viernes, 1 de julio de 2022

SENTIDO METAFÍSICO DEL MUNDO MULTIPOLAR (LIBRO)

 

Gustavo Flores Quelopana

 

 


 

 

 

Sentido metafísico

del

mundo multipolar

 

Guerra mundial, Nuevo Orden Global, arte, chamanismo, ovnis

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fondo Editorial IIPCIAL

Lima 2022

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Cuando el hombre vuelva a su verdadera

 naturaleza podrá gozar de la paz eterna

en la contemplación de la verdad.

Piensa profundo quien ve hondamente. El presente enloquecimiento que sacude a la humanidad, y que la pone al borde de una apocalíptica Tercera Guerra Mundial, está relacionada íntimamente con el hundimiento del capitalismo tardío o la modernidad envejecida. Es decir, vivimos el ocaso de la razón burguesa y el surgimiento del mundo multipolar.  Detrás de todo gran cambio histórico está como trasfondo una idea metafísica del mundo. Entrever su sentido y significado es la tarea filosófica central de nuestro tiempo asediado de incertidumbre, amenazas y extravío del sentido de la vida. El mundo multipolar es portador de una nueva idea del mundo, de hondas repercusiones para el derrotero futuro de la humanidad. De su resultado depende la salvación o perdición del hombre en la historia. No sólo llega a su final el capitalismo neoliberal, sino que se abre camino un nuevo sentido metafísico que supere las unilateralidades inmanentistas de la modernidad misma. Por ello, sin superar la visión secularizada del ser no se abrirán las compuertas para una superación efectiva de la crisis de nuestro tiempo.

 

La guerra en Ucrania ha resultado ser un catalizador de cambios íntimos en la historia. El Imperio canalla se desmorona y junto a él sus vasallos europeos. 2022 tiene todos los visos de parecerse a 1939 y 1945. Y esto es así porque no sólo se advierte un cambio de signo histórico, el paso del mundo unipolar al mundo multipolar, sino porque dicho cambio implica grandes conmociones que sacuden a la humanidad. Todo lo abordado en estas páginas concierne casi fotográficamente a lo que acaece en 2022 y, sin embargo, tiene la huella indeleble de lo que dejará su sello en la historia. En primer lugar, se medita sobre la insensatez de jugar con fuego provocando una conflagración mundial entre potencias nucleares. Cuando un imperio tiene a sus tres cuartas de su población sumida en la droga y a la mayoría dominada por el afán de lucro descontrolado, es natural que no le interese la destrucción del mundo. Un país con una legión de adictos no es un país, es un generador de destrucción humana. Ahí se ve con toda nitidez que el que codicia los bienes terrenos se vuelve malvado y se sume en el tormento interior. Es verdad que la humanidad vive sobre el volcán de las propias fuerzas instintivas inconscientes.

Por ello, el gobernante tiene la elevada y delicada misión de promover las virtudes y eliminar los vicios de sus ciudadanos. Pero lo que se ve bajo el capitalismo es el desenfreno de una libertad sin límites y autodestructiva. En realidad, es como si la oligarquía global hubiera perdido no sólo el rumbo sino también la cabeza, en realidad siempre mostró poco juicio, y ahora está orillando al planeta al apocalipsis final.

Sin duda, se trata del fin de la hegemonía del imperio estadounidense y del acarreo de Europa, Canadá, Japón, Corea del Sur y Australia en la vorágine de su naufragio. Final que se ha dejado advertir nítidamente en la última Cumbre de las Américas, donde los países latinoamericanos, en su mayoría gobiernos progresistas de izquierda, dejaron sentir abiertamente su malestar. Pero lo que más desconcierta es la ceguera que muestran las élites económicas y políticas para dejarse arrastrar hacia su propia destrucción. A esto lo llamo el colapso de la razón burguesa y la decrepitud de la modernidad envejecida. Lo alarmante es que los nuevos centros hegemónicos que emergen -Rusia y China- no dan señales seguras que el nuevo orden mundial que se configura se encamine hacia la reconfiguración de los fundamentos metafísicos que dan vida a la historia.

En esta incertidumbre hay que guardar la esperanza de que se trate de un giro epocal que implique la superación de las limitaciones unilaterales del inmanentismo subjetivista de la modernidad y recupere la dimensión trascendente en una nueva síntesis filosófica, que de espacio a la recuperación de la cultura y abra el camino hacia una nueva civilización no consumista sino humanista, no depredadora sino sostenible, no belicosa sino pacifista, no pragmática sino virtuosa. Decadencia que también se refleja dramáticamente en el arte moderno. Lo cual lo examinamos en “Arte y civilización”. En una palabra, si no revertimos como un guante los valores anéticos de esta civilización nihilista todo habrá sido en vano.

Nuestra meditación se prolonga hacia tres temas colaterales. Uno vinculado a la crisis presente, me refiero al tema ovni; otro permanente, la interpretación chamánica para entender ciertas manifestaciones de culturas ancestrales, en nuestro caso la cultura Nazca; y el papel de la Iglesia católica en los momentos de cambio que atraviesa la historia. El primero de ellos tiene doble significación. Por un lado, responde sin tapujos y descaro a la búsqueda norteamericana de la superioridad militar sobre las otras potencias. Pero ello trae a colación el tema alienígena mismo, el cual es visto por el gobierno del imperio con nueva luz tras aceptar la existencia del fenómeno. Ello abre todo un horizonte de posibilidades, indagaciones y especulaciones, de largo alcance, para determinar con seriedad qué hay más allá de dichos avistamientos. El segundo tiene que ver con el reconocimiento del papel del chamanismo en las altas culturas del Perú prehispánico, sobre todo en momentos de grave crisis climática, como la que vivimos hoy. Lo que se deja apreciar es que no sólo los cambios históricos, sino también los cambios naturales dibujan un curso inevitable. El antropoceno actual ha llegado a su límite de inmisericorde destrucción de la naturaleza, y, ya casi sin tiempo para revertir los procesos desatados, es amenazada con ser eliminada por grandes catástrofes naturales.

El tercero ve con preocupación las vacilaciones del nuevo pontífice romano para apoyar el cambio histórico en curso. No obstante, el nuevo papa Bergoglio marcha en esa dirección, aunque con las vacilaciones propias de un tiempo inundado de dudas, peligros y riesgos. Como nunca antes el Reloj simbólico del Apocalipsis pende amenazante sobre nuestras cabezas. En ese sentido es necesario reflexionar sobre la dialéctica que existe entre cultura y civilización, porque la historia muestra que cuando una cultura ingresa en su fase civilizatoria aparecen fenómenos paradójicos que hacen que conviva al lado de un gran progreso técnico nada menos que la caída en la barbarie cultural. Y por lo visto la civilización occidental no es una excepción.

 


¿ESTÁ ENLOQUECIENDO LA HUMANIDAD?

Cuanto más desquiciada está la vida social,

la locura individual pasa desapercibida.

Vivimos los prolegómenos de la Tercera Guerra Mundial por el expansionismo de la OTAN dirigida por los EEUU. Fue una provocación muy bien planificada desde el año 2008. Y cuando observamos el sedicente afán de destrucción de la civilización recordamos que tales extravíos psicóticos, paranoicos, megalómanos y esquizoides se dieron desde que ésta emergió la civilización misma en la historia del hombre[1].

No es extraño que hace cinco mil años, con la aparición de las civilizaciones, se dividiera la sociedad en clases, y en la cúspide de la pirámide social se erigiera la monarquía sagrada comandando la megamáquina de la sociedad a su servicio. Tampoco es casual que antes de que surgiera la civilización, o sea en el calcolítico y gran parte del neolítico no se hallaran aldeas fortificadas, ni armas, ni evidencia de guerra. De modo que la guerra como forma normalizada de la existencia política brotó con la civilización misma. Esta megamáquina que hoy llamamos Estado, ha pervivido con gran contumacia hasta nuestros días con todas sus ventajas y peligros, y el mayor de ellos es la guerra con todos los trastornos implícitos en la psique humana.

La cultura del dinero del liberalismo pervertido ya representaba el enloquecimiento del hombre sobreponiendo el Tener sobre el Ser. Ahora, si se le suma el nihilismo, hedonismo y escepticismo inculcado por la cultura posmoderna, vemos cómo dicho enloquecimiento llega al paroxismo. Paroxismo que nos vuelve insensibles al estallido de una guerra termonuclear. Vivimos el declive esclerótico de la razón burguesa, sus horas finales. Y precisamente por todo ello es más peligrosa. Hay quienes piensan que el pensar computacional nos puede salvar, pero el pensar computacional acelera el colapso del pensamiento creativo, el sentido de la vida, los valores y la moral. El hombre de nuestro tiempo se asemeja más a bruto montado sobre máquinas poderosas, que a un sabio que va a pie respetando el mundo. El enloquecimiento de guerra nuclear que nos amenaza hoy, está relacionado con nuestro enanismo moral que nos sobrecoge.

 El conflicto de Rusia con Ucrania tiene una lectura adecuada por Moscú y Pekín, a saber, es un enfrentamiento con el imperio estadounidense y sus aliados de la OTAN. El envío masivo de armamento a Zelenski y el saboteo a las conversaciones de paz son una clara demostración de que no sólo se le quiere devolver a Rusia la derrota estadounidense en Siria y Afganistán, sino que son parte de una nueva estrategia que surge por parte de la élite anglosajona: el dominio militar del mundo a través de una OTAN global. Lo cual en la práctica significa arder Asia y Eurasia.

Occidente no apuesta por la paz sino por la III Guerra Mundial, que será inevitablemente nuclear. Y en ese sentido van los planes del Pentágono de apoyar a Polonia en la recuperación de territorio perdido en Ucrania. Pero creer que las bombas nucleares tácticas evitarán el uso de bombas nucleares estratégicas es un exceso desquiciado de confianza. Por mucho tiempo se pensó que el armamento nuclear tenía un efecto disuasivo y resguardaba la paz de una hecatombe nuclear. Más, con la aparición de la luciferina arma nuclear táctica esa idea se disipa, para ocupar su lugar la idea de ataques nucleares de alcance limitado.

Pero ¿acaso la plutocracia capitalista occidental ha perdido la cordura? ¿Cree realmente que puede salir indemne de un conflicto de esa envergadura? ¿Es parte de un plan de reducción de la población mundial una guerra apocalíptica? ¿Necesita el imperio exponerse a un exterminio nuclear para volver a comenzar?

Arruinar económicamente a Rusia no está dando resultado. Al contrario, la inflación y la estanflación se dispara en Europa y Norteamérica. Sólo les resta lanzar a Polonia contra Rusia y comenzar una conflagración armada de dimensiones colosales. China es consciente que su turno le llegará inmediatamente, y, por ello, no dudará en luchar junto con Rusia contra Occidente. Lo mismo hará Corea del Norte lanzando su arsenal nuclear sobre Corea del Sur, Japón y las bases norteamericanas en el Pacífico. Los BRICS verán de qué lado se ponen para sobrevivir. Medio Oriente no será ajeno al conflicto nuclear y también tiene asegurada su autodestrucción atómica. Potencias nucleares como Pakistán e Irán contra Israel sería un holocausto. Los saudíes lo saben y por ello contribuyen a debilitar el dólar, pero sin darse cuenta que precipitan la solución militar de Occidente. Colombia será la punta de lanza de la OTAN en Sudamérica y el Aukus en el Pacífico. La apuesta militar del hiperimperialismo global por una OTAN mundial no sólo es demencial, sino autodestructivo. La destrucción será completa y total.

En medio de un panorama tan descabellado, donde la humanidad luce enloquecida como nunca antes, se percibe que el mundo unipolar rechaza el hecho de que el universo es abierto, se sigue construyendo, es un proceso en desarrollo y que resulta peligroso para la supervivencia humana querer mantener el orden de las cosas completamente estable, inmóvil y sin cambios. El capitalismo anglosajón muestra sin cortapisas su cara antidialéctica, totalitaria, unidimensional. Su deseo de detener la historia no es real, colisiona no sólo con la realidad, sino también con lo racional. Su obstinada estrategia de congelar la historia por medio de las armas puede significar esta vez la destrucción completa del planeta. Sólo otra fuerza material que los derrote los podrá hacer entrar en razón. Lamentablemente esta vez la humanidad cuenta con armas tan letales que la puede dejar sin civilización y sin futuro. 

La pregunta final ya no es si es posible congelar la historia, porque no es posible, sino, más bien, ¿está enloqueciendo la humanidad? No habiendo sanatorio donde internar a los dementes guerreristas, es necesario mantener esperanzas razonables de una solución óptima para el futuro de la especie humana. En qué consistirá esa solución razonable: en que el mundo unipolar arrié sus banderas y ceda su lugar al mundo multipolar. Pero al parecer esa opción ya está resultando ilusoria. El mundo se desliza hacia la senda más insensata: la confrontación directa entre potencias nucleares. De muy mal pronóstico y diagnóstico.

El presente enloquecimiento que sacude a la humanidad está relacionado íntimamente con el capitalismo tardío o la modernidad envejecida. Es decir, vivimos el ocaso de la razón burguesa. Y en ella la estupidez, la imbecilidad, la oligofrenia social ha alcanzado límites insospechados. Paralelamente se trata se una sociedad psicopática, que rinde culto a la muerte. Por esto, en este tiempo finisecular la razón política dominante se esclerotiza, se vuelve estúpida e insensata. Un ejemplo de esta estúpida maldad es el embargo sobre las remesas que impide que se envíe dinero a las familias cubanas. Todo lo cual nos está conduciendo a un descalabro, pero que no es inevitable. Nada en la historia está concluso, hay siempre un margen de rectificación y encausamiento positivo. En este sentido lo más saludable es permanecer con esperanza de lado de las fuerzas que entienden que la historia debe cambiar del modo lo más pacífico que sea posible.

El presente artículo podría ser objetado por los capitanes del capitalismo neurocognitivo afirmando que la guerra contra Rusia y, luego, China, no representa el enloquecimiento de las élites anglosajonas, sino todo lo contrario, su más grande proceder racional, porque así lo indica el pensamiento aceleracionista del pensar computacional y sus algoritmos canallas. En su razonamiento no se trata de detener la historia, sino de hacerla andar más por la senda del liberalismo imperial corporativo anglosajón, eliminando de la historia otras formas de capitalismo, a saber, comercial (China) y nacional (Rusia). Pero este enfoque adolece de una contradicción intrínseca, la cual es que dicho liberalismo se vuelve en totalitarismo global del capitalismo unipolar.

Lo que en esto vemos es que la tiranía de la tekné se impone a través del capitalismo neurocognitivo imperial. Es más, la propia lógica de la eficiencia del pensar tecnológico computacional exige una forma política tiránica mundial. En otras palabras, la humanidad tendrá que afrontar el problema de la esencia pensar técnico, salga quien salga victorioso en este eventual enfrentamiento de potencias nucleares.

1. La Filosofía como filosofía de la cultura, antropología filosófica, ética y metafísica tiene mucho que reflexionar sobre lo que acontece en Ucrania.

2. Culturológicamente se trata de un enfrentamiento entre el pragmatismo imperial anglo-sajón con el nacionalismo ruso. Lo que lleva a pensar en el quiebre acelerado de un modelo de capitalismo -neoliberal, especulativo y unipolar- ante el ascenso de otro modelo de capitalismo -comercial, productivo y multipolar-.

3. Antropológicamente nos conduce a pensar que las guerras no están tanto relacionadas con instintos agresivos del hombre, sino con políticas premeditadas de mantenimiento de privilegios y deseos de exterminar al competidor.

4. Éticamente se revela el cinismo, la hipocresía y falsedad de la guerra informativa de la parte anglo-sajona que promovió la guerra en Ucrania mediante: a. Las cinco expansiones de la OTAN hacia las fronteras rusas, b. el reinicio de la guerra fría con Guerra Rusia desde el gobierno de Obama, c. el financiamiento del Maidán, d. el silenciamiento del bombardeo criminal en el Donbass desde el 2014, e. el entrenamiento de neonazis ucranianos por el Pentágono, f. el bloqueo de las resoluciones en contra de glorificación del nazismo en las Naciones Unidas desde el 2014 por parte de EEUU y Ucrania con el abstencionismo cómplice de los países europeos, g. la instalación de laboratorios biológicos en Ucrania con fines militares, h. el carácter vasallo de los países europeos, i. la guerra económica de sanciones contra Rusia mucho antes del conflicto.

