Revista peruana de Filosofía dedicada a los temas de metafísica, ontología, antropología filosófica, ética y política con especial énfasis en las categorías de lo anético, mitocrático, hermenéutica remitizante e hiperimperialismo. Contacto: gus_floque@yahoo.com
domingo, 28 de abril de 2024
COMENTARIO DEL DR. JAVIER SOLÍS SALCEDO (UNT)
CONTRA NOSOTROS UFOLOGÍA COMO DEMONOLOGÍA (Nuevo libro)
NUEVO LIBRO
"CONTRA NOSOTROS. UFOLOGÍA COMO DEMONOLOGÍA"
Autor: Gustavo Flores Quelopana
Editorial(es): IIPCIAL
Lugar de publicación: Lima
Año de edición: 2024
Número de páginas: 312
Contenido. -
Primera Parte
OVNI: MITOIDE ENCUBRIDOR DE LA CARRERA ARMAMENTISTA
EN LA ERA TECNOLÓGICA
¿Puede el hombre seguir siendo el centro metafísico-moral del cosmos?
Agradecimientos
Prefacio
A.
TEOLOGÍA Y FILOSOFÍA UFOLÓGICA
Capítulo I
Observaciones teológicas sobre los extraterrestres
Una respuesta al libro de T. F. O´Meara “Vast Universe”
A. D I O S
Cuestión 1: Sobre el amor de Dios, la redención y los ET
Artículo 1
Si el amor de Dios se extiende a otras civilizaciones cósmicas
Artículo 2
Si los ET no crucificaron al Redentor
Artículo 3
Si los ET no disminuyen a Jesucristo
B. C R E A C I Ó N
Cuestión 2: Universo, inteligencia y libre albedrío
Artículo 1
Si la inmensidad del Universo justifica la existencia de ET
Artículo 2
Si los ET tienen inteligencia y libre albedrío
C. Á N G E L E S
Cuestión 3: Si los ET son ángeles
Artículo 1
Si los ET son ángeles
Artículo 2
Si los ET son mensajeros divinos
D. JESUCRISTO
Cuestión 4: Sobre el Verbo Encarnado y los ET
Artículo 1
Si la encarnación de Jesucristo justifica la existencia de ET
Artículo 2
Si se justifican otras encarnaciones del Verbo Divino
E. R E V E L A C I Ó N
Cuestión 5: Biblia, Religión y ET
Artículo 1
La Biblia no es aplicable a los ET
Artículo 2
Si los ET tienen sus propias búsquedas religiosas
Conclusión Final
Capítulo II
La filosofía y los ovnis
B.
INTERPRETACIÓN ÓNTICO-ONTOLÓGICO DEL FENÓMENO OVNI
Capítulo III
El problema de la realidad ovni
1. Idealismo-Realismo Ovni
2. El ser del objeto y ser-objeto
3. La conciencia ovni
4. Ovni: objeto trascendente
5. La existencia ovni no determina su realidad
6. Existencia relativa del fenómeno ovni
7. La realidad del objeto ovni
8. Identidad equívoca y falsa realidad ovni
9. La vivencia de la realidad ovni
C.
UFOLOGÍA CIENTÍFICA Y UFOLATRÍA
Capítulo IV
ET: posibilidad y realidad
10. Fenómeno Ovni y civilizaciones ET
11. La paradoja de Fermi y la ausencia de evidencia ET
12. Fenómeno ovni y exoplanetología
D.
