lunes, 7 de agosto de 2023

EL MUNDO EN VILO

                                               EL MUNDO EN VILO

 

Sin embargo, tampoco todos los políticos son siervos obedientes de los belicistas amos del mundo. O, mejor dicho, no todos los amos del mundo son partidarios de la guerra termonuclear, ni todos tienen posturas ultraderechistas. Esta monolítica visión del Club Bilderberg es ingenua. En su propio interior hay divisiones y tendencias.

Ahí se tiene a Elon Musk cuyas declaraciones sobre la solución pacífica del conflicto ocasionó la furia del nazi Zelenski. Reflejo de todo ello son las reiteradas declaraciones del exsecretario de Estado Henry Kissinger en su reciente y sorpresivo viaje a China, en julio 2023, para reunirse con el ministro de defensa de china, Li Shangfu, porque considera que entre ambos países “deben eliminar los malentendidos, coexistir pacíficamente y evitar la confrontación”. Y para ratificar la postura que representa añadió que “la práctica y la historia han demostrado continuamente que ni EEUU ni China pueden dar el lujo de tratar al otro como un adversario. Si los dos países van a la guerra, no conducirá a ningún resultado significativo para sus pueblos”.

Kissinger es portador del mensaje del ala moderada del Reich Bilderberg hacia la coexistencia pacífica entre las potencias. Al parecer al interior del propio Club Bilderberg las cosas so nos unánimes y a pesar de que en la reunión de mayo en Portugal se impusieron con sus decisiones los del ala radical y belicista, no obstante, ahora los moderados se reorganizan y en una demostración de poder lanzan una ofensiva diplomática de gran envergadura con China, lo que a su vez da esperanza de una solución pacífica con Rusia en su conflicto en Ucrania.

De modo que este viaje sorpresivo de Kissinger a China no es sino más que la primera parte de un plan del sector moderado del Club Bilderberg para recuperar el tiempo perdido para desactivar una Tercera Guerra Mundial. Sus oponentes del ala guerrerista les llevan ventaja y tienen jaqueadas las principales piezas políticas de la OTAN y la UE. Pero nada es seguro y la situación puede cambiar. Esto lo da a entender China cuando afirma que las relaciones estables entre Washington y Pekín influye en la paz mundial, la estabilidad y el bienestar humano. Pero la sabiduría diplomática al estilo Kissinger y el coraje político de Nixon ha sido abandonado por los halcones del Pentágono, los ultraderechistas de la Casa Blanca y el ala fascista del Club Bilderberg. Sin sensatez en la crisma para dirigir las relaciones internacionales y mantener el equilibrio geopolítico mundial van a la deriva soñando con su supervivencia tras una catastrófica guerra nuclear con Rusia y China.

Además, hay que tener presente que, al interior de la propia UE políticos como el canciller de Austria, Karl Nehammer, que considera imposible el embargo del gas y un error imponer nuevas sanciones a Rusia porque debilita a aquellos que pretender aplicarla, o al primer ministro húngaro Orbán que reitera que el mundo ya está harto del conflicto ucraniano. Y en la Cumbre de la UE-Celac, de julio 2023, se sumó a los líderes de América Latina y el Caribe criticando la intención del bloque europeo de hacer más propaganda del conflicto. Este grupo dejó oír su voz respaldando “soluciones diplomáticas serias y constructivas al conflicto actual en Europa”. Téngase presente que esta región del mundo se negó unánime a ceder a las presiones de EEUU y sus aliados para proporcionar elementos bélicos a Ucrania. Hasta tal punto está debilitada la UE y está de fortalecida la postura soberanista de los miembros de la Celac que en dicha reunión la Argentina pudo celebrar el pronunciamiento de la UE sobre las Islas Malvinas, otro vergonzoso vestigio del colonialismo británico. Logró que se pusiera énfasis en la solución pacífica de controversias basado en el Derecho Internacional. Cedió una UE contra las cuerdas y necesitada de América Latina para paliar con desesperación su crisis económica y energética. De ahí que Venezuela y el Mercosur marcara la última jornada de la Cumbre Celac-UE.

