domingo, 11 de abril de 2021

TEORÍA GENERAL DE LA FILOSOFÍA (TERCERA PARTE)

 



Tercera Parte

Las Leyes del Filosofar

 

CAPÍTULO NUEVE

 

BIPOLARIDAD DEL LOGOS HUMANO

 

SUMARIO: El logos humano bifurcado. -Modernidad antimítica. -El mito como experiencia existencial. -Posmodernidad inmanentista. -Espurio mitologismo inmanente. -

 

204. El logos humano se bifurca en logos del mito -sintética- y logos de la ratio -analítica-. Pero a medida que la civilización occidental se persuadía de su racionalidad, pasaba demoliendo todo cuanto se aparta del dominio de la razón analítica. Y cuando el mundo mítico se derrumba, lo no racional queda excluido del monólogo de la razón y se lo encierra y rechaza espuriamente como discurso religioso cuando no legendario.

 

205. En realidad, no fue Grecia, desde Parménides y Aristóteles, la que despojó al logos del mito de su aura original y que rompe los lazos misteriosos que lo ligan al mundo arquetípico, sino que es la modernidad, con Descartes y la Ilustración, aunque los antecedentes se encuentren en el nominalismo medieval, el que lo destierra sin derecho a la palabra.

 

206. Pero el logos del Mito es una experiencia existencial constitutiva de la condición humana y por lo tanto no puede ser extinguida ni sofocada en toda vida auténtica porque lo que busca en último término es una trasmutación espiritual para un nuevo renacer. A esto se debe que incluso la posmodernidad secularizada y desmitologizada, que encarna la crisis de la razón universalista, promueva el retorno del ocultismo y el esoterismo, como forma espuria y degradada de lo místico y mítico. Así, mientras en las sociedades arcaicas el Mito es revelación de lo trascendente, en la sociedad posmoderna se convierte en revelación del deseo inmanente. La posmodernidad lejos de promover una idea multiforme (no sólo existe la filosofía del modelo griego) y bipolar (logos del mito y logos de la ratio) de la filosofía, como acontecimiento que reconfigura el logos humano, lo que hace es incentivar un inmanentismo espiritualista anémico y sin trascendencia.

 

207. Aquí no sólo nos lleva a distanciarnos de las corrientes eurocéntricas, que defienden el origen griego de la filosofía, y de las corrientes nativistas, que identifican la filosofía con el mito, sino incluso nos lleva a separarnos del espurio mitologismo de la inmanencia posmoderna. La vía es, más bien, el esclarecimiento de la naturaleza multiforme de la filosofía y la estructura bipolar del logos humano. Esto significa, por un lado, que un criterio multívoco y no unívoco de la filosofía permite reconocerla como una creación permanente del espíritu humano y no sólo de los griegos ni de la cultura occidental; y por otro, que la filosofía americana, en particular, no es una adaptación del estilo continental ni un producto heterogéneo, sino que es un rasgo fundamental de la América anterior a la Conquista.

 

208. Occidente a lo largo de su historia desarrolló preponderantemente una filosofía logocrática, donde dominó el concepto y la razón analítica; mientras que otras tradiciones culturales, como la prehispánica y la oriental, desarrollaron un pensamiento filosófico mitocrático, donde domina la alegoría, el símbolo, la analogía, la intuición y lo trascendente. En nuestra América la apropiación de la “filosofía logocrática occidental” comenzó a partir de la destrucción de la “filosofía mitocrática andina”. Dicho principio debería quedar nítido, por lo menos, para la Filosofía de la Liberación latinoamericana, sin embargo, ésta se ha mantenido fiel al magisterio europeo en lo que respecta a la definición monocultural de la filosofía.

 

209. No hay duda de que hay que recuperar los gérmenes intrahistóricos de América y de las culturas ancestrales, y esto significa romper con la conceptolatría de la razón instrumental moderna y reconocer el lenguaje de lo analógico, participativo y metafórico, es decir, establecer la conexión con el olvidado lenguaje del ser por la doble vía del logos de la ratio y el logos del mito.

