martes, 19 de septiembre de 2023

OBSERVACIONES A LA RAMA DORADA DE FRAZER de Wittgenstein (Comentario)

 

La intuición más profunda de estas observaciones de Wittgenstein es que hay en el hombre una racionalidad originaria -presente tanto en el primitivo como en el civilizado-, la cual no es causal sino acausal, no determinista, no mecanicista, cualitativo, no separado de la vida y lo ritual. Y la magia y la religión responde a este tipo de racionalidad. 

Es una forma de pensamiento que más tarde Jung llamaría sincronicidad para explicar fenómenos parapsicológicos. 

Es por ello que Wittgenstein reprocha de Frazer reducir las visiones mágicas y religiosas a errores. Esa es la asunción del hombre moderno con su pretensión de dominarlo todo, pero que le trajo el olvido de su ser ritual y ceremonial. Pues el hombre es un ser ceremonial. Lo ceremonial es también parte de nuestra sana racionalidad y responde a lo más profundo de la condición humana, a una emotividad primaria de armonía, correspondencia, simpatía y unidad con el mundo. Ante lo cual sólo cabe describirlo antes que explicarlo.

Lo característico del espíritu auroral del hombre, afirma, es que lo fenoménico aparece como misterioso y extraordinario. Por ello, en vez de pensar como Frazer que el hombre primitivo actúa por creencias hay que asumir que actúa por un tipo de pensamiento no causal, no separado de la vida y ritual.

Ello, por un lado. Por el otro, la limitación de Wittgenstein es limitar nominalistamente el razonamiento no causal a un fenómeno mental, sin conexión con la realidad objetiva, ni profundidad metafísica. Wittgenstein pensaba que el error de la metafísica era borrar la diferencia entre lo conceptual y lo fáctico, y, por ende, una correcta metafísica debía tener en cuenta dicha separación. Donde el metafísico ve esencias, Wittgenstein ve gramática y semántica. Lo cual nos retrotrae automáticamente hacia un subjetivismo donde lo conceptual pierde contacto con lo real. Después de todo Wittgenstein es hijo legítimo de la modernidad subjetivista.