UFOLOGÍA
El Gran Fraude
PRÓLOGO
LOS OVNIS existen, pero
no son lo que se cree. No son de origen extraterrestre, sino que tienen principalmente
una doble fuente, a saber, preternatural, o sea procede del demonio, y humana,
es decir, se origina en el secretismo de la carrera de armamentos por los peligrosos
conflictos políticos contemporáneos. Por este doble origen la Ufología es una
rama de la demonología, y, al mismo tiempo es un psicosocial de encubrimiento y
manipulación de masas por parte del Complejo Industrial Militar, los servicios
secretos, el Pentágono, y de la principal potencia hegemónica del mundo, esto
es, los Estados Unidos de Norteamérica para mantener el secretismo castrense. Una
tercera fuente es la natural, o sea fenómenos naturales que son tomados como
ovnis. En una palabra, es un gran fraude preternatural y humano en la historia.
Lo primero -origen
preternatural- es manifiesto en: los demonios son capaces de adoptar diversas
formas y producir fenómenos parapsíquicos en personas, cosas y naturaleza; los
movimientos de ovnis desafían las leyes de la física porque no son seres
físicos, sino espirituales-demoníacos; portan un nuevo evangelio reencarnacionista
de adoración a los “Hermanos Mayores”, donde Dios es visto como una energía
cósmica en vez de una Persona, Cristo queda reducido a un astronauta cósmico,
la Virgen María a una mujer que concibió un hijo de un extraterrestre; no
mencionan el Cielo, el Purgatorio, ni el Infierno; y, según el testimonio de
los abducidos, despiden mal olor, practican el secuestro, están obsesionados
con el abuso sexual, huyen al invocar el nombre de Jesucristo y tienen aversión
a la oración y demás objetos sagrados; suelen contactarse con personas que han
practicado magia negra, hechicería, chamanismo, satanismo, demonismo, espiritismo,
yoga, meditación, telepatía, han consumido drogas, y se encuentran apartadas de
la fe por el ateísmo práctico y la vida de pecado. En el fenómeno ovni como hecho
preternatural la agenda satánica anticristiana es particularmente muy
ostensible e inocultable. A todas luces lejos de ser criaturas extraterrestres
sensibles y razonables se muestran como lo que son, seres demoníacos que lejos
ayudar extravían espiritualmente al hombre alejándolo de Dios. Esta casuística
demuestra que la ufología es parte incontrovertible de la demonología.
La segunda fuente -origen
humano- tiene su raíz en el caso Roswell, donde los militares norteamericanos
notaron que, manteniendo un doble discurso, el oficial negacionista y el
extraoficial alienígena, era más fácil mantener el secretismo del desarrollo de
armas secretas, cuyo presupuesto no era del conocimiento ni control del
Congreso. Especialmente alimentando subrepticiamente el mitoide alienígena era
más fácil mantener distraída a la opinión pública, incentivando su creencia con
la industria del cine, y desarrollar aviónica de espionaje para monitorear que
lo hacían, tenían y planeaban los soviéticos en su momento. Recordemos que en
marzo de 1947 se inicia la Guerra Fría entre la Unión Soviética y los Estados
Unidos con la división del bloque occidental capitalista y el bloque oriental
comunista. En julio del mismo año acontece el caso Roswell, que las autoridades
dijeron que era un simple globo meteorológico convencional. Luego a fines de
los años 70 la conspiración ufológica promovió la versión de que se había
tratado de una nave alienígena estrellada. Lo más verosímil es que los
estadounidenses preocupados por saber si los soviéticos ya tenían el arma atómica,
cosa que lo lograron en 1949, se abocaran a intensificar la elaboración de
artefactos para espiar sobre territorio soviético. Obviamente que dicha labor
de espionaje debía mantenerse en secreto y a partir del secretismo comienza a
crecer tanto la versión de encubrimiento como la otra de naves alienígenas. Lo
cierto es que hoy está a punto de revelarse que los norteamericanos ya cuentan
con el avión espía ultrasecreto antigravedad el TR3B Black Manta. El secretismo
del desarrollo de armas supersecretas se justifica en la lógica de la seguridad
nacional, y, al mismo tiempo, alimenta la conspiranoia de los adeptos de la
existencia de los alienígenas. Pero cuando la CIA desclasifica una enorme cantidad
de documentos relacionados con avistamientos de ovnis en los últimos 70 años
-hoy llamados UAP-, ya se encuentran mezclados en el registro los fenómenos
preternaturales, naturales y humanos.
Esta confusión en los
datos ha tratado de ser despejada en los informes oficiales de avistamientos, y
cuando funcionarios de inteligencia del Departamento de Defensa norteamericano
declaran en 2022 frente a los legisladores que sólo un 1 por ciento de los
casos son inexplicables es porque dentro de su lógica científico-tecnológica,
imperante en la actual mentalidad naturalista y materialista, no caben los
fenómenos preternaturales. Simplemente son excluidos y así se deja en la
obscuridad ese uno por ciento. Incluso no todo lo registrado en cámaras es de
hechura humana, y se lo abandona simplemente en la sombra por no admitir la
hipótesis preternatural. No obstante, cuando los Estados Unidos se negaron a
revelar las imágenes de ovnis derribados en 2023 sobre territorio de Alaska, Estados
Unidos y Canadá, se aludieron a razones de seguridad nacional para hacerlo. Si
eran globos normales se entiende que no quieren hacer el ridículo enviando
aviones caza para derribarlos, simplemente no eran globos espías de origen
chino, no podía tratarse de tecnología avanzada no humana por ser tan
fácilmente derribados, lo que hace pensar que eran drones espías propios cuya
tecnología tiene que ser guardada con mucho recelo. Y la destrucción de drones
espías propios puede justificarse como distractor de la opinión pública ante el
fracaso geopolítico y militar en Ucrania.
Ante este panorama la
difundida creencia en seres alienígenas de basan principalmente en las siguientes
razones: pérdida del sentido de lo divino, pérdida de fe en lo sobrenatural, extravío
del sentido del ser y predominio del ente, fe cientificista, extravío
irracionalista de la razón, difusión pseudocientífica del esoterismo ufológico,
profundización de la era sin Dios, reseteo anticristiano de la conciencia humana,
recrudecimiento de lucha geopolítica global, iglesia infestada de racionalismo
y naturalismo, intensificación de la actividad infernal en estos tiempos
liberales. Especialmente la campaña para no creer en el diablo es doblemente útil
por negar la redención y facilitar la creencia en alienígenas. Sobre la base
del ínfimo porcentaje sin resolver se han formulado numerosas hipótesis que
podemos clasificarlas en cinco grandes interpretaciones: naturalista-científica,
humana, alienígena, teológica y filosófica.
(1) La interpretación científico-naturalista
afirma que los avistamientos se tratan de fenómenos naturales (rayos esféricos,
nubes lenticulares, y similares). Además, la ciencia añade que no hay ET en la
Tierra porque las enormes distancias, la velocidad y el tiempo de vida de una
civilización imponen serias limitaciones al encuentro de dos civilizaciones
tecnológicas en el universo, en caso que la hubiera. Por tanto, el tema de los
ET y los ovnis permanecen en el ámbito de la ciencia ficción y la imaginación
fantástica. Hasta el momento no existe evidencia alguna sobre la existencia de
los ET.
(2) La interpretación
humana se divide en tres: (2.1) psicológica, (2.2) tecnológica y (2.3) militar.
La psicológica comprende: (2.1.1) la inconsciente (mito creado por la psique
arquetípica), (2.1.2) psicosocial (centrada en el testimonio del testigo), y (2.1.3)
paranormal (relacionado con el estado ampliado de conciencia). La (2.2) tecnológica
(basura espacial, y tecnología militar furtiva), y (2.3) mitoide militar
(creado para encubrir desarrollo de armas secretas). Se trata de una
interpretación escéptica sobre la existencia de ET.
(3) La interpretación
alienígena (civilización mucho más avanzada que la humana) se subdivide en
tres: (3.1) seres intraterrestres (vienen de dentro de la Tierra), (3.2) seres
interdimensionales (vienen de otra dimensión del Universo), (3.3) seres
intertemporales (vienen del pasado o del futuro).
Como se ve esta tercera
interpretación da crédito absoluto y con una ingenuidad pasmosa a la existencia
de los extraterrestres. Es esta tercera interpretación la que se ha convertido
en una religión esotérica, más conocida como la “religión platillista”, predica
la adoración y reverencia a los “Maestros Cósmicos” o “Hermanos mayores”, que
en cada país del mundo tiene sus conocidos gurús y cultores, está detrás de un
inmenso negocio de souvenirs ufo, y lo único que añaden es más confusión en el
asunto con sus porfiadas hipótesis conspirativas. Varias veces han sido
desenmascarados[1], pero siempre
vuelven a la carga con una porfía que linda con la patológica mitomanía
paranoica. De cualquier forma, este contingente fanático de la religión alien caló
en la cultura popular y brinda un excelente servicio de encubrimiento de la tecnología
militar furtiva. A esta causa ha servido la serie de The History Channel “Alienígenas
ancestrales”, que explora la hipótesis de Erich von Däniken de antiguos astronautas,
totalmente llena de afirmaciones acríticas, retóricas, especulativas, tendenciosas,
incomprobadas, sensacionalistas y pseudocientíficas. Dicha serie, que siempre
excluye la opinión opuesta, nunca invita a expertos discrepantes y explota la
credulidad de la gente con narraciones inverosímiles, ya ha recibido la crítica
de historiadores, cosmólogos, arqueólogos y otros intelectuales serios por
promover activamente la pseudociencia, la pseudohistoria y la
pseudoarqueología. Por décadas la radio, televisión y cine han creado la
paranoia social sobre la cultura popular sobre invasores del espacio. Para las
agencias de inteligencia no deja de ser una oportunidad de oro para comprobar
la manipulación mental sobre las masas. La ciencia ficción ha permitido
evadirse de la realidad a sucesivas generaciones, pero cuando estas ficciones se
toman por realidad significa que la ufología es un signo de la crisis del
pensamiento moderno. A su vez responde a
una activa conspiración promovida por las agencias de inteligencia para ocultar
los llamados Programas negros de armas secretas. Hacer que la gente piense en
aliens es más conveniente al secretismo militar de armas furtivas.
(4) La interpretación
teológica que se subdivide en cuatro: (4.1) sobrenatural (son ángeles), (4.2) preternatural
(son demonios), (4.3) alienígena (son extraterrestres), y (4.4) mixta (son
ángeles, demonios, ET y tecnología furtiva humana). Aquí tenemos una versión
enfrentada y dividida sobre la existencia de los alienígenas. Esta interpretación
explica que la impresión que dejan los demonios, como seres espirituales, de
venir del pasado o del futuro es debido a que no son entes temporales ni
eternos, sino eviternos. Mientras la eternidad es permanente y pertenece a Dios,
y la temporalidad es contingente y es propio de todo lo que está en el mundo, la
eviternidad es simultáneo con el antes y el después, y es propio de los espíritus
puros. Santo Tomas de Aquino, que había recogido anteriormente en las Sentencias
la distinción de Boecio de la eviternidad, en la Suma teológica (I, 10,
i-vi) al plantearse el problema de la eternidad de Dios afirma que la
eviternidad es la forma de duración propia de los espíritus puros, pues están
en el tiempo, pero no son eternos. La eviternidad omnisimultánea, no tiene
antes ni después, pero éstos pueden ser conjugados. Por eso que los espíritus
puros pueden ver el pasado y el futuro. Como se podía ser de otro modo, de su
eviternidad se aprovechan con malicia los demonios para desconcertar al hombre,
sobre todo cuando se hacen pasar por seres espaciales que conocen el pasado y
el futuro de la humanidad.
(5) La interpretación
filosófica se divide en tres: (5.1) realista ontológico-metafísico (no todo lo
existente es real), (5.2) nominalista (lo individual es lo real) y (5.3) la culturalista
(la sociedad del momento decide lo que es real). En lo filosófico tampoco hay
consenso como en la interpretación teológica.
En buena cuenta, la
interpretación (1) y (2) no avalan la hipótesis ET, sólo lo hace enteramente la
(3) y en parte la (4) y la (5). De modo que no extraña que la epistemología haya
clasificado a la ufología de pseudociencia y sólo la hermenéutica, desde el
relativismo que promueve, haya relajado el criterio. Pero la filosofía que no
se limita a la epistemología, y rebasa la hermenéutica, sin descuidar la
teología, considera que la ufología sin ser ciencia no es del todo pseudociencia,
porque pertenece al ámbito de las ciencias espirituales. Y es allí donde mejor
se revela su naturaleza fraudulenta por parte de los ángeles caídos. Lo cual tampoco
es un impedimento para reconocer que es un mitoide militar humano para ocultar
armas furtivas.
En suma, la Ufología es
el gran fraude en la historia urdido tanto por los ángeles caídos, y por el
imperio norteamericano en su empeño por lograr la superioridad militar sobre su
oponente a través de armas secretas furtivas. Se trata de un gran fraude
relacionado con la mentira del demonio y el secretismo militar nacido de los
conflictos políticos contemporáneos.
1
DEMONIOS Y NO ALIENÍGENAS
Cuando en una reunión abierta al
público Monseñor Corrado Balducci dijo ante el ufólogo mexicano Jaime Maussan que
los extraterrestres no eran ángeles ni demonios, sino alienígenas hijos de Dios,
cometió un exceso de tal ligereza y magnitud que otros sacerdotes tuvieron que
salir al frente para demostrar lo contrario. Uno de ellos fue el Padre Ángel Peña
O.A.R. en su libro Extraterrestres, el gran engaño diabólico (2020).
Tras una meticulosa
exposición llega a la conclusión de que el gran engaño diabólico es hacer creer
a la humanidad de que existen los extraterrestres y que deben ser adorados como
dioses. Por ello, hablan de Jesús como un alienígena, de Dios como una energía
cósmica, sustituyen la redención por la reencarnación, no mencionan el Cielo,
el Purgatorio, ni el Infierno, mientan a la Virgen como la que fue hibridada
por un extraterrestre, y huyen al escuchar los nombres sagrados. De modo que su
estudio llega a la conclusión de que la ufología es una rama de la demonología.
Antes de entrar al análisis
de los argumentos del P. Peña es necesario enfrentarse a la idea muy difundida en
nuestra era sin Dios, de ateísmo práctico, nihilista y escéptica de que el
diablo no existe. La cultura actual subestima la existencia del demonio,
considerándolo como una ilusión de épocas primitivas que atribuyen a agentes distintos
de los del orden natural como causa de los fenómenos que acaecen a nuestro
alrededor. Esta postura racionalista y naturalista facilita la labor del maligno.
Pero los sujetos demonopáticos presentan una serie de fenómenos paranormales
cuya objetividad ya está fuera de duda. A partir de estos casos se constata que
es vano ilusionarse de que la ciencia pueda explicarlo todo y de que es posible
reducir todo mal a causas naturales. Los libros de los exorcistas más
reconocidos testimonio que existe el mal demoniaco, el cual es refractario a
cualquier fármaco común, y que sólo desaparece con el socorro religioso. Esto
lo testimonian las experiencias de los más reputados exorcistas actuales, me
refiero a Monseñor Balducci, Monseñor Milingo y el Padre Amorth.[2]
Ahora se entiende que el Evangelio subraye la importancia de expulsar a los
demonios, poder extraordinario que mostró Jesús, que dio a sus discípulos, y
que Dios dotó a la Iglesia de poderes sacramentales para proceder la expulsión
de los demonios. Lo que nos recuerda que las religiones paganas y antiguas estaban
infestadas por Satanás, llenas de sacrificios humanos, superstición, magia, brujería,
y hechicería. Aquí vale la pena recalcar lo que más subrayan cado uno de ellos.
Monseñor Milingo
sostiene que en este mundo de hoy donde se ha perdido el sentido del pecado hay
que abandonarse a la Providencia. El diablo es real, mentiroso, cree en Dios,
pero sólo desea la destrucción del hombre. Contra Satanás basta con predicar a
Cristo, cumplir con sus mandamientos, invocar os espíritus custodios, y creer
en el poder curativo del Señor.
El Padre Amorth, por su
parte, considera que es urgente recuperar la orden menor exorcística, reprocha
el desinterés e incredulidad sobre el exorcismo a pesar que hay una gran
demanda de exorcistas, el exorcismo es un sacramental, debe ser un ministerio
permanente, la Iglesia no puede abdicar de esta específica misión, los obispos
están incurriendo en delito de omisión, la expulsión de los demonios se
especifica en el evangelio de Marcos, y es una pastoral por reconstituir.
Aconseja distinguir entre lo sobrenatural, paranormal y preternatural o
diabólico. Lo principal en el diagnóstico es la aversión a los objetos
sagrados, el mal no se modifica con medicinas de la ciencia, ni la psiquiatría
puede explicar que hablen en lenguas desconocidas, se hagan movimientos
corporales antinaturales, puedan materializar clavos, tornillos, tijeras y
batracios expulsándolos por la boca.
