lunes, 16 de septiembre de 2024

LO QUE HAY DETRÁS DEL SEGUNDO INTENTO MAGNICIDA

 


Este segundo intento de magnicidio contra Trump es el más evidente indicador de la actuación del Estado Profundo -Deep State- contra la candidatura del republicano Donald Trump.

Barack Obama concluyó su mandato en 2016 pasando a la historia como el presidente de los drones asesinos y de la nueva guerra fría iniciada contra Rusia. 

La elección inesperada del republicano Trump representó la incómoda interrupción no tanto de los planes del partido demócrata y el Pentágono contra Rusia, sino del Estado profundo del ala radical del Reich Bilderberg de propinar una derrota militar a Rusia, cercarla y fragmentarla con la OTAN, aun recurriendo a las armas nucleares tácticas.

Conocedora Rusia de los planes guerreristas contra su país se cuidó de dar a conocer sus nuevas armas hipersónicas durante el gobierno de Trump y su sucesor demócrata Biden con el propósito de disuadir cualquier aventura militar en su contra. Pero no tuvo éxito y los planes de guerra en Ucrania del Occidente liberal prosperaron.

Mucha tinta corrió bajo el puente sobre el fraudulento triunfo de Biden sobre Trump en las últimas elecciones del 2021. Y ahora que se presenta a un segundo mandato con claro favoritismo se produce el segundo intento de magnicidio en su contra.

Hasta aquí hay dos preguntas que hay que hacerse: 1. ¿Por qué el partido republicano apoyó a Trump el 2016, conociendo que era un candidato controvertido y radical? ¿por qué el experimentado ex-presidente George Bush guardó silencio en su contra? Todo indica que se sabía sobre los planes guerreristas contra Rusia por parte del lobby demócrata, y la intención fue promover una distensión con la potencia nuclear de Rusia. La segunda interrogante es: 2. ¿Por qué se busca eliminar Trump mediante el magnicidio? No sólo porque Harris no es rival para él, sino que esta vez el Reich Bilderberg, que es el verdadero Estado Profundo, no está dispuesto a que sus planes guerreristas contra Rusia se vean interrumpidos por otra derrota electoral propinada por Donald Trump.

Cuesta trabajo creer que la élite antidemocrática norteamericana esté dispuesta a arriesgar la supervivencia de la civilización sin tomar en cuenta el efecto devastador a nivel global de un enfrentamiento nuclear, que no sólo implicaría a Rusia, sino también a China, Corea del Norte, Irán, India, Pakistán, Israel y el mundo occidental liberal. No habría refugio ni escapatoria en el planeta. Se calcula que una guerra de tales dimensiones acabaría con 5 mil millones de personas en el planeta. Más de la mitad de la población del mundo sería aniquilada. Sería mucho más efectivo que la ligadura de trompas, la eugenesia y la eutanasia que tan alegremente promociona el occidente liberal.

La élite occidental liberal, que ya está inserta en su franco declive histórico, ha perdido la cordura y pone en peligro a la humanidad entera. Sólo lo podrán impedir la Providencia junto a la sabiduría de las otras cuatro civilizaciones del planeta (China, ortodoxa rusa, islámica, hindú. Sencillamente el inmoral y desahuciado Occidente liberal debe entender que la gobernanza global ha cambiado, el eje geopolítico mundial ya no es el Atlántico sino el Pacífico, y no es la guerra sino la Paz la alternativa para transitar hacia un nuevo orden mundial multipolar.

DOS OBSERVACIONES SOBRE EL FUJIMORISMO

 

1. Muerte de Fujimori coincide con agotamiento global del neoliberalismo unipolar

Otro detalle significativo es que el funeral de Fujimori es oficial, en cambio el cortejo fúnebre del General Velasco fue popular. Fueron más 500 mil personas, y el pueblo junto a las organizaciones sindicales se disputaron llevar el féretro. Es un funeral con aroma de condena y olvido popular.

2. El golpe de Estado Blando del fujimorismo
Se suele sostener que los demagogos extremistas son un peligro para la democracia y que hay que evitarlos para no interrumpir la vida democrática. Pero la realidad es más compleja que esta simple recomendación.
Hay un hecho para ilustrarlo que no ha sido destacado por los especialistas y politólogos preocupados por la democracia.
Fujimori fue un candidato outsider, demagogo blando o populista, apoyado por el poder global antidemocrático, que simuló ser antisistema -negó hasta el último minuto que aplicaría shock económico y una vez en el poder lo hizo- para engañar al electorado haciéndose del poder, y luego dio un golpe de Estado.
Es decir, Fujimori es un claro ejemplo de dos cosas: 1. simular ser antisistema para ganar las elecciones, y 2. dar un estilo de golpe de Estado cívico-militar, donde una figura civil asume el poder.
Esto es importante señalarlo porque significa que el poder global para las elecciones peruanas del 2026 buscará otro outsider aparentemente antisistema para ganarse los votos de un electorado radicalizado. También apoyará a uno abiertamente pro-sistema, pero sabe que no ganará. Por eso, necesita emplear diversas estrategias para no perder el poder.
Fujimori fue un caso paradigmático de simulación antisistema y del golpe de Estado blando. La pregunta es: ¿puede aparecer un outsider que aparente ser pro-sistema para luego volverse anti-sistema? No se puede descartar.

