de la
posmodenidad.”
Ibid., pp. 32 / 33. (los subrayados son míos, A. M.)
Modernidad = Entendimiento) –
“Post”-modernidad, ¿Voluntad?
1)
Sujeto = Hypokeimenon griego
2)
Persona = Trinidad Cristiana
3)
In-dividuo = Ciudadano moderno
MODERNIDAD
Modernidad Inicial:
|
1)
Renacimiento Italiano
2)
Humanismo Erasmiano
3)
Reforma Luterana
4)
Primera “Vuelta al Mundo”
5)
Revolución Industrial
6)
Ilustración – Enciclopedia
|
Modernidad Intermedia:
|
1)
1914 – “Gran Guerra”
2)
1989 – “Caída del Muro”
3)
¿Globalización de Occidente?
4)
¿Musulmanización de la Política?
|
Modernidad ¿Tardía?
|
1) ¿?
|
¿Post-Modernidad?
|
1) ¿?
|
Horkheimer: “Nostalgia de lo
totalmente otro” = Real-ización, “perfecta consumación de la Justicia” =
“Positivo” fantaseado del “Negativo” de la Realidad.
Interesante Juego de Lenguaje
Humanismo (propio) = Hominismo
(im-propio)
“Carnales” – “Animales” –
“Espirituales” (San Pablo)
“Carnales”: 1Cor 3:3 = F"D646@\ ; Rom 7:14 = FVD64<`H
1 Cor 15: 44 = “cuerpo psíquico”
(animal, animado, “vivo”) - “cuerpo espiritual”
Fä:" RLP46`< - Fä:" B<,L:"J46`<
Si las pretendidas “salidas” de la
Post-Modernidad “recaen” en lo “post-moderno” debe ser porque la “fuerza de
atracción” del proceso en curso impide escapar de la contaminada “atmósfera”
con tan sólo proponérselo... Oponerse, resistir, parece ser inútil ante la
falta de opciones viables hacia otra dirección aunque -voluntarísticamente- nos
lo propongamos...
“Miedo a la Libertad” (Fromm) se
convierte en una busqueda del sometimiento a una Autoridad que arbitrariamente
“ordene” el caos y la confusión del mundo actual. Lo exagerado de la
des-protección de la Modernidad “inicial” está llevando ahora -en la Modernidad
“intermedia”- a una búsqueda desesperada de “seguridad a cualquier precio” y
como lo único que se tiene es la libertad eso es lo primero que se hipoteca
“racionalmente” a los nacientes Autoritarismos.
Esta Negación de la Libertad se
corresponde con una Negación de la
Responsabilidad:
La “Guerra Santa” convierte
automáticamente al asesino en inocente - Retorno instantáneo a la “pureza”
infantil, no contaminada por la corrupción de la sociedad – La Responsabilidad
por las accones ya no es asumida por los individuos que las llevan a cabo
–especialmente cuando son fechorías moralmente reprobables- y son
-literalmente- “proyectadas” sobre otros –preferentemente las propias víctimas-
que son los que “verdaderamente” tienen la culpa...
Paradoja: El responsable de lo que
yo hago no soy yo mismo sino siempre “el otro” por hacer o dejar de hacer algo
que yo considero que debería o no haber hecho.
Escato-logía = Discurso sobre el
“cierre”, la “Meta Final” de la historia del género humano
Futuro-logía = Discurso sobre la
“apertura” en dirección a un “Por-Venir” visto como “deseable”
¿Materialismo = Eficientismo?
¿Me amas? Yo he hecho todo
por ti. Sí, pero, ¿me amas? La pregunta no es si haces lo que debes hacer, si
demuestras “con hechos” tu “compromiso” sino si “estás con-vencido”, entregado
por completo a una causa.
Esquema Materia-Forma: Evolución del concepto del Sujeto
histórico-político colectivo Moderno: “Pueblo” (Romanticismo), “Proletariado”
(Realismo), “Masa” (materia “inerte” de la Física).
Religiones y Políticas son “síntesis” no necesariamente “dialécticas”
sino más bien “eclécticas” y “sincréticas”, algo “normal” dentro de las
Ideo-lógicas
Ecuación “Ciencia-Felicidad” implica la consideración de la Sabiduría
vital (sofía), el conocimiento racional entendido como “Ciencia” en un sentido
antiguo (filo-sofía) como sumo “Bien”
Carácter necesariamente problemático de las soluciones unilaterales se
hace más visible desde un punto de vista especulativo.
Filosofía: Visión integrada que valora por igual todos elementos no
los deja sueltos fuera del esquema.
Oposicion: Científico-Humanístico, ¿tiene posibilidades de síntesis?
Heterogeneidad de los pre-supuestos del “Conocimiento” Antiguo y
Moderno.
