EL SEBASTIANISMO
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
1. Como bien señala el Evangelio los frutos del
Espíritu Santo son el amor, el gozo y la paz, mientras que los del espíritu del
mal son la riña y la disensión. En este sentido, las herejías se caracterizan
por un espíritu anti-eclesiástico, cismático (no acepta la autoridad del Sumo
Pontífice ni comulga con los miembros de la iglesia), odio acérrimo hacia la
Iglesia Católica, rechazo de sus ritos, dogmas, magisterio y tradición.
2. Así como las herejías ebionita y docetista tuvieron
que ser enfrentadas desde el siglo I por Juan el evangelista y Clemente de
Alejandría, el sabelianismo fue combatido por Tertuliano desde el siglo II, el
arrianismo por San Atanasio (373), el nestorianismo por Cirilo de Alejandría en
el siglo V, el pelagianismo afrontado por San Agustín y el monotelismo por
Máximo el Confesor, del mismo modo el sebastianismo
es la doctrina del heresiarca Sebastián P. L. en nuestro tiempo.
3. El sebastianismo es herejía, y no opinión cercana a
la herejía, ni error teológico, porque se caracteriza por una adhesión pertinaz
a una doctrina contradictoria referente a un asunto de fe claramente definido.
Como herejía es destructiva de la unidad de la fe cristiana. Como pecado es un
acto de aversión a Dios. Además, corrompe el Evangelio y desconoce la autoridad
magisterial de la Iglesia. La herejía anida no sólo en la mente sino en el
corazón, y el corazón es un santuario impenetrable a todos menos a Dios.
4. Su doctrina consiste en:
(a) rechaza el misterio de la Trinidad, y la
doctrina hipostática y sostiene que en vez de tres personas y una sola
sustancia, hay una sola esencia divina que se manifiesta bajo el aspecto de
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Con ello rechaza el dogma del Concilio de Nicea y
retrocede en el debate cristológico y sobre la relación intratrinitaria a la
época del monofisismo y monotelismo que serían condenados por pretender que en
Cristo sólo existe una naturaleza (divina) y una sola voluntad.
(b) Rechaza la inmortalidad del alma. Restituye la
opinión naturalista aristotélica de que el alma es una función del cuerpo.
(c) Admite platónicamente que el mal es coeterno a
Dios. Con ello retrocede al paganismo.
(d) No admite la transubstanciación de la
Eucaristía, ni la salvación por obras, sólo por fe. Se aferra a la
justificación por la fe del luteranismo. Subraya el papel central de la
voluntad de Dios (teología occamista) y la esclavitud de la voluntad humana
(teología protestante).
(e) Niega la existencia del purgatorio. El alma no
sobrevive a la muerte.
(f) Contradice la veneración de la santísima Virgen
María. Confunde el dogma de la Inmaculada Concepción (simple mujer dotada de
gracia sobrenatural incomparable) con la teología mariana (María es madre de
Dios en el tiempo y en la eternidad).
(g) Tergiversa la historia de la Iglesia,
sobrestimando el papel de Constantino en la formación de los dogmas, cuando,
por el contrario, la historia testimonia que el emperador y su corte fue
arriana y sólo se dejó bautizar en su lecho de muerte, incluso el emperador
monofisita Constante II en el año 653 arrestó al papa Martín I y a Máximo el
Confesor –al que lo sentenciaría cruelmente a que le cortasen la mano y la
lengua-.
(h) Al igual que el fundamentalismo asume que la
Biblia es sólo palabra de Dios, en vez de ser palabra de Dios en palabra de
hombres. Por eso rechaza cualquier método de interpretación de la biblia
(método histórico-crítico, métodos de análisis literario, acercamientos basados
en la tradición, acercamientos por las ciencias humanas, acercamiento
contextual), admite sólo el método literalista. Confunde la interpretación de
la Biblia en la Iglesia con modernismo o negación de la exégesis sobrenatural.
(i) El sebastianismo es una herejía que contradice a
la fe ortodoxa del catolicismo y, en suma, predica que la salvación no depende
de los sacramentos de la Iglesia sino de la fe personal, acentuando el
individualismo racionalista y carismático. Aspira a convertirse en otra rama
protestante junto al luteranismo, calvinismo, metodismo, iglesia bautista,
congregacional y presbiteriano.