sábado, 14 de septiembre de 2024

LOS AÑOS DE VELASCO de Rolando Rojas (Comentario)

 

"Los años de Velasco" (IEP, 2021) de Rolando Rojas Rojas es un libro que desentraña el septenato velasquista afirmando que no se trató de un proceso socialista, sino desarrollista cepalista, nacionalista y antimperialista, que con las reformas emprendidas liquidó la anacrónica sociedad oligárquica, devolvió la soberanía al país, modificó las estructuras sociales, buscó un empresariado industrializado y moderno, modernizó social y culturalmente el Perú, aumentó las movilización popular y multiplicó los partidos de izquierda.
En una palabra, el General Velasco Alvarado realizó en siete años los cambios estructurales que el Apra -a pesar de su retórica revolucionaria- se encargó de escamotear y bloquearlos durante 40 años.
Pero fue una revolución desde arriba. Los militares acogieron a muchos asesores y colaboradores civiles, tanto de derecha como de izquierda, pero su verticalismo autoritario no lo llevó a compartir el poder ni a crear un Partido propio. Lo cual sería decisivo a la hora de su caída.
A Velasco lo apoyó el grupo de militares progresistas. La Marina representaba el grupo conservador. Cuando sobrevino la crisis internacional del petróleo en 1973, junto a la salud debilitada de Velasco por la amputación de una pierna, la Marina y la CIA emprenden una serie de actos terroristas en su contra para crear la sensación de desgobierno.
A Velasco le sobreviene un derrame cerebral que lo aísla aún más. El sector progresista llega a pedir su sucesión y acepta para el mes de setiembre. Pero el General Morales Bermúdez se adelanta y da el golpe en agosto. Desde entonces se daría marcha atrás a las reformas y volvería a regir la economía el FMI. Un golpe lo llevó al poder y un golpe lo sacaría de él.
Llama la atención que el autor no diga absolutamente nada sobre el ataque militar que se iba a emprender contra Chile de Pinochet, más aún cuando el propio Kissinger lo admitió en declaraciones posteriores.
Quince años después de Velasco, en la década del 90, Fujimori secundado por militares emprendería la reestructuración neoliberal del país. Si Velasco representó el cuarto militarismo de corte anti oligárquico (1968-1975), Morales Bermúdez fue el quinto militarismo anti reformista (1975-1980) Fujimori encarnó el sexto militarismo de corte neoliberal (1990-2000).

En la segunda década el siglo veintiuno el modelo neoliberal luce agotado y vuelve sobre la mesa el modelo nacionalista, antimperialista y soberanista de Velasco dentro del contexto del Nuevo Orden Mundial Multipolar.

viernes, 13 de septiembre de 2024

APRISMO POPULAR de Imelda Vega-Centeno (Comentario)

 

