domingo, 11 de febrero de 2024

RACISMO Y ETNOCENTRISMO DE DARWIN

 

Darwin creía en la existencia de razas humanas superiores e inferiores. Pensaba que las razas superiores reemplazarían y eliminarían a las razas inferiores, al igual que las distintas razas de animales competían por la supervivencia.

En carta de Darwin a Charles Kingsley, 6 de febrero de 1862 expresó su creencia en la superioridad de la raza blanca: "En 500 años la raza anglosajona se habrá extendido y exterminado naciones enteras; y en consecuencia, la raza humana, vista como una unidad, habrá subido de rango."

Este Darwin racista, supremacista y etnocéntrico fue hijo de su tiempo se contradice con su visión monogenista -todas las razas humanas son parte de una misma especie- y su oposición a la esclavitud. Después de todo era hijo de su tiempo. Discrepó con su primo Galton por su teoría eugenésica y con Haeckel por su convicción de la raza germánica. Frente a ellos Darwin representa un racismo moderado, pero racismo al fin y al cabo.

Pero esta contradicción sirvió a la expansión de la brutal política colonialista europea, el racismo de la ideología fascista del nazismo, y al exterminio de aborígenes en América del Norte y Sudamérica -especialmente en Chile con el exterminio de los Onas y en Argentina con el pueblo Selk´man-. El admirado José Faustino Sarmiento pregonaba que los pueblos indígenas y afroamericanos debían ser exterminados. En Chile se atribuye el triunfo en la Guerra del Pacífico a la homogeneidad racial, y el racismo es defendido por la ultraderecha chilena hasta la actualidad.

Actualmente se sabe que el concepto de raza no tiene sustento científico. El darwinismo social -una mezcla de la "supervivencia del más apto" Darwin, la aplicación del evolucionismo a la sociedad de Spencer, y del "superhombre" de Nietzsche- sería ferozmente empleado por la ideología neoliberal desde 1990, siendo el resultado una desigualdad social brutal en el planeta.