De todas formas, América Latina sabe de sobra respecto al comportamiento veleidoso y traicionero de Europa, que una vez que se sienta nuevamente fuerte vuelve a sus antiguas andanzas injerencistas y colonialistas. Pero el emerger del nuevo orden mundial multipolar prosigue su marcha vigorosa con nada menos de veinte países que presentan su solicitud de adhesión al Brics, y las perspectivas indican que podría alcanzar los cincuenta miembros. Numerosas naciones, en particular africanas desean su adhesión. El propósito es depender menos del dólar y tener más flexibilidad comercial y financiera. Todo lo cual desafía la gobernanza mundial dominada por Occidente.

Que los amos del mundo no se muestren como un grupo homogéneo no significa que haya un sector que renuncie al dominio global. No, lejos de ello el objetivo persiste, pero por la competencia económica y no mediante la guerra. Eso hace pensar, sobre todo a analistas económicos, que no serán las bombas sino la economía lo que detendrá la guerra. Pero no es así. Actualmente el camino de la sana competencia económica anda desfasada frente a los partidarios de la solución militar. Ahí tenemos al presidente Biden como el operador político del ala radical guerrerista del Club Bilderberg. Lo sensato es pensar que los altos mandos del Pentágono también estén divididos y no todos estén dispuestos a ir a una confrontación nuclear contra Rusia y China. Incluso da la impresión que busca ganar tiempo a una derrota completa de Ucrania cuando dice que aún no es el momento de suministrar aviones caza F-16 a Kiev.

Incluso los gigantes tecnológicos como Microsoft, Meta, fueron presionados por el gobierno norteamericano para dejar a Rusia fuera de la competición tecnológica y el desarrollo estratégico. El bloqueo tecnológico de las élites dirigentes buscó el retraso y limitación de Rusia en robótica, semiconductores, trasmisión, almacenamiento de datos y chips. Pero la nación siberiana ya invirtió en la creación en industria digital para lograr la independencia tecnológica para el 2026. Pero tiene Rusia la cooperación de Irán, China y de los Brics en tecnología de avanzada para su industria armamentística.

Como vemos, no es que el ala fascista del Reich Bilderberg ande mal del caletre, más bien ponen al mundo en vilo porque en su desesperación por controlar el mundo no pueden soportar la sana competencia económica de sus rivales de turno, China y Rusia. Los monstruos financieros de los fondos de inversión que controlan el mercado global -Vanguard y BlackRock[11]- vieron con nitidez que la Ruta de la Seda y el gasoducto NordStream representaban en su implementación la decadencia económica decisiva de las megacorporaciones y multinacionales neoliberales occidentales, acostumbradas al intercambio desigual, las exenciones tributarias y privilegios comerciales. Ambos proyectos eran un disparo en la sien de la gobernanza económica desigual mundial. No obstante, la Ruta de la Seda prosigue su avance en otras partes del mundo. Argentina, Chile y Perú se han unido a ésta. Y los planes para ampliar la comunidad de intereses compartidos continua en Asia, América Latina, Europa y África. Algo de esto se vio en la súbita suspensión del acuerdo sobre cereales por parte de Rusia, en julio del 2023, no sólo porque los buques que debían transportar productos agrícolas llevaban armas para Kiev, sino por el incumplimiento de las obligaciones estipuladas en el documento que aseguraba que los suministros debían llegar directamente a África y, sin embargo, fue la región que menos se vio favorecida por el acuerdo. Así el puerto de Odesa quedó clausurado. Ahora Kiev deberá llevar su grano vía terrestre, pero Hungría, Polonia, Rumania y Eslovaquia han manifestado su descontento porque dichos envíos desestabilizan sus mercados nacionales.

