Acabo de concluir la lectura y reflexión de esta obra del psicólogo y amigo Manuel Arboccó, magistral en su síntesis, didactismo y concisión. Ha repasado los aportes de veinticinco grandes psicólogos y psiquiatras haciendo pensar en el sentido de la psicología para el conjunto de la civilización occidental.
Y al respecto se puede decir que, así como la antropología nace en el Renacimiento cuando el hombre pierde su casa cósmica ante el Universo infinito (Copérnico, Bruno), de modo similar la psicología nace en la fase imperialista colonialista de la civilización occidental, o sea a fines del siglo diecinueve, justo cuando el hombre burgués se muestra feroz y despiadado por su exacerbado individualismo, ateísmo, hedonismo, nihilismo y secularismo. Así, la psicología es un signo de la decadencia y patología de la civilización occidental burguesa en su etapa imperialista.
El surgimiento de la psicología coincide con la decadencia y deshumanización de la civilización capitalista burguesa. La psicología nace como un paliativo a una sociedad enferma. De ahí que sus más conspicuos representantes (Freud, Jung, Fromm, Frankl, Rosenthal, Ash, Maslow, Zimbardo, Rogers, May) se dan cuenta que la verdadera cura implica el cambio civilizatorio.
