sábado, 15 de marzo de 2025

EL PUNTO DE PARTIDA DE LA METAFÍSICA DEL AQUINATE SEGÚN C. FABRO

 

Importante tesis del P. Ravasi donde se demuestra:
1. El punto de partida de la metafísica del Aquinate es el ente concreto y no la esencia formal de la escolástica decadente de Báñez y Suárez.
2. La metafísica del Aquinate no es el estudio del ser en cuanto ser de Aristóteles, sino del ser en cuanto ente. Distingue el ser en acto (esse in actus) y el ser como acto (esse ut actus). El ente es ´participado y causado por el Ser incausado que es Dios. Lo más profundo del ente no es ser en acto sino ser como acto.
3. Su metafísica no es un esencialismo sino del ser, porque parte del ente concreto para profundizar hacia la esencia y elevarse al fundamento que es el ser en acto. Su punto de partida es empírico, pero de llegada es metaempírica.
4. En cambio, la modernidad extravió en ente concreto participado y causado por la causa incausada que es Dios, sumergiéndose en el laberinto de la conciencia y recortando la realidad por el principio de inmanencia.

5. La filosofía moderna por el principio de inmanencia redijo la esencia a lo mental, el ser es lo construido por la mente, separándose del orden natural y lesionando el orden moral al subsumirlo a la voluntad de poder. Se trata de un sentido unívoco del ser que merma la realidad con un naturalismo ontológico y epistémico, y negando la distinción real entre esencia y ser.

6. El ser en acto son todos los entes causados, contingentes y finitos, incluso los ángeles; el ser como acto es el ser infinito, incausado, necesario y fundamento de todos los entes creados.

COMENTARIO PERSONAL

7. Es cierto que Aristóteles no tenía un enfoque creacionista en su filosofía, ya que su sistema no incluye una noción de creación ex nihilo como en el pensamiento cristiano. Su enfoque es más bien dualista en términos de acto y potencia, donde todo lo que existe en el mundo natural tiene esta mezcla y el Primer Motor actúa como causa última, pero no como creador en el sentido cristiano. Por lo tanto, su visión del ser está enfocada en categorías ontológicas y en la explicación del cambio y el movimiento, más que en una reflexión metafísica sobre la existencia como acto puro. Esto contrasta con Tomás de Aquino, quien reinterpretó a Aristóteles dentro de un marco creacionista, vinculando el "ser" con el acto en su teología del esse, especialmente al abordar a Dios como el "actus essendi." El sistema de Aristóteles, al no depender de un creador trascendente, se centra en explicar el mundo tal como es, a partir de principios intrínsecos a la naturaleza misma. En ese sentido, su enfoque es más cosmológico que teológico. 

8. El registro del ser en Aristóteles es cosmológico, en el Aquinate teológico y en Heidegger ontológico:
  • Aristóteles (Cosmológico): Su preocupación principal radica en explicar el cambio y el movimiento en el cosmos. El "ser" para Aristóteles está anclado en categorías ontológicas y en la distinción entre acto y potencia, que permite entender cómo las cosas pasan de la posibilidad a la realidad. Su perspectiva es eminentemente naturalista y orientada al mundo físico y sus causas.

  • Tomás de Aquino (Teológico): Reinterpreta a Aristóteles dentro del marco cristiano, vinculando el "ser" no solo con el cosmos, sino con Dios como "actus essendi," el acto puro de ser. Para Aquino, el ser se entiende en términos de participación: los seres finitos reciben su existencia de Dios, quien es el Ser Subsistente por esencia. Su registro se centra en la relación entre la creación y el Creador.

  • Heidegger (Ontológico): Critica la tradición metafísica occidental, incluida la visión aristotélica y tomista, por haber olvidado la pregunta fundamental por el ser. Heidegger busca desentrañar el sentido del ser como un fenómeno que antecede a las categorías tradicionales. Su enfoque es fenomenológico y pone al Dasein (ser humano) en el centro del cuestionamiento del ser. Heidegger critica la tradición metafísica occidental (incluidos Aristóteles y Aquino) por reducir el ser a categorías como acto, potencia, sustancia, etc., lo que él considera un "olvido del ser." Este olvido, en su opinión, consiste en haber subordinado la pregunta del ser a las preguntas sobre los entes particulares. Pero en realidad deja al ser en lo indefinido, ambiguo e irracional al negarse ha abordar la dimensión trascendental del ser. 

Cada uno aborda el ser desde un horizonte único, reflejando los problemas y preocupaciones filosóficas de sus respectivas épocas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.