DIOS COMO POSTULADO MORAL
Gustavo Flores Quelopana
En Kant la religión no funda la moralidad, sino que la moral funda la religión. El hombre ha de sostenerse a sí mismo en su existencia moral. La ética se ha secularizado y no necesita de premios o castigos en el más allá. Su dignidad como ser racional y libre es lo abre la posibilidad, pero no la certeza, en un alma inmortal y en un Dios eterno. Resulta paradójico que la decisión de asumir la libertad y la responsabilidad autónoma requiera de la posibilidad de la existencia de Dios y de la inmortalidad del alma. Pero la fe racionalista kantiana admite estas creencias sólo como postulados e ideas regulativas de la razón práctica. Su ética no necesitaba para nada la inmortalidad y a Dios, e ingresan de contrabando en su sistema ético. Kant lo trata de justificar argumentando que el imperativo categórico permitía la posibilidad de una causa no causada. Pero eso es, sólo una posibilidad. Dios y la inmortalidad reducidos a mera posibilidad contribuyó a vaciar la espiritualidad del hombre moderno y a fortalecer el ateísmo imperante después de Hegel.
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