Valiosa investigación que permite entender cómo la fusión de lo religioso y lo ideológico fue el factor decisivo que hizo posible la sobrevivencia por casi ochenta años de Haya la Torre y el partido Aprista a pesar de tantas traiciones, conspiraciones, pactos, componendas, convivencia, y virajes ideológico-programáticos.
La primera generación aprista idolatró a Haya, y las masas campesinas de los latifundios de la Costa de su tiempo eran analfabetas. En el campesinado indígena la influencia aprista era casi nula. Mientras que la clase media encabezaba la ola de ascenso de la sociedad de masas de los años 20 y 30. No olvidemos que ya en década del 30 Haya se entrevistó varias veces y secretamente con el embajador norteamericano Haering para garantizar que las propiedades norteamericanas no serían tocadas en un probable gobierno suyo.
Comentario aparte merece la Revolución de Trujillo del 32, debido a que quien la desató fue el anarcosindicalista búfalo Barreto junto con obreros anarquistas, y a la cual Haya no apoyó porque tenía compromisos previos con el embajador yanqui y ciertos latifundistas apristas. Haya fue sobre todo un conspirador golpista, que a lo largo de su carrera política buscó el golpe militar y no la revolución, que convocaran elecciones para luego presentar su candidatura, convencido que los votos lo favorecerían. Pero quiso el destino que la matanza de oficiales en el cuartel O´Donovan le ganara el veto sistemático del Ejército para sus propósitos electorales.
Sobre aquella primera generación la hegemonía temprana de Haya y el Apra fue favorecida por la prematura muerte de Mariátegui -que ya había señalado a Haya como un aventurero presidencialista-, la desmateriaguización emprendida por Eudocio Ravines, al convertir el Partido Socialista en Partico Comunista del Perú, y la extraordinaria capacidad demagógica y confusionista del líder aprista. Haya siempre jugó a la insurrección y a la conjura militar. Su idea era llegar al poder por medios pacíficos.
Pero será en la década del 40, en medio de la ausencia de otro gran líder político opositor y dada la inexistencia de otro líder en el Apra, cuando se produce el primer desencanto en el seno aprista a causa del fracaso de la sublevación del 48 y la traición a su línea insurreccional. Esto provocará la disidencia de un número importante de militantes, especialmente pensantes y de clase media -Magada Portal, Ciro Alegría, Scorza, Hidalgo, Valcárcel, Malpica, De la Puente, Barrantes, entre otros- que se prolongará hasta el 59 con el Apra Rebelde y en 61 con el surgimiento del MIR. Ya para entonces el propio Haya al salir del asilo en la embajada de Colombia desactivó la insurrección del 54 y en el 56 su lugarteniente Prialé oficializó el abandono de la línea insurreccional.
Pero mientras toda esta disidencia acontecía entre los militantes de clase media e intelectuales, la masa popular se mantenía leal y fervorosa idolatrando al caudillo aprista.
A esta situación contribuyó una camarilla partidaria que permaneció alimentando el personalismo megalomaníaco del Jefe -entre ellos Orrego, Prialé, Cossío del Pomar, Villanueva del Campo, Townsend, Sánchez e incluso Seoane y Valle Riestra que volvieron arrepentidos a su lado-. Este grupo secundó a su líder en su rabioso anticomunismo, la convivencia pradista del 56, la superconvivencia odriísta del 63, su apoyo a las sangrientas dictaduras centroamericanas, su propuesta de enviar 5 mil combatientes a la guerra de Corea para apoyar a los norteamericanos, su odio hacia Fidel Castro y la Revolución cubana, su apoyo a los barones del azúcar y algodón junto al saboteo sistemático en el congreso para implementar la Reforma Agraria y el problema del petróleo durante del primer gobierno de Belaunde, su prudente y tímido reclamo durante el gobierno revolucionario de Velasco de la autoría de las reformas estructurales, el desastroso gobierno del primer gobierno aprista de Alan García, su corrupta y entreguista actuación durante su segundo gobierno neoliberal, y finalmente el cogobierno con el fujimorismo que produjo el mayor descalabro en la historia política del país.
¿Cómo un líder y un partido que se mostró revolucionario en las palabras, pero en los hechos reaccionario, oligárquico y pro-norteamericano pudo concitar la fe de las masas populares durante tan largo tiempo? La respuesta lo brinda el libro de Imelda Vega Centeno. No sólo fue la ausencia de otras alternativas políticas, sino la idolatría religiosa en las masas populares lo que encumbró a dicho líder y partido por tanto tiempo.
Un detalle no menor es que el propio Haya se comparaba con Einstein, Russel y Toynbee, pregonaba su mesianismo y autodeificación, inventó incluso que había derrotado a Lenin en una polémica sobre el imperialismo. La divinización religiosa de su liderazgo mesiánico respondía no sólo a su vanidad de sentirse seguido y adorado, sino que se jactaba de su tesis del espacio tiempo histórico como un gran aporte, cuando no concitó más que indiferencia teórica porque se percibía que con ella le permitía justificar los más insólitos virajes y malabarismos políticos.
Imelda Vega-Centeno subraya la adhesión creyente del militante aprista. El aprismo popular se basa en un imaginario que hace vivir la militancia como una religión, se alimenta la santidad de Haya y su doctrina, su figura como salvador, la exaltación de su vida "heroica", su asunción como un ser superior, que como Dios "escribe recto con líneas torcidas".
La autora no desdeña las diferencias generacionales y regionales en la percepción de Haya y su partido y así diferencia tres tipos de respuestas entre los apristas respecto a la línea sinuosa del Jefe: 1. "La doctrina es una y no cambia", apela a la autoridad; 2. "Hubo pactos no muy santos, pero fueron por el bien del país", se apela a la justificación moral; y 3. "Los pactos dañan y debilitan", postura crítica de los disidentes que señalan la traición.
El aprismo popular se mantuvo firme a la primera y segunda respuesta, pero por su falta de capacidad crítica no dio el paso hacia la tercera. No obstante, el libro de Vega-Centeno es de 1991. Por tanto, no da cuenta de lo que sucedió posteriormente con el hayismo y el aprismo.
Tras las traumáticas experiencias del segundo gobierno corrupto de Alan García (2006-2011) y su posterior suicidio en 2019, el aprismo popular se vio severamente dañado. Los resultados electorales fueron lo suficientemente elocuentes, haciendo que el 2020 señale su debacle popular y permita señalar que regional y generacionalmente está encaminado hacia su definitiva extinción.
Ante el presente naufragio político-electoral del aprismo ya no hay factor religioso ni académico que lo salve. Queda como pieza de museo de nuestra insólita historia política. Sus herederos se parecen más a zombis conforme avanza el nuevo orden multipolar y se hunde el viejo orden unipolar del occidente liberal.

