martes, 13 de mayo de 2025

Después de la Finitud (Comentario)

 

El libro más importante de Quentin Meillassoux es Après la finitude (Después de la finitud), publicado en 2006. En esta obra, Meillassoux desarrolla su concepto de "materialismo especulativo" y critica el "correlacionismo", una postura filosófica que sostiene que no podemos conocer la realidad fuera de nuestra relación con ella. Este libro ha sido fundamental para el movimiento del realismo especulativo en la filosofía contemporánea.
No obstante, a su postura le dirijo las siguientes objeciones:
1. Dependencia del tiempo y el devenir: Su concepto de un "Dios-por-venir" no puede considerarse verdaderamente divino, ya que depende del tiempo y la contingencia en lugar de ser eterno.
2. Más cercano a un demiurgo que a un-Dios: Su idea de una entidad futura recuerda más al demiurgo platónico, que modela la realidad, pero no es un ser absoluto ni creador en el sentido tradicional.
3. Uso del posibilismo: Meillassoux parece jugar con el posibilismo al sostener que todo es contingente, lo que dificulta establecer estructuras ontológicas estables. El ser mismo se hace imposible.
4. La contingencia absoluta como contrasentido: Su idea de que no hay leyes necesarias que rijan el universo podría llevar a una paradoja ontológica, ya que haría imposible la existencia de cualquier ser estable.
5. Depende totalmente del principio de inmanencia
Su materialismo especulativo se basa en la idea de que la realidad existe independientemente de nuestra relación con ella, pero algunos argumentan que, paradójicamente, su enfoque sigue dependiendo del principio de inmanencia. Es decir, aunque rechaza el correlacionismo, su filosofía sigue operando dentro de un marco donde el pensamiento y la realidad están vinculados de manera inmanente.

6. Rechaza la trascendencia. La objeción aquí es que, al afirmar que todo es absolutamente contingente, Meillassoux parece asumir una estructura ontológica que sigue dependiendo de la inmanencia, lo que podría socavar su intento de establecer un realismo especulativo radical. Algunos críticos han señalado que su rechazo de la trascendencia lo mantiene dentro de una lógica interna que no logra superar completamente el correlacionismo que él mismo critica.

Reforma o Revolución: El pensamiento criollo e indígena en la forja de la independencia

 


Reforma o Revolución: El pensamiento criollo e indígena

 en la forja de la independencia

 

PRIMER DIÁLOGO

Escolástica, libertad y crisis del pensamiento moderno: diálogo entre Olea, Aguilar, Avendaño y Medrano

Este primer diálogo reúne las voces de cuatro grandes pensadores del neotomismo virreinal en el Perú. Nicolás de Olea, José de Aguilar, Diego de Avendaño y Juan de Espinoza Medrano debaten sobre la ontología, la relación entre la libertad humana y la providencia divina, la evangelización en América y la amenaza del pensamiento moderno. A través de su conversación, se pone de manifiesto la tensión entre tradición y modernidad, entre la metafísica escolástica y el avance del racionalismo europeo.

Cada sección del diálogo aborda un eje temático que permite explorar la profundidad de su pensamiento y el impacto de sus ideas en la sociedad colonial. En este intercambio de ideas, se plantea una defensa de la verdad filosófica frente a los peligros del relativismo, el nominalismo y la disolución del orden metafísico clásico.

1. Ontología y metafísica: la materia, la existencia y la verdad

La conversación inicia con Nicolás de Olea, quien expone su teoría sobre la materia prima como principio de transformación sustancial. Olea, influenciado por la escolástica aristotélico-tomista, plantea que la materia y la forma no son opuestos absolutos, sino complementarios en el proceso de generación. Juan de Espinoza Medrano interviene, pero no para debatir sobre física o cosmología, sino para advertir sobre el peligro que representa el nominalismo en la crisis del pensamiento europeo.

Olea: “La materia prima es la potencia fundamental de la transformación. No podemos seguir creyendo que el universo es estático, sino que debe verse como algo en constante actualización. La materia no es sólo receptora de la forma, sino que tiene cierta autonomía.”