CULTUROLOGÍA UFOLÓGICA
Capítulo V
UFO: Mitoide secular
13. Fenómeno Ovni e impacto ET
14. Mitoide Ovni y transhumanismo
Conclusión
Bibliografía
Segunda Parte
UFOLOFÍA COMO SIGNO DE LA CRISIS
DEL PENSAMIENTO MODERNO
Prefacio
1. Silogística ufológica en la crisis del logos moderno
2. Falacias platillistas y la crisis del pensar actual
3. Escala Kardashov e imaginación
4. Panenteísmo de ufología platillista
5. Nominalismo y ufología
6. Los demonios de siempre
7. Probabilidad y vida inteligente en el cosmos
8. Platillismo como delirio del pensamiento
9. Los platillistas en su laberinto
10. La teología ufológica no es cuestión de fe
Tercera Parte
UFOLOGÍA: EL GRAN FRAUDE
Prólogo
1. Demonios y no extraterrestres
2. Abducidos, mutilaciones
3. Agroglifos y contactismo
4. Nueva religión
5. Ufología y esoterismo
6. Ufolatría y posesión diabólica
7. Falacias ufológicas
8. Ufología y decadencia civilizatoria
Conclusión
Bibliografía & Fuentes
Cuarta Parte
SOBRE EL INFINITO UNIVERSO Y LA SOLEDAD CÓSMICA
Prefacio
Diálogo primero
Diálogo Segundo
Diálogo tercero
Diálogo cuarto
Diálogo quinto
Diálogo sexto
Diálogo séptimo
Diálogo octavo
Diálogo noveno
Diálogo décimo
Bibliografía
miércoles, 24 de abril de 2024
LA FILOSOFIA ESTUVO, ESTA Y ESTARÁ EN TODAS PARTES
LA FILOSOFIA ESTUVO, ESTA Y ESTARÁ EN TODAS
PARTES
Ricardo Mauricio Agreda Rojas- UNSA/Arequipa
¿POR QUÉ FILOSOFAMOS? Que un libro comience con una
pregunta tan llamativa lo hace, desde el comienzo, un captador de atención.
Gustavo Flores Quelopana inicia su libro ¿Por qué filosofamos? El misterio
de la filosofía con una interesante pregunta.
Este texto que fue publicado el presente año por la
Editorial IIPCIAL, en Lima, Perú está dirigido, desde su inicio, a explicar que
la filosofía no es un patrimonio de una sola cultura, sino que la filosofía es
propia de todas las culturas, y que al estar presente en todas ellas el
filosofar se vuelve polimórfico y multívoco.
Gustavo Flores Quelopana divide su libro en cuatro
partes. 1. ¿Del mito al logos? La idea de que la filosofía se origina en
Grecia es muy común. Sin embargo, hay que entender que lo que en Grecia se
origina es la palabra filosofía, que etimológicamente quiere decir amor por la
sabiduría. Esta actividad que persigue el conocimiento, el questionamiento, la
inquietud, etc. parte del asombro que tiene el hombre del mundo.
Entendiendo esto, se vuelve imposible sostener que solo
los hombres griegos pudieron asombrarse de su entorno y que otras
civilizaciones hayan prescindido de aquello. El asombro no es griego, el
asombro es humano. Que la palabra filosofía haya existido en Grecia no quiere
decir que no haya estado presente en otros lugares. Que en Grecia, la filosofía
se haya dedicado a romper con el mito no quiere decir que todas las sociedades
hayan tenido que dedicarse a lo mismo.
Para Flores, la filosofía de Grecia desconoce el mito y
es logocrática. Esta es una forma de filosofar. Por otro lado, hay sociedades
que basan sus pensamientos y explicaciones en el mito. Esta es otra forma de
filosofar y la denomina mitocrática. Siguiendo estos argumentos podríamos decir
que otras civilizaciones también tendrían otras formas de filosofar respecto a
las condiciones de sus sociedades. Cada forma de filosofar podría contener
incluso principios lógicos diferentes. Todo esto volvería a la filosofía en
multívoca y polimórfica.
2. Ruptura mítica andina entre lo ontológico
y lo histórico. El filosofar mitocrático contiene muchas
reflexiones teleológicas, existenciales, causales, etc. estos pensares pueden
ser encontrados por ejemplo en las concepciones de divinidades que tuvieron las
culturas prehispánicas.
En este punto, Flores se percata que, a diferencia de las
culturas occidentales, la religión precolombina fue distinta. Esta, en primer
lugar, no fue ni monoteísta ni panteísta sino henoteísta. Esto quiere decir que
existían varios dioses, pero había un dios supremo.
Flores recalca que un dios supremo no significa un dios
absoluto. Incluso se puede observar que en varias culturas precolombinas existe
esta parafernalia de divinidades como huacas, apus, dioses que tienen
características parecidas, etc. Sin embargo, no existe en ninguna parte
histórica precolombina en la que exista solo un dios.