El mayor obstáculo para
la cura es la vida de pecado y el ateísmo práctico. En estos tiempos de
disolución moral el demonio se encuentra activísimo sobre personas, comunidades
y países. Si no se cree en el diablo no se cree en el Evangelio, si se elimina
la existencia del demonio anulamos la redención. La cristología de los santos
padres y los documentos eclesiales lo ratifican. Pero no hay que olvidar que el
demonio ya fue derrotado por Cristo y María Santísima, los ángeles y los
santos.
Por último, el
demonólogo Balducci sentencia que el diablo existe, puede ser reconocido, y, a
pesar de que su ataque continúa, ya fue vencido por Cristo. Lo cual ni la
psiquiatría ni la parapsicología lo puede negar. No olvidemos que fue Balducci
el que descartó -a nuestro parecer equivocadamente- que los extraterrestres
estén relacionados con la actividad ordinaria del demonio.
Pero lo explicitado
basta como demostración de que la pastoral exorcística demuestra la existencia real
y objetiva del demonio, el gran engañador y mentiroso. Lo que nos permite establecer
que cuando el Padre Peña habla de los extraterrestres como el gran engaño
diabólico, está hablando de algo real y no mera fantasía de la mente humana.
Repitamos que su tesis central es que los extraterrestres son el engaño del
diablo para hacer creer que existen y que deben ser adorados como dioses.
Además, hace reparar en
un detalle nada intrascendente y que concierne a su naturaleza ontológica, a
saber, que fuera de Dios sólo los ángeles son espíritus, los cuales no se rigen
por las leyes de la materia. Y si los ovnis violan las leyes de la materia,
entonces no son materiales, sino espíritus. Pero si son espíritus no son Dios,
ni ángeles de Dios, porque su mensaje no se corresponde con él. En
consecuencia, son ángeles caídos, o sea son demonios. Es decir, la primera
conclusión es que se trata de seres inmateriales, o sea, espíritus, no sujetos
a las leyes de la materia. Pero, como veremos más adelante, se trata de ángeles
caídos por su modus operandi -secuestro, violación, mensaje reencarnacionista,
mal olor, entre otros-.
A propósito de que no se
rigen por las leyes de la materia, esto nos recuerda unas declaraciones sobre
los ovnis dadas por el físico de cuerdas Michio Kaku. Refería que el movimiento
inusitado observado en los ovnis no se sujetaba a las leyes de la física
conocida, y, por tanto, se trataría de una civilización tecnológicamente muy avanzada
cuyo dominio de las leyes de la naturaleza le permite superarlas. Es evidente
que aquí el famoso físico no está hablando como científico, sino como
especulador de la ciencia ficción. Su razonamiento ha sucumbido en esta
oportunidad a décadas de bombardeo constante de la ciencia ficción en la
literatura, radio, televisión, cine, y demás, venciendo a su razonamiento científico.
No en vano Kaku ha publicado un libro de ciencia ficción llamado Física de
lo imposible, donde habla de que podremos ser invisibles, viajar en el
tiempo y teletransportarnos. Ya no sabemos si estamos leyendo a un hombre de
ciencia o si estamos viendo el anime Futurama. Y no contento con ello
publicó luego otra obra futurista, El Futuro de la
Humanidad, donde se despacha sobre la colonización de marte, los viajes
interestelares, la inmortalidad, y nuestro destino más allá de la Tierra. Otra
vez nos rememora la serie televisa Viaje a las estrellas. Es decir, su
entusiasmo por la ciencia ficción aumentó tanto que no sabemos si recorremos
páginas sobre ciencia o un guión de cine ficción. La ventaja que muestra en sus
obras es que domina la física fundamental, dándole a sus especulaciones un viso
de verosimilitud. No obstante, esta tentación de mezclar ciencia y ficción
inunda cada vez a los hombres de ciencia, no se resisten a la tentación, y en
el camino sólo muestran una estrecha óptica cientificista que ve el futuro
edificado por el supuesto pensamiento científico. Sucede lo mismo con los que
arrastrados por el entusiasmo galáctico ya elaboran políticas para entenderse
con los extraterrestres. A esto, un autor como Alfred Webre le llama en su
libro, Exopolítica.
Lo que observamos en
estos autores es una compartimentalización del saber que le impide asumir una
mirada total del problema, y, en su caso, combinan la visión científica con la
ficcional. El caso de Kaku es el más llamativo. Es un científico, opina como
científico, piensa como científico, pero sueña como literato de ficción. No
toma en cuenta la variable teológica, filosófica, psicológica ni geopolítica.
Ello lo conduce a un estrechamiento de miras ostensible y clamoroso. Si los
ovnis violan las leyes de la física, entonces pertenecen a una
supercivilización avanzada. En ningún momento piensa en la posibilidad de que
no son materiales, que sean entes espirituales. Y es que su cientificismo le
ocluyó la perspectiva espiritual.
Y es que la mentalidad
naturalista, racionalista y materialista que predomina en el mundo moderno de
hoy, lleva a priorizar las conclusiones unidimensionales, sin amplitud de
miras, ni profundidad en sus consideraciones teóricas. A este tipo de
razonamiento pseudoempírico y ficcional pertenece la hipótesis de la
civilización galáctica avanzada.
En nuestra opinión la
apreciación del P. Peña es la correcta. No sólo porque toma en cuenta la
variable teológica-espiritual, y la existencia de otros estratos
ontológicos-filosóficos, sino porque la existencia de espíritus inmateriales se
confirma en la práctica exorcística y la enseñanza evangélica. Su razonamiento
es límpido y se condice con el comportamiento del fenómeno observado.
En cambio, la
interpretación de Kaku nos conduce a una serie de dificultades científicas y
que sólo son admisibles en la ciencia ficción. Una de las principales
objeciones a su planteamiento es por qué tendría que haber otras leyes en el
Universo si éste siempre es el mismo, o sea material y energético, en todas
partes. Su interpretación se inscribe casi automáticamente y sin sentido crítico
en la existencia de seres alienígenas. Pero, por qué tendríamos que creer que éstos
existen, acaso el fenómeno ovni es suficiente evidencia de su existencia. Y
como no lo es, las ideas vertidas por Kaku son mera y pura especulación.
Por lo demás, para que
el Universo cumpla su destino no es necesario que esté lleno de vida por todos
lados. Basta que exista en un solo planeta, donde haya vida inteligente. Pero
ahora el entusiasmo de los ufólogos convencidos en la existencia en los aliens ha
llegado al paroxismo histérico con la astrobiología y la exoplanetología. La
astrobiología es una rama de biología y la astronomía que estudia el origen,
evolución, distribución y futuro de la vida en el universo, siendo uno de sus
temas si existe vida más allá de la Tierra. Al entusiasmo por encontrar vida en
el cosmos se une la Exoplanetología, como ciencia que estudia planetas
alrededor de otras estrellas, siendo uno de sus temas favoritos la búsqueda de
planetas similares a la Tierra. No obstante, hasta ahora
los exoplanetas confirmados con mayor índice de similitud con la Tierra son solamente
dos: Kepler-296e (93 %) y Kepler-395c (91 %). Y no es nada seguro. Lo cierto
hasta ahora es que la vida aparece en el universo cuando están presentes unas
condiciones físicas y químicas adecuadas. La vida es un fenómeno del Universo
maduro, por eso no puede aparecer en cualquier momento, ni en cualquier parte.
Y lo comprobado es que la vida se dio hace 4,500 millones de años y no antes.
Es decir, el Universo tienen 13,770 millones de años, pero tuvo que pasar un
largo tiempo para que estuviese listo para producir vida.
Pero junto a las condiciones físicas y químicas hay
que tomar en cuenta las condiciones astronómicas para que la vida sea posible
(por ejemplo, cese de bombardeo meteórico, inclinación de eje planetario,
periodo de rotación, distancia al sol, las órbitas circulares, la capa
atmosférica, el escudo magnético, un satélite como nuestra Luna que estabilice
la rotación planetaria, cause mareas, corrientes marinas, produciendo
estaciones, y un planeta protector como Júpiter). A todas estas condiciones que
promueven la aparición de la vida y reúne nuestro planeta Tierra se ha llamado
la zona “ricitos de oro”. Cosa que no se ve en los exoplanetas hallados, los
cuales son muy masivos y cercanos al sol. O sea, no reúnen las condiciones para
la vida. Además, puedan que no sean planetas, sino enanas marrones o café.
Pero en caso de que hubiera otros seres inteligentes
en el universo, nuestro encuentro con ellos se hace tan difícil por las
considerables distancias cósmicas. El astrofísico y matemático mexicano Armando
Arellano[3] añade que el contacto es imposible por la
contracción del tiempo, el corto tiempo de vida de una civilización
tecnológica, el costo demasiado alto del gasto de energía, el peligro del
exceso de velocidad -no se puede exceder la velocidad de la luz-, y la
velocidad de viaje excesivos. Por todo ello, simplemente no vale la pena. Pero
la búsqueda de formas alternativas de comunicación con extraterrestres continúa.
A pesar que en su momento se levantaron voces connotadas en su contra, como la
de Stephen Hawking, considerando peligroso y aventurado semejante búsqueda. El
escepticismo de la comunidad científica no es impedimento para que incurra en
apatía, pero hasta ahora no se detecta ninguna señal. Simplemente no hay
evidencias de vida inteligente fuera de la Tierra. Puede ser que las civilizaciones
sean fenómenos transitorios en el Universo. En todo caso hay que liberarse de
la credulidad irracional que exhiben los gurús del platillismo[4] y supuestos contactados que se lanzan a hablar de
razas alienígenas y civilizaciones extraterrestres.
Sin embargo, el destacado astrofísico Avi Loeb abandonando
el cauto escepticismo científico optó por la audacia para afirmar del objeto
interestelar Oumuamua, que pasó cerca de nosotros en octubre del 2017, que no
se trataba ni de un cometa, ni de un asteroide, sino de la primera evidencia de
tecnología extraterrestre.[5] Su afirmación se sostenía sobre la forma y
comportamiento que difería del resto de asteroides y cometas observados. Lo que
encendió el debate científico. Loeb admite que está especulando porque no tiene
pruebas ni evidencias confirmatorias, por lo que presenta su idea como una
simple hipótesis de trabajo. Los científicos, como Seligman y Laughlin, le han
respondido que Oumuamua en vez de ser una vela solar artificial con aceleración
gravitacional, sería el primer iceberg espacial de hidrógeno.
Y en verdad, Loeb no se interroga qué sentido tendría
enviar una sonda solar por el espacio esperando un largo tiempo para su
retorno, si es que retorna. Incluso, si se trata de basura espacial de otra
civilización habría que preguntarse qué es lo que utilizaría esa supuesta
civilización ET para sus viajes. Por ello, lo más plausible resulta ser la
explicación natural del objeto, y el entusiasmo de Loeb por el argumento de la
humildad cósmica no es sostén para afirmar que existen los extraterrestres. Otra
inconsistencia suya es que por ningún lugar de su libro menciona a los ovnis.
Es como si sintiera vergüenza de mencionarlos. Pero el paso hacia la
especulación ya está dado, y en ella el desatacado astrofísico abandona la
cautela científica. Simplemente Loeb es presa de un súbito entusiasmo por la
vida inteligente en el espacio sin prueba alguna.
Pero como el llamado por
la seriedad científica no muere en él Loeb en junio del 2023 se lanzó a una
travesía por el océano Pacífico en busca del primer objeto interestelar jamás
detectado. Es decir, buscaba evidencia confirmatoria de que han caído en la
Tierra restos de tecnología extraterrestre. Y qué fue lo que encontró en el
fondo del mar, simples esférulas magnéticas de hierro del meteorito IM1 más
duro que los demás, pero Loeb y su equipo insiste en su probable origen artificial.
En el mejor de los casos se tendrá una mejor comprensión de la composición de
los meteoritos interestelares. Mientras tanto prosigue su búsqueda de un
artilugio extraterrestre.[6]
El revuelo sobre la
posible existencia de los ovnis, rebautizados en sus siglas en inglés como
FANI, estuvo a cargo del propio gobierno americano que en un informe de nueve
páginas, del 25 de junio del 2021, brindaba explicaciones a través del
Pentágono sobre los 144 casos presentados. Su conclusión fue que se tratan de:
(1) desórdenes en el aire, (2) fenómenos atmosféricos naturales, (3) programas
de desarrollo industrial -léase drones y armas secretas, y tecnología aérea
furtiva-, (4) sistemas de adversarios extranjeros -China o Rusia-, y (5) Otros
no especificados. En este último acápite (5) los entusiastas de los ET hablaron
de seres extraterrestres y visitantes del tiempo. Pero el Pentágono lo negó
reiteradamente, como en otras oportunidades. No obstante, cuando en el mes de
junio del 2023 el exagente de inteligencia David Grusch declaraba en un informe
que el gobierno americano, sus aliados y contratistas de defensa llevan décadas
recuperando objetos extraterrestres de origen no humano.[7]
Para Loeb se trataría de basura espacial interestelar de origen tecnológico
extraterrestre que dejó de funcionar antes de impactar contra la Tierra. Un mes
más tarde, la posterior negativa del Pentágono de revelar todos los archivos
prometidos sobre ovnis, bajo el argumento de seguridad nacional, encendió la
sospecha de que el gobierno ocultaba tecnología ET.
El caso es que nadie se
puso a pensar en lo sospechoso del testimonio de un exagente de inteligencia
diciendo prácticamente que los ET existen. Justo lo que el gobierno necesitaba
para seguir encubriendo los programas secretos y presupuestos negros. Todo
indica que lo más sensato es pensar que el mito de los extraterrestres sigue
sirviendo de excelente coartada para proseguir intensificando el programa de
armamento secreto.
Elon Musk ha sostenido
que su experiencia en SpaceX le permite decir que no hay evidencia sobre la existencia
de extraterrestres. A los que Loeb le respondió que Musk no sabe de lo que
habla. Sin embargo, cuando el Pentágono reveló videos de ovnis, llamados Tic Tac
por su forma de caramelos, filmados por pilotos militares y cuando la NASA
reconoce que existen, aunque no puede decir qué son. Justamente sobre los
movimientos de esos objetos opinaba Michio Kaku. Y a esos mismos nos referimos
cuando aludimos que no se tratan de máquinas que violan las leyes de la
naturaleza, sino de espíritus malignos engañosos. Precisamente son esas
filmaciones las que el Pentágono revela y no las otras que están relacionadas
con la seguridad nacional. O sea, da a conocer los objetos sin explicación dentro
de la mentalidad naturalista y materialista moderna, como los llamados tic tac,
y no difunde lo que se relaciona con armamento y tecnología secreta. Los tics tac
son ovnis o fanis que se sumergen a gran velocidad en el agua y vuelan en el
aire desarrollado movimientos contra las leyes de la física. Además, aparecen y
desaparecen súbitamente. Su comportamiento descrito como inteligente coincide
con su interpretación como seres espirituales en vez de materiales.
Sencillamente son demonios y no extraterrestres, como veremos con más detalle
páginas adelante.
La confusión en el
fenómeno entre posibilidad y probabilidad conduce a afirmar que todo lo posible
merece existir. Pero no es así, ni es cierto. Existen las alucinaciones,
espejismos, y fantasías, pero no son reales. Hay todo un abismo ontológico que
separa la posibilidad de la realidad, y no pueden ser confundidos. No todo lo posible
es probable, ni todo lo probable es real. Lo posible es potencial y ficcional,
lo probable es un suceso contingente que puede darse, y lo real es la actualidad
efectivamente dada en el espacio y en el tiempo con individualidad propia. Nosotros
en un trabajo anterior[8]
ya nos hemos encargado de demostrar in extenso que no todo lo que existe es
real. De manera que hablar de otros planetas con vida inteligente y de
supercivilizaciones galácticas avanzadas no es más que hablar de posibilidades
y no hechos concretos.
Que los ovnis sean espíritus
malignos engañosos no es hablar de una posibilidad, sino de una realidad
concreta, porque cumplen su propósito embaucador de hacer creer que son
máquinas avanzadas extraterrestres que con un nuevo mensaje religioso vienen a
salvarnos. No está demás reiterar que los espíritus pueden materializarse adoptando
distintas formas.
El razonamiento de lo
posible se asocia con la falacia de la vastedad del siguiente modo: Siendo el
universo tan vasto, es imposible que no exista vida inteligente en otros
lugares del Universo. En el fondo del razonamiento está oculto una interpretación
nominalista de la esencia de Dios, la cual pone su voluntad sobre su Sabiduría.
Pero aquí hay que recordar que Dios no hace lo que puede, sino lo que debe
según su divina inteligencia. La vastedad no justifica suponer que lo posible
sea real. En suma, hablar de extraterrestres es hablar de meras posibilidades,
de demonios de puras realidades.
ABDUCIDOS, MUTILACIONES
¿Qué clase de seres
avanzados podrían ser aquellos que abducen o secuestran a sus víctimas para
realizarles supuestamente experimentos sexuales o genéticos? ¿No
es la abducción una segunda prueba de que se tratan de demonios en vez de
extraterrestres?
