domingo, 11 de abril de 2021

TEORÍA GENERAL DE LA FILOSOFÍA (TERCERA PARTE)

 



Tercera Parte

Las Leyes del Filosofar

 

CAPÍTULO NUEVE

 

BIPOLARIDAD DEL LOGOS HUMANO

 

SUMARIO: El logos humano bifurcado. -Modernidad antimítica. -El mito como experiencia existencial. -Posmodernidad inmanentista. -Espurio mitologismo inmanente. -

 

204. El logos humano se bifurca en logos del mito -sintética- y logos de la ratio -analítica-. Pero a medida que la civilización occidental se persuadía de su racionalidad, pasaba demoliendo todo cuanto se aparta del dominio de la razón analítica. Y cuando el mundo mítico se derrumba, lo no racional queda excluido del monólogo de la razón y se lo encierra y rechaza espuriamente como discurso religioso cuando no legendario.

 

205. En realidad, no fue Grecia, desde Parménides y Aristóteles, la que despojó al logos del mito de su aura original y que rompe los lazos misteriosos que lo ligan al mundo arquetípico, sino que es la modernidad, con Descartes y la Ilustración, aunque los antecedentes se encuentren en el nominalismo medieval, el que lo destierra sin derecho a la palabra.

 

206. Pero el logos del Mito es una experiencia existencial constitutiva de la condición humana y por lo tanto no puede ser extinguida ni sofocada en toda vida auténtica porque lo que busca en último término es una trasmutación espiritual para un nuevo renacer. A esto se debe que incluso la posmodernidad secularizada y desmitologizada, que encarna la crisis de la razón universalista, promueva el retorno del ocultismo y el esoterismo, como forma espuria y degradada de lo místico y mítico. Así, mientras en las sociedades arcaicas el Mito es revelación de lo trascendente, en la sociedad posmoderna se convierte en revelación del deseo inmanente. La posmodernidad lejos de promover una idea multiforme (no sólo existe la filosofía del modelo griego) y bipolar (logos del mito y logos de la ratio) de la filosofía, como acontecimiento que reconfigura el logos humano, lo que hace es incentivar un inmanentismo espiritualista anémico y sin trascendencia.

 

207. Aquí no sólo nos lleva a distanciarnos de las corrientes eurocéntricas, que defienden el origen griego de la filosofía, y de las corrientes nativistas, que identifican la filosofía con el mito, sino incluso nos lleva a separarnos del espurio mitologismo de la inmanencia posmoderna. La vía es, más bien, el esclarecimiento de la naturaleza multiforme de la filosofía y la estructura bipolar del logos humano. Esto significa, por un lado, que un criterio multívoco y no unívoco de la filosofía permite reconocerla como una creación permanente del espíritu humano y no sólo de los griegos ni de la cultura occidental; y por otro, que la filosofía americana, en particular, no es una adaptación del estilo continental ni un producto heterogéneo, sino que es un rasgo fundamental de la América anterior a la Conquista.

 

208. Occidente a lo largo de su historia desarrolló preponderantemente una filosofía logocrática, donde dominó el concepto y la razón analítica; mientras que otras tradiciones culturales, como la prehispánica y la oriental, desarrollaron un pensamiento filosófico mitocrático, donde domina la alegoría, el símbolo, la analogía, la intuición y lo trascendente. En nuestra América la apropiación de la “filosofía logocrática occidental” comenzó a partir de la destrucción de la “filosofía mitocrática andina”. Dicho principio debería quedar nítido, por lo menos, para la Filosofía de la Liberación latinoamericana, sin embargo, ésta se ha mantenido fiel al magisterio europeo en lo que respecta a la definición monocultural de la filosofía.

 

209. No hay duda de que hay que recuperar los gérmenes intrahistóricos de América y de las culturas ancestrales, y esto significa romper con la conceptolatría de la razón instrumental moderna y reconocer el lenguaje de lo analógico, participativo y metafórico, es decir, establecer la conexión con el olvidado lenguaje del ser por la doble vía del logos de la ratio y el logos del mito.

 

210. Sin revisar el criterio unívoco y monocultural de la filosofía nos quedamos atrapados en la repetición del magisterio etnocéntrico, sin posibilidad de superar el “círculo hermenéutico de la filosofía occidental”. No indagar la bipolaridad del logos en la filosofía favorece la anulación de nuestra propia conciencia histórica y dificulta el surgimiento auténtico del ser americano y de otras culturas colonizadas. Todo esto equivale a reasumir nuestra auténtica verdad y enfrentar la historia de la metafísica andina.

 

CAPÍTULO DIEZ

 

MULTIVOCIDAD Y MULTIFORMIDAD

 

SUMARIO: Tres ideas clave. -Universalidad de la filosofía. -Por su forma es cultural, pero por su contenido es universal.

 

211. Nuestro objetivo principal ha sido averiguar los fundamentos que demostraran la existencia de lo numinocrático, mitomórfico y mitocrático en la filosofía no-occidental. Para ello era necesario alcanzar tres ideas: primero, una nueva comprensión del logos humano, como aquel que se debate entre el logos del mytho y el logos de la ratio, entre la lógica sobrenatural de la fe y la lógica natural de la razón; segundo, de lo erróneo de la noción monocultural de la filosofía; y tercero, el reconocimiento del carácter multívoco-multiforme del logos filosófico.

 

212. Si Jaspers supuso la existencia de tres grandes tradiciones filosóficas: la India, la China y la griega; nosotros extenderíamos el principio básico jasperiano, completándolo hasta la dilatada prehistoria. En este sentido, estarían en lo cierto no sólo estudiosos como León Portilla, cuando trata de la filosofía náhuatl, y Placide Tempels al abordar La filosofía bantú (1945) sino también aquellos que investigan al filósofo primitivo. De tal forma que la filosofía no sólo pertenece a las altas culturas no occidentales, sino que es una capacidad inherente de la condición humana de todos los tiempos, y, por tanto, no siempre se manifestó del mismo modo.

 

213. Esto implica que la filosofía se ha mostrado de muchas formas y lo seguirá haciendo, porque en último término es una manifestación del logos humano, logos que oscila entre la ratio y el mito. La racionalidad humana todavía avanza en nuestro tiempo sirviéndose de los senderos tanto del mito y como de la razón, con ambos se puede hacer filosofía. La filosofía en sí misma está llamada a mostrarse por completo como un pensar que plasma su forma en la galaxia de su propia cultura, pero su contenido es universal. Más allá del argumento de que la “filosofía” como término occidental no es transcultural, subyace la profunda verdad de que existe un contenido que permite superar la occidental definición conceptolátrica de la filosofía. De manera que la filosofía sea solamente de origen griego, un pensar racional, crítico y esencial a Occidente, constituye una no verdad, que nunca podrá tropezar con él quien advierta que la filosofía es por su forma cultural, pero por su contenido es universal.

 

CAPÍTULO ONCE

 

UNIVERSALIDAD

 

SUMARIO: Filosofía está en todos los tiempos. -Hacia le Edad de Piedra. -Fundamento de la universalidad. -Contra modelo etnológico monista naturalista diacrónico. -Modelo pluralista sincrónico. -Hacia el homo post-escritural.  

 

214. Lévy Bruhl terminaría sus días convencido de que no hay hombre prelógico y propuso la categoría de mentalidad participatoria. Lévi-Strauss recogió su legado y fue más lejos al proclamar la universalidad del mito. Gusdorf insistió en la lectura de los mitos como una metafísica primera. Mircea Eliade analizó la naturaleza arquetípica y de retorno periódico de las sociedades arcaicas y destacó en que lo sagrado constituye la experiencia fundamental del homo religiosus. Y Jaspers, contra Hegel y Heidegger, sostuvo que la filosofía está en todo tiempo, desde el comienzo de la historia, en los mitos, refranes y apotegmas. No hay forma de escapar de ella. Sin embargo, y esto es lo que advertimos, no siempre está manifestada del mismo modo.

 

215. La universalidad de la filosofía no puede excluir a ningún pueblo de la historia que se haya visto con ideas, creencias, mitos, refranes y apotegmas. Más aun, la universalidad filosófica exigía extenderlo hacia la misma Edad de Piedra. La pregunta de la filosofía tiene que ver con aquella prehistórica experiencia fundamental de la manifestación de lo extraordinario ontológico que da lugar a la expresión de lo sagrado.

 

216. No basta con incluir otras tradiciones en la universalidad de la filosofía sin antes haber demostrado la posibilidad misma de la universalidad de la filosofía. Hay que analizar el fundamento de la posibilitación de la universalidad filosofar mismo. También pierde todo sentido la distinción peyorativa entre “filosofía en sentido estricto” (griega y occidental) y “filosofía en sentido amplio” (Oriente). Es una seudo distinción desorientadora y eurocéntrica. Pues, si “filosofía en sentido amplio no es filosofía”, entonces, qué utilidad tiene esta distinción. Ninguna.

 

217. Es inevitable preguntarse sobre las otras tradiciones filosóficas: ¿Qué reglas lógicas no observan?, ¿de qué clase de coherencia carecen?, ¿qué tipo de ideas complicadas no elaboran? Se tratan de opiniones hipotecadas al viejo paradigma del modelo etnológico monista naturalista diacrónico y que no acepta el pluralismo culturalista sincrónico. Todo el trabajo de la moderna    antropología    cultural y estructural de Lévy Bruhl, Marcel Mauss, Mircea Eliade y Lévi Strauss, así lo demuestra.

 

218. El contenido tradicional de la etnología eran las   sociedades pre-escriturales, pero hoy también se abarca las sociedades postindustriales, sobre todo cuando se advierte que la telemática conforma una civilización electronal donde predomina el homo videns, a decir de Sartori, en desmedro del homo grafos. No es que volvemos hacia la sociedad pre-escritural, sino que vamos hacia una sociedad post-escritural.

 

 

Conclusión

Filosofía como necesidad existencial

 

SUMARIO: La Razón responde a cuestiones ontológicas. -Aptitud filosófica siempre presente. -No es confundible con la cosmovisión. -Noesis y noema de la filosofía. -Palabra griega, pero contenido universal. -No se trata de inventar términos homeomórficos. -No se relativiza la filosofía. -La filosofía como despliegue de la estructura existencial. -Posmodernidad logocrática. -Las verdades suprarracionales. -El hombre está llamado a filosofar. -La búsqueda de sentido. -Decadencia de la filosofía en el ocaso de la razón burguesa.  

 

219. La filosofía es una necesidad existencial porque la razón antes de responder a cuestiones lógicas lo hace a cuestiones ontológicas –sentidos perceptual, emotivo, intuitivo, ético, estético, religioso, conceptual-. El hombre de todos los tiempos se formula preguntas decisivas concernientes al por qué de las cosas, su destino y el significado del mundo.

 

220. La actitud filosófica ha estado siempre presente al lado de la aptitud para filosofar. Pero la filosofía no ha sido siempre la misma, es multiforme. No por ello confundible con la cosmovisión -impacto psicológico emocional del mundo sobre las ideas-. Con la reducción a la cosmovisión se incurre en la noche en que todos los gatos son pardos.

 

221. No se debe confundir la invención de la palabra “Filosofía” con su sustancia, el amor por el saber. Hay que separar entre noema y noesis. El acto de filosofar es la noesis, el contenido del filosofar es la noema. Y ambos lo hubo en todas las edades con diferentes modalidades. La palabra “filosofía” será occidental, pero contiene un sentido intercultural que atiende a su quehacer reflexivo. Por lo cual no se trata de descubrir ni inventar términos homeomórficos para cada galaxia de cultura –como erróneamente piensan Panikkar y Estermann-. De lo que se trata es de comprender su sentido profundo y desde allí definir a la filosofía desde su esencia misma.

 

222. No hay relativización de la filosofía. Al contrario, es defender su esencia permanente e inalterable frente a sus diversas manifestaciones epocales. El mayor error del enfoque cosmovisional e intercultural consiste en no reconceptualizar la filosofía misma.

 

223. La filosofía como necesidad existencial fue un pensar numinocrático, mitomórfico, mitocrático y después un pensar logocrático. Pero la filosofía no solo es el despliegue de la estructura lógica de la razón sino de la estructura existencial misma del hombre. En ese sentido, el pensar logocrático en la postmodernidad conoce sus horas más oscuras por el abuso de un racionalismo que lo engolfa en el escepticismo general, el agnosticismo, el relativismo y el nihilismo.

 

224. La verdadera grandeza de la razón estriba en reconocer las verdades suprarracionales, el afán de trascender la condición del hombre para unirse con el absoluto. Lo cual remite a la estructura ontológica de la existencia humana. En otras palabras, el hombre filosofa porque su estructura ontológica es metafísica, siente el llamado del Ser. Esta condición desconcertante de su ser delinea una existencia con vocación para el filosofar.

 

225. No es que el hombre quiera filosofar, sino que está llamado al filosofar. Está comprometida no solo su razón sino su propia existencia. Su finitud pensante se coloca ante algo que lo desborda, asombra, asedia, intriga y conduce hacia el Ser, lo infinito, absoluto y divino. El tiempo, lo contingente, el devenir, la enfermedad y la muerte, lo lleva a pensar en lo eterno. Una criatura desbordada de contradicciones, asida por la angustia, la posibilidad, la libertad, con conciencia de la Nada, jalonada por imperativos axiológico e ideales, tenía que dar lugar a la filosofía como necesidad existencial.

 

226. El hombre filosofa porque su existencia penetra en la interioridad del Ser y a la vez es capaz de separarse del todo del Ser. Anclado en la materia sabe que su esencia no se agota en la materia. Descubre entonces que ese intervalo entre el Ser y la Existencia puede ser llenado por el poder de darse una esencia a sí mismo, ya sea por la magia, el rito, el mito o el concepto. Lo que caracteriza al hombre es la búsqueda de sentido por el asombro suscitado ante el espectáculo de la creación.

 

227. Si el sentido no pertenece a la cosa sino al signo, entonces la filosofía queda reducida a la búsqueda del ser de la escritura. El sentido sería un mero juego de la escritura. Esa forma derridiana de negar el concepto metafísico de verdad y convertirla en un mero juego escritural, evapora la realidad en un pathos escéptico y en un ethos nihilista. Esa es la enfermedad actual que enfrenta la filosofía en el contexto de la decadencia de la razón burguesa. En realidad, la filosofía siempre entró en decadencia cuando el clan, tribu, grupo o clase que la hegemonizó, entra en su ocaso.

 

 

 

 

 

 

Í N D I C E

 

Prólogo

 

Primera Parte

Las Teorías del Filosofar

CAPÍTULO I. La Teoría restringida

CAPÍTULO II. La Teoría ampliada

CAPÍTULO III. La Teoría general (i)

CAPÍTULO IV. La Teoría general (ii)

 

Segunda Parte

Las Formas del Filosofar

CAPÍTULO V. Filosofía Numinocrática

CAPÍTULO VI. Filosofía Mitomórfica

CAPÍTULO VII. Filosofía Mitocrática

CAPÍTULO VIII. Filosofía Logocrática

 

Tercera Parte

Las Leyes del Filosofar

CAPÍTULO IX. Bipolaridad

CAPÍTULO X. Multivocidad y multiformidad

CAPÍTULO XI. Universalidad

 

Conclusión

Filosofía como necesidad existencial

 

TEORÍA GENERAL DE LA FILOSOFÍA (SEGUNDA PARTE)

 



Segunda Parte

Las Formas del Filosofar

 

CAPÍTULO QUINTO

 

FILOSOFÍA NUMINOCRÁTICA

 

EDAD DE LA METAFÍSICA NUMINOCRÁTICA PRE-ANIMISTA

 

SUMARIO: El homo habilis per-animista. -Respuestas vitales. -El “ser a la mente”. -La existencia, la verdad y lo bueno. -La unidad universal. -Gran inventor de la industria lítica. -Brote del espíritu. -El alma intelectiva. -Más allá de su ser natural. -Revolución del carroñeo. -Anticipación de la forma en la materia. -Categorías de lo vivo y no muerto. -Ceremonia mortuoria del carroñero. -Dualismo básico. -Imaginación y concepto-imagen. -Va hacia lo extramundano. -La Vida como lo numinoso. -Mundo como extraña mezcla entre lo inmanente y trascendente. - Su conciencia pre-animista percibe el mundo como numinoso. -Paleolítico no es el imperio de lo inmanente. -Su universal perceptual vitalista. – Filosofía perceptual imaginativa. –Vitalismo de lo numinoso. -Perceptual imaginativo suprasensible. -Filosofar en imágenes. -Pensar en símbolos. -Lógica heterodoxa. - El universal perceptual. -Filosofar no comienza con la escritura. -Filosofía como necesidad existencial. -Puesto en el cosmos.

 

39. La filosofía prehistórica tiene como Primer Período la llamada EDAD DE LA METAFÍSICA NUMINOCRÁTICA PRE-ANIMISTA, y corresponde al homo Habilis de hace 2,5 y 1,5 millones de años.