Quisiera finalizar señalando un probable itinerario de la decadencia del hayismo aprista: 1. crisis ideológica (48-68); 2. crisis política (1985-2011); 3. crisis electoral final (2020).

jueves, 12 de septiembre de 2024

USTED FUE APRISTA (reseña final)

 

Me encontraba empeñado en la reseña y comentario de cada capítulo de este libro, pero tanto desatino y vesania política cometida por el personaje de marras me hizo desistir de la tarea para pasar a una conclusión final.

Completada la lectura de los diez capítulos del más documentado libro escrito hasta hoy sobre Haya de la Torre y el Apra puedo concluir que se trató de un líder conservador que:

1. se pasó la vida hablando y encandilando a las masas sobre la revolución, pero cuando tuvo la oportunidad de hacerlo desistió,
2. hizo virajes en contrario de su pensamiento primigenio,
3. traicionó a la Revolución de Trujillo del 32,
4. llenó de ambigüedades su teoría -el antimperialismo lo sustituyó por interamericanismo y lo complementó con anticomunismo-,
5. dio su respaldo práctico a la oligarquía nacional, obsequió un rabioso anticomunismo al imperio yanqui,
6. promovió un "sindicalismo libre" -léase anticlasista- auspiciado por las becas, viajes y dinero de la CIA,
7. nunca criticó a las dictaduras protegidas por el imperialismo,
8. enemigo en la práctica de la urgente reforma agraria que necesitaba el Perú,
9. pactó con la oligarquía pradista y su verdugo odriísta,
10. Ocultó todo lo que pudo sus escritos radicales de juventud hasta que permitió editarlos en el Perú sólo para reclamar a Velasco la autoría de las reformas emprendidas por el gobierno revolucionario;
11. Traicionó las aspiraciones del pueblo a la justicia social retrasando todo lo que pudo los cambios estructurales que necesitaba el país,
12. Después de salir del su asilo en la embajada de Colombia prácticamente vivió en Europa hasta 1970, las razones que ofreció resultan dudosas;
13. Tuvo obsesión presidencialista, padeció de megalomanía y mesianismo, prácticamente destruyó los cuadros intelectuales del partido quedando como único teórico,
14. Por su mentalidad conspirativa y saboteadora fue responsable de provocar reiterados golpes militares -Sánchez Cerro, Benavides, Godoy, Velasco- y hasta de Fujimori -dio los votos apristas para su triunfo-.
15. Haya impartía las órdenes directas a los defensistas -conocidos como "búfalos"- para sus tropelías y crímenes.

La lista se podría alargar mucho más. Pero en aras de no agriar el humor de los lectores se puede decir en síntesis que el ambivalente Haya fue el responsable directo e indirecto de impedir y retrasar la modernización y democratización del Perú.

A partir de todo esto se comprende mejor porqué su joven sucesor Alan García -que terminó suicidándose en el 2019 para impedir su captura por corrupción- comenzó antimperialista en el1985 y terminó neoliberal y entreguista en el 2006 como su mentor Haya de la Torre.

Pero el funesto desempeño político del Apra va más allá del libro de Nelson Manrique y está todavía fresco en la memoria colectiva de los peruanos. Los cuales vieron cómo su funesta alianza con la mayoría parlamentaria fujimorista terminó desencadenando la más grande inestabilidad política conocida en el país y promoviendo el golpe inconstitucional de la presidente Boluarte.

Con todo este historial sinuoso y traicionero se comprende mejor por qué dicho partido -que fue la verdadera obsesión de Haya y no la revolución- terminó completamente liquidado para los electores, olvidado en el sufragio democrático, liquidado en la vida política y remitido al tacho colero de la historia.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

CAPÍTULO IV: Sociedad peruana en los años 50 (Comentario)

 