La ufología se llama
abducción al secuestro de un humano por seres extraterrestres que toman el
control de su cuerpo para hacer experimentos en su propia nave espacial. Desde
los años 1950 son descritos estos casos y tras retornar de la abducción algunos
presentan cicatrices, objetos metálicos dentro del cuerpo, reiteradas
pesadillas, fobias a olores, ruidos u objetos, sinagesia o sensación traumática.
El caso del maderero Travis Walton en 1975 es uno de los más famosos. Sus
detractores intentaron demostrar que todo de trató de un fingimiento para sacar
provecho económico. Otros, como como el escritor de ciencia Michael Shermer,
sostuvieron que Travis Walton no fue secuestrado por extraterrestres y que
basta el poder del autoengaño para explicarlo. Al fenómeno de abducción se asocia
la fenomenología del Tiempo perdido y Parálisis de sueño, todos accesibles
mediante hipnosis.
El reconocido cosmólogo
y astrofísico Carl Sagan escribió expresamente un libro, El mundo y sus
demonios, para demostrar la superioridad del método científico y refutar la
nueva ola de credulidad, superstición, prejuicios e irracionalismo que amenaza
a la civilización científico-técnica[9].
En su cruzada arremete contra ovnis, abducciones, inteligencia extraterrestre,
curanderismo y otras falacias. Quizá un punto cuestionable en su enfoque sea
que no relaciona el pensar acrítico con el tipo de hombre funcional que crea el
capitalismo, y tampoco explica el tipo de espiritualidad no religiosa, ni
trascendente que promueve la ciencia. Eso lo hace en su momento Charles Taylor
en su obra La era secular.[10]
Pero el punto que nos
interesa aquí es que Sagan niega rotundamente que los casos de abducción sean
ciertos, tratándose solamente de historias inventadas para romper la aburrida rutina
de la vida cotidiana y sentirse mejor al ser elegido por seres superiores. Además,
dice, es fácil inducir recuerdos lúcidos totalmente falsos. Concluye su crítica
afirmando que existen paralelismos entre las apariciones marianas y las
abducciones de extraterrestres. Para Sagan las abducciones son falsas.
Para el estudioso
británico John Rimmeren en su obra The evidence for
alien Abduction (1984) ha ocurrido sobre seres humanos sanos, normales,
y no interesados en el problema ovni. De la misma opinión son otros expertos en
regresión hipnótica. Lo curioso es que las historias de abducción se han incrementado
después de que la cultura popular se ve invadida por historias de extraterrestres.
No obstante, esto no es
del todo cierto. Existe un antiguo manuscrito chino del siglo dieciséis que
describe una abducción extraterrestre. Escrito en 1528 describe un encuentro
cercano del tercer tipo. Es la historia de un albañil de un pueblo que ve una
luz que se detiene en el cielo y decide ir a investigar. Ve una gran luz muy
intensa del tamaño de una casa, que cambia de color y que flota a unos
cincuenta metros sin hacer ruido alguno. El albañil siente gran temor y se desmaya.
Al despertar con gran escalofrío logra identificar algunos astros, no ve ningún
ser humano, pero sí seres demoníacos que lo rodean y le hablan en lengua
incomprensible. Se vuelve a desmayar, pero poco tiempo después despierta en su
casa y se entera que había estado ausente durante un año. Como prueba de lo
acontecido mostró una cicatriz roja en su pecho. Esta historia fue autenticada
por el Ministerio de Cultura chino junto a otras quinientas páginas de la era
de la Dinastía Ming. Otros sostienen que los casos de abducción en la antigüedad
no son tan infrecuentes como se piensa, y que los podemos encontrar en la
Biblia (Ezequiel, Elías) -lo que nos parece inadecuado para el caso-, en
dracmas fenicios y otros. En cualquier caso, dicha historia china prueba que
las abducciones no son un fenómeno moderno como algunos piensan. ¿Pero pueden
tratarse episodios psicóticos?
Ahora veamos la opinión sobre
la abducción de John E. Mack, profesor titular de la Universidad de Harvard y
ganador del Premio Pulitzer. En 1994 publicó el libro Abducidos, tras
estudiar unos cien casos de abducción postuló la hipótesis de que se trataban
de personas mentalmente sanas que se han enfrentado a experiencias traumáticas
de origen desconocido. Registró mediante la hipnosis regresiva que todos los
abducidos son secuestrados y sometidos a experiencias dolorosas contra su
voluntad por supuestos extraterrestres que dicen telepáticamente estar creando
una nueva raza de seres híbridos, y por ello los abducidos sufren procedimientos
intrusivos sexuales. Los abducidos testimonian sentir terror ante estos seres
que no parecen tener sentimientos, por momentos son translúcidos y que
presentan a los humanos imágenes apocalípticas del planeta Tierra. Una cosa que
Mack cuida mucho es desmentir que la hipnosis regresiva sea siempre sugestión o
inducción de falsos recuerdos. No siempre es así, aunque puede serlo.
Lo que llama mucho la
atención en su estudio es que los abducidos cuenten historias similares que
siguen un mismo patrón, como si no fuese una invención subjetiva de la mente,
sino un hecho objetivo realmente vivido. Si cien personas abren una puerta y
dicen ver un gato no es que estén sugestionadas, ni que quieran llamar la
atención, ni que estén viviendo un episodio psicótico, sino que tal gato es real.
Cosa similar ocurre en la abducción. Es muy difícil que el estado de relajación
producida por la regresión hipnótica produzca siempre las mismas imágenes. Debe
haber un contenido objetivo que produzca las coincidencias.
Pero Mack es un científico,
esta vez de la mente, y por ello está desprovisto, como Carl Sagan y Michio
Kaku, de un enfoque espiritual. Por ello, no advierte que la abducción es otra
forma de posesión demoníaca. De ahí que en su conclusión afirme que la abducción
sea de origen desconocido. De cualquier forma, arriba a una idea más matizada,
prudente y cauta que los cosmólogos y físicos mencionados.
Si hay historias antiguas
de abducción o encuentros del tercer tipo eso significa que estamos ante seres
espirituales demoníacos que se hacen pasar por extraterrestres para convencer a
la humanidad de una narrativa donde Jesucristo queda convertido en alienígena y
Dios en mera energía impersonal, como se verá. Por lo pronto podemos preguntarnos:
¿Qué clase de seres son aquellos que secuestran a humanos para practicar experimentos
contra su voluntad? ¿Por qué aquellas criaturas causan pavor, paralizan e
inducen el desmayo? ¿Por qué en todos sus supuestos experimentos los humanos
quedan traumatizados? ¿Por qué dejan huellas en el cuerpo físico? ¿Qué necesidad
tienen de venir de otras galaxias para secuestrar y experimentar con humanos?
¿Acaso no pueden sintetizar artificialmente nuestro ADN? ¿Por qué dejan bajo
circunstancias misteriosas y anómalas el cadáver mutilado de animales del campo
sin señales de animales depredadores? ¿Por qué se ceban en los órganos sexuales,
en la extracción del ano y en drenar la sangre fuera del cuerpo? ¿Por qué esa
obsesión con la sangre en los animales mutilados? ¿Por qué estas prácticas
sanguinarias han sido relacionadas casi siempre con ovnis? ¿Necesitan esos
seres alimentarse del vital elemento? ¿Tan avanzados pueden ser esos seres que
necesitan mutilar animales? ¿Pueden tratarse estos seres de ángeles o, más
bien, de demonios que siempre han mostrado una obsesión por la sangre? ¿Por qué
buscan con ello infundir pavor y producir sobresalto en los humanos?[11]
Lo que se describe en
diversas fuentes sobre las abducciones coindicen en ser eventos traumáticos en
quienes la sufren. Es una vivencia perturbadora que deja secuelas en la vida
psíquica, el organismo y altera la vida cotidiana. ¿Tendría sentido que viajeros
espaciales se comportaran de esa forma con seres de la civilización que
encuentran en el planeta Tierra? No, no tiene sentido. Y si es incoherente y
contradictorio su comportamiento ¿cómo logran convencer a millares de seres
humanos de que son alienígenas extraterrestres? Porque en una subcultura
dominada por la ciencia ficción le resulta fácil a los demonios hacerse pasar
por extraterrestres para convencerlos en sus perversos propósitos
anticristianos. La abducción y los agroglifos son una manifestación más de que
la ufología es una rama de la demonología.
3
AGROGLIFOS Y CONTACTISMO
Algo parecido con la
abducción y las mutilaciones sucede en lo misterioso con los agroglifos[12]
o círculos en los cultivos de trigo y maíz, que, aunque se ha probado que
pueden ser hechos por humanos, no obstante, hay una gran parte de ellos que
tienen origen desconocido y con mensajes bastantes elaborados para ser de
simples bromistas aficionados.
Más de diez mil círculos
han sido reportados en diferentes partes del mundo. Los creyentes en fenómenos
paranormales lo han atribuido a seres extraterrestres. Pero, ¿Por qué los
propietarios dan testimonio de su aparición repentina y que parecen haber sido
creados en la noche? ¿Por qué otros han visto volar ovnis en la zona? ¿Por qué
se incorporan formas figuras de gran tamaño y complejidad con características
matemáticas y científicas? ¿Qué otra necesidad, sino la de confundir, podrían
tener aquellos seres que hacen semejantes figuras? ¿Para qué dejar huellas
electromagnéticas en las plantas? ¿por qué permitir que las plantas emitan
radicación residual? ¿Por qué se han relacionado con bolas de luz que serían
inteligencias que las producen? ¿Por qué los diseños complejos incluyen la
proporción áurea, el conjunto de Mandelbrot y la curva de Koch, todo lo cual
para su elaboración exigiría para los humanos instrumental topográfico?
Las abducciones, las
mutilaciones y los círculos en las cosechas tienen algo en común, a saber, el
misterio que causa intriga y temor. Algo que está muy lejos de las prácticas
del mundo de los ángeles, pero que caracteriza muy exactamente el mundo de los
demonios. La abducción parece satisfacer su deseo de hacer sufrir al hombre
física y mentalmente, las mutilaciones parecen dirigidas a saciar su sed de
sangre, algo muy común manifestado en las religiones antiguas muy influenciadas
por demonios, y los círculos en las cosechas parecen estar orientadas a
confundir la mente humana haciendo creer en supuestos mensajes de seres siderales.
Como si tuviera sentido que seres del espacio vinieran desde tan lejos para
dejar mensajes en las cosechas en vez de entregarlo directamente a las
autoridades de la Tierra. Realmente cuesta creer que una broma de tan mal gusto
haya sido tomada en serio por las religiones ufológicas. Lo que hace pensar en
la situación espiritual y mental de los líderes de aquellas sectas platillistas.
Es evidente que el contactismo tiene que ver con el deterioro lógico y de la
razón, y en la manipulación descarada de la credulidad y estupidez creciente de
la gente.
Si el demonio pudo
presentar a Jesús en el desierto todos los reinos de la tierra para tentarlo,
pero fracasó,[13] ¿cómo
no podría producir abducciones, mutilaciones de ganado y círculos en los
cultivos con diseños complejos? Toda la evidencia responde a un mundo
espiritual que sostiene una guerra muy antigua de Satanás contra Dios y sus
ángeles, que ya fue derrotado, pero aún busca descaminar al hombre. Su enorme
actividad en esta época responde a que se le acaba el tiempo y llega la hora de
su fin. Sólo una mirada con sentido escatológico puede hallarle sentido a todo
este proceso, pero la mentalidad moderna tiene la desventaja de atender sólo
los medios y no los fines. La racionalidad funcional de la modernidad es una
limitación que condiciona el pensar científico-técnico, centrado como está en
el ente y no en el ser tiende a dar cuenta sólo de empírico, lo útil y lo
práctico.
Es por ello que la mentalidad
moderna desactiva el sentido de lo divino y tiende a juzgar todo desde el punto
de vista naturalista, material y fáctico. Sólo en su fase terminal la
modernidad se vuelve contra su propio principio subjetivo, abandona lo
antropológico para volverse contra lo natural a favor de la artificialidad, lo
antinatural y convertir todo en producto de la cultura. El apogeo del mito
culturalista -que niega las esencias para proclamar el constructivismo de las
existencias- coincide con el auge de la inteligencia artificial, y la
intensificación de la actividad demoníaca en la historia.
En otras palabras, se
intensifican las acciones del maligno porque en el mundo actual trabajan como
factores a su favor la ruina moral, el consumismo, la narcomanía, la crisis de caridad,
el hedonismo, el nihilismo, el materialismo, el orientalismo, la hechicería, la
disolución en la divinidad, las sectas satánicas. Por ejemplo, desde 1966 en
Estados Unidos existe la Iglesia de Satán, con un Sumo sacerdote que proclama
el inicio de su reino. La Biblia satánica acusa fieramente al cristianismo de
reprimir a la humanidad y no permitir pensar a millones de personas. Recuerda
muchos pasajes de los ataques de Nietzsche al cristianismo, no en vano fue
autor de El Anticristo.[14]
Pero también existe el
Templo de Set y el Templo del Vampiro. Ninguna se ha convertido en un
movimiento de masas, aunque tienen sedes y adeptos en todas partes del mundo. Ciertamente
que el demonio siempre busca ocultarse y finge, incluso puede provocar visiones
y sueños con el Señor, la Virgen o algún Santo, para hacer creer que se está
liberado, pero en estos tiempos se hace más frecuente su manifestación
ufológica por el ateísmo práctico, la vida de pecado, y la disolución moral en que
se vive. Esto hace pensar que nos acercamos al Final del Mundo, al menos tal
como lo conocemos.
Al menos esto da que
pensar el libro Piercing the Cosmic Veil (Descorriendo el velo
cósmico) de Jason Dezember & Joseph Jordan. Esta obra publicada en 2020
ilustra numerosos casos de abducción en que la misma fue detenida mediante el
rezo, el pronunciamiento del nombre de Jesús y la invocación de la Virgen
María. Lo que demostraría la naturaleza demoniaca del fenómeno ovni de la abducción.
Muchas de las personas abducidas han tenido experiencia espiritista, ocultista,
brujería, cartomancia, drogas, meditación, contactismo, satanismo. Pero lo
importante es que el libro consigna que con el nombre de Cristo la abducción
puede ser detenida. Nos preguntamos, entonces, qué tipo de seres deben ser aquellos
que huyen ante el pronunciamiento de los nombres sagrados. Sin duda, no pueden
ser ángeles, sino demonios disfrazados de extraterrestres. ¿Por qué sucede esto?
Sencillamente porque la plegaria, los nombres y las imágenes sagradas tienen importancia
protectora. Es lo mismo que el Padre Peña nos hacía notar en su libro Los
extraterrestres el gran engaño diabólico, cuando consignaba que dichos
seres emprendían las de Villadiego al rezar y oír el nombre de Cristo. Y también
nos hace recordar lo que afirmaba el exorcista el Monseñor Emmanuel Milingo
cuando decía que nada hay más poderoso contra el demonio que el nombre de Jesucristo.
Entonces, aquí hallamos
la respuesta a lo que John E. Mack señalaba a la abducción como experiencia
traumática de origen desconocido. Sencillamente su origen no es tan desconocido
porque al orar y pronunciar el nombre sagrado dichos secuestradores se ausentan
atropelladamente. Pero ya lo habíamos indicado, el psiquiatra no podía darse
cuenta del origen demoníaco de dichos seres porque está desprovisto de la
interpretación espiritual en su enfoque positivista.
La cosa lejos de ser
baladí es decisiva para comprender la naturaleza del fenómeno ovni. El
Pentágono da a entender que existen, que son reales, que no sabe lo que son,
pero que no son peligrosos, porque con la tecnología que muestran si quisieran
hace tiempo que nos hubieran exterminado. Lo cual es un juicio totalmente
erróneo, pero adecuado a la mentalidad descreída de nuestro tiempo. Juzgan que
no son peligrosos porque no nos exterminan a pesar de la superioridad
demostrada. ¿Pero acaso el demonio busca el exterminio físico? No, claro que
no. Por ejemplo, el poseído padece de males físicos, principalmente en la cabeza
y estómago, blasfema mucho, da respuestas profundas, hablan lenguas desconocidas,
pero el diablo no busca nuestro dolor físico, sino que el alma se sienta
derrotada y abandonada por Dios, lo que busca es que el hombre pierda la fe,
deje de creer en la resurrección y la salvación. Es por ello que no nos exterminan.
Su exterminio no es físico, sino espiritual.
El demonio ataca de dos
formas: ordinaria (la tentación) y extraordinaria (sufrimientos físicos,
posesión, vejación, obsesión, infestación, y sujeción). Ahora la ufología se
viene a sumar a sus formas extraordinarias de ataque. Por eso más arriba hemos
afirmado que la ufología es una rama de la demonología, porque a todas luces no
están presente ángeles ni seres espaciales sino demonios. Al gran homicida, engañador
y embustero sólo le interesa la perdición de nuestra alma. Esto no es tan
difícil de entender, pero el Pentágono no está interesado en sutilezas ni
verdades teológicas, sino en peligros materiales a la pregonada seguridad
nacional. Nada de esto debe hacer pensar que el poder de Satanás es ilimitado,
al contrario, el Plan de la Creación está orientado a Cristo, el cual ya lo
derrotó, sólo que al final de los tiempos se muestra activísimo en su sed de
venganza. Pero nada hay que temer con Cristo, la Virgen María, los Santos y los
ángeles.
