lunes, 24 de junio de 2024

ET Y LOS DEMONIOS

 


ET Y LOS DEMONIOS

Las siguientes líneas son una respuesta al amigo y catedrático de periodismo de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), Eduardo Paz Esquerre, quien concluye su amable comentario sobre mi último libro ufológico, Contra Nosotros: ufología como demonología (2024), afirmando: "Discrepo de su afirmación de que los ET son demonios y que los OVNIS son engaño del Maligno." 

Eduardo lleva años investigando el fenómeno Ovni desde una perspectiva creyente, o sea que no cuestiona la existencia de los ET, y lo hace desde una propia experiencia ufológica que lo contó en su libro Viaje a lo sublime (2017), él ha tenido contacto con el Grupo Rama del ufólogo Sixto Paz, e incluso dio una conferencia en su Universidad sobre el tema apelando en lo posible a argumentos científicos. 

Al respecto de la relación de los ET y los demonios cabe mencionar la existencia de tres posturas: 1. Los ET no son demonios, 2. Entre los ET hay demonios, 3. Todos los ET son demonios.

La (1) no es sostenida exclusivamente por los ufólogos -como el periodista ufológico mexicano Maussan y Erich von Däniken-, también los hay científicos como Michio Kaku y Avi Loeb. La (2) es defendida por algunos ufólogos que sostienen que los llamados Grises son los demonios, el resto no. Y la (3) piensa que todos los ET son demonios que engañan mentalmente al ser humano. En esta última interpretación me incluyo, mientras que Paz Esquerre se inserta en la primera. No tomo en cuenta aquí la postura de la propia ciencia porque se mantiene escéptica sobre la existencia tanto de ET como de demonios.

La primera postura tiene como característica tomar distancia de la interpretación religiosa y presentarse con un cariz más científico. De ahí que uno de los reproches de Eduardo hacia mi postura es que asuma una interpretación religiosa -en mi caso cristiano católica- y me recomiende alejarme de la misma. Uno de sus argumentos en contra de tomar en cuenta el perfil teológico es que la religión es autoritaria y no permite una investigación serena del asunto. A lo que respondo que no toda religión es autoritaria, ni impide el estudio sereno del fenómeno ovni, incluso la católica.

La segunda postura está expuesta por ufólogos creyentes en ET, pero que admiten que entre ellos hay los llamados Grises, que son malignos y demoníacos, mientras que hay otros alienígenas que son benignos y desean ayudar a la raza humana como "Hermanos Mayores". Estos no tienen inconveniente en tomar en cuenta las investigaciones teológicas sobre el tema ovni, pero le dan una propia versión en la que Jesucristo resulta siendo parte de los Hermanos Mayores buenos.

Y la tercera postura, en la que me inscribo, está representada no sólo por investigaciones de teólogos católicos -como el padre agustino recoleto Ángel Peña en su libro: ET el gran engaño diabólico-, sino también por pilotos de la Fuerza Aérea norteamericana como Nelson Pacheco y Tommy Blann (ver su libro Desenmascarando al enemigo), la mística María Simma (Mi experiencia con las almas del Purgatorio), el famoso astrónomo Jacques Vallée (Emisarios del engaño), el reconocido psiquiatra Raymond Moody (Reflexiones sobre la vida después de la vida), el investigador de abducciones J. J. Jason (Descorriendo el velo cósmico) y el prestigioso psiquiatra John E. Mack (Abducidos). Basta esta mínima relación para constatar que la identificación de los ET con los demonios no sólo proviene de teólogos, sino de las más variadas posturas y disciplinas. 

De manera que es claro lo siguiente: 1. No es cierto que en la investigación del fenómeno Ovni y de los ET se deba excluir la perspectiva teológica. 2. Tampoco es cierto que considerar a los ET como demonios provenga exclusivamente de argumentos religiosos. 3. Lo que se muestra como cierto es que es la postura creyente en ET de sesgo cientificista, es la que preconiza no tomar en cuenta las conclusiones de la religión o de cualquier otra disciplina que identifique a los ET con los demonios. Y ello persigue el propósito de presentarlos como entidades buenas y benignas.

En mi opinión es esta postura creyente cientificista la más peligrosa y menos objetiva. Peligrosa, porque presenta a los ET como veraces y benignos. El propio Stephen Hawking expresó su prudente opinión, antes de morir, de que en caso de existir los ET debemos evitar hacer contacto porque podrían exterminarnos, como ocurrió con toda civilización superior en la historia. Y menos objetiva, porque se resiste a tomar en cuenta las opiniones escépticas provenientes de otras disciplinas que niegan tal condición benigna de los ET.

Para dejar mejor ilustrada mi postura enumero las principales razones -y a las cuales no se refiere Eduardo- por las cuales pienso en que los ET son demonios: 1. Presentan una fenomenología que viola las leyes de la materia y de la física, por tanto, no son físicos, sino inmateriales y espirituales. 2. Se han limitado a “mariposear” en el cielo desde tiempos inmemoriales sin traer ningún beneficio real a la humanidad. 3. Las abducciones conocidas son secuestros inmorales con vejaciones sexuales bajo el pretexto de absurdos experimentos genéticos. 4. Su mensaje religioso coincide en presentar a Dios no como persona, sino como energía cósmica, y a Jesucristo y a la Virgen María como seres estelares. 5. Los demonios pueden provocar ilusiones para presentarse como seres de otros planetas y demás fantasías cósmicas interplanetarias.

Ante tal situación prefiero conservar la prudencia escéptica de la ciencia y la alerta espiritual de la religión cristiana. Por lo demás, recomiendo a quienes lean mi libro o alguna literatura discrepante con la ciega creencia dogmática en ET y Ovnis que se dirijan a los argumentos centrales sin prejuicio y con serenidad, que un poco de religión y teología no hace daño, al contrario nos pone en guardia contra los engaños del Maligno.

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