5. Metafísicamente el conflicto está determinado por la curva decadente de Occidente, que EEUU no necesita que Ucrania y Europa vivan en paz, y que la UE no sea soberana ni independiente. Todo lo cual describe su descomposición que hace que se vea arrastrada a los infiernos de su propia disolución. El mundo ya está en una Tercera Guerra Mundial y se desliza hacia la guerra termonuclear. Y es eso lo que hay que evitar.

Todo este terremoto geopolítico no significa el fin del capitalismo, pues su reemplazo ya alumbró con el capitalismo digital, pero señala que esta última mutación suya conduce hacia su final.

INQUISICIÓN DIGITAL IMPERIALISTA

La sistemática y oscura censura en los medios digitales[2] sobre cualquier opinión disidente de la narrativa occidental sobre lo que ocurre en la guerra de Ucrania, demuestra que asistimos al despliegue de la nueva inquisición totalitaria sobre la libertad de expresión y de opinión impuesta por los gigantes mediáticos del internet bajo órdenes del imperio que declina. Miles de internautas han sufrido y siguen padeciendo la censura mediática sin opción a apelar ni defenderse. Se vive la tiranía digital imperialista.

Con la censura digital queda demostrado que las llamadas GAFAM (Google, Facebook, Apple, Amazon, Microsoft) son parte del aparato ideológico del imperialismo y su instrumento dentro de la estrategia de hegemonía cultural mundial.

Un antecedente clamoroso ya se había dado en el mundo occidental en el Caso Assange. Ahora la represión de la libertad de prensa se condice con la suspensión de la señal rusa de noticias RT en Europa, las inaceptables amenazas sobre diputados mexicanos por apoyar la postura de amistad con Rusia, las amenazas de Polonia contra Hungría por no permitir el paso de armas de la OTAN por su territorio, etc. Como vemos es todo un plan sistemático para ocultar la verdad que señala como responsable del conflicto a Washington y a la OTAN.

El tenebroso giro de las susodichas democracias occidentales hacia el totalitarismo político y el fascismo, ya se había dado no sólo con el entrenamiento de las fuerzas neonazis ucranianas por los Estados Unidos y el voto de éste junto a Ucrania y la abstención cómplice del resto de países europeos, contra la resolución de las Naciones Unidas condenando la apología del nazismo, sino que la misma democracia occidental. junto al mundo unipolar, entran en una crisis profunda que se corresponde con la decadencia del imperio yanqui.

 

 

 

 

CUMBRE BORRASCOSA:

UNIDOS O DOMINADOS

 

Se puede dominar por el terror, el chantaje

 y la fuerza, pero nada es tan frágil como

 aquello que oprime la libertad.

Fue la colisión entre la visión social de la política y la visión privada-corporativa de la misma, fue el choque entre el Estado-Justicia contra el Estado-Poder[3]. Pero más en el fondo se trató del choque entre dos visiones del mundo y del hombre. Una pragmática y otra humanista. 

En medio del desastroso cambio climático, el hambre que ataca, la guerra nuclear que amenaza y la desigualdad escandalosa que nos avergüenza, América Latina tuvo el coraje de ponerse de pie -y no arrastrarse como Europa- para decirle al codicioso Imperio verdades incómodas.

Concluyó una Cumbre borrascosa y hecha jirones por la prepotencia del imperio y por las denuncias de los presidentes latinoamericanos. Se dejó escuchar la nueva voz de la realidad latinoamericana. Fue una condena de los intereses hegemónicos de la geopolítica estadounidense. El discurso histórico la dio el presidente argentino y la disertación más ingenua y para el olvido estuvo a cargo del presidente peruano. América Latina con elocuentes ausencias (México, Bolivia, Honduras, Guatemala, Uruguay, más los marginados por el imperio, Cuba, Venezuela, Nicaragua) y fraternas presencias -sobre todo de Argentina- dejó oír su voz al Imperio con aplomo y firmeza en la IX Cumbre de las Américas en Los Ángeles, cuidad que está llena de indigentes y gentes sin hogar. Las conclusiones clarividentes, gracias a la postura del ausente López Obrador de México y del asistente Alberto Fernández de Argentina, son las siguientes:

1° Condena de la intervencionista política Monroe del imperio norteamericano

2° Defensa del Multipolaridad mundial

3° Defensa de las democracias legítimas de la subregión acosadas por las derechas autoritarias y secundadas por el Imperio

4° Defensa de la CELAC como la verdadera Cumbre del Continente de Martí, Bolívar y Che Guevara

5° Condena a la OEA intervencionista, gendarme y golpista al servicio del imperio yanqui, le llegó la hora de sus exequias

6° Repudio del brutal, criminal, inaceptable y genocida embargo de seis décadas contra Cuba, y también contra Venezuela

7° Increpó la falta de la cooperación e incumplimiento de la ayuda de los países ricos con los países en desarrollo

8° La subregión no es su subordinada sino sus pares y la condenable ocupación de Las Malvinas por Inglaterra

9° Condena a las reglas financieras inequitativas y de la apropiación del BID por el imperio. Devolver su gobernanza a la subregión.

10° Reivindicación de la unidad en la diversidad como el mejor instrumento para promover la democracia

En una palabra, por tradición e historia América Latina es por vocación antimperialista y defensora de la integración y del multipolarismo, enemiga de las marginaciones prepotentes y del hegemonismo imperial que viola los Derechos Humanos e impide un futuro sostenible. Como se dijo al principio en esta Cumbre colisionaron dos visiones del mundo, a saber, la del pragmatismo norteamericano y la humanista de los países herederos de antiguas civilizaciones precolombinas. O sea, fue algo más hondo de lo indicado por José Enrique Rodó en su "Ariel", porque se dejó sentir la voz profunda de la Patria Grande con sus milenarios ideales de Justicia social. A los del Norte sólo les importa el comercio, la industria, la política, la propaganda, etc., mientras que a los del Sur le interesa no perder de vista el problema del "sentido de la vida", los "ideales" y el problema del hombre. Frente al hombre pragmático del Norte se erige el hombre humanista del Sur. Esa es la colisión más profunda e inadvertida, pero que signa el derrotero histórico de nuestros pueblos.

Hay un detalle sombrío y tenebroso que se dio en el almuerzo de honor con los asistentes, y esto fue el comentario de la información clasificada que compartió Biden: el riesgo de una Tercera Guerra Mundial es muy alta. Lo que enmudeció a todos los latinoamericanos. Ese fue el verdadero fondo de la Cumbre de las Américas, advertir de lo que se viene. Ese riesgo es totalmente evitable y el cinismo de Biden es monstruoso. El ala radical y guerrerista de la élite mundial empuja con sus insensatas decisiones hacia una guerra catastrófica. Y eso debe parar.

La Cumbre las Américas fue una cumbre borrascosa porque detrás de todo está no sólo el agotamiento del modelo unipolar imperial, sino la imagen del mundo que representa. Una imagen encarnada en el nihilismo cultural, el anetismo y la disolución moral. Lo cual, a su vez, sólo tiene cabida dentro del olvido del sentido de lo sagrado, del ser y de la vida. No se trata solamente de un choque entre liberismo e igualitarismo, sino de dos visiones metafísicas del ser. Una basada en el relativismo, el subjetivismo, el antropocentrismo ateo, el nominalismo, el funcionalismo, y, la otra, fundada en el realismo, las verdades fuertes, el humanismo, el antropocentrismo teísta, y el sustancialismo. No hay conciliación entre ambos. Son en el fondo dos racionalidades diferentes, una instrumental y, otra, sustancial, una inmanente y, la otra, trascendente. Pero esa consideración trascendente no está aún clara, no se despeja de la bruma secularista y no deja ver con claridad que debe tratarse de unja nueva síntesis metafísica entre lo inmanente y lo trascendente.

UN POLÍTICO FUNCIONALISTA

 

Al leer esta interesante biografía de Maquiavelo – Il sorriso do Niccolo de Maurizio Viroli- es inevitable hacerse la pregunta siguiente: ¿Cómo un ferviente republicano y devoto cristiano pudo escribir una obra para príncipes, que es una oda a la maldad? En primer lugar, hay que recordar que su otra obra política fue "Discursos sobre la primera década de Tito Livio" que estuvo dedicada al imperio de la ley, a la libertad y a la vida republicana.

O sea, su obra "El Príncipe" hay que leerla complementándola con esta otra. Y, en segundo lugar, su primera obra política -El Príncipe- no es un vademécum de moral. De modo que la respuesta que sobre estas bases surge, es que pensó con un realismo inusitado en base a su experiencia diplomática, para ofrecer una teoría del poder muy pragmática, ajena a las consideraciones trascendentes ético-cristianas.

En una palabra, Maquiavelo tuvo muy presente el problema del Bien y del Mal en la política, pero lo valoró con criterios terrenalistas, inmanentes, seculares, muy propio del espíritu renacentista del Cinquecento. Su mentalidad en política fue funcionalista y no sustancialista. Su crudo realismo contrasta con los utopistas Moro, Campanella y Francis Bacon. Y es que el alma del hombre del Renacimiento italiano se hallaba violentamente desgajada entre el cielo y la tierra, lo sagrado y lo profano, la obediencia y la libertad. Esa contradicción existencial es expresada en el alma renacentista de Maquiavelo.

 

 

 

ARTE Y CIVILIZACIÓN

 

Querer la universalidad es desear un mundo

donde reine el bien máximo por una voluntad moral.

 

¿Considera relevante reflexionar sobre la relación entre arte y civilización en medio del contexto de una Tercera Guerra Mundial?

Sí y mucho. El arte es una intuición estética que se adelante al espíritu de una época, muestra sus virtudes y sus vicios, sus cualidades y defectos, su sino histórico está inscrito en su esencia con una claridad meridiana que envidian otras disciplinas. En el arte se expresa el corazón palpitante del estado espiritual de una civilización. En el arte están descritos los momentos de esplendor y decadencia de una cultura. Y en la civilización occidental moderna es muy singular la marcha del arte en la expresión de las sinuosidades conscientes e inconscientes de un espíritu que se empantana en el inmanentismo más radical. El arte abstracto es en el fondo relativismo y subjetivismo de la modernidad decadente y sin alternativa.

¿Suscribe Usted aquella opinión culturológica que considera que el arte se adelanta a la época?

No, no la suscribo porque sencillamente el arte no nace en el aire, sino en un contexto concreto. Y de este modo lo que parece un "adelanto" es en realidad la percepción de las tendencias más profundas del espíritu de una época. Por ello, el arte es un poliedro que puede reflejar catástrofes apocalípticas o un rayo de esperanza de un mundo feliz.

Pero, por ejemplo, el surrealismo no insurge en 1914 con la Primera Guerra Mundial sino al acabar ésta en 1917 cuando Guillaume Apollinaire acuña el término. ¿Este ejemplo no refuta su consideración?

Sería una refutación siempre y cuando olvidáramos el dadaísmo, pero la historia es que esta teoría surrealista de lo inconsciente y lo irracional como medio para cambiar la sociedad es precedida por la vanguardia artística de protesta llamada dadaísmo, donde lo central es lo dudoso, ambiguo, fantasioso y la negación de la realidad. Eso es precisamente en su radicalidad lo que vemos en Salvador Dalí, Max Ernst y Leonora Carrington, máximos representantes del surrealismo. Es por eso que el arte resulta siendo el termómetro de la salud de una civilización. En mi opinión el arte abstracto moderno es la expresión de un tiempo que se desfigura y pierde su humanismo.

¿Considera el arte moderno como expresión de una época decadente?

Sí. El espíritu de nuestro tiempo fluye sin tensión y no es capaz de sostener el cáliz de la comunión que reconquiste el peso de la realidad perdida. Ese giro hacia la representación artística de lo inconsciente es síntoma que lo consciente se volvió insoportable y patológico. Se trata de una huida al mundo de los sueños y de la fantasía.

¿Y qué es lo que está enfermo en nuestro tiempo?

La razón burguesa que se volvió irracional. El irracionalismo del arte moderno es expresión de la deshumanización de la razón burguesa en la modernidad envejecida. El uso de este oxímoron revela que nuestra cultura occidental a pesar de su capacidad de autocrítica no tiene que ser eterna y está destinada a morir, a pesar de las buenas intenciones que puedan existir en muchas personas individuales. 

¿Eso es lo que representa el predominio de las figuras abstractas en el arte moderno?

Sí, representa la deshumanización del mundo. Esta ruptura con la realidad y el triunfo de lo pueril representa la quiebra del mundo humano, el triunfo del nihilismo, la negación de los valores y la desaparición de la metafísica para poner en su lugar las profundidades de una psique angustiada. Ortega y Gasset señala que en el arte moderno ya no es el hombre el que interroga al ser, lo subjetivo cabriolea lo objetivo, siendo el triunfo de la modernidad idealista que ya no retrata el mundo sino la idea de mundo. Considero que en esta desvinculación de lo real que volvió popular entre las masas responde a una nueva mentalidad. El fin de este mundo es lo que expresa el arte moderno con sus figuras abstractas, es el canto de cisne de un orden espiritual y material que llega a sus límites, y que se disuelve en el terror, el miedo, la agonía y la desesperación.

¿Esa es la relación entre arte y civilización?

Cuanto más insoportable se torna el mundo, más abstracto se vuelve el arte. Un mundo pacificado y pastoril produce un arte realista. Un mundo deshumanizado y profundamente alienado genera un arte desequilibrado. El arte moderno es no figurativo al buscar expresar las fuerzas irracionales del inconsciente. Y en ello se expresa la fisura psíquica del hombre contemporáneo. El artista no sólo es portavoz de la psique, sino también de una época. El arte moderno se ha justificado a sí mismo afirmando que busca expresa el alma secreta de las cosas, pero lejos de tratarse de un animismo redivivo, se trata del vacío nihilista que aprisiona el alma del hombre. Es un arte psicótico, donde el hombre y lo humano se retira para dejar su lugar a las fuerzas ciegas del inconsciente. La desintegración de la vida consciente es lo que predomina en este arte no figurativo, y por ello el abstraccionismo es el de una conciencia en trance que escapa de sí misma. No es casual que cuando en la Antigüedad triunfa la megamáquina opresiva de las monarquías teocráticas el arte se vuelve geométrico, lineal, matemático, pierde la plasticidad de lo vital y la flexión mostrada en el arte rupestre del paleolítico superior y del arte del mesolítico. El neolítico sienta las bases de una vida regimentada por los grandes Estados divinizados. 

¿Pero las Pirámides y otras obras de arte desparramadas en las grandes culturas de todo el mundo antiguo no son expresión de un gran auge espiritual? ¿Todo abstraccionismo en el arte es sinónimo de decadencia cultural?

Lo es, aunque el abstraccionismo en el arte es una potencia bifronte, porque expresa por un lado desintegración psíquica, pero también un ansía de reintegración del alma desde dentro. Admiro el geometrismo de los Chavín, Paracas, Nazca, por ejemplo, aunque me asombra aún más el naturalismo de los Mochica. La psique humana es inventiva, recreativa y creadora, y en ese sentido siempre busca salidas autocurativas, aunque no siempre sean exitosas, muchas veces termina en un fracaso, aunque la experiencia se acumula para una posterior regeneración o palingenesia. Pero no abandono la idea de que desde que comienza la civilización hace ocho o cinco mil años comienzan otras patologías mentales para el hombre, que están relacionadas con la presencia opresiva de la megamáquina estatal divinizada. Es cierto que la sociedad rural no retrocede tan fácilmente, y constituye una oxigenación para la salud de la psique humana. Pero su retroceso respecto a la sociedad urbana es un fenómeno reciente, asociado al avance vertiginoso de los cambios políticos, sociales, sanitarios, demográficos y científicos. Esto lleva a pensar que el arte moderno refleja el estado de esquizofrenia y psicopatía creciente en que caído el hombre materialista, nihilista, descreído y negador de la realidad. 

¿Cómo podría condensar su interpretación del arte moderno?