Los oficiales de la
Fuerza Aérea norteamericana Nelson Pacheco y Tommy Blann atendiendo al tema de
la abducción en su libro Unmasking the Enemy (Desenmascarando al
enemigo) afirman taxativamente que los extraterrestres son demonios
obsesionados con el sexo y la supuesta hibridación de la raza humana. Los males
que producen van desde los cambios psicológicos, perturbaciones
parapsicológicas, dolores físicos, hasta la destrucción de la familia. En
muchos afectados la abducción induce a la práctica de la brujería, el
espiritismo, incurren en herejía, oyen voces. Pero la señal más importante es que
aquellos seres muestran aversión a las cosas sagradas. Por último, la mayor
parte de contactados y abducidos han tenido una práctica anterior de ocultismo,
lo cual termina dañando su salud y de la de su familia.
Nuevamente aquí destaca la
gran farsa que representa su enmascaramiento como alienígenas de seres que son
abiertamente demonios. ¿Qué interés tendrían seres del espacio tan avanzados en
hacer hibridación y obsesionarse con el sexo? Su ataque sexual y el secuestro
forzado coincide con la forma de agresión extraordinaria que tiene el demonio.
Otra señal clara es que induce a la víctima hacia el ocultismo. La Biblia
advierte que el ocultismo es una forma de abrir la puerta a los espíritus
malvados.
Conozco personalmente a
supuestos contactados que lamentablemente han caído en el ocultismo. Ellos
practican ingenuamente el contactismo creyendo que les responden seres galácticos
en vez de demonios. En la religión ovni el contactismo es la creencia en la
posibilidad de contactar con supuestos extraterrestres para recibir mensajes
generalmente telepáticos.[15]
El caso examinado por Benjamín Zeller es paradigmático porque se trata del suicidio
ritual en masa de treinta y nueve personas ocurrido en marzo de 1997 en el Rancho
Santa Fe, California, como culminación de veinte años de preparación de la
secta ufológica contactista. Buscaban trascender y ascender a los cielos en un
ovni. El grupo fue resultado de una mezcla de evangelismo, Nueva Era, ciencia
ficción y ovnis. Zeller no lo dice, pero su exposición deja bien sentado de que
se trata de un revival del paganismo religioso. Justamente en el aggiornamento
del paganismo religioso se oculta el demonio, feliz en su esfuerzo por destruir
al cristianismo.
No hay que tener dos
dedos de frente para preguntarse si acaso seres galácticos tendrían necesidad
de inducir un suicidio ritual para llevárselos. Claro que no. La sangre y las
almas de esos humanos eran el objetivo del demonio disfrazado de alienígena. El
grupo Misión Rama del contactista peruano Sixto Paz también se caracteriza por
citar a los de su grey en un lugar y hora determinada para ver luces-ovnis en
el cielo, generalmente en un lugar llamado Chilca. El suceso realmente acontece,
lo que nos hace pensar que existan contactistas que reciban mensajes
telepáticos de estos seres que se hacen pasar por extraterrestres, pero que son
en realidad demonios. No es casualidad que Paz Wells sea autor de varias obras
donde dichos seres son presentados religiosamente como nuestros “Hermanos
Mayores” o “Guardianes siderales” a los cuales se debe adoración.[16]
Ahora bien, siendo la
ufología una rama de la demonología no se quiere decir que los contactados necesariamente
lo sepan, sino que más bien son engañados por el maligno haciéndose pasar por
seres intergalácticos y los contactados lo creen. Pero el contactismo desarrolla
una facultad parapsicológica en que el se puede invocar y también recibir el
llamado de estas fuerzas oscuras. En una palabra, el contactado es generalmente
víctima del engaño del maligno, y termina siendo un instrumento. Generalmente
el contactista se vuelve esclavo de los contactos con el demonio. Pero, desde
luego, tampoco se puede descartar que haya contactados que sepan la verdad del
fraude, y simplemente sacan provecho material del engaño, sin reparar en el
daño espiritual grave que se infligen. Simplemente el contactismo es peligroso
y no se debe practicar, porque en vez de ser comunicación con seres siderales
-que no existen- son seres demoniacos los que acuden.
Rodrigo Bravo Garrido en su libro Los
extraterrestres han muerto. Tomo I: El mito ovni-ET, contactismo y abducciones (2019)
estudia la llamada “Era Moderna de los Ovnis”, como subcultura muy potente y de
gran influencia en todos los medios de comunicación, redes sociales, que
promueve la creencia de que los ovnis proceden de un origen inteligente y de
fuera de nuestro planeta. Después de setenta años de que el piloto civil,
Kenneth Arnold, denunciara en 1947 la observación desde su avión de nueve
objetos que surcaban extrañamente el cielo en el estado de Washington, se ha formado una base de credos, actividades comerciales,
películas, series, animes, que han llevado este mito a la unificación del
concepto “ovni” con “extraterrestre”. Y así se forjó la ufología. Lo que el
autor trae es abundante información sobre contactados, abducciones y
avistamientos que caracterizan la Era moderna de los ovnis, y que en realidad
estamos ante la Era moderna de los demonios disfrazados de alienígenas. Pero un
sereno e imparcial análisis permite darse cuenta que los extraterrestres han
muerto para que los demonios vivan, y junto a ellos también lo haga lo coartada
militar de desarrollo de armas secretas por parte del imperio norteamericano.
Ambas
conspiraciones coinciden en el fraude, las dos se hacen pasar por
extraterrestres, cada cual, con un propósito distinto, pero que al fin y al cabo
redunda en el beneficio de cada uno. El mundo simplemente ha sido engañado por
una farsa preternatural y humana. Y esto justamente ocurre en el momento
preciso de la historia en que las potencias se espían para enterarse del
desarrollo del arsenal atómico de cada quien, y en el que la humanidad entra en
una profunda crisis de valores, pierde la fe, deja de creer en el alma, su
preocupación gira en torno a frivolidades, se vuelve superficial, le resulta
más obsesivo preocuparse por el cuidado del cuerpo, la dieta, el gimnasio,
idolatra el sexo, el placer y el dinero. Camino llano para el mal.
Hay
quienes simplemente buscan convencer de que los extraterrestres son reales.[17] Pero
ante la inconsistencia de las evidencias sobre ovnis hay autores que niegan su
realidad y declaran que simplemente se trata de una fantasía urdida por personas
expertas en la literatura y ciencia ficción, en edición de fotografías y videos
trucados, porque hasta el momento no existe ninguna prueba definitiva de su
existencia. Este es el punto de vista de un autor como Gabriel Benítez en su
libro ¿Son reales los extraterrestres? Y, en realidad, se cae en el mero escepticismo
cuando solamente se toman en cuenta las pruebas materiales, que por lo demás no
se encuentran, y se omite el análisis de otro tipo de fenómenos como la
abducción, el contactismo, mutilaciones, agroglifos, cuya fenomenología exige
para su mejor esclarecimiento un abordamiento filosófico-teológico. Si fueran
los aliens unos seres venidos de una civilización tecnológicamente super desarrollada
en vez de volar en sus ovnis mariposeando en el cielo, dejar dibujitos en las
cosechas, secuestrar y hacer experimentos sexuales en sus víctimas, y mutilar
ganado, podrían haberse comunicado con el Secretario General de las Naciones
Unidas dejando un mensaje o mostrándose benéficos con la humanidad ayudando en
algún aspecto. Pero nada de esto ha sucedido. Por qué, sencillamente porque no
son extraterrestres, sino simplemente son demonios, sin ningún interés por socorrer
la plaza de la humanidad.
El
fenómeno ovni es un terreno tan resbaladizo que se puede caer en dos sombríos extremos
unilaterales, a saber, el dogmatismo radical, que deriva en la religión
ufológica de los gurús y contactistas; y el escepticismo radical de todo tipo
de investigadores que sostienen que se trata de pura broma y fantasía de ficción.
Más matizado es el escepticismo moderado, que descartando la existencia de
extraterrestres por falta de evidencia material, sin embargo, se abre a su
fenomenología para enfrentar la explicación de otros casos para descubrir que
se trata de un fenómeno espiritual.
NUEVA RELIGIÓN
EL abordamiento de los aliens no como
seres extraterrestres sino como demonios se retrotrae también al destacado
escritor estadounidense John Keel (1930-2009), que en su libro Operación
Caballo de Troya (1970) sostiene que los movimientos que describen los
ovnis, que violan las leyes de la física, no responden a objetos materiales
sino inmateriales, y no responde a ninguna tecnología terrestre ni alienígena. Sus
formas son de lo más diversas y extrañas, que van desde cubos, platos, triángulos,
rosquillas y campanas, hasta objetos en forma cigarros de apariencia metálica, con
ventanas, sin ventanas, echando fuego azul de sus colas, expeliendo sustancias
misteriosas, y de medusas transparentes voladoras. Los ovnis no son de un
modelo único.
Para Keel, además, los
ovnis son de naturaleza paranormal y espiritual, porque las experiencias que
dejan en los contactados y abducidos son de la misma naturaleza que se presenta
en la extensa literatura demonológica. Si fuesen de una civilización superior
no estarían apareciendo y desapareciendo de continuo, no preferirían la
presencia clandestina y nocturna, tendrían buenas intenciones, mostrarían
voluntad de ayudar, hubieran evitado la Primera y Segunda Guerra Mundial, el
lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, ayudado en las
pandemias, contribuido a superar ciertas enfermedades, las guerras la crisis
ecológica, alimenticia y energética, pero en su lugar y en la mayoría de los
casos sus contactos con humanos son terroríficos y atentatorios contra la
libertad individual. Y su negación de la
hipótesis extraterrestre concluye que el Caballo de Troya de dichos demonios es
presentarse como visitantes espaciales.
En realidad, la
hipótesis parafísica del fenómeno ovni, que sostiene que es una broma y engaño
perpetrado por seres invisibles para asustar, confundir y embaucar a la raza
humana viene siendo sostenida desde 1949 con Meade Layne[18],
Arthur Clarke, Harol Wilkins, Morris Jessup, Bryant Reeve, Ivan Sanderson y
Jacques Vallée. Tratando de dar cuenta de ese 1 o 2 % de casos sin explicación dichos
investigadores coinciden en que tomando en cuenta los métodos crueles y
malvados que emplean dichas inteligencias con los abducidos se muestra que
desean nuestro mal, son verdaderos demonios y que actúan no en un plano físico,
sino espiritual. También se reportan casos en que dichos seres de apariencia
monstruosa y horrenda, tienen mal olor, se trata de un hedor insoportable que
lleva a violentos espasmos y vómitos. Naturalmente que espíritus angélicos no
pueden mostrar ni aquella apariencia ni olor, sino que sólo pueden tenerla
seres provenientes del infierno. En su afán de confundir en muchos casos producen
teletransportación, con parálisis de los relojes y anomalías espacio-temporales.
Las víctimas aparecen en otros lugares distantes y con varios días de ausencia
inexplicable. Además, pueden producir materializaciones y desmaterializaciones repentinas,
atravesar paredes, hacer caer piedras en las habitaciones, provocar incendios,
combustión espontánea de personas, provocar torrentes de agua de origen
desconocido, pueden flotar en el aire con su apariencia espantosa, pero adoptar
cualquier apariencia, incluso de animales. Y todo esto lo han venido haciendo
desde el origen de los tiempos.
Siendo Satán y sus
demonios seres mentirosos y estafadores, embaucadores y destructivos suelen
aprovecharse de personas neuróticas, crédulas e inmaduras. Así el contactado es
el estafado y el ovninauta el estafador. El caso de Albert K. Bender es muy significativo
para el caso. Bender era un afamado espiritista que en 1952 fundó la
International Flying Saucer Bureau con éxito casi inmediato. Pero un año después
cerró la asociación sin explicación alguna. Reaparece en la escena ufológica en
1962 con su libro Los discos volantes y los tres hombres, allí cuenta que fue
víctima de fenómenos paranormales, entre ellas, la aparición imágenes terribles,
pavorosas, y de entidades extraterrestres, que dejaban un terrible olor. Hasta
que víctima de un secuestro, le insertan minúsculos objetos en el cuerpo, hasta
que le explican que vienen de un planeta externo al sistema solar, habitados
por seres muy diferentes a los humanos, extremadamente avanzados
tecnológicamente y -he aquí lo más sintomático e interesante- privados de todo
tipo de religión. O sea, presentaban al ateísmo como el estadio espiritual más
avanzado de una civilización tecnológicamente muy desarrollada. Y esto es más
importante que reparar en el aspecto terrible de dichos seres y en su vinculación
con la presencia de fenómenos paranormales. El ateísmo doctrinal y el ateísmo
práctico no es que sea la ideología del demonio, al contrario, él cree en Dios,
pero es ángel rebelde. De modo que emplea la propagación del ateísmo como
táctica para apartar a la humanidad de su Creador y así facilitar su ataque
vengativo.
Esto es lo que ha hecho
pensar al astrofísico e investigador de fenómenos ufológicos Jacques Vallée, en
su libro Emisarios del engaño, que detrás de este fenómeno hay una verdadera
manipulación de masas que busca crear una nueva religión. Vallée fue
inicialmente defensor de la hipótesis extraterrestre hasta que en 1969 cambió
de opinión y adoptó la hipótesis parapsíquica. Su libro Pasaporte a Magonia
es la primera vinculación que hizo entre ovnis, movimientos religiosos, demonios,
ángeles y fantasmas. Esto lo hizo postular la hipótesis multidimensional, esto
es, que los supuestos extraterrestres podrían coexistir con los humanos más
allá del tiempo y del espacio. Y por ello no son detectados. Para Vallée los
ovnis son reales, pero no representan a viajeros espaciales, sino que son seres
de otra dimensión, fuera del espacio-tiempo. Luego extendió el fenómeno ovni a
las apariciones marianas y a las revelaciones de Joseph Smith. Por ello
concluyó que este fenómeno religioso no debe ser manejado por teólogos.
En realidad, la
hipótesis parafísica de Vallée parecía bien encaminada cuando superó la
hipótesis extraterrestre, pero cuando derivó hacia la hipótesis multidimensional
termina sustituyendo primero a los viajeros espaciales por seres parafísicos
(ángeles, demonios, fantasmas), y luego, reemplazando a éstos por seres
multidimensionales con capacidad para manipular el espacio y el tiempo. Habla
de una inteligencia detrás del fenómeno ovni que manipula socialmente engañando
a los humanos con seres espaciales. Su sospecha es que el propósito final de
este engaño es promover el cambio de creencias religiosas. Cosa que queda
confundida y oculta por la participación de charlatanes y de la ciencia
ficción. Finalmente aboga por la participación más activa de la ciencia en el
fenómeno ovni.
En suma, su aporte es
que considera un engaño la hipótesis extraterrestre promovida por el
contactismo y las sectas ovni; y su limitación es no precisar que aquellos
seres multidimensionales son demonios. Esto hace perder un poco de vista que el
objetivo fundamental de aquellos seres es promover una nueva religión. Lo que
queda en evidencia flagrante en el gran fraude del caso Ummo. Al final, en
1993, José Luis Jordán confesó que todo se había tratado de un experimento psicosocial
para medir la credulidad de la gente y la estupidez humana sin límites. Incluso
J.J. Benítez salió burlado, como otros gurús platillistas, porque lo consideró
auténtico. Por treinta años se consideró el caso como verídico. Incluso se
llegaron a formar sectas que tatuaban el símbolo en los niños y los inducían a
la homosexualidad. Todo fue un fraude.
Esto hace que sea
plausible que el fenómeno ovni sea confundido con fenómenos naturales,
artefactos humanos y fraudes de sectas religiosas. Pero el verdadero fenómeno
ovni es un fenómeno parafísico y parapsíquico producido por los demonios, y por
ello debe ser considerado una rama de la demonología. No es casual que cuando
dichos seres dan un mensaje religioso traten de presentar a Jesucristo como un
extraterrestre, a Dios como una energía cósmica, a la Virgen María como la que
fue hibridada por un extraterrestre, nunca hablan del Cielo, el Purgatorio, ni
el Infierno. Tampoco es casual que expidan mal olor, tengan aversión a las
cosas sagradas y su presencia resulte traumática y violenta para sus víctimas.
Que dichos seres nunca
hablen al contactado sobre el Cielo, el Purgatorio y el Infierno queda
testimoniado por la mística austriaca María Simma (1915-2004). Simma fue una
gran mística que recibió el don de Dios de recibir las almas del purgatorio.