Medrano: “Pero aquí radica el problema de la modernidad: si reducimos el ser a categorías físicas y prescindimos del fundamento ontológico, el pensamiento termina desgajándose en un relativismo mortal. La crisis nominalista en Europa ha puesto la existencia al servicio del pensamiento. ¡No podemos permitirlo!”

Aguilar: “La filosofía escolástica debe integrar el progreso sin perder su esencia. Olea, entiendo tu planteamiento, pero Medrano tiene razón en su advertencia. ¿Dónde queda la realidad última si desplazamos la metafísica en favor de una interpretación que privilegia la epistemología sobre la ontología?”

Avendaño: “Más aún, si aceptamos que el ser depende del pensamiento, ¿qué impide que la justicia misma se vea reducida a un juego de percepciones y manipulaciones? No sólo estamos discutiendo conceptos, sino el futuro de la sociedad colonial.”

2. Libertad y determinismo: la voluntad humana y la providencia divina

La discusión gira hacia la cuestión del libre albedrío y la omnisciencia divina. José de Aguilar introduce el concepto de los futuribles en la ciencia media de Molina, donde Dios conoce todas las posibles elecciones humanas sin determinar su resultado. Diego de Avendaño reflexiona sobre la relación entre esta doctrina y la administración de justicia en el Virreinato.

Aguilar: “Dios no impone la voluntad al hombre; en cambio, coopera con su libertad. Los futuribles condicionados muestran que Dios conoce lo que elegiríamos en cada circunstancia posible, pero no nos fuerza a decidir. ¿No es esto la perfecta armonía entre providencia y autonomía?”

Avendaño: “Concuerdo contigo, Aguilar. Y sin embargo, si aceptamos la libertad del hombre, esto tiene implicaciones en la sociedad. No podemos justificar la esclavitud ni la mita, pues sería negar el derecho natural de los pueblos originarios.”

Medrano: “Pero aquí radica el error de la modernidad: creer que la libertad humana puede desligarse de la verdad metafísica. Si todo es posible, si todo depende de condiciones externas, el hombre se vuelve vulnerable ante las manipulaciones del poder.”

Olea: “No obstante, Medrano, la realidad no puede reducirse a conceptos fijos. La materia misma nos muestra que el cambio es inherente a la existencia. Así como el universo no es un bloque inmóvil, tampoco el pensamiento debe estancarse.”

3. Evangelización y política virreinal: ¿religión o imposición?

Ahora el diálogo se enfoca en la labor evangelizadora en América. Aguilar, más moderado, defiende una evangelización sin violencia, mientras que Avendaño se pronuncia contra las prácticas brutales de extirpación de idolatrías. Medrano, en su visión crítica del nominalismo, argumenta que la crisis del pensamiento europeo contribuyó a justificar estos abusos.

Aguilar: “La evangelización no puede ser imposición. La fe debe ser propuesta de manera que el indígena decida libremente. Forzar la conversión es traicionar la enseñanza cristiana.”

Avendaño: “Sin embargo, las estructuras coloniales continúan oprimiendo a los pueblos originarios. La doctrina debe aplicarse en la justicia: condeno la esclavitud, pero también el tributo obligatorio para los indios en la mita.”

Medrano: “La crisis de pensamiento que afecta a Europa ha facilitado la dominación colonial. Si la verdad es relativa, entonces el poder puede redefinirla a su conveniencia. La evangelización debería ser una guía para la dignidad, no una excusa para la opresión.”

Olea: “Pero ¿cómo transformar una estructura tan arraigada en el Virreinato? Si los gobernantes no reconocen estos principios filosóficos, ¿cómo podemos esperar justicia?”

4. Crisis filosófica y el avance de la ciencia moderna

El diálogo culmina en un debate sobre el impacto del racionalismo y la ciencia experimental en el pensamiento escolástico. Olea propone una conciliación entre escolástica y ciencia, mientras que Medrano advierte sobre los riesgos de la pérdida de fundamentos ontológicos. Aguilar y Avendaño buscan un punto medio, aceptando la necesidad de evolución sin sacrificar la verdad.

