Este libro erudito y desconcertante busca devolvernos a Sócrates en su inigualable singularidad. Subraya que era alguien indefinible e inclasificable, un atopos. No en vano la portada del libro lleva un dibujo de Sócrates bailando ante la inteligente y fulgurante Aspasia.
Su extraordinaria personalidad constituyó una conmoción filosófica y un reto cultural. Este fue el origen de la diversidad de diálogos socráticos de diversos autores. Al morir el Sócrates diamónico dio lugar a una veneración religioso-filosófica. Ese fue el comienzo de la reducción del socratismo a un modelo académico. La veneración lo convirtió en un ícono. Lo cierto es que Sócrates se convirtió en el mito fundador de la filosofía, cuando su fascinante rareza sigue siendo tema de explicación y conmoción.
A pesar de todas las paradojas de su extraña figura, no es ningún anacronismo recuperar el mensaje socrático, a saber, vivir en la verdad, conocerse a sí mismo, hacerse responsable de su propia existencia. En una palabra, es vivir en contacto con lo eterno. Destacar este punto es importante en estos tiempos posmodernos, cuando el nihilismo amenaza con hacer desaparecer todo fundamento fuerte, todo compromiso, toda verdad y toda humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.