 

40. El Homo habilis muestra haber pensado sobre el sentido de la vida y del mundo. Son los primeros filósofos de la especie humana. Brota en ellos no sólo como actitud sino también como aptitud. El Homo habilis pensaba y mucho. Sus respuestas no eran conceptuales ni complejas, pero implicaban ideas que concernían al sentido mismo de la vida.

 

41. El ser un gran fabricante de herramientas es habituarse a tener el “ser a la mente”. El ente intramundano lo lleva avizorar el ente extramundano. Con él nace el ser ideal que proyectado sobre el mundo le permite un mejor dominio del mundo. Al pensar en la forma de tallar sus piedras pensaba también qué significaba morir y vivir. El Homo habilis es el primer gran inventor, tallador lítico y el primer pensador.

 

42. Consigo brota el primer horizonte pre-animista. No sólo talló piedras para sobrevivir, sino que elaboró un pensamiento arcaico sobre el sentido del mundo. El Homo habilis con la invención de la industria de piedra opera un descubrimiento   en   tres   niveles:   la   existencia, la verdad y lo bueno. En el orden de la razón su intelecto aprehende la importancia privilegiada de un determinado ente, a saber, la piedra cortante. En segundo término, su intelecto aprehende que conoce el ente. Y, en tercer lugar, aprehende lo que desea. Lo primero es la razón de ente, lo segundo la razón de verdadero y lo tercero la razón de lo bueno, en este caso ubicado en la cosa. Lo verdadero y lo bueno están en la realidad.

 

43. La especie homínida desde los tiempos más inmemoriales ha sentido esa dulcísima eucaristía de unidad universal que es la filosofía. Está en su ser, es su ser, como   sello   indeleble de una criatura destinada a conocer y sujetar el mundo con su razón. Para conocer la universalidad de la filosofía es preciso cercar las huellas de la criatura filosofante en su proceso de humanización y hominización.

 

44. No será con el homínido prehumano australopitecos sino con la aparición de las primeras formas humanas de los distintos representantes del Homo habilis, que se manifiesta la fuerte capacidad cerebral con la fabricación de instrumentos y la transformación del medio natural. Hay quienes defienden la capacidad de los australopitecos de fabricar utillaje antes de la aparición de los humanos y, en consecuencia, deja en suspenso el comienzo del paleolítico inferior. Pero esto no desmiente que el Homo habilis fue el gran inventor de la industria lítica. Sin embargo, la paleoantropologia reserva la existencia de ideas trascendentes al hombre moderno, luego ha reconocido su extensión al homo sapiens neandertal.

 

45. No obstante, para la filosofía, que tradicionalmente no es empírica ni científica, cabe la pregunta en qué medida la industria lítica está relacionada con una incipiente vida espiritual. El cerebro del elefante como del cachalote es mucho más grande que el humano, sin embargo, no crean instrumentos ni modifican su medio natural. No dan muestra de ir más allá de un alma sensitiva. Las aves son bípedas, pero no piensan sino sensitivamente. Y abundan los animales que usan herramientas –nutrias, delfines, chimpancés, elefantes, buitres, pájaros carpinteros, cuervos y pulpos- pero no crean cultura. Por lo tanto, si no es el bipedismo, ni el mayor tamaño del cerebro, ni la capacidad de fabricar instrumentos lo que caracterizaría la condición humana qué lo es y la hace posible.

 

46. Ónticamente lo humano constata su ser en un principio activo que se desdobla en tres potencias superiores que ontológicamente se explicitan en lo práctico contextual. Dicho principio intelectivo sólo se asemeja al que hallamos en el resto de las criaturas. Pero la diferencia fundamental es que la forma con la que obra la inteligencia animal está individualizada por su propia naturaleza, por ello, determinada a una sola posibilidad. En cambio, la forma de la inteligencia humana, debido a su universalidad, es capaz de englobar una multitud de posibilidades. Es esto lo que posibilita considerar una teoría de la razón con diversos sentidos significativos y con diversos universales –perceptual, emocional, intuitivo, estético, ético, lógico, religioso y filosófico-. No existiría industria lítica posible sin la capacidad del alma intelectiva humana de englobar una multitud de posibilidades.

 

47. Ello es posible porque el hombre es un ser contingente, tiene una naturaleza, tiene un cuerpo, pero su ser trasciende su cuerpo, su naturaleza, va más allá. En la industria lítica se experimenta arcaicamente que el hombre es posibilidad y proyecto. Experimentará un más allá porque precisamente su ser está más allá de su ser natural. Por ello, no es la hominización la que explica su humanización, sino precisamente al revés. Es su alma sobrenatural la que explica su hominización. 

 

48. Al parecer los humanos más antiguos tenían nula capacidad cazadora, y su fin principal era obtener carne mediante el carroñeo. Del acto de lanzar defensivamente una piedra hasta reparar que había piedras que cortan la piel, que las piedras cortantes son útiles para el carroñeo y que se podían fabricar, son pasos revolucionarios que representan un salto intelectual enorme para el hombre arcaico.

 

49. Es posible afirmar que el hombre no tiene un alma junto a un cuerpo, sino que es un alma que tiene un cuerpo. La hominización demuestra la diversidad de apariencias externas del hombre, pero su humanización expone que su naturaleza metafísica esencial apenas ha variado.

 

50. Si hay algo de fascinante y encantador en el Homo habilis no es el de poder imaginárnoslo sentados labrando sus lascas, sino anticipando la forma a la materia. He aquí la manifestación de su espíritu intelectivo, de lo que lo lleva a la humanidad. El descubrimiento de un universal perceptual –probar el cortante-, intuitivo –seleccionar la piedra correcta- y lógico –tallar para cortar- sería lo característico del Homo habilis.

 

51. Pero ser carroñero supone una distinción meridiana entre lo que está vivo y lo que no lo está, es decir lo muerto. Lo vivo y lo muerto son las dos categorías opuestas que necesita distinguir el carroñero Homo habilis. El poder que le ha conferido la piedra tallada sobre lo muerto para convertirla en medio de vida tuvo que haber labrado un ideario sobre el sentido de la vida y del mundo. El Homo habilis no era un autómata que descarnaba y deambulaba hacia su próximo carroñeo, sino que era un ser pensante. No sólo pensó en la forma de tallar sus piedras, sino también qué significaba morir y vivir. No se han hallado manifestaciones de pensamiento simbólico ni enterramientos del Homo habilis, pero eso no significa que no hayan tenido una idea de la muerte y de la vida, o que no hayan homenajeado a sus muertos. Un canto, una danza, un dibujo sobre la arena no dejan huellas, no son rastreables. Es improbable entonces que aquel humano antiguo que anduvo por más de 1 millón de años sobre la sabana africana inventado lascas y tallando piedras no haya elaborado alguna idea sobre el sentido de la existencia cuando lo que caracteriza al hombre es justamente eso, pensar.

 

52. El Homo habilis es el primer tallador lítico y el primer pensador. Y el más importante desafío para explicar es que no sólo talló piedras para sobrevivir, sino que elaboró un pensamiento arcaico sobre el sentido del mundo. Con sus piedras también trabajaron la madera, aunque no se han encontrado proyectiles de impacto. Construía cabañas pasajeras. Por tanto, inventaron los primeros cuchillos, pero no la lanza. Que no se hayan encontrado vestigios de rituales de entierro no significa que carecieran de ellos. Puede ser el caso que justamente efectuar un canto y dejarlo a la intemperie haya sido el ritual típico de un carroñero. Un carroñero vive con intensidad la unidad entre la vida y la muerte, lo muerto nos permite vivir, no se debe interrumpir dicho ciclo, incluso el resto mortuorio de un Homo habilis debe ser dejado para que sirva de alimento de otro ser vivo, y así continuará la vida.

 

53. Aquí hallamos cómo en la metafísica más arcaica de la humanidad la idea de la Vida debe imponerse en su lucha contra la muerte. Esta idea tan simple como complicada, a la vez, debió haber sido la primera elucubración metaempírica de la primera forma humana sobre el planeta. Pero en los primeros grupos humanos del Homo habilis se daría la primera noción de lo trascendente como lucha de la Vida y la Muerte. Por tanto, no vemos configurarse en el Homo habilis un mito sobre la Piedra, sino otro sobre un dualismo básico que gira en torno a la vida y la muerte. Ese sería el significado de dejar piedras talladas junto a osamentas.

 

54. El Homo habilis proporciona un ejemplo paradigmático para efectuar un análisis de la percepción. La percepción como algo que está entre el puro sentir y el puro pensar, se relaciona con una aprehensión directa de una situación objetiva donde todo se absorbe, pero nada se conoce. La paleoantropologia científica al ceñirse a las evidencias empíricas nos ofrece una imagen estereotipada del Homo habilis, como mero ser perceptivo o un galeote del tallado pétreo, sin el más mínimo rastro de vida espiritual. Pero si la percepción externa está mirando a la sensación y la percepción interna esa mirando al pensar. Pero no mira directamente al pensar sino a través de la imaginación. La imaginación es la bisagra entre la percepción y el pensar. Y su resultado gnoseológico es el concepto-imagen, distinto al concepto lógico. Esto significa que las dos caras de la percepción están dirigidas a pensar el ser del ente intramundano que sale al encuentro no sólo como «ser a la mano» y «ser a la vista», sino como «ser a la mente» y, en consecuencia, metaempírico y universal.

 

55. Por la imaginación el Homo habilis tiene el «ser a la mente» de la piedra que requiere. Aquello no está en el mundo, pero lo estará a través suyo. O sea, no son dos sino tres, siendo la más importante la tercera, las determinaciones básicas categoriales del ente intramundano que va hacia lo extramundano. El Homo habilis efectúa una percepción externa cuando aprehende un objeto real -cortar con sus piedras la carne de carroña- esto es la percepción inmanente, pero efectúa una percepción categorial interna cuando aprehende un objeto ideal por la imaginación –descarnar la carroña da más vida-, eso es la percepción trascendente. Y ello es justamente posible porque el sujeto percipiente no es un descifrador de un mundo desordenado. Es decir, la importancia de la vida sobre la muerte para el Homo habilis es el fondo mismo de su mundo percibido.

 

56. Pero ese fondo de la Vida en lucha contra la muerte es percibido como algo numinoso, sagrado, misterioso. Lo numinoso, definido por Rudolf Otto[1] como «experiencia no-racional y no-sensorial o el presentimiento cuyo centro principal e inmediato está fuera de la identidad», se presta de modo incomparable para describir la experiencia que tiene el Homo habilis de aquello invisible que debe continuar llamado Vida y Mundo. Lo numinoso es la manifestación más arcaica de lo sagrado y por eso es aplicable a la experiencia del Homo habilis. La Vida será percibida como sagrada, no tiene que ver aun con religiones ni con dioses. Los cuerpos inánimes de la carroña ingerida se vuelven vida en ellos. No es que el Homo habilis tuviera la idea de lo trascendente, sino que aquello previo que configura la idea de lo trascendente es lo numinoso en lo inmanente.

 

57. Esta idea de lo numinoso como lo sagrado en un horizonte mental de hace 2 millones de años, es que todavía no hay distinción entre un dios personal y un dios suprapersonal, ni entre lo sagrado y lo profano, ni lo sagrado y lo divino. Simplemente se percibe el mundo en una extraña mezcla entre lo que es inmanente y lo que es trascendente, en una realidad que se presenta como numinosa. No es una concepción animista, donde ya se tiene claro la presencia de un alma o un principio vital en todos los seres, objetos y fenómenos. Es más bien un presentimiento pre-animista de orden metafísico, donde lo numinoso se extiende misterioso sobre mundo entero.

 

58. Por ello, para el Homo habilis el mundo no es inmanente, tampoco trascendente, es más bien extraño y misterioso. De entre todas las cosas extrañas le concita mayor atención la Vida. Acostumbrado a lidiar con la muerte, habituado a carroñear para sobrevivir, no puede dejar de pensar por aquello que ve cotidianamente, le parece a la vez asombroso e inexplicable, a saber, la vida. Lo vivo se mueve, respira, anda, busca alimento, procrea y se muere. El centro de su cosmos no es lo humano, ni lo inerte, sino lo vivo.

 

59. El fabricar herramientas ha mejorado su modus vivendi. Ahora marcha por las sabanas africanas con más seguridad que antes. No ha dejado de ser carroñero, cuenta con cuchillos, pero no con armas arrojadizas ni proyectiles, pero se ha convertido en el mejor de los carroñeros. Muestra de ello es el volumen de su cerebro. Mientras que un australopiteco tenía un cerebro de aproximadamente 450 cm³, el de un Homo habilis era de 770 cm³. Ciertamente, los últimos australopitecos, como el australopiteco garhi y el australopiteco sediba, muestran discutidos indicios de industria proto-lítica, pero su extinción definitiva les sobrevino hace 2 millones de años. Aparentemente este consumidor de frutos, semillas, raíces y cortezas no resistió el retroceso del bosque, ni el cambio climático. Fue el homínido que se extinguió por ser exclusivamente vegetariano.

 

60. Un gran inventor –fabrica utensilios, inventa la choza, utiliza las cuevas como vivienda, practica la caza menor, el proto-lenguaje- como el Homo habilis se impuso a través de sus herramientas que eran fruto de su pensamiento. El Homo habilis coincide con el inicio de la era del pleistoceno. El avance de los glaciares en una cuarta parte del planeta y el reemplazo de las sabanas por los prados templados. Es el momento en que aparecen los humanos modernos u Homo sapiens en África. La criatura racional dotada de un alma intelectiva sigue abriéndose camino poderosamente. Su conciencia pre-animista percibe el mundo como numinoso. Es muy probable que él mismo se percibiera como el ser que inventa herramientas, porque se han hallado utensilios junto a sus osamentas. Sus piedras talladas toscamente por una cara o por las dos indican una elaboración mental sistemática donde la forma se anticipa a la materia. Esto echa por tierra la novísima paleoantropologia secularista de la conciencia del homo habilis. La conciencia existencial del hombre paleolítico nunca fue meramente horizontal, inmanente, unido al todo antes que a las partes.

 

61. En primer lugar, se requiere una paleofilosofía presidida por una hermenéutica metafísica. La misma que despojada de prejuicios racionalistas, cientificistas, secularizantes y antirreligiosos, sea capaz de penetrar en lo sui géneris de la filosofía y de la condición humana. Segundo, que no se puede hablar en general de la conciencia del hombre del paleolítico sin abarcar formas de conciencia tan disímiles como las del Homo habilis, Homo erectus, Homo sapiens Neandertal y Homo sapiens sapiens. Todas ellas tienen sus matices que las diferencian por más similitudes que contengan. En tercer lugar, identificar lo paleolítico con lo inmanente sin ninguna clase de trascendencia aparece demasiado forzado, racionalista y secularizado. El Homo habilis percibe lo numinoso pero el mismo no es todavía configurado como el gran Espíritu en la naturaleza, no vive aun en una atmósfera animista sino pre-animista.

 

62. De ahí que el instrumentalizar la comprensión del paleolítico para justificar la edificación de una religión sin trascendencia no tiene sentido por ser pseudocientífico e ideológico. Para caracterizar la conciencia humana del paleolítico es necesario tomar en cuenta sus distintos niveles de pensamiento. No tiene sentido sumarse a la patología posmoderna con su aversión contra lo universal y general, pues la certeza, así como suele destruir también puede liberar. De modo que las generalizaciones sobre el hombre primitivo deben dejar bien claro estos matices. Y entre las generalizaciones en boga se suele confundir el hombre primitivo de las sociedades paleolíticas que sobreviven en el mundo actual, con el hombre prehistórico en su proceso de hominización. Entre ambos hay similitudes, pero las diferencias son lo más importante.

 

63. Diferencia que suele desaparecer en las siguientes caracterizaciones de la conciencia arcaica: omnivalencia-Johns Briggs, estado de atención amplia-Joanna Field, presencia del mundo-Walter Omg, atención universal-Ortega y Gasset, conciencia paradójica-Morris Berman, percepción simultánea-Tony Hiss, experiencia oceánica-Freud, sabiduría simbólica primitiva-Jung, satori-Zen, conciencia de lo permanente-Paul Radin.

 

64. Pero una cosa es hablar del estado de conciencia y otra es tratar sobre su filosofía. Lo primero es casi enteramente psicológico, lo segundo es búsqueda de sentido no necesariamente conceptual, pero al menos sí ideatorio, como en el proceso creativo del arte. El Homo habilis como especie vive casi dos millones de años y los más inteligentes, que no eran los más fuertes ni impulsivos, dan muestras de haber pensado sobre el sentido de la vida y del mundo. Ellos eran los primeros filósofos de la especie humana y del Homo habilis. El Homo habilis pensaba y mucho. Sus respuestas no eran conceptuales ni complejas, pero implicaban ideas que concernían al sentido mismo de la vida. Debía hacerlo y tenía mucho tiempo para pensar. El espectáculo del mundo y la odisea de su propia existencia lo llevaban a ello. Fabricar es descubrir un mundo de posibilidades, pero también de fragilidades.