Discontinuidad y Asimetría entre “Estructuras” conduce a brechas y
abismos.
Por momentos, el autor ve claramente la distinción entre los dos tipos
de conocimiento pero, también por momentos, pierde de vista la distinción por el tiempo suficiente como
para quedar enredado en una confusa telaraña.
Sincretismo: No es necesariamente “armonioso” y no excluye las
“tensiones” internas que se manifiestan periódicamente bajo la forma de
movimientos “heréticos”, “revisionostas” o “disidentes”.
La Ideo-lógica está más cerca de la Retórica y de la Política Real que
de la lógica y de la ética.
Ontologías absolutistas: Reduccionismo Naturaleza-Espíritu
Monismo: Amplificación de un principio único conduce al Absolutismo
ideo-lógico que se expresa en el Despotismo político.
Falsa Ecuación: Irracionalismo = Autoritarismo (tradición)
¿Humanismo metafísico realista = Marxismo post-moderno? ¿Síntesis
im-posible?
Siguiendo la lídea de la Escuela de Frankfurt y otras aproximaciones
heterodoxas que recuperan al “joven” Marx de los Manuscritos de 1844 y
rechazando la “Escolástica” del “DiaMat” [Dialektische Materialismus]
Perspectiva “integrada”: No deja elementos sueltos fuera del esquema.
Y así como Benedetto Croce distinguía a comienzos del siglo XX entre
lo “vivo y lo muerto en Hegel”, a saber, la dialéctica como método y su
Filosofía Política; un Marxista “postmoderno” tendría que distinguir, a
comienzos del siglo XXI entre lo “vivo y lo muerto en en Marxismo”, a saber,
las posibilidades todavía rescatables de la dialéctica como método y la
trayectoria histórica “realmente existente” de su real-ización...
Humanismo y Marxismo Postmoderno, pp. 29-36. Filosofía de la totalidad
y Humanismo integral, pp. 37-49 Humanismo y utopía socialista, pp. 87-106. En:
FLORES QUELOPANA, Gustavo. HUMANISMO DE LA POSTMODERNIDAD (2000);
Reconstrucción postmoderna de la utopía socialista, pp. 39-53. En:
FLORES QUELOPANA, Gustavo. RACIONALIDAD Y METAFÍSICA
PARA LA POSTMODERNIDAD. Lima: IIPCIAL, 2001.
La
actual “globalización” de la civilización occidental está ya prefigurada en
germen al inicio de la “planetarización” del “mundo” europeo a a partir del
siglo XVI cuando empieza la expansión colonial que termina recién a mediados
del siglo XX.
p.
43-44: Todo Socialismo es utópico, especialmente el así llamado “científico”
Hegel:
“lo verdadero es el todo”: Todos los total-itarismos
son, por ello y aunque les duela, hegelianos.
1998:
“El bárbaro civilizado se contenta con la limitación del
saber al aspecto técnico práctico, esto es un peligroso error espiritual
que se limita a la cuestión del cómo sin plantearse la cuestión del por
qué. Este dar la espalda a la vida del espíritu delinea una civilización
que marcha hacia su irracionalidad total y hacia la desintegración de las
relaciones humanas.”
“Decía Goethe que el hombre necesita de tres veneraciones:
Veneración por lo que está sobre él, bajo él y junto a él.
Pues bien, al hombre moderno le caracteriza la destrucción práctica de Dios,
del prójimo y de las cosas.”
Humanismo Integral y civilización creadora. p. 41. En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. LA BARBARIE
CIVILIZADA. Ensayos filosóficos sobre la cosificación social (1998) (los subrayados
son míos, A. M.)
“La vida humana es fundamentalmente una conjunción de tres
elementos: lo ahistórico (lo biológico e instintivo), lo histórico
(la vida social) y lo suprahistórico (religión y arte que le dan un
sentido de la eternidad). Creer que sólo uno de estos elementos
determina al hombre no sólo distorsiona la comprensión de su estructura
ontológica fundamental sino que causa grandes daños en la historia de la vida
humana. En el mundo cosificado actual, permanece la tendencia de mantener
estos tres elementos de forma separada sin hacerlos converger en una
refexión antropológica integrada. No se trata de desvalorizar
la praxis y la historia en la vida humana sino de colocarla en su exacto
lugar...”
“El bárbaro civilizado lo que ha hecho es desentenderse
del elemento suprahistórico, reprimir el ahistórico y distorsionar
el histórico.”
Ibid., p. 43. (los subrayados son míos, A. M.)
“Habría entonces un pesimismo
que está por el parecer de que el hombre no cambia, que su naturaleza
persiste a través de los siglos y, junto a él, el optimismo de aquellos
que apuestan por que las instituciones puedan cambiar al hombre,
modificarlo, mejorarlo.”