Olea: “La filosofía debe evolucionar con la ciencia. No podemos ignorar los avances en astronomía y física. Debemos integrar conocimiento moderno sin perder nuestra esencia.”

Medrano: “Pero el peligro es evidente: si dejamos que la razón humana se convierta en fundamento absoluto, la metafísica quedará desplazada. Ya vemos cómo el nominalismo relativista ha destruido certezas filosóficas en Europa.”

Aguilar: “Quizá la solución no sea rechazar el conocimiento moderno, sino asegurarnos de que no contradiga la enseñanza cristiana. La razón y la fe pueden coexistir.”

Avendaño: “Además, aplicar este equilibrio en la justicia es clave. Sin una filosofía que respalde la dignidad humana, la razón se convierte en un instrumento para el poder, no en una herramienta para la verdad.”

Conclusión

Este diálogo muestra cómo estos cuatro pensadores abordaban los desafíos filosóficos, teológicos y políticos de su tiempo. Olea busca integrar ciencia y metafísica, Aguilar defiende el libre albedrío, Avendaño promueve la justicia social y Medrano advierte sobre los peligros del relativismo. Juntos reflejan el neotomismo virreinal y su lucha por la verdad en un tiempo de cambios.

 

SEGUNDO DIÁLOGO

La Ilustración y su impacto en América: Ciencia, Filosofía

y Reforma

Escena: Un salón de debates en Lima. Es una noche de discusión en el siglo XVIII, en una mesa de madera iluminada por candelabros. Los cinco pensadores más influyentes del Virreinato intercambian ideas sobre el rumbo del conocimiento y la sociedad en América.

1. Razón, cálculo y belleza: La tensión entre el barroco y la ilustración

Peralta Barnuevo: “La belleza no es opuesta a la razón, sino su reflejo. El arte no debe ser mero embellecimiento vacío, sino un vehículo para la verdad. Mi obra busca unir la grandiosidad del barroco con el rigor del pensamiento racional.”

Llano Zapata: “Pero la razón no debe perderse en la ornamentación. La Ilustración exige claridad y precisión. No podemos permitir que el gongorismo barroco diluya el impulso científico que el Perú necesita.”

Celis: “La poesía no es enemiga del conocimiento. En mi Filosofía de las Costumbres, demuestro que la razón y la estética pueden caminar juntas. El peligro radica en los libertinos que tergiversan la filosofía para justificar el desenfreno.”

Bueno: “Concuerdo en que el lenguaje debe ser claro, pero también que la razón no puede apartarse de la fe. La física newtoniana nos da herramientas para entender la naturaleza, pero no puede sustituir la verdad divina.”

Chávez de la Rosa: “La claridad es esencial, pero el conocimiento también debe estar al servicio de la moral y la justicia. La razón debe elevar al hombre, no desviarlo de la virtud.”

2. Ciencia y religión: Newton en el Virreinato

Bueno: “La doctrina de Newton marca un antes y un después en la comprensión del cosmos. La física moderna nos da una nueva forma de leer el universo. Sin embargo, nunca debe separarse de la metafísica, porque el orden del mundo es reflejo de la voluntad divina.”

Celis: “Exactamente. Newton ha cambiado la manera en que vemos la naturaleza, pero esto no implica que Dios quede fuera de nuestra comprensión del mundo. En la colonia, la ciencia sigue al servicio de la verdad teológica.”

Llano Zapata: “La ciencia debe avanzar sin miedo. Newton, Copérnico, Galileo… todos han roto con dogmas antiguos. ¿Por qué tememos tanto el progreso? La educación debe liberar la mente, no aprisionarla en viejas disputas.”

Peralta Barnuevo: “Pero la educación no es una ruptura, sino una evolución. Mi trabajo busca incorporar el pensamiento científico sin abandonar la tradición cristiana. El Perú no puede ser un simple reflejo de Europa. Debe construir su propio camino.”

