SABIDURÍA ESCATOLÓGICA, HOROSCÓPICA
Y MÁNTICA DEL DESTINO EN LAS CULTURAS ANCESTRALES
Antikythera: La máquina del destino
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
Por culturas ancestrales aludimos a las sociedades antiguas teocráticas de Babilonia, Egipto, los hebreos, la India, Persia, Asiria, los hititas, China, Mayas, Aztecas, Chibchas, las culturas preincaicas y los Incas. En todas ellas hubo filosofía pero no al modo occidental. O sea, no bajo el imperio del frio concepto de la lógica pura, sino bajo el concepto de lo metafórico, analógico y simbólico.
En otras palabras, en las civilizaciones ancestrales hubo
filosofía en sentido mitocrático. Es decir unido al mito, lo religioso, la
tradición, la mántica, lo horoscópico, escatológico, oracular e iniciático.
Cuando apenas yo había empezado el ensayo me llegó un interesante
intercambio de ideas con el amigo y filósofo Omar F. Salazar Calderón Galliani,
a través de su página “Chaupi Atop: el zorro del encuentro”. Por tanto, muchas
ideas que siguen a continuación son parte de la reflexión que me provocó el
breve pero valioso debate.
Pienso, en primera instancia, que el prurito por reconocer la
presencia de la filosofía en el pensar ancestral tiene dos fuentes. A saber,
una fuente es el punto de vista eurocéntrico o la postura que sostiene que la
filosofía es de origen griego y por consiguiente todo los demás saberes son
meramente cosmovisión, filosofía en sentido laxo o mito. Y otra fuente la constituye
aquella posición que cavila que ni en la filosofía griega hubo tal ruptura
entre logos y mytho.
Sobre la primera pesa un fuerte legado racionalista e
intelectualista, combinado con el prejuicio de la superioridad de la cultura
occidental. Su principal defecto es no percibir la distinción entre noema (contenido
objetivo del pensamiento) y noesis (acto psíquico individual del pensar) en la
esencia de la filosofía. El noema de la filosofía siempre es el mismo en todos
los tiempos y civilizaciones, a saber, dar cuenta de los fundamentos del mundo.
Y la noesis no es intercultural sino individual y sujeto a los condicionamientos
culturales. Dicho más llanamente. El nombre de “Filosofía” es de origen griego pero
su contenido es universal y transcultural. Así, la filosofía no es un accidente
acaecido al hombre en su historia sino que es parte de la misma condición
humana.
Sobre la segunda existe una exageración sobre la presencia
del mito en la filosofía griega. Aquí hay que puntualizar que una cosa son los
presocráticos, otra los filósofos sistemáticos y otra los pensadores de la
crisis helenística romana. Los presocráticos están más cerca al pensar
participativo del mito, su postura es ambivalente. No ocurre lo mismo con
Platón ni con Aristóteles. En el primero el mito es opinión probable o sea doxa
y nunca episteme, y en el peripatético el mito tiene que ver más con la poética
que con la verdad. La ruptura de la filosofía con la religión es la senda que
recorren estos dos pensadores recogiendo el legado de Jenófanes y Parménides. Los mitos en Platón no carecen de todo valor. Pero él fue mucho más allá de lo mítico. No fue un mitógrafo sino un filósofo. Nunca identificó el demiurgo con la idea de Bien. El demiurgo es dios, pero es un ser derivado y subordinado a las Ideas situadas fuera del cielo. El soberano Bien es simetría, belleza y verdad. En Platón predomina el logos sobre el mytho.
Es cierto que, con excepción del humanismo sofista, el
epicureísmo y el fenomenismo escéptico, todo el pensamiento antiguo griego
estuvo transido de preocupaciones religiosas, en clave racional hasta el
periodo sistemático y en clave más religiosa en el periodo helenístico romano. En
éste último el tránsito de la razón a la fe estaba preparado por la crítica
escéptica y ecléctica y la atmósfera de creciente religiosidad incitado por el
declive del imperio macedónico y el surgimiento del imperio romano. Retorna el
mito con las religiones orientales y el misticismo alejandrino, el cual penetra
rápidamente en Occidente donde se produce un sincretismo pagano (neopitagóricos,
platónicos pitagorizantes y neoplatónicos) y otro judeo-cristiano (Filón
hebreo). Ya sabemos que el neoplatonismo terminó perdiendo la batalla contra el
cristianismo porque su dios-Uno era indiferente al mundo que retornaba a él de
todos modos.
El cristianismo no niega el mito sino el paganismo. Al
contrario, reconoce al mito como horizonte ontológico de lo sagrado y del
misterio. La Revelación sólo es antimitológica en este sentido y no en sentido
absoluto. Mito es revelación natural, y la Palabra es revelación sobrenatural.
En ambos hay mito como horizonte de lo divino.
Por eso pienso que la antinomia se resuelve cuando se
distingue entre filosofía logocrática (imperio del concepto puro de la lógica) y
filosofía mitocrática (imperio del concepto imagen del mito). En ambas formas
de filosofar hay ontología, pero bajo distinto predominio de los principios
lógicos. Bajo el principio de identidad en el filosofar logocrático y
bajo el principio de armonía de los opuestos en el filosofar mitocrático.
Filosofía es indagación sobre los fundamentos del mundo. En
el mundo ancestral se indagó filosóficamente unido al rito, la religión, lo
mántico y horoscópico. Era teoría del destino. Desde Jenófanes en Grecia se
filosofa divorciando la razón de su sustento mítico y bajo el principio de
identidad y no contradicción. Pero ambas son formas legítimas de ejercer el
filosofar.
