GUSTAVO FLORES QUELOPANA
TEORIA
GENERAL
DE
LA
FILOSOFÍA
FONDO
EDITORIAL IIPCIAL
LIMA-PERÚ
2021
PRÓLOGO
Dice
la enseñanza tradicional de la filosofía que su origen es el paso del mito al
logos. Lo cual es un profundo error que restringe la comprensión de su origen,
la profundidad de su naturaleza y la amplitud de su alcance.
Hay
filosofía en el mito y lo hay en gran estilo. La diferencia estriba en que la
filosofía mítica no se guía por el principio de no contradicción sino por el de
la armonía de los contrarios. Mientras que en la filosofía del logos sucede a
la inversa. Incluso se puede hablar del logos metafórico y analógico en la
filosofía mítica. Y de la misma forma del Mytho identitario y no contradictorio
de la filosofía del logos. Pero esta diferencia entre filosofía logocrática y
filosofía mitocrática nos conduce hacia el sentido multívoco y polimórfico del
filosofar, porque en el fondo se trata de la situación existencial de la condición
humana. Lo cual lleva a pensar en una filosofía mitomórfica en el paleolítico
superior y una filosofía numinocrática en el paleolítico inferior. Ese sería el
cuadro completo de una Teoría general de la filosofía y esa sería la novedad
que se ofrece en el libro.
Otros
me han antecedido en el planteamiento de un modo de filosofar distinto al occidental
-León Portilla y la filosofía náhuatl, Placide Tempels y la filosofía bantú, Paul
Radin y la filosofía del hombre primitivo, Alwin Diemer y la filosofía
africana, Suzuki y la filosofía oriental, Raimon Panikkar y la filosofía de la
India-. Algunos enfatizaron la presencia de la filosofía en el mito como Schelling,
G. Gusdorf y P. Ricoeur. Mientras que K. Jaspers subrayó que Grecia no es el
único origen del filosofar. Por su parte, los postestructuralistas se las emprendieron
contra el filosofar logocrático. Pero ninguno se percató que hay tres teorías
de la filosofía: la restringida -origen griego-, ampliada -presente en los
mitos- y general -abarca desde la prehistoria-. Ante este rico y diverso panorama
la teoría que presento viene a ordenar el origen del filosofar, explicar su
naturaleza y ofrecer una comprensión distinta de la razón.
Por
ende, lo que aquí presento es una exposición sintética y sistemática de mi
Teoría General de la Filosofía que está desarrollada en mis diversas obras
anteriores.
Para
mayor orientación, detalle y profundización el lector puede también revisar mis
siguientes obras:
Eurocentrismo
y Filosofía prehispánica
Racionalidad
filosófica del Perú antiguo
Los
Amautas filósofos
El
Inca Garcilaso como filósofo
Filosofía
mitocrática y filosofía logocrática
Filosofía
mitocrática andina
Religión
y misticismo prehispánico
Búsquedas
actuales de la filosofía andina
Ensayos
de filosofía mitocrática
Las
filosofías marginadas
Filosofía
mitocrática y mitocratología
Crítica
de la razón mística
Hermenéutica
remitizante y filosofar mitocrático
El
absoluto dinámico precolombino
El
Dios ordenador andino
¿Existió
filosofía en nuestra América andina?
Corpus
filosófico andino
Filosofía
mitomórfica del chamanismo
Filosofía
como necesidad existencial
Filosofía
prehistórica.
No
será nada difícil para el lector atento advertir que recién con la publicación
de mi filosofía prehistórica arribó a mi mente la idea de una Teoría general de
la filosofía (TGF). Pues, lo conseguido hasta el planteamiento de la categoría
de la filosofía mitocrática sólo me permitía avanzar más allá de la difundida
teoría restringida del filosofar e ir hacia una teoría ampliada. Es decir, sólo
me ponía en pie de ruptura con el etnocentrismo eurocéntrico. Había llegado a
descubrir en el campo de la metafilosofía las denuncias que Foucault hacía en
el etnocentrismo filosófico y Derrida con la deconstrucción del logocentrismo. Pero
lo que realmente fue el peldaño que me permitió atalayar más profundamente en la
esencia y formas del filosofar fue indagar sobre la filosofía mitomórfica del
chamanismo. La obra dedicada a este tema constituyó la bisagra hacia la formulación
de una teoría general del filosofar. La cual sólo pudo hacerse nítida al escribir
sobre la filosofía prehistórica. Por eso, en realidad, la ruptura definitiva
con la hegemonía del logocentrismo y del eurocentrismo etnocéntrico acontece cuando
se fundamenta la Teoría general de la filosofía.