Chávez de la Rosa: “La ciencia sí, pero la educación moral jamás debe perderse. No podemos formar sabios que carezcan de principios. La reforma eclesiástica debe ir de la mano con el desarrollo intelectual.”

3. Reforma educativa y transmisión del conocimiento

Llano Zapata: “Hemos hablado mucho de ideas, pero ¿qué hemos hecho en la práctica? La educación en el Perú sigue dominada por el escolasticismo rígido. Yo propuse una Academia de Ciencias y una Biblioteca Pública, pero ¿dónde están?”

Peralta Barnuevo: “Hay resistencias al cambio, pero no debemos rendirnos. En mi tiempo como rector de San Marcos, impulsé el estudio de la ciencia y las matemáticas, buscando modernizar la enseñanza.”

Celis: “Los colegios y universidades tienen que renovarse, pero con prudencia. Hay doctrinas peligrosas que buscan minar la moral del pueblo. La educación no debe ser solo técnica, sino también ética.”

Bueno: “La ciencia debe ser enseñada con rigor, pero sin abandonar la cosmovisión cristiana. En mi labor como Cosmógrafo Mayor, promoví el estudio de la medicina, las matemáticas y la astronomía dentro de un marco moral.”

Chávez de la Rosa: “La educación es clave, pero si los colegios y seminarios no inculcan principios, de nada sirve el conocimiento. Por eso reformé el Seminario de San Jerónimo: los futuros sacerdotes deben ser verdaderos guías espirituales, no solo eruditos.”

4. Justicia social y el regalismo borbónico

Peralta Barnuevo: “El rey debe ser el garante del orden y la justicia. Sin embargo, el sistema colonial ha generado desigualdades que requieren solución. Las riquezas del Perú no pueden ser meros tributos para la Corona.”

Bueno: “Exacto. He estudiado las enfermedades del pueblo y la pobreza que los aqueja. La ciencia no solo debe servir para el conocimiento, sino también para mejorar la calidad de vida de los peruanos.”

Llano Zapata: “La administración colonial está llena de corrupción. Los indígenas y criollos merecen oportunidades reales, pero aún estamos atados a estructuras rígidas. Es urgente una reforma más profunda.”

Celis: “La reforma sí, pero sin radicalismos. La estabilidad del reino es fundamental. No podemos caer en el caos por el afán de cambio.”

Chávez de la Rosa: “El problema no es solo económico, sino moral. Sin justicia, la sociedad se desmorona. En mi tiempo como obispo, enfrenté los excesos eclesiásticos porque el clero debe ser ejemplo de rectitud.”

Conclusión

El diálogo entre estos pensadores muestra la riqueza del pensamiento ilustrado en el Virreinato del Perú. Cada uno de ellos aporta una perspectiva única, desde la visión estética de Peralta, el rigor científico de Bueno, la crítica educativa de Llano Zapata, la defensa moral de Celis y el reformismo eclesiástico de Chávez de la Rosa. Juntos construyen un panorama de ideas que revela cómo la Ilustración en América buscó integrar la ciencia, la educación y la fe en una sociedad que se preparaba para el cambio.

 

TERCER DIÁLOGO

Revolución, reforma y soberanía: El debate entre el pensamiento indígena y criollo en la independencia del Perú

Escena: En una mesa extensa, iluminada por candelabros, se reúnen los grandes pensadores que marcaron el final del Virreinato del Perú y el inicio de la independencia. La conversación gira en torno al destino del país y la lucha por la emancipación.

1. Independencia: ¿ruptura o reforma?

Túpac Amaru II: “No deseo la caída del rey de España, sino que el gobierno del Virreinato se transforme en uno justo. Los indígenas han sido explotados, y es mi deber como hijo del Perú exigir el fin de la mita y de los abusos de los corregidores. Si el monarca escucha nuestras súplicas, podremos vivir en paz.”

Rodríguez de Mendoza: “La independencia es necesaria, pero el camino pasa por la educación y el despertar de la conciencia criolla. La reforma de San Carlos buscó sembrar los principios de libertad en las mentes de los jóvenes, formando dirigentes capaces de conducir el país.”