CAPITULO IV: La sociedad peruana en los años cincuenta
Si en los años 30 la tendencia fue la nacionalización de la economía peruana, desde 1948 hasta 1968 lo fue la desnacionalización. Esta desnacionalización radical estuvo acompañada por la descapitalización del país. Las cifras demostraban el saqueo que efectuaba el imperialismo financiero, el cual no traía capitales para impulsar el despegue capitalista del Perú, como tercamente lo sostenía Haya y lo secundaba Seoane con su tesis cómplice de que los terratenientes devenían en industriales.
Al crecimiento exportador de materias primas, azúcar y harina de pescado le acompañó una profunda crisis del agro, utilizada por Beltrán para subsidiar a la industria. En todo este proceso el APRA se convierte en defensor de los intereses de los barones del azúcar y algodón, mientras éstos trasladaban sus beneficios fuera del país. Los depósitos de los hacendados en el exterior se triplicaron en este periodo de agitación campesina.
El APRA, por su parte, sistemáticamente bloqueó cualquier restructuración del agro, no apoyó las expropiaciones, ni la restitución de tierras usurpadas al campesinado. Frustró cualquier revolución antioligárquica y tanto en la convivencia del 56 como en la superconvivencia del 63 bloqueó la reforma agraria y eliminó cualquier cuestionamiento del régimen de propiedad de la tierra.
En los 50 se produce el desplazamiento poblacional del campo a las barriadas y una pronunciada transición demográfica de lo rural a lo urbano. Esta gran ola migratoria va acompañada de la urbanización informal, las invasiones y el surgimiento de las barriadas.
Por su lado, el indigenismo "autoctonista" (Valcárcel) de los 20 se volvió "mestizo" en los 50 (Valcárcel, Arguedas), para posteriormente convertirse en "chola" desde los 70 (Varallanos, Nugent).

En una palabra, del 50 hasta el 68 Haya de la Torre fue un firme defensor de los intereses de la oligarquía y del imperialismo norteamericano en el país.

martes, 10 de septiembre de 2024

Capítulo III: El Gran debate y la última insurrección del APRA (Resumen y comentario)

 

Capítulo III: El Gran debate y la última insurrección del APRA
Tras el amargo fracaso de la insurrección del 3 de octubre de 1948 y el golpe de Odría, que da inicio a una implacable persecución contra el Apra, que obliga a Haya a asilarse en la embajada de Colombia, el ala izquierdista aprista encabezado por los exiliados de Buenos Aires, Seoane y Barrios preparan con Perón y la conexión boliviana un golpe militar contra Odría, liberar a Haya de su asilo, y comenzar la revolución antimperialista y anticapitalista en el Perú.
Para entonces Perón apoyó a Odría enviando trigo, pero cuando éste se negó a enviarle petróleo por ceder a las presiones del gobierno el norteamericano por las nacionalizaciones peronistas, entonces el grupo aprista de Buenos Aires tramó la última insurrección del APRA.
La conspiración abortó por infidencia periodística. Enterado Odría de inmediato dio petróleo a Perón, perdiendo éste el interés en apoyar la aventura insurreccional aprista.
Luis Alberto Sánchez, mostró su proverbial lengua viperina presentando a Haya al ala izquierdista del APRA como filocomunistas y agentes policiacos de Odría. Sánchez era un conocido líder del ala derechista en el aprismo, simpatizante del imperialismo norteamericano, defensor de la guerra fría, y caracterizado por su odio visceral al comunismo. Villanueva del Campo llamó a Sánchez "testaferro del imperio norteamericano".
La posición crítica de Seoane a Haya le costaría caro. Paulatinamente sería mediatizado. Haya enterado de la conspiración del grupo de Buenos Aires lo desautorizó. Pero una vez salido de su cautiverio en 1954 en México dio una entrevista adoptando su inicial discurso radical. Nuevamente se mostraba como un demagogo consumado de doble discurso.
Cuando Haya abandona su cautiverio en 1954 redacta un artículo para la revista Life en la que declara el abandono de su línea anticapitalista y antimperialista. También aplaude la caída de Perón, el cual le había arrebatado el liderazgo del antimperialismo latinoamericano. Cuando las dictaduras sangrientas latinoamericanas tienen su era dorada entre los años 50 y 80 Haya de la Torre no condena y, el supuesto campeón del antimperialismo apoya el intervencionismo yanqui en El Salvador, Santo Domingo, Nicaragua, Guatemala y Cuba. Saludó el derrocamiento de Jacobo Arbenz y jamás denunció las atrocidades contra los DDHH cometidas por los tiranos Fulgencio Batista, Anastasio Somoza, Marcos Pérez Jiménez y Leonidas Trujillo.
Los exiliados apristas desconcertados y descontentos con el doble discurso del Jefe no tardarían en comprender que Haya saboteó la insurrección del 54, capituló al programa inicial del partido, viró abiertamente hacia derecha, y era un obstáculo para emprender cambios estructurales y profundos en el Perú.
El triunfo de la revolución cubana señaló un punto de quiebre en el aprismo y precipitó la ruptura del ala radical. Después de pasar 5 años en la embajada de Colombia (1949-1954) pasó el resto de su vida en Europa (1954-1970), salvo cuando estuvo meses cuando le tocó ser candidato en 1962 y 1963 y pasar cortas temporadas para festejar su cumpleaños.