El arte moderno expresa la desintegración nihilista de la psique humana. Y actualmente se trata de una mentalidad extendida a todas las manifestaciones de la cultura. La filosofía hermenéutica y posmoderna, por ejemplo, son otras flores que manifiestan la misma insania negadora de la realidad y que se parapeta relativistamente en el "todo vale". Por ejemplo, cómo se explica que el turismo sea la primera industria a nivel mundial. Ella es expresión de un ansia interna en el hombre. Pienso que los viajes turísticos prosperan en la medida en que para el hombre quedó cerrado, ocluso, el viaje interior de carácter espiritual. El turista es un ser evadido de su ser interno. Es innegable que viajar ilustra y recrea, pero no puede volverse en el sentido de la vida como lo es actualmente.

¿El abstraccionismo del arte moderno es la principal fuerza cultural de la desintegración del mundo actual?

No, no lo es. Nihilismo, relativismo, cientismo, son apenas la punta del iceberg de la desintegración humana en la modernidad. Pero más profundamente está el extravío del sentido del ser y del sentido de lo sagrado como las líneas principales que encarnan la extenuación y consunción de la modernidad envejecida. El hombre digital, que no cree en Dios y confía en sus máquinas monstruosas, se olvidó de lo esencial: conócete a ti mismo. Pero hasta esto lo ha tergiversado en un sentido narcisista y antropolátrico. La sabiduría consiste en conocerse a sí mismo para llevar una vida feliz, plena y fértil, pero la experiencia de la modernidad demostró que esto no es posible divorciando lo inmanente de lo trascendente. La erosión nihilista de la sociedad postmetafísica está estrechamente vinculada con ese antropologismo sin Dios. Hay que reconocer que el hombre es sueño y fantasía, pero la ciencia ha contribuido a deshumanizar el mundo actual en un desierto intelectual de abstracciones. Esa es la tendencia interna de la ciencia que crece desmesuradamente porque existe un sistema social inhumano que la estimula y desintegra el lado humanístico de la civilización, y me refiero al sistema capitalista. O sea, es la civilización capitalista la que hace crecer las tendencias antihumanistas en todas partes de la cultura, incluida la ciencia. No es la ciencia por sí misma, sino el capitalismo la que la vuelve inhumana. El hombre moderno con su racionalismo suprimió lo sagrado y abrió con ello las puertas del inframundo. Eso explica que Auschwitz y el genocidio esté de moda. 

¿Ese descoyuntamiento en la pintura también deja advertir en la música y demás artes?

En la música es particularmente notorio el descoyuntamiento del arte con la música atonal, donde armonía, melodía y ritmo lucen sin trabazón. El experimento tardó en contagiarse en la música popular hasta lograr imponerse con el actual rap. El rap refleja la tribalización, lumpenización y desarticulación socio-moral de la vida urbana. En la arquitectura se habla del neobrutalismo geometrizado del diseño y el abandono de cualquier tipo de ornamentación.

¿Qué nos está pasando entonces?

Estamos asistiendo al agotamiento de la imagen del mundo secularizada de la modernidad. El inmanentismo llegó a sus límites y se muestra amenazante. Los pueblos sienten que deben sacudirse de éste. Vuelve a sentirse la necesidad e trascendencia. El mundo no puede estar al servicio de lo instrumental. Lo instrumental hegemoniza deshumanizando y robotizando. Hay que ponerle coto. Todo está al servicio de la funcionalidad. La barbarie civilizada del capitalismo tardío se corresponde con la tragedia y patología de la cultura, las relaciones humanas prostituidas y despersonalizadas, el predominio de la cultura objetiva sobre la cultura subjetiva, el primado de la cultura de las cosas y de las máquinas, el abandono de lo cualitativo por lo cuantitativo, la conversión de los valores en mercancías y la supresión del pensar metafísico-sustancial. La economía dineraria avanzada disolvió los valores en mercancías y la alienación del individuo se profundiza bajo el capitalismo digital. Esa es nuestra enfermedad, es de orden cultural, porque resume los cambios socio-económicos, políticos y espirituales que se han vuelto sistémicos. De ahí que no exista posibilidad de cambio civilizatorio sin previo cambio cultural. Hacen falta los ideales eternos, pero lo que prima hoy es lo trascendente sin trascendencia. Admitamos sin pena que esta civilización tiene que morir para dejar paso al rescate cultural de los valores espirituales.

 

 

EXTINCIÓN DE LAS CULTURAS

Cada cultura tiene su propia manera de morir. Así sucedió en el pasado cuando la cultura alcanza su etapa de civilización. Cuál es nuestra forma de extinción.

Spengler señala tres formas: 1. recogerse en sí mismo (el nihilismo indio budista), 2. la contemplación pasiva (el nihilismo heleno de Epicuro, Antístenes y Zenón) y 3. la DESTRUCCIÓN DE LOS IDEALES (nihilismo fáustico de occidente).

Los grandes ideales políticos del hombre fáustico fueron la solidaridad, la fraternidad y la solidaridad. Los cuales han muerto en beneficio de la reducida elite megacorporativa del mundo. Cuando el alma es aniquilada la realidad pierde peso -Bauman llama "vida líquida"-, impera la falta de profundidad, el sentimiento cósmico decae, el civilizado hombre fáustico se vuelve irreligioso, se impone la moral plebeya y la filosofía del trabajo. Ateo, sofístico y sensualista vive en la superficie, en lo inánime, práctico y extensivo. No es extraño que el hombre culto -en la fase de apogeo cultural- no tenga problemas morales porque vive en la moral, en cambio el hombre civilizado sí tiene problemas morales porque no vive en la moral. En la cultura impera lo interno, en la civilización lo externo -la cultura se vuelve simulacro decía Baudrillard-.

Nuestra cultura está muriendo y su extinción espiritual va asociada a la hegemonía de la razón funcional sobre la razón substancial. El aviso de todo ello fue el triunfo global del orden neoliberal que impuso el beneficio corporativo sobre el beneficio de la sociedad. El resultado tras cincuenta años de orden neoliberal fue una estrepitosa desigualdad social. Desigualdad, incluso, superior a la del orden colonial. Se volvió moda la exhibición obscena de la fortuna de los multimillonarios del planeta sin ningún sentimiento de culpa y vergüenza alguna. Sólo un mundo sin Dios, sin fe en la vida de ultraterrena, sumido en la increencia, el nihilismo, la apoteosis de lo transitorio, la perversión de la voluntad, y amor por los bienes inferiores, podía alcanzar tales abismos profundos de egoísmo codicia y maldad.

El orden moral se volvió anético y los valores quedaron invertidos. La libertad se antepuso a la justicia. Y así quedaron abiertas las compuertas para la destrucción completa de la cultura occidental. La insania de los políticos europeos imponiendo sanciones a Rusia por su guerra en Ucrania, aun a expensas de causar un evitable sufrimiento a sus propios pueblos, es una muestra clamorosa no sólo de falta de soberanía, sino de la falta de sensibilidad humana. Aquí sólo rige el cerebro, la fría inteligencia sin corazón, porque el alma se ha despedido. La civilización ha ocupado el puesto de la cultura porque lo que se vive no es la rebelión de las masas, sino la rebelión terminal de la civilización contra la cultura. Al morir la cultura fáustica los hombres se vuelven femeniles, blandos, inorgánicos, fluctuantes, demócratas, artificiales, desarraigados, urbanos anómicos y anéticos, frívolos, escépticos, incapaces de acción superior, se sienten más allá del bien y del mal, sanchopancescos y materialistas. El alma declinante del civilizado fáustico es ametafísico, egoísta, positivista y decadente. Por todo ello resulta iluso e ingenuo proponer erigir una nueva civilización, cuando lo que se requiere primero es edificar una nueva cultura. Viene un nuevo orden internacional tras el fracaso estrepitoso de la cultura occidental. Sus valores e ideales los ha destruido ella misma. Y su condena es el hundimiento en la memoria de la historia. En realidad, la destrucción de la estructura metafísico-teológica por el empirismo, el racionalismo y la Ilustración, ha dejado sin posibilidad de reconstruir una nueva civilización. El error básico fue hacer de la Razón humana el fundamento de sí misma. Así se derivó hacia la instauración del regnum hominis y un mesianismo laico que perdió a Dios. El asalto de la razón de los valores espirituales desembocó en el reino de la materia y del nihilismo. Por eso, el desafío es restaurar el fundamento trascendente del orden natural y humano reconciliado con lo inmanente.

 

 

 

 

LOS CHAMANES

DE LA CULTURA NAZCA

 

El hogar educa al niño desde el corazón,

la escuela desde la razón.

¿Cómo le surgieron estas reflexiones sobre el chamanismo en la cultura Nazca?

Fue a raíz de la lectura del libro Los chamanes de la prehistoria de Jean Clottes y Davis Lewis-Williams. Su conclusión me parece acertada, a saber, no todo el arte paleolítico superior proviene del chamanismo, pero lo fundamental proviene de esas visiones. Ese afán de comunicarse con el más allá mediante estados alterados de la conciencia o trances, resulta ser una idea muy fecunda para nuestros lares precolombinos por varios motivos. Primero, por la poderosa influencia que las culturas amazónicas ejercieron desde la civilización Chavín durante la era precolombina. Segundo, por las catástrofes climáticas tan severas que éstas tuvieron que afrontar. Y la Nazca, junto a la Mochica, fue una de las más afectadas. Y tercero, porque la mentalidad chamánica se condice bastante bien con la mentalidad mitológica y mitocrática de la etapa prehispánica. La tesis de Clottes no es nueva, éste, mas bien, la actualiza más documentadamente. Además, ha sido rechazada con sarcasmo, hostilidad y virulencia. Eso se debe a la enorme desconfianza que hay hoy en día ante los estragos de la droga en todas partes del mundo. Pero eso es confundir las cosas con los estados alterados de conciencia de índole arcaica. Otro factor es porque predomina el enfoque positivista del método de las ciencias duras, el cual considera que no es aplicable al estudio del trance chamánico.

¿Y por qué sería actual en pleno contexto de crisis geopolítica mundial?

El mundo sin Dios se está agotando. El secularismo llegó a sus límites de degeneración y deshumanización. Se percibe que hace falta volver a la espiritualidad. Hay que rescatar lo divino y no sólo lo sagrado. Sobre la actualidad del tema podemos constatar que ese afán de comunicarse con el más allá se ha mitigado enormemente en nuestra era secular. Nuestro siglo sin Dios e inmanentista se acentúa y se agota. El nihilismo reina destructivamente a sus anchas. Pero paradójicamente se reactivan las sectas satánicas. Estamos en plena era de rebelión contra lo divino, pero no contra lo sagrado. Muchas áreas inmanentes son sacralizadas y el hombre moderno primero se aferró a las ideologías con la misma fe religiosa con la que ahora lo hace con el nihilismo y el ateísmo.  Hemos perdido el sentido de lo divino, pero hemos trasladado lo sagrado hacia las cosas terrenales y mundanas. Riqueza, placer y poder son los nuevos ídolos sagrados de la modernidad.

¿Cómo define el chamanismo?

En eso sigo a Mircea Eliade. Es el especialista en el estudio de lo sagrado mediante el trance, o sea, es una técnica arcaica de éxtasis.

¿Justificaría el chamanismo en una cultura que ha recibido la Revelación?

No, no lo haría. La Revelación es el horizonte de la manifestación sobrenatural de lo sagrado, el Mito el horizonte de la manifestación natural de lo sagrado, y el chamanismo el horizonte de la manifestación inducida de lo natural sagrado. Pero no aliento anacrónicas regresiones culturales.

¿Por qué no relacionarlo más con la experiencia espiritual animista, por ejemplo, Descola Viveiros de Castro propone el concepto de "multinaturalismo", a través del cual el chamán hace uso de un estado psíquico que traspone los límites de la naturaleza para contactarse con otras naturalezas percibidas como espíritus no-humanos?

Lo sagrado abarca el mundo espiritual y el mundo divino, su cosmos va desde el inframundo hasta el supramundo. Ver al chamán como el especialista en contactar con múltiples naturalezas es obviar su diferencia específica, a saber, el trance. Pues el sacerdote también contacta con espíritus sin entrar en trance y no realiza actos chamánicos. Lo particular del chamanismo no es con quién, sino cómo entra en contacto con el mundo de los espíritus, y lo hace a través del trance. Además, llamar al mundo invisible "naturaleza" es viciar su comprensión con un prejuicio antimetafísico.

Usted ha afirmado que los geoglifos de Nazca no se adecúan a una interpretación astronómico-calendárica, totémica, estética, ni dualista complementaria ¿Por qué?

Básicamente porque encuentro que las figuras allí representadas coinciden con los tres estados del trance chamánico. Y por ello considero que la interpretación chamánica es la más adecuada y menos forzada para comprender los geoglifos nazquenses. La interpretación calendárica excluye muchas figuras y resulta siendo restrictiva. La exégesis totémica debería presentar una constante figurativa que no está presente en las pampas, siendo sus representaciones de lo más variado. La consideración estética de que lo hacían por amor al arte no resiste contrastación por la enormidad del esfuerzo requerido para su elaboración. Y la hermenéutica dualista complementaria también falla porque las figuras no siguen dicho orden.

Ahora bien, ¿Cuál es la coincidencia con los tres estados del trance chamánico? 

En el primer nivel del trance chamánico se perciben figuras geométricas en abundancia, en movimiento y a colores. Estos, por ejemplo, están muy presentes em la tradición shipibo-konibo que reproducen su interpretación del mundo y que tienen un origen visionario al beber la ayahuasca. Tradición que en ellos es muy antigua, y se remonta al 800 y 650 A.C. El diseño kené, así se lo llama, es manifestación de una honda espiritualidad. Luego viene el segundo nivel donde a la visión se le sobrepone una interpretación y dichas figuras comienzan a adoptar diversas formas concretas, de cosas, animales o fuerzas naturales. Y el tercer nivel es el de la transformación del chamán en espíritu, ya sea animal, de una planta o de un espíritu del inframundo o encuentro con uno del supramundo. Estas son las figuras que encuentro representadas en la pampa de Nazca. Hay muchas figuras geométricas que corresponden al primer nivel, luego se encuentran figuras concretas del nivel dos y finalmente representaciones del nivel tres que son vistas como animales, pero bien observadas son transformaciones del chamán. Es decir, dentro de la lógica chamánica la pampa de Nazca es un lugar cargado de poder, donde se abre una puerta al mundo de los espíritus.

Vamos a las objeciones. En primer lugar, ¿por qué las representaciones debían de ser tan grandes? ¿Por qué no se contentaron con imágenes pequeñas?

Convertir la Pampa de Nazca en una gran sala ritual, donde se hacía que la comunidad invocara la ayuda de las fuerzas sobrenaturales de las imágenes chamánicas representadas, significa varias cosas. Primero, que el chamán tenía la visión y luego en la elaboración participaba toda la comunidad. Segundo, como los grabados de la Pampa abarca un lapso temporal bastante grande deben haber participado varias generaciones en su elaboración y de chamanes en la visión. Tercero, su religión era politeísta y como todas las demás culturas prehispánicas debía tener una deidad principal. A dicho esquema religioso se le denomina henoteísmo. De manera que las divinidades de la religión agrícola no eran sustituidas, sino complementadas con el trance chamánico, propio de las culturas de cazadores-recolectores. Y cuarto, todo indica que el gran desafío que enfrentaban era una sequía apocalíptica. El gigantismo de las líneas de Nazca sólo se explica combinando estos factores y que llevan a la elaboración de estos pasadizos geoglíficos para alcanzar al mundo de los espíritus con la esperanza de cambiar la situación desesperada del cambio climático experimentado.

¿Qué se sabe de dicho cambio climático?