Baquíjano y Carrillo: “La independencia debe ser un proceso racional. No podemos destruir el orden sin construir antes una alternativa estable. España ha cometido abusos, sí, pero aún puede gobernar con justicia si adopta reformas ilustradas.”

Viscardo y Guzmán: “La verdadera traición de España ha sido su absolutismo. Nos ha tratado como colonias explotadas, sin derecho a decidir nuestro destino. La independencia es nuestro derecho, pero debe construirse con orden, no con caos.”

Morales Duárez: “Las Cortes de Cádiz demostraron que el camino está en la monarquía constitucional, donde la soberanía reside en la nación. Pero si España se niega a reconocer el derecho de los americanos, la ruptura será inevitable.”

Unanue: “Antes de pensar en independencia, debemos preguntarnos quiénes gobernarán el país. El Perú no puede quedar en manos de la ignorancia. La ciencia, la educación y la identidad nacional son claves para nuestro futuro.”

Túpac Amaru II: “Pero la Corona nos ha dado la espalda. He pedido justicia y he sido ignorado. No podemos esperar más: si el gobierno no cambia, entonces el Perú debe tomar su destino en sus propias manos.”

2. El rol de la élite criolla y los indígenas

Túpac Amaru II: “En mi lucha, los indígenas han sido el corazón del movimiento. No quiero la guerra entre criollos e indios, sino la unión de los nacidos en estas tierras bajo un gobierno justo. Si los criollos desean la independencia, ¿por qué no consideran también la justicia para los indígenas?”

Baquíjano y Carrillo: “El problema es que el indígena aún no está preparado para gobernar. Necesita educación, cristianización y civilización antes de asumir responsabilidades en la república.”

Rodríguez de Mendoza: “Ese pensamiento es lo que ha perpetuado la injusticia. Si la independencia no integra a todos los ciudadanos, entonces no será una verdadera transformación. La educación es el camino para construir igualdad.”

Unanue: “La cultura y la identidad deben ser promovidas, pero es cierto que la estructura de gobierno debe mantenerse estable. El progreso depende del orden.”

Viscardo y Guzmán: “Si América sigue bajo la autoridad de los europeos, nunca será libre. El indígena y el criollo deben formar una nación unida, sin distinción entre los nacidos en estas tierras.”

3. Ciencia, religión y nacionalismo

Unanue: “El clima, la geografía y el paisaje del Perú nos han dado identidad. No somos inferiores a los europeos, como algunos afirman. La ciencia nos permitirá conocer nuestro país y construir una nación sólida, basada en el conocimiento.”

Viscardo y Guzmán: “La libertad no es solo política, sino espiritual. España ha impuesto su modelo, pero el cristianismo verdadero no es opresión, sino justicia. Debemos restaurar el sentido puro del evangelio.”

Morales Duárez: “La religión y la moral son pilares fundamentales. Sin principios, una nación se derrumba. La independencia debe construirse sobre valores, no solo sobre ideales políticos.”

Rodríguez de Mendoza: “La ilustración nos ha enseñado que el conocimiento es la base de la emancipación. La educación debe ser el motor del Perú, sin abandonar nuestra tradición.”

4. Modelos de gobierno: República vs. Monarquía

Túpac Amaru II: “En un comienzo no buscaba la ruptura con el rey, pero ¿cómo esperar justicia de un monarca que nos ha despreciado? Si el gobierno colonial no nos reconoce como iguales, entonces el pueblo peruano debe asumir su propio destino. No necesitamos una monarquía extranjera, sino recuperar nuestro propio gobierno.”

Baquíjano y Carrillo: “España puede adoptar una monarquía constitucional, donde los derechos de los peruanos sean respetados sin necesidad de una ruptura total.”

Viscardo y Guzmán: “La independencia sí, pero con orden. Un gobierno estable basado en leyes justas será mejor que el caos de una revolución.”

Morales Duárez: “Las Cortes de Cádiz demostraron que el poder puede residir en el pueblo sin destruir la estructura política. La república es una opción, pero la monarquía constitucional también puede funcionar.”