De
modo que se trata de una visión épica de la filosofía, donde su recorrido
histórico hace vislumbrar que la razón filosófica existe no por los hechos ni
por las ideas, sino porque existe una razón universal que es fuente de las
verdades necesarias y que es obra de la inteligencia divina. Y con esto estoy
ya instalado en el terreno de un neoescolasticismo, siempre alejado del naturalismo
y la secularización filosófica.
Cada
cultura y civilización tiene la filosofía que merece. La filosofía se encuentra
presente desde la prehistoria. Acompaña a la especie homínida en su desarrollo.
Y comienza no sólo desde que se experimenta el asombro sino también la compasión.
Cuidar de un congénere herido encarna un sentimiento de simpatía cósmica que
amplía moral y ontológicamente el sentido del ser. De modo que no es verdadero
que la filosofía no existe más que en su forma logocrática. Así, puede decirse
que la filosofía está presente en el horizonte social de la Prehistoria como un
hecho mágico cotidiano, en el mesolítico como un hecho estético-curanderil, en
el neolítico como un hecho mitocrático, para terminar, abriéndose paso con la Edad
de los Metales como un hecho conceptual.
Todo
lo cual ha supuesto mutaciones profundas por las que atraviesa la filosofía en
su manifestación. Desde el mesolítico la filosofía perdió su función de
revelación para convertirse en invocación. Luego se vuelve narrativa con los
mitos. Finalmente, desde Parménides la filosofía queda atrapada en la lógica
del concepto y ligada en la Modernidad a la verdad representativa del mundo.
El
cristianismo lejos de ser una vuelta a hacia alguna forma anterior de la
manifestación filosófica representa la síntesis entre fe y razón, por la cual
la lógica del concepto se subsume a la lógica de lo real. No obstante, la
modernidad llevando hacia las últimas consecuencias la lógica del concepto y la
validez de lo empírico puso a la filosofía como mero sucedáneo de la ciencia o
del lenguaje. Nunca estuvo la filosofía en mayor peligro como ahora. Pero, bien
visto, se advierte un estrechamiento de su horizonte que va desde su libre
errabundez mágica en la prehistoria hasta su aniquilamiento que supone su
internamiento de las universidades modernas. Mientras la universidad medieval
era una comunidad del saber, en cambio la universidad moderna es el
descoyuntamiento del saber en multitud de especialistas y especialidades. En
otras palabras, la filosofía ha sufrido el agostamiento de la forma
estructurada de su experiencia. Su primera segregación
acontece no en el mago prehistórico, donde la experiencia numinocrática es muy
extendida, sino en el chamán del mesolítico, que concentra la comunicación con
los espíritus. Luego adviene su segregación con
la clase sacerdotal de la era mitocrática. Y su exclusión
comienza en las escuelas griegas, lo que con los siglos va a dar lugar al internamiento académico, por razones de especialización de la
disciplina, en un mundo moderno dominado por la ciencia y el racionalismo. Es la
mutación en la forma estructurada de la experiencia filosófica.
Es
por eso por lo que ningún concepto previo de filosofía podrá desempeñar un
papel organizador en nuestra mirada retrospectiva. De nada sirve encerrarnos en
el monólogo logocrático, mitocrático, mitomórfico o numinocrático de la filosofía.
Parecido al periplo que emprende Foucault en el análisis de la locura, se trata
aquí de emprender la arqueología de la filosofía, pero no para arribar a las
desoladoras playas del relativismo epistémico. Menos se trata de emprender una
deconstrucción derridiana que se engolfa en un pathos escéptico. Nada de eso.
Las diversas figuras de la filosofía no sólo tienen su verdad, sino que son
parte de la verdad misma, que trasciende el logos del hombre y que, a su vez, se
halla posibilitada por una Razón Universal que la hace posible. Y esa Razón
Universal es la luz del Dios personal, verdadero origen de la sed de infinito,
ansia de verdad y de las ideas generales y universales. La relación de la
especie humana con la verdad universal existe no por los hechos ni por las
ideas, sino porque existe la razón universal de Dios.
