jueves, 4 de mayo de 2023

EN EL UMBRAL

 EN EL UMBRAL



El ataque con drones al Kremlin es un claro indicador de que el mundo está por atravesar vesánicamente el umbral de la apocalíptica guerra termonuclear. En vez de parecer un ataque de falsa bandera de los propios rusos, como lo han sugerido desde Francia, tiene todos los indicadores de ser una prueba preliminar para un ataque devastador sobre Moscú. Ahora se entiende por qué la reacción rusa ha sido responsabilizar del ataque a los Estados Unidos y a la OTAN. Mientras que la potencia del Norte se apresuró a deslindar cualquier responsabilidad por el ataque. 

¿Por qué el Occidente liberal estaría interesado en hacer este tipo de pruebas? Al parecer porque no sólo tiene en Ucrania una guerra perdida por medios convencionales, sino que no se resigna a asumir su derrota, y en vez de buscar la paz se precipita ensayando operativos desesperados.

Mientras que Europa occidental ha perdido toda soberanía mostrándose vasalla a los dictados de Washington, el sinuoso Macron y Hungría son los únicos países que se oponen a continuar con la guerra. El resto persiste en su empeño de apoyar a Biden en su juego geopolítico guerrerista. Mientras tanto crece la protesta popular contra la guerra en Alemania, Italia y España. Ya nadie deja de presentir que el mundo está deslizándose peligrosamente hacia un camino sin retorno.

China es constantemente acosada por el Imperio norteamericano a sabiendas que no tiene opción válida de triunfo militar, según sus propios expertos militares. La política exterior de Biden ha perdido por completo el rumbo y los bloques militares ofensivos que promueve de un océano a otro no serán capaces de retrasar la hora definitiva de su acelerado ocaso.

El mundo anda desquiciado porque el principal foco promotor de la tensión mundial es un imperio en declive, que cree que puede salir de sus crisis promoviendo guerras. Pero esta vez ha elegido a los enemigos equivocados, a saber, nada menos que las otras dos superpotencias en auge, en especial China. Y es que el injerencismo en política exterior le es consustancial al imperio del norte, siendo el principal factor de inestabilidad para la paz mundial.

El mundo occidental liberal liderado por el Imperio del Mal ha ido insensatamente muy lejos en sus provocaciones contra Rusia y China. La elite liberal cree poder sobrevivir a un conflicto termonuclear y se arriesga a provocarlo. Vive la humanidad en el presente las horas más decisivas de su historia. ¿Seremos capaces de remontar el peligro y conjurar la locura del Hegemón en decadencia? 

Si los Estados Unidos en el ámbito interno no implosiona y Biden fragua un fraude electoral para reelegirse, entonces habremos cruzado el umbral de la supervivencia de la civilización humana, porque nuestra destrucción se hará inevitable.