CUANDO LO LEGAL ES INMORAL
Gustavo Flores Quelopana
En 1969 en la República Federal Alemana se aprobaron leyes que permitieron que miles de criminales de guerra nazis no fueran juzgados y huyeran de sus crímenes.
Al parecer Willy Brandt, el flamante canciller alemán elegido en 1969 y miembro de Partido Socialdemócrata (SPD) no hizo nada porque tenía otros planes más importantes, como distender las relaciones con el bloque soviético del Este, lo que lo llevó a que le otorgaran el Premio Nobel de la Paz en 1971.
En realidad, la aprobación de tales leyes fue el pesado lastre que le dejó su antecesor Kurt Georg Kiesinger, ex miembro del partido nazi y preservador de los intereses conservadores. Bajo su gobierno muchos nazis ocuparon altos cargos en diversas instancias de gobierno, la judicatura y otras instancias. Muchos nazis estaban instalados en puestos claves.
Quienes justifican el hecho argumentan que un país no se puede pasar toda su vida juzgando lo que sucedió en el pasado. Después de todo las mismas potencias vencedoras, incluido el propio Vaticano y la famosa "ruta de las ratas", estuvieron coludidos en la protección y fuga de muchos criminales de guerra hacia diversas partes del mundo -especialmente Sudamérica-, que les resultaba útiles a sus intereses geopolíticos dado el surgimiento de la la guerra fría contra los soviéticos.
Pero con ello tratan de negar cínicamente un hecho monumental, a saber, que aquí se trató de crímenes de lesa humanidad- Por tanto, imperdonables e imprescriptibles. Es decir, fue un hecho moralmente injustificable. Pero como en el maquiavélico mundo moderno la racionalidad política no se subsume a la racionalidad moral resulta que se imponen leyes reñidas con lo moral. Ya lo decía Kant: "No todo lo legal es moral".
La publicación en 2011 de ‘El caso Collini’, la primera novela del jurista y escritor alemán Ferdinand von Schirach, reabrió en su país un debate que hasta entonces se creía superado: la reparación a las víctimas del nazismo.
Con los Juicios de Nuremberg, las condenas a los principales participantes en el Holocausto y el proceso de desnazificación al que fueron sometidas todas las estructuras del Estado, la sociedad germana creyó expiar frente al mundo y frente a sí misma las culpas del periodo más oscuro de su historia.
Pero luego de veinticinco años el nuevo Estado alemán se coludió con los criminales nazis y los encubrió. Esta novela basada en un caso real también dio lugar a una película y reabrió en Alemania la última gran cacería de nazis sobrevivientes.
El horror del Holocausto perpetrado por los nazis, que no cesa de repetirse en otros episodios más recientes de genocidio, no deja de perturbar profundamente la conciencia humana -supuestamente racional y civilizada- y dejar la convicción de la grave extensión de la maldad en nuestro tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.