Mi
ruptura con el paradigma eurocéntrico de filosofía acontece en 1998 en mi libro
Eurocentrismo y filosofía prehispánica. Y
aún no la denominaba, como ahora, Teoría restringida. Doce años después
sistematizo la categoría de lo mitocrático en Filosofía mitocrática y
mitocratología. Más no veía el panorama completo y pensaba que
todo culminaba en una Teoría ampliada. Entonces, recién con mis obras Filosofía como necesidad existencial y Filosofía prehistórica, veintitrés años después, advierto que existía
una Teoría General de la Filosofía. Fue un largo camino.
Primera
Parte
Las
Teorías del Filosofar
LA TEORÍA RESTRINGIDA
SUMARIO:
Definición. -Origen
único. -Paso del mito al logos. -Función del mito. -Características del logos.
-Hermenéutica desmitologizante. -Lo que la cosa “es”.
1. Llamo
Teoría restringida a aquella que sostiene que el origen de la filosofía es Grecia.
2.
Es más, esta teoría académicamente admitida en el orbe occidental piensa que
Grecia es el “único” origen del filosofar.
3.
De esta manera esta teoría concibe que la filosofía es el paso del mito al
logos. Logos como preeminencia del concepto lógico que preforma lo real. Lo que
da comienzo al reemplazo del símbolo por el signo y el imperio de los signos
dará lugar a la orgía del convencionalismo.
4. Considera
que el Mito cumple la triple función de explicar, socializar y cohesionar
socialmente recurriendo a metáforas y símbolos. Opone el concepto lógico como
instrumento más preciso de descripción de lo real. Lo que deriva hacia el
esquematismo, la economía del lenguaje conceptual, y a la función
estabilizadora del lenguaje.
5.
Estima que el Logos se basa en argumentos, razones, hechos y leyes universales
y necesarias. Pero en realidad el paso del mito al logos describe dos funciones
distintas del lenguaje. Y por ello, es el paso del acto creador de la metáfora
poética al acto ordenador del concepto lógico. Mientras que el acto metafórico
poético es emanatístico, el acto conceptual lógico es demiúrgico. Por eso, en
el concepto lógico hay un reduccionismo de la realidad donde se extravía la
unidad entre lo permanente y lo impermanente, el ser y el devenir. En cambio,
en la metáfora poética la unidad entre ambos aun se conserva, primando la armonía
de los contrarios.
7. La filosofía del logos está dirigido
conceptualmente a lo que la cosa “es”. Por ello, la filosofía del logos es teoría
del ser que culmina en el imperio de la necesidad o la ley, sobre la
contingencia, el azar y la libertad.
LA TEORÍA AMPLIADA
SUMARIO: Definición. -Grecia no es la única
forma de filosofía posible. -Forma del filosofar ancestral. -Características.
-Filosofar metafórico. -Hermenéutica mitologizante. -Cautividad del alma. -Conceptos
imágenes. -Intuición del ser al aparecer. -Concepción existencial del ser. -Da
cuenta del ser y del devenir. -El simbolismo mitocrático. -La comunicación
alegórica.
9. De modo que Grecia no es el origen ni la
única forma posible de filosofar.
10. La filosofía no es el paso del mito al
logos, sino que el mito es otra forma anterior del filosofar. El paso del mito
al logos es apenas el surgimiento de otra forma de filosofía, pero no el origen
del filosofar mismo.
11. El mito como explicación de la creación encierra
profundas explicaciones filosóficas de origen divino. El Mito universaliza la experiencia,
establece una tensión teleológica entre un principio y un fin, investiga las
relaciones entre lo original y lo histórico y prepara la especulación al explorar
la ruptura entre lo ontológico y lo histórico, recurriendo al símbolo y a la
metáfora.
12.
La metáfora en el filosofar mitocrático no es mera asociación por semejanza
sino la forma natural de expresión del sentimiento. La metáfora expresa
tendencias profundas del alma. Da contenido a la transrealidad de lo real. Es la
evocación más primigenia del lenguaje y del pensamiento. Y constituye el paso
del sentido a la expresión. Tiene un sentido trascendente e inmanente porque no
sólo manifiesta y traduce, sino también suscita y produce. Replica el sentido
creador de lo real expresando contenidos del alma. Es sintaxis cósmica que une el
alma con el universo.