Que existan varios dioses o varias religiones desemboca
en reflexiones sobre el origen y atributos de estos dioses o los fundamentos de
estas religiones. Esto es el filosofar mitocrático.
Pero ¿cómo comprobar este filosofar con un lenguaje o una
escritura? Con respecto al lenguaje Flores argumenta que la lengua quechua
alberga la posibilidad de formar preguntas filosóficas. Con respecto a lo
segundo, declara que la inexistencia de la escritura en el quechua no es freno
para entender el filosofar antiguo.
La música o la pintura son lenguajes indirectos y que
pueden tener más sentido que el signo escrito. Así, todas las culturas pueden
filosofar con algún lenguaje incluso, y esto es interesante, el hombre del
paleolítico puede tener una forma de filosofar solo por su condición humana.
3. Del mito al filósofo primitivo. Si aceptamos que hay varias formas de filosofar y que estas están
presentes en la diversidad de las culturas que existieron entonces, tenemos que
abandonar la idea eurocéntrica en donde solo Grecia es la medida posible de
toda la filosofía.
Podríamos entender que quizá en otros lugares no se
preocupaban si hacían o no filosofía, sino que simplemente la hacían. Teniendo
esto en claro, Flores comienza a retrotraer el pensamiento filosófico a tiempos
anteriores de las grandes civilizaciones.
Si existe un filosofar mitocrático ¿por qué no podría
existir un filosofar antes de lo mitocrático? Para Flores el filosofar existe
también en el hombre prehistórico y está presente en actividades como los
enterramientos, el arte y la industria lítica. Estas actividades tienen
fundamentos ontológicos y metafísicos que estarían vinculadas con su entorno
natural y social e incluso con un entorno espiritual y sobrenatural.
Este filosofar es el chamanismo y Flores lo denomina
mitomórfico. En este chamanismo las ideas como alma, espíritu, vida después de
la muerte, etc. surgen como guía o forma de vivir y se han encontrado en
diferentes lugares como África, Asia, América o Australia.
Flores sigue el camino regresivo histórico y añade que,
bajo estos argumentos no eurocéntricos, incluso los primeros homínidos tienen
una forma de filosofar. Para ellos el mundo natural está lleno de espíritus
poderosos y su evolución con armas, materiales, fuego, relación con otros
homínidos, obtención de lenguajes, es una forma de entender que tenían una
percepción activa. A este filosofar Flores lo denomina numinocrático.
Con todo esto, esclarecemos que la premisa donde es
Grecia el origen de la filosofía es falsa y que el asombro que es el origen de
filosofar no pertenece solo a Europa si no a cada cultura y cada humano.
Asimilar esto es captar que existen muchas formas de
filosofar y que no hay una filosofía mejor que otra filosofía, sino que hay
filosofías distintas y que cada una surge en diferentes lugares, diferentes
tiempos y para alcanzar diferentes fundamentos. Al final de todo, la filosofía
es polimórfica y multívoca.
4. Dimensión ontológica del filosofar. Y a todo esto entonces ¿Por qué filosofamos? Gustavo Flores Quelopana
culmina el último capítulo de su libro explicando que filosofamos porque somo
humanos; filosofamos porque podemos asombrarnos; filosofamos porque tenemos
conciencia de nosotros mismos, conciencia del mundo y conciencia teologal,
filosofamos porque es nuestra condición ontológica.
Sin embargo, aunque esté en nuestra condición humana
filosofar es claro que no todos filosofamos y esto se debe a que esta actividad
merece tiempo, educación y formación.
Por mi parte siempre he tenido aversión a los términos
filosofía andina y/o filosofía no occidental y no porque crea que solo existe
un filosofar europeo que nació en Grecia sino porque querer demostrar que
existió una filosofía mucho antes que los griegos en otros lugares sin tener un
sustento documentario de ese filosofar es entrar a un debate prácticamente sin
salida. Para mí el humano es científico y filósofo por naturaleza porque quiere
relacionarse con el mundo y quiere preguntarse sobre sus fundamentos.