Rodríguez de Mendoza: “Si el pueblo no tiene voz, la independencia es una farsa. Debemos luchar por un sistema que realmente represente a los ciudadanos, no por un gobierno impuesto desde arriba.”

Conclusión

El debate entre estos pensadores revela las profundas diferencias sobre el destino del Perú. Túpac Amaru II inicia como reformista, pero al ser ignorado por la Corona, adopta una postura más radical hacia la independencia. Baquíjano, Viscardo y Morales Duárez buscan una independencia moderada y constitucional. Rodríguez de Mendoza representa el puente entre educación y emancipación, y Unanue aporta la visión científica de la identidad nacional. Juntos, estos pensadores construyen el pensamiento crítico que guió la independencia del Perú.

 

DIÁLOGO FINAL

El destino del Perú: reforma, revolución y construcción de la independencia

Escena: En una gran sala iluminada por candelabros, se reúnen los grandes pensadores que marcaron el Virreinato y la independencia del Perú. A medida que la conversación avanza, se confrontan ideas sobre reforma, revolución, ciencia, religión y el futuro de la nación.

1. ¿Reforma o ruptura?

Peralta Barnuevo: “El Virreinato necesita modernizarse. La ciencia, el cálculo y la razón pueden mejorar la administración colonial sin necesidad de una ruptura total con España.”

Cosme Bueno: “Las reformas científicas y educativas son la clave del progreso. Sin embargo, el conocimiento debe ir acompañado de justicia. De nada sirve el saber si el pueblo sigue oprimido.”

Llano Zapata: “No basta con mejorar la administración. La independencia es inevitable, porque el sistema colonial es estructuralmente injusto. El poder debe residir en quienes realmente comprenden la realidad americana.”

Isidoro de Celis: “Pero debemos evitar el caos. La educación y las reformas deben ser graduales. ¿Podemos realmente construir una nueva nación sin caer en la anarquía?”

Chávez de la Rosa: “El problema no es solo político, sino moral. La corrupción y la desigualdad han desangrado el país. La independencia no debe ser solo una cuestión de gobierno, sino de justicia y orden.”

Túpac Amaru II: “Al principio, solo quise justicia para los indígenas, pero la indiferencia de España me demostró que el cambio debía ser radical. Si el rey nos ha dado la espalda, debemos tomar el destino en nuestras manos.”

Rodríguez de Mendoza: “La educación es el arma más poderosa para liberar a un pueblo. No podemos simplemente destruir el sistema sin antes preparar a quienes liderarán la nueva nación.”

Baquíjano y Carrillo: “La independencia es necesaria, sí, pero sin destruir la estructura política. Una monarquía constitucional permitiría establecer una nueva relación con España.”

Unanue: “El Perú necesita orden y conocimiento. La ciencia y la educación deben guiar nuestro camino, pero la soberanía es la única manera de desarrollarnos sin depender de los intereses europeos.”

Viscardo y Guzmán: “La independencia debe construirse sobre bases cristianas. No podemos repetir los errores de la monarquía absoluta, pero tampoco debemos caer en el fanatismo revolucionario.”

Morales Duárez: “Las Cortes de Cádiz demostraron que el poder puede residir en la nación sin necesidad de destruir la monarquía. Pero si España no reconoce nuestros derechos, no queda más opción que la ruptura.”

2. La identidad nacional y el rol de la ciencia

Peralta Barnuevo: “El Perú debe reconocer su grandeza. Desde la literatura hasta la astronomía, nuestra identidad se construye a partir del conocimiento.”

Cosme Bueno: “La ciencia no solo define nuestra identidad, sino también nuestras capacidades para gobernarnos. No somos inferiores a Europa. Nuestro territorio tiene recursos y nuestra gente tiene talento.”

Llano Zapata: “Es cierto, pero el conocimiento debe aplicarse a la construcción de un gobierno justo. Si seguimos la lógica europea sin adaptar nuestro pensamiento a la realidad americana, estaremos perdiendo nuestra oportunidad.”