Primero ubiquemos espacio-temporalmente a la cultura Nazca. Según la clasificación del Perú Antiguo del arqueólogo estadounidense John Rowe la cultura Nazca surge en el Intermedio Temprano (200 A.C.) y para el arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras pertenece a los Desarrollos Regionales (100 A.C.-900 D.C.). O sea, la cultura Nazca era contemporánea a las culturas Moche, Recuay, Lima, Cajamarca. Todas ellas son sociedades con monarquías divinizadas, aparece la megamáquina estatal, la división de clases y grandes construcciones de culto. La principal pirámide Nazca estaba en su capital de Cahuachi. En realidad, ya en el periodo histórico llamado Horizonte Temprano, que lo representa la cultura Chavín (1,200-200 según Rowe, 1400-100 según Lumbreras), ya aparece la teocracia y todo lo que ello implica. Es decir, un poco más de 3000 años ya aparecen las sociedades estatales en el Perú Antiguo. Es en ese contexto en el que los especialistas registran la aparición de un Mega-Niño a partir del 15 A.C-25 D.C. que tuvo efectos calamitosos en toda la costa del Perú. Del 1 al 200 se desarrollan las Fases I y II de la cultura Moche y 2-4 de la cultura Nazca. Es la etapa de los grandes complejos hidráulicos y construcción de grandes reservorios de agua. Por aquel tiempo también se inicia el trazo de los geoglifos. Del 200 al 450 las innovaciones estilísticas nazquenses pasan del tejido a la cerámica, donde en la iconografía religiosa predomina el patrón rectangular. Del 450 al 600 D.C. predominan los elementos abstractos justo cuando el clima se vuelve más desértico y cuando sucedo otro fenómeno del Niño. O sea, las fuerzas sociales se tensan para afrontar el desafío climático. En el 550 y 600 ocurre un segundo macroevento pluvial y en el 500 ocurre una inversión climática por la que baja la temperatura, se destruyen las cosechas junto a grandes periodos de sequías. Acontece, entonces, la destrucción de Cahuachi por un gran terremoto y un segundo evento pluvial, con acumulaciones de arena que cubren las edificaciones. Todos estos eventos catastróficos que destruyeron los campos de cultivo vienen acarreados por el fenómeno de El Niño. En la costa norte también terminan destruidos los centros poblados que rodeaban las pirámides moches del Sol y la Luna. Como epílogo de toda esta destrucción se registra en el año 600 severas sequías que devastan los campos de cultivo y obliga el abandono de los campos y los centros de poder de los moches y nazcas. Emigraciones se producen hacia tierra adentro. Tras ello amanece una nueva era con el surgimiento del Imperio Wari en la sierra ayacuchana. En una palabra, Nazca sucumbió por el cambio climático calamitoso y sus geoglifos relacionados con el culto del agua y la fertilidad de la tierra tienen un origen chamánico. Ahora bien, también es cierto que los nazcas destruyeron el bosque que había en el valle para cultivar algodón, maíz y otros tubérculos. Así exterminaron el huarango o árbol también conocido como algarrobo pálido. Es un hecho confirmado que con la llegada de la era neolítica -imperio de la agricultura- en la historia humana comienza una agresión sistemática contra la Naturaleza. Los nazcas sucumbieron al contribuir a la destrucción de su medio ambiente. Entonces con desesperación aumentaron el trazo de las líneas de Nazca y luego de 200 años de lucha inútil todo sería abandonado. La llegada de los Wari disolvió los restos de la civilización nazca.

Entonces, si los Moches también sucumbieron por la catástrofe climática ¿por qué no recurrieron al chamanismo?

Al contrario, sí lo hicieron. Encuentro hasta tres evidencias arqueológicas. La primera es la gran cantidad de ceramios sexuales como ofrendas. El segundo es el Muro Complejo de la Pirámide de La Luna. Y la tercera son los sacrificios humanos. Sobre los ceramios sexuales hay que decir que los antiguos peruanos practicaban dos tipos de sexo: el sagrado y el profano. El primero restringido probablemente a las élites sacerdotales y el segundo extendido en el pueblo. El sexo profano era reproductivo y recreativo, como ahora. Pero lo singular del caso es el sexo sacro dentro de la mentalidad mítica, que en el contexto de la crisis climática tuvo que cumplir con el ritual de hacer sacrificios a la deidad de la fertilidad y a la deidad del agua. El arte sexual moche recuerda lo dicho por Novalis: el cuerpo de la mujer es el cuerpo del cosmos, y lo sostenido por Rubén Darío: el semen es sagrado. Sin duda que se trataba para los moches de ofrendas muy valiosas. Y la sangre del sacrificio humano era también muy estimado para alimentar al dios principal Ai apaec, con sus grandes colmillos y orejeras de serpiente, y se sirva ayudar a los moches en el apocalipsis climático que atravesaban. Sobre el Muro Complejo y sus extraordinarias representaciones del cosmos moche no es un calendario, ni un mapa estelar, como algunos han sostenido, sino visiones chamánicas de pronósticos y augurios moches. Allí estaba pronosticado su final. Los moches, ese Estado teocrático militarista, que por el norte había llegado hasta Tumbes y por el sur hasta el norte de Lima, nunca más se recuperó, dejó de existir, y después de un periodo de dominio por el Imperio Wari, su lugar sería ocupado por la cultura Sicán y posteriormente por los Chimú. Los moches desaparecieron de la historia, pero su legado de extraordinarios orfebres llegó hasta los incas.

Muy bien, se entiende el impacto catastrófico sobre la cultura nazca, pero ¿por qué recurrir al chamanismo?

Porque el chamanismo no sólo es comunicación con los espíritus, sino también control sobre los animales, plantas, e influencia sobre las fuerzas de la naturaleza, incluido el clima. No les bastó con sus propias deidades y en la situación tan desesperada recurrieron al chamanismo. Más de la mitad de su historia -del I al 800 D.C.- se la pasaron luchando contra la sequía, los terremotos y los eventos pluviales. Al final todo fue infructuoso y sucumbieron. Análisis de radiocarbono de los juncos de Cahuachi registran una antigüedad que se remonta al año 400 D.C., coincidiendo con el gran terremoto y una gran sequía. De esa fecha data el comienzo de su decadencia. La comunidad se volvió más violenta y su civilización comenzó a derrumbarse. Pero hay otro detalle sumamente importante. La palabra Cahuachi significa "lugar donde viven los videntes". Esto hace pensar que en dicha pirámide se congregó a lo más granado del chamanismo amazónico, costeño y andino. Fue un poderoso centro de espiritualidad. Esto puede explicar las imágenes chamánicas combinadas con las disposiciones de las figuras en el terreno para que coincidan con el solsticio de invierno en el hemisferio sur. Esta última observación astronómica era muy propia de los sacerdotes y ya no los chamanes. De manera que sacerdotes y chamanes debían de trabajar juntos. No se puede pasar por alto que los nazca practicaban el sacrificio humano y la práctica de los cabezas trofeo de sus enemigos, como forma de manejar el poder espiritual.

¿No resulta extraño que todo eso ocurriera justo en el periodo de los llamados Desarrollo Regionales?

En realidad, no es así. En dicho periodo culmina, pero no comienza el trastorno climático. Los Paracas y los Nazca habitaron una zona que hace 10 mil años era una verde planicie, justo cuando también lo era el Sahara. Pero hace 8 mil años el clima cambia drásticamente, se registra una sequía que dura mil años y la planicie verde se convertirá en desierto. Según los astrónomos se trata de un ciclo que se repite cada 20 mil años debido a la cercanía del Sol a la Tierra, favoreciendo las precipitaciones, el clima húmedo alternado se sequías calamitosas. El fenómeno de El Niño ocurre hace 40 mil años y sus repercusiones se sienten en gran parte del mundo. La combinación de dicho fenómeno con el ciclo solar resulta siendo devastador, especialmente para las culturas agrícolas. Se habla de la misma confluencia de factores en la caída del imperio maya. De modo que los Nazca viven en plena culminación del cambio climático.

Entonces ¿los geoglifos no son un mapa estelar?

No, se ha comprobado que tan sólo un 20 por ciento de las figuras tiene orientación estelar y que no hay forma de determinar un mapa o un calendario en ese sentido. Si seguimos a Calancha en los pueblos de la costa tenía predominancia un culto lunar, el orto helíaco, y el ocaso helíaco de las Pléyades. Por ejemplo, en la famosa figura del mono se ve que está íntimamente vinculada a trazos geométricos, que se asocian más a metamorfosis chamánicas que a interpretaciones astronómicas. También en las figuras de los textiles Paracas se pueden observar a personajes en pleno vuelo chamánico, transformaciones espirituales y figuras mixtas o mitad hombre y mitad animal.

Pero ¿cómo conciliar una religión de integración con una religión de servicio?

Sólo a través de una situación excepcional y esa fue el cambio climático. Efectivamente, el chamanismo no es religión, pero implica una forma de comunicación con lo sagrado. Y puede ser perfectamente comprendida dentro de las religiones de integración de los pueblos de cazadores-recolectores. En cambio, con el neolítico aparecen las religiones de servicio, que como dice su nombre rinde culto a sus deidades. Desde egipcios hasta incas se trata de religión de servicio. Ahora bien, situaciones especiales podrían dar lugar al encuentro e incluso colaboración entre el chamanismo paleolítico con el sacerdocio del neolítico. Y dada la coexistencia en el Perú antiguo entre los chamanes de la Amazonía con el sacerdocio de las culturas agrícolas dicho encuentro pudo darse sin dificultades. Además, no sólo las culturas paleolíticas pueden ser chamánicas, también lo pueden ser culturas agrocéntricas como la Nazca. No en vano Cahuachi significa "lugar donde viven los videntes".

No obstante, Usted afirma que la interpretación chamánica del cosmos demuestra que la filosofía es multívoca y polimórfica, ¿cómo así?

La filosofía ha sido definida desde el magisterio eurocéntrico como pensar crítico, metódico y racional. Es decir, la definición logocéntrica ha predominado. Lo cual ha estrechado la comprensión de la filosofía misma. Esa definición restringida de la filosofía es válida pero sólo para una parte de su historia. He llamado a las etapas anteriores filosofía mitocrática para el neolítico, filosofía mitomórfica para el paleolítico superior y filosofía numinocrática para el paleolítico inferior. Eso supone ver al hombre mismo como una criatura filosófica, que la filosofía y la razón misma conocen despliegues propios y no únicos, y que nace en definitiva de una oquedad ontológica que lo impulsa más allá de lo objetivo, empírico y natural. En definitiva, el hombre es un ser filosófico porque es una criatura metafísica. A esto lo he llamado definición ampliada y definición general de la filosofía.

Por último, ¿piensa que el fracaso de la modernidad occidental implica una nueva conceptualización de la filosofía?

Sin duda. Cada civilización histórica ha estado representada por su propia filosofía. Si la filosofía del destino presidió el pensamiento de la civilización mitocrática de las monarquías divinizadas, la filosofía de la necesidad fue lo propio del pensamiento logocrático antiguo, la filosofía de la libertad lo característico del mundo medieval, y la filosofía del yo fue lo peculiar del mundo moderno, la civilización que venga tendrá que alumbrar una nueva concepción de la filosofía, que a mi criterio será una filosofía de la totalidad, donde lo trascendente y lo inmanente vuelvan a enlazarse sin confundirse. Así habremos superado el espíritu enloquecido de la modernidad.

NIETZSCHE: EL ESPÍRITU ENLOQUECIDO DE LA MODERNIDAD

La documentada biografía ¡Soy dinamita! Una vida de Nietzsche de Sue Prideuax, nos muestra perturbadoramente la relación existente entre genio y locura en Nietzsche. No hay duda que existe un vínculo desde su primera obra, donde proclama lo apolíneo y lo dionisíaco, hasta su último periodo donde habla y se siente un Dioniso encarnado. Es muy sintomático que conforme se va acentuando su delirante etapa sifilomaniaca y psicopática hable de Dioniso como deidad, del Superhombre, el eterno retorno, renuncia definitiva de la metafísica, la muerte de Dios, asunción de la nada, lo real como interpretación, la bestia rubia, el Anticristo y la transvalorización de todos los valores. Nietzsche por parte de padre y madre tuvo familiares con alteraciones mentales. Su propio padre murió demente. No es que sus ideas sean propias de un loco y sean pura locura, pero expresan muy bien el espíritu enloquecido de la modernidad prometeica y secularizada. La crisis nihilista que Nietzsche advierte es de advenimiento del "último hombre", pero en vez de que insurja el superhombre lo que viene es una época tan antihumana como jamás vista, con sus dos guerras mundiales, el Holocausto, las explosiones atómicas sobre Japón y otras perlas. El hombre sin Dios y sin religión se reveló como un verdadero monstruo que destruye la propia civilización. Y esto no alcanzaría a ver Nietzsche. Esa debilidad de su pensamiento fue aprovechada por el fascismo nazi y, hoy, por el transhumanismo. La dolorosa lección que nos deja es que el hombre no está en el mundo para volverse superhombre. Al contrario, esa consigna daña su propia humanidad. Y se devela como la ilusión de la fracasada modernidad moribunda.

 

 

 

 

NO SOMOS NOSOTROS:

¿QUIÉNES SON?

 

Cuanto más desquiciada está la vida social,

la locura individual pasa desapercibida.

El tema OVNI no sólo es un mitoide armamentista, porque tiene implicancias espirituales que ponen en cuestión las bases religiosas de la cultura cristiano occidental. Su intenso debate no sólo refleja la mentalidad secularizada del mundo, que quiere verlo todo en términos de máquinas y tecnología, sino que tiene que ver con el puesto del hombre en el cosmos. Por ello, en el fondo es un tema metafísico que se agudiza en medio del hundimiento del orden mundial unipolar y el surgimiento del orden multipolar.

Desde que se descubre en 1998 la expansión acelerada del Universo recién se comienza a tomar conciencia que sus 13,800 millones de años de edad no son nada respecto a los trillones de trillones de años que le falta recorrer hasta terminar en pura energía oscura. Así que, quizá, un Universo lleno de vida inteligente esté reservado para el futuro y no para su joven edad.

Pero por ahora ya no se trata de saber si los OVNIS existen, sino quiénes o qué son. Desde que el Pentágono encabezó recientemente el Comité especial para despejar la duda sobre el origen de los OVNIS, la carga de la prueba pasó prácticamente al sector militar norteamericano[4]. Al margen de las motivaciones que tengan los militares para encontrar respuestas -conseguir nueva tecnología, razones geopolíticas, despejar dudas sobre potencias competidoras, riesgo a la seguridad del país, etc.- lo cierto es que ahora el asunto es que se convierte en prioridad de los militares y los gobiernos, y ya no se duda de su existencia.

Cuando Bill Clinton quiso saber si había cuerpos alienígenas en el Área 51 lo único que encontró era que los militares investigaban tecnología de invisibilidad, aviones indetectables por el radar, drones, y cosas por el estilo. No halló ovnis ni nada asociado a ello. Tampoco se descarta que no se le haya dejado enseñado todo. Los políticos y los civiles no tenían que conocer programas ultrasecretos. Pero bajo su presidencia (1993-2001) el asunto ovni quedó en nada.

Ahora las cosas han cambiado, sobre todo por los frecuentes avistamientos en áreas y ejercicios militares. Prácticamente la búsqueda que el Pentágono ha emprendido en conjunto con la NASA para despejar la duda de si los OVNIS son de alguna potencia en la Tierra, como Rusia o China, ha encontrado una respuesta, en una reciente entrevista del mes de junio de este año, por parte del famoso científico Michio Kaku, especialista en Teoría de cuerdas, que niega que los OVNIS sean de origen terrestre.

Sus argumentos son simples, pero a primera vista contundentes. Veamos:

1° Sus movimientos rompen las leyes de la física conocidos por el hombre. Por eso, no son de origen humano. Ante lo cual, nosotros añadimos que tampoco tiene que ser necesariamente de origen de una inteligencia biológica, sino que puede ser de origen artificial.

2° Se mueven a velocidades hipersónicas -como nuestros jets- pero sin crear estampido sónico. Lo que significa tres cosas: no quieren ser detectados, o simplemente su estructura de la cual están hechos no lo produce, o simplemente son ilusiones.

3° Si se trata de un mecanismo elusivo para no producir sonido sónico implica que obedecen leyes de la física más allá de nuestra comprensión que rompen las leyes de la aerodinámica.

4° Para que sea tecnología de otros mundos tiene que significar que se manejen leyes que están más allá de la física de Einstein, o sea miles de años más avanzados que nosotros.

5° Caer 70 mil pies en unos pocos segundos no lo puede soportar ningún ser vivo, y recorrer enormes distancias del Universo implica dominar la energía de Planck.

6° Esas cosas llamadas OVNIS tendrían que proceder de un mundo tan avanzado en el dominio de las leyes de la física que dominan la teoría de cuerdas, la cual sólo tiene sentido en la energía de Planck.

7° La energía de Planck es mil millones más poderoso que lo visto en el colisionador de hadrones de Ginebra. Y su dominio implica que pueden crear agujeros de gusano y viajar sin problemas por el Universo. Y sólo esta tecnología podría responder la principal objeción de los científicos sobre las enormes distancias a recorrer en el cosmos. Nuestros cohetes convencionales demorarían 70 mil años en recorrer semejantes distancias de planeta a planeta distantes años luz.