En medio de la decadencia moral y política de su líder se puede entender mejor no sólo el desdichado derrotero de la vida política del Perú, sino la promoción de líderes en el seno del Apra que cavaron más profundamente la crisis general del país.

TEOLOGÍA Y SENSATEZ de Sheed (Comentario)

 

Este no es un libro para teólogos, sino para todo hombre que aspire a vivir con cordura en la realidad. Y si quisiéramos expresar con breves palabras lo esencial de su contenido podríamos decir lo siguiente: ser sensato es conocer la realidad, pero sólo se conoce cabalmente lo real cuando no se excluye la teología o revelación de Dios. De ahí proviene el título Teología y Sensatez. Lo cual alude a la insensatez implantada desde la Modernidad de pretender conocer lo real excluyendo lo teológico.
Para conocer a Dios hay que partir del reconocimiento de la diferencia entre lo finito y lo infinito. Pero no sólo el hombre busca a Dios a través de la razón natural y la filosofía (Dios como único, infinito, bueno, espiritual y perfecto), sino que también Dios busca al hombre a través de la revelación (Dios uno y trino, racional, amoroso, paternal e infinito). O sea, el hombre necesita de la revelación para conocer a Dios.
Dios por amor creó el universo de la nada. La Trinidad es una y distinta a su creación. La Creación comprende: ángeles puros, hombre de materia y espíritu, y seres vivos con alma material. Es el cristianismo que el rompe con la hegemonía el nihilo ex nihilo -nada viene de la nada- de la filosofía griega, carente de la idea de un dios omnipotente, propia el monoteísmo.
Frente al mundo posmoderno actual que sostiene que todo es puro constructo social, el libro nos recuerda que hay dos leyes: natural y moral. Los seres espirituales están destinados a la beatífica visión de Dios tras una previa prueba. Adán, el primer hombre, falló y entró el pecado original, perdimos nuestra inmortalidad e incorruptibilidad, caímos.
Pero vino Cristo como hombre perfecto y nos redimió, nos reconcilió con Dios y destronó a Satanás, el cual reinaba a sus anchas en las religiones antiguas. Pero el hombre, aunque reciba la salvación puede perderla. La Gracia divina no sustituye la naturaleza humana, aunque ayude a perfeccionarla. Hay Cielo, Purgatorio e Infierno. Sobre ello tenemos las visiones de los santos. El Fin del mundo tiene señales (apostasía general, anticristo, conversión de los judíos). Pero el Anticristo será derrotado, descenderá la Nueva Jerusalem y surgirá la nueva creación.
Todo esto para el soberbio racionalismo moderno es pura mojigatería de abuelas con sus mitos decimonónicos desfasados. Pero sólo comprendiendo las verdades sobrenaturales de la fe y el ámbito sobrenatural de la realidad es posible el salto de la razón hacia la revelación, con su principio vital en la Eucaristía.

Sólo el reconocimiento de las verdades suprarracionales hace crecer a la razón. La insensatez de la modernidad es haber recortado la realidad limitándola a lo inmanente y terrenal, y excluyendo lo trascendente, sobrenatural y suprarracional. Lo sensato es aspirar a la santidad, que no es el fin del pecado sino el correcto uno se nuestras energías para conocer y cooperar con Dios. Sólo con Dios el hombre logra la plenitud.

ESPIRITUALIDAD DE LA eNCARNACIÓN de Rita Cagné (Comentario)

 

Esta es la segunda obra que recibí de obsequio de la religiosa Ursulina Selva, en la Misa del pasado sábado. Se trata de un escrito breve, pero enjundioso. El tema no es menos significativo por parecer trivial. Tan acostumbrados estamos a celebrar la Navidad que es muy fácil olvidar su significado profundo.
Rita Cagné o.s.u. es la autora del escrito Espiritualidad de la Encarnación (2005), y en él subraya que la Espiritualidad de la Encarnación es el misterio del Verbo hecho carne. Es un paso de la verticalidad a la horizontalidad de Dios. La Encarnación es una invitación del Padre de ser como su Hijo, pobre casto y obediente; justo, misericordioso y humilde. Siendo Dios nació pobre, en un humilde pesebre.