Eso no era espiritismo, porque ella no las invocaba, sino que las almas venían
a ella. Pero un día preguntó a un alma del purgatorio si existía vida
inteligente en otros planetas, y ésta dijo que no. Lo cual no significa que los
avistamientos no sean verdaderos, sino que son obra de Satanás. De estos tres destinos
espirituales nunca se pronuncian los supuestos extraterrestres, porque como
demonios que son están en el infierno para toda la eternidad. E inculcando la
religión de adoración de los extraterrestres como dioses, consiguen hacer pensar
a los hombres en un paraíso galáctico hipertecnológico donde vivirán felices e
inmortales para siempre junto a seres superiores.
Hay una experiencia del
Padre exorcista Giuseppe Tomaselli, referido en su libro La gran bestia es inteligente[19],
donde pregunta al demonio Astort, en nombre de Jesús, si los platillos
voladores son obra suya, a lo que responde que no, que son asteroides, pero que
ellos, los demonios, hacen creer que son ovnis. Y que los contactados son hijos
suyos. A partir de aquí no cabe duda que las supuestas razas alienígenas no son
más que demonios que adoptan diversas formas. Ahora se entiende que el demonio
le haya respondido que aquello de las confederaciones galácticas es falso e
inexistente, y que en otros planetas no había humanos. En conclusión, los
demonios querían acabar con la Biblia sin quemarla, haciéndose pasar por
extraterrestres. Al Padre Tomaselli ya no le quedó ninguna duda, los
alienígenas eran demonios.
Por
ello, aquella versión del ufólogo conspiranoico Bob Lazar que la marina
estadounidense posee el elemento combustible 115 y que el gobierno está
haciendo
en el Área 51 tecnología inversa de ovnis capturados, como naves
de propulsión de campo que crea una distorsión en el espacio-tiempo, donde el
espacio se deforma, y el ingrediente crucial es un elemento que aún no existe
en la tabla periódica, el elemento pesado 115, como combustible que hace
posible el viaje interestelar, es pura fantasía y especulación. Lo que Lazar
quiere dar a entender es que, si la marina estadounidense tiene naves de
tecnología inversa, con esta fuente combustible para viajes interestelares,
entonces hay ovnis de hechura humana. Pero, además que Lazar es un mitómano compulsivo
confirmado, pues no existe documento alguno que confirme que trabajó para el
gobierno estadounidense, ni los documentos que acrediten los títulos que afirma
que obtuvo en dos universidades de ese país, terminó afirmando que participó en
reuniones que describen la participación histórica desde hace diez mil años de
seres extraterrestres (Grises) con la Tierra, y que provienen de Zeta Reticuli.
Es significativo que en 1990 haya sido procesado por proxenetismo y se le
ordenó someterse a psicoterapia. Todo indica que Bob Lazar es víctima de sus
propios demonios.
Del
mismo talante es el caso del ex agente de inteligencia David Grusch que el día 12 de junio
del 2023 se armó todo un estrépito porque daría a conocer los lugares donde el
gobierno norteamericano tendría restos de naves de origen extraterrestres. Fue
todo un montaje mediático que buscaba proseguir con el encubrimiento de la
desastrosa política internacional del presidente Biden, y crear una cortina de
humo de tres cosas puntuales: 1. La nueva tecnología militar supersecreta, 2.
el estrepitoso fracaso de la contraofensiva de los nazis de Kiev, y 3. la
inevitable nueva derrota militar estadounidense en Ucrania. Propósitos nada
inocentes y nada extraterrestres en medio de la imprudente y desatinada III
Guerra Mundial que se desarrolla. Otro fraude más.
Si los supuestos aliens no hablan de las tres dimensiones espirituales
¿se harán presentes en las experiencias cercanas a la muerte?
El psiquiatra y doctor en medicina Raymond Moody se hizo famoso por su
libro publicado en 2017, Reflexiones sobre la vida después de la vida. Allí
cuenta la entrevista de más de tres personas que habían tenido experiencias
próximas a la muerte. Todos relatan la presencia de Jesús como Dios, y que no
aparecen los extraterrestres de ninguna de sus supuestas razas. Ahora se
comprende mejor por qué los susodichos seres espaciales no hablan del Cielo, el
Purgatorio ni del Infierno. Simplemente son un fraude y engaño del demonio. Lo
mismo consigna la psiquiatra y especialista en estudios sobre la muerte Elisabeth
Kübler-Ross (1926-2004) en su libro La muerte un amanecer (1983), después de
estudiar veinte mil casos habla de una luz a través de un túnel y que a medida
que uno se aproxima más aquella luz brilla blanca más hasta sentirnos llenos de
amor y alegría indescriptible de estar en presencia de Cristo o Dios. Aparecen
otros seres que guían y ayudan, y que la Iglesia denomina ángeles guardianes, también
la presencia de seres queridos que ya abandonaron esta vida. Como observamos no
hay extraterrestres por ningún lado, y no podía ser de otro modo, porque a
todas luces éstos pertenecen al camino de la oscuridad y no de la luz. El mismo
testimonio comparte del doctor Melvin Morse en su libro Últimas
visiones. Significados y enseñanzas de las experiencias previas a la muerte (1996), donde sobre una amplia muestra de casos se destaca el hondo
sentido espiritual que tienen estas visiones previas a la muerte que van desde premoniciones,
encuentros angélicos hasta experiencias místicas. Pero no hallamos nada de
encuentros con los fraudulentos seres espaciales. Todo lo cual les proporcionó
a estas personas una nueva orientación en su vida. Se cuenta el caso de un
delincuente que inconsciente en la ambulancia vio el rostro de sus amigos que
habían muerto en la calle lanzando horribles gritos de dolor. Recuperado
abandonó su vida delictiva y se ordenó ministro.
Esta casuística, a la que se puede añadir a los muertos que reviven en
el quirófano contando lo mismo, es bastante elocuente para entender que la
nueva religión promovida por los seres del espacio no es, sino que otra tramoya
urdida por el infierno. Por ello, no es extraño que los fundadores de sectas
ufológicas terminan promoviendo la libertad sexual, o sea, muestran la misma
obsesión por el sexo que manifiestan los supuestos aliens en las abducciones. Prueba
suficiente que esos supuestos mensajes extraterrestres anticristianos y ateos
son invento del demonio. Michio Kaku y Avi Loeb, junto a otros estudiosos del
tema, deberían reparar en estas evidencias que resultan siendo más que
significativas para descifrar la realidad del fenómeno ovni. El fenómeno ovni
es real, pero no se trata de tecnología superavanzada de una civilización estelar,
tampoco de tecnología terrestre, sino de engaños e ilusiones del demonio. No
menos significativo es que la abducción pueda ser detenida invocando los
nombres sagrados.
5
UFOLOGÍA Y ESOTERISMO
Sin lugar a dudas, la
mentalidad secularizada y la ausencia de discernimiento espiritual del hombre
nihilista actual es caldo de cultivo para las creencias extraterrestres. Abandonada
la fe cristiana y el poder de la oración no es difícil que la naturaleza
infernal consiga engañar atormentando con su supuesta presencia extraterrestre
a millares de seres humanos.
Existen numerosos
testimonios de personas que habiendo sido secuestradas por esos seres tuvieron
que abandonar sus planes ante la invocación del rosario y la señal de la
cruz. Pero lo gurús de las nuevas religiones
ufológicas en los congresos que organizan no invitan a estas personas para que
den sus testimonios, porque lo que buscan es promover e incentivar el nuevo
credo demoníaco. Más bien invitan a los que puedan dar un testimonio favorable
y benéfico de su existencia. Estas sectas ufolátricas no sólo carecen de
sentido crítico, sino que muy lejos de desear investigar con objetividad y
neutralidad, buscan dar un testimonio tendencioso y sesgado de la realidad del
fenómeno ovni. Por eso es que sus congresos generalmente terminan siendo
festivales comerciales y carnavalescos con toda clase de amuletos y disfraces
aliens. Es la orgía del fraude.
Si
realmente fueran seres del espacio tenemos que preguntarnos lo siguiente:
1.
¿Por qué no cumplen con las leyes del universo como todo lo que existe en el
cosmos?
Porque
no son seres materiales, sino seres espirituales.
2.
¿Por qué huyen ante el nombre de Jesús y sienten aversión ante los objetos
sagrados?
Porque
no son espíritus de Dios, sino espíritus demoníacos.
3.
¿Por qué han optado por la coartada de presentarse como seres del espacio?
Por
la mentalidad secularizada y atea del hombre nihilista actual, proclive a la
fantasía, y educado por generaciones en la ciencia ficción.
4.
¿Por qué contactan secuestrando a sus víctimas y les practican experiencias
traumáticas sexuales y de otro orden?
Porque
como demonios que son no paran mientes en el respeto de la libertad humana, y
porque no se resisten a su naturaleza atormentadora hacia el hombre.
5.
¿Por qué se presentan unas veces como hombrecillos y otras en formas
monstruosas’
Porque
los demonios, como espíritus que son, pueden adoptar diversas formas, y así a
los incautos hacen creer que existen más de una cincuentena de razas aliens.
6.
¿Por qué quitan la memoria a los abducidos?
Porque
los recuerdos podrían revelar claramente su naturaleza demoniaca.
7.
¿Por qué las sectas ufolátricas terminan en escándalos sexuales o jurídicos?
Porque
no siendo seres espaciales sino demonios, sus enseñanzas son malignas.
8.
¿Por qué si son avanzados seres del espacio no ayudan a la humanidad?
Porque
no desean nuestro bien, y, más bien buscan hacer daño, especialmente espiritual.
9.
¿Por qué nunca hablan de Dios y de las dimensiones espirituales?
Porque
su propósito fundamental es alejarnos de Dios, nuestro Creador.
10.
¿Por qué resultan dañando la salud física, mental y espiritual de los
contactados?
Porque
los traumas y enfermedades que dejan de por vida responden a su naturaleza
satánica.
Todo
esto nos devuelve al mensaje evangélico de lo que afirma Jesucristo: Yo soy
el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 6), Yo soy el pan de vida (Jn
6, 48), el alfa y el omega (Ap 1, 8). Y nos recuerda: el diablo
siempre es mentiroso y padre de la mentira (Jn 8, 48), resistan al diablo
y huirá de ustedes (Sant 4, 7), con el escudo de la fe se apagan los
dardos encendidos del maligno (Ef 6, 10-18).
Las
sectas ufolátricas pertenecen al dragón, que con sus huestes combatieron, pero
no prevalecieron contra el cielo. Arrojado el gran dragón con sus ángeles a la
tierra encuentran en la ufología un arma muy útil para seducir a millares de
incautos atraídos por el esoterismo, espiritualmente extraviados, neuróticos y
mitómanos que son fácilmente reclutados a su causa por la serpiente antigua,
que se ceba a profundidad del empobrecimiento espiritual en el decadente
occidente liberal. No es casual que el revival del paganismo religioso y del
esoterismo ocurra allí con gran fuerza.
A
propósito del esoterismo éste se ha convertido desde el siglo veinte en un elemento
de la cultura de masas[20].
Cuanto más se acentúa el anticristianismo en la cultura occidental más se
expande entre las masas el esoterismo. Ahora entre las masas abundan los magos,
las hechiceras, pitonisas, curanderos, nigromantes, astrólogos, encantadores,
vaticinadores, espiritistas y adivinos. Muchas de las veces se tratan de
poderes reales, pero todos vienen del demonio.
El
esoterismo viene a ser el sucedáneo espiritual de la pérdida de la fe religiosa
en Dios trascendente, Uno y Trino. Es una regresión en el progreso religioso y
espiritual. Entonces cobra relevancia las prácticas antiguas de la astrología,
la geomancia, la magia, el tarot, perfumes, inciensos, naturismo, mandalas,
mantras, angelismo, hipnosis, símbolos ocultistas, masónicos y el pentagrama
esotérico. Hay todo un supermercado esotérico disponible. Paradójicamente lo
que se experimenta es una exoterización del esoterismo.
Muchos
gurús ufolátricos practican alguna forma de esoterismo, porque en su extravío y
confusión mental piensan que con ello se ponen a la altura de Rama, Krishna,
Hermes, Moisés, Orfeo, Pitágoras, Platón, Jesús, Zoroastro y Buda. Pero como el
esoterismo y el ocultismo van de la mano, y es presentada como una doctrina
destinada sólo a iniciados, en realidad se trata de una postura que invoca los
poderes del demonio. Aun cuando es necesario distinguir entre lo sobrenatural,
lo paranormal y lo preternatural, la línea es muy delgada entre estos dos
últimos. Muchos santos han mostrado facultades paranormales, pero nunca fue lo
prioritario. En cambio, volver dichas facultades en lo más importante resulta a
la postre relegando a Dios, y este es el punto de partida de la actividad
demoniaca. De ahí que muchos dotados de lo paranormal terminan sucumbiendo en las
ciencias ocultas y el demonismo. En otras palabras, el esoterismo es un arma de
doble filo que termina haciendo daño a quien lo practica.
Así,
por ejemplo, el gran poder mental que demostró tener el gurú platillista del
rancho Santa Fe, en California, para inducir a un nutrido grupo de personas al
suicidio ritual es una muestra de lo maléfico de haber caído en el esoterismo. Otro
caso es el ocultismo nazi con la Sociedad Thule, con su conjunto de prácticas y
creencias, el propio Hitler era aficionado a la astrología, la mitología y la
mística medieval, aunque una vez en el poder condenó las creencias ocultistas
por surrealistas y ajenas al movimiento nazi.[21] Pero
el poder hipnótico de su oratoria tenía rasgos diabólicos. Por ello, no es
extraño que el Padre exorcista Gabriele Amorth afirme que en estos tiempos el
demonio se muestre activísimo sobre personas, comunidades y países, siendo
necesario restablecer la pastoral exorcística en todos los países del mundo.
Los
autores que encabezan la lista de la literatura del esoterismo ufológico son Erich
von Däniken y J. J. Benítez. Pero le sigue una legión completa. Siendo su tema
favorito hablar del mensaje de los dioses, los astronautas de Yahvé, los
ascendientes cósmicos, los mensajeros de luz y los espías del cosmos. Y todos
defienden la posibilidad de contactar con los supuestos extraterrestres. La
lista de las religiones esotéricas ovni es larga, empezando por la cienciología
hasta llegar al movimiento raeliano. Todas curiosamente tienen su origen en el
hemisferio norte occidental, en sociedades tecnológicamente avanzadas. Muchas con
espíritu sectario, estereotipadas ideas sobre el origen de la humanidad, implicadas
en escándalos sexuales, inducir al suicidio ritual, y con exigencia de altos
costos económicos. Y sus adeptos consideran que sus líderes tienen facultades
paranormales y poderes esotéricos sobresalientes. Lo que creen que se confirma con
su poder de contactismo con los seres espaciales.
Ahora
bien, la pregunta que surge es ¿por qué los contactistas y líderes de sectas
ufológicas reculan en el ocultismo y esoterismo? Porque al creer que entran en
contacto con seres espaciales superiores de naturaleza benéfica, van creyendo
en todos los mensajes que reciben, siendo muchos de los cuales de índole amoral,
perniciosa y satánica. Pero ¿por qué no reaccionan a tiempo? Por los beneficios
económicos, la vanidad creciente, el hedonismo que los ata, la fama mediática,
el poder que adquieren sobre los demás. Y a todo lo cual no desean renunciar.
En estos tiempos de gran apostasía en que se apaga la fe, el esoterismo resulta
siendo el gran peligro para la salvación del alma.
6
UFOLATRÍA Y POSESIÓN
DIABÓLICA
El seno de la propia
Iglesia es atacado con una cristología equivocada, donde se inculca en los
seminarios que el diablo no existe, que se asusta innecesariamente a la gente
con una entidad inexistente y que por ello se debe eliminar la pastoral
exorcística. Esto ha dado como consecuencia una montaña de denuncias a obispos
que no atienden a la gente que busca la ayuda de un exorcista.
Esa negación del mundo
del espíritu está enclavada en un racionalismo que disuelve la fe. Como bien
explica el Padre exorcista y filósofo Javier Luzón Peña, en su libro Las
seis Puertas del Enemigo (2017), si no existe satanás, no tentó a Adán y
Eva, no hay pecado original, no hay necesidad de un Redentor, no hay Dios, toda
la fe se va al tacho colero.
Las seis puertas se dividen
entre aquellas que tenemos culpa y otras de las que no tenemos culpa. Las que
tenemos culpa son tres: el pecado, el ocultismo y esoterismo pasivo o activo, y
el resentimiento. De estas tres puertas tenemos culpa, pero hay otras tres de
las cuales no tenemos culpa, que son: los maleficios recibidos, las heridas
emocionales desde el seno materno, y las herencias ancestrales o cargas
epigenéticas espirituales. Lo que en el último caso se hace es la comunión de
los santos, y la oración intergeneracional, como una de las siete obras de
misericordia espirituales. Y la única forma de cerrar esas seis puertas es con
la oración, la penitencia, la eucarística, la confesión, y la palabra de Dios.
