MORALES DUÁREZ
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
Vicente Morales Duárez (1757-1812) es la gran figura
peruana y americana criolla en las Cortes de Cádiz (1810-1814), en la que llegó
a ser su Presidente. Como jurista ilustrado se mostró enemigo de todo
privilegio y defendió con gran ardor la libertad de imprenta, la libertad de
empleo, abolición de la Inquisición, desmantelamiento del Antiguo Régimen, igualdad
de castas y exención del tributo indígena.
Morales Duárez inició sus estudios en el Seminario de Santo Toribio con el propósito de hacer profesión
religiosa, pero acabado de fundar el Convictorio de San Carlos, pasó a él como
maestro (1771) y en sus aulas perfeccionó su formación jurídica. Entregado a
los estudios teológicos, se distinguió en un acto público presenciado por el
virrey Amat y Juniet (1773), disertando durante tres horas consecutivas sobre
filosofía cristiana. Optó el grado de Doctor en Leyes y Cánones en la Universidad de San Marcos. Incorporado a
la Sociedad de Amantes del País a
instancias de su amigo íntimo Baquíjano y Carrillo, asesor de los virreyes Gil de Taboada y O´Higgins. En la Universidad regentó cuatro cátedras:
Instituta (1792), Código (1794), Vísperas de Cánones (1797) y Decreto de
Graciano (1806).
Recomendado por el virrey O'Higgins ante el Rey,
para que se le concediera la primera vacante en alguna de las audiencias
reales, decidió viajar a España. Llega a la península en situación difícil, en
encarnizada lucha de independencia contra las tropas napoleónicas, fue nombrado alcalde de corte de la Real Audiencia de Lima (1810),
pero permaneció en España por haber sido elegido diputado a cortes. Una vez
instaladas las Cortes, fue nombrado vicepresidente. Integró la comisión de
Constitución, en la que se proclamó que “la soberanía reside en la nación” y a
ésta pertenece el derecho de establecer sus leyes fundamentales, lo cual
implicaba un orden jurídico, político, económico y social nuevo, que limitaba
considerablemente la soberanía del rey. Morales Duárez en sus labores abogó por
la igualdad de peninsulares y criollos, la representación de americanos en el
gobierno central y la mejora de la condición de los indios. Pero llama
poderosamente la atención que no se opusiera decididamente a la humillación de
las castas (negros, mulatos, zambos y cuarterones) en la denigrante imprudencia
constitucional de las Cortes. En esto da un paso atrás respecto al mensaje
lascaciano y evangélico pero refleja fielmente los prejuicios de raza de los
peninsulares y muchos criollos.
Jurada la Constitución de las Cortes de Cádiz,
fue elegido Presidente (1812) y mereció el tratamiento de "majestad".
Pero la teoría política de las Cortes de Cádiz no eran enteramente liberales
por dos motivos concretos: (1) el cerco militar de las tropas francesas
napoleónicas, y (2) no sacrificar la libertad religiosa. Esto era una concesión
ideológica al absolutismo, un sesgo reformista poderoso en la revolución
política y a través del cual se favorecía un Estado liberal pero confesional. Al
no poder invocar enteramente los principios ideológicos de la Revolución
francesa y de la Ilustración construyeron una imagen idealizada de una Castilla
medieval en la cual los reyes tenían su poder limitado por las cortes. Morales Duárez
era un liberal organicista y proclive a la monarquía constitucional.
En realidad, la Constitución de Cádiz sirvió de
prolegómenos y modelo al proyecto independentista de país que tenían los
criollos en América continental. La gran diferencia era la instauración de repúblicas
y la gran similitud era la implantación de estados confesionales, oligárquicos
y racistas. En el fondo, el criollo se vestía con el traje del liberal pero se sentía
como el nuevo conquistador de América.
Muere en el cargo (1812). Morales Duárez fue hallado
sin vida en su habitación tras un ataque de apoplejía. Sería enterrado con
honores de Infante de España. Conforme retroceden los franceses la jurisdicción
de las Cortes de Cádiz avanza. Pero en 1813 Napoleón restablece en el trono a
Fernando VII. Apenas retorna deroga la Constitución en 1814 con el apoyo del
Alto Mando militar y la jerarquía eclesiástica, y desató la represión contra
los liberales. Por miedo lo restablece entre 1820 y 1823, pero ya el texto liberal
de la Constitución de las Cortes de Cádiz había inspirado poderosamente el espíritu
independentista hispanoamericano. La obra reformista de Morales Duárez no había
sido en vano, la revolución americana criolla era indetenible y la pérdida de
los dominios españoles en la América continental era inminente.
Lima, Salamanca 28 de enero 2016