13.
Así, la teoría ampliada muestra que la filosofía está presente en el mito como
otra forma que tiene la razón de enfrentarse con los problemas límites del
mundo. La hermenéutica de la filosofía mítica es otra forma que tiene la razón
para dar respuesta a las situaciones límite de la condición humana.
14.
Y dentro de las situaciones límites de la condición humana la filosofía del mito
asume lo terreno como cautividad del alma. El mito teogónico del caos
sobreviene junto al mito trágico del dios malo. Pero no se trata de la caída platónica
de inmersión en el cuerpo, ni la caída bíblica de desviación de la voluntad,
sino de la caída cósmica donde la creación u ordenación misma es una forma de
injusticia. El mal y la cautividad del alma se relaciona con el antiguo
misterio del caos. Un eco lejano de esto se halla en la sentencia de
Anaximandro sobre la injusticia. El mito de la injusticia cósmica es antagónico
al mito adámico y al mito del alma desterrada. Lo más cercano del alma griega
al orbe mitocrático son los mitos homéricos y hesíodos, pues los órficos donde
el alma órfica es divina y no humana añaden a la teogonía una antropogonía. Es
por ello por lo que, el gnosticismo pone énfasis en que la salvación del alma
yace en el conocimiento de su origen divino. Muy distinto ocurre en otros
universos míticos. En el mito mesopotámico del drama de la Creación la salvación
depende de los actos buenos, en el mito griego de la visión trágica del mundo de
la voluntad caprichosa de los dioses, pues luego se impondría una visión ética,
y en el mito bíblico judeocristiano de la Caída depende de la voluntad
salvadora de Dios.
15.
La filosofía mítica es una hermenéutica mitologizante que está unido al sentido
de lo sagrado, a lo onírico, pático, cósmico. Y su forma de sabiduría es mántica,
epifanía, hermética, revelada, horoscópica, oracular, escatológica, profética,
poética. No por ello los dioses son la causa de todo, ni de la mayoría de las
cosas existentes. Se mantiene un dualismo metafísico cósmico de base, donde el
mal y el bien se mantienen en oposición y que son el sustento del mito del
drama de la creación. Sólo muchos siglos adelante el mito teogónico del caos
original y el mito trágico del dios malo sería disuelto por la fe judía.
16.
De ahí que se maneje con conceptos-imágenes antes que con conceptos lógicos. Se
sirve para filosofar del principio de la analogía. Los mismo que sirven para iluminar
una visión animista o hilozoísta que postula al alma como fondo metafísico de
lo real.
17.
La filosofía mítica es intuición del tránsito del ser al aparecer. O sea, es intuición
del acto divino de ordenación creativa del drama de la creación desde el caos
original. Tránsito del ser a la multiplicidad que resulta problemático para la
filosofía conceptual del logos.
18.
Por eso, la filosofía mítica capta iluminista e intuitivamente en un ciclo de
eterno retorno la procesión y retorno del ser al aparecer y viceversa. Si la
filosofía logocrática da preeminencia a la concepción lógica y esencial del
ser, la filosofía mitocrática enfatiza su concepción existencial. El ser lógico
sólo es relacional y predicativo, en cambio el ser existencial es lo real presente.
19.
En los presocráticos se presenta un pensamiento bisagra que anda a horcajadas
entre la filosofía del mito y la filosofía del logos. Y ello es así porque la
búsqueda del arjé o principio del cosmos no se desliga de la idea de la verdad
como desocultamiento o Aletheia y del ser como la presencia presente. Pero el
tránsito está dado y de ahí proviene que vemos a un Heráclito quedándose con el
devenir y un Parménides y Platón reteniendo lo Uno. Sólo la anterior filosofía
simbólica del mito da cuenta de ambos momentos: el ser y el devenir.
20.
La filosofía simbólica del mito no se plantea experiencias lógico-conceptuales,
sino el esplendor de una visión del alma. Los principios lógicos siguen siendo
los mismos pero su uso es diferente. Si el intelectualismo griego usa el
principio de no contradicción y razón suficiente, el simbolismo mitocrático
emplea formas estéticas y la analogía para buscar no lo que las cosas son sino lo
que las cosas quieren “decir”. Por ello, la filosofía mitocrática es teoría del
destino. El fenómeno o el aparecer no revela el ser sino el destino.