En todas las culturas el hombre se ha asombrado por la
naturaleza, la ha transformado y se ha preguntado sobre ella. En todas las
actividades la filosofía siempre está presente. Puede ser, por ejemplo,
precientífica, científica y postcientifica porque siempre está en constante
movimiento con cualquier actividad y es por ella que dicha actividad puede
evolucionar.
La filosofía no solo está presente en la ciencia sino
también en el arte, en la música, en el lenguaje, etc. la filosofía es parte
del que hacer humano. Volviendo al porqué de mi aversión a los términos mostrados
anteriormente esta se debe a que querer demostrar que hubo una filosofía
andina, latina, no occidental, etc. es como querer llamar la atención a una
filosofía procedente de Europa, es como decir — mira Europa yo también hice,
hago o haré filosofía —.
Según mi percepción la filosofía se debe hacer sin más,
este incesante estudio, cuestionamiento, inquietud, evolución, etc. debe
hacerse sin más. Me gusta mucho la idea del buen filósofo y amigo Flores
Quelopana de encontrar diferentes tipos de filosofar a lo largo de la historia.
Aunque muchas veces entre filósofos no podemos ponernos
de acuerdo en muchos temas, su libro me hizo dudar de varias cuestiones que
tenía por reparadas y si este no es el objetivo de un buen libro de filosofía
entonces no sé lo que es.
La filosofía te tiene que sacar de tus casillas, te tiene
que mantener en movimiento, quizá con esto podría añadir que la filosofía es
multívoca, polimórfica y dinámica.
He disfrutado mucho su texto y terminándolo me dejó con
una pregunta interesante en la boca. Si podemos encontrar diferentes tipos de
filosofar a lo largo de la historia humana desde los primeros homínidos hasta
los humanos actuales ¿Podría acaso en futuro las máquinas filosofar?
Y hablo de las máquinas que serán la siguiente evolución del
ser humano no de las que actualmente son instrumento humano. Seguramente esta
reflexión podría dar una conversación muy larga en algún lugar o en algún
momento, pero por el momento me siento alegre de haber leído y recomiendo
adentrarse en ¿Porque filosofamos? El misterio de la filosofía de
Gustavo Flores Quelopana.
sábado, 20 de abril de 2024
CIBER DEUS (Nuevo libro)
miércoles, 17 de abril de 2024
ANGELOLOGÍA NO ES MEDIOLOGÍA
ANGELOLOGÍA NO ES MEDIOLOGÍA
Una precisión sobre la teología andina
La presente reflexión se suscita por las opiniones vertidas por el distinguido antropólogo y amigo, Rodolfo Sánchez Garrafa, en el libro escrito al alimón con Julio Gilberto Muñiz Caparó, intitulado "Ustedes y Nosotros", en la segunda parte, exactamente en el capítulo VII llamado "Un contraste básico entre la angelología de Regis Debray y los hombres pájaros de los Andes". Para Sánchez Garrafa los hombres pájaros representan la angelología andina.
Voy a defender la idea de que sólo las religiones de salvación (mazdeísmo, judaísmo, cristianismo, islamismo) tienen angelología, mientras que las religiones anteriores (de servicio -Egipto, Mesopotamia, Indoeuropeos, celtas, eslavos, germanos, griegos, romanos, semitas, China, Japón, aztecas, mayas e incas-, de liberación -maniqueísmo, gnosticismo, hinduismo, budismo, jainismo, confucianismo- y de integración -prehistoria, siberianos, amerindios, indochinos, oceánicos, australianos y africanos) sólo tienen mediología en su sistema teológico.
La mediología no es lo mismo que la angelología, mientras que la primera reconoce seres sobrenaturales que son tomados como dioses y cuya función principal no es necesariamente servir a la deidad suprema, la segunda identifica a los ángeles como aquellos seres espirituales que no son dioses y sí sirven a la deidad suprema. El contraste es ostensible no sólo ontológicamente sino también éticamente. O sea, en las religiones de salvación existe la nítida distinción que no todo ser sobrenatural sirve a Dios. De ahí que se diferencie con claridad entre ángeles y demonios, angelología y demonología. Los ángeles sirven a Dios, los demonios o ángeles caídos no.