Por eso, la Encarnación es una llamado a la justicia, el amor y la solidaridad. La santidad no es dar la espalda al mundo, sino hacer el bien incluso en sábado. El hombre no se santifica a sí mismo, es Dios el que nos santifica. Siendo como Jesucristo, somos seres para Dios. Todo el que ama lo hace con paciencia y alegría.

lunes, 9 de septiembre de 2024

MARÍA DE LA ENCARNACIÓN. MUJER TAN CERCA DE NOSOTROS de Margarita Chénard, o.s.u. (Comentario)

 

Publicaciones de la sección de noticias


El pasado sábado la joven religiosa Ursulina Selva, o.s.u., cumplió su promesa de obsequiarme algunos libros sobre su Orden religiosa. Me los entregó al final de la Misa. Entre ellos figura este valioso libro que es una semblanza biográfica escrito por Margarita Chénard, o.s.u. Libro realmente edificante.
María de la Encarnación (1599-1672/73 años) es un caso de religiosa muy singular. Su nombre original fue María Guyar, tuvo una infancia feliz, se inició en la oración a tierna edad bajo influjo de su madre, y bajo instancias de su padre, que era panadero, se casa se con un joven dedicado a los negocios. Con apenas un año de matrimonio la joven tiene un hijo y al poco tiempo la peste se lleva a su marido. Toma la firme resolución de no volverse a casar y día a día crece su vocación religiosa. Mantiene a su hijo en casa de su hermana casada con un próspero negociante. Se ocupa de la cocina y atender a los enfermos, no recibe salario, pero sí comida y un lugar donde dormir junto a su hijo.
Cuando su hijo cumple 11 años, para la época ingresaba a la adultez, ella toma la resolución de volverse religiosa e internarse en un convento. Nada la disuade a pesar de las presiones de familiares y conocidos. Al poco tiempo decide ser misionera Ursulina en Canadá, por entonces colonia francesa. Al cabo su hijo termina sus estudios y llega a convertirse en sacerdote benedictino.
En Canadá pasa las inclemencias de los ataques de los Iroqueses a las colonias francesas, el inclemente y frígido clima y las estrecheces de la pobreza de las Ursulinas. Es la impulsora de la construcción del convento de la orden. Un incendio lo destruye. Pero nuevamente con su empeño y apoyo de jesuitas y autoridades lo reconstruye.
Condena con vigor la conducta de los franceses que intercambian pieles por licores, que causan estragos en la población indígena. En la orden Ursulina recibe sin descanso a mujeres indígenas.
Le corresponde el mérito de haber escrito obras en lengua iroquese y lengua algonquino para cumplir labores de predicación. Afectada del hígado y cercana a la muerte accede al pedido de su hijo de dictar su autobiografía.
El Papa Juan Pablo II la designó madre de la Iglesia del Canadá y digna hija de Santa Angela.

domingo, 8 de septiembre de 2024

ALMA HUMANA. UNA INMERSIÓN EN LA PSICOLOGÍA DE LAS PROFUNDIDADES de Danilo Wetzell (Comentario)

 


ALMA HUMANA.UNA INMERSIÓN EN LA PSICOLOGÍA DE LAS PROFUNDIDADES (2024).

Estamos ante un libro especializado que, no obstante, nos presenta una profunda preocupación humanística, como en su momento lo hicieron Freud, Jung, Fromm, Horney, entre otros.

El alma del hombre de la sociedad electronal se encuentra afectada por un profundo desequilibrio, en donde el pensar operatorio tiene preeminencia sobre el pensar analógico. Y este desvío de la energía psíquica es causa del aumento generalizado de los trastornos de la personalidad, la ansiedad, la depresión y el estrés. Estamos inmersos en una sociedad enajenada y desorientada que hay que sanar. La psicosis paranoide como lamentable ejemplo de la ruptura del sistema de asociación normal entre el significante y el significado para constituir signos, ilustra con claridad a la sociedad que ha perdido el horizonte y el rumbo como colectivo, y la confianza en el otro.

Danilo Wetzell (1952) es un destacado psicoterapeuta psicoanalítico de origen chalaco, que nos presenta un texto enjundioso, rico en perspectivas, polémico y de actualidad en el debate de la civilización contemporánea.

Afirma que el alma humana o psique es la mente, la cual, dentro de una concepción monista, no se diferencia del cerebro. Es un punto de partida que rompe, por ejemplo, con el dualismo interaccionista de Popper y Eccles (El Yo y su cerebro, 1977). En el texto no se discute si la mente sobrevive al cuerpo; se afirma que la mente es algorítmica en un primer nivel, coincidiendo con la tesis de R. Penrose (La nueva mente del emperador, 1989).  

Efectivamente, Wetzell señala que la mente tiene dos niveles. En el primer nivel es algorítmica, como los autómatas, y el segundo nivel es no-algorítmica. O sea, la mente humana es al mismo tiempo digital y metafórica. Puede funcionar desde el símbolo y la metáfora. Mientras que la abstracción mental es pensamiento analógico no algorítmico, el pensamiento operatorio es algorítmico. El pensar analógico no-algorítmico busca lo probable, la certidumbre, no la verdad. En cambio, el pensar operatorio busca la verdad.