Es decir, esos son los
cinco pilares de la vida espiritual. Santa Catalina y Santa Hildegarda fueron
grandes exorcistas, pero también hay santos poseídos. Teresa de Calcuta no tuvo
posesión, pero sí opresión diabólica. El Padre Pío a pesar de sus
extraordinarios carismas, tuvo ataques diabólicos. O el santo Cura de Ars era
echado continuamente de su cama. Y ello se explica por las puertas que no se
tienen culpa.
Otro aspecto interesante
es que los místicos presentan muchos fenómenos parapsicológicos en grado máximo
y de modo involuntario, como bilocación, visiones, hipertermia, olor a perfume,
profecía, telepatía, precognición, levitación, ayuno, conocimiento infuso, los
estigmas de Cristo.[22]
Para los ocultistas y esotéricos se tratan de elementos que demuestran que la
evolución humana no ha terminado y que se debe desarrollar esas facultades en
este mundo. Pero éstos no comprenden que la evolución humana no está en función
del desarrollo de las facultades paranormales, sino de la unión del alma y
cuerpo con Dios. En el esoterismo la fe es sustituida por disciplinas
corporales y el gnosticismo. Pero de esa forma no se logra tener conveniencia
angélica con Dios. En una palabra, el esotérico y ocultista cree que el hombre
se diviniza por su propio esfuerzo mediante el logro del dominio de las
facultades paranormales. Y lo único que logra es caer en la trampa del demonio
que lo aparta de la fe y de Dios. Pues a Dios sólo se llega por desnudez la espiritual
del recogimiento interior. He ahí su grave yerro, porque esas facultades son
también enviadas por el demonio para tentar.
Con razón dice San Juan
de la Cruz[23] que la
sustancia del alma no es el ver (teoría) sino el creer (poner el corazón). Sólo
por la fe el alma se une con Dios, y no con el desarrollo de facultades
paranormales. Para arribar a la unión con Dios hay que hacer pasar al alma por
la noche del sentido y la noche espiritual. Se trata de un vaciamiento completo
para poder morar con Dios. Y es que en la subida al Monte Carmelo de la
perfección no hay que llevar carga. No es con el desarrollo de las facultades
paranormales, sino con la fe que se va más allá de la razón y el sentido, y se
une uno con Dios. San Juan de la Cruz, al igual que otros santos, es muy
categórico en su afirmación de que hay que rechazar los prodigios naturales
sensitivos, sobrenaturales y espirituales (facultades para normales) con los
que el demonio tienta para apartarnos de Dios. Las religiones de la antigüedad estaban
plagadas de sibilas, pitias, oráculos y brujos. Ahora es el turno de los
ufolátricos.
Los contactistas
ufolátricos se envanecen jactándose que tienen la facultad paranormal de la
telepatía y que a sus llamados responden los seres espaciales. Todo les resulta
claro y entendible, pero los muy cándidos no se dan cuenta que mientras más
alta es la luz divina más oscura es para nuestro entendimiento, que el
entendimiento se perfecciona por la fe, y que hay que llegar a conocer por el
corazón. En otras palabras, lo primero es la fe, no los dones sobrenaturales ni
las facultades paranormales. Pero en nuestro de tiempo de incredulidad, sequía
de fe, y crisis de caridad el demonio tienta con las facultades paranormales
para confundir y hacer olvidar que se debe mortificar lo sensitivo del alma
para pasar luego a la parte espiritual. De este modo el gurú platillista
atosigado de vanagloria abre las puertas a otros apetitos en los que sucumbe:
sensualidad, avaricia y gula. Es por ello que las sectas platillistas terminan
generalmente en escándalos sexuales, financieros y judiciales.
El propio Papa Francisco
I subrayó como un grave error pensar que no se puede tener una afección espiritual
porque está presente una enfermedad psiquiátrica. La verdad, dice el Papa, es
que los demonios son perezosos y se aprovechan de la preexistencia de una
enfermedad mental, se aprovechan del más vulnerable, el más frágil emocional o
mentalmente. O sea, hay enfermedades físicas que tienen como origen lo espiritual.
La pregunta aquí es ¿se
puede combatir al diablo en sus actividades ufológicas? Sí, pero con armas
espirituales y especialmente con la oración junto con los sacramentos. El resto,
pienso, compete directamente al ministerio exorcístico de un sacerdote. Cuando
decae la fe aumenta la superstición, y la creencia en seres extraterrestres es parte
de la superstición mediante la ufolatría. La ufolatría abre la puerta a la
posesión diabólica a nivel individual y colectiva. Y las irracionalidades de la
ufología sólo es explicable a través de la influencia maligna del demonio, que
ya embota los medios masivos de comunicación social mediante sexo, horror y
violencia.
En la profunda confusión
la ufolatría platillista inculca la adoración de los susodichos seres espaciales
como dioses. Y no podía ser de otro modo, porque en la fenomenología ufolátrica
se practica la meditación o contactismo mediúmnico, a través del cual ingresan
una serie de demonios que engañan y los dirigen hacia sus malignos propósitos. El
mediumnismo y la meditación tiene sus exponentes célebres como el sueco Emanuel
Swedenborg (1688-1772), Augustin Lesage (1876-1954), la inglesa Eileen Garret
(1893-1970), Pietro Ubaldi (1886-1972), el florentino Roberto Setti (1930-1984),
el parapsicólogo Gustavo Rol (1903-1994) de Turín y brasilero Luiz Antonio Gasparetto
(1949-2018). Todos tenían el propósito de demostrar la realidad de la supervivencia
y la posibilidad de contacto con el mundo de los muertos. Ante esto hay que
decir que hay que rechazar tanto el mediumnismo como el contactismo ufolátrico,
y, más bien, saberse dejar llevar por Dios hacia la unión perfecta de su amor.
Para ello no sirve ni la experiencia, ni la ciencia, ni los mensajes de los supuestos
seres del espacio, sino el camino de la fe y el escudo de los sacramentos.
El estigmatizado italiano
Giorgio Bongiovanni (1963) es uno de los casos más recientes que dice predicar
el verdadero cristianismo y difundir la verdad sobre los extraterrestres. Como
una demostración de que el demonio también puede producir estigmas está su
continuo desmentido catastrofista de que el fin del mundo llegaría en 1991,
luego 1993, después 1996, pero nunca acertó, no llegó el fin, ni arribó un ovni
a rescatarlo. El demonio es el padre de la mentira y Bongiovanni sucumbió a sus
fraudes. Considera que su maestro es el ovnilatra Eugenio Siragusa. En su
desfachatez disparatada anuncia que Cristo retornara en un plato volador. Forma
grupos por todo el mundo llamados “Arcas”. Es un clarísimo defensor del
reencarnacionismo, de la referencia de naves espaciales en la Biblia, que los
ángeles de ayer son los extraterrestres de hoy, y en el 2004 presentó su primer
libro “De Rerum Divinarum Scientia Nova”, que contiene los mensajes de los
seres de luz. Su teología es una mezcla de sincretismo, ufología y elementos
del New Age. A todas luces su cristianismo es un fraude.
Los estigmas son un
fenómeno que aparecen independientemente de un milagro o una creencia
religiosa. De los más de 350 casos conocidos, 321 fueron católicos, y 70 fueron
canonizados por la Iglesia. En otras palabras, también los pseudomísticos
pueden tener estigmas, y no son una prueba de santidad. En Bongiovanni, que
nunca se dejó examinar por un médico neutral, la acción de demonio es clara no
sólo por el falso profetismo exhibido, sino por servirse de un fenómeno
psicosomático para pretender mostrar la verdad de los extraterrestres.
FALACIAS UFOLÓGICAS
El hecho de que
científicos de renombre (Avi Loeb, Michio Kaku) hablen abiertamente de
tecnología extraterrestre sin contar con evidencia alguna nos hace pensar en la
situación lógica de la civilización actual. En realidad, lo que se observa es
que se ha sustituido el correcto pensamiento lógico por el irracionalismo.
El hombre de la cultura
técnica está afectado de irracionalismo mental porque vive bajo el
desequilibrio entre su razón, la emoción, el sentimiento y el instinto.
Desequilibrio que se ha ido acentuando a medida que se llega hasta sus últimas
consecuencias la racionalidad burguesa.[24]
Se trata de una racionalidad que prioriza los medios sobre los fines, sobrepone
la razón funcional sobre el pensar sustancial, y siguiendo el nominalismo
termina suprimiendo el mundo de las esencias a favor de las existencias. En
este contexto el verdadero humanismo tenía que sucumbir, y en su lugar vemos
que la lógica se deteriora ante la presión de tres fuentes colosales: la
cibernética, la manipulación de los medios y el hedonismo de masas y élites. La
consecuencia es que la corrupción de las masas lleva hacia la despersonalización.
La antropotecnia va remplazando a la antropología. Ya no hay diálogo en caos
alógico de las redes sociales, pululan en su lugar los emoticones. La vida
acelerada del capitalismo no favorece el despliegue lógico del pensamiento. Vivimos
una sociedad enferma porque el capitalismo enajena al hombre y lo hace vivir
consumistamente sin satisfacer sus necesidades más profundas. No es extraño
entonces que la ufología haya cobrado vuelo desde 1947, en pleno despegue del
capitalismo de bienestar. El gran sociólogo estadounidense David Riesman tiene
dos obras cuyos títulos retratan la tragedia espiritual del hombre actual: La
muchedumbre solitaria (1950) y Abundancia ¿Para qué? (1964). Cuando
la riqueza material no se pone al servicio de la riqueza espiritual adviene el
extravío del sentido de la vida. Ahora se entiende mejor por qué la época
presente es de decadencia lógica.[25]
Por lo general,
la mente humana es muy proclive a creer en ilusiones sin pruebas científicas. ¡Cuánto
no más lo será hoy! Y es así porque la ilusión surge de la propia percepción
que engaña a la mente y la misma nos lleva hacia decisiones y creencias
irracionales. Y el sentido común es la víctima predilecta de las ilusiones.
Algo no es real simplemente porque existe, las ilusiones, espejismo y
alucinaciones también existen, pero no son reales. Realidad y Existencia no son
equivalentes y no distinguirlas es origen de muchas confusiones y ficciones. Lo
que es Real tiene consistencia ontológica individual permanente, en cambio lo
que es simplemente Existente le basta tener trascendencia a la conciencia sin
poseer identidad permanente. No toda existencia tiene realidad, en cambio toda
realidad tiene existencia.[26] Incluso ciertas
psicopatologías hacen ver entidades, como la esquizofrenia, o escuchar voces,
como la paranoia, como si fuesen reales pero que solamente existen en la mente
del sujeto. Como vemos no todo lo existente es real. Creer como real lo
meramente existente es un trastorno cognoscitivo que tiene que ver con la
alucinación, la psicopatología, el fraude, la manipulación mental y paradigmas
epocales.
El maligno
puede materializar cosas inertes (cadenas, clavos, tornillos, tijeras,
muñequitos, etc.) y hasta seres vivos (ranas, sapos, etc.) en el poseído, como
queda demostrado en la práctica del exorcismo. Tales cosas no sólo existen,
sino que son reales porque el Padre exorcista las guarda como prueba de la lucha
contra el demonio y posterior sanación. Pero también puede hacer aparecer ovnis
que son filmados y fotografiados, o sea, existen y son reales. Pero luego
desaparecen, se esfuman como arte de magia. ¿Somos engañados? Sí, porque tales
cosas no son naves espaciales, sino materializaciones del Enemigo.
Pero, por otro
lado, al conversar con investigadores y creyentes ufológicos se observa
generalmente la presencia de una similitud con los prejuicios cognitivos de la
esquizofrenia: demasiada atención a posibles amenazas, el saltar a conclusiones
precipitadas, hacer atribuciones externas, problemas de razonamiento acerca de
situaciones lógicas y sociales, dificultad para diferenciar el discurso
interior del de una fuente externa, déficit neurocognitivo global en la
memoria, distorsión de la realidad, ideas delirantes, persistencia de
experiencias psicóticas, problemas de funcionalidad social, procesamiento
visual y para mantener la concentración. Muchas personas normales tienen
experiencias psicóticas sin ser esquizofrénicas. Pero, también, muchas personas
que son frágiles mentalmente también son atacadas con avistamientos y presencias
supuestamente extraterrestres.
Así, siendo la
vida inteligente extraterrestre una ilusión sin evidencia de su realidad, que
se asocia al fenómeno ovni, es tomada como real en su apariencia mostrada. Pero
esto no debe ser necesariamente así. El fenómeno ovni puede subsistir perfectamente
sin el nexo con la vida inteligente extraterrestre. Es decir, aun cuando la
ciencia llegue a confirmar que estamos solos en el universo, como al parecer
todos los indicios lo indican, el fenómeno ovni sobrevivirá como fenómeno
atmosférico anómalo, como programa de aviónica secreto y, por supuesto, como
engaño sobrenatural de satán.
Así, sobre el
fenómeno ovni hay que distinguir tres tipos de problemas, a saber:
- el problema de la manifestación natural ovni
(rayos globulares, nubes lenticulares, hologramas solares, sprites,
meteoros, estrellas, planetas),
- el problema de la manifestación artificial
(tecnología ovni humana, aviones negros, misiles hipersónicos, satélites, globos,
fraudes, engaños humanos y demoníacos)
- y el problema de la inteligencia
extraterrestre (civilizaciones en nuestra galaxia y fuera de ella).
Los dos
primeros son objetivos, es decir, existen y son reales. El tercero no
es real, existe como objeto hipotético. Tanto fue así que el propio
proyecto SETI fue cancelado en 2020 por no lograr nada. El fenómeno ovni
justamente se convierte en mitoide de nuestra modernidad
tecnológica al confundirse con el tercer problema, a saber, el
problema de la inteligencia extraterrestre, y al subsumir
erróneamente los dos primeros al predominio ET. Lo cual es una
confusión no sólo de tipo ontológica, sino también lógica. A partir de esta
confusión con la inteligencia ET surge la ufolatría, con gurús y
líderes carismáticos, astutos, mitómanos y superficiales, y con adeptos
sumisos, acríticos y sugestionables[27], que curiosamente se
encuentra ampliamente extendida en sociedades tecnológicamente avanzadas[28]. Lo cual no es extraño,
dado que son en esas sociedades precisamente donde el “Reloj del Apocalipsis”
termonuclear amenaza con la destrucción del planeta y aprisiona con más fuerza
a las conciencias y acentúa la angustia del hombre común.
De este modo,
la ufolatría llega al extremo delirante y contra toda lógica coherente de
confeccionar mapas estelares señalando de qué estrellas provienen los
Reptilianos, los Sirianos, los Andromedianos, los Nórdicos, los Zetas, e
incluso llegan al extremo de indicar otros lugares donde existe inteligencia
desconocida. Otros presentan otra clasificación morfológica: Humanoides
(verdes, grises, nórdicos y gigantes), Zoomórficos (reptilianos insectoides,
cefalopoides), Xenomórficos (figuras nebulosas, ameboides, minerales,
vegetales, etc.).
En lógica la
falacia es un argumento que parece válido, pero no lo es. Es decir, es un pensamiento incorrecto, pero
psicológicamente persuasivo. Entre las falacias no formales se encuentran: las
falacias de atingencia y las falacias de ambigüedad. Son falacias de
atingencia: la ignoratio elenchi o ignorancia del asunto, argumentum ad hominem
o dirigido contra el hombre, argumentum ad ignorantia o que es verdad porque no
se ha demostrado su falsedad, argumentum ad misericordia o llamado a la
clemencia, argumentum ad populum o dirigido al pueblo, argumentum ad
vericundiam o apelación a la autoridad, la causa falsa, y finalmente, la
pregunta compleja. Y entre las falacias de ambigüedad cuentan: el equívoco y el
énfasis.
De manera que tanto
la ufolatría popular, “científica” y teológica echan mano desde el punto de
vista lógico a tres tipos de falacias, que se condicen con la degradación
cultural de la civilización consumista y hedonista actual:
1.
Falacia del Residuo (afirmación de la existencia de
ET sobre un reducidísimo número de casos inexplicados).
2.
Falacia de la Diversidad (afirmación de otras formas de
vida sobre condiciones desconocidas e inexplicadas).
3. Falacia de la Vastedad (dado que el universo es tan
vasto, debería ser cierto que haya un enorme número de civilizaciones
extraterrestres en el Universo). Es como afirmar que, si el pantalón de ese
señor tiene muchos bolsillos, entonces debe tener mucho dinero guardado en
ellos. Pero lo posible no es lo real.
Estas tres falacias pueden ser
consideradas como falacias de atingencia en su forma de argumentum ad
ignorantia, porque dan a entender que puede ser verdad porque no se ha
demostrado su falsedad. Especialmente la ufología teológica se sirve de la
falacia de la vastedad, la cual se fundamenta en una comprensión errónea y
nominalista de la omnipotencia divina. Sencillamente el nominalismo de la
teología de Occam terminó privilegiando la Voluntad sobre la Inteligencia
divina. Lo cual significaría que la voluntad divina puede hacer cosas
imposibles en el cosmos, o que dos más dos sean cinco. La postura contraria es
la realista, de índole tomista, pensaba que Dios no hace lo que quiere, sino lo
que debe. Eso, por un lado, y por el otro lado de la ufología científica es muy
proclive a las dos primeras formas de falacia (Residuo y Diversidad). Así, por
ejemplo, Michio Kaku al hablar de otras leyes del universo se adscribiría a la
falacia de la diversidad, y Avi Loeb al pensar en tecnología extraterrestre
vagando por el espacio se asocia a la falacia del residuo.