De ahí que el impulso de la Administración Biden por estabilizar las relaciones con Pekín sean inconstantes, variables y mudables como la mudanza en el carácter de la mujer. Pero aquí la inconstancia no nace de la inseguridad de las hormonas femeninas, sino de un tenebroso, frio y maquiavélico cálculo político para adormecer al gigante asiático mientras se ve la manera de recuperar el retraso tecnológico armamentístico. En dicho comportamiento hallamos también el vivir más por la emoción de ser dueños del mundo, que por la razón que aconseja compartir la gobernanza mundial. El ala fascista del Reich Bilderberg sabe perfectamente que Occidente no cuenta en sus arsenales con un misil hipersónico y maniobrable como el Kinzhal ruso o el DF-17 chino que maniobra cinco veces la velocidad del sonido. Los expertos de DARPA han quedado atónitos por tal desafío de las leyes de la física y lo califican de algo inaudito e inexplicable. Es una proeza que dejó boquiabiertos a Occidente liberal. Sincerándose han confesado no solamente que no saben cómo, sino que no saben exactamente qué es. En semejante contexto es razonable que el Pentágono aconseje a los líderes políticos no enfrentarse directamente con ninguna de las dos potencias, pero el llevar al límite las tensiones internacionales no es una decisión castrense sino política.

Y todo indica que en lo político esa es la estrategia escogida temerariamente por el ala radical del Reich Bilderberg. No se muestra capaz la exclusiva élite mundial de adaptarse a una nueva articulación del poder global. Su defensa del gobierno mundial en manos privadas se siente amenazado por las políticas soberanistas de Rusia y China, además del arrollador avance económico de este último. El secretismo de sus reuniones alienta sospechas conspiradoras. No en vano los amos del supuesto gobierno oculto en el mundo dieron un espacio especial, en su última reunión en Portugal, a sus invitados militares. Al parecer su nueva preocupación es el general rearme occidental. Y como sus artilugios bélicos no van a ser para los desfiles militares esto hace pensar que se ha optado por la guerra como solución a los conflictos internacionales. Lo que se traduce en el plano de la guerra de Ucrania en prolongar todo lo posible el conflicto contra Rusia con armas convencionales. En la desesperación la Administración Biden autoriza el envío de las prohibidas bombas de racimo, recibiendo como respuesta de Rusia que devolverá bomba por bomba. El mundo se va desquiciando peligrosamente.

Lo más preocupante para el Pentágono es que China ha negado que tenga una tecnología militar sin precedentes. Rusia ya mostró como advertencia su arsenal de avanzada tecnología. Ahora se entiende mejor toda la batahola que se levantó en la potencia del norte por saber qué son los ovnis y a quién pertenece[12]. Su sospecha es que se trate de armas secretas de China o Rusia. De cualquier forma, todo indica que el Occidente liberal se halla retrasado en cuanto a tecnología militar se refiere. Y mientras ello no se modifique los militares del Pentágono seguirán desaconsejando el enfrentamiento directo con las otras dos potencias rivales. Otro punto no menos conflictivo para las potencias occidentales, acostumbras a barrer con objetivos civiles, es que Rusia sólo ataca objetivos militares con armas y drones de precisión. De modo que a pesar de lo censurable que es la guerra se advierte una humanización de la misma. Pero el desprecio de Occidente no se limita a las vidas civiles de sus oponentes, sino también a su religión y cultura. Tanto es así que Irak pidió al embajador sueco que abandone el país ante la autorización para quemar por segunda vez el Corán.[13]

¿Pero será capaz el ala fascista Bilderberg de esperar tanto hasta lograr el desarrollo de nuevas armas? Si algo caracteriza al fascismo es su impaciencia, sobrevaloración y temeridad. Entonces podemos colegir que el ala moderada Bilderberg, adepta a la diplomacia al estilo Kissinger, tiene tiempo para lograr el equilibrio estratégico en el seno del Club Bilderberg para morigerar los ímpetus belicistas de sus comparsas. ¿La guerra, la diplomacia o la economía será la solución a la tensión internacional? Sin embargo, quien tiene el peligroso poder político por el mango es el ala radical Bilderberg a través del provecto Biden. Lo cual equivale a tener no sólo la pistola desenvainada, sino con el dedo puesto en el gatillo. El mundo sigue en vilo porque la fascistización progresiva del liberalismo está en su estado maduro.