Lo cual es una importante observación, aunque no exenta de problemas. Por ejemplo, qué tipo de pensar sería el que busca las verdades necesarias y universales. Según lo expuesto por Wetzell sería el pensar operatorio algorítmico. Sin embargo, no vemos que solamente los autómatas, ni sólo las ciencias duras busquen la verdad, también lo hace la religión, la teología y la metafísica.

Por tanto, la búsqueda de la verdad, y no sólo de la certidumbre, sería también atribuible al pensar analógico no-algorítmico. Si no es así, entonces derivamos hacia el relativismo neonietzscheano de la cultura posmoderna donde "no hay hechos sino interpretaciones" y hacia el disolvente "todo vale".

Un segundo importante aspecto de su libro es que sostiene que en el siglo XXI es preeminente la oralidad-electronal sin narrativa. Lo cual desvía la energía psíquica, incrementando la soledad y la enfermedad mental, la insignificancia y el narcisismo maligno. Esta observación acertada enriquece desde el psicoanálisis lo que desde otras perspectivas señalaron recientemente James Bridle (La nueva edad oscura, 2020) y Nicholas Carr (Superficiales, ¿qué está haciendo internet con nuestras mentes?2010).

Para Wetzell, en la era de la electronalidad, estudiada por J. Zapata y E. Biondi, semiólogos de la Universidad de Lima, Homo Sapiens Sapiens, el hombre sabio ancestral que descubrió la noción de su identidad en el encuentro dialogante con el otro, se hace vulnerable y solitario, dándose lugar al incremento de las patologías mentales y a la pérdida del juicio de realidad. El Yo queda subsumido por el narcisismo maligno y sin defensa ante el sadismo punitivo del SuperYo.

En suma, la sociedad deshumanizante hedonista y consumista dispara a ritmo peligroso el sufrimiento emocional, las neurosis y el estrés en el hombre contemporáneo. A la loca sociedad industrial le ha venido a suceder la psicótica sociedad electronal. Se trata, para Wetzell, de un desequilibrio profundo entre el pensar operatorio y el pensar metafórico del alma humana. Hay que recuperar su equilibrio.

Sin duda, estas últimas afirmaciones son muy importantes y valiosas. Sin embargo, adolece de un enfoque extrasocial. Por ejemplo, nos preguntamos si tal negación de la realidad nos es acaso una característica permanente y recurrente del inmanentismo del pensamiento de la modernidad -que excluyó paulatinamente la realidad de lo espiritual y trascendente-, y más precisamente, de la modernidad capitalista -cuyo máximo valor es lo cuantitativo sobre lo cualitativo-, la cual con su acendrado subjetivismo derivó hacia la negación de la esencia humana, ya destacado con energía por Marx.

En otras palabras, nos da la impresión de que su enfoque exige mayores precisiones y desarrollo, que vinculen la deshumanizada sociedad electronal hedonista y consumista dentro de la tendencia nihilista, escéptica, inmoral y atea que predomina en le declinación del moderno occidente liberal. De cualquier forma, estamos ante una obra reveladora que nos invita a reflexionar sobre cómo salvar el humanismo ante las amenazadoras tendencias disolventes de nuestro tiempo.

Referencias

Bridle, James. La nueva edad oscura, Debate, 2020.

Carr, Nicholas. Superficiales. ¿qué está haciendo internet con nuestras mentes? Taurus, 2010.

Freud, Sigmund. El malestar en la cultura. Alianza editorial, 1970.

Fromm, Erich. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. FCE, 1955.

Horney, Karen. La personalidad neurótica de nuestro tiempo, 1937.

Jung, Carl. Escritos sobre espiritualidad y trascendencia. Trotta, 2018.

Marx, Karl. Manuscritos económico-filosóficos de 1944. Colección 70, 1968.

Penrose, Roger. La nueva mente del emperador. FCE, 1989.

Popper, K.-Eccles, J. El Yo y su cerebro. Labor Universitaria, 1977. 

Referencias

Bridle, James. La nueva edad oscura, Debate, 2020.

Carr, Nicholas. Superficiales. ¿qué está haciendo internet con nuestras mentes? Taurus, 2010.

Freud, Sigmund. El malestar en la cultura. Alianza editorial, 1970.

Fromm, Erich. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. FCE, 1955.

Horney, Karen. La personalidad neurótica de nuestro tiempo, 1937.

Jung, Carl. Escritos sobre espiritualidad y trascendencia. Trotta, 2018.

Marx, Karl. Manuscritos económico-filosóficos de 1944. Colección 70, 1968.

Penrose, Roger. La nueva mente del emperador. FCE, 1989.

Popper, K.-Eccles, J. El Yo y su cerebro. Labor Universitaria, 1977.