 

210. Sin revisar el criterio unívoco y monocultural de la filosofía nos quedamos atrapados en la repetición del magisterio etnocéntrico, sin posibilidad de superar el “círculo hermenéutico de la filosofía occidental”. No indagar la bipolaridad del logos en la filosofía favorece la anulación de nuestra propia conciencia histórica y dificulta el surgimiento auténtico del ser americano y de otras culturas colonizadas. Todo esto equivale a reasumir nuestra auténtica verdad y enfrentar la historia de la metafísica andina.

 

CAPÍTULO DIEZ

 

MULTIVOCIDAD Y MULTIFORMIDAD

 

SUMARIO: Tres ideas clave. -Universalidad de la filosofía. -Por su forma es cultural, pero por su contenido es universal.

 

211. Nuestro objetivo principal ha sido averiguar los fundamentos que demostraran la existencia de lo numinocrático, mitomórfico y mitocrático en la filosofía no-occidental. Para ello era necesario alcanzar tres ideas: primero, una nueva comprensión del logos humano, como aquel que se debate entre el logos del mytho y el logos de la ratio, entre la lógica sobrenatural de la fe y la lógica natural de la razón; segundo, de lo erróneo de la noción monocultural de la filosofía; y tercero, el reconocimiento del carácter multívoco-multiforme del logos filosófico.

 

212. Si Jaspers supuso la existencia de tres grandes tradiciones filosóficas: la India, la China y la griega; nosotros extenderíamos el principio básico jasperiano, completándolo hasta la dilatada prehistoria. En este sentido, estarían en lo cierto no sólo estudiosos como León Portilla, cuando trata de la filosofía náhuatl, y Placide Tempels al abordar La filosofía bantú (1945) sino también aquellos que investigan al filósofo primitivo. De tal forma que la filosofía no sólo pertenece a las altas culturas no occidentales, sino que es una capacidad inherente de la condición humana de todos los tiempos, y, por tanto, no siempre se manifestó del mismo modo.

 

213. Esto implica que la filosofía se ha mostrado de muchas formas y lo seguirá haciendo, porque en último término es una manifestación del logos humano, logos que oscila entre la ratio y el mito. La racionalidad humana todavía avanza en nuestro tiempo sirviéndose de los senderos tanto del mito y como de la razón, con ambos se puede hacer filosofía. La filosofía en sí misma está llamada a mostrarse por completo como un pensar que plasma su forma en la galaxia de su propia cultura, pero su contenido es universal. Más allá del argumento de que la “filosofía” como término occidental no es transcultural, subyace la profunda verdad de que existe un contenido que permite superar la occidental definición conceptolátrica de la filosofía. De manera que la filosofía sea solamente de origen griego, un pensar racional, crítico y esencial a Occidente, constituye una no verdad, que nunca podrá tropezar con él quien advierta que la filosofía es por su forma cultural, pero por su contenido es universal.

 

CAPÍTULO ONCE

 

UNIVERSALIDAD

 

SUMARIO: Filosofía está en todos los tiempos. -Hacia le Edad de Piedra. -Fundamento de la universalidad. -Contra modelo etnológico monista naturalista diacrónico. -Modelo pluralista sincrónico. -Hacia el homo post-escritural.  

 

214. Lévy Bruhl terminaría sus días convencido de que no hay hombre prelógico y propuso la categoría de mentalidad participatoria. Lévi-Strauss recogió su legado y fue más lejos al proclamar la universalidad del mito. Gusdorf insistió en la lectura de los mitos como una metafísica primera. Mircea Eliade analizó la naturaleza arquetípica y de retorno periódico de las sociedades arcaicas y destacó en que lo sagrado constituye la experiencia fundamental del homo religiosus. Y Jaspers, contra Hegel y Heidegger, sostuvo que la filosofía está en todo tiempo, desde el comienzo de la historia, en los mitos, refranes y apotegmas. No hay forma de escapar de ella. Sin embargo, y esto es lo que advertimos, no siempre está manifestada del mismo modo.