21.
Y su forma de comunicación es alegórica, analógica, metafórica y simbólica. Lo
cual expresa una vida superior, divina y cósmica regida por la voluntad de los
dioses.
LA TEORÍA GENERAL (I)
LA FILOSOFÍA MITOMÓRFICA
SUMARIO: Definición. -Lo mitomórfico del
chamanismo, -Capacidad ontológica de asombro, -Condición ontológica humana, -Diferencia
entre lo profano y lo sagrado, -La idea de la muerte y del alma, -El éxtasis
visionario, -Viaje cósmico espiritual, -Neumogenia, -Éxtasis comunicable, -Triunfo
sobre lo profano, -Recuperar vida paradisíaca, -Tres prácticas revolucionarias,
-Auge de la ontología del aparecer.
22. Llamo Teoría ampliada a aquella que sostiene
que el origen de la filosofía está relacionado con la condición existencial del
hombre y por ello no sólo hay filosofía en el logos y en el mito, sino también
en formas anteriores relacionadas con lo mitomórfico del chamanismo y lo numinocrático
del hombre del paleolítico inferior.
23.
De esta manera ni Grecia ni las civilizaciones ancestrales míticas son el origen
de la filosofía, sino que se relaciona con aquella capacidad ontológica humana de
asombro y de buscar el origen de las cosas que es común a la especie homínida.
24.
La filosofía no es solamente el paso del mito al logos, sino también el
tránsito de lo numinocrático a lo mitomórfico y de lo mitomórfico a lo mitocrático.
Todas éstas son formas anteriores del filosofar logocrático. El paso del mito
al logos es apenas uno de sus capítulos, pero no toda su historia. El origen
del filosofar mismo está relacionado con la condición ontológica del hombre
como criatura racional que busca explicaciones de las cosas.
25.
Filosofía es indagación
sobre los fundamentos asombrosos del mundo. El hombre prehistórico y arcaico del paleolítico
superior filosofó bajo la forma de la filosofía
mitomórfica. Pues, lo mitomórfico abre la diferencia
metafísica entre lo profano y lo sagrado, y con ello inaugura la diferencia
entre el Ser y el mundo físico. O sea, la Naturaleza visible o la physis
sensorial no agota la realidad y más bien oculta la Naturaleza invisible o la
physis espiritual más allá del tiempo y espacio de los sentidos externos. Y con
esta distinción se preforma el mito. Lo mitomórfico no es mito narrativo, sino
experiencia real que se preforma como mito.
26. El
horizonte mitomórfico precede al horizonte mitocrático y al horizonte lógico.
Es más, la idea de la muerte y la idea del alma convierte al hombre en la
criatura mitomórfica y metafísica por excelencia, sin la cual no hubiese sido
posible el razonamiento analógico del mito ni el razonamiento deductivo de la
lógica conceptual.
27.
El filosofar mitomórfico funciona bajo su propio principio. El principio de no
contradicción en el filosofar logocrático,
el principio de armonía de los opuestos en el filosofar mitocrático y el principio del éxtasis visionario en el filosofar mitomórfico.
28. Lo mitomórfico
es horizonte ontológico del paleolítico superior donde prima lo sagrado del
mundo de los espíritus y las prácticas del chamanismo. El chamanismo arcaico es
indagación filosófica viajando por el
cosmos espiritualmente. Por ello, es la forma primordial de la teoría del espíritu.
29. La filosofía
mitomórfica no es cosmogenia, ni antropogenia, sino neumogenia, donde se revela
lo sagrado y transhistórico de los arquetipos de la vida. El
chamán evoca y se incorpora a los espíritus, trata con seres celestes. La
filosofía mitomórfica no es religión ni demonología, porque el chamán trata con
todo tipo de espíritus -incluso de plantas y animales-, demonios y semidioses, dotado
del poder del vuelo mágico asciende a los cielos y desciende a los infiernos, siendo
el pináculo de su práctica la visión del mundo paradisíaco.
30.