 

65. Algo había cambiado y ese algo era que ahora lo sabía. El ser un gran fabricante de herramientas es habituarse a tener el “ser a la mente”. El ente intramundano lo lleva hacia el desarrollo del ente extramundano. El ser ideal proyectado le permite dominar mejor el mundo. Descubre lo importante del ser extramundano determinante para imponerse sobre el ser intramundano. Su conciencia no se disuelve en una “experiencia oceánica” ni en una “conciencia paradójica”. Por el contrario, su universal perceptual lo conduce al libre juego ideatorio de la imaginación en un pensar no meramente utilitario, sino vitalista. Esto es, su conciencia perceptual establece una distinción entre sujeto y objeto de índole no sensitivo, sino pre-objetivo, donde la cosa no es sólo herramienta sino portador de lo numinoso.

 

66. De manera que la filosofía del Homo habilis puede ser comprendida en periodos y tendencias. Periodo autónomo de clanes familiares y el periodo tribal de coexistencia, aproximadamente por 500 mil años, con el Homo erectus. En ambos periodos la filosofía se manifestó tanto como cosmovisión y como filosofía. Como filosofía no se trató de un pensar conceptual, sino perceptual-imaginativo. Aquí se manifiesta no sólo el principio de universalidad de la filosofía, sino también el polimorfismo intrínseco de la razón. Si la filosofía no es exclusividad de los pueblos históricos y menos de Occidente, sino que abarca también al hombre prehistórico, entonces no cabe más que admitir la versatilidad de la razón humana para filosofar sobre los misterios de la vida y del mundo no sólo con el concepto puro de la lógica –desde Grecia- sino además con el concepto imagen de la mentalidad prehistórica.

 

67. El filosofar del Homo habilis tuvo su rasgo característico en el vitalismo de lo numinoso, seguido de una indudable orientación final de carácter tribal. Ello, en primer lugar, hace que el Homo habilis comienza a filosofar partiendo de la vida. Se trata de una vida inserta en un mundo numinoso. De ahí que no distingue aun entre lo inmanente y lo trascendente. Su tendencia vitalista es metafísica pero no realista ni idealista, positiva o teológica, no hay referencia a un Gran Espíritu ni a un Dios. Su metafísica pre-animista no es conceptual, aunque sí racional porque el intelecto también se maneja con universales no conceptuales. Sus preocupaciones pre-animistas se refieren a lo numinoso que está en él y en el mundo. Ello no se vierte en una preocupación cosmológica ni antropológica.

 

68. El Homo habilis no es un ser ontológico como el griego y medieval, ni epistemológico como el moderno. El Homo habilis es un ser vital asido por lo numinoso. Antes de la concepción de la vida eterna, los dioses y los espíritus, fue primero la idea de lo numinoso, la misma que se convierte en un medio de evolución racional y ética de la conciencia.

 

69. Antes de concebir la plenitud de la vida en el otro mundo, ésta se mezclaba con este mundo. Los fantasmas y las almas todavía no son vistos como habitantes de un trasmundo, sino de este mundo numinoso. La humanidad por más de 1 millón de años a través del Homo habilis protagoniza una aventura intelectual numinocrática. Lo numinocrático es la forma de filosofar más arcaica de filosofar y responder a los misterios de la vida y del mundo. Su herramienta mental es el concepto-imagen de la percepción e imaginación. Es lo perceptual imaginativo lo que conduce hacia lo metasensible en la Edad de Piedra, operación gnoseológica subyacente en la magia. Y como observa Frazer, es más antigua que la religión, ese producto cultural refinado que exige una capacidad apreciable de abstracción, o en otros términos el hombre primitivo filosofa mágicamente y que lo llevará en el paleolítico final a pensar por primera vez en la idea del alma (Neandertal).

 

70. El prehistórico filosofar en su primera etapa con el Homo habilis es numinocrática.  La imaginación vincula lo sensible con las ideas y se genera el concepto-imagen. El concepto-imagen es el instrumento espiritual por excelencia del hombre prehistórico para pensar y ahondar su hominización-humanizante. Aristóteles coloca a la imaginación entre la sensación y el pensamiento (De Anima III, 3). Kant lo sigue y enfatiza que en la estética hay ideas sin concepto. Es decir, el hombre para pensar no requiere del concepto, bastan las ideas. Es lo que Xavier Zubiri llama la “inteligencia sintiente”.  Ese vuelco hacia las imágenes que son producto de la imaginación y que es realizado por el intelecto es el primer paso del conocer intelectual con el Homo habilis. Filosofar por imágenes fue lo característico del filosofar del hombre del paleolítico.

 

71. Pensar por imágenes es anterior a pensar con símbolos. Lo numinoso es eso justamente, una imagen más al alcance de un símbolo que de un concepto lógico. Los dibujos de las cuevas prehistóricas de Altamira y Lascaux no pertenecen al homo habilis, pero son captación primaria del mundo, poseen un contenido ideal, es interno a la cosa misma, y su verdad es determinada por fines y valores. Pero lo mismo sucede con las piedras talladas del Homo habilis. Lo cual habla de lo eterno en el hombre y la naturaleza, y contienen una metafísica espiritualista. En una palabra, expresan la metafísica natural del espíritu humano, una filosofía perennis que contiene la idea de sustancia, Ser, Valor, causa eficiente, causa final, confianza en el concepto-imagen. O sea, no hay primacía del sentido lógico sobre los demás sentidos.

72. La capacidad humana para pasar de un sistema lógico a otro ha estado presente en él desde el principio, es parte del alma intelectiva. Lo cual planea un problema lógico. Cuál es la lógica del hombre prehistórico. El pensar del hombre del paleolítico puede suprimir el principio de no contradicción, pero no puede permitir que todas sus tesis sean contradictorias. Por ello, el hecho que su lógica heterodoxa incluya axiomas y reglas de inferencia es una poderosa señal que indica que preparan el camino hacia la lógica clásica. Por más que una lógica heterodoxa paraconsistente –que carece de los principios de no contradicción y tercio excluso- guiara su pensamiento, su necesidad de convivir y sobrevivir lo llevó a manejar simultáneamente junto a una lógica de primera especie –alolinguística y anómica- otra lógica de segunda especie –Thética polivalente finita e infinita como Athética deóntica normativa-.

 

73. Es decir, sin la lógica heterodoxa del hombre del paleolítico no tendríamos la muy posterior lógica clásica. La gran variación de la melodía de la razón es uno de los enigmas más recónditos de la existencia humana. Pero señala el carácter antrópico de la realidad y   de la creación misma, como si estuviera diseñada para que el hombre pudiera penetrar en ella, conocerla, dominarla y respetarla. Lo fundamental es que el proceso de hominización enseña que el sistema de la razón no depende exclusivamente del sentido lógico, como piensan los epistemólogos logicistas, sino que actúa en conjunción con otros sentidos –perceptual, intuitivo, emocional, estético, ético religioso, conceptual-.

 

74. No sólo existe el universal lógico sino también el universal perceptual, intuitivo, emocional, estético, ético y religioso. Si estos sentidos significativos no hubiesen existido simplemente el proceso de hominización hubiera sido imposible. El sentido lógico no es el único tipo de sentido. De ahí que, las condiciones suficientes de logicidad no son las condiciones ontológicas necesarias de la razón. La revolución copernicana consiste aquí en que son las condiciones ontológicas necesarias de la razón las que hacen posible los diversos sentidos de la razón, incluido el lógico.

 

75. Es bueno pulverizar aquí la idea de que las grandes preguntas filosóficas que afectan al ser humano sólo comienzan con la escritura y el pensar conceptual-abstracto. Esta confusión conceptolátrica no entiende que el hombre de todos los tiempos, incluido el prehistórico, siempre estuvo asediado en su existencia y pensamiento por las preguntas límite del misterio del mundo. Por ende, el pensamiento humano no necesita llegar a la fase del concepto lógico para afrontar las preguntas últimas sobre el sentido del universo. Pues el pensamiento-imagen y el simbólico también lo hacen. La filosofía es una necesidad existencial. Y las necesidades existenciales son de carácter espiritual y no biológico, teórico, psíquico o social.

 

76. El Homo habilis es la primera demostración extraordinaria de pensamiento simbólico. Afrontó los retos y desafíos el momento ahondando más allá de lo empírico abriendo trocha en lo metaempírico. Plasmar la forma sobre la materia, lo inteligible sobre lo sensible delineó el derrotero de la especie humana. Sin embargo, todavía se halla sumergido en lo real maravilloso del mundo. Su mirada inocente, humilde y prístina le revela un mundo mágico, misterioso y repleto de enigmas. El ser se le manifiesta a su mirada casta y pura. El ser le habla. El principio antrópico apenas ha brotado en ese carroñero de una manera tan tenue que no logra separarlo del Todo. Su unión con el Todo de lo viviente es vigorosa y fuerte aún. Vive rodeado de peligros, aun no domina el fuego, pero ya nadie lo supera como carroñero, ni siquiera las grandes hienas. De excelente vista llega primero que todos a las piezas muertas y puede llevarse los mejores trozos.

 

77. Compuesto de pequeños grupos familiares lo conseguido le basta para salir del hambre y tenerse bien abastecido y alimentado. Su sentido familiar se fortalece. Brotará de su convivencia las primeras e incipientes normas morales. Todavía toscas pero suficientes para abrir el camino de la vida normativa. Protegido en las chozas de ramas que sabía hacer, nuestro carroñero nómade logra extender su existencia por más de 1 millón de años. Todo un éxito, en comparación con el Homo sapiens sapiens que no llega a los 200 mil años y corre el riesgo de extinguirse termonuclearmente. El Homo habilis cumplió de modo asombroso y prodigioso su puesto en el cosmos.

 

 

EDAD DE LA METAFÍSICA NUMINOCRÁTICA ANIMISTA

 

SUMARIO: -Filosofía numinocrática animista del Homo Erectus. -Advenimiento del animismo. -El pre-chamán. -Revolución del dominio del fuego. -Nueva tecnología. -Desarrollo lento pero firme de la razón funcional o instrumental. -Avance de la razón substancial o simbólica. -Del clan a la horda totémica. -Sueños, almas, fantasmas y demonios. -Adoración sin religión. -El proto-mago carroñero. -Numinoso cono lo espiritual. -Filosofía del mundo mágico. -Primacía de lo vivido en lo numinoso. -Los grabados geométricos. -Mayor actividad espiritual. -Lenguaje articulado primario. -Pensar con imágenes. -Más allá del concepto-imagen. -Crece orden antrópico. -Universal perceptual enriquecido con universal intuitivo. -No hay oposición entre ser y aparecer. -Conceptos alegóricos no conceptuales.

 

78. La filosofía prehistórica tiene como Segundo Período la llamada EDAD DE LA METAFÍSICA NUMINOCRÁTICA ANIMISTA, y corresponde al homo erectus de hace 2 millones a años a 70 mil años.

 

79. Con el Homo erectus adviene el animismo. Pero su animismo es de primera instancia. Es el primer desarrollo del ente extramundano, pero presente en la inmanencia. Se abre paso la idea del alma, todavía no individual sino colectiva como el difuso Espíritu de la Tierra. El mundo sigue siendo numinoso, en consecuencia, mágico. No brotan de golpe el chamán sino el pre-chamán. Lo extramundano cobra mayor importancia que el ser intramundano. Su conciencia no se disuelve en una “experiencia oceánica” sino que se vuelve más onírica y mántica.

 

80. La especie sucesora del Homo habilis es el Homo erectus. Y por sus características físicas y mentales llegaría mucho más lejos que su antecesor. No hay duda de que lo hizo. Tres son los grandes avances de esta nueva especie hombre: cambio en la tecnología de la piedra o la llamada industria achelense, el uso del fuego y el inicio de la caza. La evidencia más antigua del uso de hogueras se halla en China y en Hungría con una antigüedad de 500 mil años. El homo erectus vivió entre 2 millones de años y 70 mil años, vinculándose su extinción a la teoría de la catástrofe del mega volcán de Toba. Es decir, aparece a la mitad del Paleolítico Inferior para desaparecer en el Paleolítico Medio Antiguo entre 300 mil a 200 mil años. Aunque sus restos han sido hallados en África (Homo ergaster) y Europa, la tendencia actual se reserva el nombre de Homo erectus para los fósiles asiáticos de China e Indonesia. En su dilatada historia el volumen de su bóveda craneal aumentó de 850 cm³ a 1,100 cm³. De gran nomadismo. De mandíbula fuerte, frente huidiza, dientes pequeños, mayor dimorfismo sexual, robusto y de 1,80 m de estatura.

 

81. La industria lítica achelense localizada en África, Europa y Asia se extendió primero por Kenia, luego por Tanzania y Etiopía. Se atribuye su primer uso al Homo ergaster. La cosa es que con la nueva tecnología los cortes resultaban más precisos, rápidos y delgados. El resultado serían mejores cuchillas y la invención del hacha. Principalmente emplearon el basalto, el pedernal y la piedra caliza. Fabricaron herramientas más pequeñas o secundarias, lo que indica que el fabricante conocía paso a paso la secuencia para crear varias herramientas en un proceso. El objetivo era crear una forma sin asperezas mediante un trabajo muy fino de martilleo. Los yacimientos africanos tienen una datación más antigua (1,8 millones de años). En Oriente Medio, especialmente Israel, se remontan a 1,4 millones de años. Y en Asia (Indonesia, India, China) se retrotrae a 1,2 millones de años. Mientras que en Europa la industria achelense hace su aparición hace 600 mil años.

 

82. El achelense superior comienza avanzada la Glaciación de Riss (hacia el 140 000 a. C.), continuando en el interglaciar Riss-Würm (125 000-100 000 a. C.), acabando ya en el primer período würmiense (iniciado el 100 000 a. C.). Las hachas bifaciales son muy avanzadas, lanceoladas, con punta retocada y aristas laterales rectilíneas. Hallazgos del período se ubican en Francia, Portugal, España, Bélgica e Inglaterra. Lo cierto es que desde el Paleolítico Inferior de la industria lítica Olduvayense del Homo habilis, pasando por la industria achelense del Paleolítico Medio del Homo erectus, hasta llegar a la industria musteriense del Paleolítico Medio del Homo de neandertal, se observa un desarrollo lento pero firme de la razón funcional o instrumental, o sea aquella que sirve para dominar los objetos del mundo.

 

83. Pero el desarrollo de nuestra estirpe no solo se caracteriza por el despliegue de la razón funcional o instrumental a través de las herramientas líticas sino también por el avance de la razón substancial o simbólica en su vida espiritual. Razón funcional –donde la razón se identifica con dominio- y Razón substancial –donde razón se identifica con fundamento o sentido de la vida y del mundo- van desarrollándose de modo parejo y retroalimentándose. Existe una simbiosis entre ambas desde el tiempo arcaico. La dialéctica de razón prehistórica demuestra que la racionalidad no se puede fundar solamente en una teoría de la conciencia ni en una teoría del lenguaje sino en tres ejes fundamentales, a saber, el pensamiento, la acción y el mundo. Por el primero se define la forma inteligible, por el segundo transforma el medio y se transforma en amo, y por el tercero se reconoce que hay algo previo, objetivo y externo a todo pensar y hacer. 

 

84. Al contar con mejores instrumentos los Homo erectus pasaron del clan de los pequeños grupos familiares del Homo habilis a la horda conformado por grupos más grandes y mejor organizados. La horda tiene como desafío espiritual definir el ancestro común, ya sea natural, humano o animal. Nace el Totemismo como conjunto de creencias que da cohesión social.

 

85. Por primera vez lo numinoso ve adquirir una manifestación concreta en objetos inanimados o fenómenos naturales. El antropólogo E. B. Tylor lo propuso como definición mínima de religión y creencia en seres sobrenaturales. Entraña la creencia en almas individuales, almas-fantasmas, posesión demoníaca, brujería y magia. No obstante, aquí cabe una observación. Da la impresión de que Tylor da un salto muy brusco desde el animismo a la creencia en las almas. El paso de la conciencia pre-animista –que ve lo numinoso de modo difuso en toda la naturaleza- a la conciencia animista –que ve lo numinoso en determinados fenómenos concretos- no implica necesariamente de golpe la concepción de la idea del alma individual, ni la creencia definida en seres sobrenaturales.

 

86. Se corresponde, más bien, con un estado intermedio, donde la definición mínima de religión signifique la creencia en un símbolo icónico general de relación con la naturaleza. El ser animado o inanimado del que dice descender la tribu del Homo erectus implica una relación especial con las fuerzas naturales, animales o plantas. En realidad, se trata de adoración sin religión. Todavía no aparece el brujo o chaman del que habla Claude Lévi-Strauss, sino lo que se tiene es un proto-chamán o proto-brujo, que determina de modo grupal el tótem en cuestión. Incluso el dominio del fuego por el Homo erectus puede llevar a esta fuerza natural a una especie de adoración totémica singular. Lo que representa un salto mental significativo. También la actividad cazadora llevaría al mejor cazador vivo o difunto a la adoración de su habilidad impar.

