miércoles, 29 de enero de 2020

CIBERGEDON


CIBERGEDON
Gustavo Flores Quelopana
Past-President de la Sociedad Peruana de Filosofia
 Cibergedon

TESTIMONIOS
José Antonio Mazzotti
Gustavo Flores Quelopana nos introduce a un mundo donde las múltiples posibilidades que brindan la tecnología y la inteligencia artificial (IA) incluyen la destrucción de la raza humana. Desde una mirada filosófica, el desarrollo material de nuestra especie siembra las semillas de su propio exterminio y se muerde la cola, en una especie de tragicomedia de proporciones apocalípticas. El tópico no es nuevo y nos remite al sistema Skynet de la saga de Terminator: la IA toma conciencia de que la especie humana es el peor enemigo del planeta y de todas las otras formas de vida. La IA concluye así, y con lógico rigor, que la humanidad debe ser exterminada al igual que un virus. (Sin necesidad de llegar a la ficción, la especie humana se ha encargado de extinguir al 60% de las otras especies animales en los últimos cuarenta años y protagoniza el devastador efecto del Antropoceno sobre la vida del planeta; por lo tanto, sí que es una verdadera amenaza). Esta novela constituye un elocuente llamado de atención a los problemas urgentes que vivimos y que, al ritmo en que vamos, solamente se agravará en las décadas venideras. Su lectura produce escalofríos.
Director, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana
Boston, EEUU
Hugo Chacón Málaga
Gustavo Flores Quelopana, es un filósofo de frondosa producción bibliográfica. Sus valiosas  reflexiones se orientan a discernir, en última instancia, sobre el destino del hombre, compresión de lo divino, la pérdida de la fe, el nihilismo, el tiempo, la finitud, la trascendencia de la vida, orígenes y destino de nuestra sociedad. En sus últimos escritos se observa su interés en profundizar sobre la decrepitud de la civilización occidental y sus posibilidades de corregir sus grandes desaciertos. En este último contexto se sitúa la novela Cibergedón. Su importancia radica en acercarnos a un compendio de su obra a través de diálogos y situaciones apuradas por signos irreparables de exterminio de toda forma de vida sobre la tierra. Errores humanos y cibernéticos han provocado el holocausto que obliga a desconcertadas voces a discutir las razones de tal hecatombe. En esta inclasificable novela sin personajes, terreno ya abonado por el estadounidense David Markson o la rusa-francesa Nathalie Sarraute, que en buena cuenta es tributaria de la escuela literaria nouveau roman o nueva novela, que recusa la novela tradicional haciéndola más introspectiva y resultado de flujos de conciencia, el autor reflexiona sobre el oscuro destino del ser humano si no corrige sus decisiones y, lo que es más importante, los fundamentos filosóficos que sostienen  la civilización imperante. Hay que destacar que la novela, fiel a sus razones, utiliza diálogos, reflexiones, citas, pensamiento autobiográfico e inclusive poesía para lograr sus propósitos de impresionar a sus lectores sobre la inminencia de un desastre mundial que todos debemos evitar.
Novelista, filósofo y ensayista

Pablo Quintanilla
Nuestro autor es un filósofo prolífico sobre temas relacionados con el sentido de la vida humana, los dilemas éticos contemporáneos, el lugar de la religión en el mundo actual y el nihilismo, entre otros. Su novela nos sorprende al abordar muchos temas filosóficos. Es una pieza de ciencia ficción en la que la raza humana se encuentra al borde de su propio exterminio, como consecuencia de un uso errado del conocimiento y la tecnología, pero también de un comportamiento ético discutible. Con largos parlamentos, casi ensayística, los diversos personajes reflexionan acerca de la condición del ser humano, su sentido y lugar en un mundo cada vez más vacío.
Profesor principal de Filosofía en la PUCP