No existe evidencia científica alguna
para sostener lo que dicen, sino meras hipótesis científicas sin confirmar.
Pero estos dos científicos han sucumbido al pensamiento especulativo de la ciencia
ficción, y bien visto el asunto, nada les autoriza a sostener con seriedad las
opiniones que vierten. El Instituto SETI o búsqueda de inteligencia extraterrestre
es un conjunto de múltiples proyectos que indagan, pero no afirman que la vida
extraterrestre exista. Tanto es así que en 2020 se anunció el abandono del
proyecto SETI por no conseguir por más de décadas de búsqueda los resultados
esperados. Simplemente no encontraron nada y tuvieron que cancelar el proyecto.
Eso fue un ejemplo de un buen uso de la lógica.
Son los propios ufólatras los que
convierten a los ovnis en ens imaginarium o intuición vacía sin objeto,
porque lo que allí tienen no son seres espaciales, sino demonios que se hacen
pasar por aliens. Mientras, los científicos especulativos incurren en nihil
negativum u objeto vacío sin concepto, porque dicha tecnología alien no
existe.
8
UFOLOGIA Y DECADENCIA
CIVILIZATORIA
Sí, seamos claros.
No se trata de que los avistamientos ufológicos estén relacionados con nuestra
civilización, porque avistamientos se han registrado en todas las etapas de la
historia. Más bien, se han intensificado en nuestra civilización porque somos
una cultura secularizada, naturalista, racionalista y apartada de la fe. De ahí
las oleadas constantes de ovnis.
Sin olvidar
petroglifos y pinturas rupestres del paleolítico que parecen representar
avistamientos ovnis, los registros históricos de avistamientos se remontan hasta
el 1440 del segundo milenio antes de Cristo con el papiro Tulli, donde los
escribas del Bajo Egipto del faraón Tutmosis III afirmaron haber visto unos
discos ardientes en el cielo. En la República Romana del 218 antes de Cristo, Tito
Livio dijo haber visto barcos fantasmas brillando en el cielo. En el 740 de
nuestra era sobre Irlanda se reportaron barcos brillantes en el cielo. En el
siglo quince Cristóbal Colón reportó luces en el cielo que seguían a sus
embarcaciones. En el siglo dieciséis sobre Nuremberg se vio una batalla aérea en
el cielo entre cilindros, cruces y esferas que revoloteaban en el aire. Pero
desde el siglo diecinueve y a lo largo del siglo veinte y veintiuno los
avistamientos comienzan a ser interpretados ya no en términos religiosos, sino en
la mentalidad predominante de los términos tecnológicos. He ahí lo decisivo, a
saber, el cambio de mentalidad. A partir de ahora todos los avistamientos serán
interpretados desde un punto de vista científico-tecnológico.
Ante esto la
ciencia ha descartado la apariencia humana como dirección de la evolución
convergente. Abundan libros, películas, series de televisión, videojuegos sobre
extraterrestres, incluso la creencia astrológica del New Age habla de que
Jesucristo fue un extraterrestre. La arqueología, la ciencia, la astronomía han
ido derribando estas ficciones, pero la exoplanetología hizo que científicos,
en número cada vez mayor, se mostraran optimistas sobre la posibilidad de
encontrar planetas en torno a estrellas de nuestra galaxia y de otras galaxias
que pueda albergar vida inteligente. Este último hecho resucitó nuevamente la
ufolatría, que ya había caído en descrédito por tanto fraude y engaño.[29] La agudización de las crisis de la
modernidad (ecológica, política, alimentaria, seguridad mundial, sanitaria,
económica, poblacional, educativa, moral y espiritual) hace prever la mayor
difusión de las sectas ufolátricas a corto y mediano plazo en medio de una
sociedad sumida en el increencia, el nihilismo, la religión a la carta, el
relativismo, el hedonismo y la profunda secularización. Es más, el avance de la
sociedad cibernética aumenta el temor sobre el peligro del dominio de los
robots sobre la humanidad. Se siente la amenaza de la era posthumana.[30]
Lo más seguro es que los robots pensantes y autónomos no representen la
evolución de la especie humana sino, más bien, su fin. Se avizora un futuro
sombrío para el hombre en medio del auge de las máquinas. La super
inteligencia artificial introduce un nuevo elemento angustiante en la conciencia
de la humanidad.[31]
En otras palabras, se vive una
gigantesca crisis civilizacional en la era cibernética, especialmente de la lógica.
La cual desborda el orbe occidental y que en una era globalizada involucra a
todas las demás civilizaciones unidas por la racionalidad científico-técnica y
la economía de mercado. Es una dura prueba para las conciencias que perseveran
en la fe trascendente y en la respuesta afirmativa que subyace en la
interrogante de la problemática integral del fenómeno ovni: ¿Puede el hombre
seguir siendo el centro metafísico-moral del cosmos? Por lo pronto, los ovnis
siguen apareciendo en todos los cielos de los países del mundo y su interpretación
predominante es la científico-tecnológica. De forma casi automática se piensan
que son máquinas de seres espaciales muy avanzados. De este enfoque
secularizado de la mentalidad moderna se aprovecha el demonio para disfrazarse
de extraterrestre y apartar al hombre de Dios.
Más, hay algo
más profundo en todo este movimiento que cree en la inteligencia
extraterrestre. Y es que existe un contenido escatológico salvífico subyacente
en sus inquietudes más hondas. Pues, así como sin mística no hay auténtico
conocimiento ni amor a Dios, del mismo modo trasladando dicho
amor y conocimiento hacia los supuestos aliens se termina por esfumar a Dios
mismo en una serie de extraños eones intermediarios o
inteligencias eternas, emanados de la unidad suprema, y que el gnosticismo pone
en relación a la materia con el espíritu. Hay todo un gnosticismo implicado en la
ufolatría imperante. Efectivamente, la ufolatría se inscribe como parte de la
ofensiva contemporánea del revival gnóstico. No es casual que esta forma
de religiosidad practique de forma generalizada la meditación de
contacto en busca de la salvación por el conocimiento ET que los
regenera y diviniza. No hay duda que no sólo hay teología ufológica cristiana,
sino también gnóstica. Trascender el espacio y el tiempo por un esfuerzo de
éxtasis personal de contacto, forma parte de este nuevo tipo de religiosidad
egocéntrica e individualista, que implica una antropología, cosmología y
soteriología que enfatiza la importancia del contacto ET. En ellos el mito
intemporal y trascendente se articula con el mitoide temporal e inmanente.
Pero el
resultado final de toda esta heteróclita barahúnda paranoica es la mezcla
informe que lleva al cuestionamiento de la fe preternatural revelada y de la
religión sin retribución. En una religión interesada no se da un verdadero
encuentro con Dios, y hay más bien la edificación de un ídolo, a saber, el del
dinero o el dios Mammón. La religión interesada carece de autenticidad y
profundidad y es profundamente satánica, la expectativa por la recompensa
denigra el auténtico amor por Dios, y en esto reside la universalidad del mensaje
del libro de Job. La ufología científica y la ufología esotérica están animadas
por ese ánimo de creer “por algo”, por “una retribución”. Esta degradación del
sentimiento religioso se corresponde con la secularización creciente de la
modernidad tecnologizada. Pero hay algo más transcendental todavía que se
enseña en el libro de Job, y es que Dios confía en el hombre y no en
fantásticos ET. Y es precisamente ese profundo desengaño en el hombre, en la
realidad humana, sobre todo en las sociedades altamente tecnológicas, lo que subyace
profundamente en la creencia ufolátrica de toda laya. Resuenan aquellas
palabras bíblicas sobre el hombre, predilectas por los protestantes: “gusano
pútrido y hediondo”. Desengaño y desesperanza que tiende a agudizarse en momentos
de crisis civilizacional de esta cultura secularizada y sin fe. Desde la
oscuridad de la confusión y las tinieblas se trata de que el ser humano sepa
elegir el camino a seguir y por ello bien se dice en el evangelio: “donde
abundó el pecado, sobreabundó la gracia”.[32]
Nuestras
conclusiones son semejantes a las de Carl Jung y Carl Sagan, pero también
diferentes. Semejantes a Jung por cuanto que se ve en el fenómeno ovni un
contenido religioso. Nuestra diferencia radica en que no hablamos de mito, sino
de mitoide y que dicho sentimiento religioso es de carácter inmanente y no
trascendente. Similar a Sagan porque no se ve razón ni prueba contundente para
creer en la existencia de seres inteligentes extraterrestres. Pero diferente a
él en tanto que admitimos la existencia y realidad del fenómeno ovni en su
manifestación natural y artificial (tecnología militar secreta y engaños del
demonio) y que la ciencia sin la religión y la metafísica filosófica termina
destruyendo la espiritualidad. Credulidad, manejo de la conciencia, engaños,
negocios, aberraciones psicológicas y pura paranoia, está debajo de la creencia
en seres inteligentes extraterrestres. La exploración espacial sigue teniendo
una base más realista, a saber, encontrar otros hábitats semejantes a la tierra
y enviar humanos al espacio. Además, culturológicamente es posible afirmar que
no es pura coincidencia el gran auge de la ufolatría en los países más
desarrollados tecnológicamente. La amenaza de destrucción termonuclear y
degradación global del medio ambiente pesa sobre las conciencias de millones de
gentes comunes incrementando la angustia existencial y el deseo de salvación
inmanente. Y un poderoso paliativo es regresionar a la credulidad ilimitada que
da cobijo a la creencia en extraterrestres mesiánicos y salvadores. Aquí no se
trata de fe sino de credulidad, que da cabida a una alucinación colectiva de
nuestro tiempo llamada inteligencia extraterrestre. Alucinación que emerge de
un mundo banalizado, donde el hombre y sus asuntos han perdido importancia y en
su lugar se prefiere creer en seres superiores de otras galaxias que brindan
esperanzas. En suma, se trata de un escapismo mental que retrata la profunda
degradación espiritual de la modernidad secularizada de nuestro tiempo.
En este contexto,
el tema de la inteligencia extraterrestre también se ha convertido en un
mitoide estratégico de distracción de la opinión pública mundial para implantar
un mundo unipolar. Por su parte el argumento de la teología ufológica, sobre el
cual descansa todo su edificio (“El poder ilimitado de Dios”), es un sofisma y
una tergiversación del constitutivum metaphysicum de Dios.
Dios no hace todo lo que puede sino todo lo que es racional a su justicia, se
pone límites a sí mismo, respeta la libertad humana y su creación. Justamente
porque el poder de Dios tiene límites es que tiene lugar la posibilidad de que
el hombre libre pueda cambiar su camino, de convertirse. Y con su justicia es
como Dios se hace presente en la historia y en la naturaleza. El misterio de la
libertad divina es que también el Dios Todopoderoso se hace débil para dejar
espacio a la libertad humana. No solamente somos una “caña pensante”, al decir
de Pascal, sino una “caña con libre arbitrio”. Lo cual lejos de justificar el
antropocentrismo implica un vigoroso rechazo, porque la libertad humana no conoce
los designios de su creador y todo lo creado no existe para la utilidad del ser
humano. La creación es una teofanía de su amor gratuito. Todo lo cual impide moralmente
el reemplazo de Dios por el hombre. Por eso la teofanía de Dios no es violenta,
sino suave como la brisa. Y la Providencia no miente al habernos dado la
Revelación, y el papel de ésta es permitir que el hombre ascienda a la
trascendencia ayudado por las dos alas a su alcance, a saber: la razón y la fe.
Su poder se sujeta a su Sabiduría. Esto hay que destacarlo con fuerza en medio
de una época como la nuestra azotada por el irracionalismo, la superstición, y
la credulidad.
En suma, el fenómeno ovni es real, como
fenómeno natural y artificial, y ha sido el mejor elemento diversionista para
encubrir la carrera armamentista, y el mejor ardid del demonio para
hacerse adorar como extraterrestre. Pero la inteligencia extraterrestre es un
tema de la literatura de ficción y un fraude ufolátrico grotesco sin evidencia
contundente alguna. En una palabra, el fenómeno ovni como fenómeno natural y
artificial es real, pero como inteligencia extraterrestre es solamente
existente pero no real. Es el mayor fraude preternatural y humano de la historia.
CONCLUSIÓN
Cuando en 1952
se le preguntó a Einstein qué pensaba de los platillos voladores y los
extraterrestres, respondió: “Esas personas han visto algo. Qué es, no lo sé. Y
tampoco tengo curiosidad”. Pero la postura de los científicos cambió hasta tal
punto que en el 2022 la NASA creó un equipo de investigación de ovnis. Sin
embargo, la ciencia no encuentra respuesta. La explicación se encuentra en otro
campo: el teológico-filosófico.
Ahora bien, ¿Cómo
es que siendo el fenómeno ovni algo real estemos, no obstante, ante un gran fraude?
En primer lugar, porque estamos ante un fenómeno preternatural del demonio, que
se camufla de extraterrestre para engañar al hombre con seres venidos del
espacio. Y, en segundo lugar, porque es utilizado como un mitoide psicosocial
por los humanos -especialmente por la potencia hegemónica del Norte- para
encubrir con secretismo el costoso desarrollo de tecnología de avanzada para nuevas
armas militares. Es decir, dos fuentes de distinta naturaleza han confluido en
el mismo propósito de convencer que existen los extraterrestres.
Pero si siempre
han existido los avistamientos ovni a lo largo de la historia ¿por qué recién
se difunde la creencia en extraterrestres? Por dos motivos principales: la
cultura secularizada que ha puesto de lado la creencia en Dios, y la
predominante mentalidad científico-técnica que lo ve todo en términos de
tecnología. El hombre moderno de hoy tiende a explicarlo todo por lo tangible y
visible, lo inmanente y terrenal, la fe no cuenta, y para el caso recurre a la
explicación de la ciencia. Si a ello se suma el auge por décadas de la ciencia
ficción en radio, cine, televisión y medios telemáticos, entonces se entiende que
la mentalidad de las masas está modelada por ésta.
¿Por qué los
ovnis han de ser interpretados como demonios? Porque su comportamiento no responde
a las leyes de la física material, por ende, no son entes materiales, sino
inmateriales, o sea espíritus. Y como no se dedican ayudar a la humanidad, sino
a confundirla y traumatizarla, entonces se trata de espíritus malignos. ¿Puede
explicarse los ovnis por la física cuántica? Pensar que haya extraterrestres
que viajen como los fotones por toda la Vía Láctea o empleando los agujeros
negros es pura especulación, fantasía y no ciencia.
Pero hay otro
aspecto que no debe ser obviado. Y es que la promoción del tema ovni sirve de tapadera
conveniente en los principales medios corporativos de comunicación para ocultar
a favor del Occidente liberal neocolonial muchos problemas geopolíticos y dramáticas
crisis humanas que terminan en tragedia. Uno de ellos es el problema de la
migración africana a Europa. No hay política de ayuda y rescate para miles de
africanos que huyen de la violencia y de la guerra en sus países, a
consecuencia de la propia inestabilidad provocada por la mentalidad
extractivista y explotadora de los europeos hacia Africa, no hay rescate de los
niños, mujeres, y hombres africanos que mueren ahogados en el Mediterráneo y otras
rutas para alcanzar desesperadamente el Viejo Mundo, no hay auxilio económico
para aquellos que logran alcanzar unas costas que los reciben a balazos. Hay
miles de millones de dólares para enviar armas a Ucrania, en vez de buscar la
paz, echando más leña al fuego del conflicto, pero no hay disposición de enviar
ni siquiera barcos de rescate para auxiliar a los migrantes. Ante esta tragedia
humanitaria los grandes medios de comunicación que responden a las políticas de
las élites plutocráticas mundiales prefieren ponen en el primer plano de los
tabloides el tema ovni con una frivolidad y superficialidad espantosa y
condenable. Más importante es alguna abducción o una oleada de ovnis sobre
alguna parte del mundo, que centenas de migrantes que diariamente mueren tratando
de atravesar los mares en precarias chalupas, y lo intentan hasta con botellas
de plástico adheridos a sus cuerpos. El tema ovni para el imperialismo neocolonialista
es una tapadera conveniente, inmoral y obscena a la crisis de caridad en el
mundo.
Tampoco es
difícil advertir que durante del desarrollo del conflicto en Ucrania el tema
ovni ha sido utilizado varias veces por el imperialismo norteamericano para
tapar sus fracasos estrepitosos en la contraofensiva del nazi Zelenski, y en la
tensión creciente de sus relaciones con China. Los incidentes ocurridos entre
el 28 de enero y el 13 de febrero del 2023 en Alaska, Yukón, y el Lago Hurón,
donde cazas militares derribaron varios objetos voladores avistados, extrañamente
coincidieron con hechos desacertados de la política internacional del Presidente
Biden. En otras palabras, el tema ovni es utilizado para defender el Orden
Mundial Unipolar y retrasar el ascenso del Orden Mundial Multipolar.