Unanue: “Nuestro clima, nuestro suelo, nuestra gente, todo lo que nos rodea nos hace únicos. La ciencia debe ser usada para fortalecer la identidad nacional y entender nuestro país como una nación independiente.”

Viscardo y Guzmán: “Pero el conocimiento sin principios morales es peligroso. La ciencia puede iluminar la razón, pero la religión debe guiar el espíritu del pueblo.”

3. Justicia, religión y política

Chávez de la Rosa: “Sin justicia, la independencia será una farsa. La nueva nación no puede basarse solo en un cambio de poder. Debemos erradicar la corrupción y fortalecer la moral.”

Isidoro de Celis: “Pero debemos ser cautelosos. Si la independencia se basa únicamente en ideas ilustradas sin fundamentos espirituales, perderemos el equilibrio entre razón y fe.”

Baquíjano y Carrillo: “La religión y el gobierno deben caminar juntos. España nos ha dejado una tradición cristiana, y esa misma tradición puede guiarnos hacia una nueva era sin necesidad de destruirlo todo.”

Rodríguez de Mendoza: “Pero la fe no debe ser un obstáculo para el pensamiento libre. Si queremos un país verdaderamente independiente, debemos dejar atrás los dogmas que impiden el progreso.”

Morales Duárez: “Las Cortes de Cádiz intentaron conciliar el liberalismo con el cristianismo. Creo que podemos crear una nación donde la libertad y la moral convivan sin enfrentarse.”

Túpac Amaru II: “Mi lucha nació de la injusticia. No quiero una guerra de fe, pero si la religión se usa para oprimir, entonces debemos replantearnos nuestra relación con ella.”

4. Modelos de gobierno: República, Monarquía

o Restauración Incaica

Túpac Amaru II: “Nuestra tierra no necesita un rey extranjero. El gobierno debe pertenecer a quienes han nacido aquí. La restauración del gobierno inca no sería un retorno al pasado, sino una forma de asegurar que el pueblo tome el poder.”

Baquíjano y Carrillo: “Debemos mantener la estabilidad. La independencia puede lograrse sin destruir completamente la monarquía. Una monarquía constitucional permitiría una transición más segura.”

Viscardo y Guzmán: “La independencia sí, pero con orden. Un gobierno estable basado en leyes justas será mejor que el caos de una revolución.”

Morales Duárez: “Las Cortes de Cádiz demostraron que el poder puede residir en el pueblo sin destruir la estructura política. La república es una opción, pero la monarquía constitucional también puede funcionar.”

Rodríguez de Mendoza: “Si el pueblo no tiene voz, la independencia es una farsa. Debemos luchar por un sistema que realmente represente a los ciudadanos, no por un gobierno impuesto desde arriba.”

Unanue: “Lo importante no es si es monarquía o república, sino que el Perú tenga un gobierno basado en el conocimiento, el orden y la justicia.”

Conclusión

Este Diálogo Final reúne las tensiones intelectuales de una era. Los ilustrados buscan el progreso a través del conocimiento, los reformistas desean cambios graduales, y los revolucionarios piden una transformación total.

Túpac Amaru II representa la lucha indígena contra la injusticia. Rodríguez de Mendoza y Morales Duárez abogan por una transformación política basada en la educación y la institucionalidad. Baquíjano y Carrillo y Viscardo y Guzmán proponen una independencia ordenada dentro de una monarquía constitucional. Unanue, Bueno y Llano Zapata destacan el papel de la ciencia y la identidad nacional en la construcción de la república. Chávez de la Rosa y Celis insisten en la importancia de la moral y la religión como pilares del nuevo gobierno.

Así, el Perú se debate entre la evolución y la revolución, entre la estabilidad y la transformación, entre la razón y la fe. La independencia no será solo una lucha militar, sino una batalla de ideas.

Post Data.- Los presentes diálogos han sido elaborados sobre la base del contenido del Tomo II de mi libro "El Espíritu de la Filosofía Peruana Virreynal"