El camino de Occidente fue el cercenamiento de lo mítico y
la sobrevaloración del concepto frío de la lógica pura. Este rumbo logocrático
o del imperio del concepto se ha derrumbado con las crisis de las guerras
mundiales, la destrucción de la naturaleza y el exterminio de los pueblos
ancestrales en nombre del progreso.
En suma, es cierto hubo continuidad entre mito y logos en
la tradición griega pero hay que verlo con matices. Dicha continuidad acontece
después del periodo sistemático (Platón y Aristóteles) y llega a su cumbre con
Plotino. Cierto, Platón fue más sensible al mito, pero no era episteme sino
doxa (opinión probable). Los presocráticos andan a galope sobre la
mentalidad participatoria del mito. No están tiranizados por el principio
aristotélico-parmenídeo de identidad. Por eso filosofan más unidos al mito.
Sobre el filosofar mítico ancestral siempre me resulta
iluminador releer las profundas páginas de Mariano Iberico de su libro La Aparición (1950), específicamente el
capítulo IV sobre “La simbólica del aparecer y el sentimiento del destino”.
Allí brinda todo un esquema de categorial de la mentalidad arcaica que yo llamo
filosofar mitocrático. Interpreta el aparecer como “totalidad viviente”, lo
cual a muchos analistas del pensar andino y ancestral no lo advierten como un
distingo metafísico frente a Grecia. Con un universo poético, estético,
mántico, onírica y como sabiduría del destino.
Ahora bien, todo lo examinado sirve como introducción previa echar
luz sobre la noticia que nos llega sobre el parecer de los científicos que han
estudiado la llamada “primera computadora del mundo” de hace dos mil años. Lo
más llamativo es la conclusión a la que arriban: la máquina se usaba para ver
el futuro. Por su importancia reproducimos la nota periodística de RT publicado
el 11 de junio del 2016.
“Un equipo internacional de científicos ha anunciado esta semana
que finalmente ha resuelto los secretos del Mecanismo de Antikythera, famoso en
los círculos de la arqueología, informa el portal PhysOrg. Descubierto en
un naufragio frente a la costa de Grecia en 1901, el Mecanismo de Antikythera
ha fascinado y desconcertado a los estudiosos desde hace más de un siglo. El
dispositivo intrincado parecía ser una reliquia de alta tecnología de una época
antigua, un mecanismo de relojería utilizado para calcular los eventos
astronómicos y celestes. Construido en el 150 a.C., el artefacto ha sido
denominado como 'el equipo mecánico más antiguo del mundo'. Después de más de
10 años de estudio intensivo usando equipo vanguardista de exploración, el
equipo de investigadores presentó nuevos conocimientos sobre la famosa
reliquia. Los científicos han sido capaces de decodificar unos 3.500 caracteres
de un texto explicativo escrito en 82 fragmentos sobrevivientes del artefacto
con el uso de las máquinas de rayos X y otras tecnologías de exploración. De
acuerdo con los investigadores, las letras pequeñas, de 1,2 milímetros, fueron
grabadas en paneles en el interior y el exterior del dispositivo, que
originalmente fue encerrado en una caja de madera con docenas de engranajes de
bronce enclavados entre sí. El lenguaje descifrado más o menos confirma lo que
los arqueólogos han sospechado desde el principio: el Mecanismo de Antikythera
fue diseñado como un calendario-reloj que mostraba las fases de la luna, la
posición del sol y los planetas, y hasta el momento de los eclipses previstos. Pero
mientras que el dispositivo tenía un propósito astronómico definitivo, los
científicos también suponen que la máquina se utilizaba para 'ver' lo que
deparaba el futuro, de acuerdo con algunas de las inscripciones en el
dispositivo que se refieren al color del próximo eclipse. No ha sido una
herramienta de investigación, algo que un astrónomo usaría para hacer
cálculos, o incluso un astrólogo para hacer pronósticos, sino algo que se usaba
para enseñar sobre el cosmos y nuestro lugar en el cosmos", dijo el
investigador Alexander Jones en la conferencia de prensa. "Es un 'libro de
texto' de la astronomía como se entendía entonces, que conecta los movimientos
del cielo y los planetas con la vida de los antiguos griegos y su entorno".
El mecanismo de Antikythera es otra prueba tangible que la motivación
fundamental del saber filosófico ancestral fue la intuición del destino. Interpretando
el universo como totalidad viviente o animada el fenómeno más importante
resultaba ser revelar el destino. Lo singular del caso es que el mecanismo sea
una demostración de tiempos difíciles donde se precisaba conocer el futuro con
exactitud. Ya no resultaban suficientes los oráculos, los brebajes, el éxtasis,
la comunicación onírica, ni los ritos iniciáticos. Se recurrió a la invención
de una máquina del destino. Esta búsqueda de horoscopía profética es una nota característica
y constante del pensar simbólico-metafórico. Sus formas conceptuales más estéticas
que lógicas remiten a una dimensión profundamente creativa del hombre y del
cosmos.
Lo escatológico como conocimiento de las cosas últimas, la muerte,
el Juicio Final, el cielo y el infierno, lo que ha de venir, es un mirar al
futuro porque reconoce que en el mundo presente hay verdades escatológicas que tendrán
su realización en el mundo de más allá. La sabiduría filosófica mitocrática de
las civilizaciones ancestrales vivían obsedidas por el destino, el más allá y
lo sobrenatural. Dimensión que la orgía de empirismo, escepticismo, cientificismo,
tecnicismo y pragmatismo el hombre moderno ha extraviado.
Lima, Salamanca 13 de Junio del 2016
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