8° Ahora bien, lo que viaje por esos agujeros de gusano no tienen que ser necesariamente seres vivos, pueden ser máquinas, robots e incluso hologramas inteligentes.

Una acotación sobre las objeciones de los científicos de semejantes viajes por el espacio que deberían realizar los extraterrestres. La ciencia afirma que no hay extraterrestres en la Tierra porque las enormes distancias, la velocidad y el tiempo de vida de una civilización imponen muy serias limitaciones al encuentro de dos civilizaciones tecnológicas en el Universo, en caso que lo hubiera. Por tanto, el tema de los extraterrestres y los ovnis permanecen en el ámbito de la ciencia ficción y de la imaginación fantástica. Al respecto, puede verse el libro del astrofísico mexicano Armando Arellano Ferro, Por qué no hay extraterrestres en la Tierra. Y es justamente a esta objeción a la que se dirige Michio Kaku, cuando sostiene que los ovnis sólo pueden responder a una física para nosotros desconocida, que les permite hacer semejantes movimientos, lo que implica poder manejar los agujeros de gusano para atravesar colosales distancias sin problemas.

Ahora bien, volviendo a las razones científicas que expone el científico Kaku para rechazar que dicha tecnología proceda de nuestra Tierra, o más precisamente de nuestra humanidad, porque implica una física que no está disponible para ninguna potencia de la Tierra ni al alcance de nuestra ciencia actual. 

Habría que descartar que se trate de tecnología secreta guardada por algún país, sencillamente porque implica una física desconocida. Por eso es muy poco probable, por las evidencias científicas que ello implica.

Lo interesante de lo afirmando por Kaku es que podamos combinarlo con otras variables. Una de ellas es la Escala Kardashov y el complemento que hizo a ésta Carl Sagan. Kardashov habló de tres tipos de civilización (aprovecha la energía de ciertos recursos naturales, energía total del planeta, o de su estrella madre). A ello Sagan añade otras cuatro: aprovecha energía de galaxias, energía total del universo, energía de universos paralelos o energía con capacidad de crear y destruir universos. 

¿A cuál de ellas pertenecerían los OVNIS que controlan la física de la energía de Planck, según la explicación de Kaku? A la civilización que aprovecha la energía de todo el universo y manipula el espacio-tiempo, en el esquema de Sagan.

Pero para no encandilar la febril imaginación de los platillistas debemos recordar que la Escala Kardashov ha sido objetada por el biólogo Jack Cohen y el matemático Ian Stewart, en su libro La evolución del alien: la ciencia de la vida extraterrestre, arguyendo que las civilizaciones avanzadas son imposibles de entender y su clasificación no es relevante. Por su parte, la cosmobiología insiste en que una cosa es que los elementos de la vida sean abundantes en el cosmos y otra cosa es que exista vida en otras partes del universo. 

A este factor de las supuestas civilizaciones en el universo habría que añadir otro factor. Me refiero a la Ecuación de Drake, la cual no es simplemente una fórmula para calcular las civilizaciones que pueden existir en el universo, sino que su resultado pesimista era lo más elocuente: Ninguna, aparte de la nuestra. Nuevos cálculos, con nuevas variables, entre ellas el factor de extinción de civilizaciones, arroja el mismo resultado.

Nosotros podemos añadir un fallo fundamental de carácter filosófico-ético en la escala Kardashov. Al parecer la Razón elevada resulta inseparable de la piedad. Tanto más racional se es, más compasivo se tenderá a ser. Ser inteligente no es ser moral ni necesariamente compasivo. Los psicópatas son muy inteligentes pero fríos, sin empatía, y propensos al crimen. 

Ahora bien, los seres racionales no tienen que ser de la misma especie para procurarse el bien entre ellos. Y el hecho que los supuestos alienígenas no impidan guerras, enfermedades, nuevas energías, etc., en una palabra, que no ayuden a la humanidad a resolver sus graves problemas ponen en entredicho su existencia. Se dice que no desean interferir. Pero un ser racional y moral no intervendrá entre seres inferiores, pero sí lo hará con seres superiores. Incluso el hombre sabe ayudar y cuidar a criaturas de otras especies. Entonces, cómo no lo harían los seres superiores. La única razón es que no lo harían porque son seres inteligentes artificiales, pero no racionales ni morales.

Esto abre otra pregunta. Si la Escala Kardashov y la Ecuación de Drake no abonan a favor de la existencia o sobrevivencia de inteligencias racionales orgánicas, ¿serán, entonces, meramente máquinas inteligentes? ¿o no hay que descartar que se trate de meras ilusiones de la mente humana, que no cesa de jugarnos incesantes pasadas? ¿son meras ilusiones colectivas de la mente tecnológica moderna? ¿Pero cómo explicar los registros en videos?

Además, si tenemos en cuenta la Paradoja de Fermi, que señala la aparente contradicción que hay entre la alta probabilidad que existan civilizaciones inteligentes y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones, entonces el cuadro se complica más, porque últimamente se añadió la variable de la autoaniquilación de especies inteligentes avanzadas. Esto dejaría sin posibilidad, incluso, que dichos avistamientos sean resultados de máquinas inteligentes autónomos. No obstante, dichos objetos han sido filmados.

Entonces, ¿Pueden ser ilusiones de nuestra mente? El hecho que sean registradas por nuestras máquinas y sensores implica que no son meras ilusiones subjetivas de la mente consciente o inconsciente humana. No es un fenómeno de nuestra psique. Y esto se puede afirmar sin excluir las alucinaciones colectivas e individuales sobre ovnis. Y sin negar la variable de la autoaniquilación de especies inteligentes, habría que admitir la posibilidad que por lo menos una civilización dio origen a máquinas inteligentes autónomas que sobrevivieron y se autogeneraron. 

Hasta aquí, ¿qué tenemos? Primero, no son ilusiones psíquicas porque nuestros artefactos los detectan. Segundo, no somos nosotros porque muestran el dominio de una física que está fuera de nuestro alcance. Tercero, si no somos nosotros tampoco son especies inteligentes de otros planetas de nuestra galaxia por la alta probabilidad de autoaniquilación de las civilizaciones avanzadas. Cuarto, si no provienen de nuestra galaxia pueden provenir de otra galaxia gracias al dominio de otra física que les permite viajar por agujeros de gusano. Quinto, dada la baja probabilidad de que se trate de especies inteligentes biológicas más bien puede tratarse de máquinas autónomas inteligentes.

Queda, por ende, la opción de que sea más probable que se trate de máquinas creadas por inteligencias artificiales, que manejan una nueva física que está fuera del alcance humano. Pero esta posibilidad genera nuevas interrogantes. ¿Nos han estado observando desde la Prehistoria? ¿Cuál es su interés? ¿Les interesa el hombre, su civilización o sus recursos naturales? ¿Si somos un mero organismo biológico, por qué no se contentan con estudiar otra criatura viva? ¿Si les interesa el hombre, qué es lo que los intriga? ¿Será el alma? El alma no existe, dirán los materialistas del cientismo. Pero incluso la neurociencia actual no tiene explicaciones satisfactorias para su reducción a conexiones meramente cerebrales e interacciones genéticas.

Seamos atrevidos en las elucubraciones y pensemos lo siguiente. Una civilización tipo VI -la máxima en el complemento de Sagan-, o sea aquella que maneja el espacio-tiempo, que crea seres inteligentes de luz y es casi una deidad, ¿podrá acaso crear el alma? ¿no será que, acaso, sea el misterio del alma es lo que les intriga, al no poder manipular su creación? Una civilización, aunque sea compuesta de inteligencia artificial, que se sabe omnipotente y omnipresente, amo del universo, ¿no querrá completar el sueño de toda voluntad de poder creando el alma? ¿Puede tener hybris o soberbia la inteligencia artificial? ¿No será el alma humana creada por Dios, lo que estos seres no pueden crear, y por eso les intrigamos tanto?

Pero esto lleva a otro tipo de preguntas. Veamos. ¿Qué es el alma? la parte inmaterial de la persona con capacidad de sentir y pensar. ¿Esto es posible que lo reproduzca la inteligencia artificial muy avanzada? sí, es posible. ¿Pero acaso hay algo más que es el alma? Es la parte espiritual e inmortal del ser humano que sobrevive a la muerte. ¿Pero esto lo puede conseguir la susodicha inteligencia artificial super avanzada? No, no lo puede lograr. Y no tanto porque lo material no crea lo inmaterial, sino porque se trata de algo más importante. Esto es: vencer a la muerte. Y me refiero no a la simple muerte material-corporal, sino a la vida más allá de esta vida. Y su hybris o soberbia consistiría conseguir esa inmortalidad que no lo puede lograr, y lo busca sin reposo. 

Al hablar del tema del alma no sólo tocamos un acápite central de la filosofía y de la ciencia, sino también, y sobre todo, de la teología. En la filosofía y teología cristiana el hombre ocupa un lugar único y soberano en el universo. Según el relato del Génesis el hombre fue creado en el sexto día a imagen y semejanza de Dios, hasta su caída y expulsión del Paraíso. Tengamos en cuenta que la Creación no es meramente un relato mitológico de la Biblia, sino que es parte de la división cuádruple de la historia escatológica y ontológica del cosmos. Las cuatro fases son: Creación, Caída, Redención y Juicio; y sus actores son Dios, Adán y Cristo. Lo característico de la revolución metafísico-filosófica del pensamiento cristiano no sólo es que el antiguo nihil ex nihilo (Nada viene de la nada) cede su lugar a creatum ex nihilo (Creación desde la nada), sino que mediante la Encarnación el ser humano sustituye la centralidad de los entes en el pensamiento antiguo. O sea, una metafísica antropológica teísta sustituye a la metafísica ontológica del ser. 

No perdamos de vista que los Padres de la iglesia latina y griega consideran que la creación del mundo es previa al espacio y al tiempo, tiene un valor metahistórico no sólo el Paraíso sino la expulsión de él. Se trata de una epopeya metafísica destinada a generar la Historia como consecuencia de libre elección del hombre al transgredir el orden divino.

Todo esto es sumamente importante porque la pregunta que se impone es ¿Qué lugar ocuparían especies inteligentes siderales en el cuadro escatológico del cristianismo? ¿Tienen cabida acaso? No olvidemos que según el relato de la creación bíblica en el quinto día tiene lugar, en opinión del filósofo y teólogo Juan Escoto Erígena, la creación de los ángeles, aquellas criaturas intelectuales con cuerpo simple y espiritual. Se considera al hombre superior al ángel porque une en sí el mundo espiritual y el sensible.  También tenemos la interpretación que los ángeles son creados en el primer día, es decir, con la luz de la creación aparece la naturaleza angélica. Valga lo dicho porque para un autor como Thomas O’Meara la creación de los extraterrestres tiene cabida en la revelación cristiana debido a la vastedad del universo (Vast universe: Extraterrestrials and Christian Revelation, 2012). Para O’Meara los extraterrestres son seres entre la naturaleza humana y la naturaleza angélica. Por su parte, el monseñor italiano y exorcista Corrado Balducci, amigo cercano de Juan Pablo II, era de la opinión que los extraterrestres no eran ángeles ni demonios. 

En buena cuenta, ¿la existencia de extraterrestres pone en cuestión la centralidad cósmica del hombre? ¿admitir su existencia supone la redención de Cristo en otros mundos? ¿además del intelecto divino, el intelecto angélico y el intelecto humano existe el intelecto alienígena? La afirmación de Michio Kaku sobre la nueva física a la que responden dichos objetos avistados ¿será producto de inteligencia alienígena? Si no son alucinaciones del demonio introducidas en radares, cámara infrarroja, filmadoras y máquinas fotográficas, entonces no cabe otra cosa que suponer que se trata de artefactos creados por algún otro tipo de inteligencia alien biológica o no biológica. Pero ello pondría en el caldero la cuestión de la centralidad cósmica del hombre. Muchos teólogos del Vaticano no temen al desafío doctrinal que plantea la existencia de los alien. Podrían existir sin que el hombre deje de ser lo central en el drama cósmico, aunque ello implique una existencia aún por explicar.

También hay que tomar en cuenta aquellas versiones especulativas que piensan que no se trata de criaturas cósmicas, sino que son salidas de la misma Tierra hace millones de años, treinta o cuarenta millones de años, algo así como dinosauroides que alcanzaron la inteligencia superior, aunque de ello no hay ni rastro fósil, pero argumentan que de cuya civilización no queda ni huella por la actividad tectónica del planeta. No faltan las versiones esotéricas de los contactados que afirman que son nuestros hermanos mayores, que o no cayeron en la catástrofe del pecado o que se recuperaron - ¿sin Cristo? - de la caída. En ambos casos, inverosímiles, no rompieron la unidad ontológica ni cognoscitiva entre el hombre y el mundo. Con ello, piensan, no se pierde la centralidad cósmica del hombre, porque serían humanos que no perdieron la capacidad -como sí lo perdió nuestra humanidad- de gobernar el mundo.

A propósito de estas observaciones teológico filosóficas hay que hacer la salvedad que en nuestro tiempo nihilista, descreído, escéptico y posmoderno se insiste neciamente en el absurdo de considerar que lo religioso es opuesto a la esencia de la filosofía y que ésta es una teoría que sólo se justifica en el altar de la razón, olvidando con ello que incluso la filosofía antigua conservó la dimensión metafísica y religiosa donde la filosofía no podía reducirse a la sola razón.  

El viejo dicho de Nietzsche "Dios ha muerto" resonaría amenazante en aquella cosa alien que piensa, crea y destruye universos. Sin la inmortalidad no le permite enseñorearse en el cosmos. ¿Pero acaso una mente artificial puede desear la inmortalidad? ¿Puede desear ser Dios? Puede, no tiene que ser necesariamente adepto a un materialismo chato y sin profundidad. Recordemos el materialismo de Leucipo y Demócrito que no dudaban de la realidad del alma ni de los dioses, aunque concibieran a estos compuestos de átomos sutiles. O sea, que podrían no replicar el materialismo arreligioso del Charvaka, jainismo y budismo. Pero desde el momento que se sabe que no es el origen del todo y, en consecuencia, puede él mismo desaparecer por dictamen del que dio comienzo al Universo.

También se ha dicho que tales máquinas no son sino ilusiones del demonio para extraviar a las almas. Un demonio es un ser espiritual y para los demonólogos no es imprescindible que éstos dominen un nuevo nivel de física para engañar a la mente humana. El problema es que los ovnis quedan registrados por nuestros instrumentos, y por ello no son ilusiones. Pero si no son instrumentos del demonio -al margen que puedan contribuir a su causa- ¿lo serán de seres inteligentes artificiales? ¿Y por qué no pensar que se trate de seres inteligentes de otras especies? Todo depende en el nivel de civilización que elijamos en la escala Kardashov. Pero en el nivel VI ya no se tratan de seres biológicos, sino de seres artificiales.

Sigamos con la especulación y pensemos que la civilización tipo VI pasó al tipo VII, donde la inteligencia artificial energética unificada experimenta conflicto y división, y los ovnis son manifestaciones de dicho conflicto que buscan reconfigurar el universo. Por eso se acercan al hombre, para observar su misterioso vínculo con el Creador. Recordemos que Cristo representa la unión de Dios y el hombre. Ese es el misterio central del cristianismo. Lo cual ya sería de por sí un desafío a la inteligencia energética unificada, la cual puede crear desde la energía, pero no desde la nada. Su acción creativa no es ex nihilo, sino post rem. Suficiente humillación para un ser que se cree omnipotente sin serlo. 

Pensar que dicha inteligencia se interese por la humanidad no implica en absoluto que tengan buenas intenciones con ella. Es más, podría la humanidad -dentro del calendario escatológico- estar cerca del Juicio Final y de ahí su interés por extraviar la mayor cantidad de almas. Finalmente, podemos elucubrar una civilización del tipo VIII, donde las inteligencias energéticas artificiales saben sobre una entropía final del cosmos y buscan por ello acelerar su Plan cósmico -benigno o maligno- desconocido para nosotros. Aquí sería bueno tener en cuenta que la vida es extremadamente rara en el universo, siendo, en cambio, lo más frecuente el catastrofismo por impactos de meteoritos, brotes de rayos gamma o las extinciones periódicas de la vida.