En las religiones de servicio politeístas y henoteístas todo ser sobrenatural es tomado como una deidad, aunque se puede reconocer a una deidad suprema. En consecuencia, se apela también a seres demoníacos sin distinguirlos de los ángeles. Simplemente es difusa la distinción entre lo sagrado y lo divino, aun cuando se lo intuya. De ahí que en dichas religiones pululen la magia blanca, la magia negra, la hechicería, los sortilegios, las supersticiones, los sacrificios humanos y la brujería. En el mundo andino prehispánico tenían gran relevancia los oráculos, presagios, profecías y portentos sobrenaturales. Todo lo cual es inducido por los demonios y no por los ángeles. En cambio, en las religiones de salvación hay una clara distinción entre lo sagrado y lo divino. No todo lo sagrado es divino.
Esto es válido a pesar de que en las religiones desde la antigüedad se practicaba la expulsión de espíritus malignos. Existe evidencia de exorcismo en el chamanismo, antiguo oriente próximo, antiguo egipcio, el helenismo y budismo. Existen numerosas tablillas cuneiformes que registran ritos exorcísticos para expulsar los malos espíritus y combatir la magia negra. Por tanto, la creencia en entes demoníacos también es común en las religiones paganas. La espiritualidad pagana conoció a los demonios y de ella no debe excluirse al Supay andino, por más complementario que sea con el bien y los espíritus benignos. Pero mientras el exorcismo pagano se basa en ritos y palabras mágicas, el exorcismo cristiano se fundamenta en la autoridad divina y la fe en Cristo.
Las religiones andinas eran religiones de servicio a sus deidades, un politeísmo henoteísta, es decir con una deidad principal, pero que tomaba a todo ser sobrenatural como a una deidad. Muchos de los cuales inducían sacrificios humanos y oráculos engañosos, entre otras cosas. Por ende, los hombres pájaros, cóndores, águilas y halcones en Chavín, Pukina, Tiawanaku, Wari e Inka no representan ninguna angelología andina, sino una mediología propia de la teología de las religiones de servicio. La religión andina prehispánica no tuvo angelología sino mediología, pero en dicha mediología existía la creencia en seres sobrenaturales benignos y malignos.
A partir de lo cual se puede afirmar que en el mundo andino todos los seres de poder, ya sea del supramundo o del inframundo, disponen de mensajeros sobrenaturales, pero no necesariamente divinos, pues muchos de ellos son ángeles caídos. Prueba de ello es el respeto y adoración que exigen los Apus y la Pachamama, sin lo cual éstos pueden cobrar dolorosa venganza. De ahí que estos seres sobrenaturales sean vistos no como fantasía o cosa imaginativa, sino como una realidad existente.
En el mundo andino el papel de los mediadores -con predominancia de los ángeles caídos- es mantener la creencia de que el orden del cosmos es cíclico, no hay pecado, condena eterna ni salvación. Todo se resuelve en un eterno retorno de las cosas. Pero al ser derrotado por una nueva huaca -así lo dice en Ritos y tradiciones de Huarochirí el indígena Tomás, secretario del extirpador de idolatrías Francisco de Avila, refiriéndose al cristianismo- y un nuevo evangelio, que trae la revelación de Cristo, el tiempo cíclico se sustituye por el tiempo asintótico y los órdenes de la realidad dejan de ser cíclicos y estar regulados por la complementación cósmica. El necesitarismo cósmico es remplazado por la libertad humana.
Mientras Mircea Eliade describe el eterno retorno como una creencia religiosa, en el pensamiento filosófico está presente en el estoicismo, Vico (ciclos perfectibles), Maquiavelo y Nietzsche. La gran contradicción de esta idea es la eterna repetición de lo bueno y lo malo sin posibilidad de anulación de alguno de ellos. Todo se reduce a una necesidad cósmica donde la libertad humana se vuelve insignificante. La lucha por el bien se vuelve inútil en la visión circular del tiempo.
En los mitos andinos los alados mediadores tienen atributos oraculares y pertenecen al dominio de las wakas. También chamanes, mesayoq, meseros o curanderos invocan a las huacas o Apus protectores para resolver consultas del solicitante. El resultado es una suerte de curaciones condicionadas y predicciones engañosas propias de la magia y la brujería.
