Gustavo
Flores Quelopana
Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía
Conferencia pronunciada en la Universidad Enrique Guzmán
y Valle-La Cantuta/Chosica durante la Mesa Redonda- tema: “Mariátegui Maestro”-
14.06.2012
I
Su análisis educativo
Mariátegui
es un pensador que pertenece a la era del capitalismo industrial y del alborear
del socialismo en el mundo, en cambio nosotros pertenecemos a la era del
capitalismo cibernético y del ex-comunismo. Y sin embargo resulta sorprendente
cómo mucho de su análisis sobre la educación mantienen vigencia. Por qué esto
es así, cuando incluso está en crisis lo que se entiende por “mariateguismo”.
La respuesta más inmediata es porque todavía vivimos en una sociedad que pone
el primer lugar el “tener” sobre el “ser”.
Si
quisiéramos hacer un esfuerzo de síntesis de sus planteamientos sobre la
educación diríamos que 5 son sus tesis fundamentales.
- La educación es eminentemente un
problema económico social
- Debe tener como soporte nuestra realidad
- Valorar la ciencia y los métodos de
enseñanza
- Aprender no sólo es un proceso
cognoscitivo sino también práctico
- Y son 4 los aspectos educativos más
importantes: a. principios generales de la reforma educativa, b. el
problema del libro, c. el problema de la universidad, d. la educación
artística y la formación de la mujer.
Cuando
el Amauta sostiene que la educación es un problema eminentemente económico
social se está refiriendo que existe una relación solidaria entre la economía y
la educación, y que en nuestra América la educación sólo puede ser entendida
como problema económico social. Economía y Educación son realidades solidarias.
En otros términos, sin democracia política y económica no hay democracia
educativa, por tanto abordar sus problemas de modo aislado es artificioso y
precario. Las crisis educativas coinciden con las crisis políticas, es reflejo
fiel de la crisis estructural del país. Y añade que sólo aboliendo la
servidumbre –nosotros aquí decimos la explotación del hombre sobre el hombre- y
no con la simple escuela se redime al indio –aquí apostillamos: se redime al
hombre-.
Sobre
la escuela laica dice que no es ningún renacimiento del liberalismo sino el
producto histórico del capitalismo que se reconcilió con la religión. Por tanto
es una fórmula de liberaloides y radicaloides. Los casos de Italia, Francia y
Alemania demuestran que la libertad de enseñanza es una ficción. Pues el estado
siempre conforma la educación pública acorde a las necesidades de las clases
dominantes. En consecuencia, no hay escuela apolítica ni neutral, hay escuela
proletaria y escuela burguesa. Por ello, la crisis de la escuela coincide con
la crisis de la política. Por ello, al analizar la crisis de la reforma
educativa en Chile, bajo la persecución política del general Ibáñez, sostiene
que una revolución educativa no es una cuestión meramente técnica sino que
requiere de la acción revolucionaria en el plano social y político.
Desarrollando
su idea afirma que el socialismo adopta plenamente la idea de la escuela única,
pues la igualdad económica es la base de la igualdad cultural. Mientras en el
capitalismo la enseñanza es una enseñanza de clase, en el socialismo se
convierte en una enseñanza universal. La suerte de la reforma educativa no es
independiente de la fortuna de la revolución política. Los más sensibles a las
nuevas corrientes de la enseñanza son los normalistas, próximos al pueblo y
educados por la burguesía en la abnegación y sacrificio económico y material.
Las nuevas ideas sobre la educación han brotado del campo fecundo de la
experimentación y creación de la escuela primaria. Así no extraña que las
escuelas normales sean el hogar de la nueva ideología pedagógica. Más lo que le
falta al maestro primario es orientación ideológica. El problema de los preceptores
no está en multiplicar las escuelas sino en dignificar esta profesión,
reemplazando la escuela de clase por la escuela única.
Sobre
la Universidad afirma que su crisis es crisis de maestros y crisis de ideas.
Hay catedráticos estimables, lo que no hay son maestros apostólicos,
proféticos, líderes, que se afilien a una ideología renovadora y combativa.
Nuestros catedráticos son hombres tubulares, como dice Maúrtua, y no hombres
panorámicos. Pero mientras las cumbres están peladas y yermas, la llanura está
poblada de brotes nuevos. En 1928 la Universidad peruana estaba urgida de
reformas, todo era viejo, impermeable y desvencijado, profesores y métodos por
igual en decadencia. El maestro mediocre exige disciplina en el claustro, pero
el verdadero maestro no se ocupa de este tópico porque su vida misma es
ejemplo. La crisis no es de disciplina sino de maestros. Las mayores figuras de
la cultura peruana han sido extrauniversitarias.
Ocupándose
del problema del libro dice que la Biblioteca nacional desde 1885 a 1925 no ha
vivido ningún progreso. Su bibliografía es insuficiencia y paupérrima, atrasada
y anémica, no es un órgano vivo para el investigador y para el estudioso. Y no
lo es porque es la cenicienta del presupuesto nacional. Aun cuando el deporte y
el baile (hoy la televisión y el internet) restan público al libro, no obstante
éste seguirá siendo índice de civilización. En uno de sus aspectos el problema
cultural del país es el problema editorial. El público lee poco por falta de
hábito de la lectura y por su elevado costo. Razón demás para proteger e
impulsar la difusión del libro. El índice libro no sólo refleja la riqueza
económica sino también la madurez cultural de un pueblo.
