EL CRISTIANISMO HELENÍSTICO PAULINO

 

EL CRISTIANISMO HELENÍSTICO PAULINO

 

1. Cuando Pablo en el año 51 inicia su predicación el cristianismo primitivo estaba dividido en cristianos palestinos y cristianos helenísticos.

2. Las primeras comunidades cristianas helenísticas nacieron y crecieron en Siria y es desde allí donde se produce el alejamiento del judaísmo riguroso que imperaba en Palestina por sujeción al monoteísmo bíblico.

3. A la concepción escatológica del “Hijo del Hombre” de los cristianos palestinos y del que era partidario Pedro, se le opone la concepción del “Señor” (Kyrios) y el culto al Señor Jesús de los cristianos helenísticos que Pablo desarrolla.

4. La concepción escatológica corresponde a la comunidad palestina y ve la permanencia de Cristo en el cielo hasta el advenimiento del Reino mesiánico. La concepción de Kyrios corresponde a la comunidad helenística que ve su grandeza actual, su presencia entre ellos, como los iniciados de los cultos mistéricos.

5. Los fieles cristianos de Palestina permanecían atados a la escatología judía, mientras que la concepción helenística, particularmente de Antioquía, pusieron énfasis en la presencia actual de Cristo, en la Fe y no en la Ley.

6.  La nueva concepción cristológica no la inventó Pablo, sino que la tomó de un terreno previamente preparado en la comunidad cristiana de Antioquía.

7. Además, Kyrios no es de origen judío sino griego, y muy empleada en la relación amo-esclavo. Lo que indica la relación “esclavos de Cristo” y el propio Cristo (1 Cor. 7: 22).

8. Pablo evoluciona al cristianismo no en Jerusalén y por contacto con los Doce. Es decir, no procede de la comunidad primitiva palestina, sino del cristianismo helenizado (1 Cor. 15: 13).

9. Pablo, al contrario del evangelio no sinóptico de Juan, no menciona directamente la palabra “Trinidad”, pero sí hace referencia a las tres personas divinas. En sus cartas se hace evidente la preexistencia de Cristo, idea que no está explícita en los Sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas).

En resumen, Pablo no responde al judaísmo de Palestina, sino al de la diáspora, centrado en la justificación por la Fe y en la teología de la muerte y resurrección.