 

215. La universalidad de la filosofía no puede excluir a ningún pueblo de la historia que se haya visto con ideas, creencias, mitos, refranes y apotegmas. Más aun, la universalidad filosófica exigía extenderlo hacia la misma Edad de Piedra. La pregunta de la filosofía tiene que ver con aquella prehistórica experiencia fundamental de la manifestación de lo extraordinario ontológico que da lugar a la expresión de lo sagrado.

 

216. No basta con incluir otras tradiciones en la universalidad de la filosofía sin antes haber demostrado la posibilidad misma de la universalidad de la filosofía. Hay que analizar el fundamento de la posibilitación de la universalidad filosofar mismo. También pierde todo sentido la distinción peyorativa entre “filosofía en sentido estricto” (griega y occidental) y “filosofía en sentido amplio” (Oriente). Es una seudo distinción desorientadora y eurocéntrica. Pues, si “filosofía en sentido amplio no es filosofía”, entonces, qué utilidad tiene esta distinción. Ninguna.

 

217. Es inevitable preguntarse sobre las otras tradiciones filosóficas: ¿Qué reglas lógicas no observan?, ¿de qué clase de coherencia carecen?, ¿qué tipo de ideas complicadas no elaboran? Se tratan de opiniones hipotecadas al viejo paradigma del modelo etnológico monista naturalista diacrónico y que no acepta el pluralismo culturalista sincrónico. Todo el trabajo de la moderna    antropología    cultural y estructural de Lévy Bruhl, Marcel Mauss, Mircea Eliade y Lévi Strauss, así lo demuestra.

 

218. El contenido tradicional de la etnología eran las   sociedades pre-escriturales, pero hoy también se abarca las sociedades postindustriales, sobre todo cuando se advierte que la telemática conforma una civilización electronal donde predomina el homo videns, a decir de Sartori, en desmedro del homo grafos. No es que volvemos hacia la sociedad pre-escritural, sino que vamos hacia una sociedad post-escritural.

 

 

Conclusión

Filosofía como necesidad existencial

 

SUMARIO: La Razón responde a cuestiones ontológicas. -Aptitud filosófica siempre presente. -No es confundible con la cosmovisión. -Noesis y noema de la filosofía. -Palabra griega, pero contenido universal. -No se trata de inventar términos homeomórficos. -No se relativiza la filosofía. -La filosofía como despliegue de la estructura existencial. -Posmodernidad logocrática. -Las verdades suprarracionales. -El hombre está llamado a filosofar. -La búsqueda de sentido. -Decadencia de la filosofía en el ocaso de la razón burguesa.  

 

219. La filosofía es una necesidad existencial porque la razón antes de responder a cuestiones lógicas lo hace a cuestiones ontológicas –sentidos perceptual, emotivo, intuitivo, ético, estético, religioso, conceptual-. El hombre de todos los tiempos se formula preguntas decisivas concernientes al por qué de las cosas, su destino y el significado del mundo.

 

220. La actitud filosófica ha estado siempre presente al lado de la aptitud para filosofar. Pero la filosofía no ha sido siempre la misma, es multiforme. No por ello confundible con la cosmovisión -impacto psicológico emocional del mundo sobre las ideas-. Con la reducción a la cosmovisión se incurre en la noche en que todos los gatos son pardos.

 

221. No se debe confundir la invención de la palabra “Filosofía” con su sustancia, el amor por el saber. Hay que separar entre noema y noesis. El acto de filosofar es la noesis, el contenido del filosofar es la noema. Y ambos lo hubo en todas las edades con diferentes modalidades. La palabra “filosofía” será occidental, pero contiene un sentido intercultural que atiende a su quehacer reflexivo. Por lo cual no se trata de descubrir ni inventar términos homeomórficos para cada galaxia de cultura –como erróneamente piensan Panikkar y Estermann-. De lo que se trata es de comprender su sentido profundo y desde allí definir a la filosofía desde su esencia misma.