 

87. En suma, son muchas las posibilidades abiertas por la inteligencia del primitivo Homo erectus. Pero en todo caso, se trata de una filosofía numinocrática animista de primera instancia, o sea adoración sin religión, ni creencia en seres sobrenaturales, ni idea del alma individual. El animismo de primera instancia es la apertura de un mundo mágico con proto-brujos y proto-chamanes. La magia es anterior a la religión, pero no implica la existencia inmediata de magos y chamanes, y esto se puede afirmar en contra de las ideas de Frazer.

 

88. El proto-mago fue el filósofo numinocrático del Homo erectus por milenios. El alumbramiento del animismo no da como resultado súbito la inmediata aparición de la idea del alma y menos del alma individual. Las visiones en el sueño del hombre muerto por el Homo erectus no lo llevaría de forma inmediata a concebir la existencia del alma después de la muerte. Esta idea compleja requiere de una separación más nítida entre el mundo de lo inmanente y el mundo de lo trascendente. Lo cual no aparece claro en el animismo de primera instancia del Homo erectus.

 

89. El Homo erectus era carroñero, aunque llega a inventar la cacería mayor. En el yacimiento de la sierra española de Atapuerca hay un ajuar funerario que testimonia que el Homo erectus concibió ideas trascendentes hace 300 mil años. Se trata de más de mil huesos de por lo menos más de una treintena de individuos diferentes. Estos restos humanos están acompañados por la de otros animales no herbívoros. Lo cual es muy significativo. Pues si los animales herbívoros eran habitualmente consumidos por los Homo erectus, no así era el caso de los animales carnívoros. La interpretación simbólica animista más adecuada se ajusta al acto totémico de conservar la fuerza del animal adorado. En esta etapa final del Homo erectus se percibe una nítida actividad espiritual.

 

90. Heredero de la idea del Homo habilis de la Vida como fuerza en todas las cosas, incluso en las inanimadas, el Homo erectus empezará a desbrozar lentamente la creencia en el Espíritu. Sin embargo, el mundo de la muerte no lo concibe desligado de este mundo. El espíritu de los entes adorados vive en este mundo inmanente, pero la inmanencia está insuflada también de trascendencia, por eso vive en un mundo mágico, donde el sueño se mezcla con la realidad y la realidad no se limita a lo visible abarcando lo invisible.

 

91. Si alguna diferencia se percibe entre la metafísica pre-animista del Homo habilis y la metafísica animista del Homo erectus es que lo numinoso pasa a un nuevo nivel de concreción, el cual exige adoración, pero aun sin la idea de dioses ni de alma. Todavía no se concreta el divorcio entre lo sagrado y lo profano, lo inmanente y lo trascendente. El mundo sigue siendo mágico y misterioso a la vez. Lo cual significa que la mitología no es la metafísica primera de la humanidad, ni la conciencia mítica conforma la unidad de la existencia concreta, como pensaba Georges Gusdorf. Sino que lo numinoso es la metafísica primera del hombre primitivo y la conciencia numinocrática conforma la unidad de su existencia concreta.

 

92. El análisis de la filosofía prehistórica ayuda a dar un nuevo sentido a la comprensión de la filosofía misma como búsqueda del sentido del mundo y como experiencia existencial. La filosofía antes que un sistema lógico es una respuesta existencial al misterio del mundo. En este sentido, la filosofía prehistórica muestra a la razón en su manifestación prístina como un complejo de sentidos significativos –perceptual, intuitivo, estético, ético, religioso, lógico-.

 

93. Por eso, antes que los mitos fue su relación numinocrática con la realidad lo que permitió a la humanidad naciente subsistir. La primacía con lo vivido no está en el mito sino en lo numinocrático y, por ello, la filosofía antes de ser ordenación de conceptos es comprensión de la existencia real de la humanidad en una metafísica vital encerrada en la prehistórica filosofía numinocrática. Aquí no se tratan de grandes sistemas filosóficos sino de incipientes explicaciones vitales ante el enigma del mundo y de la vida.

 

94. La conciencia existencial es la primera manifestación de la conciencia intelectual, incluso es su corazón ontológico de la cual nunca logra desprenderse. La filosofía numinocrática prehistórica representa el nacimiento del universo como intuición existencial antes que como discurso categorial. Es la primera apertura del mundo inteligible ante el mundo vivido. Es la revelación del misterio como fundamento de la realidad. Lo numinoso presenta a la razón en su estado prehistórico. Por ello, lo específicamente humano no es el mito sino percibir lo numinoso. Pero lo numinoso es necesario, pero no suficiente y requiere ser complementado con las fuerzas del intelecto.

 

95. En realidad, la intención numinosa es el principio de toda trascendencia posible y se inserta en la escatología de la razón. La intención numinosa está en todos los grandes filósofos de la historia, protohistoria y prehistoria. En 2014 la revista Nature publicó los grabados geométricos posiblemente realizados por un individuo de Homo erectus en la concha de una especie de bivalvo del género Pseudodon, en el sudeste asiático. La datación del sedimento confirma la antigüedad de las conchas en algo superior a los 400.000 años. Los grabados geométricos no se repiten en los más de 160 ejemplares de Pseudodon de la colección de Dubois. Es posible que algún individuo Homo erectus tuviera la capacidad de realizar dichas figuras. Lo que demuestra que la capacidad cognitiva del Homo erectus es muy superior al Homo habilis y que entre sus miembros existieron individuos extraordinarios con capacidades imaginativas y de abstracción que va más allá de la simple capacidad de adaptación y para sobrevivir en ambientes muy diferentes. En realidad, la mayor hazaña de nuestros ancestros no puede reducirse a un mero acto de sobrevivencia. A ello lleva la mera evaluación empirista y positivista. Para superar esta limitación hay que iluminar la asociación intrínseca que existe entre la razón instrumental y la razón substancial desde tiempos inmemoriales.

 

96. Sobre la identidad del grupo humano de la Sima de Huesos en la Sierra de Atapuerca, España, que acumuló   hace    430   mil   años   gran   cantidad   de entierros en dicho lugar se ha pretendido atribuir a un supuesto grupo de Neandertalenses arcaicos. Pero todo indica que en el Paleolítico Inferior se produjo un rápido crecimiento del volumen encefálico entre los Homo erectus europeos y africanos, después de miles de años de estancamiento. Y es a este grupo humano y no a otro al que corresponde. El deseo narcisista de negar a otras especies humanas actividades que se consideran patrimonio de la nuestra no se sostiene y está condenada al fracaso.

 

97. Otro aspecto controvertible es si el Homo erectus hablaba. Al hacerse sus grupos más numerosos, mejorar sus campamentos, transmitir conocimientos, involucrar técnicas con aprendizajes más largos y al aumentar rápidamente su volumen encefálico, hace evidente que aumentaron sus necesidades de comunicación y dieran los primeros pasos hacia el lenguaje articulado. Pero la existencia de un estudio que ha analizado el hueso hiodes descubierto en Castel di Guido, cerca de Roma y datado hace 400 mil años en el Homo erectus concluye que no se ven impresiones de los músculos en el hueso, que indicarían que el hiodes podía subir y bajar, modular el tracto vocal y modular la voz. En suma, no es que el Homo erectus no podía comunicarse, lo hacía con variedad muy rica en diversos sonidos, pero, al parecer, no estaba capacitado para hablar, su capacidad para comunicarse con un lenguaje articulado era menor al de un neandertal y de un hombre actual pero muy superior al de un australopiteco.

 

98. Es cierto que el lenguaje afina el pensar, pero no sólo se piensa con lenguaje articulado sino también con imágenes. El concepto-imagen que tanto útil le resultó al Homo habilis sería llevado a un nivel superior por el Homo erectus. El lenguaje inarticulado (gestos, símbolos, señales) pronto le resultaría insuficiente. De ahí su capacidad para hacer figuras geométricas y necesidad de expresarse mediante palabras, sílabas y oraciones. La complejidad de su pensamiento lo llevaría a abrir el camino para el lenguaje articulado más rico con el Homo de neandertal. Pero otro elemento importante a considerar con relación a la aparición del lenguaje articulado es el surgimiento de la tendencia a la especialización hace 300 mil años. Las relaciones sociales se complejizan y los pensamientos se vuelven más profundos y amplios. Y esto acontece con el Homo erectus. El análisis científico de los restos fósiles demuestra que el lenguaje articulado surgió plenamente en el hombre del tipo Cromañón, hace 40 mil o 50 mil años en el Paleolítico superior, pero su desarrollo en la especie humana duró milenios.

 

99. Su prehistoria se extiende al Homo erectus y en el Homo habilis. Estudios en la Sierra de Atapuerca (España) evidencian que Homo antecessor, hace unos 800.000 años, tenía la capacidad en su aparato fonador para un lenguaje articulado como para ser considerado simbólico. Incluso en el Homo habilis hace unos 2 millones de años, ya existía un lenguaje articulado embrionario pero eficaz para transmitir información sobre la fabricación de los zafios instrumentales. El lenguaje articulado puede tener un fundamento biológico pero su desarrollo es cultural y, en este sentido, espiritual.

 

100. Sí el Homo habilis pensaba y mucho, cuánto más no debía hacerlo el más complejo Homo erectus. Su avance hacia el lenguaje articulado haría posible que sus respuestas fueran más allá del concepto-imagen para avanzar hacia el concepto lógico. Lo cual no significa que dicho avance estuviera despojado del halo de la interpretación del cosmos como totalidad viviente o animada. Hablar es inventar, como tal su capacidad poética experimenta su aparición. La poesía no es algo subjetivo sino participación analógica en la epifanía del ser. Lo simbólico se enriquece con lo alegórico y figurativo. El espectáculo del mundo lo lleva hacia el animismo y lo poético.

 

101. El Homo erectus ya no solamente fabrica herramientas, sino que habla y habla mucho más que el Homo habilis. Y hablar es connotar y enfatizar, las emociones y pensamientos se vuelven más profundos y extensos. Al dejar el clan e insertarse en la horda se hace imperativo el orden. Algo había cambiado y ese algo era su propio modus vivendi. Surge el principio antrópico. Los enterramientos humanos se suceden. El hablar y ser un fino fabricante de herramientas hace que el “ser a la mente” sea no sólo de entes a la vista sino de entes invisibles. Nace el animismo. Pero el animismo del Homo erectus es de primera instancia. Es decir, se trata de un primer desarrollo del ente extramundano, pero presente en la inmanencia. Se abre paso la idea del alma, todavía no individual sino colectiva como el gran Espíritu de la Tierra. El mundo sigue siendo numinoso, en consecuencia, mágico. Pero no brotan de golpe los chamanes ni los brujos, sino el pre-chamán. Lo extramundano cobra mayor importancia que el ser intramundano. Su conciencia no se disuelve en una “experiencia oceánica” sino que se vuelve más onírica y mántica.

 

102. El universal perceptual es enriquecido con el universal intuitivo, que lo conduce al libre juego ideatorio de la imaginación en un pensar no meramente utilitario, sino animista. Esto es, la cosa no sólo es portadora de lo numinoso sino de “algo” más concreto, aunque invisible, al alcance de la vida intuitiva y onírica. Ese algo no es todavía visto como una deidad ni un alma, pero exige adoración. No está fuera de este mundo, pero es superior en el mundo. Es todavía una adoración sin religión. La edad de la filosofía numinocrática animista del homo erectus es una visión intuitiva más concreta de la totalidad animada, que se instala en la adoración y que prepara el horizonte para la venidera separación entre lo sagrado y lo profano.

 

103. En la segunda edad de la filosofía prehistórica en la que está instalado el homo erectus, no hay oposición entre el ser y el aparecer, lo fenoménico no aparece como lo ilusorio, vano, engañoso y opuesto al ser. Sino que en la propia realidad fenoménica irradia la luz radiante de lo numinoso en la que el ser se expresa. El ser tiene vocación de aparecer, ser es manifestación de la existencia, y la mirada prístina del hombre prehistórico capta sin ninguna desvalorización subjetiva el ser en su aparecer. Efectivamente, en el filosofar prehistórico el mundo fenoménico es el mundo real en sí y aprehensible perceptual e intuitivamente. Esta filosofía intuitiva puede dar cuenta de la situación metafísica del ser como aparición numinosa y mágica.

 

104. La filosofía intuitiva numinocrática se expresa de conceptos-alegóricos y no mediante conceptos-representativos. Los conceptos-alegóricos son transreales porque van más allá del mero sentir y es identificación del alma con las fuerzas creadoras de la vida. Expresado no en un lenguaje representativo, conceptual lógico, sino en un lenguaje creativo, intuitivo y participativo se compenetra del arcano metafísico cuya sintaxis viene del cosmos y retorna al cosmos. El problema metafísico central de la filosofía prehistórica se va perfilando en el Homo erectus para desembocar en un derrotero en que sucumbe la identidad entre ser y fenómeno y se abrirá un hiato entre el ser y el aparecer. Será un tránsito en que hay mucho que se pierde, pero también mucho en lo que se gane. La filosofía intuitiva prehistórica dejará su lugar a una filosofía simbólica más compleja donde el abordamiento iluminístico del aparecer se manifieste primero en los viajes chamánicos al otro mundo y luego en las narraciones míticas.

 

 

EDAD DE LA METAFÍSICA NUMINOCRÁTICA ESPIRITUALISTA

 

SUMARIO: -Tercer período numinocrático espiritualista. -Neandertal descubre el alma. -Reina en el paleolítico medio. -Cruzaron Beringia. -Tuvieron ritos funerarios. -Mayor desarrollo de simbolismo. -Tuvieron lenguaje y cognición avanzada. -Lo sagrado como inmanencia con trascendencia. -Pintura rupestre como ceremonia espiritual. -Idea del “más allá”. -Complejización del concepto-imagen. -Sabiduría intuitiva oracular. -La conciencia alterada. -Vislumbra lo mitomórfico del chamán. -Desarrollo del sentido espiritual. -Convivencia de lo sagrado y lo profano. -Lo mitomórfico inicial del Neandertal. -Trasmutación espiritual. -Mutación ontológica ritualista. -Compasión arraigada. -Valor y principio antrópico. -Crece el sentido de persona. -Lo espiritual en la inmanencia.

 

105. El tercer período de la filosofía prehistórica se denomina la Edad de la metafísica numinocrática espiritualista, corresponde al Hombre Neandertal y se extiende de 230 mil a 28 mil años A.C.

 

106. Con el Homo sapiens Neandertal adviene el descubrimiento del espíritu y del alma, como seres sobrenaturales presentes en el mundo. Es una instancia superior en la concreción de la experiencia numinosa del hombre prehistórico. Ya no se trata de la metafísica perceptual-imaginativa de lo numinoso como lo sagrado difuso del Homo habilis, ni de lo numinoso como metafísica intuitiva de lo sagrado concreto en el tótem del Homo erectus, sino de lo numinoso como metafísica de lo sobrenatural que está en el mundo. Se abre paso a la idea trascendente del alma y los seres espirituales.

 

107. El Paleolítico medio es la época de los Neandertalenses. Han quedado atrás 2,5 millones de años del Paleolítico Inferior del Homo habilis y el Homo erectus. El paleolítico inferior culmina con el éxito evolutivo del Homo erectus que logra expandirse por toda Eurasia, domina el fuego, inventa el hacha, levanta campamentos, del clan pasa a la horda, efectúa grabados geométricos en conchas, conchas perforadas, y paredes de cuevas (Cueva del Castillo, por ejemplo), da pasos firmes hacia el lenguaje articulado y perfecciona el pulido de la piedra usando martillos de percusión blandos.

 

108. El neandertal es homo sapiens descendiente del Homo erectus. Irrumpe hace 230 mil años en Europa, Oriente Próximo y Medio y Asia, para desaparecer misteriosamente hace 28 mil años. Se piensa que las mutaciones son las responsables tanto de la conectividad cerebral, el aumento del tamaño del cerebro como de la aparición de nuevos tipos humanos. Los neandertales eran robustos, extremidades cortas y de rostro arcaico. Los huesos fósiles descubiertos hasta hoy (unos 400 individuos) era de esqueleto robusto, extremidades cortas, tórax en barril, arcos supraorbitarios resaltados, frente baja e inclinada, faz prominente, mandíbulas sin mentón y una gran capacidad craneal de 1.500 cm³. Coincidieron con la última glaciación llamada Würm o Edad de Hielo, la cual comenzó hace 110 mil años y finalizó hacia el 12 mil a.C., llegando a alcanzar una temperatura media 10 o 12 grados más baja que la actual (glaciaciones). Se supone que, por 19 mil años, los grupos primitivos del Asia tuvieron la oportunidad de cruzar el «puente de Beringia». Tiempo fue suficiente para que los primeros grupos humanos y otras especies procedentes de Asia llegaran al norte de América.

                

109. Otro elemento sumamente significativo es que tuvieron ritos funerarios. En el yacimiento italiano de Circeo se halló un cráneo rodeado por un círculo de piedras, en el yacimiento uzbeko de Teshik Tash apareció el esqueleto de un niño protegido por un círculo de cuernos de cabra hincados sobre el suelo. En otros restos se han hallados huesos de oso rodeados de materiales en círculo. Lo que lleva a fueron los primeros en pensar en el Mito del Oso. Por otro lado, muy pocos llegaban a los cuarenta años. Y no era por mala alimentación sino por riesgos ambientales y ocupacionales. Estaban bien alimentados. Inventan la lanza. Inventaron el llamado arte rupestre, pero hay quienes sostienen que se trata de representaciones de ceremonias chamánicas.