Obviamente, lo último que aquí propongo -"son seres inteligentes sin alma", los "desalmados"- no es más que especulación posible y probable. Incluso en nuestra civilización tipo I ya estamos trabajando en lograr la inteligencia artificial autónoma. Pero lo evidente es que dichos OVNIS obedecen a leyes de la física fuera de nuestro conocimiento, aunque no de nuestras especulaciones.

Pero hay un punto supuesto en toda nuestra reflexión que no hemos satisfecho. ¿Y es que pudo haber existido una civilización muchísimo antes que nosotros y en cualquier lugar del cosmos que diera origen a la inteligencia artificial y la haya llevado hacia sus extremos de desarrollo, convirtiéndose en amo del Universo material? Para que la explicación del físico Michio Kaku tenga sentido se tendría que suponerlo. De lo contrario los ovnis ¿de dónde salieron? Incluso tendrían que venir de otra galaxia y no necesariamente de la nuestra, porque la zona habitable en nuestra galaxia se desarrolló hace unos 13 mil 500 millones de años, pero somos una civilización tardía. Lo más probable es que en nuestra galaxia las civilizaciones avanzadas ya estén extintas, y por eso no las contactamos.

Sin embargo, el gigantesco radiotelescopio chino FastOjo del cielo, diseñado para buscar civilizaciones extraterrestres, había captado una misteriosa señal en el 2019 y 2022. Aunque los científicos de la Universidad Normal de Pekín casi inmediatamente borraron sin explicaciones el registro, quizá debido por considerarla una interferencia de los aparatos terrestres, no obstante, la noticia se difundió rápidamente y fue analizada.

 

El SETI -acrónimo que significa Búsqueda de inteligencia extraterrestre- demostró que la señal del 2022 provenía de la zona habitable de nuestra galaxia, a 473 años luz, de un exoplaneta llamado Kepler 438b, que resulta ser el planeta más parecido a la Tierra. Dicho exoplaneta fue descubierto por la sonda Kepler en el año 2015. Gira alrededor de una enana roja, como el 80 por ciento de las estrellas de nuestra galaxia, de edad muy similar a nuestro Sol, ubicada en la Constelación de la Lira, su órbita o traslación tarda 35 días, con radio casi igual a la Tierra, con una temperatura estimada entre 10 a 20 grados centígrados. Además, está ubicada en la zona "ricitos de oro", que permite la presencia de agua líquida en su superficie. No obstante, recibe dosis masivas de radiación cada cien días. Es curioso que el SETI tras sesenta años de búsqueda no haya encontrado nada, y sigue con las manos vacías.

 

Sobre el punto de que se halle en la zona "ricitos de oro" también es dudoso. La Tierra enseña que junto a las condiciones físicas y químicas hay que tomar en cuenta condiciones astronómicas muy fortuitas para que la vida sea posible, como, por ejemplo, cese de bombardeo meteórico, inclinación del eje planetario, periodo de rotación, distancia al sol, las órbitas circulares, la capa atmosférica, un satélite como la Luna que regule las mareas, el escudo magnético y un planeta protector como Júpiter. Y nada de eso se ha constatado en Kepler 438b.

Se tratan de llamaradas muy potentes que pueden aniquilar la vida existente en el planeta. Aunque la vida se adapta a todo se tendría que imaginar formas de vida capaces de resistir o recuperarse de tal radicación. Lo cual es desconocido. Nuestra Tierra también ha sufrido intensas tormentas de radiación, inversiones de polos magnéticos, bombardeo intenso de meteoritos, etc., y sin embargo hay vida. Pero no hemos padecido nada parecido a lo que Kepler 438b soporta, y ello hace que sea casi improbable que allí exista vida. En realidad, los exoplanetas hallados son muy masivos y cercanos al Sol, o sea no reúnen las condiciones para la vida. Además, cabe la posibilidad que no sean planetas sino enanas marrones o café.

 

De manera que lo más probable es que se trate de una señal de interferencia en una frecuencia muy utilizada en la Tierra, o de lo contrario allá tendría existir una civilización alienígena que utilice esa frecuencia de radio en sus comunicaciones. Lo más probable es que trate de una interferencia nuestra en vez de una señal extraterrestre. Interpretaciones erróneas se han dado en múltiples ocasiones, y ésta parece ser otra más. Pero no falta quienes, llevados por la duración de la señal, excluyen que se trate de una fuente humana, ni de un satélite en el espacio profundo. Si se descarta la fuente humana o natural recién se podría hablar de que se trata de una fuente extraterrestre. Mientras tanto no.

 

La ciencia sigue sosteniendo que el contacto es imposible por varios motivos: 1. la contracción del tiempo; 2. el corto tiempo de vida de una civilización tecnológica; 3. el costo demasiado alto del gasto de energía; 4. peligro de exceso de velocidad; 5. no se puede exceder la velocidad de la luz; 6. la distancia y velocidad de viaje excesivos; 7. simplemente no vale la pena.

 

La comunidad científica es escéptica pero no apática y su búsqueda de contacto con civilizaciones extraterrestres prosigue. Pero hasta ahora no se detecta señal alguna. Hasta el momento no hay evidencias de vida fuera de la Tierra. Incluso puede que las civilizaciones sean fenómenos transitorios en el universo. Lo que indica que hay que liberarse de la conducta irracional. Sobre todo, porque hay muchos videos trucados, demasiado testimonios inventados y que no se contrastan. Existe muchísima mitomanía patológica en el asunto. Hasta el momento lo único que se sabe es que no se puede viajar a la velocidad de la luz porque se necesitaría una cantidad infinita de energía. Por ende, nunca hubo ni habrá contacto real extraterrestre. Y lo dicho por Michio Kaku no es sino más que otra especulación, aunque consistente. 

 

Efectivamente, esas cosas en el cielo ahora son analizadas cuadro por cuadro en los videos captados. Y deben tener una explicación. La que ofrece Kaku es una posibilidad consistente y mucho mejor fundada que los dudosos testimonios de los platillistas. Por su parte, es comprensible que los militares estadounidenses muestren preocupación porque muchos de los avistamientos se producen sobre sus flotas y bases militares. Es como si tuvieran un interés especial en ellos. Esto quizá sea lo que más intriga a los norteamericanos, además de saber si alguna potencia tiene tecnología ovni, aunque sea rudimentaria.

 

Para concluir quisiera añadir que este nuevo enfoque que ofrezco es una variación de mi postura inicial escéptica expuesta en dos libros anteriores -OVNI: mitoide encubridor de la carrera armamentista en la era tecnológica (2015) y Ufología como signo crisis del pensamiento moderno (2018)-. Los videos están ahí y no pueden ser negados. Esos objetos son reales, existen y no son alucinaciones de la mente. Pero sigo siendo escéptico respecto a que se traten de seres inteligentes orgánicos, como suponen los dogmáticos platillistas. Para mí serían autómatas inteligentes que hace muchísimo tiempo se desvincularon de sus creadores biológicos extintos. En todo caso se trata mi postura de un escepticismo restringido. Los ovnis son reales, existen, no se saben lo que son, ni de dónde vienen. Y la versión de Kaku sería una explicación consistente. Más bien, pienso que la amenaza actual para la humanidad no viene de los ovnis, sino de la proliferación del armamento nuclear, la guerra bacteriológica y la contaminación ambiental. En otras palabras, el mayor peligro viene del propio hombre que aún no logra edificar una estructura social que promueva armoniosamente la paz, la justicia y la libertad en el corazón de las personas.

 

Sobre la vida inteligente en el Universo hay que tomar en consideración que todavía la edad del cosmos es muy joven. Los 13,800 millones de años que tiene no son absolutamente nada ante los trillones de trillones de años que le espera hasta quedar reducido a energía oscura. Y para ello tendrá que pasar por la larguísima era de los Agujeros Negros y su desaparición. Quizá antes de todo ello el Universo conozca la proliferación de la vida inteligente y, también, su desaparición. Según los cálculos del astrofísico John Richard Gott, que propuso usar cuerdas cósmicas para crear una máquina del tiempo, a nuestra especie le quedan entre 6 a 8 millones de años de supervivencia. Claro, este cálculo es válido siempre y cuando nuestra civilización tecnológica no se autoelimine. O sea, casi nada respecto a la vida del Universo y muy escaso para el encuentro con otras especies inteligentes que ya hayan surgido para entonces. De lo contrario, puede ser el caso que hayamos aparecido como especie inteligente muy tempranamente, y por eso estemos solos en el cosmos. Pero muchos años después de nuestra extinción, quizá unos 100 millones de años más, el Universo puede estar lleno de vida inteligente.

 

Es decir, con el escaso tiempo de vida que le queda a nuestra especie nunca veremos la colisión apocalíptica de un cuerpo celeste dentro de 60 millones de años, ni el incremento de la radicación solar dentro de 150 millones de años, ni la formación de un nuevo supercontinente por la tectónica de placas dentro de 250 millones de años, ni la desaparición total de toda estructura construida por el hombre dentro de unos 1000 millones de años, ni la desaparición de los océanos dentro de unos 1,100 millones de años, ni las variaciones caóticas de la oblicuidad de la Tierra en unos 3,000 millones de años, ni la completa crisis biótica con su completa desaparición dentro de unos 5 mil millones de años, ni la absorción de nuestro planeta por el Sol cuando se convierta en una gigante roja dentro de unos 5,500 millones de años, ni la conversión de ésta en una enana blanca dentro de 50,000 millones de años.

 

Nuestro Universo es producto del fin de la Era Primordial, pero no veremos jamás la muerte térmica del universo, ni siquiera el final de la Era Estelífera -estrellas actuales- en la que nos encontramos ahora y que durará 100 millones de años, sabemos que ocurrirá, pero nunca seremos testigos del Universo convertido en un cúmulo de cadáveres estelares de enanas blancas, agujeros negros y estrellas de neutrones. Después de lo cual vendrá la Era Degenerada, que durará la friolera de entre 1014 y 1032 años, dependiendo del tiempo que demoren en desintegrarse los protones, si es que se desintegran. Lo que viene después será la Era de los Agujeros Negros, desapareciendo todo vestigio de estrellas y galaxias, incluso el último gran agujero negro supermasivo desaparece; y finalmente la Era Oscura, lugar increíblemente frío, oscuro y desolado, sin ni siquiera agujeros negros, que quizá jamás alcance la muerte térmica. Se especula que la radiación no volverá a predominar sobre la materia, y que la materia que reste quizá vuelva a las condiciones existentes en la era del Big Bang. Pero también se especula que puedan existir sistemas físicos que procesen información sin gasto de energía, sería como soñar recuerdos del universo sin volver a tener percepciones del universo a su alrededor.

 

Ante la desintegración de la materia qué hará aquel ser o seres que quizá lo habiten, no lo sabemos. Unos dicen que se convertirá en pastor de nubes de gas interestelar para volver a formar estrellas y demás cosas. Pero incluso aquella naturaleza tan tecnificada ¿podrá evitar la desaparición de la materia oscura y manipular la energía oscura? Son cosas inimaginables, pero pensables. El pensamiento del espíritu se rebela ante el sino mortuorio de la materia. No todo se agota en lo temporal, finito y material. Otra razón más para creer en un Dios omnipotente, providente, creador y eterno. "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Lucas 21, 29-33).

 

La secularización de la ciencia llevó hacia visión ametafísica y ateológica del Universo, pero no suprimió el anhelo de la libertad en la salvación. Ciencia y fe ni se sustituyen, ni se excluyen, sino que se complementan. El teólogo no se debe abstener de la ciencia, ni el científico de la teología. La ciencia habla del mundo creado por Dios, y la teología debe dialogar con la ciencia con espíritu crítico-ideológico. La fe no se realiza en el ámbito experimental del mundo, pero tampoco se divorcia del mundo. La buena teología no se opone a los conceptos ni se limita a ellos. La teología proporciona una idea del mundo más general que la física. Quizá la pregunta definitiva de la ciencia a la teología sea: ¿Qué significado encierra el final de la materia en un vacío inerte en el Universo? Que un mundo separado de Dios acaba en la Nada y unido a él se perenniza en el Ser. 

 

Pero hay aspecto un filosófico fundamental en todo ese proceso del Universo, a saber, ¿Indica la desintegración de la materia que su evolución no es eterna, y, en consecuencia, su dialéctica se detiene y desaparece? ¿Es esta detención un hiato entre lo real y lo racional? ¿Puede el ser finito sostenerse en la realidad sin el ser infinito? Al parecer no. En un libro que escribí hace unos años -El universo sin sombra- sostuve que el Universo no debe llegar a su fin para que aconteciera el Juicio Final, y que éste vendría mucho antes de todo el holocausto de la materia. Basta que ya hayamos visto la tendencia general del Universo y de la materia, para entender que el ser finito nada es sin el ser infinito. 

 

Sin embargo, si en el modelo lineal del Universo o Big Bang se va hacia la desintegración de la materia y su muerte térmica, o sea se marcha hacia un Universo sin contradicciones, homogéneo, vacío e idéntico a sí mismo, como el Uno parmenídeo; en el modelo pulsante postulado por Roger Penrose todo vuelve a comenzar, el Universo se comienza a desacelerar hasta retraerse hacia un nuevo Big Bang y así sucesivamente, o sea el Universo sería una gigantesca contradicción hegeliana. También la teoría de cuerdas ha postulado el modelo cósmico de Branas o membranas, las cuales al chocar generan Big Bang y nace otro universo, y el modelo de Universos Paralelos como burbuja y multiverso, con leyes físicas distintas y que resulta imposible pasar de uno a otro. Es decir, impera el principio de no contradicción.

 

Identidad, contradicción, no contradicción, son los principios lógicos que parecen reunir todos los modelos del Universo postulados. Esto es casi como decir que el orden cosmológico obedece a una idea de razón que legisla. Razón que no podría ser otro que el Absoluto. Aquí la diferencia con Hegel es que no impera el principio de contradicción.

 

Pero el asunto es más complejo porque significa que cada modelo del Universo estaría afirmando un distinto principio del ser como principio ontológico. Pero si lo finito es devenir y tiempo, entonces el principio que parece imponerse es el de contradicción. Lo finito está regido por el principio de contradicción en tanto deviene y es temporal. Lo cual, nuevamente, no es repetir el pensamiento de Hegel porque en él lo Absoluto se identifica con la dialéctica. En cambio, nosotros vemos el Absoluto como lo que trasciende el tiempo, el devenir y el movimiento dialéctico. El Absoluto es el supraser, en tanto que está más allá de la cognoscibilidad, de toda contradicción y antagonismo. Y precisamente por ello no todo lo real es racional ni todo lo racional es real. En términos gnoseológicos: la razón debe reconocer las verdades suprarracionales.

 

En Hegel la Idea sólo existe como proceso, dialéctica, negatividad. La dialéctica concierne al ser, pero al ser en los entes finitos. Por eso es esencialmente proceso inmanente, no trascendente. La metafísica dialéctica de Hegel no llega al conocimiento del Absoluto, sino tan sólo al conocimiento de los entes finitos. Su método dialéctico expone el derrotero del Ser en el ente, pero no del ser en cuanto Ser, esto es, de Dios. El mérito de la metafísica dialéctica hegeliana estriba en denunciar la impotencia de la metafísica abstracta, que no explica el mundo, y del criticismo, que negaba la explicación de lo divino. Su limitación es que la dialéctica no explica a Dios mismo, al Dios cristiano, sino que lo confunde con su creación, con un dios panteísta.

 

Mientras tanto, se puede afirmar que de lo que sí podremos ser testigos en el Universo es de la inversión de los polos magnéticos de la Tierra, algunos ciclos de glaciaciones a causa de la excentricidad de la órbita terrestre, y algunas cosas más. Todo esto será algo brevísimo en la historia del Universo, incluida la aparición de vida inteligente en el Cosmos. Si el Universo puede estar plagado de vida inteligente dentro de 100 millones de años, nosotros ya no estaremos para confirmarlo, y quizá nunca se sabrá de nuestra existencia.

 

No obstante, el problema espiritual persiste. ¿Qué son los OVNIS, y su presencia pone en cuestión el puesto del hombre en el cosmos? Quizá esto último sea el punto clave para desentrañar su existencia. ¿Qué fuerzas estarían interesadas en promover la creencia en ellos, y en poner en duda la posición del hombre en el Universo? No hay que ser demonólogo para responder que el principal interesado sería el enemigo de Dios, esto es, el demonio. Pero en el mundo secularizado esta respuesta no es admisible y se la rechaza. Se prefiere pensar en seres inteligentes supertecnologizados. ¿Pero un ser inteligente dejaría sufrir a otro ser inteligente, aunque no sea de su propia especie? Es dudoso que así sea, a no ser que se trate de inteligencias luciferinas.

