viernes, 20 de octubre de 2023

ORDALÍA PALESTINA EN GAZA

ORDALÍA PALESTINA EN GAZA


No hay nada más deshonroso que guardar silencio y no protestar contra la inhumanidad. Hay que ser inhumano y haber perdido el sentido de justicia y caridad para mantenerse indiferente ante lo que vemos en Gaza. Y justamente esto es lo que el mundo ve en las acciones del sionismo israelí en Gaza. Cortar, la luz, el agua y no permitir el ingreso de alimentos para la población civil, ni siquiera acceder a un corredor humanitario hacia Egipto, es verdaderamente el colmo, violando las Convenciones de Ginebra. Soportar escuchar a un alto representante sionista decir que los palestinos no son humanos imitando el discurso nazi sobre los subhumanos de las razas inferiores y no ser criticado por nadie, es realmente monstruoso. 

La respuesta desproporcionada y brutal de Israel, violando todas las leyes de la guerra, sobre la población civil en Gaza subleva la conciencia de la humanidad y motiva una condena rotunda y categórica ante semejante genocidio, que es apañado por las potencias colonialistas de occidente liderado por el imperio del mal que son los Estados Unidos de Norteamérica.

Rompamos el silencio oprobioso ante semejante injusticia humanitaria sobre el pueblo palestino que sufre un apartheid de más de cincuenta años, donde el régimen sionista de Israel ha convertido en un inmenso campo de concentración a todo el territorio palestino y cuya solución al conflicto atraviesa por su reconocimiento como Estado -tal como como lo ha resaltado Rusia-. Además, el régimen sionista de Israel ha venido incumpliendo por décadas las resoluciones de las Naciones Unidas sobre el desmantelamiento de sus asentamientos que es una usurpación de territorio palestino.

En San Marcos tuvimos un gran luchador de la causa palestina en el filósofo y maestro Juan Abugattas, que murió extrañamente joven. Sospecho que el cáncer que padeció pudo ser inducido por fuerzas políticas adversas. Y él representa para el Perú un emblema de la lucha por las causas internaciones justas.   

La coyuntura geopolítica mundial es sumamente delicada por la enorme tensión acumulada durante décadas por el expansionismo sionista. Y recalco "sionismo" porque así aludo a una ideología militarista, belicista y con ropaje religioso que no tiene nada que ver con el antisemitismo. Ser antisionista no es ser antisemita. Los judíos tienen derecho a vivir en paz como los demás pueblos, pero el sionismo no lo entiende así. Y ahora con sus 300 bombas nucleares amenaza a los demás países árabes de la región, especialmente a Irán. Qatar, Pakistán, Kuwait, Jordania, Irán, Yemen, China y Rusia han advertido de serias consecuencias de ocurrir una incursión terrestre de las tropas israelíes.

El régimen sionista de Israel se ha convertido en el enemigo número uno de los árabes, en el principal exterminador del pueblo palestino y junto al imperio del mal es una amenaza potencial a la paz mundial. Pero las potencias europeas avergüenzan el sentido de humanidad con su postura parcializada, sesgada e interesada.

El Medio Oriente es en estos momentos una bomba de tiempo para la paz del mundo. Mientras que el frente ucraniano del régimen nazi de Kiev se viene desmoronando. Y de no recibir más armas pronto se rendirá. Biden es el principal interesado en mantener el fuego vivo en el frente europeo, y lo de Palestina lo toma por sorpresa. En su torpe estrategia sólo atinó a enviar dos flotas de portaaviones y proporcionar tanques y demás pertrechos a Israel.

La masacre israelí debe ser detenido. El ápice de su enloquecida ofensiva ha sido el bombardeo de un hospital con más 500 muertos. Su barbarie y brutalidad no tiene límite y la UE ni lo sanciona ni protesta. El cinismo colonialista es monumental y ello es intolerable. Pero hasta en el propio Israel han salido miles de manifestantes a protestar contra la ignominia de Netanyahu.

Desde estas modestas líneas se hace un llamado a la solidaridad con la ordalía del pueblo palestino ante la incalificable acción del vesánico sionismo, cuyas manos manchadas de sangre tienen a mal traer las banderas de la paz en el mundo.