(j) Siendo enemigo de las imágenes se muestra como
un movimiento iconoclasta. No comprende que las imágenes son solamente símbolos
pedagógicos y catequéticos de lo sobrenatural. Con todo esto se aleja de la
cristología ortodoxa. El sebastianismo se encuentra influido por el monotelismo
y el monofisismo de raíz judeo-arábiga y se inscribe dentro de las herejías
racionalistas.
(k) Otorga solamente un sentido peyorativo a la
divinización humana, minusvalorando su sentido positivo en la santificación.
(l) Su doctrina del pecado es tan radical como la
protestante, que concibe que el pecado original ha corrompido totalmente al ser
humano y éste sin Dios no puede obrar el bien. Para el catolicismo el hombre
quedó debilitado pero no muerto para obrar el bien.
(ll) Igual que el protestantismo piensa que la
iglesia es sólo una realidad espiritual y que su jerarquía es una invención
humana. Para el catolicismo la Iglesia y los sacramentos son una institución
divina.
5. El sebastianismo olvida que ya antes del comienzo de
la crisis arriana, las creencias cristológicas y trinitarias formaban parte de
la enseñanza de la Iglesia del siglo I y II (Jn 14, 16-20) y en Isaías (11, 2).
Y también no reconoce que la institución eclesial, con los cargos de obispos,
presbíteros y diáconos, ya existía desde el siglo I, como demuestran las siete
cartas de Ignacio de Antioquía. Tampoco reconoce que el Concilio de Nicea (325)
y el Concilio de Calcedonia (431) rompieron con la metafísica griega, que
establecía un abismo entre lo trascendente y lo inmanente.
6. Como todo movimiento reformista el sebastianismo
favorece el libre examen y el primado de la conciencia individual favoreciendo
la racionalización del dogma, un aburguesamiento y empobrecimiento del
misterio. Así tiende a ridiculizar y
negar los milagros de los santos. Sitúa sus propias opiniones muy por encima de
los Padres y los Santos de la Iglesia, actitud que ha sido condenada por todos
los veintiún Concilios ecuménicos. Bien se dice en Mateo 7: 15: “Cuidaos de los
falsos profetas”.
7. En suma, el sebastianismo es una herejía
anticatólica que retrocede a la metafísica griega al restablecer el abismo
entre lo inmanente y lo trascendente, favorece la racionalización del dogma y
empobrece los misterios divinos. Pero no corresponde al hombre sino a Dios
juzgar sobre la culpa que corresponde a un alma herética y cismática. El
sebastianismo siendo víctima de errores heréticos de tendencia racionalista, en
especial cuando rechaza el dogma de la Trinidad, exige la unidad del
catolicismo y luchar por la cohesión y verdad del dogma.
8. Por el momento, el sebastianismo es una secta desencantada
de la Iglesia de nuestro tiempo, que no cuenta con ningún grupo de adeptos ni
ningún poder secular que la apoye, y se trata de una postura que sólo interesa
a unos cuantos estudiosos. Pero también su surgimiento se vincula a nuestra era
individualista, incrédula y protagórica, donde “el hombre es la medida de todas
las cosas” y cada quien se siente llamado a hacerse “una religión a la carta”.
9. A las asambleas de herejes se les denomina
“Sinagogas de Satán”. La herejía es un veneno mortal que se genera en el seno
mismo de la Iglesia, pero Cristo dotó a la misma de la infalibilidad al
enseñar. Frente a los
herejes materiales, la Iglesia actúa siguiendo la regla de San
Agustín: “No debe
considerarse hereje quien no defienda sus opiniones falsas y perversas con celo
pertinaz (animositas). Sobre todo si
el error no es fruto de una audaz presunción, sino que le ha sido transmitido
al hereje por padres que han sido seducidos a su vez, y cuando esa persona anda
en busca de la verdad con cuidadosa solicitud y dispuesto a ser corregido”
(P.L. XXXIII, ep. XLIII, 160).
P.D..- Después de escuchar la
presente exposición, el heresiarca del sebastianismo sólo atinó a tildar a su
autor de “monagillo ignorante del catolicisimo” y a atacar a la iglesia
católica, pero en ningún momento levantó los cargos doctrinales que se le
imputó.
Lima, Salamanca 19
de Agosto 2014
El Sebastianismo pone en peligro mortal la salvación eterna del alma por: (1) impedir el conocimiento y recepción de la Trinidad al distorsionarla como una sola esencia y una sola persona, (2) rechazar la doctrina de la unión hipostática de Cristo, (3) ser indiferente a las virtudes morales por abrazar una teoría radical del pecado, (4) al rechazar los sacramentos de la iglesia, (5) al desvirtuar las virtudes teologales con la doctrina de la justificación que subordina el amor a la fe, y (6) al minimizar los dones del Espíritu Santo y la gracia santificante para las buenas obras.