Sobre
la educación artística, tan venida a menos en las escuelas publicas de hoy,
afirma que el gusto musical es resultado de un largo proceso de educación. Si
al gran público no le gusta la música sinfónica es porque aun no se hace
esfuerzo alguno por educarla artísticamente. Es urgente establecer la enseñanza
artística en las escuelas. Si en el Perú la cultura es sacrificio y penuria es
porque su clase dirigente sólo asimila de Occidente su progreso material y
técnico más no su arte y humanismo.
Sobre
el feminismo escribe que en literatura se escucha ya una poesía característicamente
femenina. Ante el advenimiento del socialismo declina la mujer de lujo y surge
la mujer de trabajo. Hay feminismo orgánico y otro diletante, en ambos se da la
tendencia proletaria, pequeño burguesa y burguesa. Es importante que el Estado moderno
preste atención al problema sexual para tener una población sana, adecuada e
instruida sobre el tema –en cambio hoy ya no existe el curso de Educación
familiar, antes llamada educación para el matrimonio-.
Y
concluye reflexionando sobre la vagancia, cuya raíz, dice, está en la economía
y la educación, de ahí que se la pueda extirpar no reprimiéndola sino
previniéndola.
II
Su valor en el presente
Las
consideraciones sobre la educación del Amauta mantienen su valor ante las megatendencias
de la sociedad mundial y exigen de ella un cambio radical. Entre las
megatendencias tenemos:
a) La
globalización económica, social y cultural de los valores del mercado que
consolida la mentalidad consumista, competitiva, privatista, e individualista
del ser humano.
b) El
predominio del saber técnico y práctico sobre el saber humanístico. Lo que
completa la pobreza espiritual del hombre actual.
c) La
crisis de valores. Unida a la importancia suprema del dinero, agente destructor
de todo valor.
d) La
ruina acelerada del medio ambiente.
Esta
es nuestra realidad y debemos preguntarnos si el socialismo mariateguista es el
camino para solucionarlos. No hay consenso sobre lo que significa el
“mariateguismo”, más aun se exige su reconstrucción, cuando no otros su olvido.
De
ahí la urgencia de precisar si el marxismo de Mariátegui (con sus tres
elementos esenciales: el materialismo histórico más no el materialismo
dialéctico, la determinación de la infraestructura y la lucha de clases, a lo
cual añade la soreliana superioridad moral del proletariado y la idea del mito
revolucionario) sirve para afrontar los desafíos de la educación actual.
O por el contrario si su marxismo debe ser reconstruido ampliamente
(rechazar el partidismo gnoseológico, el determinismo económico, la idea de
lucha de clases y el mito revolucionario dirigido a la emoción) y preservarse
lo valioso (el contenido ético del marxismo y no echar mano de la dialéctica) antes
de emprender las tareas de la nueva educación.
III
El enfoque político-social
Como
vemos el mariateguismo vive actualmente su propia encrucijada y, sin embargo,
en su naturaleza proteica es aun capaz de darnos respuestas meridianamente
claras sobre el problema educativo. Así ante la revolución de los paradigmas
pedagógicos del presente (aprender a pensar de Vygotski), acción comunicativa o
diálogo crítico de Habermas, constructivismo o construcción mental de los
conocimientos de Piaget, conceptualismo o la formación de analistas simbólicos
de De Zubiría, unidad entre trabajo-educación del modelo cubano, educación
liberadora de la enajenación de Freire y
MacLaren, Pensamiento complejo de Edgar Morín, Hominización o búsqueda de la
realización personal hasta la creatividad
de Peñaloza, Aprender a investigar de Pedro Demo, Pensar-investigar como
bucle curricular de Moya Obeso, Memorístico tradicional y Aprender a sentir de
Flores Quelopana) resalta su aguda y profunda observación de que la revolución
educativa no es una cuestión meramente técnica y de métodos sino que requiere
de la acción político-social.
No basta enseñar a pensar ni es suficiente enseñar a
sentir si simultáneamente no se transforman las estructuras socioeconómicas de
la sociedad. Sobre estas consideraciones el maestro Emilio Barrantes forjó su
categoría de la “edupolítica”, subrayando la estrecha ligazón entre lo
educativo y los cambios sociales que la sostengan. Y de este enfoque panorámico
adolece el pedagogo actual. Su pedagogía es meramente técnica y tubular,
haciéndolo incapaz de revertir la vida competitiva, el individualismo del
mercado deshumanizante.
De
su original planteamiento sobreviven 6 elementos:
1. la síntesis de lo autóctono y
lo occidental,
2. el afán por rebasar el capitalismo alienante,
3. la importancia del mito como esperanza,
4. el valor moral del socialismo,
5. su postura creativa antidogmática,
6. el arraigo cultural,
7. el hombre como criatura metafísica
7. el hombre como criatura metafísica
Y todos ellos por su cariz humanístico son de importancia primordial para el
proceso educativo. Su propuesta hacia un socialismo sin calco ni copia es la
guía para superar el naufragio del comunismo y la bancarrota del capitalismo, para
encontrar un modelo alternativo a la economía capitalista y a la economía
planificada, así como para responder a los desafíos que plantean los
nuevos factores: 1. La recuperación del mito, 2. La crisis de la Razón
universalista, 3. el desequilibrio entre población y ecología, 4. la revolución
tecnológica, 5. el crisis del Estado nación, y 6. el falso liberalismo del
poder global. Mariátegui, gracias a su espíritu antidogmático y amplitud de
espíritu, está vigente en esta hora de búsqueda de alternativas económicas, sociales,
culturales y educativas.
Lima, Salamanca 13 de
junio del 2012
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