jueves, 13 de marzo de 2025

FABRO Y LA REVOLUCIÓN METAFÍSICA

 

FABRO Y LA REVOLUCIÓN METAFÍSICA

 


El principal mérito de la obra del P. Cornelio Fabro es haber demostrado que la filosofía tomista no es una filosofía esencialista sino una filosofía del ser que parte del ente concreto

Cornelio Fabro fue un filósofo y sacerdote destacado que realizó un estudio profundo sobre el tomismo, especialmente a través de la lente de su metafísica del ser. Fabro buscó reinterpretar a Santo Tomás de Aquino, destacando que su filosofía no se centra únicamente en las esencias abstractas, sino que está profundamente arraigada en el acto de ser (actus essendi). Este enfoque resalta cómo la filosofía tomista conecta con el ente concreto y la realidad existencial, lo que marca una diferencia significativa respecto a otras interpretaciones más esencialistas.

 

Además, demostró el daño metafísico que sufrió el realismo tomista con los propios tomistas de la metafísica decadente

Cornelio Fabro criticó severamente cómo ciertos tomistas posteriores tergiversaron la esencia de la metafísica de Santo Tomás. Según Fabro, muchos representantes de la "metafísica decadente" del tomismo se enfocaron desproporcionadamente en las esencias estáticas y perdieron de vista el núcleo dinámico del pensamiento tomista: el actus essendi. Este desplazamiento, según él, debilitó el realismo ontológico y redujo la riqueza de la filosofía tomista a un esquema conceptual más rígido y abstracto.

Fabro, al rescatar la centralidad del actus essendi, devolvió al tomismo su dimensión existencialista, destacando que la filosofía de Santo Tomás no es solo un sistema de conceptos, sino una reflexión profundamente anclada en la realidad y el ser concreto. Su crítica fue, en esencia, un llamado a retornar al verdadero núcleo de la filosofía tomista

Báñez y Suárez fueron los principales protagonistas de la tergiversación del tomismo del Aquinate al emprender una formalización del ser que convierte la esencia en una abstracción del pensar y pierden la diferencia real entre esencia y ser del acto de ser del ente

Efectivamente, Domingo Báñez y Francisco Suárez desempeñaron un papel crucial en lo que Cornelio Fabro llamó la desviación o "desnaturalización" del tomismo original de Santo Tomás de Aquino. Báñez, con su énfasis escolástico en la formalización del ser, y Suárez, con su reinterpretación sistemática, llevaron la filosofía tomista hacia un intelectualismo más abstracto. Esto, según Fabro, erosionó la riqueza dinámica del actus essendi al reducirlo a una mera conceptualización de la esencia en el pensamiento, en lugar de mantener la distinción radical entre el ser y la esencia inherente al pensamiento de Santo Tomás.

La aportación de Suárez, especialmente, fue criticada por transformar el ens en un ente de razón, lo que resultó en la dilución del carácter existencialista del tomismo. En términos de Fabro, esto condujo a la pérdida de la diferencia real entre esencia y acto de ser, que es el pilar del pensamiento tomista original.

La crítica de Fabro subraya la necesidad de volver a una comprensión auténtica del tomismo, una que priorice el acto de ser como fundamento de toda realidad, sin caer en las trampas de un conceptualismo abstracto.

De modo que el olvido del ser no sólo corre a cuenta del nominalismo de Occam, el terminismo de Scoto, el empirismo y el racionalismo moderno, sino también por parte del escolasticismo decadente

Cornelio Fabro plantea una crítica profunda al "olvido del ser", señalando que no es un fenómeno exclusivo de movimientos filosóficos externos al tomismo como el nominalismo de Occam, el terminismo de Duns Escoto, o las corrientes modernas como el empirismo y el racionalismo. Según Fabro, este olvido se encuentra también dentro del propio ámbito escolástico, particularmente en lo que él denomina "escolasticismo decadente". Este último, al formalizar y abstraer excesivamente las nociones de esencia y ser, perdió el dinamismo ontológico que caracterizaba el pensamiento de Santo Tomás.

Fabro atribuye este declive interno a la separación progresiva entre el ser y el acto de ser (actus essendi), llevando a una metafísica que dejó de estar anclada en el ente concreto y la realidad existencial. De este modo, el escolasticismo decadente contribuyó, junto con otras corrientes filosóficas, a un creciente alejamiento del fundamento ontológico del ser, algo que Fabro consideraba un problema central en la crisis del pensamiento metafísico occidental.

 

La separación del ser y el acto de ser (actus essendi) significó que la esencia del ente se convierte en esencia mental y el ente deje de ser fruto de la creación del Ser increado

Así es. Cornelio Fabro criticó que, al separar el ser del actus essendi, la esencia del ente se redujo a un concepto mental, es decir, una construcción abstracta y desligada de la realidad concreta. Este giro no solo debilitó la riqueza ontológica del tomismo, sino que también implicó una fractura en la comprensión metafísica de la creación. Para Santo Tomás, el ente no es una mera abstracción, sino el resultado del acto creador del Ser increado, es decir, Dios, que confiere al ente su ser concreto y dinámico.