 

110. Otras señas sorprendentes de pensamiento simbólica en los neandertales son las Venus de Berejat Ram y de Tan Tan (figuras antropomorfas de entre 200.000 y 300.000 años); los círculos de piedras de hace 175.000 años en la cueva de Bruniquel, en el suroeste de Francia; y el uso de plumas de aves como ornamento o como capa, documentado en Gibraltar. Lo cual demuestra su capacidad para el pensamiento simbólico. Practicaba el canibalismo ritual entre algunos grupos del Paleolítico Medio. Lo que se asocia al gran abundamiento de restos infantiles. Tuvieron lenguaje articulado. Tenían maquillaje y ornamento personal.

 

111. Sus herramientas líticas corresponden a la llamada cultura musteriense y, en su etapa final, a la cultura Châtelperroniense. Algunos han atribuido la capacidad simbólica a la cultura Châtelperroniense, eso es al Neandertal en su etapa final. Pero las numerosas pruebas que confirmarían que los neandertales tuvieron lenguaje, cognición avanzada y pensamiento simbólico, desmienten esta posibilidad. Sobre su extinción se han formulado varias hipótesis. Se descarta la que contempla la rigurosidad de la última glaciación porque los neandertales se hallaban muy bien adaptados al frio. La hibridación con el Homo sapiens sapiens parece probable por el mapeo del ADN. Pero no se puede descartar su falta de competencia por los recursos debido a su poca población y por la población diez veces más numerosa del homo sapiens sapiens. Otra hipótesis enfatiza la trasmisión de enfermedades tropicales por seres humanos que emigraron de África. Finalmente, otra teoría vincula su desaparición a la desaparición del supervolcán de los Campos Flégreos en Nápoles, Italia, hace 39 mil años. 

 

112. Ahora bien, la interpretación del pensamiento simbólico del Neandertal se ha divido en dos frentes: la inmanente naturalista y la trascendente sobrenaturalista. La primera sostiene que la conciencia existencia no sólo del neandertal sino del paleolítico en general es horizontal, secular, inmanente y naturalista. Como prueba de ello exhiben las pinturas rupestres de animales y figuras humanas en las cavernas prehistóricas. Esta interpretación no niega la existencia de lo sagrado en el nómade recolector cazador, pero afirma que no concibe lo trascendente porque en su conciencia paradójica primero es el todo antes que la parte. Pero esta concepción del Paleolítico como pura inmanencia horizontal sin trascendencia vertical no explica la razón de ser de los enterramientos rituales que se manifiesta a partir del Neandertal. Ver lo sagrado como pura inmanencia sin trascendencia puede ser admisible en la metafísica pre-animista del Homo habilis y hasta en la metafísica animista del Homo erectus, pero resulta bastante controvertible su negación en el Homo Neandertal.

113. En primer lugar, lo para nosotros es arte para el hombre prehistórico resultaba ser religión. Cometemos anacronismo al llamar “arte” a las pinturas rupestres del prehistórico. Su pensar estético es al mismo tiempo pensar metafísico-religioso. Ese es el significado más plausible de las impresiones en negativo de manos en las cuevas del periodo, por ejemplo. Igual sucede con los círculos de piedra y hueso en los enterramientos humanos y del oso. Representar lo sagrado como mera inmanencia sin trascendencia no requeriría de tanto rito, se lo abandonaría en el campo, la estepa o en la cueva sin mayor detalle. Algo tuvo que cambiar en la idea misma de lo sagrado con el Neandertal. Y ese algo fue la profundidad metafísica de lo numinoso. Todo indica que surge la idea del alma, del espíritu. Esta idea del alma no es la primera metafísica del hombre prehistórico, sino que es un salto cualitativo en su desarrollo como criatura metafísica dentro de la especie humana.

 

114. Con el Neandertal la especie humana expresa su capacidad para percibir lo sagrado separado de lo inmanente. Es la primera gran manifestación de lo trascendente. Pero tampoco es legítimo atribuir a esta primera manifestación de lo trascendente un carácter complejo y sumamente abstracto. Se trataría de una idea de lo trascendente como simple “más allá” de las cosas invisibles. Pero esto aparentemente “simple” para nosotros, resulta sumamente avanzado para el hombre prehistórico del Paleolítico Medio.

 

115. Pues en realidad el concepto-imagen se vuelve más complejo con operaciones figurativas, simbólicas, metafóricas y analógicas. Su interpretación del cosmos se enriquece, pues la totalidad viviente y animada no se extiende solamente al aparecer fenoménico sino también al aparecer transfenoménico, lo invisible y onírico.

116. Su forma de sabiduría no sólo es instrumental, sino mántica, pática, mágica y mítica. Aparece el chamán, el mago y el brujo. Estos encarnan la figura filosófica de la época. Surge la creencia en seres sobrenaturales y en el alma. El sentido de su sabiduría es intuitivo-oracular. Se trata de una filosofía simbólica sin dioses ni religión, pero con la creencia en la idea del alma y la vida de ultratumba.

 

117. Sería común la experiencia de lo sagrado mediante la conciencia alterada, el trance y la posesión. La idea del alma es la primera experiencia de lo sagrado como aquello trascendente. Con el neandertal la espiritualidad del hombre primitivo deja de ser plenamente horizontal e inmanente. Es el primer salto firme hacia lo vertical y el abandono de la horizontalidad de la inmanencia. Es la primera vez en que la mentalidad participatoria del hombre primitivo se entrena en el acceso al mundo de lo sagrado. Esta actitud lo pone en condiciones de alcanzar la auténtica revelación de lo real en la captación del “más allá”.

 

118. Su pensamiento simbólico admite intuitivamente en la realidad una vida visible y otra vida invisible. No se plantea inferencias lógicas sino el esplendor de una visión. Lo cual no significa la existencia de otros principios lógicos para cada especie humana, sino otro uso de los mismos principios lógicos. Su comprensión implica ir más allá del principio de identidad y de razón suficiente del intelectualismo racionalista. El filosofar simbólico emplea la analogía, la lógica paraconsistente y la armonía de los contrarios. Se echan las bases lógicas para el pensamiento chamánico más desarrollado y el mítico. Esto indica que el mito del oso más que una narrativa sería una visión simbólico-analógico de lo que la cosa “oso” representa como espíritu. En realidad, con el Neandertal lo que alumbra no es el Mito –narración transreal de lo real o forma narrativa analógico-metafórica que tiene la razón ancestral de responder a los misterios del cosmos -, sino lo Mitomórfico –primera intuición de la separación entre lo sagrado y lo profano y que alcanzará su mayor desarrollo con el homo sapiens sapiens-.

 

119. El contacto del Neandertal con una mayor profundidad de lo espiritual muestra que lo divino tiene además de las tres funciones del lenguaje –indicativo, emocional y representativo- una cuarta: la paradigmática, o el don de hacerse presente simbólicamente a través de cualquier medio. Esta dimensión se relaciona con el primer salto hacia la trascendencia del Homo neandertal. De ahí que la lingüística no puede limitarse a la dimensión humana, ni limitar el hombre la captación de la realidad. Lo que en realidad experimenta la especie humana con el Neandertal es un mayor desarrollo de sus sentidos espirituales.

 

120. Ahora lo profano cobrará sentido desde lo sagrado y esta sacralidad implica una dimensión inmanente que desoculta otra dimensión de carácter trascendente. Es el primer atisbo participativo en develar el ente extramundano desde el ente intramundano y en inaugurar de modo alegórico la diferencia entre el Ser y el mundo físico. Con el Neandertal esta sabiduría del ente sagrado trascendente se halla en su fase inicial y deberá esperar milenios para su pleno esplendor con el Homo sapiens moderno. Aquí no se trata de la diferenciación clara entre lo profano y lo sagrado, de la nos habla Mircea Eliade, sino de una intuición mitomórfica normativa que da forma incluso a lo sagrado y lo profano.

 

121. Existe una frontera epistémico-ontológica entre lo mitomórfico y lo mitocrático. El primero siempre lo portará el chamán, el brujo y el mago tanto prehistórico, como ancestral y actual. Mientras que lo segundo es propio de las civilizaciones teocráticas fenecidas. Lo mitocrático auténtico implica la creencia real en lo trascendente. En cambio, el mitoide de la sociedad moderna son puras creencias inmanentes sin trascendencia. Para entender cabalmente el surgimiento de lo mitomórfico en el Paleolítico Medio con el Neandertal, hay que distinguirlo de lo mitomórfico tanto del Cromañón como de las civilizaciones antiguas que son propiamente mitocráticas. Lo mitomórfico subsiste hasta el día de hoy en las prácticas chamánicas, no así lo mitocrático en el mundo occidental, americano ni asiático, aunque sí en el mundo islámico.

 

122. Nuestro cavernícola hombre de la Edad de Hielo era un devorador de cadáveres para efectos rituales. Esta ceremonia o práctica cultual implica la idea de adoración, reverencia o devoción a una persona, cosa o situación reconocida como superior. Es un acatamiento de lo sagrado. Lo sagrado es una experiencia existencial constitutiva de la condición humana. Y en las sociedades prehistóricas es revelación de un mundo abierto a lo trasmundano, numinoso y trascendente. Lo cual supone el comienzo de una gran atracción por el misterio, lo oculto y por todo aquello que ayuda a espiritualizar la vida. Los enterramientos rituales del Neandertal indican su sensibilidad a esquemas iniciáticos. Sus ritos buscan satisfacer sus incipientes necesidades religiosas. Pero, además, cumplir con el rito representa experimentar una trasmutación espiritual, confiriendo a la muerte una función positiva para preparar el nuevo nacimiento. Los enterramientos rituales del Neandertal buscan trascender la condición humana en una palingenesia sobrehumana.

 

123. En la metafísica espiritualista intuitiva del Neandertal hay una mutación ontológica del régimen existencial. Mitos y ritos que reviven el modelo cosmogónico primitivo de la naturaleza. Mediante esta obsesión por la Vida todo vuelve a ser como había sido in illo tempore. También en la cosmogonía intuitiva prehistórica del Neandertal el ser surge del no-ser, del caos. La mente neandertal es más descriptiva que narrativa. En rigor, él no narra sino describe. No estaba capacitado para un relato con estructura textual compleja. Pero si era capaz de describir con una estructura textual simple. Esto es, mostrar la realidad tal como la percibe. De ahí el carácter intuitivo de su metafísica espiritualista y de sus incipientes mitos. En realidad, no tiene mitos sino ritos y la experiencia mitomórfica inicial de la separación de lo sagrado y lo profano.

 

124. Según las evidencias arqueológicas los neandertales tuvieron un arraigado sentido de compasión derivado de sus relaciones comunitarias preocupadas por el bienestar general. Cuidar de sus miembros que sufrían heridas o algún tipo de incapacidad física tiene que ver con algo que va más allá de la empatía que está presente en un chimpancé y primeros humanos. Se trata del sentimiento de la compasión que es una manifestación sublime del amor. Compasión es amor desinteresado que eleva la vida espiritual humana a sus más altas cumbres.  Resulta siendo la piedra fundacional de las venideras religiones sin recompensa. El caso más antiguo y sorprendente –porque habla de todo el amor contenido en estos corazones- se obtuvo de KNM-ER 1808, un ejemplar femenino de Homo Ergaster, que vivió hace 1,5 millones de años. La compasión es la emoción humana más fundamental y prueba que es característica de la especie humana desde nuestros antepasados más antiguos. Lo cual desmiente que el hombre prehistórico estaba regido por principios de fuerza, poder y competitividad. La compasión ocupa un lugar central en su vida comunal y personal.

 

125. La compasión induce a la solidaridad, sacrificio e induce a un tipo de felicidad especial, profundamente espiritual, no ligada a ningún bien material. La compasión es escuchar la voz del corazón, el cual no es movido por un bien sensible sino suprasensible. Es amor puro por la creación. Sólo el corazón puede ver lo que no muere, ni tiene comienzo ni fin, esto es, el amor, que es eterno. Por eso el corazón es adivino y el que lo hace todo porque va más allá del tiempo y habita en lo intemporal. Es auténtico amor por la vida, que para el hombre prehistórico viene envuelto en numinosidad sagrada. Ello significa que el hombre prehistórico no sólo veía con los ojos sensibles sino con los ojos del corazón.

 

126. No hay duda en son tiempos en que la primacía no la tiene la materia sino el espíritu. El desarrollo de los sentidos espirituales mostrados por la compasión es otra muestra que estamos ante una criatura de hechura metafísica y espiritual. Y es así porque no sólo el cuerpo tiene sentidos, el alma también los tiene y son de carácter espiritual. Por ello, la expresión de la filosofía prehistórica no puede darse primero por la inferencia lógica, sino por el símbolo, la metáfora, la analogía, expresables de lo intuido en una realidad numinosa que es a la vez metafísica, estética y mística. No es una metafísica de la Aletheia, ni del eidos, ni del percipi, sino de la presencia, de lo numinoso prístino, que no necesita develamiento porque se devela sola. Lo cual significa que existe un ámbito propiamente humano que es índole metafísico, espiritual, suprasensible e inteligible.

 

127. La compasión ya estaba presente en los primeros enterramientos del Homo erectus. Pero lo que se observa en el Neandertal es algo superior. Los actos del amor y odio, destacaba Franz Brentano, son más elementales que los del juicio. Y he aquí que se comprueba que el sentido emocional de la manifestación racional del Homo neandertal sufre una transformación cualitativa. En realidad, como subrayó Max Scheler, el amor y el odio descubren el valor   incluso antes de que haya sido preferido e intuido. Amor y odio representan el más alto grado de nuestra vida emotiva porque la persona se realiza a través de los valores. El neandertal es más persona que sus antecesores Homo habilis y homo erectus, y su captación de los valores es más amplia y rica.

 

128. A través de su emoción los valores son objeto de una intuición inmediata. La compasión es muy importante porque es un valor que no caracteriza cosas sino personas. Esto significa que el principio antrópico ya emergido durante el Homo erectus experimenta una profundización y crecimiento notorio con el neandertal. Con el grado más alto de la vida emotiva se conciben mejor la existencia de los valores objetivos y formales.

 

129. Por la realización del valor el individuo se convierte más en persona. La persona es la forma necesaria del ser del Espíritu. No hay espíritu impersonal, pues la esencia de la Persona es el espíritu. Más profundo que sentir un valor es preferir un valor, porque implica una elección y un acto espiritual que realiza la persona. Con la compasión el Neandertal testimonia una ampliación del amor y el odio, que posibilita el reino del valor accesible a la intuición emocional. Además, en sus enterramientos también se pone de manifiesto la compasión, porque el Neandertal vive la muerte como parte de la vida. Vive la esencia de muerte en la memoria y esperanza de la perduración de la persona más allá de la muerte. Todo lo cual ratifica que la filosofía surge antes que para responder a cuestiones lógicas a cuestiones ontológicas. Rasgo existencial que hace posible su existencia en el mundo prehistórico del hombre.

 

130. El neandertal ha dado muestras de compasión y pensamiento complejo, es capaz de producir ideas espirituales. No obstante, eso no significa que para el filósofo neandertal lo espiritual sea trascendente. El mundo se sigue mostrando lo suficientemente numinoso para que lo espiritual permanezca en la inmanencia. En todo caso hay en la misma inmanencia algo especial y sagrada que merece reverencia. La realidad todavía se revela mágica. El filósofo neandertal es el mago-chamán, que conoce la forma de manejar las fuerzas de la naturaleza para determinados propósitos –como el paso de la vida a la muerte-.

 

CAPÍTULO SEXTO

 

FILOSOFÍA MITOMÓRFICA

 

EDAD DE LA METAFÍSICA NUMINOCRÁTICA PRE-MITOMÓRFICA

 

SUMARIO: -Filosofía pre-mitomórfica del Cromañón. -Decadencia de la metafísica de la presencia. -Metafísica de la evocación. -Las Venus líticas. -Cazador de Edad de Hielo. -Cuevas como santuarios. -Revolución mesolítica. -Calcolítico. -Cuadro de Filosofía Prehistórica. -Hallar el sentido del mundo. -Innovaciones tecnológicas. -Símbolos ideomorfos. -Fortalecimiento de principio antrópico. -Arte totémico chamánico. -Inmanencia se separa de trascendencia. -Cultos totémicos. -Creencia en seres sobrenaturales. -Atar el más allá en el más acá. -Misterio de la procreación. -Ratificación como criatura metafísica. -Pérdida de unidad con el todo de lo viviente. -Filosofía como forma de vivir.

 

131. El cuarto período de la filosofía prehistórica es la Edad de la metafísica numinocrática pre-mitomórfica y corresponde al hombre moderno Cromañón del paleolítico de 40 mil a 10 mil años A.C.