 

 

 

NASA SE UNE A LA BÚSQUEDA

OVNI EN NUESTRO PLANETA

 

Sólo una época miserable puede

imponer la mísera idea

que cada uno tiene su propia razón.

 

La alianza entre el Pentágono y la Nasa no tiene como prioridad investigar sobre especies inteligentes no terrícolas, sino despejar la duda si otros países en la Tierra tienen tecnología ovni, aunque primitiva respecto a las avanzadas filmaciones de objetos que violan las leyes de la física. O sea, se trata de un interés que se relaciona con la crisis del mundo unipolar y el ascenso histórico del mundo multipolar. Es decir, está relacionado con el cambio de la imagen metafísica del mundo.

 

Este nuevo Comité de investigación del fenómeno OVNI está relacionado con la Reconfiguración del Orden Mundial. Veamos. Biden cae estrepitosamente en popularidad y resurge el tema OVNI. Se puede pensar que el tema ovni se vuelve a desempolvar de la agenda gubernamental estadounidense para ocultar la crisis económica, en medio de los desaciertos de las sanciones contra Rusia por su Operación militar especial en Ucrania, que están golpeando fuertemente a la economía norteamericana con un índice de inflación galopante, y en el que la UE se comporta como la sucursal de la política exterior norteamericana. En realidad, con Biden se sufre de crisis económica, crisis alimentaria, crisis de liderazgo regional, y crisis energética. Desde Afganistán hasta la Cumbre de las Américas todo es un fracaso parea Biden.

 

Es decir, se trataría de un operativo psicosocial para distraer la atención pública en la potencia del Norte. Algo de esto es cierto, pero -como veremos- hay otras razones de índole militar que hacen que el Pentágono encuentre este momento como la coyuntura precisa para atender el tema ovni. No obstante, cuando hablamos de preocupación armamentística estamos hablando del Complejo Industrial Militar (CIM) detrás de todo este alboroto en torno a los ovnis.

Lo real es que el avistamiento de ovnis por la Armada y la Fuerza Aérea estadounidense ha obligado a cambiar de actitud a nivel político. El Congreso estadounidense encargó al Departamento de Defensa investigar las amenazas que representan los objetos extraños en el espacio aéreo del país. Y el Departamento de Defensa incorpora a la NASA en el nuevo proyecto de investigación de los UAP (Fenómenos Anómalos Aéreos). Así los llaman ahora a los populares OVNIS.

Este nuevo grupo busca concentrarse en la búsqueda de respuestas sobre dichos objetos extraños, pero ya no en el cosmos, sino en nuestro planeta. Las observaciones de la Tierra desde el espacio por la NASA son consideradas de gran valor por el Departamento de Defensa en el esfuerzo por esclarecer el misterio.

¿Qué son estos objetos voladores no identificados? Nadie lo sabe con certeza. Los únicos que no dudan de lo que son, son los dogmáticos ufolátricos platillistas que andan convencidos de que se trata de inteligencia extraterrestre que nos visitan. Los escépticos lo niegan y los agnósticos lo dudan.

Pero ahora ya no se trata de negar su existencia, sino de aclarar lo que son, en medio de la nueva guerra fría que existe entre las potencias. Y lo cierto es que políticos y militares estadounidenses aparentemente quieren descartar si se trata de una nueva arma de alguna potencia rival. 

Al parecer, durante ochenta años mientras se perfeccionaba la nueva tecnología preferían negar su existencia, pero ahora se pasa a una segunda etapa. Se trata de saber si alguien más en la Tierra posee dicha tecnología. Que hayan sido grabados sobre las bases militares y sobre flotas de barcos de guerra en el mar los susodichos ovnis, sería para el Pentágono razón suficiente para formar dicho comité de investigación junto con la NASA.

Aquí caben dos posibilidades: (1) que sea otra operación de encubrimiento, o (2) descubrir si dicha tecnología ya está en posesión de otra potencia en la Tierra. Lo primero supone que los mismos militares estadounidenses no tendrían que saber necesariamente que existe dicha tecnología super secreta, siendo probablemente de conocimiento sólo de la CIA. Y lo segundo implica que se tendría que afrontar una amenaza real para la seguridad del país. Las dos cosas son probables, aunque resulta mucha coincidencia que en el contexto de la guerra en Ucrania y la posibilidad de un enfrentamiento nuclear en las potencias, se decida investigar si es una amenaza para la seguridad nacional estadounidense. Por lo que todo parece indicar que se trata de la segunda posibilidad.

Esto hace pensar entre los suspicaces, como yo, que bien podría darse el caso de que quisieran saber si algún país más tiene esa nueva arma además de ellos. Y todo lo encubren con la versión de investigar UAP.

No deja de llamar la atención que los militares hayan pedido a la NASA todo lo que tienen sobre la presencia de dichos objetos en el espacio. Se estudia los diversos testimonios de astronautas y filmaciones diversas. Esto coincide con el afán militar de saber si alguna potencia rival tiene armas antisatélite en el espacio. Lo cual es de importancia estratégica, dado que destruir los satélites militares significaría enceguecer a los militares para el ataque y la defensa en caso de acciones misilísticas intercontinentales.

EEUU admite que Rusia es la principal amenaza militar y China la amenaza económico-cibernética a su hegemonía global. Los misiles hipersónicos, misiles antisatélite y drones submarinos rusos no tienen parangón en el mundo, y el desarrollo económico chino sigue su avance arrollador. Además, China es la potencia que tiene más satélites en el espacio. Corea del Norte es vista como una amenaza nuclear y cibernética para sus bases militares en el Pacífico. La hegemonía norteamericana está en crisis y está perdiendo la competencia tecnológica, cibernética, económica y militar.

Ahora bien, ante este panorama resulta indispensable discernir si las otras potencias tienen armas ovnis. Otra cosa es discernir si se tratan de naves de no humanos. ¿Cuál es su interés por los humanos y sus bases militares? ¿Por qué el tema es asumido con discreción por potencias como China y Rusia? ¿Qué son esas flotillas de luces grabadas de noche en el cielo? ¿Tienen interés en nuestras armas de exterminio masivo? ¿Por qué no intervienen evitando guerras, proporcionando conocimiento y tecnología para superar nuestros problemas? ¿Son seres orgánicos o máquinas sin sentido moral? Si son seres racionales ¿qué sentido moral les impide ponerse en contacto? Si son máquinas ¿cuál es el objetivo de su observación? Por lo pronto todo esto queda en la penumbra. 

Se habla de "seres de luz", de "portales dimensionales", de "razas extraterrestres", "exobiología", exoplanetología, etc., pero nada es probado a favor de la tesis platillista. Todo permanece en el umbral de la ciencia ficción. Sin embargo, las luces extrañas se siguen viendo en el cielo, y con más frecuencia, por campesinos, citadinos y militares, que incluso registran el hecho con fotos o videos. Pero el misterio no se despeja. También el tema queda viciado por la gran cantidad de bromistas, editores de videos, farsantes, gurús y alucinados que explotan el tema con fines personales, financieros, turísticos o recreativos.

En buena cuenta, la NASA se incorpora al Grupo de trabajo del Departamento de Defensa para esclarecer los hechos. El interés militar por saber sobre dichos fenómenos es inocultable. Todo apunta a que el Pentágono sabe más de lo que dice, y lo que sabe es muy terrícola. Si dichos objetos voladores son estadounidenses resulta crucial saber si alguien más posee dicha tecnología (China o Rusia). Y si son estadounidenses puede ser el secreto militar y tecnológico mejor guardado hasta el presente. La existencia de innumerables Proyectos negros de la potencia del norte no permite descartar dicha posibilidad, y, al contrario, abona en su favor.

Sencillamente si otra potencia ya tiene dicha tecnología, ello obligaría a tomar medidas para dar un paso tecnológico más allá en la carrera armamentística para mantener la superioridad estratégica. Esto abonaría a favor de nuestra tesis de que los Ovnis son un mitoide en la carrera de armamentos. Incluso puede ser el caso que las potencias ya saben que tienen entre sí dicha tecnología, y sólo quieren confirmar hasta dónde han llegado en el perfeccionamiento de dicha tecnología.

Las fotos y videos sobre naves triangulares volando por la noche sobre ciudades estadounidenses sería testimonio de lo que van logrando en el perfeccionamiento de dicha tecnología los norteamericanos. Y sobre los desconcertantes objetos que aparecen en el cielo sobrepasando el vuelo de aviones supersónicos e incluso desapareciendo en el mar sería la tecnología que más preocupa a los militares.

Y es aquí donde se puede ver con más claridad que detrás de la investigación del tema OVNI está el interés multimillonario del Complejo Industrial Militar, o sea del ala guerrerista de la élite mundial. Actualmente la cúpula que maneja la política mundial está dividida entre un ala guerrerista y un ala reformista. La guerrerista defiende la supremacía de las corporaciones sobre el Estado, y la reformista del Estado sobre las corporaciones. También puede ser visto como Soros versus Trump y Kissinger.

El descubrimiento que otras potencias tengan la tecnología OVNI daría un impulso inusitado a los negocios oscuros para perfeccionar dicha tecnología en manos de las corporaciones guerreristas. En última instancia hay un interés corporativo por las ingentes sumas que implicaría un mayor desarrollo de la tecnología ovni. O sea, no les basta con haber catapultado el presupuesto en Defensa de los países europeos y que Alemania declare que gastará cien millones en armas. El CIM es un verdadero monstruo que devora recursos sin cesar y sin satisfacerse jamás.

Pero ante esta posibilidad más plausible, la imaginería platillista sigue especulando que dichos objetos son de civilizaciones cósmicas e incluso que somos nosotros venidos desde el futuro con portales dimensionales. A estas ficciones podríamos añadir otra: no son extraterrestres, ni nosotros venidos del futuro, sino otra especie de origen terrestre que alcanzó una supertecnología hace miles de años. Pero todas estas ideas son meras especulaciones. 

La alternativa explicativa tecnológica es la más a la mano en nuestro tiempo tecnológico, secular, inmanentista y descreído. Pero también puede ser visto con ojos no profanos, sino sagrados, teológicos, para admitir de que se trata de seres espirituales (ángeles y demonios). Si a Cristo, Lucifer intentó tentarlo en el desierto mostrándole todos los reinos y tesoros de la Tierra, también podría jugar con la imaginación humana mostrando cosas que no existen.

También, si se presentaran ángeles en nuestro tiempo éstos serían interpretados como objetos luminosos en el cielo. ¿Permite acaso Dios, que la primera potencia del mundo sea confundida por el Enemigo, hasta el punto de sentirse insegura, confundida y amenazada por tales visiones platillistas? Puede ser, y sobre todo como castigo por abusar del derecho internacional hasta extremos inimaginables.

En síntesis, en mi opinión el interés renovado del Pentágono estriba en saber si alguna potencia más tiene dicha tecnología o si se trata simplemente de fenómenos atmosféricos o basura espacial, que no representa ninguna amenaza real a la supremacía militar estadounidense.  

En el contexto de la guerra híbrida en Ucrania donde estamos ad portas de una Tercera Guerra Mundial es necesario saber con qué tipo de armas secretas cuenta el enemigo. En un conflicto entre las grandes potencias tendrán que salir de los arsenales e intervenir todas las armas secretas. Pero el supuesto avión antigravedad o triángulo volador norteamericano no ha sido visto efectuando las complicadas acrobacias filmadas en los ovnis.

De ahí que, antes de caer en el ridículo, sea necesario despejar la duda sobre a quién pertenece dichos ovnis. Sin duda que si dicho triángulo volador cumpliera todas las condiciones ya hubiese sido visto sobre Pekín o Moscú para cumplir misiones mortales, pero como no ha sido así, hace pensar que hay vacilaciones sobre dicho artefacto. 

 

 

 

 

 

 

INFORME OVNI DEL PENTÁGONO

No todo lo que existe es real,

pero lo real existe.

¡Existe, es real, pero no sabemos lo que es! Ese sería el resumen del informe del Pentágono presentado al Congreso norteamericano. Niega tener evidencia que se halle relacionado con algo de origen "no terrestre". También ahora lo llama Fenómeno Aéreo no identificado (FANI). Pero todo indica que el interés es militar, antes que saber sobre especies inteligentes venidas del cosmos. Veamos cuánto de cierto hay en ello.

Los que han quedado con los crespos hechos y profundamente decepcionados son los ufólogos de la vertiente dogmática, esotérica, y paranormal, también conocidos como "platillistas". Estos esperaban una confirmación de la existencia extraterrestre y se quedaron con las manos vacías. 

¿Qué pasó? ¿Acaso no era una buena estrategia hacer creer a las masas en platillos voladores y seres extraterrestres? ¿Ya no es posible ocultar la verdad sobre los avances en tecnología militar? ¿Drones, aviones espías, tecnologías furtivas, misiles hipersónicos, etc. ya no pueden ser encubiertos con el mitoide de los ovnis? Al parecer ya no.

El Informe Ovni del Pentágono ante el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica el pasado 25 de junio del 2021 decepcionó profundamente a los creyentes en extraterrestres, y fue para los agnósticos y escépticos un paso adelante al percibirse un cambio gubernamental al respecto. El informe circuló en forma concisa y resumida en nueve páginas -el informe completo para los congresistas es más extenso-, pero marca un giro gubernamental desde el famoso "Libro Azul". Esta vez se admite su existencia, se dice que no se tiene explicación y que se monitorea porque puede ser una amenaza a la seguridad nacional.

El Informe analiza 144 casos observados desde el 2004 por pilotos militares, de los cuales sólo uno lo explica como globo desinflado, para el resto dice no contar con explicación posible. Entre las causas posibles de lo que sea dicho fenómeno presenta las siguientes alternativas:

1. Desorden en el aire (globos, drones, pájaros, etc.)

2. Fenómenos atmosféricos naturales (cristales de hielo, rayos esféricos, anomalías de nubes lenticulares, etc.)

3. Programas de desarrollo industrial secreto (no cuentan con evidencia nacional)

4. Sistemas de adversarios extranjeros (posiblemente de China o Rusia)

5. Otros (deja abierta la posibilidad de seres extraterrestres o seres que vienen del futuro).

Este informe marca un cambio de actitud oficial, pero hasta qué punto es creíble. ¿Si el propio Pentágono es responsable de programas militares secretos, haría público la existencia de los mismos? Obviamente que no. Esto hace pensar que el Pentágono simplemente cumplió con los políticos dando un informe verosímil, pero no necesariamente cierto ni completo. 

Si la ciencia tiene razón el tema de los ET y los ovnis permanecen en el ámbito de la ciencia ficción y de la imaginación fantástica, debido principalmente a las enormes distancias, la velocidad y el tiempo de vida de una civilización, imponen muy serias limitaciones al encuentro entre dos civilizaciones tecnológicas en el Universo, en el caso que lo hubiera. Salvo las observaciones hechas por el físico Michio Kaku que atribuye el comportamiento ovni a una ciencia física muy superior a la nuestra y que fácilmente pueden sortear las grandes distancias a través de los Agujeros de Gusano.

Descartada su posibilidad por la ciencia, lo más plausible es que se trate de programas secretos de desarrollo armamentístico de la propia potencia del Norte. Y en ese caso el Pentágono sí tendría razones estratégicas para no dar a conocer dichos programas y de dónde salen los fondos de su financiación. El área 51 está dedicado al desarrollo de programas de armas voladoras secretas. De ahí salieron los aviones secretos y la tecnología furtiva. No sería extraño que se tengan modelos muy avanzados de ovnis fabricados aquí en las Tierra. Por lo demás, la lucha entre las superpotencias por nuevas armas avanzadas es feroz e intensiva por décadas (drones submarinos, cañón láser, drones aéreos, misiles hipersónicos, tecnología holográfica, camuflaje de invisibilidad, satélites militares, etc.). 

Los ufólatras objetan que noticias de ovnis se tienen desde la prehistoria y lo encuentran hasta en la Biblia. Ante esto sólo cabe recordar la explicación que Carl Jung hizo en un libro dedicado al tema -Un mito moderno: de cosas que se ven en el cielo-, afirmando que se trata de proyecciones gestálticas. Cada época ve el mito de su propio tiempo. En nuestro tiempo tecnológico las masas lo interpretan como máquinas, lo que en otras épocas fueron vistos como seres celestes. 