Naturaleza-Cultura:
Ibid., p. 44. (los subrayados son míos, A. M.)
“El hombre es un micromundo de
diversos estratos ontológicos por los cuales se convierte en un
habitante de tres reinos: el mundo ideal (formal), el mundo real
(empírico) y el mundo irreal (metafísico),...”
Ibid., p. 45. (los subrayados son míos, A. M.)
¿NEW AGE?
“La interpretación más radical de esta tendencia subjetivista
concluye dando preeminencia a la sabiduría no conceptual, a al utópica revolución
interior, a la irracionalista visión mágica del mundo,
atribuyendo la responsabilidad de la crisis actual al conocimiento parcial
de la ciencia, es decir, concluye en un / enfoque religioso,
orientofílico, tecnofóbico, quietista y antiprogresista incapaz de
solucionar los urgentes problemas del mundo contemporáneo –alimentos,
energía, salud, viviendas, etc.-. En efecto, este retroceso a lo que Max Weber
denomina cultura determinada por formas religiosas orientadas no al dominio
del mundo (tradición hindú y judeo cristiana) sino a su rechazo o adaptación,
esto es, la racionalidad oriental premoderna reivindicada
simplemente para oponerla a la racionalidad instrumental de la civilización
occidental resulta suicida e insuficiente. De esta manera, concebir a la
racionalidad oriental como salvadora del hombre equivale a la liberación
humana en el plano abstracto, impotente para revertir la crisis y
provocar un efectivo cambio social.”
Ibid., p. 47 / 48 (los subrayados son míos, A. M.)
“Es imposible impulsar la gran causa de la civilización
creadora sin el desarrollo universal de su supremo valor: el Hombre,
y es imposible que el hombre rompa los marcos de la enajenación
limitándose a un abordamiento puramente teórico sin trazar las vías
prácticas revolucionarias para suprimirla.”
Ibid., p. 52. (los subrayados son míos, A. M.)
“El
fracaso de los ideales comunistas y las promesas del capitalismo
liberal ha revitalizado dos utopías fundamentalistas (una
reaccionaria y otra revolucionaria) contrapuestas en la dirección (una
cree detener el curso de la historia y la otra cree instaurar en
cualquier momento un nuevo orden) pero coincidentes en la distorsión
(sobrevaloración del factor político en contra de las fuerzas productivas).”
Ciencia,
política y felicidad humana. Pp. 78 En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. LA BARBARIE
CIVILIZADA. Ensayos filosóficos sobre la cosificación social (1998) (los subrayados
son míos, A. M.)
“¿Puede el marxismo reconceptualizado servir de base
teórica para un nuevo socialismo humanista y libertario que conduzca al
hombre al ideal ilustrado de una vida feliz? Es evidente que la felicidad
que se busca para el género humano no es aquella ficción de la sociedad
perfecta...”
Ibid., p. 80. (los subrayados son
míos, A. M.)
“Fracasó
tanto el individualismo atomista del liberalismo como el comunitarismo
racionalista del socialismo. Ambos tergiversaron la realidad
misma y, al hacerlo, no sólo traicionaron el espíritu de la ciencia
moderna y la inspiración humanista de su ideario sino que se
retrotrayeron arcaicamente al rígido y dogmático pensamiento
especulativo. Esto es, la distorsión totalitaria del autoritarismo
comunista como del consumismo capitalista y su fracaso en cuanto
al ideal de la emancipación humana no sería ningún fin de
lo moderno sino la necesidad de replantear el proyecto a partir
de nuestra propia realidad. ”
Ibid.,p. 83. (los subrayados son
míos, A. M.)
“El
papel humanístico de la filosofía es innegable, pues se relaciona
con los ideales sociales; gnoseológicamente, explora las posibilidades
de la conciencia humana para dominar el mundo y, metodológicamente,
explora las posibilidades para materializar en la práctica su saber. Las
ideas por sí solas no pueden ejecutar nada pero, a su vez, no
hay preeminencia total de la praxis sobre la teoría,. Así, la
filosofía puede contribuir a replantear los términos que lleven a la aplicación
de la ciencia y del pensar humanístico al bienestar moral y
social del hombre, en conjunción con cambios políticos, educativos y
morales. No se trata de convertir a la filosofía en una ancilla liberationis pero toda filosofía tiene una función liberadora
sin la cual se descalifica a sí misma en un estéril torremarfilismo
tecnicista y anatópico. ”
Ibid., p. 84. (los subrayados son
míos, A. M.)