 

132. La filosofía del paleolítico inferior con el Homo habilis y del Homo erectus, y la del paleolítico medio con el Homo Neandertal, está signada por una metafísica de la presencia que se deriva del sentimiento de unidad con la totalidad de lo viviente. Pero la filosofía del paleolítico superior con el nuevo hombre moderno, encarna la decadencia de la metafísica de la presencia y del sentimiento de unidad con la totalidad de lo viviente y su reemplazo por una metafísica de la evocación, que brota del sentimiento cósmico de alejamiento respecto a la totalidad de lo viviente.

 

133. No otra cosa representan las figuras femeninas de las Venus líticas, como objetos mágicos para asegurar la fertilidad y la fecundidad, y la conversión de las cavernas en santuarios para pinturas rupestres. Es el comienzo del fin del sentimiento de unidad con el todo y su sustitución con la evocación chamánica y mágica. El nuevo hombre moderno del paleolítico superior echó las bases de la filosofía mitomórfica del chamanismo que imperará durante el mesolítico y neolítico.

 

134. El Paleolítico superior es del dominio del Homo sapiens sapiens, que apareció en África hace unos 200 mil años. Es el tercero y último de los periodos en que está dividido el PaleolíticoEdad de Piedra. Está caracterizado por la preponderancia de distintas industrias líticas y sus periodos industriales se dividen en: antiguo (40-30 mil a 20 mil años), medio (20 mil a 18 mil años), y final (18 mil a 11 mil años). Se extiende aproximadamente entre los años 40-30,000 y el 12-10 mil antes del presente. Coincide con la segunda mitad del último periodo glacial, de clima muy frío, aunque con intervalos algo más templados. En este ciclo de aparición y retroceso de las glaciaciones continentales el hombre moderno del paleolítico colonizó nuevos territorios. Migró masivamente desde Asia a América desde Beringia. Fue el primero en navegar costeramente en canoas. Era un activo cazador. Inventó la aguja y el arpón. Construyó cabañas temporales de ramas, de pieles y campamentos veraniegos para la caza de renos. Representó estatuillas antropomorfas femeninas conocidas como las Venus. Autor de gran cantidad de pintura rupestre. Sus enterramientos evidencian que tuvo complejas ideas trascendentes.

 

135. También las especies humanas de anteriores periodos -homínido de Denísova, Homo erectus,  Homo neandertal, Homo floresiensis- son suplantadas por el Homo sapiens, como único superviviente de la sub tribu Homínida. Ello aconteció entre 40-35 mil años. Pero actualmente se admiten hibridaciones con el neandertal. El antropólogo británico Stringer ha planteado la tesis difusionista conocida como “Los hijos de Eva”, según la cual los nuevos hombres modernos habrían tenido un origen independiente en África oriental.  Esto ha servido en dos sentidos: primero, para valorar la visión continua en vez de discontinua de la especia humana, y para abandonar la adscripción de los ancestros humanos a los grandes troncos raciales del presente. Pero el hombre moderno suple su falta de adaptación corporal (menos bello corporal, morder, correr) con su desarrollo cultural (nuevas armas y estrategias). Tenía la frente recta, el mentón marcado y estatura elevada. Esas características del Cromañón se diversificaron dando lugar a variedades regionales. Su utillaje lítico muestra un notable desarrollo del tallado. A diferencia de sus antecesores utilizaban las cuevas no como vivienda sino como santuarios.

 

136. El punto final del Paleolítico Superior será la revolución mesolítica (hace 10 mil años). Durante este período y con la llegada del clima templado advienen los bosques, nace el sedentarismo, las aldeas, dominio de animales y expansión demográfica. La revolución neolítica se gestó en los avances tecnológicos del mesolítico. En realidad, los periodos mesolítico y neolítico son considerados las partes finales de la Edad de Piedra. Pero el fin de la Prehistoria abarca la Edad de los Metales (Cobre, Bronce, Hierro). Pero mesolítico y neolítico son parte del desarrollo de este nuevo hombre moderno del Paleolítico Superior. Por tanto, se justifica mencionar que el hombre moderno durante el mesolítico inventa el arco y la flecha, su vida es sana y relajada, trabaja dos horas al día, tiene mucho tiempo para pensar.

 

137. Todavía sin ganadería, agricultura ni metalurgia, estos últimos cazadores conocen un aumento de la producción y disminución de la escasez. Estos cambios darán paso a las sociedades campesinas del neolítico. Al adoptar la agricultura se vuelven sedentarias. El neolítico se divide en precerámico y cerámico. Se admiten cinco centros de origen: Oriente Próximo, China, Sudeste Asiático, México y Perú. En Mesopotamia se inventa la escritura. Se erigen grandes monumentos megalíticos para templos, cámaras funerarias y observación de los astros. Añaden la nueva actividad de la minería.

 

138. Esto da paso al Calcolítico o Edad de Cobre con las primeras sociedades complejas y jerarquizadas. Se usa la lana, la leche, el queso, el yogurt. Se edifican grandes ciudades con regadío y drenaje. Se emplea el buey como animal de tiro. Lo cual provocara el inicio de la Edad de Bronce (2,200-750 a.C.), caracteriza por un notorio mejoramiento de la aleación de los metales (mayor dureza), se fabrican joyas de oro, se diversifica el armamento ofensivo, se forman elites guerreras, cunde el culto al guerrero junto al caballo y al toro, surge la desigualdad social, se multiplican las aldeas fortificadas, depósitos votivos con objetos metálicos, se domestica el caballo y se inventa el carro de combate. Luego adviene la Edad de Hierro.

 

139. Ahora bien, la Prehistoria del Viejo Mundo no coincide con la Prehistoria del Nuevo Mundo. Pero el punto más importante es que la llamada filosofía prehistórica tendría tres periodos: la numinocrática (paleolítico inferior, medio y superior), la mitomórfica (mesolítico, neolítico) y la mitocrática (Edad de los Metales). Veamos la filosofía del paleolítico descrito en un cuadro sobre la correspondencia de la filosofía prehistórica con cada especie humana.

 

                        Filosofía Prehistórica

               Edad de Piedra              Edad de los Metales

P. Inferior P. Medio P. Superior-Mesolítico Neolítico  /   Cobre    Bronce     Hierro

            Filosofía                Filosofía                      Filosofía

     Numinocrática             Mitomórfica               Mitocrática

      filósofo-mago           filósofo-chamán         filósofo del mito

           Filosofía Histórica (India, China, Grecia)

                   Filosofía logocrática/filósofo del concepto

 

140. En la prístina filosofía numinocrática el ser adviene al hombre, es una filosofía de la presencia, la humildad y la inocencia predomina en el filósofo mago. En la filosofía mitomórfica el crecido principio antrópico rompe la unidad con el Todo, el ser escucha al ser pensante y necesita ser evocado, es una filosofía de la evocación, predomina el filósofo chamán. En la filosofía mitocrática el ser se oculta al ser pensante y necesita ser develado, es una filosofía de la Aletheia, predomina el filósofo del mito. Finalmente, en la filosofía logocrática el ser se deja ver en lo universal inteligible, es una filosofía de la esencia, predomina el filósofo del concepto.

 

141. La filosofía ha cambiado de forma, pero no de contenido, porque el contenido es el Ser, entonces en el fondo es un arte, es el arte de asombrarse y preguntar por la realidad y por el sujeto que se hace la pregunta. Pero dicho arte no responde a un ejercicio estético sino a una urgencia existencial y ontológica de la razón, porque la razón se pone en marcha no por cuestiones lógicas sino por razones existenciales. O sea, en el fondo la filosofía es un arte de vivir y para vivir. El sentido de su búsqueda es el para qué y por qué del existir en este mundo. Mundo que se desdobla en un universo visible y en otro inteligible. En ese sentido el problema no es la vida sino encontrar el sentido de un mundo en el que se vive. Y ese fue el desiderátum de la criatura humana desde el paleolítico con el filósofo pre-animista, animista, espiritualista, mago, mítico y conceptual del presente. Distintos afanes han atravesado la filosofía y el filosofar: sobrevivencia, evocación, salvación, teoría, pero al final es el mismo sacudimiento del existir.

 

142. Tres fueron las innovaciones tecnológicas en el paleolítico superior, como son, la talla de la piedra, la fabricación de nuevo instrumental de hueso y asta y el arte mobiliar. Pero más decisivas fueron sus novedades en la vida espiritual y las ideas trascendentes del nuevo hombre moderno del paleolítico, es notoriamente resaltante en tres ámbitos: la pintura rupestre, los enterramientos y las venus líticas. Su proliferación durante 20 mil años y su repentino cese son significativos.

 

143. Sobre las pinturas rupestres Sautuola y Vilanova fueron los primeros en creer en el valor de aquel arte desconocido, luego ratificadas por Riviere, Daleau, Cartaillhac y el abate Breuil. Así la importancia de este arte mural quedaba reconocida ante la testaruda oposición de la ciencia ortodoxa. Pero la búsqueda de sentido de estos murales, que comprenden relieves, grabados y pinturas, aún sigue. Están repartidas en más de un centenar de cuevas en Francia y España, siendo quizá las más conocidas las de Lascaux y Altamira, consideradas las Capillas Sixtina del arte Cuaternario. Lo que refuerza la interpretación religiosa de que son lugares y figuras de culto es la disposición en círculo en que se disponen las figuras de animales en la cueva Le Roc de Sers. O las imágenes crudamente femeninas en las paredes de la caverna de Angles-sur-Anglin. También hay estilizaciones y abundancia de signos desconocidos, figuras ceremoniales de hombres disfrazados y danzando con máscara de animal, profusión de manos con verdaderas mutilaciones de sacrificio, deformaciones y enfermedades (Altos Pirineos y Cáceres), lámparas de piedra con mecha y grasa junto con antorchas que servían de iluminación y calefacción. Es decir, los motivos naturalistas aparecen acompañados de motivos simbolistas. Paredes con grandes toros llenos de vida, con veloces caballos, la escena de un hombre con un posible poste totémico coronado por un ave (Lascaux). Hay otras paredes donde predomina el mamut, al lado de cabras, bisontes, rinocerontes y parte de la desaparecida fauna del Pleistoceno (cueva de Miremont). La serie de puntos, los tectiformes y otros extraños símbolos ideomorfos pintados en rojo (del Castillo) es de lo más difícil de interpretar. Dibujar no es escribir, pero simbolizar puede ser proto-escritura. Lo cual habla de la gran inventiva del hombre de este periodo.

 

144. Aquí no se va a abundar sobre los focos, difusión, escuelas y tendencias del arte Cuaternario, lo que ha sido bastante estudiado por los especialistas como Grahame Clark. Lo que aquí concita la atención es la interpretación de su significado. Breuil propuso la interpretación de escenas naturalistas de cacería. Leroi-Gourhan subrayó un hondo simbolismo sexual. Otros han defendido un sentido estético y finalmente la teoría del origen mágico. Actualmente se la concibe como un sistema de representación artística, en general, que está relacionado con prácticas de carácter mágico-religiosas para propiciar la caza. Sin embargo, si el propósito era propiciar la cacería no ve con claridad cuál sea la función de las manos, los símbolos y signos abstractos. Para qué mezclar la representación naturalista con la representación simbólica. Lo que se cuestiona no es la función mágico-religiosa sino su exclusiva función cazadora. Además, si había abundancia en la fauna del Pleistoceno para qué tomarse el trabajo de invocar a los animales. Esto hace pensar que había otra razón más profunda que perturbaba la mente del nuevo hombre moderno del Paleolítico. Y este algo era el aumento exponencial de su creatividad e invención. Lo que le da un sentimiento de soberanía sobre todo lo demás, se experimenta un fortalecimiento del principio antrópico, pero a la vez, se produce un distanciamiento de su unidad con el Todo.

 

145. Lo numinoso prístino de sus congéneres arcaicos ha empezado a desvanecerse. Aquel sentimiento de unidad con la totalidad de lo viviente se está apagando y necesita existencialmente recuperar la seguridad en el mundo supliéndolo con algo que le devuelva la tranquilidad y confianza.

 

146. Entre todas sus invenciones la más decisiva será la del arte totémico-chamánico. Emerge la esfera ontológico-epistémica de la mentalidad mitomórfica, la cual anda a horcajadas entre lo numinocrático y el venidero mundo mitocrático que prepara. Esto hace que el arte rupestre no sea en realidad arte sino un complejo de pensamiento unitario de magia, arte, religión y filosofía, en donde no estaban ausentes sino muy presentes, los estados alterados de conciencia. La pintura rupestre es filosofía mitomórfica, de invocación y manipulación de fuerzas invisibles, mediante representaciones naturalistas y simbólicas y prácticas mágico-religiosas, para propiciar la recuperación del sentido de la vida y la unidad perdida con el mundo.

 

147. Si en la filosofía numinocrática la inmanencia vive junto con la trascendencia, el mundo mismo es percibido como sagrado y mágico, no hay necesidad de acto externo para participar de la presencia del ser, en cambio en la filosofía mitomórfica la inmanencia se separa de la trascendencia, el mundo luce desgajado entre lo profano y lo sagrado, y se hace necesario un acto externo (magia) para participar del ser mediante evocación y manipulación. El filósofo del paleolítico se vuelve en mago y chamán. El sistema de la razón del nuevo hombre del paleolítico se hace más simbólico y sígnico, la mayor agudeza de sus sentidos perceptual, intuitivo, emocional, estético, ético y religioso lo lleva hacia un mundo más complejo. Su aparente naturalismo no habla de un ser naturalista, más naturalistas eran el Homo habilis y el Homo erectus, sino que hablan de un ser más espiritual y simbólico, que celebra su mayor señorío sobre la naturaleza. El sentido ontológico de la razón nos lleva al reconocimiento del carácter existencial de la filosofía y éste hacia la identificación en el hombre moderno del paleolítico de un sistema de razón que busca responder a cuestiones existenciales de carácter espiritual.

 

148. Su respuesta praxiológica (la magia del paleolítico superior) es una forma de sabiduría donde se trata de obligar a la sobrenatural fuerza vital de los seres naturales a obedecer para subsanar la ruptura entre lo ontológico y lo histórico. Su propensión por los cultos totémicos es un claro indicio de que no hay nada parecido a un monoteísmo ni un proto-monoteísmo, sino que es el esfuerzo del último hombre de la Edad de Piedra para alcanzar un equilibrio interno a través de una religión de integración. Así en los ritos funerarios y en el canibalismo con los cadáveres se busca que el difunto permanezca en la familia, que continúe entre los vivos, que venza a la muerte. Sus expandidas facultades del alma expresarían sus ideas metafísicas mediante la danza y el canto, acompañar el alma del muerto en el viaje al más allá. La creencia en lo sobrenatural y en el alma individual no lleva de inmediato a la creencia en un alma universal ni en un dios único.

 

149. El último cazador del paleolítico es el principio en la creencia del alma y en seres sobrenaturales. Un largo camino durante 2,5 millones de años, de pre-animismo y animismo lo precedió y preparó para sus nuevos postulados espirituales. La visión primitiva de la vida no pudo ser la misma en el Homo habilis, el Homo erectus, en el Neandertal y en el nuevo hombre del paleolítico. Ni la coerción del mundo fue la misma. Por ello, su idea del bien del mal, la vida y la muerte, su libertad de pensamiento, hicieron que su ideal de hombre fuera distinto durante el paleolítico inferior, medio y superior.

 

150. El culto mistérico que inauguran en cavernas de difícil acceso indica que la fecundidad y la alimentación no eran los únicos problemas existenciales del paleolítico hombre moderno. Su preocupación se extiende y profundiza constantemente hacia el misterio de la vida y el enigma de la muerte. Es cada vez más consciente de su finitud, lo que impulsa a la aparición de hombres especializados en ritos funerarios. Estos hombres ya están en condiciones de elaborar la primera visión cultual-ritual mediante un drama de la creación, todavía sin religión, ni dioses, pero con seres sobrenaturales. Y en ello se ve la triple función de la magia totémica: establecer una continuidad entre la vida y la muerte, actuar sobre fuerzas sobrenaturales, y subsanar la ruptura entre lo ontológico y lo histórico. Las culturas paleolíticas superiores no buscaban trascender en el más allá, sino atar el más allá en el más acá. Experimentaban que se les escapaba de la vida inmanente algo que se les aparecía como vida sobrenatural. Estaban viviendo la tensión entre lo profano y sagrado en su grado máximo, que llevaría hacia la ruptura entre lo inmanente y lo trascendente.

 

151. De modo similar, las venus paleolíticas no son simples ídolos ni amuletos de la fecundidad, sino que representan la virtud mágica de la procreación. Menos aun representan un primigenio culto a la mujer, ni una precoz igualdad de género. Tampoco la finalidad era erótica. Nada de esto. El estilo de las Venus no es realista ni naturalista como algunos piensan, sino exagerado, impúdico y ostentoso. No hay manos, brazos ni rostros. En cambio, se enfatizan las caderas anchas, las nalgas voluminosas, el vientre generoso y los senos caídos, cuando no el cabello. Aquí la divinidad no es la mujer sino la fuerza de la fecundidad y el misterio de la procreación. No es que todas las mujeres del periodo presentaran esteatopigia o acumulación de grasa en determinadas regiones del cuerpo, pero tal énfasis era asociado a la abundancia. Otra vez constituye una alegoría a la vida.

