Este libro es un estudio fascinante que siguiendo la pista de Ziólkowski, quien sostuvo la iniciación religiosa de los Inkas, lo aplica a la interpretación del ciclo mítico de los Ayar y el resultado es una teoría sobrenatural del poder andino.
En esta obra Rodolfo Sánchez Garrafa presenta desde la antropología simbólica una interpretación del mito de los hermanos Ayar como una teoría andina del poder político-chamánica, cuando el poder político se basaba en el orden sobrenatural. Por ello, pertenecen a la etapa de los Reyes sacerdotes. Los hermanos Ayar son demiurgos en vez de guerreros.
Son héroes fundadores de la etapa pre-Pachacútec que en su condición de sacerdotes principales y filósofos místicos encabezan la fundación de un nuevo eje del mundo: Cuzco. Los vincula a los sacerdotes astrónomos de la extinta Tiahuanaco. Con esto cuestiona las ideas que lo han visto como una gesta militar, una alegoría agrícola, alimentaria y culinaria.
El ciclo de los Ayar evoca un contexto chamánico, con poderes sobrenaturales, uso de plantas psicotrópicas e invocaciones a espíritu peligrosos. Además, cada uno se distingue por sus dones. Ayar Kachi tiene el don de la adivinación, Ayar Uchu de la sanación, Ayar Auca del vuelo y la confesión, y Ayar Manco de la introspección profunda. Los cuatro son hijos míticos del rayo, lo cual consagra la prerrogativa del poder asociado a la religión.
El posible origen tiahuanaquense de los Inkas es confirmado y el registro idiomático puquina lo reafirma. Los Ayar serían sacerdotes supremos herederos de la espiritualidad chamánica tiahuanaquense.
La obra nos deja ante varios desafíos, a saber, 1. evaluar la distinción que hace Rudolf Otto entre lo sagrado y lo divino en la propia tradición andina.; 2. en el chamanismo hay distinción entre dioses y demonios, lo que exige identificar los demonios en la religión andina; 3. la tesis chamánica llevaría a reconocer fuerzas demoníacas en los Andes; 4. en caso contrario los Ayar no serán chamanes, sino figuras transicionales entre el chamán y el sacerdote, o sea, sacerdotes mitocráticos, con poderes sobrenaturales, elevada posición social y clara misión política; 5. la psicología tímida del chamán no se ubica en los Ayar, sino la del sacerdote imperativo y dueño de un bagaje mítico de elevada cultura; 6. el libro trata los dones chamánicos como sobrenaturales, pero ello es un error al no diferenciar entre lo sobrenatural, lo preternatural y lo paranormal. Por todo ello, los Ayar sugiere en vez de la figura del chamán la de los sacerdotes mitocráticos de elevadas civilizaciones fundadoras. Serían sabios mitocráticos en vez de chamanes. Lo cual no altera la teoría sobrenatural del poder andino pero lo precisa en el marco mitocrático.
Rodolfo Sánchez Garrafa: Es el mejor comentario que se haya hecho sobre este libro hasta el momento. Pregunto: Me permites compartirlo?
ResponderEliminarGustavo Flores Quelopana: Interesante que así le parezca
RSG: ¿Es una anuencia?
GFQ: Su libro nos lleva hacia problemas pneumaticos de la filosofía de la religión. Los Ayar por su liderazgo son sacerdotes sabios del poder mitocratico y por sus dones aún están vinculados al chamanismo. Son arquetipos de transición del chamanismo al sabio mitocratico. En los Ayar lo más ajeno al chamanismo es su liderazgo político fundacional.
RSG: Tomo nota de los desafíos. Pienso que tengo respuestas plausibles, en el marco del modelo que tengo desarrollado al respecto. En cuanto a la cuestión 3 no podemos identificar fuerzas demoníacas, más si fuerzas que en cierto momento son visiblemente antagónicas, sin que pueda afirmarse que unas sean buenas y otras malas. Es que el desequilibro en la deseable complementación conspira contra el orden y esa es la principal preocupación humana. Consiguientemente, respondo afirmativamente a las cuestiones 4 y 5.Dee completo acuerdo con estas tus últimas anotaciones. Creo que ya forman parte del comentario.
GFQ: Lo reflexiono. La demonología se asienta con el chamanismo y es dudoso que el chamanismo precolombino sea una excepción. La complementación más se adecua a una explicación cosmológica que moral. En lo moral dicho principio resulta insatisfactorio. Haría imposible la vida moral. En todo caso, un chamanismo sin demonología sería un caso singular aún por explicar. El chamanismo amazónico reconoce sin dificultad demonios en el inframundo.
RSG: Los Pukina, que experimentaron una temprana interculturalidad con pueblos amazónicos, practicaron un shamanismo que aún no ha sido suficientemente estudiado. Ideas como la de entidades desmaterializadas que vuelan era asunto común a este imaginario. El caso de Antarki es uno de ellos y numerosos tarkis son referidos en relatos míticos de los que trato en un artículo que escribí para el Libro Carabaya II de Rainer Hostnig y que, eventualmente, formará parte del libro sobre Wiraqocha que se halla en gestación y en cuyo desarrollo, tus reflexiones sobre religión y sobre las relaciones entre teología y filosofía serán decisivas.
GFQ: Entre los licenciados de las FFAA hay numerosos testimonios de seres demoníacos que vuelan o deambulan por la selva, desiertos y carreteras, incluso en cuarteles
RSG: En un par de semanas, estaré algo desahogado y me propongo escribir un artículo que recogerá proposiciones de tus libros Filosofía Ser Historia, En torno al universalismo filosófico y Por qué filosofamos. Pero son muchos más los libros tuyos de cuyo contenido debo empaparme, ya que Wiraqocha es una entidad cuya comprensión va más allá de las tradicionales ciencias empíricas o del análisis semántico propuesto por César Itier.
GFQ: Es un tema en el que no se puede prescindir de la filosofía de la religión. Esperaré con expectativa tus comentarios a mis libros.
RSG: En el caso de Carabaya hablamos de una etnia andina no amazónica. Mi experiencia en áreas amazónicas refrenda el convencimiento sobre seres malignos voladores y demás.
GFQ: Ya es hora de almuerzo, buen provecho.
RSG: Por el momento será un artículo que ha de involucrar mis lecturas inmediatas. El proyecto será consolidar muchas más nociones en el libro mayor pensado para fines del 25. Provecho.
GFQ: Considero que el esplendor del chamanismo se dio en el paleolítico superior con el homo neandertal y el homo sapiens y la evidencia de sus visiones lo registraron en lo que nosotros llamamos arte rupestre, petroglifos y geoglifos. Su decadencia acontece desde el neolítico, la cultura agrícola y el surgimiento de las grandes civilizaciones. No es que el chamán se extinguió, sino que fue paulatinamente sustituido y subordinado por el sacerdote de la religión estatal. Esta sería otra razón por la cual los Ayar serían sacerdotes principales -como tu afirmas- que heredaron el espíritu religioso tiahuanaquense antes que chamanes. Que pudiera haber sacerdotes estatales con poderes chamánicos es posible, pero el chamanismo más prístino se refugio en la selva.
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