“Este
espíritu está tan arraigado y circula en las venas de modo tan inconsciente que
incluso hemos conocido profesores de marxismo que impartían su enseñanza
obviando por entero el estudio del marxismo heterodoxo y su confrontación
con el marxismo ortodoxo. Ello / sólo demuestra que el concepto de
conocimiento que dominaba en ellos era el contemplativo, dogmático y
especulativo en vez de activo, experimental y crítico. Los dialécticos
degeneraron en metafísicos de santo y seña. Y es que la comprobación
científica de la verdad impone una pesada carga de responsabilidad en la búsqueda,
observación permanente, desarrollo de hipótesis, contrastación y
verificación a fondo. Lo verdadero no se inventa en el vacío ni se
impone a los individuos particulares sino que brota de lo concreto y
específico y persuade con la demostración. Trátese de verdades científicas
o humanísticas. ”
Ibid., p. 85 / 86. (los subrayados
son míos, A. M.)
“¿Consistirá
la tarea intelectual del siglo XXI en el establecimiento
definitivo de la revolución científica y del humanismo en el
terreno político, moral y social?”
Ibid., p. 86. (los subrayados son
míos, A. M.)
“Lo
auténticamente moderno está aún por nacer. El problema pendiente aún es
moral, social y humano. Y su solución trasciende el dogma neoliberal y
seudosocialista. Todo sistema especulativo de verdades
sempiternas sólo conduce al dogma y al fanatismo; por lo cual, la
revolución del mundo moral y social del hombre sólo es posible desarrollando
-filosófica y políticamente- el criterio científico de verdad como proceso:
práctica y experimentación opuesta a toda metafísica, teleología
y verdad a priori. Es erróneo pensar que el hombre nuevo vaya a
surgir de un nuevo catálogo de reglas morales –llámense éstas seculares o
laicas-, esta falsa creencia es un rezago de la mentalidad / metafísica
que prima aún en el mundo moral. Pero este vivir hipnotizado por leyes
supremas y últimas también invade el terreno de la política donde se suele
adoptar un lenguaje humanista pero que, en la realidad, las instituciones no
han sido hechas para el hombre sino el hombre se halla subordinado a las
instituciones.”
Ibid., p. 88 / 89. (los subrayados
son míos, A. M.)
“Por
tanto, la felicidad humana no depende de la idea que tenga el hombre de
sí mismo, como algunos sostienen, sino que depende de la dialéctica
misma, de la praxis histórica. Praxis que otrora sufrió el totalitarismo
de la religión y, más recientemente, el de la ciencia; y de lo
que se trata hoy es de recuperar un nuevo equilibrio entre el
pensamiento científico y el pensamiento humanístico.”
Ibid., p. 90. (los subrayados son
míos, A. M.)
2000:
“...hay fenómenos superestructurales que se independizan de lo
económico...”
En: FLORES QUELOPANA, Gustavo. Filosofía de la totalidad y Humanismo
integral. P. 43. En:HUMANISMO DE LA POSTMODERNIDAD (2000)
Discontinuidad y Asimetría en las el avance de las Estructuras
“superiores” e “inferiores”
Pueblo Libre, viernes 14 de Setiembre de
2001
[i] Neohumanismo
metafísico postmoderno, p. 6. En: FLORES QUELOPANA, Gustavo.
RACIONALIDAD Y METAFÍSICA PARA LA POSTMODERNIDAD. Lima: IIPCIAL, 2001. (los subrayados
son míos, A. M.)
[ii] Ibid., p.
137. (los subrayados son míos, A. M.)
[iii] Ibid., p.
133. (los subrayados son míos, A. M.)
[iv] Ibid., p.
134. (los subrayados son míos, A. M.)
[v] Ibid., p.
137. (los subrayados son míos, A.M.)
[vi] Ibid., p.
137. (los subrayados son míos, A. M.)
[vii] Ibid., p.
138. (los subrayados son míos, A. M.)
[viii] Ibid., p.
138. (los subrayados son míos, A. M.)
[ix] Ibid., p.
138 / 139. (los subrayados son míos, A. M.)
[x] Ibid., p.
139. (los subrayados son míos, A. M.)
[xi] Ibid., p.
139. (los subrayados son míos, A. M.)
[xii] Ibid. p.
140. (los subrayados son míos, A. M.)
[xiii] Ibid. p.
140. (los subrayados son míos, A. M.)
[xiv] Ibid., p.
141. (los subrayados son míos, A. M.)
[xv] Ibid., p.
141. (los subrayados son míos, A. M.)
[xvi] Ibid., p.
141. (los subrayados son míos, A. M.)
[xvii] Ibid., p.
143. (los subrayados son míos, A. M.)
[xviii] Ibid., p.
144. (los subrayados son míos, A. M.)
[xix] Ibid., p.
144. (los subrayados son míos, A. M.)
[xx] Ibid., p.
144. (los subrayados son míos, A. M.)
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