 

152. Se trata entonces de recibir un poder superior mediante estas representaciones. Esta magia propiciatoria del paleolítico superior dura 30 mil años y no se repitió. Como sugiere la investigación etnográfica su libertad de creación estuvo asistida por la considerable abundancia de la que gozó el hombre durante el Paleolítico Superior. Nuestro activo depredador no necesitaba inclinarse a hacer súplicas para escapar de una inexistente hambruna. Ningún cadáver suyo habla de inanición o falta de alimento. Hay evidencias de enfermedades neurológicas, como la neurofibromatosis, pero no de hambruna. Por lo cual, es sensato pensar que sus ajuares funerarios como la creación de santuarios estuvo motivada porque es una criatura metafísica, asediado por preguntas que atañen al sentido último de las cosas. Esto es, incluso detrás del fenómeno religioso está el fenómeno filosófico, lo mágico-totémico se deriva de esta condición humana de filosofar por necesidad existencial.

 

153. El homo sapiens sapiens es la especie homínida que consumará un acelerado desarrollo mental y espiritual. Dará el salto a la manipulación acabada de las fuerzas de la naturaleza con el chamanismo –precursora de la ciencia-, organizará la intuición de lo trascendente mediante el Mito –anunciadora de la Revelación- y arribará al dominio del concepto lógico –que sin la fe no alza vuelo hacia la trascendencia-. Pero el precio que paga por ello es demasiado alto. Ha perdido la unidad con el Todo de lo viviente de sus ancestros extintos, a costa de un extraordinario desarrollo de su razón natural. Pero este derrotero ya es parte de la filosofía histórica y no de la razón prehistórica. Lo que el nuevo hombre del Paleolítico deja sentado es que con él se ha iniciado un nuevo rumbo de la razón. El principio antrópico será llevado a niveles insospechados. Y la restauración de la unidad perdida con lo sagrado conocerá otros caminos –los de la mística y la revelación-. Pero las bases de todo ese nuevo sendero fueron recorridas por los ancestros del hombre moderno. La filosofía numinocrática se consumó en las fases del paleolítico, pero será el hombre redimido el que conocerá una forma superior de unidad con lo sagrado.

 

154.Finalmente, al concebir la filosofía como una forma de vivir en busca de sentido antes que, como una forma de conocer, entonces deviene en una necesidad existencial de la razón que condiciona su universalidad. Y es así porque el problema raigal de la razón no es lógico sino ontológico. Pero dicha universalidad no hace filósofos a todos los seres racionales. Por el contrario, siempre hubo aquellos inclinados a buscar el sentido de las cosas. O sea, desde el principio se deslindó la “actitud” y la “aptitud” filosófica. Todos los seres racionales tienen la “actitud” filosófica pero no todos desarrollan la “aptitud” correspondiente. Por ello, la primigenia aptitud filosófica no debe ser tomada por “cosmovisión”. La cosmovisión es el impacto psicológico-emotivo del mundo que no reclama valor objetivo. Es una guía pragmática para el vivir. En cambio, la filosofía esencialmente es búsqueda del sentido esencial para el vivir y con aspiración totalizadora. Lo cual es inherente a la razón humana. Por ello afirmar, que la filosofía que no es crítica no es filosofía sino cosmovisión, no comprende que la crítica –como decía Kant- es un deber de la “edad moderna”, pero no de todas las edades de la razón.

 

 

EDAD DE LA METAFÍSICA MITOMÓRFICA

 

SUMARIO: -Filosofía de la religión de integración. -Apertura de diferencia metafísica entre lo profano y lo sagrado. -Chamanismo mistérico. -Sabiduría de lo divino. -Búsqueda del éxtasis. -Primera indagación por el ser del ente. -Lo suprasensible. -Logos participativo. -Manipulación mágica del destino. -La experiencia de la muerte. -Reino de lo metafísico y espiritual. -Ideas sin conceptos.

 

155. A la Edad Numinocrático Pre-Mitomórfica le sigue la Edad propiamente mitomórfica. Aparece con el Neandertal, pero se desarrolla en el Cromañon. Insurge como el sentido mitomórfico de la filosofía contenida en el chamanismo, como religión de integración y el carácter natural del éxtasis chamánico. Siendo lo primero el descubrimiento fundamental de la categoría de lo “mitomórfico”.

 

156. Filosofía es indagación sobre los fundamentos asombrosos del mundo. El hombre prehistórico y arcaico del paleolítico superior filosofó bajo la forma de la filosofía mitomórfica. Pues, lo mitomórfico al abrir la diferencia metafísica entre lo profano y lo sagrado lo que hace es inaugurar la diferencia entre el Ser y el mundo físico. O sea, la Naturaleza visible o la physis sensorial no agota la realidad y más bien oculta la Naturaleza invisible o la physis espiritual más allá del tiempo y espacio de los sentidos externos. El horizonte mitomórfico sigue al horizonte numinocrático y precede al horizonte mitocrático y al horizonte lógico. Es más, la idea de la muerte y la idea del alma convierte al hombre en la criatura mitomórfica y metafísica por excelencia, sin la cual no hubiese sido posible el razonamiento analógico del mito ni el razonamiento deductivo de la lógica conceptual. Bajo el principio de identidad en el filosofar logocrático, bajo el principio de armonía de los opuestos en el filosofar mitocrático y bajo el principio del éxtasis visionario en el filosofar mitomórfico.

 

157.  El contenido del filosofar mitomórfico gira en torno de la palabra performativa, la mántica, lo horoscópico, escatológico, oracular e iniciático. Lo mitomórfico es horizonte ontológico de lo sagrado y del misterio en el chamanismo. En el mundo arcaico se indagó filosóficamente viajando por el cosmos espiritualmente. Por ello, es la forma primordial de la teoría del destino.  

 

158. Si la filosofía mitocrática, propia de las altas culturas, es un saber del ente divino, la precedente prehistórica filosofía mitomórfica del chamanismo es un saber del ente sagrado. Son los sentidos espirituales los que abren el contexto mitomórfico. Sin la apertura del contexto mitomórfico no es posible el mito ni la distinción entre lo sagrado y lo profano.

 

159. Además, si el amor divino produce éxtasis, no todo éxtasis es necesariamente fruto del amor divino. El amor a seres espirituales intermedios también produce éxtasis y nos pueden apartar del amor divino. El chamán busca premeditadamente el éxtasis, en cambio el místico ve el éxtasis como una señal de flaqueza física e insuficiente purgación espiritual. El éxtasis chamánico es éxtasis natural de carácter artificial, inducido pero real. No es éxtasis místico. Para Eliade el consumo de alucinógenos muestra un “estadio degenerado” del fenómeno chamánico, porque intenta lograr en “lo real” un viaje místico que se realiza en “lo imaginario”. No es una experiencia mística auténtica. Por mi parte, considero que dicha experiencia es real pero no precisamente benéfica porque conduce a la idolatría de seres del inframundo y a la regresión espiritual al paganismo. No obstante, el chamanismo es el precursor de sistemas religiosos más organizados.

 

160. La primera desocultación del ser del ente en lo espiritual se dio en el horizonte mitomórfico del chamanismo. El primer pensador que indaga la pregunta por el ser del ente es el visionario chamán. De esta manera el preguntar por el ser del ente se lleva a cabo no solamente en tiempos históricos sino prehistóricos.

 

161. Lo mitomórfico al abrir la diferencia metafísica entre lo profano y lo sagrado lo que hace es inaugurar la diferencia entre el Ser y el mundo físico. O sea, la Naturaleza visible o la physis sensorial no agota la realidad y más bien oculta la Naturaleza invisible o la physis espiritual más allá del tiempo y espacio de los sentidos externos. La realidad empírica no será ilusión sino otro plano del devenir del ser existente. Esta primera separación del mundo y el ser acontece en la filosofía arcaica del chamanismo.

 

162.  El chamanismo es la forma arcaica del filosofar, entendiendo siempre la filosofía como la búsqueda de respuestas últimas de la realidad, ya sea mediante lo sagrado arcaico, el mito ancestral o mediante la razón griega. Es decir, la filosofía es universal y multiforme, cambió de forma, pero no de contenido. Lo que significa que el logos humano no sólo es conceptual sino también participativo, el cual es un oír y ver por encima de la conceptuación. La filosofía arcaica del chamanismo es logos participativo mediante el horizonte mitomórfico. Sin horizonte mitomórfico no es posible la distinción entre lo sagrado y lo profano, porque el hombre participa en el dejar ser de la realidad espiritual. Si la filosofía mitocrática, propia de las altas culturas, es un saber del ente divino, la precedente prehistórica del paleolítico superior, filosofía mitomórfica del chamanismo, es un saber del ente sagrado.

 

163. Aquí sólo cabe hacer una precisión sobre el distingo entre el aparecer mitomórfico arcaico del filósofo chamán y el aparecer mitocrático ancestral del filósofo de la antigüedad. Pero también cabe una distinción epistémica. Si el filósofo ancestral mitocrático corre tras la indagación del destino, por su parte el filósofo arcaico corre tras la manipulación mágica de dicho destino. Y todo esto responde a una determinada capacidad de participar de la epifanía del ser. La arcaica Idea sin concepto, el ancestral concepto-imagen, el heleno concepto lógico, y la monoteísta idea suprarracional de la fe son capítulos ontológicos de la epifanía del ser.

 

164. El tema central es que la muerte no concluye con el enterramiento del difunto, sino que se hace presente con un rico material onírico que se acentúa en los llamados chamanes u hombres visionarios de la prehistoria del paleolítico superior. Sería en estos últimos en donde el material onírico aparece no como un elemento psicológico sino de una fuente extramental. Esta fuente extramental se referiría a mundos sutiles de los muertos, demonios, ángeles, semidioses y dioses, que universalizan la experiencia humana de la vida hacia realidades que explicarían la ruptura de lo histórico con lo ontológico. Esta experiencia desde la vida hacia la muerte y desde la muerte hacia la vida constituye el horizonte mitomórfico desde el cual fructificarán los mitos. Nuevamente aquí hallamos que el horizonte mitomórfico precede al horizonte mitocrático y al horizonte lógico. Es más, la idea de la muerte y del alma sobreviviente en el hombre lo convierte en la criatura mitomórfica por excelencia, sin la cual no hubiese sido posible el razonamiento analógico del mito ni el razonamiento deductivo de la lógica conceptual. No es que lo mitomórfico carezca de lógica, al contrario, su lógica es cualitativamente diferente a la lógica analógica del mito y a la lógica deductiva del concepto lógico.

 

165. Concebir la idea de la muerte es un acto de la mayor profundidad y complejidad. No sabemos con certeza y exactitud cómo era. Pero se puede columbrar la operación mental que representa. En el hombre no es una cuestión de instinto, es un acto espiritual que trasciende la naturaleza y refrenda una función metaempírica. Si la idea de la muerte naciera de un acto biológico instintivo, entonces muchas otras criaturas del reino animal también efectuarían entierros y rito funerarios. Pero es obvio que no es así. Los animales “están” en el mundo, el hombre “es” en el mundo. La relación de los animales con el Ser es indirecta, en cambio el hombre tiene una relación directa con el Ser. Por ello, siente el Ser no sólo en su ser sino en todos sus congéneres. Otra razón más para poner en cuestión la filosofía del “estar” del hombre americano de Rodolfo Kusch. Esto es un signo poderoso que indica que el hombre más que pertenecer al reino animal pertenece al reino de lo metafísico y espiritual. El tipo de lógica del hombre prehistórico que lo llevó no sólo a perfeccionar instrumentos hasta concebir la idea de la muerte no implica la existencia de otros principios lógicos. Las tres leyes clásicas –identidad, no contradicción y tercio excluso- son universales y las mismas. Lo único que varió fue la combinación y hegemonía entre las mismas.

 

166. El enterramiento neandertal precede al cromañon y significa la primera evidencia de modalidad ontológica postpersonal. Es decir, el hombre prehistórico captó de forma puramente intuitiva la primera idea metafísica de la historia de la humanidad, a saber, la idea del alma. Esto significa que la metafísica del hombre primitivo, y ni siquiera hablamos del posterior hombre cromañon, evidencia el ejercicio del pensamiento sobre la base de la mera intuición sin mediación conceptual. Pero esa relación no conceptual no deja de ser ideatoria. El pensamiento prehistórico es casi un pensamiento estético –ideas sin conceptos-, pero no un mero “estar” en el mundo, como pudiera suponer un kuschenao, sino una forma de “ser” ante el Ser, que no deja de asombrar y atemorizar. Así, habría funcionado el razonamiento univoco mitomórfico del paleolítico.

 

CAPÍTULO SEPTIMO

 

FILOSOFÍA MITOCRÁTICA

 

SUMARIO: -Propio de antiguas civilizaciones. -Esencia del mito. -Metáfora posibilita visión filosófica. -El logos mítico. -Mito como forma explicativa de la razón. -Imbuida de imaginación y religión. -Hegemonía del logos del mito. -Centrada en la multivocidad y plurisignificación. -Saber en función de la armonía del cosmos. -Abate definición monocultural de filosofía. -Comprensión de imágenes metafóricas. -Intuición religiosa de lo absoluto. -Pastor simbólico del ser. -Anonadamiento ante el Todo divino. -Experiencia de la necesidad cósmica. -Hombre eternalista. -Preferencia por la intuición mística. -El Absoluto dinámico. -Logos estetizante. -Dimensión universal del espíritu humano. -Unidad y Multiplicidad compatibilizados. -Rodeado de alteridad. -Principio de traducción multívoca. -Armonía de contrarios. -Trascendencia: de Totalidad a Principio.  

 

167. La categoría de lo mitocrático da cuenta de la esencia filosófica en el pensar no occidental desde el surgimiento de las civilizaciones antiguas hasta el surgimiento de la filosofía griega. Es una reflexión metafilosófica o perifilosófica llamada Mitocratología.

 

168. Sin explicar la esencia del mito, la esencia de la filosofía y la esencia del logos humano no es posible hablar con sentido de la filosofía no occidental en las antiguas civilizaciones. Por ello la categoría de lo mitocrático parte del reconocimiento de que constituye una petición de principio afirmar sin más que la filosofía está en los mitos teogónicos y cosmogónicos.

 

169. Lo que hace posible llamar “filosofía” al pensamiento mitocrático es la justificación de que lo metafórico, analógico, multívoco, polisémico y alegórico del mito permite postular una visión total y última de las cosas. Es decir, el mito consiente alcanzar un pensamiento filosófico, porque la filosofía, no sólo como ciencia teórica, sino también como mito, permite dar cuenta de los principios fundamentales del mundo.

 

170. Lo “mitocrático”, entendido como aquella forma de pensar que gira en torno al mito y no al concepto, que por orbitar alrededor del mito no deja de ser lógico, y que, por tanto, los principios lógicos siguen siendo los mismos, pero con la diferencia que la hegemonía no la tiene el principio de no contradicción, cosa que ocurre desde Parménides y se consagra en el pensamiento occidental con Aristóteles, sino que dichos principios lógicos se subordinan al principio de contradicción. Cosa que hace posible el pensamiento metafórico, analógico, multívoco, polisémico y alegórico, los cuales permiten con toda pertinencia postular una visión total y última de las cosas, es decir permite alcanzar un pensamiento filosófico en términos míticos.

 

171. El Mito es otra forma que tiene la Razón para dar cuenta con sentido de las cuestiones últimas de la existencia y del mundo.

 

172. El pensar metafórico y simbólico mitocrático no encuentra obstáculos lógicos para preguntarse y dar respuesta sobre los problemas fundamentales del mundo y de la vida. Esta forma de filosofía ancestral está ciertamente imbuida de imaginación, pero parte de una base empírica que no se desliga de las creencias religiosas. De allí que, aun cuando los principios lógicos de la mente humana sean los mismos, sin embargo el principio lógico ancestral dominante sea el principio de contradicción y no el principio de identidad.

 

173. El pensar mitocrático caracteriza la hegemonía del logos del Mytho en una etapa civilizatoria de la humanidad ancestral y se maneja con el universal conceptual lingüístico alcanzado por la metáfora. Existió un logos filosófico, que sincrónicamente surgió como discurso homogéneo en el Mito de todas las sociedades ancestrales, y que diacrónicamente presenta una variación de su eje lógico del Mito a la Razón a partir de Grecia.

 

174. El filosofar metafórico alegórico del pensar mitocrático al estar centrada en las cuestiones espirituales empleó la intuición y la metáfora para expresar ideas filosóficas. Es un filosofar poético. Estas ideas no tenían el carácter descriptivo de la definición aristotélica, pero sí efectuaban una explicación y descripción metafórica sobre la base de la transposición y comparación de ideas. Aquí lo importante no era la precisión, lo claro y distinto, por el contrario, el fondo espiritual de la realidad justificaba la multivocidad y plurisignificación.