Luis Enrique Alvizuri
A través de un tema de ciencia ficción que se remonta al espíritu del Apocalipsis Flores Quelopana expresa una temática que lo ronda desde mucho tiempo atrás y que tiene que ver con el sentido de la vida humana y su destino. Mediante una exposición eminentemente filosófica aborda todos los puntos de vista que intentan explicar nuestra complejidad y nuestros actos que, para él, carecen de lógica y de inteligencia. Sin decirlo cuestiona a la razón humana y la acusa de ser la principal responsable del fracaso del hombre como especie (aunque propone como tabla de salvación la real existencia del espíritu que es el único que se salva). Es esta razón la que, en su máximo desarrollo, ha creado al “monstruo”, a una entidad cibernética (de ahí el título) para quien es obvio que la humanidad no merece vivir por sobrados motivos (su crueldad, su ignorancia, su impiedad y muchos aspectos más). La obra entonces respira desazón, desconcierto, pesimismo profundo y filosófico, donde solo la fe en la religión es la única esperanza que nos queda (pues ni el amor sublime a la pareja logran rescatarlo de su miseria). En realidad, estamos ante un filósofo que toma como excusa una posible (y no descartable) circunstancia desgraciada para, sobre ello, desplegar lo más posible las diversas posiciones que la filosofía puede asumir para su análisis. Su importancia entonces radica en la manera y riqueza de los argumentos que presenta, los cuales apelan a un profuso bagaje de ideas provenientes de distintas fuentes y épocas. Ideal para todos aquellos que buscan una reflexión más allá de lo evidente, Cibergedón nos muestra crudamente lo superficial y anodina que es esta vida moderna y de la cual poco se puede esperar.
Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofia, escritor
Presidente de la Sociedad Internacional de Filosofia Andina

Rubén Quiroz Ávila
En fragmentos, como destellos de oscuridad y de sobrevivencia,    Flores    Quelopana    anuncia   un   nuevo apocalipsis. Ante un mundo en agonía, ebullición, decadencia, nadie se compadece de su próxima desaparición. Narrada como astillas narrativas, con incisiones de negrura, con narrativa patologizada, este abanico de visiones es, acaso, un signo de nuestros tiempos, de nuestra manera de morir como colectivo. Es casi un testimonio de época"
Profesor Asociado, Departamento de Filosofía,
Editor General, Revista Letras, UNMSM


Julio César Rivera Dávalos
Estamos ante una novela corta sorprendente en su forma y fondo. En su forma, porque es una narrativa sin protagonistas principales. En el fondo, porque es un profundo análisis crítico de la conciencia del hombre actual, sin Dios, materialista, secularizado e inmanentista. Para ello toma como referencias principales a la tradición oriental, la Biblia y todo el pensamiento filosófico occidental. De modo que su novelística no está desconectada de su ensayística. Pero lo mas misterioso es que mientras otros grandes declinan en el ocaso de los tiempos, Flores Quelopana se yergue desde lo más alto para señalar el peligro inminente que amenaza a la civilización dominada por la razón instrumental y el pensamiento científico. La verdad es que la filosofía no conoce géneros literarios que le estén vedados. El propio Julián Marías se encarga de aclararlo en su conocida obra Ensayos de teoría. Platón, Moro, Campanella, Montaigne, Gracián, Rousseau, Nietzsche, Unamuno, Russell, Sartre, Camus, son algunos de los pensadores que lo testimonian. Son filósofos que escribieron novelas como prolongación de sus meditaciones. Pero a contrapelo de Aldous Huxley, aquí no es la manipulación del hombre por la ciencia la que lo llevará hacia aparente felicidad, sino, más bien, a su exterminio. La inteligencia artificial, que es su propia creación, será su Holocausto, su propio Auschwitz. Realmente turbador. Así, nos encontramos ante una novela filosófica escrita por el sugestivo pensador peruano Gustavo Flores Quelopana. Su tema no podía ser menos actual: la Inteligencia Artificial y sus peligros. Ello le da pie para desarrollar una serie de dilemas sobre el sentido de la existencia humana. Pero lo que más impresiona es el hondo dramatismo de la trama novelesca. Una civilización que naufraga por exceso de ciencia y carencia de principios morales.
Presidente del Instituto de la Mentalidad Nacional
Escritor y ensayista