La filosofía mitomórfica es chamanismo extático, pero es una mística arcaica
comunicable, mientras que en la mística superior de las grandes religiones hay
contenidos no comunicables de la experiencia mística. Por ello, el filósofo chamán
es a la vez sacerdote, mago, profeta, nigromante, poseso, hechicero, místico, jefe
religioso, médico y poeta.
31.
En la visión metafísica de la filosofía mitomórfica del chamanismo tiene un papel
central la visión de los espíritus y el papel de las almas de los muertos. Pero
el punto de partida está en la visión de su propio esqueleto como triunfo sobre
la condición de la vida profana. Conquistar la visión mística va acompañado del
triunfo simbólico sobre la muerte y resurrección. O sea, no sólo es un
curandero sino el guía que conduce el alma del difunto al cielo.
32. El
objetivo final de la filosofía mitomórfica del chamán arcaico es recuperar
-mediante símbolos y ritos- la condición humana anterior a la caída. En ello
reside la sabiduría y sentido de la vida. A diferencia de este hoy existe el
chamanismo aberrante, que usa alucinógenos y otras substancias, el nace del
deseo de experimentar en terreno carnal lo que ya no es posible hacerlo en el
campo espiritual.
33. En
la Edad de Piedra del paleolítico superior el hombre era chamán por naturaleza.
Su nostalgia del Paraíso procede de tres prácticas, que fueron revolucionarias
para su tiempo: el descenso a los infiernos, su ascenso al cielo y la
experiencia de la resurrección. Todo lo cual significa un alejamiento del Ser
supremo por la caída humana. El filósofo chamán arcaico es un defensor de la
vida y del mundo de la luz. Contribuyó al conocimiento de la muerte, de las
otras zonas del cosmos espiritual y es fuente de poesía universal.
34. En
el acto chamánico arcaico magia, poesía y metafísica andan unidas en la
búsqueda de elevación hacia la luz. Se trata de una síntesis participativa
entre lo subjetivo y lo objetivo. El cosmos mismo aparece poético y
participativo. “Todo está en todo”. Ontológicamente es el auge del aparecer o
fenoménico que revela la realidad del ser.
CAPÍTULO
IV
LA TEORÍA GENERAL (II)
LA
FILOSOFÍA NUMINOCRÁTICA
SUMARIO:
Definición. -Imperio de lo numinoso. -La razón responde a cuestiones ontológicas.
-Una relación con lo extraordinario. -Edades de filosofía numinocrática. -El
filósofo mago.
35.
Llamo Filosofía numinocrática a la filosofía
prehistórica –que no es confundible con la filosofía primitiva actual- del
paleolítico inferior que se encuentra bajo el imperio de lo numinoso, en el
sentido de lo sagrado inmerso en lo inmanente. Y en torno a ello gira el drama
de su vida especulativa en las diversas especies humanas, en su esfuerzo por
dar sentido a su existencia y al mundo.
36. La razón antes de responder a cuestiones lógicas responde a
cuestiones ontológicas –sentidos perceptual, emotivo, intuitivo, ético,
estético, religioso, conceptual-. Por ello, la filosofía ha estado presente
desde que comenzó el proceso de hominización. La idea central es que la filosofía
el Paleolítico Inferior fue una filosofía numinocrática, donde predomina la
relación con lo extraordinario, sagrado y luminoso del existir.
37. En la filosofía numinocrática se distingue cuatro edades:
pre-animista, animista, espiritualista y mitomórfica. Cada una se corresponde
con una determinada especie humana (homo Habilis, homo erectus, neandertal y
moderno). Todo lo cual lleva hacia una reflexión metafilosófica, donde se la
concibe como afín a todos los sentidos de la razón y como búsqueda de sentido
ante el enigma del mundo.
38. El homo sapiens moderno no fue el único pensador ni
filósofo en la historia de la humanidad. El esfuerzo filosófico es parte
inherente al ser racional en cualquiera de sus especies. La filosofía es parte
de la condición humana, y está presente a lo largo de toda la vida y larga
historia de la razón como: filosofía numinocrática del filósofo-mago del paleolítico
inferior, filosofía mitomórfica del filósofo-chamán del paleolítico superior y mesolítico-neolítico,
filosofía mitocrática del filósofo del mito en la Edad de los Metales, y,
finalmente, la filosofía logocrática del filósofo del concepto desde Grecia en
adelante.
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