 

175. Lo mitocrático como hecho civilizatorio describe la historia de la razón en occidente, la destrucción del poder de revelación del mito y la profundidad de su discurso, así como que la filosofía como medio de conocimiento no se limita al discurso racional, abarcando también lo irracional, misterioso, iniciático y místico. De modo que, la filosofía cosmogónica y teogónica de las culturas mitocráticas no está en función del conocimiento mismo, sino de la regeneración del ciclo de renovación del mundo para mantener la armonía del cosmos. Se trata de saber cuándo ocurrirá el próximo cataclismo y el comienzo de la nueva era. Las altas culturas del neolítico superior expresan esta preocupación a través de una filosofía cosmogónica, donde el hombre pertenece a la tierra y la tierra pertenece al cosmos de los dioses.

 

176. Lo Mitocrático es el término creado en el debate sobre el logos de la filosofía para comprender la existencia del pensamiento filosófico no occidental, frecuentemente marginado por la definición monocultural de filosofía. Occidente desarrolló preponderantemente una filosofía logocrática, donde dominó el concepto y la razón analítica; mientras que, en otras tradiciones culturales, como la prehispánica y la oriental, desarrollaron un pensamiento filosófico mitocrático, donde domina la alegoría, el símbolo, la analogía, la intuición, la tradición religiosa y lo trascendente. El sacerdote y el mitólogo eran sabios filosofantes.

 

177. La explicitación del logos filosófico de la Teoría General de la Filosofía muestra cómo la filosofía antes de ser ordenación de conceptos fue comprensión de imágenes metafóricas. La metáfora del logos mitocrático no sólo es constitutiva de todo lenguaje, sea primitivo o moderno, sino que permite aprehender de forma multívoca lo que está más allá del concepto y la razón. Dice algo acerca de la realidad y no se limitan a las emociones. Al contrario del concepto, la metáfora no sacrifica el reino de la personalidad y la totalidad. Expresa el mundo espiritual. El lenguaje metafórico está justificado en filosofía.  

 

178. Los sabios mitocráticos eran a la vez místicos, religiosos y contemplativos, ejercían un tipo de “clarividencia astral” o forma de iluminación recibida de la divinidad, que les hacía sentirse unidos a ella. Dicha “clarividencia astral” se adquiriría ya sea a través de un don natural, alucinógenos, ofrendas, ritos, ejercicios de concentración y meditación, accediendo al mundo de los dioses, para obtener profecías y realizar rituales oraculares.

 

179. Lo mitocrático es conocimiento del ser entrañando el no ser, es intuición intelectual de lo absoluto en términos que está inextricablemente unido con lo religioso, es expresión de probabilidad. Para Platón la probabilidad es opinión verdadera y está muy próxima a la ciencia (Cfr. República Lib. V, Banquete 202 a, Timeo 51 d, Menón 97 b, Fedro 265 c, Filebo 67 b), pero no presenta una teoría que permita saber exactamente qué es la metáfora, por qué se considera legítimo su uso en filosofía, y en qué se distingue de la mera comparación o del símil. Frente a la abundancia de lenguaje figurado en Platón, Aristóteles predicó la necesidad de una extrema sobriedad. Pero la concepción de que el mito se da como envoltura de la verdad filosófica, porque existen ciertas verdades que escapan al razonamiento, fue expresado por Platón. No en vano se ha señalado que todo símbolo contiene a la vez verdad y ficción, y que puede ser adecuado a la representación del objeto como objeto, o a la expresión del objeto para nuestro tipo especial de conciencia (Wilbur M. Urban, Lenguaje y realidad, 1952).

 

180. El hombre mitocrático se considera un verdadero pastor del ser. Está todavía lejos de la monomaquia constitucional del yo, que se refleja en su afán por hacerse amo de la naturaleza y partir de la conquista de un saber. En este sentido, y parecido a la importancia que le devuelve el psicoanálisis lacaniano, la función de la escucha es central en la relación del hombre mitocrático con lo divino y verdadero, cuyo lenguaje rebasa el plano cognitivo racional y penetra en lo místico existencial. De ahí que la riqueza conceptual del pensar mitocrático está al servicio de lo simbólico.

 

181. El anonadamiento del hombre ante el todo divino y la importancia de armonizar nuestras acciones con el principio cósmico estaban presentes en las civilizaciones mitocráticas.  En este punto la excepción lo constituyen los sistemas heterodoxos de la India que se apartan de los Upanisads, como el Charvaka, que sostiene que más allá de la muerte está la nada, el jainismo, que niega la absorción en lo divino, y el budismo, lo real es sólo mental.

 

182. La experiencia que el hombre mitocrático hace de sí mismo, de su esencia, no es la libertad -como el hombre logocrático moderno de Occidente-, sino la necesidad, que no se halla en el terreno solamente de la ética sino en el corazón de su metafísica. Su vida es vivida como el progreso de la conciencia de la integración del sujeto a la sustancia o el ansia de volver a la divinidad. El núcleo de la interpretación destinada a descifrar la estructura profunda del pensar mitocrático gira en torno a la idea de la unificación metafísica de las ideas de liberación, armonía y quietud divina. Más aun, propiamente lo que existe es un predominio de la visión negativa del mundo y de la vida, donde se destila el carácter supraético del misticismo y metafísica de la armonía de los opuestos –unión del alma individual con el principio divino-.

 

183. Si en un inicio, en el pensar mitocrático, la eternidad excluyó al tiempo, después acaba afirmando que no se repelen, pertenece a la esencia de la eternidad el cumplimiento de su esencia en el tiempo, lo que no es lo mismo a afirmar la absoluta temporalización de la eternidad. El filosofar mitocrático es un comprender el tiempo desde la eternidad, lo que condiciona la limitación del concepto y la preferencia por la intuición y la mística. De ahí que el sentido del concepto de verdad tenga relevancia en un contexto discurso de la trascendencia divina. El hombre mitocrático no es temporalista sino eternalista.

 

184. Comprender el núcleo del pensar mitocrático significa apercibirse de la limitación de la absolutez del concepto, del raciocinio lógico, pues hay preferencia por la intuición y la mística.

 

185. El pensamiento mitocrático no es un todo inmóvil sino fluyente. En su eje central consiste en llevar hasta la máxima tensión la cancelación de la oposición entre lo temporal y lo eterno. De ahí, que sean posibles los Reyes-dioses, que encarnan la dicotomía metafísica ser-tiempo, administrando el acercamiento de las Eras y los ciclos cósmicos. El acto absoluto y originario no cae en el tiempo. El yo, en cuanto yo divinizado, está fuera del tiempo.

 

186. Por intermedio del arte o logos estetizante el hombre mitocrático encuentra la manera de contemplar el ser auténtico, redimido de lo concreto y temporal y lejos de las turbiedades provenientes de la multiplicidad.

 

187. Lo mitocrático es una dimensión universal del espíritu humano, es pues un error creer que el mito se impone por ignorancia y falta de ciencia. Existe, por el contrario, un deseo profundo de Mitocratología, que se traduce en la atracción irresistible por el misterio y al enigma. Y esta atracción tiene una base ontológico-metafísica en el ser mismo, el cual no sólo se manifiesta en lo verificable y objetivable, sino también en lo inverificable y transobjetivo. De ello resulta que lo mitocrático no es un fenómeno históricamente localizado sólo en edades pretéritas, más bien está presente de forma latente y actual en toda sociedad y en todo individuo. La configuración psíquica-lógica-existencial-metafísica que la sostiene está siempre presta a manifestarse en todas las situaciones límites de la vida común y de la vida extraordinaria del intelecto y de la praxis.

 

189.  Lo mitocrático relaciona el ser a la existencia y se sitúa en el origen de todo uso filosófico de la noción de ser. Es una posición realista que no toma la existencia real del objeto por la idea del objeto. En la cima de todos los seres existentes ubica a Dios, verdadero sostén ontológico de los seres múltiples, y el cual no es concebible por el pensamiento. Unidad y multiplicidad quedan compatibilizadas a través de la fe y la idea de infinito. Se trata de un camino hacia el ser donde religión y filosofía están unidas.

 

190. El hombre mitocrático vive rodeado de alteridad, pues espera y escucha el lenguaje contradictorio de lo real, ante su propia impotencia de ser dios. El carácter contemplativo-místico-poético del mito indica que el pensamiento ancestral desarrolla en su deseo de conocer el origen del mundo una forma de reflexión filosófica. Se trata de un filosofar mitocrático, propio de un sistema lógico analógico-metafórico que guía a la imaginación simbólica. Por ello, los mitos no son fantasías de pueblos primitivos, ni exclusivos de éstos, sino que está unido a la estructura misteriosa e inexplicable de la existencia humana.

 

191. Se trata de un tipo de pensar que muestra una estructura isomorfa mediante la aplicación de un principio que podemos llamar “principio de traducción multívoca”. Mientras la lógica formal es el alma de un tipo de pensar que se maneja con el “principio de traducción unívoca”, por otro lado, existe una lógica heterogénea que preside el tipo de pensar mitocrático que se maneja con el “principio de traducción multívoca”. Según este principio existe un orden representativo de carácter abierto, de múltiples significados, que posee relaciones de ordenación iguales a las que posee el hecho misterioso expresado.

 

192. La forma lógica del pensar filosófico mitocrático en el mito y la religión rebasan la hegemonía del principio de identidad y van hacia la armonía de los contrarios. La existencia de una verdadera lógica en el pensamiento prehistórico y en el pensamiento mítico hacen que exista un saber mágico y un saber metafórico que es un modo de conocimiento bien articulado y coherente. Ni la metáfora ni la alegoría son un obstáculo para el pensar filosófico, por lo que la filosofía se expresó arcaicamente bajo estas formas.

 

193. La diferenciación entre filosofía y religión recién madura cuando se asienta el mayor dominio del mundo a través de la revolución agrícola. Entonces, el horizonte del preguntar filosófico se modifica por la pregunta por el ser del ente como oposición del espíritu a la physis. Con lo cual, si en edades anteriores la trascendencia se revela como totalidad, ahora se muestra como principio -arjé- superior y organizador de la naturaleza.

 

 

CAPÍTULO OCTAVO

 

FILOSOFÍA LOGOCRÁTICA

 

SUMARIO: -Imperio del concepto lógico. -Su cuna mitológica. -Uso de la razón lógica. -Lo racional como lo comunicable. -Razón como fundamento. -Tres significados históricos de filosofía. -Por su naturaleza: origen divino u origen humano. -Por su finalidad: es contemplativa o activa. -Por su saber: analítico-humanas o sintético-divinas. -Por su naturaleza, validez, finalidad y metodología la filosofía no es de origen griego. -Rancio concepto occidental de filosofía.

 

194. La Filosofía Logocrática como imperio del concepto lógico, está expresada en la definición tradicional de filosofía como aquel que la concibe como un producto típico de la tradición occidental, que surge en las colonias griegas del Asia Menor, en la Jonia, con manifestaciones bien definidas de un pensamiento que se propone una explicación de la naturaleza y la vida sobre bases racionales. Pero mientras el “concepto” griego es una realidad a la vez de dos dimensiones -ontológica y epistémica-, el concepto moderno lo será exclusivamente epistémica. La filosofía logocrática, en ese sentido, conoce dos etapas definidas: primero, como metafísica de las esencias (Grecia) y, luego, como metafísica de la representación subjetiva (Modernidad), donde la esencia se reduce a lo mental y a lo empírico.

 

195.Tampoco esta definición tiene dificultades en admitir que la cuna de esta reflexión es ese pasado religioso, las antiguas mitologías, conocida más comúnmente como pensamiento prefilosófico o pensamiento mítico. Por cierto, que en su seno reconocen que hay una mudanza de actitudes, un paso de una forma de pensar a otra, y que se trata de un concepto que no se libra todavía de una cierta ambigüedad y parece por esencia llamado a estar en constante mutación. Incluso se reconoce sin dificultad encontrar en el Oriente, especialmente en la China y la India, formas de actividad espiritual que son análogas con la reflexión filosófica griega y que influyeron sin duda en ésta. Pero como el “concepto” es una creación de la cultura griega se prefiere restringir la categoría de filosofía a la tradición occidental. Se considera siempre riesgoso aplicar categorías de una cultura a otra.

 

196. Cuando se hace referencia a la “razón” en otras culturas no se tiene temor en reconocer su presencia en otros orbes culturales, pero al mismo tiempo se señala que nunca se pasó de cierto límite que no les permitió constituir el pensamiento racional. En este sentido los griegos fueron los primeros en usar la razón de manera sistemática -léase “lógico y ontológico” a la vez- para lograr el conocimiento de la realidad. Lo cual no es obstáculo para admitir que no hay acuerdo unánime sobre lo que significa el término “razón” pero por consenso se atribuye a los griegos los antecesores inmediatos del conocimiento racional por excelencia.

 

197. Se señala que una de las grandes diferencias que existe entre el concepto griego de razón y el concepto hindú es que mientras para el primero lo que no es comunicable no es racional, para los segundos la razón nos revela conocimientos inefables. Lo común es que en ambos el mundo es presencia del ser, lo diferente es que en Oriente lo suprarracional es inefable y en Occidente es Aleteia, desocultamiento por la razón. También se admite que si el mito era considerado como el fundamento último que permitía comprender el origen y estructura de la realidad, con los griegos el nuevo fundamento será la razón, cuyo análisis permitía descubrir lo permanente tras lo transitorio.

 

198. Sin embargo, el concepto tradicional de filosofía que es el canónico enseñado en la academia no refleja toda la complejidad de esta. O, dicho de otro modo, el concepto tradicional de filosofía tiene un sesgo eurocéntrico que no se condice con toda la complejidad de la filosofía misma. Así, por ejemplo, Nicola Abbagnano en su Diccionario de filosofía distingue tres significados históricamente dados: 1. Con relación a la naturaleza o validez del saber al que la filosofía hace referencia, 2. Con relación a la naturaleza del fin al cual se dirige la filosofía, y 3. En relación con la naturaleza del procedimiento usado por la filosofía.

 

199. Según la primera alternativa se ofrecen dos soluciones diversas y contrapuestas: una afirma el origen divino del saber, y la otra su origen humano. La que afirma el origen divino es la más antigua, la más frecuente en el mundo y la prevaleciente en las filosofías no occidentales. Según esta solución se trata de un saber revelado u obtenido por iluminación divina, no accesible a los mortales comunes, y que encuentra en la tradición límites que no le permiten destruir las creencias establecidas. En el mundo occidental esta forma de filosofía ha tomado el nombre de escolástica, pero ha estado presente desde las sectas filosófico-religiosas del siglo II A.C., las doctrinas de Filón de Alejandría, los neoplatónicos, la filosofía islámica, la filosofía judaica, la patrística, la escolástica hasta el existencialismo cristiano.

 

200. Ahora bien, en relación con la naturaleza del fin al cual se dirige la filosofía, señala Abbagnano que dos son las interpretaciones: a. es contemplativa y constituye una forma de vida o saber de salvación, b. es activa o instrumento de modificación o saber de dominio. La primera se condice con la filosofía oriental, mientras que la segunda lo hace con la filosofía occidental.

 

201. Y, por último, en relación con el procedimiento usado caben dos alternativas: filosofías sintéticas o creadoras, y filosofías analíticas. Las primeras producen conceptualmente su objeto, sin reconocer límites en este procedimiento de construcción, tiene la pretensión de valer como conocimiento divino, propia de la filosofía oriental -y para nosotros de toda la filosofía mitocrática- pero también presente en el idealismo romántico alemán. En realidad, es propia de todas las filosofías que tiene a Dios como objeto de su investigación y que consideran el mismo como coincidente con el conocimiento de Dios. Las segundas reconocen la existencia de datos y describen y analizan estos mismos, tiene la pretensión de saber cómo conocimiento controlado por sus resultados, propia de la filosofía occidental pero que está presente en todas las filosofías que conceden a la experiencia un lugar privilegiado. La filosofía no sólo es concebida como de origen humano, un saber de dominio y analítico (filosofía occidental), sino que también se presenta como un saber de origen divino, un saber de salvación y sintética, como se presenta en la filosofía no occidental y mitocrática.

 

202. Es decir, del análisis de Abbagnano se concluye que la filosofía por la naturaleza y validez de su saber, por su finalidad y por su metodología, no es necesariamente de origen griego, sino que existe otra paralela interpretación de la filosofía que no es obligadamente eurocéntrica. Y esto es muy importante de subrayar porque permite poner énfasis en la comprensión del hecho de que tanto la filosofía como término y como origen no puede ser restringido necesariamente a Grecia, sino que una heurística equilibrada permite librarla de etnocentrismos trasnochados, esquemáticos, sesgados y unilaterales.

 

203. La filosofía logocrática culmina con la hegemonía de la subjetividad y de la objetividad junto a la conversión del mundo como representación. Para Heidegger esto es olvido del ser y de la diferencia ontológica, ante lo cual plantea volver a los presocráticos para recuperar el mundo como presencia del ser. Su solución anacrónica y antihistórica se fundamenta en una visión secularizada del ser. Pues, no se trata de salir del mundo como imagen, concepto y representación, sino de reconocer el fondo suprarracional de la razón, reconciliando el logos humano con el divino.



[1] Cfr. Lo santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios, fue publicado inicialmente en 1917.