ResponderEliminarEl Sebastianismo es una herejía de la edad de la apostasía y comparte con ésta su exceso de racionalismo, individualismo, negación de los milagros, denigración de la realidad humana y la relativista religión a la carta.
ResponderEliminarLa doctrina trinitaria del Sebastianismo es de índole sabeliana (Sabelio muere el 260 n.e.). El modalismo es la doctrina que concibe que no hay más que una sola Persona, a la que llamamos Padre, Hijo y Espíritu Santo, los cuales son solo modos de manifestarse en sus relaciones personales con el mundo y con el hombre. El Sebastianismo como el modalismo sabeliano hacen de las tres Personas una misma cosa, porque no comprenden el concepto de unidad trinitaria. No entienden que el estudio de la unidad en la Trinidad es una distinción de razón que existe entre cada Persona y la esencia divina. El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. La Trinidad tiene una misma y sola naturaleza, una sola y misma operación, pero cada Persona divina realiza la obra común según su propiedad personal. La fe católica no confunde las Personas ni separa las substancias. El Sebastianismo, como el sabelianismo, confunde las personas en una sola substancia. No entiende la unidad trinitaria.
ResponderEliminarHay dos formas de herejía: la material y la formal. La material es un abierto enfrentamiento con el dogma de la fe, y la formal es un error en que se incurre y se está presto a rectificación. Una ilustración es el caso del Abad calabrés Joaquín de Fiore que profetizó la era del Espíritu Santo pero que siempre se mostró sumiso a rectificarse, frente a su discípulo Gerardo de Borgo San Donino que llevó hasta las últimas consecuencias las doctrinas del joaquinismo, fue amonestado, no quiso rectificarse y murió en el error. Actualmente la Iglesia amonesta a sus teólogos cuando incurren en error (uno de los últimos casos más conocidos fue con los teólogos de la teología de la liberación). Pero el hereje material es el contumaz que no accede a rectificación y tienen que ser excomulgados porque no profesan la fe la iglesia. Así, la teología protestante es otra iglesia, trinitaria y que admite la Encarnación y Redención pero que quiere anclar la iglesia de Cristo en la muerte y resurrección pero negando la estructura visible y jurídica de la iglesia, y la Teología greco-ortodoxa es otra iglesia que afirma que el Espíritu Santo no procede del Padre y del Hijo sino tan solo del Padre. Para el catolicismo siempre será punto de quiebre de la fe aceptar la acción del Espíritu Santo para la salvación de las almas a través de tres elementos: la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia.
ResponderEliminarEn resumen: la crítica de fondo al Sebastianismo no es que no entienda la unidad de la Trinidad sino que no advierta que los sacramentos son la estructura visible de la iglesia en la tierra y que, desde Pentecostés, ésta ofrece al hombre la misma esencia divina peri en régimen de fe y no de visión.
El Sebastianismo es una herejía cismática que ostenta un carismatismo no católico. Como carismático cree hablar por el Espíritu Santo, tener derecho a rechazar la jerarquía, el dogma y los sacramentos. Y lo más grva de todo es que cree que vive sin pecado. Al respecto ya escribía San Agustín: "...pero el que piensa que vive sin pecado no lo evita, sino que más bien excluye todo perdón", De Civitate Dei, XIV, 19.
ResponderEliminar¿Qué tipo de pecador es un hereje? El hereje es un tipo de pecador que va más hondo en su pecado respecto al Fariseo. Si el Fariseo se pega al rito, a la letra y odia la misericordia de Dios buscando su propia glorificación, en cambio el Hereje se enajena del rito y altera el sentido de la letra Sagrada, se autoglorifica y se llena de orgullo jactándose de entender mejor las Escrituras y con ello disimula su extremo egoísmo y desprecio a Dios.
ResponderEliminarEl Hereje tiene en común con el Pecador Trágico en que es todavía consciente del "aliento de lo eterno" pero lo diferencia su inconsciencia de su enfrentamiento con Dios. El error fundamental de la herejía cismática sebastianana consiste en su superficialidad, falta de humildad y caridad auténticas.
ResponderEliminarEl hereje aunque está lleno de orgullo no es enemigo despiadado de Dios. Por eso, ante su torcida y desviada intención, que puede ser resultado de frustraciones y decepciones nada excusables, reclama nuestra conmiseración.
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