La mediología andina se resuelve en la creencia de que el mundo terrenal es reflejo de los mundos de arriba -Wiraqocha- y de abajo -Pachakamaq-. Los seres sobrenaturales de ambos ámbitos configuran la realidad humana. La libertad humana se limita a acatar dicho orden cósmico, jerarquía vinculada al poder teocrático imperante.
La mediología andina es propio de su visión cósmica del mundo y filosofía mitocrática predominante. Pero será con el advenimiento de la religion de salvación del cristianismo que dicha mediología pasará a ser subalterna y lo dominante será la angelología cristiana. En ella se afirma la existencia de tres jerarquías. La Suprema conformada por Querubines, Serafines y Tronos, que no son mensajeros y sólo contemplan a Dios; la Intermedia integrada por Dominaciones, Virtudes y Potestades, que además de su vida contemplativa se agrega su apostolado como gobiernos de las cosas que salen de Dios; y los Inferiores que son los Principados, Arcángeles y Angeles, que custodian hombres, pueblos, familias y naciones, y gobiernan las cosas creadas.
Entre los más destacados angelólogos se encuentran: San Bernardo de Claraval, el Padre Lamy, la beata Anna Schäffer, Sor María Angeles Sorazu, María de la Pasión Tarallo, beata Angela Salawa, María Lataste, santa Teresita del niño Jesús, san Juan Bosco, santa Rosa de Lima, entre muchos otros.
Y del mismo modo que la teología sistemática de las religiones de salvación, especialmente la cristiana -la religión exorcística por excelencia-, estudia no sólo la angelología sino también la demonología, ésta distingue las siguientes cuatro jerarquías demoníacas: tres Espíritus superiores (Lucifer, Belcebú, Astarot), seis Espíritus principales (Lucifago, Satanachia, Agaliarept, Fleuretty, Sargatanas, Neribus), Espíritus subordinados y Espíritus infernales. Estos espíritus demoníacos pueden volar y hacer prodigios en el cielo, y en nuestra era tecnológica son tomados por ovnis.
Se puede pensar que todo gran demonólogo es exorcista, pero no es así. Hay demonólogos que no son exorcistas -el expolicía Ralph Sarchie, el investigador paranormal John Zaffis, el clérigo Heinrich Kramer, John Dee- y exorcistas que no son demonólogos -Padre San Pío, Padre Cándido, Padre Amantini, Padre Milingo, Padre Amorth, Padre Fortea-, como también los hay que son ambas cosas -empezando por el mismísimo Jesucristo y terminando con el español Padre Fortea-.
En suma, es un acierto de Rodolfo Sánchez Garrafa señalar la existencia de una mediología andina, pero un error llamarla "angelología andina". Además, si vemos el fenómeno religioso andino en su totalidad -pre y post hispánica- tenemos que señalar un sincretismo religioso advertido por el padre Marzal, donde la idea de complementariedad entre el mundo de arriba y de abajo ha perdido hegemonía. Quizá la mayor limitación sea no señalar que dicha idea se da dentro del contexto de una religión de servicio como era la teología henoteísta andina precolombina, la cual recurre tanto a ángeles como a demonios.
Sin distinguir entre ángeles, o servidores de Dios, y demonios, o servidores de Satanás, no es posible avanzar en una comprensión integral de la mediología andina prehispánica. La religión andina actual es cristiana, como cristiana es su distinción entre lo sagrado y lo divino. No reconocer estas diferencias es aferrarse recalcitrantemente al imaginario religioso andino precolombino, suponiendo su superioridad sobre una última revelación de la pedagogía divina en Cristo.
En una palabra, la teología andina antigua no tuvo angelología sino mediología. En cambio, ahora que es cristiana, sí la tiene.
martes, 16 de abril de 2024
CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL de Mario Duarte (Comentario)
El ensayista argentino Mario Duarte en su libro Cuarta revolución industrial: análisis estratégicos (2021), deja constancia de cómo toda comunicación instantánea por el internet, la web y las redes sociales primero pasan por el país del norte antes de llegar a su destino. ¿Acaso eso no es dominio mundial? Y si no lo es, entonces qué es.