RICARDO PALMA Y LA FILOSOFÍA
Gustavo Flores Quelopana
Presidente de la Sociedad Peruana de Filosofía
¿De cuándo acá ha de ser el autor
de un libro el que mejor lo entienda? ¿Quién diría que en las Tradiciones Peruanas está oculto el plan
filosófico de Don Ricardo Palma en consonancia con su utopía nacionalista?
También en su literatura se cuecen habas filosóficas.Es innegable que así como
hay filósofos que recurren a la literatura para expresar sus ideas teoréticas,
del mismo modo hay literatos con vuelo filosófico. Ahí tenemos, por ejemplo, a Esquilo,
Sófocles, Eurípides, Dante, Goethe,
Schiller, Herder, Romain Rolland, Hermann Hesse, Kafka, Thomas Mann, César Vallejo,
Bertolt Brecht, entre otros. Lo mismo ocurre con el picaresco y ameno Don
Ricardo Palma.
Lo del gran tradicionista nunca está
expresado directamente sino a través de la narración. Anticatólico pero jamás
un secularista apartado de los valores universales permanentes ("Dos
excomuniones" y "El alcalde de Paucarcolla"), que se lamenta de
la ausencia de moral. Su cuestionamiento del positivismo triunfante ("Lida"), del utilitarismo y del materialismo, en sus lamentos de falta
de ética en el Perú republicano. Su visión de la realidad nacional es criolla,
desconoce el Perú profundo y desconfía del indio. Fue un idealista objetivo, un
platónico de las esencias, un enamorado del ideal que siempre debe oponerse a
lo real. Su mirada al pasado cuestiona el presente. Sus tradiciones terminan
siendo dinamita para la actualidad.
Por la salud del alma hay que cultivar
el silencio de la boca, el silencio de los sentidos y el silencio de la mente.
Porque el silencio de la soledad llega sola en la vejez. El silencio admirativo
viene por la imagen, es ontogenética; el silencio reflexivo viene por la
memoria y es psicológica; pero el silencio representativo viene por el
intelecto y es gnoseológico. Por lo demás el silencio de la vida viene
inexorable con la muerte. Por eso sé consciente de tu silencio voluntario, que
es tu verdadero tesoro. No obstante, en el asunto de una filosofía en
Ricardo Palma hay que romper el silencio y elevar la voz a los cuatro vientos.
La poesía es metafísica de la
palabra, es ontogénesis del logos, potencia de la imaginación, y voluntad que
ve directamente imágenes. Y la imagen es de naturaleza primaria porque está
antes de la contemplación y de la representación. La poesía es voluntad sonora
del logos. Donde la imaginación predomina y es todopoderosa, la razón y la realidad
son inútiles. En Don Ricardo Palma hay profusa y fecunda imaginación. Dobla el
tiempo con la ductibilidad de su imaginación. Sin ir más lejos, el efecto
placebo testimonia el poder del espíritu sobre la materia. Mirar sin ver, oir sin escuchar,
sentir sin sensación, o sea palpar lo inasible por el espíritu, es lo que nos
hace humanos. En el arte el hombre hace visible lo
invisible. Don Ricardo Palma da animación al pasado con un mensaje de presente.
Entonces, ¿Qué relación guarda el
sueño con la razón? Se sueña en imágenes, no en metáforas, ni en conceptos. Sus
imagenes son simbolos del alma. La razon sueña en imágenes y forma las
aspiraciones mas profundas del alma. ¿Qué tipo de imaginación da lugar a las
imágenes del sueño? Una que podemos llamar imaginacion dinámica. En Palma la
imaginación dinámica se ensarta con la historia pero con un sentido teleológico
para el presente.
Casi siempre las formas de la
imaginación dinámica manifiestan la aspiración de la vida espiritual hacia lo
elevado. En los sueños se despliegan las alas de la razón hacia la luz. ¿Qué
sueña Don Ricardo Palma? Sueña con un presente desinfectado de taras y
corruptelas. Su elevado ideal es moral. No son razonamienos sino intuiciones
reveladoras. Se puede escribir sobre las edades de la razón y de la inteligencia -los
filósofos lo han hecho-, pero no se puede escribir un libro sobre las edades de
la imaginación, porque de todas las facultades humanas es la única que no
envejece y vive en el ámbito de la eterna juventud. Por eso Palma siempre
rejuvenece con cada lectura, pertenece al Parnaso de los inmortales.
Los poetas y los artistas, cuando
no ciertos filósofos que no se dejan ahogar de racionalismo y ciertos hombres
de ciencia que no se dejan asfixiar de empirismo, poseen dicha imaginación
dinámica en grado superlativo. Palma lo tuvo al no dejarse seducir por el positivismo y
elevar su mirada hacia la desinfección moral de la república. La misma realidad
es una potencia del sueño imaginario. La imaginación nos hace crecer
psíquicamente, es una potencia liberadora. En la imaginación la palabra y el
concepto se hacen metáfora y la idea no pierde su dinamismo. Palma sueña con un
presente desde el pasado virreinal. Imaginaria es la propia existencia humana.
Hubo un tiempo en que la filosofía era imaginación y no concepto, fue su cuna
prehistórica donde lo real y lo numinoso eran indistinguibles.
Uno de los grandes legados
filosóficos de Don Ricardo Palma es que existen dos formas contrapuestas de
entender la Tradición: la tradicionista
y la tradicionalista. La semiosis
tradicionista reconoce el carácter dinámico y, por ende, modificable. En
contraste la semiótica tradicionalista destaca el carácter estático e, en
consecuencia, intangible del pasado. También ambas están basadas en un concepto
distinto del Tiempo que las conduce hacia su contraposición.
El
tiempo en la semiótica tradicionista es concebida como una fluencia del pasado
hacia el presente en una visión hacia el futuro. En cambio el tiempo en la
semiótica tradicionalista concibe el pasado, presente y el futuro de una forma
absoluta y por ende separadas. De esta diferente concepción del tiempo se
desprende una distinta actitud hacia la Historia: revolucionaria en la
tradicionista y conservadora en la tradicionalista.
La
semiótica tradicionista ve la historia en permanente interacción con el
presente y el futuro. Por el contrario la semiótica tradicionalista concibe la
historia como un compartimiento estanco intocable por el presente. Por ello,
para la primera la tradición está en un presente-vivo y en diálogo permanente,
en cambio para la segunda está en un presente-muerto y cerrado para cualquier
cambio.
En el
futuro habrá mucho más que decir sobre la filosofía de Don Ricardo Palma pero
lo indicado queda señalado como una pica en Flandes sobre la importancia de sus
ideas y su arte para la reflexión filosófica.
16 de
noviembre 2019