Al convertir la esencia en un objeto puramente mental, se perdió la relación íntima y real entre el ser creado y el acto creador. Esta desconexión fue, según Fabro, una de las causas del "olvido del ser" que permea tanto la escolástica decadente como las corrientes filosóficas posteriores.

Fabro buscó restaurar esta visión integral del ser como participación del acto de ser divino, devolviendo al ente su conexión profunda con la creación. Este enfoque no solo revitaliza la metafísica tomista, sino que también revaloriza la relación entre el ser finito y el Ser infinito.

 

Al dejar de ser el ente algo participado y causado se favoreció la visión panteísta y cientificista del mundo

Exactamente. Al perderse la visión del ente como participación en el acto de ser del Ser increado, se abrió la puerta a perspectivas que desdibujan la distinción entre el creador y lo creado. Esta desvinculación, señalada por Fabro, no solo empobreció la metafísica, sino que también facilitó la adopción de una visión panteísta del mundo, en la cual todo es percibido como una única realidad indistinta, sin una causa trascendente.

De manera similar, el cientificismo, al reducir la comprensión del ente a lo mensurable y verificable empíricamente, desestimó la dimensión metafísica y trascendente del ser. Ambos enfoques nacen, en gran parte, de esta fractura en la concepción del ente como algo participado y causado, tal como lo destacó Fabro al reflexionar sobre las consecuencias del "olvido del ser".

Esta crítica de Fabro refuerza la importancia de recuperar la distinción entre el ser creado y el Ser increado, no como una separación, sino como una relación de participación que enriquece la comprensión del mundo y su origen.

 

Sin embargo, si la recuperación del actus essendi puede recuperar en lo teórico el "olvido del ser", en el plano práctico implica desmontar las estructuras materiales que alimentan la subjetividad materialista, nihilista y nominalista

La dimensión teórica de recuperar el actus essendi es, sin duda, una base crucial para combatir el "olvido del ser". Sin embargo, como bien se señala, en el plano práctico, esta tarea filosófica se encuentra estrechamente ligada al desafío de desmantelar las estructuras materiales y culturales que refuerzan la visión materialista, nihilista y nominalista del mundo.

Estas estructuras no solo están enraizadas en el ámbito económico o tecnológico, sino también en paradigmas culturales que han reducido la realidad a lo puramente utilitario o subjetivo, alejándola de una comprensión trascendente del ser. Por lo tanto, la recuperación del actus essendi no puede limitarse a una cuestión especulativa; debe acompañarse de un compromiso práctico que replantee las bases de nuestra relación con el mundo, la sociedad y la trascendencia.

En este sentido, sería necesario un esfuerzo integral: desde la promoción de una educación filosófica que revalorice las grandes preguntas sobre el ser, hasta una crítica activa a los sistemas que perpetúan una visión reductiva y fragmentada de la realidad. Solo así se podría contrarrestar la subjetividad materialista y nihilista de una manera que armonice lo teórico con lo práctico.

 

Este lado práctico del problema de la revolución metafísica para superar el "olvido del ser" es lo que no presta atención el P. Fabro

Es una observación muy acertada. Cornelio Fabro enfocó principalmente su análisis en la dimensión teórica del "olvido del ser", destacando la necesidad de volver al actus essendi para revitalizar la metafísica tomista. Sin embargo, como mencionas, su propuesta parece carecer de una atención específica al aspecto práctico: cómo esta revolución metafísica podría traducirse en cambios concretos en las estructuras culturales, sociales y materiales que perpetúan el materialismo, el nihilismo y el nominalismo.

Tal vez este enfoque teórico de Fabro refleje la naturaleza de su tarea como filósofo y teólogo, centrado en lo especulativo más que en lo práctico. Sin embargo, es cierto que para superar de forma efectiva el "olvido del ser", sería necesario complementar este fundamento teórico con estrategias prácticas que impacten en el ámbito cultural y social.

Esta laguna en el pensamiento de Fabro deje abierta la invitación para que otros filósofos, teólogos y pensadores contemporáneos desarrollen esa dimensión práctica.

 

El proyecto del P. Fabro requiere de una teología de praxis y de la liberación para llevarla a cabo

Esta es una interesante propuesta. Incorporar una teología de la praxis y de la liberación en el proyecto del P. Cornelio Fabro podría ser precisamente lo que se necesita para llevar sus ideas teóricas a un nivel más práctico y transformador. Esto significaría articular la profunda reflexión metafísica del actus essendi con un compromiso directo hacia la justicia social, la liberación de los oprimidos y la transformación de las estructuras que perpetúan las ideologías materialistas y nihilistas.

Una teología de la liberación, con su énfasis en la experiencia concreta de los más desfavorecidos y en la acción como medio de transformación, podría proporcionar un marco operativo que complemente las bases teóricas de Fabro. Este enfoque no solo enriquecería su proyecto, sino que también lo haría más relevante en contextos donde las estructuras económicas, políticas y culturales están profundamente influenciadas por las tendencias que él criticó.

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