Luces blancas
que vuelan de manera extraña antes de elevarse horizontalmente hacia el cielo,
objetos cilíndricos volando muy rápido, objetos luminosos en forma triangular y
piramidal sobrevolando el mar, platillos con luces diversas, luces con un
patrón en forma de V, abducciones, agroglifos, mutilaciones, y contactos,
seguirán ocurriendo porque ni la fuente preternatural ni la fuente humana
descansan. Programas como el avión espía ultra secreto con tecnología antigravedad
TR-3B Black Manta continuarán y, también seguirán, siendo confundidos con
ovnis. Y sin duda que será utilizado como psicosocial de masas al desatarse un conflicto
termonuclear.
Todo esto
desemboca en una sola conclusión, a saber, que no existe evidencia sólida sobre
la vida inteligente en otros planetas. Y toda la evidencia disponible que se
tiene sobre los ovnis responde, por una parte, a la etiología de la demonología,
y, por otra, al desarrollo de tecnología secreta militar. En consecuencia, se
puede sostener que la ufología es una rama de la demonología, y un mitoide
tecnológico de la carrera armamentística. Es un gran fraude, pero el hombre de
hoy ama ese fraude. Es un sucedáneo de la fe perdida.
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Vesperinas, Introducción al estudio del esoterismo, Buenos Aires: Kier,
1980
R. Scholes y E. Rabkin. La
ciencia ficción: historia, ciencia, perspectiva. Taurus, Madrid, 1982.
Ramón Navia-Osorio. Mutilaciones.
Una realidad preocupante. Ushuaia ediciones, 2022.
Raymond A. Moody Jr. M.D. Reflexiones
sobre vida después de la vida. Edaf, 2020.
Robert
Ambelain, Los arcanos negros de Hitler. Grandes enigmas, 2005
Rodrigo Bravo Garrido. Los extraterrestres han muerto. Tomo I: El mito ovni-ET, contactismo
y abducciones. Editorial Sin Sello, 2019
San
Juan de la Cruz. Obras. Editorial Séneca, México, 1942. Contiene: Subida
al Monte Carmelo, Noche oscura del alma, Cántico espiritual, Llama de amor viva,
Poesías, Epistolario, Avisos y sentencias, Cautelas, Documentos varios.
Santo Tomás de Aquino. Suma
teológica. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1953
--- . Sentencias de la
Suma Teológica, Editorial Peuser, Buenos Aires, 1952.
Sixto Paz Wells. 2012. Contacto
con otras realidades. Editorial Vanir, 2010.
---
. El libro de los guardianes y vigilantes del
mundo. ERREPAR, 1997.
--- . Guía extraterrestre. Martínez Roca, Barcelona,
2002.
--- . El instructor del nuevo
tiempo. Kolima, 2011.
--- . El contacto extraterrestre. Kolima Books, 2023.
--- . Extraterrestres. Abriendo
los ojos a otra realidad. Editorial Martínez Roca, 2007.
Yosip Ibrahim. Yo visité
Ganímedes. (1972). Editorial Sirio, 2010.
2. Series de radio sobre extraterrestres:
La guerra de los
mundos, 1938,
con la voz de Orson Wells.
La guerra de
los mundos,
1949, por Radio Quito, Ecuador.
3. Series televisivas
sobre extraterrestres:
Perdidos
en el espacio, 1965-68,
comedia infantil y de ciencia ficción. Netflix estrenó su versión en 2018.
Mi marciano
favorito, 1963,
comedia de ficción.
Los invasores,
1967-68, serie de ciencia ficción.
Viaje a las estrellas, 1966,
serie de ciencia ficción sobre aventuras a través del espacio.
Expediente X,
1993, serie donde la existencia extraterrestre es el centro de conspiraciones
gubernamentales y fenómenos paranormales que deben enfrentar una pareja de
investigadores.
Futurama,
1999, anime comedia sobre choque cultural y tecnológico recorriendo toda la
galaxia.
Raised by wolves,
ciencia ficción sobre dos androides que educan a niños humanos en otro planeta.
The Mandalorian,
2019, serie de ciencia ficción sobre guerrero mandaloriano que se relaciona con
razas extraterrestres.
Al límite,
agente del FBI que resuelve casos fuera de lo normal.
V,
1985, ciencia ficción sobre historia de aliens.
The Expanse,
ciencia ficción sobre la humanidad colonizando planetas.
Stargate
SG-1, defender la Tierra de posibles
invasiones.
Galáctica:
estrella de combate, 1978, ciencia ficción.
Falling Skies,
ciencia ficción de lucha contra los extraterrestres.
Alf, 1986,
comedia de ciencia ficción.
Abducidos, 2002,
miniserie sobre sucesos paranormales y abducción.
Dr. Who, 1963,
serie británica que se prolongó por dos décadas, es una historia de
un alienígena que salta en el tiempo. Volvió en el 2005 hasta hoy.
Cowboy bebop, anime
mítico sobre caza recompensas que buscan criminales en el sistema solar.
4. Películas de cine sobre extraterrestres:
Encuentros
cercanos del tercer tipo, 1977, ciencia
ficción.
ET.
El extraterrestre, 1982, ciencia ficción.
Alien,
el octavo pasajero,1979, ciencia ficción.
Star
Wars, 1983, ciencia ficción.
Fuego en el cielo, 1993,
ciencia ficción, un leñador desaparece durante cinco días luego de observar una
luz en el cielo.
Día de la Independencia, 1996,
ciencia ficción, nave alienígena llega a la Tierra y comienza a atacar puntos
estratégicos.
Alien Abduction: incidente
en el lago County, 1998, ciencia ficción, un
niño filma las experiencias de una familia con un grupo de extraterrestres.
La guerra de los mundos,
2005, ciencia ficción basada en la novela de H.G. Wells.
Señales,
2002, ciencia ficción sobre los agroglifos.
Monstruos
vs aliens, 2009, ciencia ficción.
Paul,
2011, comedia y ciencia ficción.
Invasión del mundo:
Batalla Los Ángeles. 2011, Ciencia ficción,
después de caer las principales ciudades del mundo en manos de invasores alienígenas
soldados estadounidenses hacen un último esfuerzo para vencerlos.
La llegada, 2016,
ciencia ficción. Unas naves extraterrestres aterrizan en la Tierra y una
experta lingüista trata de averiguar si son una amenaza para la humanidad.
5.
Páginas Web:
Catholic.net:
El estigmatizado Giorgio Bongiovanni
Wikipedia:
Avi Loeb
Wikipedia:
Religión ovni
Wikipedia:
SETI
Wikipedia:
Hipótesis de los antiguos astronautas
Wikipedia:
Vida extraterrestre
Wikipedia:
TR-3 Black Manta
6.
Blog personal www.gusfilosofar.blogspot.com:
Falacias
de religión ufológica
Ufología:
el gran fraude
Ufología:
rama de la demonología
Lo
posible no es necesariamente real
Ovnis
como encubrimiento
Roscosmos
y los ovnis
No
somos nosotros ¿Quiénes son?
Escala
Kardashov e imaginación
Paradoja
de Fermi y exoplanetología
Ecuación
Drake ajustada y soledad cósmica
Fenómeno
ovni: mitoide de modernidad tecnológica
[1]
Casos significativos son del español José Luis Jordán Peña
que confesó en 1990 el engaño Ummita; el desenmascaramiento de Sixto Paz ante
el detector de mentiras; y la confesión de fraude de Yosip Ibrahim, autor de Yo
visité Ganímedes.
[2]
Consúltese los libros siguientes: Habla un exorcista, de Gabriele Amorth -quien fue
discípulo del connotado exorcista el Padre Amantini-, Planeta, 2005; Contra
Satanás, de E. Milingo, Ediciones Paulinas, 1990; y El diablo existe,
de Corrado Balducci, Ediciones Paulinas, 2020.
[3]
Cf. Armando Arellano Ferro, Por qué no hay
extraterrestres en la Tierra, FCE, México, 2003.
[4]
Llamo “platillistas” a quienes interpretan automáticamente
estos objetos como artefactos tecnológicos de civilizaciones avanzadas.
[5]
Cf. Avi Loeb. Extraterrestre La humanidad ante el
primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra. Planeta, Lima, 2021.
[6]
Cf El Confidencial. Junio 2023. Resumen de la expedición
interestelar. El análisis de laboratorio del objeto interestelar del Pacífico
revela isótopos de uranio. Por Avi Loeb. En dicho portal también se verá su
afirmación de que si el Pentágono tiene naves alienígenas debe compartir
información con el mundo.
[7]
La escritora y periodista estadounidense Leslie Kean
en su libro Ovni (2017) deja deslizar la información de que recibió
testimonios de que el gobierno tiene tecnología extraterrestre oculta.
[8]
Cf. Ovni: mitoide encubridor de carrera
armamentista en era tecnológica, 2014. Su primera parte contiene un
análisis teológico del problema, el segundo el análisis filosófico y el tercero
aborda el tema geopolítico militar.
[9]
A pesar de que Sagan desenmascara la creencia en ovnis
y ET sugiere, en su libro Cosmos, la posible existencia de animales
atmosféricos -hundientes, flotantes y cazadores- en planetas parecidos a Júpiter,
y que se alimentan de hidrógeno. Posteriormente, la biología espacial y la observación
cósmica ha determinado la posible existencia de animales atmosféricos por todo
el cosmos, de naturaleza gelatinosa, disuelta al caer a tierra, parecido a
medusas, que flotan de forma ondulante, aparecen también de forma esférica y se
precipitan en medio de la lluvia de meteoritos. Esto hace pensar que algunos
ovnis pueden ser animales atmosféricos.
[10]
Charles Taylor en su obra La era secular
sostiene que la secularización es más bien la naturalización de la
espiritualidad, siendo el resultado una espiritualidad sin experiencia religiosa.
[11]
Véase Ramón Navia-Osorio. Mutilaciones. Una realidad
preocupante. 2022.
[12]
Mark Horns. El libro para colorear de los agroglifos. Volumen 1. Disfrute
coloreando más de 60 dibujos de Círculos de las Cosechas basados en Fotos
reales. Independently Published, 2019.
[13]
En Mateo 4:10 se describe la tercera tentación de
Satanás a Cristo mostrándole todos los reinos del mundo, pero recibe como
respuesta: “Vete detrás de mí Satanás, porque escrito está: Al Señor Dios tuyo
adorarás, y a él solo servirás”. Las dos primeras tentaciones son: “Jesús fue
conducido del Espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el
diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches tuvo hambre.
Entonces, se le acercó el tentador diciéndole: “Si eres el Hijo de Dios, di que
esas piedras se conviertan para comer”. Más, Jesús le respondió: “Escrito está:
no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
(Mateo 4, 1-11). La segunda tentación lo incita a lanzarse desde el pináculo del
Templo Jesús replicó: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” (Marcos 1: 12-13),
[14]
El Anticristo es la obra de Nietzsche publicada 1888, que fue concebida como parte de
su proyectado libro La Voluntad de Poder, y redactada a un año de su
desplome psíquico, donde se las emprende fieramente contra el cristianismo
porque lo califica de decadente, de moral de esclavos, de resentimiento contra
el hombre superior, y por ello emprende la trasmutación de todos los valores y
la necesidad de abrir el camino al Superhombre. En realidad, Nietzsche encarna
la exaltación de la metafísica de lo inmanente. Véase mi libro Nietzsche y
la metafísica inmanente.
[15]
Véase el libro de Benjamín Zeller, La puerta del
cielo: religión ovni de los Estados Unidos de América, Aurora Dorada, España
2019. Este libro analiza el suicidio en masa de la secta contactista en el
Rancho Santa Fe, California, en 1997.
[16]
Ello se puede hallar en sus libros: El libro de los guardianes (1997), Guías extraterrestres
(1993), El instructor del nuevo tiempo (2011), El contacto
extraterrestre (2023), Extraterrestres. Abriendo los ojos a otra
realidad (2007).
[17]
Por ejemplo, Fabio Zerpa Alayón
en su libro Relatos reales con extraterrestres (2020)
busca simplemente convencer de su existencia.
[18] Round Robin, August 1949: A Factual and Non-Sectarian Publication
Issued in the Interests of Borderland Science Research Associates.
[19]
Tomado de la página 72 del libro Extraterrestres el
gran engaño diabólico de Padre Ángel Peña O.A.R.
[20]
Véase: Jean-Paul Corsetti, Historia del esoterismo y de las ciencias
ocultas, Buenos Aires: Larousse Argentina, 1993; Pedro A. Quiñones
Vesperinas, Introducción al estudio del esoterismo, Buenos Aires:
Kier, 1980; Jean Servier (dir.), Diccionario crítico de esoterismo (1998),
Madrid: Akal Ediciones, 2006, 2 vols.
[21]
Cf José Lesta, El secreto
esotérico del III Reich. Edaf, 2003; Robert Ambelain,
Los arcanos negros de Hitler. Grandes enigmas, 2005; Oleg Sayanski y
José López Vaultier. El nazismo oculto. Amazon digital services, 2021.
[22] Cf.
Paola Giovetti. Ciencias ocultas. Tikal, España, 1994.
[23]
Obras
de San Juan de la Cruz. Editorial Séneca, México, 1942. Contiene: Subida al
Monte Carmelo, Noche oscura del alma, Cántico espiritual, Llama de amor viva,
Poesías, Epistolario, Avisos y sentencias, Cautelas, Documentos varios.
[24]
Erich Fromm en su famoso libro Psicoanálisis de la
sociedad contemporánea (1955) desarrolla la idea de que el capitalismo
moderno produce un serio desequilibrio mental porque enajena al hombre desarraigándolo
de sus auténticas necesidades de relación, trascendencia, identidad y
orientación; y pone en su lugar un consumismo desenfrenado que no satisface sus
necesidades psíquicas profundas.
[25]
Cf. José de Alejandro, S. J. La
lógica y el hombre. Biblioteca de autores cristianos, Madrid, 1970.
[26] Al respecto
Nicolai Hartmann sostiene que sólo los objetos reales e ideales existen porque
no son creaciones nuestras, en cambio los objetos irreales o creados por
nuestra imaginación tienen consistencia, pero no existencia.
Esta teoría es errónea porque también se da la existencia irreal y porque
subsume lo real a la existencia. Toda la confusión se origina porque identifica
la Realidad con el ser real, cuando al contrario el primero trasciende al segundo
y se da en todas las esferas del ser. Con esto tampoco identificamos la realidad
y el ser.
[27] Es
la astucia de la serpiente que ofrece ciencia sin obediencia a Dios (Génesis 3,
1).
[28] Una lista
bastante completa y detallada se ofrece en el artículo “Religión Ovni” de
Wikipedia. Todas son sectarias, milenaristas, y en su sincretismo introducen
creencias cristianas y científicas. Su tecnofilia (fe ciega en la tecnología)
se combina con su ETfilia (fe en las capacidades espirituales de los ET).
[29] Entre los casos
más sonados de fraudes: el autor de “Yo visité Ganimedes” al reconocer que era
pura ficción; José Luis Jordán Peña que reconoció ser el instigador de la
civilización extraterrestre Ummita, convencido de su inmoralidad confesó todo a
la policía, tras haber desatado una ola sectaria que marcaba a fuego con su
símbolo a niños. Se habló de experimentos del servicio secreto sobre control
mental. Tampoco se puede omitir mencionar la sentencia en 2012 por el Tribunal
de Apelaciones de Francia contra la iglesia de la Cienciología, que cree en
seres galácticos, por fraude y ser una banda organizada con fines económicos.
Muchos han descubierto que en el actual mundo anético y sin valores, la mejor
manera de conseguir su primer millón de dólares es hacer su propia religión, y mejor
si trata sobre extraterrestres.
[30] El fundador de
Microsoft, Bill Gates, se unió a la carta abierta firmada a fines del 2014 por
destacados pensadores, entre ellos el empresario tecnológico Elon Musk y el
científico británico Stephen Hawking, en su preocupación acerca de cómo pueda
ser utilizada la inteligencia artificial en el futuro. El astrofísico británico
fue más radical al expresar que la inteligencia artificial acabaría con la
especie humana. Pues los humanos ya no podrán competir al estar limitados por
la evolución biológica ante máquinas que se rediseñarán a un ritmo creciente. A
comienzos de 2015 el MIT anunció el logro de Matrix o de un interfaz que
permita conectar el cerebro humano a una computadora, y se calcula que en tan
sólo una década estará listo el proyecto Avatar de la NASA y el
Departamento de Defensa, con un cerebro humanoide y una consciencia transferida
a un ordenador.
[31]
Véase mi libro Prometeo
liquidado. Inteligencia artificial y Juicio Final. Iipcial, Lima, 2023.
[32] Romanos 5,21.