 

222. No hay relativización de la filosofía. Al contrario, es defender su esencia permanente e inalterable frente a sus diversas manifestaciones epocales. El mayor error del enfoque cosmovisional e intercultural consiste en no reconceptualizar la filosofía misma.

 

223. La filosofía como necesidad existencial fue un pensar numinocrático, mitomórfico, mitocrático y después un pensar logocrático. Pero la filosofía no solo es el despliegue de la estructura lógica de la razón sino de la estructura existencial misma del hombre. En ese sentido, el pensar logocrático en la postmodernidad conoce sus horas más oscuras por el abuso de un racionalismo que lo engolfa en el escepticismo general, el agnosticismo, el relativismo y el nihilismo.

 

224. La verdadera grandeza de la razón estriba en reconocer las verdades suprarracionales, el afán de trascender la condición del hombre para unirse con el absoluto. Lo cual remite a la estructura ontológica de la existencia humana. En otras palabras, el hombre filosofa porque su estructura ontológica es metafísica, siente el llamado del Ser. Esta condición desconcertante de su ser delinea una existencia con vocación para el filosofar.

 

225. No es que el hombre quiera filosofar, sino que está llamado al filosofar. Está comprometida no solo su razón sino su propia existencia. Su finitud pensante se coloca ante algo que lo desborda, asombra, asedia, intriga y conduce hacia el Ser, lo infinito, absoluto y divino. El tiempo, lo contingente, el devenir, la enfermedad y la muerte, lo lleva a pensar en lo eterno. Una criatura desbordada de contradicciones, asida por la angustia, la posibilidad, la libertad, con conciencia de la Nada, jalonada por imperativos axiológico e ideales, tenía que dar lugar a la filosofía como necesidad existencial.

 

226. El hombre filosofa porque su existencia penetra en la interioridad del Ser y a la vez es capaz de separarse del todo del Ser. Anclado en la materia sabe que su esencia no se agota en la materia. Descubre entonces que ese intervalo entre el Ser y la Existencia puede ser llenado por el poder de darse una esencia a sí mismo, ya sea por la magia, el rito, el mito o el concepto. Lo que caracteriza al hombre es la búsqueda de sentido por el asombro suscitado ante el espectáculo de la creación.

 

227. Si el sentido no pertenece a la cosa sino al signo, entonces la filosofía queda reducida a la búsqueda del ser de la escritura. El sentido sería un mero juego de la escritura. Esa forma derridiana de negar el concepto metafísico de verdad y convertirla en un mero juego escritural, evapora la realidad en un pathos escéptico y en un ethos nihilista. Esa es la enfermedad actual que enfrenta la filosofía en el contexto de la decadencia de la razón burguesa. En realidad, la filosofía siempre entró en decadencia cuando el clan, tribu, grupo o clase que la hegemonizó, entra en su ocaso.

 

 

 

 

 

 

Í N D I C E

 

Prólogo

 

Primera Parte

Las Teorías del Filosofar

CAPÍTULO I. La Teoría restringida

CAPÍTULO II. La Teoría ampliada

CAPÍTULO III. La Teoría general (i)

CAPÍTULO IV. La Teoría general (ii)

 

Segunda Parte

Las Formas del Filosofar

CAPÍTULO V. Filosofía Numinocrática

CAPÍTULO VI. Filosofía Mitomórfica

CAPÍTULO VII. Filosofía Mitocrática

CAPÍTULO VIII. Filosofía Logocrática

 

Tercera Parte

Las Leyes del Filosofar

CAPÍTULO IX. Bipolaridad

CAPÍTULO X. Multivocidad y multiformidad

CAPÍTULO XI. Universalidad

 

Conclusión

Filosofía como necesidad existencial

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.