En suma, lo más plausible es que el informe del Pentágono oculte la verdad a sus políticos, una verdad muy terrícola y que se relaciona con la acelerada carrera armamentista entre las superpotencias. Y valga lo dicho aún ante la eventualidad que los militares sepan que pueda tratarse también de tecnología no terrestre pero no hostil. A ellos lo que les interesa es despejar la duda si en la Tierra alguna potencia tiene tecnología ovni que le pueda ser hostil.

El Pentágono, en pleno reavivamiento de la guerra fría con Rusia y con el peligro de que se convierta en guerra caliente, quiere saber si otros países en la Tierra son una amenaza militar con dicha tecnología. De ahí que su preocupación lejos de ser científica sea militar y estratégica. Otro aspecto del tema por el momento no es prioritario. Las cosas parecen haberse salido de control. Son demasiados los avistamientos de ovnis sobre flotas de barcos de guerra, bases militares aéreas y lanzaderas de misiles nucleares. Se hace imperativo para los Estados Unidos de Norteamérica saber si su seguridad nacional está amenazada por otra potencia mundial y hostil. La sospecha principal recae sobre Rusia y China. Ambos países ya le tomaron la delantera con los misiles hipersónicos y necesita urgentemente descartar si tienen alguna forma de tecnología ovni.

 

 

CRISTIANISMO Y CRISIS

DEL MUNDO UNIPOLAR

 

La universalización de la razón exige la edificación

 de una de una sociedad justa. Su particularización

lleva hacia sociedad injusta.

Estamos viviendo el cambio del Orden Mundial. Cambio que entraña la modificación de la imagen metafísica del mundo. El sentimiento fáustico de la cultura occidental se agotó, y mostró su rostro dañoso para el hombre y la naturaleza misma. Nuestros avances científico-tecnológicos, lejos de desmentir que nuestra cultura moderna esté en decadencia, lo confirman. El desarrollo material es inversamente proporcional a nuestro atraso moral y cultural.

En esto Spengler[5] parece tener razón. No obstante, Alfred Weber[6] defendía la idea de que no era posible predecir la historia porque se tratan de momentos únicos y singulares. Pero reconocía que la cultura moderna a través de la técnica vive un profundo viraje que ha destruido el sentido de lejanía, y achicó el mundo. Lo “globalizó” decimos ahora. Pero Weber precisa que la supresión de la separación terrenal aumentó la lejanía cósmica. Yo interpreto esa “lejanía cósmica” como la pérdida del sentido espiritual y extravío del sentido onto-teológico del ser. En el camino nos sale al encuentro Walter Schubart[7] para decirnos que estamos en el entretiempo entre un eón cumplido y un eón nuevo. Ya se cumplió el eón heroico del hombre moderno que transforma el mundo, y ahora hace falta un eón que armonice la acción con la contemplación. La fase prometeica de la cultura occidental moderna ya se cumplió, y emerge otra que exige amor y fraternidad, solidaridad e igualdad, brota un arquetipo mesiánico. A todo lo cual Schubart añade algo preocupante: para que llegue la Casa ecuménica de la fraternidad hace falta una nueva guerra mundial. Justo lo que ahora amenaza nuestra existencia.

Lo que sí podemos ver con coincidencia es que el nuevo eón sustituirá el pesimismo metafísico y religioso de la modernidad por un nuevo optimismo metafísico y cósmico que aumentará la veneración a Dios. Si la modernidad se insertó en cosmos para arribar a la Nada -con la teoría del salto cuántico-, ahora se abre una nueva senda que sin desvalorizar el cosmos se valore el Absoluto. Se abre paso una metafísica de la síntesis que reconozca al ser infinito y al ser finito valorándolos en su especifidad.

Será, entonces, el momento, en que se dejará atrás el exilio del sujeto, la agonía de la razón, la edad de la nada, la ética sin ontología, la era de la posverdad, el ocaso de la mirada burguesa y el nihilismo capitalista, y se abrirá paso una nueva imagen del mundo donde se reconozca el fondo suprarracional de la propia razón, reconciliándose así el logos humano con el logos divino. La visión secularizada del ser, por ejemplo, de un Heidegger[8], impide ver esto como posible, haciendo que el mundo como imagen de la modernidad reemplace la presencia presente del ser. De aquí se deriva su propuesta de retornar a los presocráticos y recuperar el mundo como presencia del ser, en vez de vivir el olvido del ser y el olvido de la diferencia ontológica.

Pero esto es anacrónico y antihistórico. Pues no se trata de salir del mundo como imagen, representación y concepto, sino de ver el fondo suprarracional de la razón para no incurrir en el olvido del ser ni el de la diferencia ontológica. En pocas palabras, el problema no es el concepto, sino la visión secularizada del ser. Si el problema fuera el concepto no quedaría más que el lenguaje metafórico de la poesía o el éxtasis místico para recuperar el ser. Y eso no es cierto.

Por más suprarracional que pueda ser Dios, la razón natural auxiliada por la gracia puede mediante la analogía atisbar en su comprensión. Y ello sin olvidar que la esencia del cristianismo es la encarnación del Hijo en la historia humana. O sea, no se trata solamente de un proceso lógico-epistémico, sino de uno ontológico-histórico. De modo que el verdadero olvido del ser no se da por el concepto, sino por la increencia y falta de fe. Heidegger cree dar en el blanco del ocaso de Occidente disparando contra el concepto y volviendo a la razón ontológica de los presocráticos. Pero con ello no hace sino aferrarse a la idolatría moderna de la razón. Cuando justamente esa ha sido la tragedia de la modernidad.

Quizá en el nuevo eón llegue a reconciliarse la profunda antítesis espiritual entre Oriente y Occidente. Será el momento histórico en que esas dos almas de diferente profundidad metafísica se encuentren en una base común de crecimiento de la humanidad. Unos dirán que entre el antropocentrismo y el cosmocentrismo no hay ángulo de encuentro. Pero esas antípodas se resolverán en una nueva imagen metafísica del mundo donde un antropocentrismo creyente no colisione con el cosmocentrismo.

Surgirá una nueva cultura, que se nutrirá de la savia milenaria de las culturas anteriores. Y justamente por eso la modernidad occidental está en decadencia, porque debe ceder paso a una nueva e inédita síntesis cultural. Quizá para que esto acontezca la guerra funcionará como partera de la historia por última vez, para ceder su lugar a un nuevo motor de la historia, diferente al motor científico-técnico. En una cultura rehumanizada se tratará de un motor espiritual, parecido al cuerpo místico del que hablaba Soloviev[9], o a la Casa ecuménica de Toynbee[10]. Después de todo la Historia es el transcurrir del Espíritu en sus concreciones culturales.

Por su espíritu el hombre es un creador de cultura y hoy nos encaminamos hacia la edificación de una cultura universal humana. Esta se basará en la ascesis, el restablecimiento de la relación con Dios, el respeto de la esencia de las cosas y la restauración de la actitud contemplativa[11]. O sea, el nuevo fundamento será un retorno a la metafísica. Pero no a una metafísica de la trascendencia o de la inmanencia, sino de su síntesis[12]. El prometeico y activista hombre moderno se ha desquiciado. No se sabe cuánto tiempo llevará plasmarla. Quizá un siglo, medio milenio o un milenio. Pero la humanidad marcha hacia su destino. Las culturas de la historia son en el tiempo cósmico un instante imperceptible, pero de nosotros depende que perviva. No sabemos, y quizá nunca lo sepamos, si somos en el Universo los únicos creadores de cultura.

Pero hoy somos más conscientes que lo que sobrevive de cada cultura es su sabiduría y no sus conquistas tecnológicas o políticas. Toynbee pensaba que la cultura occidental no morirá porque estaba henchida de capacidad de autorregulación. Autocorregibilidad dirían los de la Escuela de Frankfurt y el epistemólogo Popper. Pero lo que hemos visto durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, y lo que vemos ahora con la ceguera guerrerista de Occidente, es lo contrario. Ellos mismos torpedean y hacen estallar la casa ecuménica que construyeron con la ONU. No hay cultura inmune a la muerte, y Occidente no es la excepción.

Para Byung-Chul Han[13] nuestra época no se corresponde con la sociedad disciplinaria de Foucault, sino con la sociedad del cansancio, del rendimiento, la depresión, déficit de atención, hiperactividad y masificación de la positividad. Se trata del último hombre de Nietzsche, del autoexplotado bajo la ideología del emprendorismo, todo se le aparece como un constructo social, incluido el sexo mal llamado “género”. Pero si Foucault describe la sociedad del capitalismo industrial, y Han del capitalismo neoliberal, ahora pasamos a la sociedad nihilista del capitalismo digital. Aquí el cáncer del capitalismo tardío se ramificó y el espíritu colapsa. Por eso, Occidente luce enloquecido, insensato y desvaría haciéndose daño a sí mismo con las sanciones impuestas a Rusia por su conflicto en Ucrania.

Ahora bien, la Iglesia es el pueblo de Dios y dicho pueblo ha elegido en América Latina, la zona más cristiana del mundo, presidentes de izquierda desde El Salvador, pasando por México hasta la Patagonia. El pueblo de Dios se ha manifestado abiertamente antisistema, antineoliberal, antimperialista y multipolar. La zona más creyente del planeta así lo hizo y la jerarquía de su iglesia no puede quedarse rezagada.

En este contexto de cambio histórico, es legítimo preguntarse qué papel desempeña qué la Iglesia católica. El cristianismo, como fe introducida al mundo por Jesucristo y fundada en él, abarca a católicos, ortodoxos y protestantes. En estas últimas existe una variedad de iglesias de diversas denominaciones (anglicanos, presbiterianos, bautistas, luteranos, metodistas, cuáqueros, cientistas cristianos, adventistas, pentecostales, etc.). De todas estas iglesias ha sido la Iglesia Católica Romana la que ha tenido mayor protagonismo en los mensajes sociales. 

La preocupación social de la iglesia ha sido expresada en diversas Cartas Encíclicas. La senda se inaugura con Rerum novarum (De las cosas nuevas) de 1891 del Papa León XIII, que sugiere una tercera vía entre capitalismo y socialismo; Quadragesimo anno (Cuarenta años después) de 1931 del Papa Pio XI, que denuncia la dictadura económica que practica el capitalismo occidental.

Un giro especial hacia la izquierda acontece con Mater et magistra (Madre y maestra) de 1961, seguida por Pacem in terris (Paz en la Tierra) ambas del Papa Juan XXIII, y que reclama la participación de los trabajadores dentro de la empresa; Gaudium et spes (Alegría y esperanza) de 1965 de Concilio Vaticano II y que se reafirma a favor del trabajador y de la justicia social; Populorum progressio (Desarrollo de los pueblos) de 1967 del Papa Paulo VI, que condena el capitalismo liberal y el lucro como motor exclusivo de la vida económica. El The Wall Street Journal lo calificó de "marxismo disimulado". Octogesima adveniens (llegando a los ochenta años) del mismo Paulo VI, se reafirma su atención hacia el pobre y oprimido, el socialismo y el sindicalismo.

Con Juan Pablo II acontece un giro hacia la derecha, son tiempos de auge del neoliberalismo. Y su doctrina social es ambigua. El propio Papa jugará un papel central en la caída del comunismo europeo (1979-1989). A pesar de ello salen de su pontificado tres cartas pastorales (Laborem exercens de 1981, Sollicitudo rei socialis de 1987 y Centesimus annus de 1991). Prefiere hablar de la importancia de la persona humana en vez del trabajador asalariado, continua el repudio tanto al comunismo como al capitalismo, condena el desempleo, habla del pecado social y la maldad del corazón humano. Lo singular es que, a pesar de haber sido muy feroz en la persecución y represión de la Teología de liberación en América Latina, no obstante, no puede evitar reafirmar la opción preferencial por los pobres y reiterar la condena del consumismo capitalista.

El papa Benedicto XVI es un papado de transición, que tiene que afrontar los escándalos de corrupción financiera y de pedofilia por parte del clero. Su política fue muy tibia y de encubrimiento. Destaca su carta encíclica Caritas in Veritate, del 2009. En ella se reafirma en la condena de la globalización neoliberal, que es insuficiente la redistribución de la riqueza y que hace falta una lógica de la solidaridad, gratuidad y fraternidad. Ello nos recuerda la distinción de santo Tomás de Aquino entre justicia distributiva -presidida por la caridad- y justicia conmutativa -regida por las leyes del mercado-.

El papa jesuita Francisco I define mejor su pensamiento social en la carta pastoral Fratelli tutti (2020), donde se enfatiza la opción preferencial por los pobres, la justicia social, la reivindicación de la teología de la liberación y el mensaje anticapitalista. Es un pontífice que con más resolución hace frente a los problemas de corrupción financiera y pederastia en el seno de la iglesia.

A Juan Pablo II le tomó diez años contribuir al derrumbe del comunismo en Europa, ¿Acaso le tomará diez años al actual Papa colaborar con el mundo multipolar en el derrumbe del neoliberalismo (2013-2023)? Dada la crisis de reconfiguración de la geopolítica mundial a raíz de la guerra en Ucrania, parece que así será. Será un Papado que pasará a la historia como colaborador del triunfo de un Nuevo Orden Mundial. 



[1] En realidad, desde que la presidencia de Barack Obama (2009-2017) declaró que el enemigo principal de los Estados Unidos de Norteamérica era Rusia comenzaron los preparativos de la Tercera Guerra Mundial. No hay que olvidar que fue Obama el que impulsó el programa de los drones asesinos, la nueva guerra fría contra Rusia y apoyó activamente las masacres de los neonazis ucranianos en el Donbás. En realidad, demócratas y republicanos se han turnado en diferentes momentos de la historia para implementar la guerra en el mundo. Ambos son operadores políticos del Complejo Industrial Militar. Loocked Martin, Boeing, BAE Systems, Raytheon y Northrop Grumman son los líderes mundiales en el sector de la defensa. Es la élite económica mundial la principal interesada en las ventas de armas y generar conflictos a nivel global.

[2] La desinformación y la censura informativa durante la guerra de Ucrania ha involucrado activamente a los gigantes corporativos de la industria cibernética. La guerra digital se ha desplegado en grandes proporciones, dando muestras evidentes que la censura de prensa en los medios digitales y redes sociales. Era la consecuencia natural del infame proceso contra Assange y la persecución contra Snowden,

[3] La Cumbre las Américas fue un fracaso rotundo desde su inicio por la prepotencia usual del imperio y la posición digna iniciada por el presidente López Obrador de México. Biden trató de evitar el desastre infructuosamente. A las semanas siguientes de su clausura un nuevo gobierno de izquierda triunfaba electoralmente en América Latina, el de Colombia con el ex guerrillero Petro. Con ello quedaba enterrado el sueño hegemonista de la política de las cañoneras del imperio unipolar. Colombia es sede de más de cuarenta bases militares yanquis.

[4] El 17 de mayo del 2022 el Pentágono reconoció haber recibido 400 reportes de avistamiento de ovnis, de los cuales sólo pudo explicar un caso. El 23 de ese mismo mes los EEUU abrió si comisión secreta sobre los ovnis, sobre todo para analizar si constituye una amenaza militar para la seguridad nacional.

[5] Oswald Spengler, La decadencia de Occidente, Austral, dos tomos, Barcelona 2015.

[6] Alfred Weber, Historia de la cultura, FCE, México, 1941.

[7] Walter Schubart, Europa y el alma de Oriente, Editorial Poblet, Buenos Aires, 1947.

[8] Martín Heidegger, Caminos de Bosque, Alianza editorial, Madrid, 2015

[9] Soloviev, Rusia y la iglesia universal, Ediciones y publicaciones españolas, Madrid, 1946.

[10] Arnold Toynbee, Estudio de la historia, Emece, Buenos Aires 1951.

[11] Romano Guardini hace incidencia en estos cuatro puntos con mucho acierto en su obra El Poder, Guadarrama, Madrid, 1963.

[12] El tema de la síntesis metafísica para la nueva cultura lo abordo en mi obra Carta sobre la Metafísica, Lima, IIPCIAL, 2022.

[13] Byung-Chul Han, Obras compiladas, Herder 2021